La estrella de Belén, no solo guía,
con su luz dorada, un camino traza,
sino que desea, con luz que se derrama,
sobre la tierra, un futuro que abraza.

Desea paz en la tierra, un silencio profundo,
donde el odio se apague, y florezca el consuelo.
Que las guerras terminen, y nazca un nuevo mundo,
lleno de esperanza, un futuro sin duelo.

Desea amor en los corazones, un fuego que abrace,
compasión y ternura, que nunca se acaben.
Que la bondad se extienda, y la maldad se desvanezca,
que la unión y la amistad, siempre nos acompañen.

Un mundo mágico, lleno de emociones,
donde la fantasía y la realidad se fundan.
Donde los sueños se hagan realidad, y las ilusiones,
florezcan como flores, en campos profundos.

Que la inocencia de un niño, ilumine el camino,
y la sabiduría de un anciano, nos guíe con calma.
Que la música del universo, nos envuelva en su ritmo,
y la belleza de la naturaleza, nos llene de calma.

La estrella de Belén, testigo de este anhelo,
desea un mundo mejor, para todos nosotros.
Un mundo donde reine la justicia, y el respeto,
donde la paz y el amor, sean el mayor tesoro.