⚠️AVISO⚠️ ESTA PARTE TIENE ACTOS SEXUALES EXPLÍCITOS, SI NO ES DE TU AGRADO SAL DEL CAPÍTULO, PERO SI TE QUEDAS SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

Sus labios se separaron luego de mantener un prologando y apasionado beso, que solo logró incorporar más lujuria a sus ansioso cuerpos. Jimin se deslizó hacia adelante en el asiento hasta ponerse entre las piernas de Jungkook.

—¿Qué haces mi caramelo? —le preguntó él, al tiempo que su polla se endurecía automáticamente y le presionaba la bragueta del pantalón.

Jimin alzó la mirada hacia la ventana polarizada, donde había una vista completa de su casa. Era imposible que alguien los viera, o eso esperaban, por el bien psicológico de ellos.

—¿Tu que crees que voy hacer? —luego de morderse el labio, los humedeció, permaneció entre sus piernas y alargó su mano hacia la cremallera de su pantalón—. Hasta este momento no te he enseñado de lo que soy capaz.

Jeon contuvo el aliento al escuchar el cierre desliéndose a medida que se lo fue bajando. El omega entonces apartó a un lado el algodón fino de sus oscuros calzoncillos y libero su pene, que vibró pulsante en cuanto lo tocó, con las venas hinchadas como las de sus manos cuando le pasó el dedo pulgar por sus carmesí y esponjosos labios.

—Jimin... —el nombre salió de sus labios como un jadeo—. Me encantas malditasea.

El nombrado alzó la mirada por entre las pestañas.

—Puedo notarlo, pero tranquilo, esto te va a encantar aún más —sonrío el juguetonamente, junto una pequeña risita.

Sin más preámbulos, agachó la cabeza y cerró sus carnosos labios alrededor del extremo de su polla. Este se movió contra su lengua y Park recorrió su circunferencia con la lengua. Jungkook gimió y alargó su mano para sujetar sin tanto fuerza el rosado cabello de Jimin, lo despeinó un poco, pero no le importó en lo absoluto.

En ese momento lo único que importaba era satisfacerse mutuamente.

Puesto que era demasiado grande, como para que le cupiera todo en su pequeña boca, usó al tiempo las manos, deslizándolas de arriba hacia abajo al mismo tiempo que le succionaba el capullo. Entonces tomó aire por su nariz y se lo metió profundamente como pudo en la garganta.

Para excitarlo... y lo logro, sus expresiones faciales fueron como oro puro; echo su cabeza hacia atrás al tiempo que juntaba sus cejas, cerraba sus ojos y abría la boca para gemir levemente.

Jungkook movió su mano desde su cabellera a sus hombros y se los sujetó con firmeza, como si intentara levantarlo.

—Haah Jimin, ing me estás matando...

Manteniendo la polla de su alfa en su boca. Jimin lo miro y dibujo un círculo con su lengua alrededor de la punta. Y ese control al que Jungkook se esforzaba tanto en aferrarse, salió disparado hacia la venta de su costado. Arqueo las caderas con el impulso de envestirlo y él tomó de nuevo su pene y se lo metió profundamente nuevamente en la garganta.

—Haaah, demonios Jimin ¡ah! ¡Ah! —gimio el azabache cuando él luego deslizó su boca en movimientos ascendentes y descendentes—. Detente, haa.

Jungkook le apretó aún más los hombros al tiempo que su cuerpo se tensaba y un nuevo profundo gemido resonó en todo el auto como si se lo arrancaran de la garganta. Entonces se corrió otra vez, caliente y dulce en la boquita de Jimin.

El se relamió los labios y le sonrió. El alfa lo miro con las pupilas dilatas y la respiración agitada. Luego sacudió su cabeza.

—¿Te gusto, guapo? —preguntó el pelirosa.

Jeon sonrió.

—Tienes un gran don —admitió—. Te diré algo sinceramente pequeño. Esta a sido la mejor mamada que me han dado, espero no ofenderte.

—En lo absoluto —contestó de inmediato agitando su cabeza—. Me estás alagando, eso quiere decir que soy...

—Un dios, un jodido dios lujurioso, y demonios que me encanta, tanto que me he vuelto a empalmar —confesó y si, nuevamente se le había levantado ansioso—. No hubiera creído posible que se levantara tan pronto, pero...

Tampoco Jimin. Pero en cierta parte forma se alegró, porque su polla también estaba dura y ansiosa, al igual que su mojada entrada deseosa, necesitado de liberar la tensión sexual que le había provocado dar placer a Jungkook.

—Que bueno, por que ahora es mi turno cariño, lúcete —dijo el.

Y entonces fue Jeon quien se deslizó del asiento. E incluso de rodillas, era más alto que él omega aún allí sentado, así que tuvo que inclinarse como todas las demás veces para besarlo. Al rozar sus labios con los de el emitió un nuevo gemido, quizá por haber notado su propio sabor en ellos.

Jungkook lo tocó, bajando su mano desde su pecho a su ingle. Su polla estaba apunto de hacer que le estallara la bragueta.

El pelinegro sonrió.

—Mi caramelo, mi omega —musitó el.

El otro alzó la cabeza y escuchó atentamente.

—Mi alfa, mi apuesto y poderoso alfa. —contestó, y nuevamente se devoraron los labios.

A pesar de la ansiedad que dominaba al alfa, se tomó el tiempo para quitarle prenda por prenda, lo acaricio con la yema de sus dedos, su cintura y sus pezones endurecidos. Y Jimin pensó que probablemente así era como abría los regalos, lentamente, saboreándolos.

Finalmente, Jungkook le quitó sus calzoncillos color crema con encaje, al mismo tiempo que un silbido ahogado escapaba de entre sus dientes.

—¿Qué hay con estos calzoncillos? —enarcó una ceja—. No te los había visto puestos antes ¿acaso sabías telepáticamente que iba a venir, o estás siendo coqueto de nuevo? —sus celos podían notarse desde muy lejos.

—Los compré para ti, cambié toda mi ropa interior por ti, deberías agradecerme, despídete de los calzoncillos de antes, dile hola a estos. —sonrió y morido su labio inferior.

—Malditasea Jimin...

Le beso todo el cuello, bajo hacia su pecho y le succiono un pezon, deslizó una mano por su delgada espalda, rodeó sus nalgas e introdujo sus dedos en su interior. Ya estaba húmedo, listo para recibirlo, así que cuando Jungkook movió sus dedos hasta tocarle ese punto dulce, él omega se corrió gritando su nombre.

—¡Jungkook! ¡Haaa! ¡Ahí!.

El mencionado maldijo entre dientes. Entonces se sentó en el asiento y colocó a Jimin encima de él. Sin más tiempo que perder se introdujo en el profúndame, cáusales a ambos un gemido.

El pelirosa se movió de arriba hacia abajo, de delate hacia atrás, apoyando sus manos en los hombros de su alfa. Sentía sus cuerpos realmente eufóricos, calientes, el calor que se había albergado dentro del auto tuvo como resultado sus cuerpos empapados de sudor, y el olor de sus feromonas dominaba la camioneta.

—¡Haah! ¡Ah! ¡Ah! —dio saltitos rápidamente, preparándose para llegar a su extasis—. ¡Voy a venirme! ¡Ahh!.

Encajó sus uñas en los hombros del pelinegro, y luego de un chillido, se vino turbulentamente al mismo tiempo que su amante.

—Ahg carajo... esto fue como tocar el cielo —murmuró el alfa jadeante.

Jimin parpadeó y respiro profundamente para salir del estupor del deseo y lo miro, con los ojos abiertos un poco de más, sorprendido, pues, no habían utilizando ningún preservativo, y el se había venido dentro de él.

Al pacer el calor del momento los había hecho olvidar, aquello tan importante.

—Kookie no utilizamos protección ¿Y si quedo...?

—Cierto, lo lamento lo olvide por completo pequeño —respondió Jungkook—. Puedes tomar la pastilla del día siguiente, no te preocupes —le acaricio el rostro y le sonrió—. Te prometo que no volverá a suceder.

—Está bien, la tomaré —inquirió, para luego besarlo nuevamente esta vez lenta y suavemente—. Quiero pasar más tiempo contigo, soy tu novio, pero me siento como una prosti...

—¡No! Eso no —objeto rápidamente, frunciendo las cejas—. Haré lo imposible por visitarte más seguido, soy alguien ocupado, pero te aseguro que no eres eso, eres mi omega ¿si?.

—Sip, está bien. —el omega sonrió y entonces lo abrazo tiernamente, como si de uno de sus peluche se tratara—. Perdóname, es solo que nunca he tenido un novio que me vea como su novio verdadero.

—Yo... yo te amo Jimin... —confesó Jeon, tímido.

—Lo se, yo también te amo Kookie —replicó Park con las mejillas rosadas.