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19; Joven venganza.


Los días se hicieron semanas, y las semanas finalmente se hicieron meses. Y todo ese tiempo estuvo lleno de distintas situaciones, si, hubo algunas pequeñas discusiones sin sentido, ya sea porque Jimin dejaba su colorida ropa tirada por doquier, o porque Jungkook tenía un mal humor en las mañanas, o cuando algo salía mal en el trabajo. Por supuesto siempre encontraban la solución, muy pocas veces dialogando, pues preferían solucionar todos esos problemas carnalmente, acariciandose, dándose un poco de ese amor que tanto les gusta.

Y no habría ningún problema en eso si redujeran el número de lugares donde lo hacían. Por supuesto la casa era enorme y había montones de habitaciones donde ellos pueden disfrutar de su amor. Pero no, simplemente no les importaba, la necedad de tener sexo los llevaba hacerlo en el jardín, en la terraza, en la sala de estar, en la biblioteca, en la piscina, en la cocina, e incluso a la hora de la comida en el comedor, optando por tirar toda la comida al suelo y satisfacer sus deseos sobre la mesa.

La servidumbre estaba obligada a acostumbrarse, y se había vuelto habitual ver ropa tirada, escuchar sus gemidos, hasta inclusive encontrar preservativos tirados. Y si, era repugnante ¿pero que más podían hacer?.

Jimin era la única razón por la que los días en esa casa se sentían más amenos, y realmente le agradecían por poner a su jefe de un buen humor, ya que antes de su llegada si quiera podían mirarlo, pero ahora eso había cambiado, Jungkook tenía una buena sonrisa que mostrar y un casi excelente humor.

—¿Sabe bien? Dame un poco, ahh —Park abrió su boca diciendo una gran "A" recibiendo un bocado de lo que su alfa estaba almorzando.

—¿Te gusta? ¿Está bueno? —cuestionó, el pelirosa asintió masticando el bocado con una alegre sonrisa—. Devoraste lo tuyo, me alegra que estés comiendo adecuadamente.

Jimin se pasó el bocado y habló.

—¿Como no hacerlo cuando la comida es sabrosa y tú me dejas sin energías? —espeto juguetonamente y ambos soltaron un par de risitas cómplices.

—No me culpes por adorar cada centímetro de ti.

—No te culpo, solo dije las cosas que me gustan, como por ejemplo la comida... —El omega se fue acercando lentamente a Jungkook, metiendo su mano de bajo la mesa para colocarla sobre la rodilla del mismo y deslizarla hasta su entrepierna—...Y tú pe...

Las palabras de Jimin fueron interrumpidas con el carraspeo exagerado de Kim Namjoon que sin ellos darse cuanta ya se encontraba en el lugar.

—Lamentó mucho interrumpirlos —dijo y mintió antes eso. Le brindo una falsa sonrisa al pelirosa, y este le respondió de la misma manera, ambos emanando hipocresía.

Y no es que se odiaran, pues no había un motivo sólido porque. Si no que ambos detestaban el hecho de compartir a Jungkook, por una parte Park detestaba que se lo llevara a trabajar por miles de horas, incluso la última vez tardaron tres días en llegara a casa. Y Kim simplemente detestaba verlo con su mejor amigo, y que él recibiera todos los buenos sentimientos y palabras.

En conclusión... Tal vez si se odiaban, solo un poco.

—¿Ya vienes a molestar? ¡Oh! Lo siento, que mal educado —hablo Jimin—. ¿No quieres sentarte a comer algo con nosotros? Le pedí especialmente al chef que pusiera un poco de veneno de ratas en tu plato, solo por ti Nam.

—¿En serio? Woah que considerado, yo te traje un regalo ¿Por qué no vas a buscarlo debajo de un tren? —contestó Namjoon.

—¡Agh! ¡Simio retrasado!.

—¡Aborto fallido!.

Ambos se brindaron una mirada mortífera, mientras Jungkook los miraba desde su lugar aburrido y un tanto cansado, verlos pelear cada que se encontraban era muy estúpido y agotador.

—¿Por qué estás aquí Namjoon? —le preguntó el azabache mirándolo con los brazos cruzados. Implorando que sea por algo que valga escuchar su idiota discusión de niños caprichosos.

—Tenemos que ir a Tokio para hablar sobre negocios con los Yasuka ¿recuerdas el trato que intentamos hacer? Bueno todo está listo para un probable acuerdo —sonrió satisfecho.

—¿De verdad? Carajo debemos de ir —Jungkook se levantó de su lugar, tomando su saco de la silla para colocárselo—. ¿Tienes el avión? Deberíamos pedir que suban un poco de champán.

—¡Jungkook! —vociferó de pronto el omega levantándose de su lugar de golpe—. ¿Te irás a Tokio? ¿Ahora? ¿Cuantos días? ¿Volverás a dejarme solo? —sus ojos se cristalizaron triste y un poco caprichoso.

—Ahí vamos otra vez, cierra la boca lastimero —el moreno giro los ojos, y el pelirosado lo miro con recelo.

—Tranquilo bebe, solo iré hacer algunos asuntos importantes, estaré de regreso tan pronto y como haya un buen acuerdo ¿si? —sujeto por los hombros a su chico y le brindó una dulce sonrisa.

—¡No! —pero al parecer a Jimin no le gustó la idea y simplemente la denegó—. ¿No puedes mandar a este simio con la vez pasada? ¿qué acaso no quieres pasar más tiempo conmigo? Él siempre trata de alejarte de mi.

—Jimin, Jimin escúchame —lo miro directamente a los ojos—. Esto es algo importante...

—¿Acaso yo no soy importante para ti? —lo interrumpió.

—¡Lo eres! —gritó un tanto estresado, y negó para tranquilizarse y no perder la cabeza, ya que no era alguien que toleraba tales escenas—. Solo escúchame, volveré lo más pronto posible, solo no hagas nada que no me agrade ¿entendido?.

—¿Y por que debería hacerlo? Tú no cumples tus promesas ¿entonces por que yo si debo hacerlo? ¡Púdrete Jungkook! —el omega se giró enfadado pero de inmediato el nombrado lo sujetó del brazo y lo atrajo con fuerza hacia el—. Suéltame que me estás lastimando.

—Escúchame, si tú te atreves hacer algo indebido, como salir algún club o hablar con chicos te prometo, y no estoy bromeado, que yo haré algo mucho peor, porque sabes que...

—¿Acaso me estás amenazando? ¡Yo puedo hacer lo que quiera! —se soltó de su agarre jalado su mano con mucha fuerza—. ¡Tu lárgate hacer ese trabajo tan importante! ¡Anda! —lo empujó.

—Jimin, estás advertido —gruño—. Deja de comportarte como un niño mimado. Joder eso es lo que me he ganado.

—Jodete, amor —le mostró su pequeño y regordete dedo de en medio.

—Ya vámonos JK, si no salimos de aquí será demasiado tarde —Namjoon lo sujeto por los hombros y se lo llevo de ahí, antes de que las amenazas del omega tomaran dominio en el.

Jimin estaba realmente enfadado, una vez Kim Namjoon había hecho lo que más detesta, y ni siquiera puedo hacer algo para impedirlo, aunque en esto también participo Jungkook, así que estaba furioso con ambos, una más que con el otro. Y al ser aún un alma joven solo pensó en la venganza, una muy estúpida pues a sus veintidós años no podía pensar en otra para hacer enfadar a Jungkook que...

—Veamos que me pondré para salir esta noche. ¿Será algo con escote? ¿O algo que muestre mis piernas? Mmm... ambas, quiero ambas. ¿Negro? ¿Rojo? Perfecto.

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