[14] No puedo
[Jeon Jungkook]
— Al parecer mis alumnos no comprenden lo que significa la palabra "Tarea" — exclama la profesora Jones, golpeando la mesa con sus uñas, un horrible sonido.
Observo a mis compañeros, quienes a su vez se dan miradas cómplices. Yo no tengo a quien mirar, además no veo el porqué de sentirme culpable, entregué las cosas a tiempo.
Observo hacia la ventana y me dedico a ignorar el sermón que la profesora le está dando a toda la clase. La lluvia cae copiosa afuera, los relámpagos azotan el cielo y los truenos rugen como un tigre hambriento. Allí afuera la vida es salvaje.
Suspiro pesadamente. Faltan solo diez minutos para que las clases culminen, hoy es el último día, tengo el receso de invierno durante dos semanas. Unas hermosas semanas en las cuales ninguno de los profesores nos mandó a estudiar nada, aunque pensándolo mejor debo aprovechar mi tiempo libre para ir a la biblioteca de la zona norte y seguir con mi informe. Es algo que llevo haciendo hace unos pocos meses, es para literatura y será la nota que abarca todo el año. Yo estoy tranquilo aunque debo avanzar en la investigación... Mis compañeros ni siquiera han empezado, lo sé ya que en el grupo de WhatsApp nadie ha dicho una sola palabra del informe.
Un gran trueno provoca que preste atención a la clase, es entoces cuando me doy cuenta que medio mundo está volteando a verme, incluida la profesora Jones.
— ¿Si? — digo lo más bajo que puedo.
— ¿Jeon, puedes repetir lo que acabo de decir? — la profesora me observa expectante, al igual que los demás. Yo los observo como si mi vida dependiera de ello. Al parecer me colgué pensando en míl y un cosas. Pero para mí suerte el timbre se hace presente, así que dejo salir un suspiro mientras todos se retiran a excepción de algunos que le preguntan dudas a la profesora y esta última les responde muy de mala gana.
Paso por delante de su escritorio pero cuando estoy a punto de salir me doy cuenta que me acabo de olvidar el celular sobre el banco y al volver la profesora llama mi atención.
— Que no se vuelva a repetir esa falta de interés en mi clase, cero tolerancia, Jeon.
— Lo siento, no pasará otra vez.
Me despido de ella amablemente, aunque de todas formas me lanza una mirada de odio. Antes de salir por la puerta principal me paro a pensar en mis posibilidades: Jimin no ha venido hoy ya que en su curso había un examen y él no estudió nada ¡Sinceridad al cien por ciento! Por lo tanto no tengo con quien regresar a casa. No tengo la tarjeta del autobus, y la lluvia no me estaría ayudando de nada.
— ¿Que sucede Jeon? — escucho la voz de uno de mis compañeros a mis espaldas — ¿Hoy es el día de quedarse mirando la lluvia o qué? — cuestiona junto con un grupito detrás de él.
— A veces aburren las clases de la profesora Jones... — intento escapar del tema y seguirle la corriente, cuando quiero salir el chico me vuelve a llamar.
— Has estado así toda la semana — Dice Jun, uno de los chicos que reconozco — parece que estás muy tonto últimamente. — añade burlándose. — Perdedor.
Arrugo el entrecejo notablemente molesto y me largo de allí, camino rápidamente bajo algunos techos pero aún así la lluvia me empapa hasta los tobillos...
¿Por qué siempre se burlan por una estupidez? Ni que ellos fueran los santos del salón, me tienen hasta la cabeza con sus tonterías de chicos populares.
Con cada paso que doy es un poco más de frío el que se cala en mis huesos. No tengo paraguas, y estoy completamente mojado de pies a cabeza. Cruzo la calle intentando no patinarme, pero mis botas no parecen querer ayudar, en eso resbalo en el asfalto, ensuciando mi ropa, pero cuando menos me quiero dar cuenta un auto pasa al lado mío provocando que el agua en la calle me salpique.
Suspiro resignado lanzando un grito de odio hacia el cielo, y éste parece querer contestarme ya que un trueno estrepitoso se hace presente y un relámpago ilumina todo Omelas Norte.
Sigo caminando como puedo, creo que mi rodilla se ha raspado. A paso medio llego a una parada de autobús y bajo el techo reviso mi chaqueta por un poco de dinero, pero no traigo lo suficiente como para pedirme un taxi.
Últimamente mi padre no me ha estado dando tanto dinero y lo poco que tengo (por ahora) no puedo permitirme gastarlo en cosas innecesarias.
Ahora no puedo pedirle a Jimin que venga a buscarme. Él no puede salir de su casa con éste temporal. No puedo andar molestando a la gente todo el tiempo. Mis otros amigos están en sus trabajos, no puedo pedirles que me vengan a buscar así de la nada.
Me largo de la parada de autobús y busco un lugar donde quedarme: para llegar a mi casa a pie son unos cuarenta minutos. Con ésta lluvia será mejor esperar a que pare.
Mis pies avanzan lento, mi rodilla duele pero en cierto momento la lluvia deja de caer sobre mi cabeza, cuando me doy cuenta de lo que está pasando lo primero que veo es un paraguas arriba de mi cabeza.
Y al otro lado quien lo sostiene es nada más ni nada menos que la personas culpable de que yo me encuentre en éste estado deplorable.
Taehyung extiende el paraguas sobre mí, a la vez que la lluvia le cae encima de todo su cuerpo. Cuando lo observo más detenidamente me percato que tiene un ojo medio morado, pero apenas es visible.
Cuando estoy a punto de decirle algo el se da la vuelta mientras deja caer el paraguas al piso. Yo lo tomo y sin saber por qué voy detrás de él.
— ¡Espera! — corro hasta alcanzarlo. Cuando por fin voltea me observa sin expresión alguna — ¿Qué haces aquí? — pregunto poniendo el gran paraguas sobre nuestras cabezas para evitar seguir mojándonos. Hace una semana que lo veía.
— Tenía trabajo, me despidieron y espere a que salieras de la escuela, quería verte desde lejos pero escuché cómo te trataron esos chicos y no dude en segurite.
— Ellos siempre son así — le devuelvo el paraguas y me voy por mi camino, pero él comienza a caminar conmigo. El paraguas se supondría que nos debería cubrir a ambos pero el temporal tiene pensando otro planes: el viento provoca que el objeto se de vuelta hacia el otro lado mientras ambos tratamos de sujetarlo para colocarlo en orden. Cuando lo logramos la risa divertida de Taehyung en medio de la lluvia hace que me recomponga por fuera pero me destroza por dentro.
— Te ofrecería mi auto, pero literalmente acaban de robarmelo. — admite usando un tono severo y más grave. Yo abro los ojos sorprendido por su reciente anécdota, pero aún así intento apartar las preguntas que se forman en mi cabeza. Me hace mal, no debo involucrarme con él.
Debo recordar eso. Debo grabarme a fuego esas palabras "no puedo involucrarme con él..."
Más de lo que ya estoy.
Solamente dejaré que me acompañe a casa, nada más.
— ¿Ya almorzaste? — pregunta volteándo a ver la vidriera de un restaurante de comida rápida.
— Sí. — miento escuchando el sonido de mis tripas pedir comida.
No debí haber mentido, él se dió cuenta.
— Bueno... No es lo mismo que Shadow, pero tiene comida. ¿Que vas a pedir?
— Me voy a casa Taehyung. — le entrego el paraguas pero su mano en mi hombro me detiene. Él me atrae hasta que el techo de la entrada al lugar nos cubre. En un abrir y cerrar de ojos me tiene apegado a su cuerpo.
— ¿Qué hice mal? — es una pregunta retórica, me digo a mi mismo que no debo contestarle nada. — intenté aguantar toda esta semana, Jungkook. Pensé en dejarte solo, que ya estarías mejor, pero cada vez que pensaba en ti lo último que mis ojos registraron fue tu llanto ¿Cómo quieres que me sienta al respecto? Mira: por estar distraído me despidieron, y me robaron el auto. Me tienes mal, hijo del sheriff.
— ¿Y tú qué? — me suelto brusco de sus brazos, algunas personas que pasan por allí se me quedan viendo. — ¡¿Crees que no sufro también?! Solo llevo días de conocerte y en mi vida alguien me había desordenado tanto como tú lo hiciste. ¡Odio el desorden!
— Tranquilo, quiero arreglar las cosas, pequeño Jeon — suaviza su tono de voz y trata de acercarse a mi en un abrazo pero lo aparto como si se tratara de un bicho molesto.
— No me interesa. TÚ no me interesas. — intento mirarlo fijo pero aún así siento cómo mis ojos bailan de un lado a otro, ese gesto tan característico que él descubrió en mi hace poco, y que yo ni sabía que lo tenía. De un momento a otro las gotas de la lluvia ya no cubre mi rostro, sino que lo hacen mis lágrimas — ¡Daría lo que fuera porque no seas parte de algo peligroso! ¡Maldita sea! ¡¿Porque tenías que ser tan hermoso?! — hago una pausa mientras tomo un poco de aire deteniendome a observarlo: está estupefacto — ¡¿Porque tenías que ser tan irresistible?! ¡Joder!
En estos momentos no se qué se le debe de estar pasando en la cabeza a él. Ni si quiera sé muy bien qué es lo que a mí me pasa.
¿Llorar y desperdiciar tiempo en él? No. No puedo hacer esto. Hacerme esto a mi.
Sin embargo mi rostro sigue siendo la prueba de mi dolor. Las interrogantes por saber cosas de él me invaden en todo momento. ¡Quiero apretarlo y abrazarlo por ser tan bello, para oler ese aroma tan varonil, tan fuerte!
Pero no... Yo no puedo, no debo... Claro que no.
— Si hay algo que hice que no te agrada... — comienza él dando un paso al frente. — dímelo.
— La Mafia. — agrego lo más bajo posible — Y, no, antes de que digas algo mas, no. No puedes cambiar eso.
Cierto los ojos y cuando los vuelvo a abrir tomo la estúpida decisión de salir corriendo de allí. Lejos de su vista. Huyendo de mis propios miedos.
Solo que ésta vez no contaba con que él me atraparía, para luego besarme bajo incesante lluvia sobre nosotros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro