Capítulo 18 - No te enamores de mí.
Les subo el capítulo del domingo, que se me pasó subirlo, con todo el tema de que estoy de vacaciones... llevo un descontrol grande!
jejeje
Espero que les guste.
Las acciones de Generals Motors bajaron al menos un 30% después de ese enfrentamiento entre ellos dos, en pleno directo.
Había opiniones dispersas de los fans del programa. Unos estaban de mi parte y en contra de su tío. Otros creían que yo era una aprovechada que sólo estaba detrás de su dinero. Aunque la mayoría optaba por creer en que había algo entre nosotros, los sentimientos no se pueden fingir.
Cerré los ojos, dejando de pensar en todo, sintiendo su rostro acariciando el mío. Sonreí, debajo de aquellas cortinas, en aquel bar chillout dónde estábamos siendo grabados.
Ni siquiera quería pensar en terminar aquella cita, incluso me olvidé de la cámara por la que estábamos siendo grabados, en aquella bonita tarde, con el sol a punto de desaparecer, tan sólo podía mirarle a él.
Me parecía irreal que estuviese bajando la guardia, que estuviese volviendo a dejar que le conquistase, sonreía, agarrándome de la cintura, mientras mis manos descansaban en su pecho.
Tragué saliva, recordando lo acontecido en plató el día anterior, y en la forma gentil en la que me llevó a casa, asegurándome que hablaríamos el día de hoy. Pero ... lo cierto es que lo había pasado tan bien en el yate privado de la compañía, que ni siquiera me acordé del tema que nos acontecía.
Sonreí, evitando su mirada, justo cuando me apretó, intentando llamar mi atención.
- Chicos – nos llamó el cámara – hemos terminado por hoy – él miró hacia el equipo, asintiendo, haciéndole una despedida con la mano, para luego entrelazar nuestros dedos y tirar de mí hacia el coche.
La voz de Alex resonó de pronto, sin haberme enterado si quiera de que estaba llamando, justo cuando nos subimos al auto
- ¿Cómo ha ido la cita? Deberías de parar esto de una vez, lo de Christi.
- Ahora no es un buen momento, Alex, aún estoy en mi cita.
- Ah, ¿estás con ella? Bueno pues... hablamos luego.
- ¿A qué se estaba refiriendo Alex? – quise saber. Él tragó saliva, sin atreverse a responder – Neo...
- Ahora no, disfrutemos del paseo.
Mis miedos e inseguridades apareciendo de pronto. ¿y sí me estaba engañando de nuevo? ¿y sí...?
¡Por supuesto que me estaba engañando! Sólo estábamos haciendo aquello para conseguir el maletín con la pasta, nada más.
Pero ... la conversación con su tío encendía todas mis alarmas, y si ...
No dije nada en todo el camino a casa, y cuando se detuvo en frente le miré.
- La próxima cita será...
- ¿Te apetece entrar? – me miró, sin comprender, mirando hacia la cámara y de nuevo a mí.
- No – contestó él, abriéndome la puerta pulsando un simple botón, indicándome que lo abandonase.
- Pensé que estábamos bien – se bajó del auto, de malas maneras, me sacó del auto, y cerró las puertas, insonorizándolo, para que los de la cadena no pudiesen escuchar nuestra conversación.
- Todo esto es una mentira y lo sabes, Christi – espetó, volviendo a hacerme dudar de todo – sólo estamos haciendo todo esto por el puto maletín. Entonces... ¿qué mierdas estás preguntándome? ¿Eh? – lucía frustrado, y yo no entendía por qué - ¿quieres que entre? ¿para hacer qué?
- Lo que pasó el otro día, en tu casa... dijiste que no ibas a arrepentirte – lucía molesto, frustrado, sabía que estaba volviendo a alejarme por culpa de su tío – hablemos en otro lugar - sugerí, al darme cuenta de que varios vecinos nos observaban. Acarició mi cabeza, sujetando mis cabellos detrás de mi oreja, haciendo que mirase hacia él. Le observé, sin comprender.
- Haz que todos piensen que me amas, incluso puedes hacer que yo me lo crea, pero jamás... - sujetó mi rostro con ambas manos, acercándome a él - ... escúchame bien, jamás, te enamores de mí – repitió esa estúpida cláusula, de nuestro acuerdo. Y me di cuenta de que tenía razón al pensar en que me había dejado fuera, lo estaba haciendo.
- ¿Tan malo sería? – pregunté, con un hilillo de voz, observando como sus ojos se llenaban de lágrimas, frustrado negó y cuando volvió a mirarme, sus pestañas estaban mojadas.
- Enamorarte del tipo que mandó a tu padre a la cárcel, el que te engañó y te abandonó de esa manera... - levanté las manos, acariciando su mejilla, el lugar por el que caía su lágrima – el tipo que te contó tantas mentiras. ¿Cómo podrías si quiera reconocer una mentira de la que no lo es?
- ¿Por qué lo hiciste? – pregunté, sin dejar de aferrarme a esa esperanza - ¿qué fue lo que él ...?
- No – tragó saliva, lamió sus labios, y dio un par de pasos hacia atrás – aléjate de esto, del pasado, de mí – negué con la cabeza – céntrate en ganar ese maletín – se echó hacia atrás, en cuanto la puerta de mi casa se abrió y Jack apareció en escena, mirándonos con atención – nos vemos mañana.
- Espera – cogí su mano, antes de que pudiese haberse marchado a alguna parte – hablemos de esto en algún lugar.
- No – me cortó, apartándome de nuevo – nos veremos mañana. Descansa, Christi – besó mi cabeza, como solía hacer en el pasado, y entró en su auto, marchándose sin más.
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