PREGUNTA UNO:
¿sabías que los amabas desde el primer momento en que los viste?
a) no completamente cierto. b) un poco cierto.
c) moderadamente cierto. d) mayoritariamente cierto.
e) definitivamente cierto.

      Calla Henley zumbó para sí misma, golpeando su barbilla con la punta de su lápiz y mirando fuera de la ventana, en un leve aturdimiento mientras observaba la onda producida en el lago mientras un estudiante manipulaba el líquido. Ella sonrió levemente, viendo como se alzaba y caía sobre una alta columna, deseando poseer un poder así.

      Sus cejas se juntaron levemente, mirando como el profesor —del que acababa de haber salido de su clase— avanzaba por el borde del lago, siendo seguido por Hank, un chico alto al cual ella reconoció de algún lado y un chico con vendas alrededor de sus ojos.

      Ella había visto al chico alto en fotos, Alex Summers, él había sido uno de los primeros en asistir a la escuela. Bueno, eso era lo que ella había escuchado. Pero no podía evitar enfocarse en el chico con vendajes alrededor de su cabeza, ¿quién era él? Algo parecía diferente sobre él, pero ella no podía señalar qué.

      Se mordió el labio, observando como ellos paraban de caminar y miraron el agua, su curiosidad creció aún más cuando ella los observo hablar. Se maldijo a sí misma al no poder escucharles. El mayor movió al menor levemente hacia la derecha y Calla se irguió en su asiento, no completamente segura de lo que estaba esperando ver.

      Ella soltó un jadeo, mirando como el chico abría sus ojos y disparaba directamente de estos brillantes rayos láser de color rojo, provocando que todos a su alrededor también saltaran. Los rayos golpearon el agua, provocando una masiva salpicadura, rasgando el agua en cientos de gotas que apuntaban en diferentes direcciones —y el estudiante que antes se encontraba manipulando el agua salió corriendo, rápidamente—.

      El chico era indudablemente guapo, Calla no podía negarlo, pero no era eso lo que la hacía querer saber todo sobre él. Claro, ayudaba, pero algo más provocaba que el estómago de Calla hiciera erupción con mariposas. Tal vez se trataba del hecho que este chico había comenzado a destruir paisaje y esas mariposas en su estómago en realidad le advertían que debía alejarse.

      Una voz salió de su aturdimiento, su cabeza se giró instantáneamente hacia su mejor amiga —. ¿Sí?—, dijo, sus cejas elevadas y su voz aireada, volviendo a mirar a los rayos láser sólo para encontrarse con ellos cortando un árbol por la mitad antes de volver a mirar a su amiga.

      —Tu lápiz es oro.

      La chica bajó la vista y observó el lápiz en su mano y, de hecho, era oro. Calla poseía un extraño poder, la habilidad de convertir cualquier cosa que tocara con sus manos en puro oro, aunque esto no era exactamente un poder útil y ella se encontraba a sí misma envidiando a menudo a personas como Jean Grey y David Alleyne, quienes poseían unos poderes más prácticos. Ella cambiaría su poder por súper inteligencia cualquier día —. Así es.

      —Tu escritorio también lo es.

      Calla bajó la vista hacia su otra mano, la cual estaba descansando sobre un escritorio de sólido oro con sábanas de oro tan finas como el papel sobre ella —. Mierda—, maldijó ella, colocando el lápiz sobre el escritorio con un bufido —. Este es el tercero del mes.

      —Pensé que lo tenías bajo control—, vaciló Júbilo, tomando una de las piezas de papel de oro y sonriendo.

      —Lo tengo, sólo sucede a veces, ¿sabes?—, Calla hizo un puchero, parándose y recuperando los objetos dorados, dejando el escritorio para que Hank se encargara de él, por supuesto.

      —Algo. Cuando me enojo, a veces aparecen destellos—, se encogió de hombros Júbilo, alzó una mano y dejó unos pocos destellos eléctricos volar fuera de ella.

      Calla empujó la mano de Júbilo lejos del escritorio, envidiando el control que ella poseía, mirando a la chica de forma cautelosa —. No cerca del oro.

      —Entendido.

c) moderadamente cierto.