(...)

Ella le sonrió a Ringo, y él sonrió igual, aunque su sonrisa era débil.

-Ya verás que estarás mucho mejor Rich -Dijo Eleanor, posando su mano en la mejilla de Ringo y acariciándola. Él sólo la veía.- pero, por favor, no más intentos de suicidio... ¿Si? -sonrió-

-No puedo asegurarte eso... -Le respondió Ringo, volteando a ver la máquina a la que estaba conectado con odio. Toda su infancia vivió en hospitales, y ahora, regresaba a uno- es lo que anhelo... desde hace tanto.

Suspiró y bajó la mirada. Eleanor la subió y lo vio a los ojos. Aquellos ojos azules tan hermosos para ella.

-Promételo -Le dijo seria- no quiero perder a mi amigo. Al único amigo que he tenido.

Él la vio y lo pensó unos minutos. Antes de que pudiera responderle, la puerta se abrió y por ella entraron John, Paul y George. Al ver a Ringo, pusieron caras de decepción.

-Qué lástima -Habló John- creíamos que habías muerto.

Eleanor rodeó los ojos, irritada.

-¿Por qué nunca sucede? -Dijo Paul, fingiendo ponerse triste-

-Porque eso sería un verdadero milagro, y a nosotros nunca nos ocurren esos tipos de suerte -Dijo George y sonrió burlón-

Ringo sólo bajó la mirada tristemente.

-¿Por qué me odian? -Susurró bajo, pero audible-

-¿Qué por qué? -Le dijo John riéndose un poco, al igual que todos- porque eres un idiota...

-Un tarado... -Dijo Paul-

-Inepto... -Añadió George-

-Inservible.. -Se fueron acercando lentamente a la cama donde Ringo se encontraba-

-Estúpido...

-Tarado...

-Y absurdo... -Le dijo John muy cerca de su rostro- ser viviente en el mundo -Dijo en su oído-

John chupó su dedo índice y lo metió en el oído de Ringo, mientras hacía que saliera fuego poco a poco. El pobre se retorció de dolor, mientras la temperatura aumentaba más y más. Eleanor tapó su boca por la sorpresa y la incredulidad, mientras los demás reían malvados, deleitándose con ver sufrir a Ringo.

-¿Te gusta narizón? -Le dijo John malévolamente- ¿Quieres más?

-¡¡No, por favor!! -Le suplicó Ringo, llorando de dolor, retorciéndose y apretando la sábana- ¡¡Basta, te lo suplico John, por favor!!

Pero sus súplicas eran en vano, porque John subía la temperatura. Tanto, que llegó al grado de que salió una poderosa llamarada de fuego, Ringo gritó y se desplomó, aunque aún seguía consciente. Lloraba por el dolor, y no era para menos. Sangraba un poco, eso era serio. Todos rieron a más no poder.

-JAJAJA, ¡¡IDIOTA!!

Pero hubo algo que los calló de inmediato. Eleanor, harta y furiosa, se levantó de donde estaba y abofeteó con todas sus fuerzas a John. Éste volteó el rostro debido a la fuerza del impacto, y cuando lo regresó para verla, su mejilla estaba totalmente roja. Todos la vieron incrédulos, incluso Ringo. Había parado de sollozar y volteó justo para ver esa escena. John se sobó y dijo:

-¿Qué carajos...? ¡¿Qué te ocurre mujer?!

¡¿QUE QUÉ ME OCURRE?! -Estalló ella- ¡¿NO ES OBVIO?! ¡ESTOY HARTA! ¡HARTA DE USTEDES! ¡HARTA DE CÓMO TRATAN A RINGO! ¡HARTA DE SU ESTUPIDEZ! ¡HARTA DE TODO!

Realmente estaba enojada, y así, daba miedo. John y los otros retrocedieron unos pasos.

-¡¿NO SE CANSAN DE SER TAN IDIOTAS?!

Suspiró y tomó aire varias veces para intentar calmarse. Luego, dijo:

-¿Por qué? ¿Por qué son así con él? ¿Qué les ha hecho, eh? Por su culpa está traumado. ¡Basta ya! No saben cuánto sufre, día y noche, por su maldita culpa.

-Hey... tranquilíate... sólo son bromas linda...

-¡¿Bromas?! ¡¿En serio?! ¡No pueden ser más estúpidos!

Se acercó a Ringo, que la veía sorprendido, sin dar crédito al hecho de que alguien lo defendiera.

-Dame tus brazos Ringo -Le dijo, poniendo su mano.

-Pero...

-Dije... dame... tus brazos... Ringo -Le repitió seria.

No tuvo más opción, así que sacó sus brazos de debajo de la sábana y se los acercó. Ella tomó uno, lo volteó para que su antebrazo quedara boca arriba y se lo mostró a los chicos.

-Miren las consecuencias de sus a
actos.

No sólo en la muñeca, sino en todo el antebrazo, había marcas y cicatrices de cortadas con un poco de profundidad.

-Todas las noches, Ringo se tortura recordando cada insulto, cada mala palabra, cada acto que ustedes, trío de idiotas, le hacen. Eso le duele mucho, y la única manera en que se siente un poco reconfortado, es haciéndose dolorosas cortadas. ¿Ven lo que provocan?

John, Paul y George se sintieron mal. No sabían ese lado suicida de Ringo, pero, ¿Por qué lo tiene? Por su culpa. Bajaron la mirada, con remordimiento y culpa.

-Nunca razonan nada. Son unos tarados. Ahora, lárguense de aquí y dejen al pobre descansar. ¡¡Fuera!!

Fue con ellos, y empujándolos, los sacó de la habitación. Regresó con Ringo, que seguía viéndola sorprendido, pero a la vez, muy agradecido.

-Elie...

-¿Qué pasa Rich? -Le dijo sonriéndole, sentándose a su lado otra vez y tomando su mano.

-Muchas gracias -Dijo sonriendo agradecido- nunca creí que... que le importaba a alguien

-A mi sí me importas -Dijo ella. Volteó a ver el reloj y se sorprendió un poco- ¡Mira! Ay dios, estuve mucho tiempo aquí -rió un poco- creo que mejor me voy.

Se iba a levantar, pero Ringo la detuvo.

-No te vayas... -Dijo triste- quédate...

-No puedo -Le respondió Eleanor, un poco triste también- pero prometo venir mañana, ¿Si?

-Ok..

Se levantó, y antes de irse, besó a Ringo en la mejilla, el cual se sonrojó.

-Nos vemos

-Si, adiós

Eleanor salió, dejando a Ringo solo. Él sonrió, se acomodó un poco en la cama, y durmió tranquilo. Después de tanto tiempo, por fin tuvo paz....
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Bien chicos y chicas, aquí les dejo un pequeño adelanto. Cruel, lo sé, Ringo sufrirá mucho, así que, por lo menos en este fic, les doy permiso de que odien a John, a Paul y a George.
Pronto el primer capítulo ;)