Día 6
Un cartero celestial, con alas de aurora boreal,
vuela sobre el mundo dormido, un saco de luz, su fiel señal.
No lleva cartas de papel, ni tinta negra y fría,
sino sueños brillantes, de colores que al alma envían alegría.
Su paso es silencioso, como la brisa en la noche,
deja tras de sí un rastro de estrellas, que a la luna le hacen eco.
En cada hogar, una visita, un toque suave en el cristal,
un destello de esperanza, que ilumina el más oscuro mal.
A los niños, les deja juguetes de luna y polvo de estrellas,
a los jóvenes, sueños de amor, que florecen como bellas adelfas.
A los mayores, recuerdos de momentos felices y serenos,
un respiro de paz, en medio de los días tormentosos.
Deja una estrella fugaz, en cada corazón que anhela,
un deseo cumplido, una bendición que consuela.
Lleva consuelo a los tristes, fuerza a los débiles y cansados,
y a los que buscan la verdad, un camino iluminado y sagrado.
Su saco, infinito tesoro, nunca se vacía del todo,
siempre hay un sueño nuevo, una esperanza que se ha de sembrar con cuidado.
Y al amanecer, cuando el sol despierta,
el cartero celestial se marcha, dejando un mundo más hermoso y reparado.
Hola, antes que nada se que debí publicar este poema ayer Pero fui por un motivo externo me fue imposible hacerlo
Espero que lo disfruten
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