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31; Cambios.



Las mañanas siempre fueron amenas entre sus brazos, reconfortantes gracias a la calidez de sus cuerpos, e incluso si hacía calor, no serian capaces de apartar sus cuerpos, los cuales estaban envueltos entre las ligeras sábanas desordenas de la cama. Simplemente todo era maravilloso, el sentir la piel desnuda del otro, escuchar sus respiraciones se les era algo relajante, e inhalar sus olores al llevar aire a sus pulmones, podía llegar a ser algo adictivo y embriagante. Sin duda alguna, las mañanas eran el momento que más atesoraban, y más cuando la noche anterior habían escapado a ese paraíso del placer.

—Hace calor —masculló Jimin, quien fue el primero en abrir sus ojos—. ¿Por qué no prendiste el aire acondicionado? Dios, estoy sediento —se removió un poco de su posición con intenciones de levantarse, pero el azabache ajustó su agarre para que se quedara en la misma posición, negándole romper su abrazo.

—¿A donde vas? Durmamos un poco más —dijo refunfuñando aún con los ojos cerrados y las cejas fruncidas—. No hace tanto calor, esta bien...

—¿Estas loco? Déjame ir, estoy muriendo de calor y de sed, realmente podría morir en este instante —sentenció, entonces Jungkook no tuvo otra alternativa que soltarlo—. Salgamos, el día se ve lindo —observo el fantástico paisaje frente a ellos, habían dejado las puertas abiertas la noche anterior y eso había permitido que a la mañana siguiente tuvieran oportunidad de presenciar el hermoso cielo iluminado, el mar de una tonalidad clara llevando olas, la arena que muy bien podía ser oro, el pasar de las gaviotas con su canto y las palmeras.

Cada pequeño detalle era algo sumamente magnífico y glorioso para sus pupilas.

—Ahh maldición, ¿por qué mierda hace tanto calor? —protestó.

Finalmente Jungkook despertó, abrió sus ojos a medida que bostezaba y estiraba todo su cuerpo soltado varías maldiciones. Jimin salió de la cama, se colocó su ropa interior y se puso encima la primera prenda que vio en el suelo, la camiseta de su alfa, ponerse su ropa se estaba convirtiendo en un gusto, tenía su grandioso olor impregnado y además era holgada y larga, al menos para él, dejaba al descubierto una de las mejores partes de su cuerpo, sus definidas y largas piernas, y en parte se veía tierno y sexy a la vez, un buen equilibrio entre ambas.

—Maldición, no es lo mismo tener sexo en Corea que en Hawái —menciono mirado hacia el techo el azabache—. Colocare una lista de las cosas que debemos hacer antes de tener sexo aquí, y una de ellas y la más primordial, aire acondicionado.

Él pelirosa soltó una pequeña risa en lo bajo. La noche anterior de lujuria había sido, como todas, fantástica y muy placentera, pero como había dicho Jungkook; no es lo mismo tener sexo en Corea que en Hawái, pues al ser un lugar tropical hace demasiado calor, pero ellos habían olvidado por completo la existencia del aire acondicionado en su cabaña, y terminaron completamente sudados y con las respiraciones más agitadas de lo normal.

—Me duchare —aviso Park tomando dos toallas de las que había puesto el servicio en las sillas de su habitación—. Vayamos a comer algo típico de aquí, y luego visitemos la playa ¿te gusta la idea?.

—Me encanta —replicó Jeon brindándole una suave sonrisa. El contrario le respondió de la misma manera, pero con más emoción, y luego entró al baño—. ¡Maldición necesito un trago con hielo extra! Que asco estoy sudado.

El día pintaba para bien, su recorrido había comenzando en un bello restaurante dentro de la playa, donde tenías la oportunidad de tocar con tus pies la arena y sentir la brisa que brindaba el mar con sus olas mientras disfrutabas de tu comida. Los empleados eran personas muy alegres que te entregaban su mejor servicio, y aparte de todo te daban de regalo al terminar tus alimentos una bebida y una pulsera de colores y flores.

Jimin no era muy agraciado con el idioma inglés, a decir verdad no sabía pronunciar palabra y mucho menos entender, el encargado de traducir era Jungkook, aunque también le fallaba algunas veces su inglés.

—Thanks for stopping by, come back soon, pretty guys —les dijo una mujer de tez morena con una gran sonrisa en su rostro. A esto Jimin frunció el ceño y Jungkook río en voz baja.

—¿Qué fue lo que dijo? —preguntó el pelirosa.

—Gracias por visitarnos, regresen pronto chicos guapos —replicó y sujeto la mano de su chico entrelazando sus dedos, mientras ambos dejaban el restaurante—. ¿Así que nos han encontrado guapos? Incluso en diferentes partes seguimos siendo perfectos —bromeó.

Jimin soltó una carcajada llena de satisfacción.

—Si claro. Deberíamos ir al mar, vamos, el clima es fantástico.

Ambos llevaban ya sus trajes de baño puestos, aunque estos sólo constaran de unas bermuda que muy bien podían usar en todo momento sin tener que preocuparse como una chica de poner algo arriba, o usar algo diferente. Simplemente se despojaron de sus camisas, quitaron sus alpargatas y dando un trotecillo alegre entraron tomados de la mano al cristalino mar, la agua dulce estaba cálida y había unas olas estupendas que ellos entre risas comenzaron a saltar, siendo algunas veces golpeados por ellas, también se dedicaron a jugar con el agua y algunas veces Jungkook levantaba a Jimin para luego tirarlo al agua de nuevo.

Siendo la playa bastante grande había muy pocas personas, incluso podían atreverse a decir que solo eran ellos en la playa, ya que esas pocas personas solamente pasaban caminado, entonces estaban solos dentro del mar, disfrutando de un alegre y divertido momento tan íntimo entre ellos.

—Esto es tan maravilloso, Jungkookie estoy tan feliz —Jimin completamente alegre se lanzó abrazarlo, enredando sus piernas en el torso del contrario y sujetándose de su cuello con firmeza—. Cada momento a tu lado es mágico no importa donde, por favor nunca te vayas.

—Jamás amor mío, nunca me iré a de tu lado, aquí es donde quiero estar el resto de mi vida, junto a ti —y entonces acercaron sus rostro y unieron sus labios formando un dulce beso lleno de puros sentimientos felices.

Una vez que se separaron juntaron sus frentes mientras dibujan una sonrisa en sus rostros.

—Mi amor te amo tanto —murmuro Jimin junto un sollozo, parecía que en ese momento iba a romper en llanto de pura felicidad.

Jeon inmediatamente lo miró a los ojos preocupado por ese tono angustiado—. Amor ¿por qué lloras? —entonces pudo observar los ojos de su omega rojos y acuosos—. ¿Qué sucede mi caramelo?.

—Es que todo esto es tan hermoso, tan mágico que me hace sentir miedo —espeto. Y enseguida el alfa frunció el ceño.

—¿Miedo? ¿Por qué? ¿Qué es lo que te acusa temor?.

—Que el destino me arrebate esta felicidad, que sea cruel el futuro con nosotros, solo quiero que seamos felices para siempre, no quiero sufrir, solo te quiero a ti para siempre Kookie —entonces se aferró mas a él, abrazándolo.

—Y me tendrás para siempre, joder Jimin te amo tanto que si llego a perderte mi vida no va a tener sentido, te has convertido en lo único bueno que tengo —Jeon sintió una presión en el pecho, la nostalgia que su chico emitía, se le había trasmitido—. Eres el amor de mi vida ¿sabía eso?.

—¿En serio? —el pelirosa lo miró de nuevo sorbiendo su nariz y limpiado sus ojos con lágrimas—. ¿Aunque yo no sea tu destinado? ¿Y que probablemente alguien en el mundo si lo sea?.

Jungkook de pronto sonrió—. ¿De verdad crees eso de los destinados? Amor eso solo es un mito, créeme cuando te digo que nadie a encontrado a su destinado, maldición que jodidamente inocente eres con algunas cosas —le acaricio el rostro—. No te preocupes, yo solo soy capaz de amarte a ti, pero si algún día aparece ese destinado lo mandaré a la mierda, o lo matare para una mejor comodidad.

—¿Qué? —Jimin abrió muchos sus ojos sorprendido, dejando inmediatamente de llorar—. Eso es demasiado, dios ¿por qué piensas a si? Era un lunático —se bajo de él y se alejó un poco—. Quiero irme, estoy cansado vámonos —entonces comenzó a caminar fuera del mar.

Jeon se quedó allí parado sin entender el cambio tan repentino de actitud que había tenido, era totalmente extraño ¿desde cuando Jimin se había vuelto tan voluble? Se preguntó mientras comenzaba a caminar detrás de él.

[...]

La noche había caído tan rápido como salieron del mar y caminaron hacia su cabaña. Estaban agotados, así qué solamente tomaron una ducha, cenaron algo, y Jimin fue el primero en caer casi inconsciente en la cama, incluso a la hora de la cena estaba cabeceado y sus ojos eran casi imperceptibles en ese momento, viéndose ante los ojos de Jeon completamente adorable, así que no fue raro verlo medio muerto en la cama.

—Y pensar que en la casa te la pasas corriendo por todos lados —murmuro Jungkook observándolo dormir plácidamente, sonrió enternecido para luego darle un suave beso en la mejilla mientras le acaricia sus cabellos rosados—. Y pensar que todo comenzó en un club, y ahora voy a ponerte mi marca.

Suspiro ligeramente y se levantó, pero entonces sus ojos lo traicionaron dirigiéndose hacia las piernas descubiertas por el pequeño short que llevaba puesto Jimin, y había allí una marca del traje del baño, por una parte su piel aún estaba blanquecina y por la otra parte estaba hermosamente broceada. Y eso solo hizo pensar a Jungkook «joder ¿por que eso es tan malditamente sexy?». Era sus instintos carnales gritándole que se lo devorara en ese momento.

—¡No, maldición! —se regaño dándose la vuelta para no seguir tentándose—. Debemos esperar hasta su celo, además ahorita esta dormido, mierda parezco un lunático sexual —ladeó su cabeza desasiéndose de cualquier pensamiento—. Solo hay que cubrirlo.

Entonces Jungkook le puso la sábana encima ocultado aquellas sexys marcas bronceadas, abofeteando a esa voz lujuriosa, dejándola sin nada que ver y finalmente dejando que él se tranquilizara.

—Así está mejor, no te preocupes cariño no te haré nada, esperare hasta tu celo —el alfa volvió a besarle, pero ahora en la frente, para luego salir de la habitación—. Listo, ahora beberé algo antes de dormir, estas ganas de coger solo se disipan de una manera, y se llama whisky.

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