[Jeon Jungkook]

— ¡¿Que clase de loco no usa casco de seguridad?! — exclamo alertado por la velocidad con la que maneja, el viento hace que él pegue en la cara y me despeine mis cabellos azabaches.

— ¡Yo vivo al máximo! — su risa es cruel, no por maldad sino por burla a mi temor.

Yo no logro calmarme hasta que llegamos frente a mi casa y me bajo de su vehículo. Cuando me voy sin despedirme él se precipita y me toma por la cintura haciendo que gire.

— ¿No vas a pagarme? —  ríe con sorna.

— No te daré dinero por... — pero no me deja terminar.

— Eso no... ¿Y si me das un beso? De despedida, claro. — parece una diva de la cuidad cuando habla con esos aires de grandeza.

— No besaré a un desconocido — lo aparto para poner las llaves en mi puerta y cuando me giro a verlo él está mirando la casa atentamente.

— Oh... Ya entiendo, tú eres Jeon Jungkook, el hijo del sheriff... — él mismo asiente con su cabeza mientras me da el visto bueno por todo mi cuerpo con sus ojos recorriendo mi persona. Me siento invadido — todo el mundo sabe tu nombre pero pocos conocen tu cara. ¡Ja, creo que no deberíamos vernos otra vez! Pero... Tu me gustas, pequeño. — admite algo sospechoso.

— Tu tienes razón, no deberíamos vernos otra vez... Eres alguien desconocido para mí.

— Ten en cuenta que todos los romances comienzan con dos desconocidos, después de todo — alza sus cejas de arriba abajo mientras se aproxima a mi y me acorrala contra la pared, colocando su rodilla peligrosamente cerca de mi intimidad —  Jamás hubiera imaginado que el hijo del comisario se viera así — me recorre con sus ojos el cuerpo una vez más — tan apetecible y caliente...

— Oye... — coloco mis manos en su pecho pero eso solo provoca que me den más ganas de tocarlo, su cuerpo se siente acogedor debajo de mis manos  — Yo... No busco sexo si es para lo que te has ofrecido al traerme aquí.

— Lastima, yo si. — él no se aparta solo se acerca más — pero considerando que eres el hijo del sheriff, no me daría una ventaja todo esto..

— No es como si le fuera a contar a mi padre de todas formas.

— Si, bueno... — él se rasca la nuca, parece nervioso — tu padre seguro está al tanto de "The Lions" Supongo.

Lo observo extrañado.

— Siempre sigue el rastro de la mafia pero... ¿Eso que tiene que ver ahora?

— Bueno... — el se ríe y luego con su mano levanta la manga de su chaqueta, yo observo su brazo y bajo la luz parpadeante del farolito de mi casa diviso el tatuaje en su antebrazo: es como un rasguño de gato.

La marca de la mafia Lion.

Una pizca de miedo atraviesa mi espalda y llega hasta mi garganta, provocando que me salga un hilo de voz entrecortada.

— Yo... D-debo irme.

— Uh, el niño bueno cambio de parecer ¿Eh?

— Alejate, no tengo nada para darte.

Estoy a punto de cerrarle la puerta en la cara cuando su risa y su pie detienen mi movimiento.

— No me hagas nada... — le pido en un hilo de voz temblando.

— Hablas como si te fuera a poner una pistola en la frente, Jeon...

Solo lo observo mal, en este punto no tengo ni la menor idea de si está bromeando o de verdad hará eso.

Tengo miedo.

— V-vete... Ya te dije que no tengo nada para darte.

— Sí, tienes algo que quiero — abre la puerta de una y yo retrocedo — ¿No me darás ese beso?

Lo miro sin saber que decirle... Quizás solo quiere un beso y se irá. Quizás no robara nada de aquí.

O quizás me besa y me apuñala por la espalda.

— Si no quieres besarme sal conmigo mañana.

— No... — me choco contra la mesa. Todo está muy oscuro y el chico de brillantes ojos celestes se acerca a mí hasta que me vuelve a tomar de la cintura y yo ya no se que hacer por mi vida.

— ¿Por qué no? Es domingo, nadie hace nada los domingos.

— Y-yo... No puedo, estoy ocupado.

— ¿Con que? ¿La tarea? No me hagas reír. — Taehyung me sigue acorralando contra la mesa y de a poco entierra sus labios en mi cuello pero yo estoy atemorizado como para moverme. Sus húmedos besos viajan al rededor de mi cuello y tira de mi remera para besar mis clavículas y luego otra vez el cuello hasta que llega a mi barbilla y se queda muy cerca de mis labios. — Si me dejas besarte te prometo que te encantará. Dicen que soy el mejor así que... Conmigo estarás en el cielo.

— No... — niego con la cabeza repetidas veces, muy nervioso.

— ¿No? — Díablos, es en demasía seductor y atemorizante... Taehyung inclina su cabeza y sus labios se acomodan en la comisura de los míos y deja un ligero rastro de saliva allí. — ¿Tienes miedo porque soy parte de Lions? — asiento ligeramente — Escúchame bien, hermoso: Te note apenas entraste al bar, me atraes y no te das una idea de lo caliente que me tienes ahora, pero estás tan asustado que me voy a ir y volveré por ti mañana, sin discusiones.

— No vengas...

— No voy a matarte si es lo piensas.—  lo miro incrédulo. — los Lions solo matan a las personas que se lo merecen, y tú — él se acerca y con su lengua lame mis labios y por un instante, a pesar de mi temor, quiero que siga haciendo eso — a menos que me des un buen motivo para matarte, no lo haré.

Dicho eso él se aleja de mi y antes de cerrar la puerta dice:

— Fue un placer haberte conocido, Jeon Jungkook.