[Jeon Jungkook]

Al día siguiente de la pijamada llegué a casa por la tarde y me quedé pensando en todo lo que había pasado en la casa de mi amigo.

Jimin llevó a Yoongi a la pijamada, y debo admitir que cuando todos lo vieron se quedaron más que estupefactos y casi sueltan un "¡¿Que rayos hace este loco aquí?!" Pero por lo visto mi amigo fue más precavido y apenas entró por la puerta presentó la notícia oficial de que Yoongi es su novio.

Por su puesto las risas no tardaron en hacerse presentes por todo el lugar, y eso pareció incomodar a Yoongi, quien solo miraba a su novio con cara de "hay que irnos ya".

Pero después de un rato de que todos mis amigos se dieron cuenta de que la relación de Jimin era en serio, decidieron respetar su decisión, pero las apuestas en ver cuánto duraban no tardaron en hacerse presentes también.

Por otro lado, yo estuve pensado en Taehyung casi toda la noche, y por culpa de eso Namjoon, quien es mi mejor amigo, se dió cuenta de que algo me pasaba, así que no me quedó otra opción más que contarle que me estaba viendo con el chico que conocí en el bar ese sábado. Mi amigo me felicitó y me dijo que no se lo contaría a nadie si yo no quería.

Y en realidad, prefiero mantener a Taehyung a escondidas, mis amigos pueden conocerlo, después de todo será cuestión de tiempo, pero no quiero que sepan lo de mafia.

Sería una catástrofe.

De por sí el tema de Taehyung me sigue preocupando bastante. Siento como si me tuviera que aferrar a él, pero a la vez pienso que eso es incorrecto, al menos durante este lapso de tiempo en el que él intenta ser mejor persona.

Estoy seguro de algo, y es lo ayudaré a cumplir su meta. Yo no quisiera andar lamentando el hecho de no haberme acercado nunca a él. ¿Y si construimos algo bonito? No me agradaría perderlo, odio estar sufriendo.

Tomo mi celular y marco el número de Tae, quizás puede venir a buscarme. Espero a que los tonos de la llamada paren y la voz de Tae resuena al otro lado de la línea.

- ¿Sí? - dice él.

- Soy Jungkook, Tae...

- Oh, ahora tengo tu número. -cadi que lo puedo ver sonreír, seguro es una de esas sonrisas ladinas - de hecho estoy afuera de tu casa.

Abro los ojos por la sorpresa y cuando le voy a contestar algo él me corta la llamada, así que corro hasta la puerta de entrada y abro esta misma con una sonrisa en la cara.

Pero al verlo, la sonrisa se me desfigura en una mueca horripilante.

- ¡¿Tae, pasó?!

Él mira hacia el suelo, apenado.

- Tengo que decirte algo. - suena muy serio, como nunca antes.

- Ven pasa, voy a curarte esas heridas.

Tae cierra la puerta y lo dejo que se siente en mi cama mientras yo rebusco en el baño el botiquín de primeros auxilios. Cuando regreso con él me siento a su lado, el colchón se hunde por el peso extra.

- Taehyung... - dejo que su nombre fluya entre mis labios, y me lamento por verlo así, en este estado. Su ojo que antes se estaba curando, ahora está más morado que nunca, tiene un corte en la mejilla y el labio partido, sus manos también están llenas de moretones, en especial los nudillos de los dedos, por lo que me hace deducir que se metió en una pelea, así que me atrevo a decir algo al respecto - ¿Te peleaste con alguno de tus clientes?

Pero él niega con la cabeza y luego aparta el rostro cuando uso alcohol para desinfectar la herida.

- Tengo que decirte algo, es importante... - su tono de voz apenas es audible, lo cual me preocupa. No sé porque pero verlo así hace que algo duela en mi interior. Cómo un escondite que no sabía que tenía, me duele. - Después de todo, tú tenías razón al no querer meterte conmigo.

- ¿Por qué? - me freno en seco durante un segundo - recuerda que ya tomé la decisión de ayudarte, no vas a querer convencerme de lo contrario ahora ¿O si?

- ¿Cómo puedo hacer para explicártelo sin que te asustes? - pregunta retóricamente mirando el suelo, pero yo levanto su barbilla para que me vea, y de paso limpiar la sangre seca de su labio inferior. Sus ojos celestes conectan con los míos durante un instante, pero luego aparta la mirada hacia otro lado - es algo difícil... - comienza sin mirarme - cuando llegué a casa antes de ayer, todo estaba patas arriba - lo miro seriamente ¿Acaso le robaron? ¿Estando en la mafia? - Jackson, un tipo con el que casi siempre, o más bien dicho SIEMPRE, tengo problemas, registró toda mi casa en busca de todos los ahorros que me guardo.

- Tae, eso es... ¡Horrible! ¿Acaso no puedes quejarte con alguien? - pregunto desesperado, pero él vuelve a negar con la cabeza, haciendo mis otras posibilidades menos probables.

- Me amenazó diciendo que si no le daba el dinero... - él hace silencio y su mirada se cruza con la mía, el corazón me da un vuelco al ver la tristeza dentro de sus ojos - él sabe que estoy saliendo contigo. - mis ojos se abren como platos, no puedo creer lo que estoy escuchando. - dijo que te haría daño... Así que como no quiero arrastrarte a mis problemas, al día siguiente le lleve el dinero pero tuvimos un problema, cosas que no entenderías. Y así quedé.

Lo miro estupefacto por su confesión. De verdad esto logra intranqulizarme.

- Tienes que salir de la mafia - declaro con tono autoritario, intentando pasar de largo el hecho de que alguien que no conozco pueda dañarme. - tienes que hacerlo si o si.

- Creeme que ahora lo tengo más claro que nunca. - Tae niega con la cabeza mientras yo observo sus heridas, está muy dañado.

Me levanto y dejo las cosas de primeros auxilios en el estante del baño, y vuelvo con Tae a la cama, aprovechando su distracción para colocar una mano sobre la suya. Sus dedos están rasposos por las heridas, pero aún así con mi dedos dedos acaricio toda la su mano.

- Con ese dinero me iba a mudar a la casa nueva, estos meses no estuve muy bien de plata, por estar ahorrado para pagar la primera cuota del alquiler. Mierda.

- Vas a tener que conseguir un trabajo. - Taehyung asiente con la cabeza - quizás puedas trabajar como mesero en Shadow, ¿Sabes? Ese delantal negro no se te vería nada mal - intento animarlo riéndome en el proceso, pero él solo sigue mirando el suelo sin hacer nada.

- Necesito más de un trabajo a la vez. - el se recuesta en el colchón y yo lo sigo mirando.

- Mi escuela está sin conserje... - le sugiero.

- ¿Y limpiar baños para toda la vida? - le sale una risa socarrona, como si fuera la peor idea que se me haya en años - paso.

Pero después de un minuto de silencio él vuelve a hablar.

- Espera... ¿Cuánto pagan? - pregunta cómo si una idea se formará en su cabeza.

- Creo que cuarenta dólares por hora. Si trabajas las seis horas que tengo de escuela todos los días, tendrás por lo menos mil doscientos dólares a la semana.

- Mmm... Puede ser. Quizás me lo piense. De todas formas necesito más trabajos.

Taehyung suena deprimido así que instintivamente me recuesto en la cama y me pongo de costado para abrazarlo, no se si esto lo reconforta o no, pero de todas formas solo sigo apegandome más a su cuerpo.

- Tengo algunos paquetes de mercancía en casa, no son de nadie, a veces los encuentro abandonados en los bares de la zona sur y me los quedo, puedo hacer bastante dinero con esos paquetes.

- Sabes que estoy en contra de que sigas traficando, mejor busca un trabajo.

- Lo sé, pero de momento haré esas entregas, tengo clientes habituales que pagarían bastante por los paquetes, con eso ya podría pagar la primera cuota del alquiler y luego trabajar y conseguí mi propio dinero.

- Será mejor que te esfuerces entonces... - Tae deja un beso en mi mejilla y yo cierro los ojos sin dejarme pensar en que necesito más de ese contacto, ignoro ese sentimiento.

- Me gustaría pedirte algo.

- No tengo suficiente dinero para darte...

- Eso no. - el se ríe por adelantarme al tema - ¿Puedes prometerme que no te alejaras de mi vida? Pase lo que pase.

Lo observo aprartandome un poco de él para verlo bien a los ojos. Está desesperado cayendo en la tristeza.

- Lo siento si te preciona esa pregunta - declara viendo que no le respondo nada - pero siento que si alguien te quita de mi camino, no estaré viviendo en paz. Jung, no se qué le haz hecho a mi corazón, pero te lo agradezco.

Me apego a él por sus palabras, a mi también nadie me había hecho sentir de esta manera, ni siquiera cuando Jimin me gustaba.

- Está bien, Tae. - entrelazo mi mano con la suya - no te voy a dejar.