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[36] ¡Kookie & Sex!

[Jungkook]

Siento cómo el líquido pre-seminal escurre hacia abajo mientras él usa su mano y sus dedos para llevarlo hacia... ese lugar. Y entonces toda la magia que sentía hace tan solo milésimas de segundo, se esfuma por completo. Y por culpa de mis movimientos rígidos, él se da cuenta.

—Tranquilo, debo dilatar primero, de esa forma no te dolerá tanto. ¿Sí? — asiento tímidamente con la cabeza mientras él se arrodilla sobre el colchón yo intento calmarme otra vez mientras admiro la belleza de su cuerpo; su V que viaja hasta su intimidad se marca un poco menos que la mía, se nota que no le gusta hacer ejercicio, pero aún así tiene un cuerpo muy lindo, formado y sexy. Kim Taehyung me atrae.

Veo todos sus movimientos; desde que el lubricante ocupa su mano hasta que antes de colocar sus dedos justo ahí, me observa, yo hago lo mismo.

— No hagas fuerza para que no entre, porque vas a gritar de dolor. Sólo... — parece pensar lo que quiere decir — relaja todo el cuerpo, y no debes tensarte, ¿sip?

Su tono es tan amable y abrigador que no puedo negarme a su recomendación. Intento cerrar los ojos y echar mi cabeza a la almohada para estar más cómodo, y destenso todos mis músculos mientras flexiono mis piernas y las separo un poco más que antes para darle mucho más espacio. Al dar un largo suspiro, con el corazón en la punta de la lengua, siento la presión de uno solo de sus dedos contra mi entrada.

En ese instante todo en mí se paraliza. Quiero llorar por el temor pero hay algo desconocido en mi mente que me obliga a ser fuerte y no lloriquear por una estupidez. Relajate, relajate, relajate.

Literalmente solo tengo la yema de su dedo, pero... me estoy muriendo.

— ¿vas bien? — aunque la pregunta es estúpida, ni siquiera metió ni la mitad.

— S-solo... sigue. — hago una pausa y abro los ojos, él me está mirando. — tengo miedo. — siento a mi mano derecha temblar apretando la sabana. — pero sigue... si no lo hago será peor después.

— Está bien. — su tono me reconforta y de a poco se va introduciendo, no sé que rayos haces pero mi interior se lo agradece por unos segundos, hasta que comienza a mover hacia arriba es entonces que siento un pequeño dolor que hace que mi temor vaya en aumento. — Tranquilo... — creo que el pobre ya no sabe cómo calmarme. Ahora simplemente agradezco la paciencia que me tiene.

Su único dedo se mueve para todos lados y eso me asusta, no tanto hasta que mete un segundo que entra perfectamente a causa del lubricante. Me duele de a momentos, el problema es que sus dedos son delgados pero malditamente largos. Tae hace un movimiento extraño dentro de mí, pero a cada segundo que pasa mi cuerpo parece destensarse y comenzar a sentir calor en todas las direcciones. Algo tremendamente sexual se apodera dentro de mí y ahora solo deseo que mueva sus dedos sin parar, pero todo buen instante se esfuma, y cuando quita sus dedos de dentro de mí un dolor hace que de un respingo.

— Sí, eso último suele pasar. — dice tranquilamente. — ya vuelvo.

Tae desaparece de la habitación y a lo lejos escucho el agua correr, seguro que a lavarse las manos. Bien, estaba a punto de exigirle que eso hiciera.

No sé porqué pero me siento partido en dos.

Cuando Tae vuelve me observa de arriba abajo, yo lo miro sin expresión, esperando algo.

— Eso es suficiente ¿O quieres que siga? — suena preocupado.

— Siento que estoy... bien. Aunque, partido en dos — eso lo hace estallar en risas para luego acallarlas con un gemido mientras se toca su intimidad. Una punzada de placer se extiende por todo mi cuerpo al ver eso. Después de unos segundos abre el condon y se lo pone rápidamente. — Me pregunto si eso va a caber en mí...

Parece divertirse por la sonrisa que se le hace en la cara.

Es que... Taehyung es malditamente grande. Extenso y grande.

Me relamo los labios por una imagen mental que acabo de tener.

— Tae. — lo llamo, mira atento. — creo que será mejor que te quites eso y solo uses lubricante. Llego a pensar que me puede raspar o algo.

— Cómo quieras Jungkook. — me hace caso a lo que le digo y luego de alistarse se posiciona entre mis piernas. Tomo su espalda entre mis brazos y su cadera baja entre mis piernas. Cuando él se acomoda y empieza a hacer presión hacia adentro me sorprende con la facilidad que se desliza. Poco a poco entra hasta que llega al fondo y lanzo un grito que lo asusta. — ¿Te duele? — usa su grave voz preocupada.

— Solo fue... — tartamudeo, ¡qué miedo! — dios, Tae, es que... eres muy grande.

— Entiendo... me quedaré así un tiempo, cuando estés listo, dime.

Taehyung se dedica a calmarme llenado mi cara de besos y caricias mientras yo hago lo mismo con su espalda: acaricio de arriba abajo y dejo que mi interior se acomode tranquilamente a su tamaño, a pesar del dolor que siento al tener algo dentro de mi, logro relajarme un poco más y notar cómo me llena a la perfección, lo bien que encaja conmigo.

Mi interior se siente agradecido de que Tae se hubiera lubricado, y a pesar de que siento su piel ahí adentro, y por poco me parece asqueroso, lo disfruto. La sensación es rara pero...

¡Estoy haciéndolo!

— S-sigue.

Tae suspira y se separa un poquito de mis rostro para mirarme a los ojos mientras se muerde el labio por el placer que siente. Se mueve dentro de mí y juro que quiero gritar lo más fuerte que pueda, pero me aguanto, debo dejar de ser tan cobarde. Una vez que está dentro hasta el fondo se mueve intentando ir más allá y, sin querer (o queriendo, quién sabe) toca algo que me hace arquear la espalda por puro instinto. Mis pequeñas uñas se clavan en su espalda para deslizar los dedos hasta sus costillas. Aprieto mis dedos en su piel mientras él se mueve lentamente y por unos momentos creo que lo estoy lastimando, sin dudas le dejaré rasguños involuntarios.

Debería dejar de apretarle la espalda, pero no es cosa mía, no l puedo controlar. Me siento extraño.

— ¿Vas mejor? — pregunta apenas perceptible. Yo asiento con la cabeza mientras vuelvo a gemir. Tae sigue moviéndose pero ahora va un poco más rápido que antes, solo un poco.

Me atrevo a besarlo para que el miedo se desprenda de mí, y una vez que eso sucede, empiezo a disfrutar de verdad ésto.

— Mhg, T-tae... — echo mi cabeza hacia atrás sin pensarlo. Una onda eléctrica me recorre el cuerpo y en respuesta me muerdo la mejilla interna ahogando un jadeo.

Para cuándo me doy cuenta la habitación está llena de gemidos, gruñidos por parte de Taehyung y el golpeteo del marco de la cama contra la pared.

En cierto momento él se detiene y se acuesta a mi lado indicándome que me siente en su regazo y continúe con la tarea. Yo como todo un inexperto tardo mi tiempo en volver a introducir su intimidad en mí. Lo observo, dudando.

— N-no se...

— Solo muévete —  me dedica una sonrisa y un guiño para luego llevar sus manos a mi cadera y ayudarme con el movimiento. Yo inclino mi cuerpo hacia el suyo, y nuestros alimentos se mezclan mientras me muevo sobre él y noto que de esta forma estoy más cómodo, puesto que puedo ir a mi ritmo.

Por su puesto que Taehyung aprovechar mi despreocupación mientras mis manos se mantienen sobre sus hombros para no desestabilizarme, las suyas juegan en mi cuerpo: una apretando mi trasero y la otra masturbándome rápidamente.

— ¡Mhg! ¡N-no... Ahhg-aguanto! — chillo moviendome más rápido. Cuando mis movimientos fallan por completo, es él quien se encarga de continuar, muy rápidomente.

Se lo agradezco jadeando y gritando su nombre sin poder aguantar y, cuando esa presión tan fuerte se hace presente en mi cuerpo, me vengo sobre su mano mientras no deja de tocarme y hacerme desear mucho más.

— ¡Mgh... Jung...kookie-ah! — sonrío y lo beso cuando sus movimientos se hacen lentos, hasta que se detiene para correrse dentro de mí. Me asusta sentirlo, pero es jodidamente placentero.

— Oh... —  suspiro cuando las últimas estocadas se hacen presentes. Literalmente me dejó caer en su pecho, pero me sigo moviendo un poco sobre él, increíblemente Taehyung me llena tanto que no quiero que salga.

Cuando no puedo más y todo en el cuarto se calma, me acuesto a su lado con un gran y doloroso esfuerzo por culpa de la puntada de dolor que acabo de sentir dentro.

Tae se acerca y me besa lentamente, yo correspondo como si mi vida dependiera de ello mientras paso mis manos por su cuello. Me siento increíblemente feliz, extraño, pero feliz.

— Deberíamos... ¿Tomar una ducha? — susurro sobre sus labios, y él hace lo mismo inconscientemente.

— Claro que sí, lindura. — la voz se le hace afónica y por un momento me detengo a recordar cómo se escuchaban sus gemidos hace unos minutos. Tan graves, profundos y sensuales, todo lo contrario de los míos que solo logran ser agudos y molestos.

— M-me gustó... Fue muy placentero.

— A mi también, esos movimientos, bebé, me volviste loco. Deberíamos hacer esto más seguido — me guiña aún ojo seductoramente y luego agregar antes de levantarse y tenerme una mano — si tú quieres.

Juntos vamos hacia el baño y lo observo desde el marco de la puerta abrir la ducha calentita, mientras el baño se llena de vapor, le confieso con una voz seductora:

— No podría estar más de acuerdo.

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