Los dorados rayos del sol entraron por los espacios entre las cortinas, Jimin se encontraba despertando por los mismos que golpearon sus párpados y perturbaron su sueño, así adormilado buscó con su mano el cuerpo de su alfa, el cual se suponía y tenía que estar en su lugar a un lado de él. Luego de mantener una prologada noche de pasión. Pero solo encontró un espacio vacío con las sábanas arrugadas, inmediatamente se incorporó sentándose para buscar con los ojos ya un poco abiertos a su amado por toda la habitación.

Tampoco había señal de él allí.

Se levantó y en el suelo encontró sus calzoncillos y la camisa de Jungkook tirada en el suelo, la recogió y se colocó sus calzoncillos, luego abotonó los botones de la camisa y entonces salió de la habitación.

Y saltó al encontrar un hombre alto, intimidante y de traje parado a un lado de la entrada.

—¡Por dios! —tocó su pecho agitado—. Me diste un buen susto —suspiro y el hombre lo miro serio—. Uhmm, buenos días soy Jimin un gusto ¿llevabas mucho tiempo esperando? ¿Buscas a Jungkook? Porque yo también.

—Buenos días joven amo —hizo una pequeña reverencia—. No, no estoy buscando al señor, estoy aquí por sus órdenes, el gusto es mío yo soy su guardaespaldas personal.

—¿Guardaespaldas? —murmuró confundido. Al parecer no era broma cuando Jungkook dijo que lo protegería muy bien.

—¿Desea desayunar? Puedo decirle a la cocinera que le prepare algo y puede bajar al comedor, o si le parece más cómodo, con gusto puedo traerle el desayuno a su habitación. Estoy a sus órdenes —hizo una reverencia el amable hombre imponente.

—Eres muy amable muchas gracias, pero creo que está bien si yo mismo me preparo mi desayuno, y como ahí mismo —le sonrió muy apenado—. ¿Tú... tú sabes donde está Jungkook?.

—El señor Jeon salió temprano a las bodegas para atender junto al señor Kim algunos asuntos de trabajo, él me dijo que vendrá tan pronto como termine aquellos asuntos. —informó.

—Entiendo... creo que tendré que esperar entonces. ¿Desayunaste algo ya? Ven preparemos algo para ambos. —le invitó Jimin amablemente.

Camino por lo largo del enorme pasillo, sin rumbo pues ni quiera sabía donde estaban las escaleras, esa casa era enorme, por suerte el guardaespaldas se encontraba siguiéndolo, como lo indica su trabajo. No perderlo de vista en ningún momento.

—¿Desea que le muestre las escaleras? —habló y nuevamente asustó al pelirosa.

—¿Estabas detrás de mi? Dios realmente eres alguien sigiloso ¿debes de estar todo el tiempo detrás de mi? —preguntó.

—Es mi trabajo, joven amo.

—No me llames así, dime Jimin.

—Está bien, joven Jimin. ¿Quiere que lo lleve hasta la cocina? —replicó, el omega asintió y entonces retomaron el camino hasta llegar a la cocina.

—Fantástico, entonces ahora vivirá aquí —agregó Namjoon con ironía—. La idea de que tu casa explote, o se cree una calumnia contra la bodega ni quiera paso por tu mente mientras tomaste esa decisión.

—Cierra la boca, realmente pareces mi padre cuando empiezas a reclamarme este tipo de cosas —respondió Jungkook analizando los múltiples paquetes que había sobre la mesa con la ayuda del una iPad que sujetaba en sus manos—. Estaré bien.

—¿Estarás bien? ¿Como Tony Montana de cara cortada? Eres un imbecil Kook.

—Estamos felices y es lo único que me importa, tu opinión muy bien me la estoy pasando por el culo —lo miro para sonreírle con ironía—. ¿Qué nunca te haz enamorado? A tus veintisiete años es muy extraño ¿como puedes vivir sin sexo?.

—Una palabra, trabajo —le arrebató el iPad y ahora el continuo con lo que estaba haciendo Jungkook—. Y claro que me he enamorado, pero el amor no sirve para nada, solo sufres innecesariamente por que tu fuiste el único que puso de su parte.

—¿Entonces es así? ¿Te enamoraste pero te rompieron el corazón?, vaya eso es sorprenderte ¿quien era? ¿Como se llamaba? —Jungkook lo tomó por los hombros y le sopló en la oreja.

Namjoon lo miro con recelo, y le dio un codazo alejándolo.

—Quítate, deja de entrometer en lo que no te importa, mejor ve hacer lo que tienes pendiente, te vas a divertir más que escuchando mis problemas amorosos, yo me encargaré de lo que hace falta aquí.

—Bien, pero esta conversación no a terminado —camino hacia la salida.

—Ya terminó —respondió Namjoon de inmediato.

—Claro que no.

—¡Claro que si!.

[...]

El lugar donde los mantenían cautivos era el mismo, o peor donde ellos apresaron y torturaron a Jimin. Húmedo, frío y cutre, ellos temblaban más que por el frío por el miedo que los atormentaba, todos sujetos a un silla, con los ojos vendados y la boca tapada, rogando como unos inmundos por su vida.

Pero esto a Jungkook le importa en lo más mínimo, los quería ver muertos no sin antes hacerlos sufrir como hicieron sufrir a su pequeño. Jimin podía dejar pasar todo y seguir con su vida, pero él no era capaz de olvidar, pues siempre ha sido una persona realmente rencorosa.

Había torturado a cada uno de ellos de una forma diferente, y obligaba a los demás a ver aquella tortura convirtiéndose también en una tortura al atormentarse pensando en cuál sería la suya. Cada uno murió de una forma despiadada e inhumana. Le dio tanta satisfacción, y ahora solo quedaba uno, Chan, ese hijo de puta que lo toco, lo golpeo, lo torturo psicológicamente y también le corto los dedos.

—Ya haz visto morir a todos tus amigos de las formas más crueles posibles ¿qué es lo que sientes? ¿Te aterra pensar en que más te haré? —preguntó Jeon, cubierto de sangre, con sudor en su frente y los nudillos rojos.

—¡Vete a la mierda, perro maldito! ¡Te irás al infierno loco bastardo! —vociferó el, con tanta furia que incluso escupía las palabras mientras lloraba impotente.

—Pues creo que allí nos veremos hijo de puta. —Jungkook sonrió, saco el arma y se la colocó en la frente, con el dedo en el gatillo, listo para jalarlo.

De pronto, Chan empezó a reír sin sentido como todo un lunático.

—¡Jajajaj! ¿Sabes cual fue la mejor parte de todo esto Jeon Jungkook? —lo miro a los ojos sin miedo y lleno de una desbordante furia—. Que disfrute cada maldito segundo que torture a tu preciado omega.

—Cállate.

—El primer día lo golpe una y otra vez con mi cinturón de cuero —se volvió a reír—. Chillo como toda una perra pidiendo que me detuviera, el decía ¡detente por favor, detente me duele!... —volvió a reírse—. Oh joder, disfrutaba escuchar como lloraba cada vez que uno de mis muchachos lo golpeaba.

—¡Cállate!.

—Llegando casi al penúltimo día lo toque, si Jungkook toque ese culo que tú te follas, incluso pude lamerle los pezones...

—¡¡Te digo que te calles infeliz!! —cargo el arma y gruñó.

—Es toda una prostituta, con ese maravilloso cuerpo y esos carnosos labios que deseaba tenerlos alrededor de mi po... —calló finalmente, luego de que una bala atravesara todo su cerebro, Jungkook lo disfrutó tanto que jadeó extasiado.

—Ojo por ojo, diente por diente, infeliz de mierda.

El azabache luego de que terminará, lavó sus manos, su cara y también se quitó la camisa llena de sangre que llevaba, sus hombres le entregaron una nueva y finalmente secó el sudor en su nuca. Miro el reloj en su muñeca y se dio cuenta que ya se había hecho bastante tarde, el tiempo había pasado volando.

—¿Qué está haciendo Jimin? Llamen a Samuel —ordenó a sus hombres mientras se colocaba el saco de su traje.

—El se reportó hace un par de minutos, nos dijo que el día estuvo tranquilo, le mostró la casa e hicieron diferentes actividades. Me informó que ahora el joven Jimin se encuentra tomando un baño de burbujas, señor. —informó el insubordinado.

—Perfecto entonces me iré, esta noche no estoy disponible, es decir, de ahora en adelante cuando me encuentre con Jimin no estaré disponible, así que ni se atrevan a molestarme o joderme por cualquier de sus estupideces, lo mejor es que empiecen a ser su trabajo correctamente. —sentenció.

—Por supuesto señor. —hicieron una reverencia.

—Me voy, desháganse de los cuerpos y para mañana quiero todo esto limpio, como si esto nunca hubiera sucedido. —ordenó y entonces ellos le hicieron una nueva reverencia de 90 grados mientras él dejaba la habitación para encontrase con su pequeño omega rosado, luego de un largo día.