El día que Lincoln la cago
Oh, hola chicos. No me di cuenta que estaban ahí. Hace mucho tiempo, la verdad, que no nos veíamos.
Saben, han pasado un montón de cosas desde la última vez que nos vimos, hace cinco años.
Como podrán observar ya estoy en camino de convertirme en un hombre.
¿Qué dicen? ¿Que me veo prácticamente igual? No bromeen conmigo, miren estos músculos. He sido prácticamente el esclavo de diez hermanas durante toda mi vida ¿Ustedes creen que todo este tiempo fue en vano?
Hahaha, bueno, está bien; no importa, yo lo entiendo, ah pasado mucho desde los días en que tenía que usar traje de ardilla y era maltratado; la verdad, casi todas las cosas son como lo eran antes; las chicas pidiéndome favores y yo felizmente cumpliendo sus deseos, el problema está en el dicho...
Casi...
Por que "casi" todo era como antes...
Verán, hace cinco años mi hermana menor, Lucy, me descubrió haciendo algo que... Bueno... No es precisamente algo que me enorgullece...
En mi defensa, tengo que decir que fue parte su culpa, jamás he podido saber cuando ella se acerca. Siempre aparece de la nada a un lado tuyo y tiene esa mala costumbre de entrar o escabullirse por los ductos. Al parecer, no pierde el toque con el pasar de los años y en ese momento yo estaba demasiado concentrado en... Mis... Asuntos... Y jamás la escuché que me estaba llamando. Por desgracia, cuando entró a mi habitación, digamos que llegó en el peor momento posible...
Cómo lo verán y entenderán, esto no es algo que les podría importar... Son tonterías que me pasaron cuando...
¿Qué?..
¿Que quieren saber qué más pasó?
Bueno, eso es algo complicado, pero podríamos empezar por contarles desde el principio, antes de que los lindos momentos que compartimos como hermanos pasaran a mejor vida.
Bueno, es complicado ya que ese momento fue clave. Fue como si en el momento justo que profane su inmaculado rostro sin emociones hubiera cortado todo lazo familiar con ella.
Y ¡Joder, chicos! ¡No saben cómo lamenté que haya pasado eso! Me odie a mí mismo por no haber prestado suficiente atención. Debí suponer que sería imposible tener privacidad en una casa con diez hermanas aún si estaba en mi cuarto; o al menos debí no haberme concentrado tanto. Pero ustedes deberían entenderme, por lo menos los chicos; una vez que empiezas, cuando esto ya viene, no hay poder humano que lo pueda detener.
Cuando manche su blanco rostro, Lucy no dijo absolutamente nada ni gesticuló facción alguna ni movió un solo músculo. Lo único que hizo fue congelarse por varios segundos con su misma silueta inmóvil en mi cuarto, mirando al vació, como si el tiempo a su alrededor se hubiera detenido. Lo único que me permitía saber que seguía ahí era su profunda respiración lenta y marcada, que de momento en momento, daba exhalaciones que quisieran convertirse en suspiros que ella misma asfixiaba en su pálido cuello.
¡Joder! jamás me he sentido tan culpable en mi vida como en ese momento. Los segundos se sentían como largos años en en mi mente. Solo podía sentir arrepentimiento y un miedo terrible de que ella me delatara
¿Qué dirían el resto de mis hermanas?
¿Qué me haría papá?
¿Y si se sabía en la escuela?
Mi vida estaba apunto de ser arruinada para siempre por un estúpido momento de placer lujurioso.
Pero Lucy, después de su letargo, simplemente empezó a caminar lentamente hacia la puerta y se retiró sin decir nada.
Esa tarde y noche el terror no me dejo dormir ni siquiera un poco.
El solo pensar en las consecuencias me daban nauseas. Mi estómago sentía una revolución de emociones que más que mariposas, eran langostas hambrientas que me desgarraban desde adentro hacia fuera.
Tanto fue el miedo por lo que podía pasarme si mis padres o mis hermanas hubieran visto a Lucy en ese estado y les contara lo que le hice, que me encerré en mi cuarto y no le quería abrir a nadie.
Durante el resto del día cada vez que sonaba la puerta era un maldito infierno en vida. Cada llamado de mis hermanas, cada grito de mi nombre podía significar el fin de mi vida como la conocía. Mi existencia estaba en manos de mi hermana y no tenía el valor de siquiera hablar con ella o verla a la cara.
Cuando por fin llegó la noche, mi madre nos llamó para que bajáramos a comer y yo le dije que me sentía muy lleno, que si podía ir a dormir temprano esa noche.
Lory se acercó esa vez a mi habitación para pedirme ayuda, a lo cual fingí el peor de los malestares y le prometí ayudarle después con lo que quería. Debía estar realmente mal y mi voz se debió escucharse hecha trizas porque accedió sin muchos problemas. Tiempo después, Lory misma me confesó que, aunque de veras quería mi ayuda, se preocupo mucho por lo quebradiza y mal que se escuchaba mi voz a través de la puerta y que supuso que me debió haber pasado algo muy malo para que, incluso, no haya ni siquiera bajado a cenar, pero que no se quiso entrometer por una vez en mis asuntos ya que las últimas veces eso no había resultado tan bien.
Para el resto de mis hermanas solo fueron terribles sustos por mis nervios, uno tras otros. Pero logré salvarme de mi hermana mayor y aterradora lo cual ya era suficiente para mí.
A la mañana siguiente estaba hecho una basura, sin haber podido dormir ni un minuto. Estaba hecho trizas, pero el miedo de encontrarme con Lucy en cualquier momento me mantenía alerta.
La madrugada fue mi aliada y por suerte la pude eludir marchándome directo a la escuela sin tampoco desayunar o pasar al baño.
Pero pasado un rato, mientras me tranquilizaba en la escuela; cuanto más lo pensaba más me daba cuenta de algo importante. El hecho de que no podía evitarla para siempre. Tarde o temprano tenía que verla y hablar con ella; vivimos en la misma casa y por mucho esfuerzo que pusiera no podría pasar de esa misma tarde sin verla. Nos teníamos que ver al menos durante la cena y no habría forma de evitarlo. Sin hacer mi problema más evidente, tendría que verla...
Todo eso me hizo recapacitar de mis errores. Me di cuenta que huir no solucionaría realmente nada. Yo era culpable de algo terrible y me tenía que hacer responsable.
"-¿Cómo es que yo podría haber sido esa clase de monstruo y no pude pensar un poco más en ella?-". Ese pensamiento me dio valentía y fuerza. Me preparé mentalmente.
Con el pasar de las horas y el cansancio, me resigné al destino que me esperaría cuando Lucy me viera y delatara. El remordimiento comenzó a pesar más que mi miedo o mi propia reputación y lo que quedaba de autoestima.
Después de todo, si lo pensaba bien, ella era mi linda y dulce hermana menor ¿Cómo pude ser tan bruto para no pensar en sus sentimientos antes que los míos? Ella debía estar pasándola horrible. Me había concentrado tanto solo en mis problemas sin ver realmente lo traumático que debió haber sido eso para ella.Mi pobre y linda hermana pequeña, debía estar tan triste. Como mínimo, debía estar sufriendo mucho por mi ultraje y yo solo me preocupaba por mi maldito bienestar como un estúpido cobarde.
Lucy podía actuar como alguien muy fría, autosuficiente, fuerte y hasta algo ruda pero muy dentro era una dulce chica que amaba los ponis y adoraba también las cosas lindas. ¿Cómo pude ser tan estúpido y no pensar en ella? Si mi hermana lo hubiera querido, yo ni siquiera estaría en este momento aquí, pensando en como salvar mi trasero.
"-Tengo que aceptar mi responsabilidad. Cuando llegue a casa le pediré perdón y diré lo que hice, aceptaré cualquiera que sea mi destino..."
...O eso fue lo que pensé...
Al salir de la escuela he irme a casa, todo seguía con normalidad. Al llegar, justamente mis padres estaban ahí. Para mí buena o mala suerte era el momento de decirlo todo ¿No?
- ¿P-Pa..pá...?
- Sí, ¿Qué pasa hijo? ¿Qué tienes? Te ves muy mal.
Mi voz no resistía. Me temblaban las piernas, mientras imaginaba la cara de mi padre cuando supiera lo que hice. La simple imagen hacía que me arrepintiera de cada palabra que salía de mi boca, pero por cada palabra que mi lengua trataba de detener, mi garganta impulsaba la siguiente con la imagen de mi pobre hermana llorando sola en una esquina.
- V-Ve..rás... t-tengo a-algo de que ha...-
- ¡¡¡¡LINCOLN!!!! ¿¡DÓNDE MIERDA ESTÁS ENANO!?
Grito Lynn con fuerza desde su cuarto. Nunca antes un insulto me había hecho sentir tanta satisfacción y paz de un momento a otro, como si me estuviera salvando una campana de la escuela justo antes de una exposición de la cual no había hecho la tarea y dependía todo mi semestre.
Mentiría si dijera que no me sentía aliviado, pero sabía que esto solo era temporal y aplazaba lo inevitable.
- ¡Lynn! ¡Cariño,ya te dije que cuides tu vocabulario! ¡Eres una señorita hecha y derecha, no puedes ir gritando esa clase de cosas y menos a tu hermano!
- ¡I-iré a... A... v-ver qué pasa papá!
- Sí hijo, perdón por siempre ser nuestro apoyo. Se que hemos cargado muchas cosas en tu espalda durante toda tu vida. Ser el único hermano varón de diez hermanas es algo definitivamente difícil, pero serlo de la familia Loud es algo que realmente merece un premio. No sabes cómo le agradezco al destino que me haya dado a tan maravilloso hijo, que siempre vela por el bienestar de todas sus hermanas. Cuando acabes, puedes tomarte un descanso, tengo una sorpresa para ti.
Las palabras de papá no hacían más que hacerme tragar saliva. Papá nunca se había abierto de esa manera conmigo. Él no sabía que no era tan buen hijo como creía. Si tan solo me hubiera dicho eso ayer, creo que hubiera llorado de alegría...
Pero no, ahora solo era un pervertido que había manchado el inmaculado rostro de su hermana pequeña y ni siquiera tenía el valor de tomar su responsabilidad por ella.
Una vez arriba me encontré a Lynn que se veía bastante molesta.
- ¡Lincoln! ¿¡Qué demonios pasa contigo!? Ayer literalmente me dejaste en visto. Andas como zombie todo el tiempo y ni siquiera has comido desde ayer en la mañana. Ya hemos tenido esta discusión, si quieres mejorar el aspecto de tu cuerpo tienes que alimentarte correctamente.
- Oye, lo siento, no es que no quisiera hacerlo, pero...- Mi lengua se había trabado por completo. No podía continuar mis palabras y antes de seguir me dijo.
- ¿Pero qué Lincoln? ¿Pasó algo en la escuela? ¿Alguien te amenaza? ¿O acaso es un problema con una chica?
- Eeeeeh, sí, supongo que es algo así. Tuve un problema con una chica, pero es algo de lo que no puedo hablar ahora...
- Lincoln, se que no he sido la mejor hermana del mundo, pero quiero que sepas que te quiero. Eres mi adorado hermanito y único hermano varón que tenemos; si algo te molesta puedes contar con todas nosotras, tenlo por seguro.
- Si, Lynn, gracias. Tus palabras me dan aliento, pero esto es algo que debo hacer por mi mismo... Debo hacerme cargo de mis errores y ser responsable de mis acciones.
- Diablos Lincky, suenas muy serio. Te prometo que no me meteré pero... ¿Qué pudo ser eso tan grave?
¿Embarazaste a una chica? ¿Mataste a alguien?
Al escuchar a mi hermana casi me ahogo con mi propia saliva para apresurarme a contestar.
- ¡¡Nooo!! Lynn, no es eso... Solo es algo... Complicado...
- Bueno, entonces, si no mataste a nadie y no es un bebé, no te preocupes, todo tiene solución menos la muerte hermanito... Solo tómalo con calma o podrías salir lastimado.
- G-gracia Lynn...
Tras eso y con algo de miedo de encontrarme con Lucy, mientras me retiraba, miré de reojo para comprobar si mi oscura hermana estaba ahí, pero no alcancé a ver nada. Supongo que ese era mi castigo por aplazar lo inevitable, tendría que decir todo en la cena.
El resto de la tarde paso más rápido de lo que pensé. Cuando nos sentamos todos a comer y ya estábamos en nuestro lugar, pude ver que solo faltaba una hermana, Lucy.
"-Definitivamente ella debía estar sufriendo mucho-", pensé.
Entonces, cuando me preparaba para hablar, antes de que pudiera decir algo, gritó mamá el nombre de mi hermana.
-¡¡Lucy!! ¡Amor, baja! Ya está lista la cena cariño, ya estamos todos sentados, solo faltas tú.
Mi espalda se enfrió al escuchar que la llamaban y sentí la presión sobre mi cuerpo. Empecé a sudar y marearme un poco, pero fue entonces cuando la ví. Era Lucy, con una cara seria y tranquila, como la de siempre, bajando las escaleras en total silencio hasta que llegó a la mesa.
- Hola, lamento llegar tarde.
- Está bien cariño, todavía no empezábamos.
- Oh, por cierto hermana ¿me dejarías esta vez sentarme a un lado de Lincoln?
- Claro Lucy pero ¿Por qué o qué? ¿Tienes algún asunto con Lincky?
- No es nada importante, solo tengo ganas de comer a un lado de Lincoln..
- Ummm... Okey.
Mi mente se había puesto en blanco, no podía creer lo que pasaba, Lucy se iba a sentar a un lado mío ¡DIABLOS!
Solo podía pensar que no era por simple amor por su hermano o de acompañarme en la cena, si no, que planeaba algo. Quizás decir todo lo del incidente a un lado mío para evitar que yo escape. Aun así, estaba demasiado desconcertado como para prestarle mucha importancia a lo que Lucy pensaba.Yo ya había tomado una decisión...
"-No hace falta nada de esto hermana-".
Pero ahora había otro problema y fue que me estaba muriendo de vergüenza cuando la vi pasar justo enfrente mío al acercarse para tomar su asiento. No le pude quitar los ojos de encima, no pude dejar de recordar su rostro empapado de... Eso... Y muy dentro mío pensé...
"- Joder. Soy un verdadero cerdo-"
Repitiéndolo como rosario en mi mente...
Por alguna razón, durante un segundo microscópico, me odie mucho a mi mismo por haber disfrutado un poco ese recuerdo que pasaba por mi cabeza tantas veces como un disco rayado. Al verla, solo pude notar su blanco y sucio rostro manchado por mi hombría; y el hecho de que me haya gustado por lo menos un poco en mi retorcida cabeza, me apresuraba a gritar mi confesión.
Todo esto me llenó de valor y ánimo para poner fin a esta situación de una vez por todas y recibir un castigo digno por mi maldita depravación que me tenía justo donde estaba: en este problema, con el miedo y desesperación.
- Bueno. Mamá, papá, hermanas, tengo algo que decirles...
-¿Qué pasa hijo, todo está bien campeón? Desde hace rato que te noto preocupado.
- No papá, verás, lo que pasa es que yo tengo algo que decirles... Necesito confesar algo que hice... Yo ayer... Mientras estaba en mi cuarto... y luego...
- ¡¡¡¡Aaachuuu...!!!
Un estornudo sorprendentemente fuerte de Lucy hizo que todos guardaran silencio mientras la atención se fijaba en ella.
- Salud cariño... Y bueno Lincoln, entonces ¿Nos decías?
- Si papá, veras, yo tengo que pedirles disculpas a todos... No se como decir esto por que soy un... un... m... !!!! Aaaaaaaaahg!!! Mierrr....Mana!!!
Antes de lograr terminar mi estrofa sentí un fuerte pisotón en el pie. Tan fuerte que se partía mi empeine a la mitad. Cuando logré recapacitar y buscar al autor de esa agresión, pude ver de reojo el pequeño pie de mi hermana Lucy clavado fuertemente sobre el mío, mirándome con una cara de inocencia que jamás había visto y una expresión de aparente sorpresa por el gran grito que di más que por su actos desapercibidos.
- ¿Pasa algo hermano? Te ves fatigado. Deberías de solo comer algo y descansar. Haces mucho por nosotras todo el tiempo. Te mereces unas pequeñas vacaciones, Lincky.
Cuestionó Lucy mientras miraba la tremenda cara de idiota que puse al escuchar sus palabras con su talón de aquiles taladrando mi pobre pie.
- T-tienes razón Lucy, creo que n-necesito descansar...
Contesté con un poco de miedo, mientras mi padre proseguía sin dejarme decir nada más.
Lincoln, justo de esto te quería hablar en la tarde antes de ser interrumpido.
Tu madre y yo creemos que mereces algo por todo tu esfuerzo en estos años. Además, ya te estás convirtiendo en todo un hombre y necesitarás más privacidad para ti ya que eres el único chico de la familia Loud.
Eres muy importante para nosotros, ya que contigo seguirá el apellido Loud. Tu madre y yo ya hicimos el pedido a HomeDepot. Mañana vendrá un equipo de reparación a arreglar y acondicionar el ático para volverlo un lugar cómodo para ti.
Las palabras de mi papá pasaban a oídos sordos. No podía creer nada de lo que estaba pasando. Había hecho algo horrible a mi propia hermana menor y en lugar de un castigo estaba siendo recompensado. Pero lo que menos podía entender y más me perturbaba fue esa cara y sonrisa que empezó a dibujar Lucy mientras me miraba a los ojos y su fuerte talón machacando mi pobre zapato.
- Uh... Lincky tendrá una gran habitación solo para él, sin molestas hermanas de vecinas, qué suerte.
Exclamó Lori en tono de burla.
- Felicidades Lincoln, te lo tienes todo merecido.
La voz tétrica y suave de mi hermana Lucy era inconfundible. Aunque seguía con esa sonrisa inquietante que no podía descifrar.... "-¡Maldición! ¿Quién es esta niña y qué hizo con mi hermana? ¿Acaso soñé lo de anoche?-" Pensé mientras miraba su gentil rostro para comprobar mis dudas.
Al final, todo lo que pude decir fue un "gracias familia, los amo a todos" con cara de idiota y continuar jugando con la comida...
Pobre e inocente Lincoln del pasado... No tenía ni puta idea de todo lo que estaba por pasar y los problemas que esa sonrisa había comenzado...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro