34; Compromiso.
No había vuelta atrás, incluso si así lo quisieran no serían capaces de simplemente deshacerse de su cachorro, pues aunque fue algo demasiado inesperado, adoraban, como sea, la idea de finalmente convertirse en padres, además, no habría una razón para no serlo, estaban estupendamente bien economizados, y al bebé no le faltaría absolutamente nada, también finalmente pasarían más tiempo juntos como siempre lo han querido, entonces la atención tampoco faltaría, estaban capacitados para obtener la responsabilidad ya que por una parte Jimin siempre cuidó bien de su hermano menor, y Jungkook creció en un orfanato donde había bebés los cuales aveces estaban a su cuidado, así que el bebé no sufriría ningún mal cuidado.
Pero...
¿Qué hay sobre aquel riesgo inminente que atormentará a su pequeño en el futuro gracias a la ocupación laboral de Jeon?.
Jimin ya había sufrido las consecuencias de enamorarse de una mafioso, pero no toleraría que su bebé sufriera las mismas consecuencias, entonces, allí estaba la problemática, si él dejaba su "trabajo" perdería su fortuna, y si dejaba a su bebé perdería la ilusión de ser padre. Maldición ¿acaso no podía a ver un intermedio entre ambos? O tal vez si lo había, solo que debía encontrar la manera de que ambas cosas funcionaran sin que ocurriera una catástrofe.
—Vamos estar bien amor —murmuro Jungkook suavemente, inclinándose hasta el oído de su novio quien se encontraba sentado en la silla que se estaba en la terraza de su cabaña, mirando desaparecer el sol en el mar.
—¿Como estás tan seguro? —replicó el pelirosa—. Eso me dijiste a mi también, y me secuestraron Jungkook. ¿Qué pasaría si nuestro bebé...?
—Nunca lo permitiría —lo interrumpió de inmediato—. Yo pondría mi vida en juego por nuestro hijo Jimin —el azabache se colocó ahora frente a él, de cuclillas para poder mirarlo directamente a los ojos—. ¿O es acaso que tu no quieres tener a nuestro hijo? ¿Es eso? ¿La idea no te hace feliz al igual que a mi?.
Park frunció el ceño inmediatamente, sin poder creer las atroces palabras que había salido de la boca de su amante.
—¿Como te atreves a decir tal barbaridad Jungkook? ¿Eres idiota? ¡Como si quiera esa suposición se cruza por tu mente! —se levantó de la silla completamente enfurecido—. ¡Una cosa es que no quiera que nuestro bebé tenga un futuro amenazante, y otra muy diferente a que no quiera tenerlo!.
—Jimin no te enfades, yo solo...
—¡No Jungkook! ¡Tú eres un maldito egoísta! ¿¡Acaso no piensas en el terrible futuro que puede tener nuestro cachorro!? —vociferó.
—¡¿Y es mi culpa?!.
—¡Si lo es! Porque lamentablemente nuestro futuro será siempre incierto por las circunstancias en las que vivimos —espetó sintiendo un nudo formarse en su garganta a medida que sentía sus ojos picar.
—¿Y que propones? ¿Separarnos? ¿Y que el bebé crezca sin un padre solo por lo que me dedicó? ¡Maldición Jimin eso es lo que nos mantiene comiendo y viviendo bajo un techo!.
Los ojos de Jimin estaban acuosos, sintiéndose al borde de romperse y derramar la primera lagrima.
—Está conversación se termino —dijo con firmeza, hizo una ademán de irse para no flaquear, pero al momento Jungkook lo sujeto del brazo impidiéndoselo—. Suéltame, en este momento no quiero hablar contigo.
—Escúchame...
—¡Te dije que no, maldición! —se soltó de su agarre bruscamente—. ¡No quiero si quiera verte la puta cara! ¡Tú piensas lo peor de mi! Yo únicamente quiero lo mejor para este bebé, no lo traeré al mundo para que sufra... —y simplemente no pudo contenerse más, se quebró, y una lágrima se derramó por su mejilla—. Pero al parecer... tú si quieres poner en peligro a nuestro cachorro, como me pusiste en peligro a mi.
—No digas eso Jimin ¡eso no es cierto! —Jeon tensó la mandíbula, sintiéndose imponente y enojado.
—¿No lo es? —el omega soltó una risita de ironía al mismo tiempo que limpiaba la lágrima que se deslizaba por su mejilla—. Quiero regresar a Corea hoy mismo, yo necesito pensar muchas cosas, así que recogeré mis cosas.
Y sin agregar nada más se dio la vuelta hasta cruzar la puerta de la habitación y desaparecer por el lugar. Jungkook sintiéndose por completo un idiota pateo la mesa a su costado, tirando los objetos que se encontraba allí y rompiendo la maceta que también ya hacía ahí.
—¡Ahh! ¡Malditasea!.
El regreso a su hogar no había sido como lo habían imaginado; entrado por la puerta con una sonrisa, con una marca en el cuello de Jimin, y con un anillo brillando en su dedo anular, había sido todo lo contrario; ambos serios, sin haberse dirigido la palabra en todo el viaje de regreso a Corea del Sur, hasta ese momento, sintiendo una angustia por una probable decisión que marcara un antes y un después en su relación.
¿Tener o no tener al bebé? Ese era el dilema.
Jimin se dirigió hacia las escaleras sin decir nada, en ese momento se sentía triste, enojado, confundido y solamente quería estar solo.
—¡Jimin! —Jungkook lo detuvo preocupado—. Por favor háblame, resolvamos esto juntos, como siempre lo hemos hecho. Esto debería ser un momento feliz, ahora tienes mi marca y acabamos de enterarnos que vamos hacer padres ¿qué es lo qué pasa?.
—Aún no lo se, a tu lado me siento realmente feliz, pero también me atormenta el futuro, porque no se lo que podría pasar —hablo dándole la espalda, sin mirarlo para no quebrarse nuevamente—. No quiero que algo le suceda a mi hijo, o peor aún, que se quede sin padre.
Jeon frunció las cejas—. ¿Como puedes pensar eso Jimin? ¡Yo realmente lucharé por nuestro bebé! —afirmó con suma sinceridad—. Solamente hay que hablar como la pareja que somos ¿no prometimos tenernos más confianza y aumentar la comunicación? ¿Por qué solamente te encierras y me apartas como si fuera un peligro?.
—¡Porque te amo tanto que solo quiero que seas feliz sin importar que! —lo encaró con lágrimas ya saliendo de sus ojos—. Yo se que este bebé te hace feliz y a mi también, es como un sueño hecho realidad, adoro la ideas de crear una familia contigo ¿pero y el futuro? No quiero sufrir y no quiero que nuestro cachorro sufra tampoco.
—Pero Jimin...
—Déjame estar solo, necesito tomarme un tiempo para pensar —aclaró su garganta, Jeon no dijo nada más, y entonces el pelirosado subió las escaleras hasta adentrase en su habitación.
[...]
Habían pasado un par de hora, y Jungkook aún no había recibido ninguna respuesta de Jimin, por su parte él ya había meditado las cosas durante el transcurso de esas horas, sacando la conclusión de que haría hasta lo imposible para protegerlos y también protegerse así mismo, aunque fuera algo incierto y un tanto fantasioso. Pero ahora solo necesitaba escuchar a su novio, a su omega para finalmente tomar una decisión, fuera la que fuera.
—Jimin, amor ¿estás bien? ¿Quieres hablar ahora? —tocó la puerta, pero no recibió respuesta, habían pasado horas, pero tal vez él necesitaba días, no lo sabía, pero lo respeto y se alejó de la puerta.
—¡Jungkook! —se escuchó su voz y el mencionado regreso nuevamente a la puerta—. Entra —y eso hizo, entro sin chistar, ubico a su chico acostado en la cama, con las piernas encogidas y las manos en su estómago.
—¿Qué pasa? ¿No te sientes bien? —preguntó angustiado.
—¿Podrías acostarte junto a mi? —murmuro, e inmediatamente Jungkook se recostó a su lado, en posición de cucharita, pero aún limitándose a tocarlo, no quería incomodarlo—. Yo pensé la cosas Kook.
—¿Es así? Dime amor mio ¿qué fue lo que decidiste? —le preguntó con el pulso al mil por hora, aterrorizado por lo que fuera a decir.
—Yo... yo quiero... quiero tener al bebé kook —contesto y Jungkook sintió un gran alivio, al tiempo que la emoción se acumulaba en su cuerpo en forma de una sonrisa.
—¿De verdad Minie? ¿Quieres tener al cachorro? —amplió la mirada y el pelirosa asintió—. ¡Dios mío estaba tan asustado que dijeras que no! —abrazo a su chico por detrás colocando su mano sobre su pancita—. Me siento feliz que hubieras decidido tener al bebé, te prometo que haré lo imposible por protegernos, no lo dudes.
—Pero... aún me siento asustado, quiero que el bebé sea plenamente feliz, quiero que él o ella goce siempre de alegría junto a nosotros, si algo te sucediera a ti, o le sucediera al bebé realmente no se que haría.
—No no cariño, todo estará bien mi leche de fresa, estaremos bien, confía en mi por favor —le dio un beso en el cuello mientras acariciaba su vientre—. Nuestro cachorro crecerá siendo sumamente feliz, y lo veremos serlo.
—¿Me lo prometes?.
—Te lo prometo amor —afirmó con suma sinceridad—. Oye ¿podrías girarte?.
Jimin obedeció y se giró hacia él mirándolo directamente a los ojos, encontrándose con el apuesto rostro, los grandes y brillantes ojos y la hermosa sonrisa de conejo de su amando Jungkook.
—Me siento tan emocionado en este momento, que no puedo resistirme más —menciono, confundiendo un poco a su novio—. El viaje claro fue para desaparecer un poco de esta mierda que nos rodea y disfrutar de nosotros, pero también tenia preparado algo más...
—¿Qué es Kookie?.
—Bueno yo...
Jungkook llevó su mano al bolsillo de su pantalón y sacó una caja color negra de cuero, entonces al mirarla el corazón de Jimin comenzó a latir al mil por hora, sintiendo un gran nerviosismo inundarlo, pues ya se imaginaba que sucedería.
—... Yo realmente te amo, te amé desde el primer día que estuvimos juntos, eres como un diamante en bruto que logré descubrir y tuve el privilegio de tener en mis brazos, tú eres mi felicidad, mi motor, mi esperanza, y agradezco a verte conocido, eres el amor de mi vida Park Jimin —colocó la caja frente al nombrado y la abrió mostrando en su interior un brillante anillo de diamantes—. ¿Quieres casarte conmigo?.
Park quedó estupefacto, por un milésimo de segundo su corazón se detuvo, no hacía ningún ruido y tampoco hacía ningún movimiento, se quedó como una estatua mirando los ojos de su novio, intentaba procesar la situación y aunque ya la tenía contemplada, en cuanto vio la caja su cuerpo y emociones reaccionaron como naturalmente.
—¿Jimin? —la voz de Jeon lo sacó de su transe, el omega agitó la cabeza despabilándose—... ¿Entonces? ¿Quieres portar mi apellido y envejecer junto a mi?.
Y mientras los ojos de Jimin se llenaban de lágrimas asintió muchas veces con la cabeza, Jungkook sacó el anillo de su estuche y se lo colocó con rapidez en el dedo anular, para luego acunar su rostro entre sus manos y darle un casto beso.
—No llores mi caramelo —limpio las lágrimas en su mejillas con su dedo pulgar.
—Estoy llorando de felicidad, no puedo creer que esté sucediendo esto Jungkook.
—Ni yo, pero aquí me tienes, entregándome a ti en cuerpo y alma, porque solo tú mereces todo mi ser, mi omega.
—Mi alfa —finalmente volvieron a unir sus labios formando un beso, llenos de un sin fin de emociones.
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