
Capítulo 8 - Comentarios malsonantes.
Otro capítulo. Espero que os guste :D
Hacer un picnic improvisado en central park puede ser algo divertido y agradable, más cuando el sol derretía la nieve, y el calor comenzaba a ser sofocante. Pero... si tu compañía es Neo Hughens, el ser más adicto al trabajo que he conocido en mi vida... olvídate de pasarlo bien.
Se suponía que debíamos estar pasándolo bien, que el fotógrafo que mi hermana había contratado, nos debía hacer fotografías robadas. Pero aquello no estaba saliendo bien, en lo absoluto.
Aquello era un verdadero aburrimiento, me terminé mi emparedado de mantequilla de cacahuete, di un gran sorbo a mi bebida isotónica y abrí el bote de los arándanos.
- ¿Estás seguro de que no quieres uno? – pregunté. Me ignoró, por completo, moviendo los dedos por su Tablet, aquí y allá – Esto no funcionará si no pones de tu parte – me quejé, pero su negativa era clara. Agarré la Tablet, haciendo que se fijase en mí por primera vez desde que nos habíamos encontrado, lucía enfadado – sólo un poco – supliqué, negó con la cabeza, cabezón como él sólo – un solo minuto – rogué, levantando el dedo, haciéndome la linda. Bajó la mirada, sin poder evitar una tímida sonrisa.
- Hora de fingir un poco, ¿no? – asentí, con una gran sonrisa, mientras él sonreía, aquella vez más abiertamente – Alex está redactando un pequeño acuerdo para que no haya malentendidos después – me informó.
- Me parece bien – acepté.
- Saldaré la deuda con el banco después de que ambos lo firmemos – asentí, de nuevo, mientras el cogía unos arándanos y los probaba, haciendo una leve mueca, haciéndome reír, pero no lo hacía porque tuviese que hacerlo, lo hacía de verdad – no me gustan las frutas tan ácidas.
- Los arándanos son dulces – me quejé.
- No estoy de acuerdo – contestó – están más fuertes que un plátano, por ejemplo.
- Eso es nuevo. Antes te gustaban todo tipo de frutas.
- Nunca me han gustado. Quizás no me conocías tan bien como pensabas.
- La verdad, no creo que consigamos llevarnos bien si no pones de tu parte – me quejé, sonrió, como si se lo estuviese pasando bien, cuando era más que obvio que no era así – sigues siendo un falso de mierda.
- Ya... - se puso en pie, cansado de aquella falsa, agarró su Tablet, más que dispuesto a largarse. Pero le agarré de la mano, al ponerme a su altura, pues no iba a dejar que fastidiase el momento.
- Estuviste de acuerdo en este paripé, mi hermana ha contratado a un fotógrafo, todo está preparado, así que ...
- No tengo tiempo para jugar a las casitas contigo, algunos tenemos trabajo – contestó. Ese estúpido me sacaba de mis casillas, os lo aseguro.
***
Entré por la puerta de casa, después de haber cogido un autobús hasta casa, observando como mi hermana me miraba, sin comprender, pues se suponía que aún no tenía que volver.
- ¿no ha ido bien? – quiso saber. Me senté frente a ella, en la mesa de la cocina, mientras ella seguía trabajando en la edición de su último vídeo promocionado.
- Ese tío es idiota. Recuérdame otra vez por qué hacemos todo esto.
- Porque necesitas la pasta para pagar la casa, además de deudas varias, ¿recuerdas?
- Tienes razón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro