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28; Orgullo y Prejuicio.

Temeroso, pero de alguna extraña forma emocionado, Jimin se giró encontrándose con la persona que le prometió que no volvería a saber sobre él. Jeon Jungkook estaba frente a él, tenia un aspecto muy descuidado, no podía ver al alfa imponente y costoso con el que bailó esa noche en el club. Su cabello estaba despeinado, su ropa desalineada, había ojeras debajo de sus grandes ojos los cuales, lamentablemente habían perdido aquel brillo que los caracterizaba, y además, había un fuerte aroma a alcohol emanando de él.

—¿Q-Qué estas haciendo aquí? —le pregunto aún con el miedo, pero una duda pecaminosa que lo abrumaba, le abrumaba no saber que hacía ahí después de que él mismo le dijo que nunca lo quería volver a ver.

—Jimin yo... —su voz estaba rota, había una señal de que había estado llorando, o tal vez era por todo el alcohol que quema su garganta cada noche—. Yo estoy arrepentido —lo miró, sus ojos estaban rojos, acuosos.

Pero él pelirosa aunque fuera su ilusión que eso fuera cierto, no podía creerle.

—¿Estas ebrio? —él sabía que si—. Ve a tu casa Jungkook, claro que si estás ebrio —hizo un ademán de irse pero rápidamente el azabache lo jalo y lo acorraló contra la puerta de cristal del local. Jimin abrió sus ojos un poco de más sorprendido—. ¿Qué estás...?.

—¿Qué te hace creer que estoy ebrio?, por su puesto que he bebido sin parar desde el día en que te fuiste, pero créeme cuando te digo, que en este momento estoy completamente sobrio y realmente arrepentido —confesó nervioso.

La respiración de Park se aceleró completamente anonadado.

—¿Ahora decides volver? —los ojos del omega se cristalizaron con eminentes lágrimas que amenazaban por salir en cualquier segundo—. ¿Después de que me llamaste puta, un oportunista manipulador? ¡Me lastimaste Jungkook! ¡Decidiste no creerme y abandonarnos!.

—¡Ya lo se, carajo! —exclamó con exaltación, pero luego tomó una respiración y se tranquilizó—. Lo se, se que dije muchas cosas hirientes ese día, pero compréndeme un poco Jimin yo...

—¿Comprenderte? —frunció el ceño—. Eso fue lo que yo te pedí, que me comprendieras, ¿pero que hiciste tu? ¡Me mandaste a la mierda! —y entonces no pudo resistir mas y comenzó a llorar—. Todo está siendo muy duro, me hiciste creer que yo había sido el culpable de que nuestro amor se fuera a la mierda, demonios ¡tú no sabes de qué manera estoy destrozado! ¡Eras el amor de mi vida! ¡Yo te amaba!.

—¿Me amabas? —por un momento el corazón del Jeon se detuvo, al escuchar la declaración dentro de un grito desgarrador del contrario—... Jimin ¿ya no me amas? —sintió sus ojos picar.

El mencionado desvío la mirada y se mordió el labio inferior, dándole una respuesta casi indirecta.

—¡Jimin, joder! ¡¿Ya no me amas?! ¡Respóndeme maldición! —vociferó abrumado, sentía que a cada segundo sin recibir una contestación su corazón se rompía.

—No lo se... —inquirió el pelirosa en una voz liviana y temblorosa—. En este momento estoy muy confundido, todas las cosas que me dijiste ese día aún siguen muy presentes, incluso tengo pesadillas por tan atroz que fuiste conmigo —dijo aún llorando—. Por ahora... no se si sigo amándote Jungkook.

El rostro del mencionado palideció completamente anonadado e incluso asustado. Se preguntaba ¿podría perder a Jimin? La simple idea lo aterrorizaba, ¿qué sería de él sin Jimin?, la respuesta era clara: nada, absolutamente nada.

—Perdóname por favor, yo me equivoqué, debí creer en tus palabras, debí ser más inteligente, debí.. yo debí... ¡No dejes de amarme, te lo suplico! —de pronto, se hincó y le abrazó las piernas—. ¡Yo sin ti no soy nada!.

Jimin sentía que su alma se desgarraba, pero en ese momento era su mente y dignidad la que dictaba en el, sus sentimientos no servirían de nada, debía hacer lo correcto aunque fuera realmente doloroso.

—Eso... —trago saliva intentado deshacerse del nudo imponente en su garganta—. Eso fue lo que yo también te dije, y tú me diste la espalda —apretó sus labios con fuerza y limpió sus mejillas cubiertas por lágrimas—. Eso es todo lo que tengo que decirte, y es tarde debo volver a mi casa.

—¿Esto es todo? —Jungkook lo miró desde el suelo alzando su cabeza—... ¿Vas dejarme? ¿Vas a dejar nuestro amor Jimin? —se levantó de inmediato—. Se que yo te herí pero estoy arrepentido ¿qué más debo hacer? ¿Qué es lo que quieres de mi?...

Se miraron fijamente, ambos con los ojos acuosos, con la respiración agitada y la cabeza hecha un completo remolino de emociones, desiciones y pensamiento inauditos.

—En este momento... —habló Park—. Nada, solo quiero que me dejes respirar, déjame poder escoger entre mis emociones y mi orgullo.

—¿Orgullo? —Jeon frunció las cejas—. ¿Consideras que esto es cuestión de orgullo? Porque si es así entonces creo que la respuesta es muy clara ¿no es así? —el omega bajo la mirada—. Si es así entonces dime que es lo que te dice tu corazón ¡dime qué te dice Jimin!.

—Estupideces —murmuro—. Estupideces que solo me dañarán a la larga, así que prefiero no hablar ahorita, déjame ir ahorita que ya hemos sufrido ¿qué más da otro par de meses? Incluso un año puede ser soportable, así que...

Cuando hizo un ademán de irse, Jungkook sujeto su mano, al tacto su piel se erizó y sintió una punzada en su corazón, fue como si de alguna manera él se aferrara a él.

—¿Estas seguro?.

—Estoy confundido —inquirió rompiéndose de nuevo—. Quiero pensar claro pero tú simplemente no me ayudas, necesito que me sueltes por favor.

—Nunca —contesto de inmediato apretando su agarre en la pequeña y delicada mano del omega—. No voy a soltarte a si de simple, pero ¿tú lo lo harás? ¿Me soltarás así de simple Jimin?.

Volvió a tragar saliva, y a la vez, cerró sus ojos  entrando profundamente en su sentir y en su pensar, de alguna manera debía hacer que ambos funcionaran, porque si no, tomaría una decisión igual de horrible que la de Jeon.

—Ya basta, esto ya duro demasiado. Todo lo que tú me estás pidiendo en este momento yo te lo pedí también el día en que me juzgaste y me sacaste de tú vida. —jalo su mano soltándose de su agarre, y entonces dio el primer paso para alejarse de él.

—¡Jimin! —su llamado lo detuvo por la firmeza de su voz—. Quédate conmigo, se que fui yo el primero que me rendí pero... si ambos nos rendimos ese amor del que disfrutábamos simplemente se convertirá en un recuerdo, que a la larga nos arruinará.

Tenía razón, incluso el simple hecho de imaginárselo, de imaginarse una vida sin él, sin un despertar cálido entre sus brazos, envuelto en las sábanas, con sus cuerpos desnudos luego de pasar una eufórica noche de pasión el día anterior, lo estaba volviendo loco, su mente estaba dando tantas vuelvas que todo estaba completamente revuelto.

—Jungkook... esto me duele, me lastima tanto que tengo miedo de que vuelva a suceder, estos sentimientos son horribles, ya no quiero sentirlos —se desmorono y en ese lapso el alfa lo hizo también con él—. Se que es de cobardes, pero huiré de ellos —todo lo decía sin mirarlo, con la vista hacia la calle—. Huiré de ti porque tu los representas y también los creas.

Y entonces comenzó a caminar. Resonó un trueno en el cielo, pronto comenzó a llover vigorosamente empapando a ambos por completo.

—¡¡Te amo!! —gritó Jungkook y resonó como un eco por toda la oscura y solitaria calle. Y en ese momento, aquella declaración hizo detener a Jimin—. ¡Te amo Park Jimin! ¡Te amo más que a nada en este mundo!.

Park exhaló ligeramente entre sus labios, su corazón comenzó a bombear vertiginosamente, mientras que al tiempo sentía un hormigueo recorrer desde la punta de sus dedos. Había algo gritando en su interior, una voraz voz que le decía que retrocediera, que escuchara aquello que también le gritaba pero que intentaba ignorarlo. Su amor, su salvaje y apasionado amor que tienen por aquel alfa.

Estaba empapado no solo por la lluvia, si no por el mar de sentimientos que en ese momento lo inundaron cuando comenzó a correr hacia Jungkook. Este lo espero con los brazos abiertos y cuando ambos chocaron, sintieron una sensación de alivio, algo mágico, pero también sumamente melancólico. Se miraron a los ojos y luego juntaron sus labios.

Parecía una escena sacada de una película romántica de los 90s. Pero ¿qué más daba? Incluso el más insignificante amor tienen aquel lado cliché del que todos sentimos amor y odio.

—Yo también te amo, Jeon Jungkook —Park había escuchado a sus sentimientos, y tal vez fue la mejor decisión, pues en ese momento ambos se sentían completos.

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