Maledixit
~Cling~
~ Rápido, Rápido o vamos a llegar tarde... Hay que darnos prisa... Recuerda que a la reina de picas negras no le gusta que la hagan esperar...
- Aah, ¿De que hablas?
- ¿De quien es esa voz? ¿Donde estoy?
- No... No puedo ver nada..
~ Ya hemos llegado... Bien venido seas conejo blanco, a la morada de la reina negra...
- ¿Aahh?
De las tinieblas abismales que le impedían ver luz alguna se empezó a iluminar el ambiente con el sonido de las palabras que se escuchaban de fondo y debajo de sus pies se empezó a construir un escenario de ladrillo y concreto donde se encontraba una gran meza larga en la cual se podía ver una silueta familiar sentada en un trono al fondo en una equina...
- ¿Lucy?
Sus ojos no alcanzaban a ver con claridad las formas que se formaban debajo de el, mientras tanto, podía sentir como la fuerza de la gravedad lo obligaba a decender en un asiento al otro lado de la la doncella, quien ignoraba cualquier movimiento. Al observarle mas detenidamente ya en calma nuestro héroe noto aquel rostro profundamente dormido, tanto que se le podía salir la silaba, no era una imagen digna de una chica con ropas de realeza pero si la de su dulce hermana que dormía placida y tranquila, aunque con un conjunto de prendas similares a las de una reina, pero, eso no era lo único diferente en ella.
-¿Lucy...? ¡Lucy! Estas bien hermana...--- Exclamo el albino mientras gritaba promulgo tan fuerte con voz alarmada el nombre de su hermana, que sin notarlo el tremendo eco que hizo provoco un gran susto a la silueta de la reina que posaba frente a el.
- !Aaaaah¡--- Grito la reina que parecía haberse llevado el susto de su vida.
- ¡Lucy! ¿Lucy? ¿Hermana, estas bien? Lo último que recuerdo es que estábamos en el campo de béisbol y que logre llevarte con papá, ¿Que te paso? ¿Por que vas vestida así? y ¿Por que? Te ves tan... Grande...
Las preguntas de Lincoln y su confundidos recuerdos no se hicieron esperar mientras entre preguntas y ruegos corría hacia donde la figura negra le esperaba sorprendida al verle.
- Tu...--- Dijo la reina quien al mirarle barrio su cuerpo con sus mirada, pausando entre alientos de aparente sorpresa.
- !Lucy¡ Estaba tan preocupado...
Ambos se miraban fijamente segundo a segundo, paso a paso que lo acercaba a ella, hasta que el albino por fin la alcanzo y a milímetros antes de llegar la mujer se abalanzo de su trono y antes de darle tiempo a responder, le tomo entre sus brazos y con un suave y gentil roso de sus manos acaricio su rostro mientras dejaba caer todo su peso sobre el y ahí mientras le tenia rendido acerco su rostro lenta y tierna mente a la cara del chico quien solo pudo tartamudear y sacar humo de sus oídos al ver ese hábil movimiento de esa reina encima suyo quien remato su gesto con un dulce beso apasionado al puro estilo francés tan suave y cariñoso que parecía tratar de devorar sus labio...
- *Aaaaaaahhh, Lucy que estas.... haciendo...*--- Pensó el conejo mientras su cara se tornaba de un color tan rojo que podría en vergüenza las llamas del infierno quien no parecía oponer mucha resistencia quizás por temor a herirla.
Tras varios segundos que se convertían en minutos y respiración que dejaban escapar leves gemidos en un prolongado intercambio de fluidos la reina negra continuaba sin para un solo momento, hasta que antes de que Lincoln lo pudiera notas esta quedo satisfecha y se dispuso ha hablar...
- Por fin, nos encontramos de nuevo mi monstruo encantador...
Las palabras de la reina negra no tenían sentido para el albino, ¿Por que su hermana se estaba llamando monstruo y por que le había besado de esa manera? Su corazón se encontraba fuera de lugar sus ideas eran un completo caos, tardando varios segundos en poderse reponer como si de golpes en su cabeza se tratara su mente estaba bloqueada y de su boca solo pudo balbucear una sola pregunta después de tan sensual y apasionado beso que le había propinado la mujer.
- Lululucy... ¿Popopor que me besaste...?
Tras unos segundos después de su pregunta, la reina negra guardo silencio mirando al albino en completa calma, para así gestar palabras con una mueca que hablaban por si solas.
- ¿No me recuerdas Lapin? Después de tanto tiempo por fin tu y yo podremos estar juntos de nuevo.--- Exclamo la reina sobre el chico quien sonaba consternada y posaba sus manos sobre su pecho.
- Lucy, ¿Por que me estas llamando así? Hermana me estas preocupando ¿Que esta pasando contigo?--- Nuestro protagonista, no lo entendía, solo podía preguntar inútilmente como niño pequeño una y otra vez las mismas cosas a la mujer frente suyo esperando cambiar su respuesta.
- ¿Hermana? Lupin, ¡Mírame soy yo! Te estado esperado por siempre como te lo prometí...
- Pero... ¿De... que hablas? Lu... Cy...
Antes de poder terminar su prosa Lincoln vio algo en el techo que lo asusto, era un gran candelabro de plata pulido como espejo adornando el recinto, pero no era el candelabro lo que le asustaba si no lo que se podía reflejar en el. La silueta albina frente al reflejo que acompañaba a la reina negra, no era la del chico que recordaba se veía en los espejos de su hogar... En su lugar se encontraba un enorme conejo blanco de apariencia monstruosa que sangraba por ojos, oídos y pecho.
- Pero, que... !Haaaaa¡
Al checar nuevamente su cuerpo con sus propios ojos y manos, se dio cuenta que su cuerpo no era el mismo, tenia patas de conejo, en su cabeza podía sentir un fino y tupido pelo con largas orejas y al revisarse con detenimiento pudo sentir un poco de fluido rojo escurrí de su cuerpo pero sin dolor alguno...
- ¿Que me paso?
- Lapin, ¿Acaso no me recuerdas?--- Dijo la reina con tono melancólico.
- Yo... Yo no soy... ¿Que esta pasando?
- Lapine, mírame, mírame a los ojos y dime que no me recuerdas...
El bellísimo rostro de la reina negra cautivo al chico, no podía dejar de mirarle mientras la reina levantaba su fleco con sus manos y exponía unos ojos brillantes tan azules como el cielo cual zafiros tan hermosos y llenos de amor que Lincoln solo podía sentir tranquilidad al verlos como si nada mas importara, ni siquiera el hecho de que se había convertido en un monstruoso conejo con una hemorragia en su pecho...
- Esos ojos... Aaaaah... Lucy, los ojos que tanto me gustan y que nunca me dejas ver, hermana--- Exclamo Lincoln mientras dibujaba una sonrisa como si nada importara, la lógica o la realidad daba igual ese sentimiento era real, su cuerpo podía haber cambiado pero el seguía siendo el mismo hermano amoroso quien al final solo se preocupaba por la felicidad de cada una de ellas.
- Lapin... Acaso tu... No... Espera... ¿Dijiste Lucy? ¿Hermana? Nooo... Pero... No, no puede ser... ¿Pequeño Lincoln eres tu?--- La reina se levanto de su regazo sentándose en sus piernas mientras llevabase sus manos a la boca en señal de sorpresa.
- Si... Por fin me reconoces Lucy ¿Que es lo que te pasa? Ademas sabes soy mayor que tu, no me llames pequeño. Me haz estado llamando Lupin y hecho cosas muy extrañas, ¿Que es este lugar y como llegamos aquí? Ademas por que te ves... ¿Así? y ¿Que me paso?
El semblante sorpresivo de la reina se torno tristes al escuchar las palabras del Conejo blanco al confirmar sus sospechas, y agachando la mirada se levantándose del suelo.
- Lincoln, yo lo lamento sabes... Yo... Perdón por todo esto que paso, pero tengo que darte malas noticias.--- Dijo con tono triste y pesado muy similar al que su hermana siempre manejaba mientras ella le ofrecía su mano para levantarse.
- ¿Que? ¿De que se trata Lucy?--- Respondió el conejo mientras aceptaba su mano para ponerse de pie.
- Suspiro... Veras yo no soy Lucy, Lincoln...
- ¿Que? ¿De que hablas hermana? Como no vas a ser Lucy, si no existe mujer viva en el mundo como tu.
- Jejeje, me alagas hijo, pero pues la verdad es que no estas muy equivocado...-- Respondía la reina mientras arrugaba un poco sus rostro de melancolía para soltar una leve risa.
- ¿Hijo?--- Lincoln, no terminaba de entender todo lo que pasaba ahí, ese cambio tan brusco de personalidad de la chica que hasta hace unos momentos lo besaba con pasión y esa forma de referirse, para el todo era imposible de entender.
- Bueno, agrandes rasgos mi niño yo no soy tu hermana, aun que de cierto modo tu y yo ya nos habíamos conocido antes, aun que tu no lo recuerdes y eras demasiado pequeño.
- ¿Que? ¿De que hablas Lucy?
- *Suspiro* Yo soy tu Bisabuela Lincoln...
- !Haaaaaaa¡ !¿Que?!--- El grito de Lincoln retumbo por las 4 paredes escuchándose solo su eco tras el.
- *sigh* Si, Lincoln soy tu bisabuela yo se que esto es extraño pero lo mas importante es que tu no deberías estas aquí...
- ¿A-a-a-abuela...?--- Lincoln parecía haber perdido por completo la razón la sola idea de que que esa mujer fuera su bisabuela había pasado por su cabeza al mismo tiempo que recordaba ese ardiente beso que se dieron, ademas recordaba alguna vez haber visto una foto que le enseño Lucy de una mujer que se parecía a ella de niña, todo tenia sentido de algún extraño modo, aun que no explicara nada de lo que pasaba, ni su vestimenta.
- Lincoln, pon mucha atención mi niño, necesitas recuperarte. Tu no debes estas aquí, este lugar que vez es un limbo donde yo resido, estoy aquí por que rechace al cielo y al infierno el día de mi muerte. No es el lugar para que un niño como tu este, pero lo que mas me preocupa es que...--- Pauso su charla la figura negra quien parecía que le preocupaba mucho la situación.
--Bueno, no importa, si estas aquí solo puede significa una cosa Lincoln.--- La voz de la mujer se volvió quebradiza mientras le trataba de explicar a su nieto la situación en la que estaba y de un ultimo suspiro soltó le digo sin compasion lo que estaba pensando.
- Estas muriendo o estas muerto.
Las palabras de la reina fueron como dagas a su cerebro, sacándolo de toda distracción anterior, la sola idea de en verdad estar muerto y jamas ver a sus queridas hermanas y amigos de nuevo le hizo ver un flashback rápido de toda su vida recordando todos esos hermosos momentos felices que paso y todos los que jamas podría pasar al momento que escucho la palabra "muerto".
- Así que mi niño tenemos que ver la forma de regresarte si aun hay tiempo.
- Pero Abuela, como podemos hacer eso si inquiera se como llegue aquí, lo ultimo que recuerdo son cosas muy bagas, creo que... Ammm, antes de aparecer aquí oí la voz de alguien, si,alguien que en mi vida había escuchado diciéndome que tenia una cita...
- Muy bien Lincoln, piénsalo muy bien mi pequeño, nadie llega aquí, en este lugar sin un motivo, o mi permiso ¿Que es lo que estas buscando? ¿ Que fue lo que te dijo esa voz?
- Ahhh... No lo se... Ummm solo dijo algo de que la reina negra que me esperaba y que llegaría tarde a tomar el té, amm creo ¡Ooh si! Lo recuerdo también recuerdo haber escuchado un cascabel sonar justo antes de llegar aquí o fue ¿Antes? Es muy confuso recordarlo no se por que.
La cara algo triste que mantenía la abuela se volvió pálida y algo aterrada al escuchar esas ultimas palabras de su nieto, tan evidente fue su expresión que incluso el chico podía saber que eso no era algo bueno.
- Ya-ya-ya veo pequeño, entonces si esa voz te pidió tomar el té y tener una cita, entonces no esperemos mas y tengamos una... --- Exclamo la bisabuela mientras tartamudeaba un poco entre un nerviosismo evidente alzando sus brazos que junto con ellos fueron apareciendo sobre la mesa un banquete con muchas bebidas mientras se escuchaba un fondo musical muy parecido a un vals.
https://youtu.be/vUE0Xwh14Q4
- Bueno, entonces mi caballero, démonos prisa, tomemos el té, comamos y pasemos un gran rato--- Dijo mientras esta le señalaba con su mano extendida hacia un asiento alado de ella ya mucho mas tranquila, mientras que el conejo tomaba su lugar algo extrañado por el cambio de personalidad nuevamente.
-*Ya ni siquiera me sorprende* Pensó Lincoln mientras se disponía a servirse algo de té, fue ahí cuando su abuela lo detuvo con un grito que parecía mas un regaño que una replica.
- No es muy caballeroso de su parte parte noble chambelán, no ofrecer el primer sorbo a su compañía ¿Que les enseñan hoy a los próximos duques de estos días?
- Oh, lo ciento abuela, no fue mi intención. Déjame servir primero tu copa.
La abuela asintió con su cabeza y proseguido de un gesto de nobleza doblando levemente sus piernas como cuando saludaban las princesas de la edad media quien al terminar tomo su lugar a un lado del conejo.
- Muchas gracias, noble caballero...
Las palabras de su abuela lo ponían nervioso, sus nobles gestos y actitud de distante lo hacían recordar como hace un rato ellos dos se habían besado y eso lo ponía nervioso...
- Aaaaah y bueno... yo... Ehemmm... --- El chico, solo quería distraerse un momento del incomodo silencio que los acompaño tras el espectáculo de meza y las palabras ajenas de su abuela.
Lincoln Buscaba desesperado alguna bebida que poder pasar por su garganta ya muy reseca por los nervios de mirar el cuerpo perfecto de la mujer enfrente suyo que decía ser su abuela su corazón se aceleraba y solo quería dejar verle de esa manera pero antes de dar sorbo alguno a copa de vino fue interrumpido nuevamente por la voz profunda de la reina.
- Noble caballero, ¿Le gustaría a usted que le cuente una historia?--- La voz de la reina de picas negras se escuchaba tan gentil que parecía otra persona casi como si le sedujera. Y esa actitud solo ponía mas y mas nervioso al conejo, lo suficiente como para que ni siquiera notara que le rebato la copa donde se había servido, mientras que ella proseguía con sus movimientos gentiles y refinados, tomando de a poco sorbos de su bebida la cual entre cada rose del vino en sus labios le regaba una sonrisa frágil que solo ponían mas confundido el rojizo rostro de nuestro albino conejo quien de poco servia tener el cuerpo de un monstruo solo podía repetir en su mente muchas veces las mismas palabras -*¡Ella es mi abuela, ella es mi abuela y ademas se parece a Lucy reacciona!* hasta tener el valor de contestar...
- ¡Si! Si, con mucho gusto, quiero escuchar una historia.
- Je je je, Me alegra mucho escuchar eso noble caballero de brillante luz, sera para mi un honor contarle esta historia...--- Al instante la música de fondo se detuvo y comenzó a narrar un cuento como si quisiera no perder su atención en todo lo que le decía.
https://youtu.be/a6-6Y_WjeaQ
Era hace una vez, hace mucho, pero mucho tiempo, en un majestuoso y noble bosque de grandes lagos, existió una niña de semblante pálidos y cabellos negros que se perdía en sus propios miedos.
¿Pero que era aquello que atormentaba a la niña de aterradores flecos?
En la profundidades del bosque existía una criatura, era un monstruo blanco de ojos rojos y largas orejas que siempre le miraba con sosiego, cada noche, durante cada día de su vida, la niña era perseguida por el monstruo volviendo con su presencia su vida un infierno, hasta que cierto día se armo de valor y enfrento a su acosador...
- ¿Que eres tu? ¿Por que siempre estas siguiéndome?--- Pregunto la niña al monstruo mientras sostenía con miedo su voz ronca en el silencio espectral del bosque adornado con el el matiz de una nevada sin recibir respuesta alguna del acosador reflejo de su mirada.
La niña de aterradores flecos que siempre ocultaba sus ojos para evitaba mirar a otros, sintió miedo, por que en sus propios ojos que reflejaba la verdad el mundo, una verdad que la atormentaba siempre que esta posaba en otro su mirada, pero lo que mas le atormentaba era que no pasaba nada con el monstruo, los ojos rojos de la criatura no le mostraban nada verle directamente no servia de nada, la maldición que la atormentaba era inútil frente a el, ver la realidad de su mundo en todas sus formas era inútil ante el color rojo del destello cristalino que la asechaba, la misma maldición le permitía ver a la criatura monstruosa frente a ella sin que nadie mas lo notará era la misma que no podía adivinar lo que escondía su corazón.
- ¿ Acaso eres un demonio? ¿Vienes a devorar mi carne? ¿Vienes por mi alma? Sea lo que sea, ya no me importa estoy harta de esta vida, solo acaba con esto de una vez monstruo...--- Las palabras de la niña, caían en suplicas sordas pues el monstruo jamas le respondía, únicamente le seguía mirando como si le temiera en su distancia.
Con el pasar de el tiempo aquel monstruo se había convertido en la sombra que la acompañaba, sin importar cuanto le hablara o lo ahuyentara día tras día el monstruo la seguía sin hacer o decir nada convirtiendo poco a poco su compañía se convirtió mas en una costumbre que en una molestia incomoda, haciendo que lentamente esta olvidara en ocasiones que nadie mas le podía ver mientras hablaba con el.
Pero la gente también habla y por lo regular es sobre cosas malvadas, la gente del pueblo comenzó a murmurar, creando muchas leyendas de esa niña de aterradores flecos que portaba la caperuzas negras y las perlas blancas, si ellos la llamaban "la niña que hablaba con demonios sola en el bosque"
Hasta que un día, cierto hombre de fe siega preocupado se canso de los rumores y decidió impartir justicia con sus propias manos, así pues el hombre de fe siega levantando su arma al cielo y exclamo ser "la voluntad divina". Y así se dispuso a cazar a la niña que fácilmente se podía encontraba en su casa en la cabaña del bosque donde constante mente se quedaba sola recolectando leña y haciendo los deberes de su hogar.
- !Tonta niña¡ Haz jugado con fuerzas prohibidas, ahora te espera un castigo divino por tu insolencia.--- Grito el hombre mientras tomaba por sorpresa a la niña quien estaba echando leña a la chimenea acorralándola. Al verle ella lo entendió rápidamente y comenzó a temer por su vida.
- E-escuche, yo realmente no quiero problemas, yo no pedí ser como soy ni ver las cosas que veo solo no me haga daño...--- Contesto temerosa la niña temerosa de lo que veía ya que en los ojos de su captor solo había odio, desprecio, miedo y vanidad y ella lo sabia, sabia lo que planeaba, su maldición le mostraba la verdad de aquellos que miraba y aquel hombre frente a ella solo quería una cosa, algo que la aterraba mas que nunca en su vida siendo acosada por el monstruos que tenia detrás como espectro...
- !Calla mujerzuela del demonio¡ Tus ruegos impuros no doblegaran mi fe...
- !D-de verdad se lo ruego aleje esa cosa de mi¡ Yo-yo are lo que sea, pero por favor no me haga daño.
- !Suplica en el infierno perra de inmunda¡ Salvare estas tierras de las garras del demonio que te esta utilizando. ¡Recibe a dios y muere en paz!
Fue entonces cuando aquel hombre sostuvo su arma y se dispuso a clavarla con todas sus fuerzas en el frágil cuerpo de la niña, quien asustada, solo podía cerrar sus ojos temblando en llanto por el miedo mientras aquel loco se abalanzaba sobre ella, pero...
Lo que la niña no sabia...
Era que el monstruo detrás de ella salto justo enfrente antes de que pudieran tocarla...
Tras unos segundos apretando sus dientes esperando el dolor inminente solo pudo sentir en su rostro un suave pelaje que acariciaba su cara y cuerpo...
- ¿Ah? ¿Que es esto...?--- Pregunto la niña sorprendida, quien al abrir lentamente sus ojos solo podía ver un blanco profundo como la nieve frente a ella.
Una caricia suave y afelpada roso su mejillas nuevamente para así mirar de nuevo...
Frente a ella estaba el monstruo blanco quien recibiendo el impacto directo de aquel hombre extasiado en su pecho, la sangre del monstruo broto por montones haciendo visible lo invisible para aquel hombre quien al verle el monstruo solo pudo gritar...
- !Haaaaag¡ P-pero, ¿Q-que es ese monstruo?--- Exclamo aterrado corriendo y pidiendo ayuda a los cuatro vientos, sus lamentos de terror no se detuvieron y corrió tan rápido como pudo olvidando todo atrás por salvar su vida. Dejando así a la niña sola con un monstruo herido quien tras la salida del intruso solo callo al suelo dibujando un charco sangriento quien parecía estar sufriendo un inmenso dolor.
- Monstruo... Tu... Me salvaste...
-...
- ¿Por que? Pensé que solamente querías atormentarme... Yo... yo no se por que haz derramado tu sangre por mi, ¿Que quieres que haga?
El monstruo le miro a sus ojos mientras escupía sangre de su boca y pecho, movió su pata y acaricio su mejilla y al sentir ese rose el corazón de la niña se lleno de emociones desconocidas, como si le trasmitirán una obra de teatro directamente a su cabeza, como repetir una vida entera en fragmentos frente a ella...
Vio un lugar oscuro y llenos de tinieblas tan solitario que dolía, pero en toda esa oscuridad se podía ver una luz que brillaba al frente de ella, escuchando el sonido de un cascabel que le guiaba, miro como se acercaba a esa luz que parecía llamarle y al cruzar por ella vio el bosque, ese donde ella vivía tan cubierto de nieve blanca como todos los años en cerebrinas coloreaba su páramo y a lo lejos se podía ver una silueta negra trabajando...
Era ella misma mucho mas pequeña, caminando mientras recogía leña, fue entonces cuando la niña lo entendió todo esto era un recuerdo del monstruo trasmitidos a ella. Lo vio como espejismo invisible su vida en un instante que no se detenía ni notaba su parecencia, todos los recuerdos de el monstruo quien la siguiá por donde fuera, el monstruo siempre la vio como dormía, vio como comía, vio como reía y también siempre veía como lloraba todo lo que ella susurraba, aquel monstruo lo encontraba para ella, todo lo que ella le asustaba, el monstruo lo ahuyentaba, vio como todo en su vida del monstruo se había convertido en estar con ella sin que ella se diera cuenta, vio cuando lo enfrento, vio cuando ella misma le gritaba y lo intentaba alejar, vio como todo lo bueno que le pasaba era de algún modo por su guía y cuidado, cuando ella tenia hambre el cazaba para ella, cuando ella quería frutas el hacia que la frutas llegaran a ella de un modo u otro el siempre vía como cumplirlo para ella, la niña vio todo lo que el hacia y ni siquiera lo sabia... El solamente la cuidaba... Todo ese tiempo el solamente la cuidaba...
Era tan, pero tan, triste...
Y a la ves maravilloso...
Para alguien sumida en la oscuridad total una luz tan fuerte que puede borrar todas las sombras del universo, es como si le dieras a probar por primera vez comida a un bebe recién nacido, jamas podrá volver a vivir sin ella.
La niña quien estaba cautivada pudo sentir los latidos del monstruo en su mano y como lentamente se desvanecía de su pecho, esto le ocasiono un inmenso dolor como el fuego un dolor que la estaba consumiendo forme pasaban los segundos y esos latidos se hacían cada ves mas lentos, era acaso esto era lo que llamaban ¿Tristeza? pensó la niña mientras que le preguntaba...
- ¿Por que monstruo? Sigo sin entender, ¿Por que yo?¿Por que me haces sentir así como me ciento?
El semblante lleno de dolor del monstruo se torno por uno mas alegre dejando salir una especie de sonoriza deforme de su rostro agónico.
- !¿Por que sonríes?¡ ¡No seas tonto, que no ves que estas muriendo! Tengo que ayudarte, no se como pero no dejare que mueras aquí.
La sonrisa deforme del monstruo de orejas largas solo se mantuvo firme mientras que suave mente este movía el fleco de la niña con su pata dejando expuesto sus ojos.
- Ahora que te veo bien... Eres un conejo verdad...--- Exclamo la niña quien trataba de detener la sangre con sus pequeñas manos y su propia ropa mientras que el monstruo asintió con su cabeza en señal de entender todo lo que le decía era la primera vez que este respondía algo a la niña de ropas negras...
- Monstruo, es decir conejo, no, quiero decir ¡Lapin! te prometo que me quedare contigo no me iré a ningún lado, solo no me dejes sola, me acostumbraste a tenerte conmigo y después me enseñas todas esas imágenes en mi cabeza, ya no se que are si ya no estas ahí ahora así que no seas tan cruel y no me dejes ¿Que are si ese loco vuelve?...--- La niña temerosa trataba de controlar sus nervios mientras esta abrazaba el cuerpo de la victima en el suelo quien esta cada vez respiraba mas lento.
- ¡No!, Por favor no te vallas, no te vallas ahora no me dejes sola...---- Grito la niña quien ya no podía controlar su llanto gritando como una niña desconsolada...
Fue así Lincoln que con su ultimo aliento el monstruo encantador guardián de la niña de flecos oscuros, susurro su primeras y ultimas palabras mientras se desvanecía entre mis brazos sin dejar rastro...
- Nunca estarás sola Harriet, yo siempre te encontrare y estaré contigo sin importar donde estés...---
~~~ Cling ~~~
-¿Ese sonido?--- Dijo Lincoln mientras interrumpía levemente la historia de su abuela con lagrimas en sus ojos, mientras su reina le acariciaba gentilmente el rostro...
- Y así mi pequeño caballero, con esas palabras tan nobles y hermosas comenzó todo, la niña de aterradores flecos se enamoro profundamente de el monstruo encantador Lapin y prometió que sin importar cuanto pasara, sin importar que tuviera que hacer o como, ella se volvería a reunir con el y podrían pasar de nuevo una vida juntos por toda la eternidad...
- Abuela... Yo...
- No tienes nada que decir o preocuparte Lincoln, nada de esto es tu culpa... Esto solo esto es solo la cruel broma de un bufón que juega con el destino...
- ¿Un bufón? ¿De que estas? Hablando... Abuela...
- Si, esa es una historia mas larga mi pequeño y tiene que ver con ese maldito sonido de cascabeles que escucharte hace un momento y esas maldita voz que te a estado susurrando y hablado pero ya es tiempo de terminar con nuestra reunión...
- No, abuela de que hablas, no me puedo ir ahora, es importante para mi saber de que es todo eso que dices, mi hermana, mi hermana esta en peligro y tiene algo que ver con eso yo...
- Hay cosas que ni siquiera yo puedo controlar aquí mi pequeño niño y es mejor que termine esto ahora, solo tienes que recordar una cosa. Sin importar cuanto pase sin importar cuanto cueste cree en ella, quédate con ella, antes de que sea tarde, antes de que el...
Antes de que... No... Puedas... Decirle lo...
Que.. Ci...Entes...
...
- ¿Aah? No... Te escucho... Abuela, todo se vuelve paños... Abuela me siento tan dedil y mareado... Creo que me estoy durmiendo...---
~Cling~
~ Dios mío, Dios mío, vamos a llegar tarde mi pequeño conejo blanco si no nos damos prisa el doctor no podrá salvarte...~
~ Hahaha...~
- *Sniff**Sniff* Maldito seas, Bufón carmesí, para queme hiciste revivir eso y con el cuerpo de mi amado conejo con el alma de mi nieto...
~*Smile* Por que era necesario para que el y ellos entendieran, para que supieran cual es el mal de las palabras que atormenta los sueños de los niños...~
- Eres un enfermo malvado...
~ Soy muchas cosas mi reina negra y la palabra del mal es una de ella, ¿Me acompañas en esta pieza? ~
- Maldito seas...
~ Como usted desee mi reina...~
~ Nos veremos pronto reina de picas negras~
Del otro lado en nuestra realidad en un cubículo lleno de aparatos que monitorean los signos vitales, el cuerpo de nuestro héroe blanco permanecía inmóvil he inconsciente mientras que una silueta blanca, alta y delgada le miraba desde la entrada del cuarto.
- Lincoln Loud, varón caucásico de 12 años de cabello blanco, peso 48kg, altura de 1.60m, no hay nada aparentemente especial en ti aparte de tu extraño cuadro clínico Linc... Pero sabes, esa chica gótica realmente se a puesto en riesgo por ti sabes... La hubieras visto amigo, actuó como toda una mujer dispuesta a dar su vida por ti pequeño albino, si no supiera de ante mano que es tu hermana, Juraría que ustedes dos están en malos pasos, en todos mis años en la medicina nunca e visto a alguien que le importe tan poco su propia vida por salvar la de alguien mas... ¡HAHAHA! Supongo que le tengo regresar el favor, verdad... ¿Lincoln?
El doctor se acerco a un lado de Lincoln y miro el rostro del conejo inconsciente.
- Supongo que ya es tiempo de volverte entero con ella o no podre volver a dormir tranquilo mientras uno de ustedes siga con vida...
Una sonrisa llena de una emoción y prepotencia miro al albino mientras permanecía inmóvil.
- ¡Empecemos con la diversión!
Al sonido de sus palabras entraron un grupo de enfermeras y camilleros para transportar al enfermo delicado al quirófano.
- Dr. Senti, estamos listos para iniciar el procedimiento... *sigh* Dr. Senti...
- Si, Merie...
-Podría por favor...
-¿Si?
- Vestirse correctamente almeno en terapia intensiva, entiendo que su padre es el dueño de este hospital pero esta no es su casa, ni siquiera tiene ropa debajo de su bata esto ya es demasiado...
- Oh, hahahac Claro, claro, lo ciento no te preocupe Merie es solo que aveces me dejo llevar... Por otro lado comencemos con la cirugía que salvara tu vida, Lincoln...
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