08; Permiso.
—Abuela, abuelo, Jihyun el es Jeon Jungkook mi... novio —hablo Jimin totalmente nervioso, sentando en el sofá justo enfrente de sus mayores y su pequeño hermano.
Jeon trago saliva, sonrió, e inmediatamente hizo una reverencia.
—Es un gusto conocerlos —dijo con su corazón latiendo al mil por hora. Y a decir verdad, durante tres días estuvo torturándose pensando en ese suceso, en el ¿que dirán? ¿Cómo actuaría? Y si sería aceptado.
Nunca tuvo la necesidad de pertenecer, después de todo era el hombre más poderoso del país, sin mencionar que era un alfa. Todos debían estar a su merced, pero ahora, él estaba a la merced del hombre anciano que lo miraba detenidamente, con una ceja enarcada, el rostro serio y los brazos cruzados.
—Que apuesto jovencito Jimin —agregó la abuela con una dulce sonrisa y una actitud amigable, lo contrario a su esposo—. ¿Y cuantos años tienes?.
—Veintitrés —contestó brindándole una pequeña sonrisa nerviosa.
—Te vez de treinta —hablo el hombre bruscamente cruzando sus brazos, su esposa y el pelinegro eliminaron sus sonrisas de inmediato—. ¿A que jerarquía perteneces?.
—Alfa, dominante señor.
—¿Donde están tus padres? —siguió fríamente, sin mostrarle ninguna otra expresion más que la sería y firme, absolutamente el era un alfa.
—Muertos, señor. La vida lamentablemente no quiso que los conociera —replicó bajando la mirada afligido, el pelirosa lo tomó de la mano dándole cierto apoyo.
—¿A qué te dedicas muchacho? —la aura comenzó a cambiar, el abuelo dejó de cruzar sus brazos, y la tensión en su rostro desapareció casi por completo.
—¿A que me dedico...? Yo... —miro a Jimin, por supuesto que tenía planeado mentir y decir que es un empresario, o un abogado, pero los nervios lo invadieron y su mente se quedó en blanco—... Yo, bueno... —trago saliva—. Soy un mafioso —soltó.
Park palideció, y entonces cuando vio el fin llegar, unas grandes carcajadas se hicieron presentes entre el pequeño silencio. Miro a sus abuelos sorprendido, ellos reían al igual que su hermano, al parecer se lo habían tomado como broma, él sabía que no era así, pero en prefería fingir que si.
—Que agradable chico, Jihyun ¿por que no le traes a tu abuelo el whisky que está en la alacena de la cocina? ¿Bebes? —le pregunto a Jungkook este asintió ya más tranquilo—. Vamos, tráelo y tomemos algo.
—Ya voy, Jimin ¿podrías ayudarme a traer lo vasos? —le dijo y ambos caminaron hacia la cocina, más tranquilos ya que todo estaba comenzado surgir mejor.
—No fue una broma ¿cierto? —habló Jihyun sacando la botella de Whisky de la alacena, mientras que su hermano tomaba los vasos de cristal de allí mismo.
Jimin frunció las cejas.
—¿De que estas hablando? ¿Cuál broma?.
—De que el es un mafioso, no era broma ¿verdad? —volvió a preguntar. El omega abrió sus ojos un poco de más, asustado—. ¿Jimin? —el silencio de su hermano lo abrumaba.
—Como crees —bufo—. Eso sería una locura ¿como un mafioso se va a fijar en mi?.
—No lo se, dimelo tu —el pelinegro colocó sus manos en su cadera y lo miro enarcando una ceja—. Se que soy tu hermano menor, pero me preocupo por ti, si el realmente es...
—¡No lo es Jihyun! —afirmó el pelirosa—. Tu de verdad te creas historias en tu cabeza, deberías dejar de leer esos cómics —puso sus ojos en blanco y soltó un prologando suspiro—. ¿Por qué crees eso?.
—No lo sé bueno, por esos enormes regalos que trajo qué seguramente costaron una fortuna, los guarda espaldas que están en la puerta y en las ventanas, y las tres camionetas que acompañan a una sola persona —le explicó.
—¿Tu problema es el dinero que él tiene?, Si, el es un hombre poderoso y rico, deberías estar feliz por mi, al menos mi novio no es un vago o un don nadie —objeto Park.
—Ese no es el problema Minie, me preocupa tu bienestar, los mafiosos tienen muchos enemigos y si tienen algún pleito les gusta cobrarse con lo que mas aman.
—En ese caso, que bueno que el no es un mafioso ¿cierto?. Vámonos, el abuelo se va a poner histérico si no le llevamos su botella —Jimin se dio la vuelta y regreso a la sal de estar sin decir nada más, dejando a su hermano con la preocupación.
[...]
Entre un par de tragos, una amena platica y diversas anécdotas la noche había llegado, los abuelos además de ya estar un poco ebrios, terminaron bastante cansados, y su hora de dormir había llegado, igual que la hora de irse de las vistas.
Jungkook había logrado su cometido, gracias a la buena quimica que tuvo con los dos mayores logró tener su completa aprobación, y eso lo hizo demasiado feliz.
Una vez más había salido victorioso.
—Fue un placer conocerlos, disfruten los presentes que les traje, tengan una buena noche —Jeon hizo una reverencia completa, y luego de sonreírles gentilmente se retiró.
—Jovencito —el hombre de mayor edad lo detuvo sosteniéndolo de la mano—. Cuide bien a nuestro pequeño Jiminie, el es la cosa más preciada que tenemos en esta casa.
Jungkook se enterneció al escucharlo tan sincero y preocupado.
—No tiene de que preocuparse, se muy bien lo especial que él es, y les prometo que lo cuidaré como a nada en este mundo —vaticinó con la misma sinceridad, sujetado la mano del hombre mientras le sonreía.
Jimin y Jungkook finalmente caminaron hacia la salida para despedirse.
—Listo, ahora que cumplí las restricciones de mi regalo puedo disfrútalo sin preocupaciones ¿verdad? —el alfa colocó su mano en la mejilla del omega, mirándolo directamente a los ojos.
—Claro, soy todo tuyo —respondió y entonces unieron sus labios formando un dulce beso, lento y amoroso—. Jungkook ¿es cierto lo que le prometiste a mis abuelos? ¿Vas a cuidar bien de mi? —preguntó el pelirosado con sus ojitos brillosos de ilusión.
—Por supuesto que si. ¿Sigues pensado que solamente eres algo pasajero? ¿Después de que vine a buscar la aprobación de tus seres queridos?. Me conozco y si hubiera sido así, lo que tuvimos esa noche se hubiera allí, en esa habitación.
Jimin sonrió demasiado feliz y se lanzó abrazarlo.
—Nunca nadie había hecho esto antes, me haces muy feliz. ¿Crees que es muy pronto para decirte que te amo Jungkookie? —preguntó penosamente.
El azabache rio entre dientes, por su actitud penosa y ese tierno apodo que le había puesto.
—No claro que no, para decir te amo no hace falta cumplir un año, está bien si quieres decirlo ahora, para el amor no hay tiempo, o al menos conmigo no.
—Okay, pues entonces te amo —lo abrazo con fuerza, parado de puntitas para logrará enrollar sus brazos en el cuello de su amando—. Nunca tuve un novio real —separo el abrazo—. Siempre fui de simples coqueteos.
—Pues eso terminó —habló el alfa con firmeza—. Debo decirte que soy bastante celoso con lo que es mío, así que no planes seguir coqueteando.
—Tu tampoco, también puedo ser celoso y territorial, debes ponerte una máscara para cubrir tu rostros —sujeto el rostro de Jungkook entre sus pequeñas manitas—. Eres demasiado apuesto, joder.
El pelinegro soltó una risita—. Y tú también eres muy hermoso, entonces ambos debemos escondernos mi omega.
—Mi alfa.
Los dos sonrieron alegres y volvieron a besarse por última vez, para luego Jeon con todos sus hombres por detrás subirse a las camionetas y una vez todos adentro irse.
Jungkook estaba realmente feliz, él siempre fue un hombre serio, muy estricto y egoísta, con sus hombres era frío y nunca les había mostrado ni una mueca, hasta ese momento, el sonreía como todo un enamorado, y los insubordinados se miraron entre sí extrañados y muy sorprendidos.
Estaba envuelto en su aura llena de amor, deseos cursis y nubes del algodón de azúcar, mirando hacia la ventana y viendo en el cielo oscuro la imagen de su hermoso omega, pero duro muy poco, pues sonido de una llamada entrante a su celular lo saco de sus rosados pensamientos.
Inmediatamente contestó.
¿Si?
Jeon ¿donde estas carajo?.
Namjoon —frustrado de escuchar la voz de su socio puso sus ojos en blanco y soltó un suspiro con pesadez—. ¿Qué necesita tanto mi atención?.
Tenias que firmar los permisos de exportación de la mercancía, también llamaron los italianos y dijeron que todo llegó bien, pero que necesitaba hablar contigo para un nueva traslado, al pacer todo fue bien.
Ya veo, mañana lo resuelvo, estuve ocupado haciendo algunas cosas importantes —mintió.
¿Así? No me digas ¿qué cosas? Ir a ver a tu estúpido amante —mencionó.
Y fue la palabra estúpido la que le causo que la sangre le hirviera.
Jimin no es un estúpido, cuida bien lo que sale de tu boca porque ahora es mi novio, el novio de tu jefe, te guste o no, y es algo que no te incube —tenso su mandíbula enfadado.
Tu novio, te escuchas tan idiota que es increíble. No voy a meterme es tu problemas pero cuidado, porque digamos que no eres una moneda de oro en la sociedad.
¿Qué quieres decir? —enarcó una ceja.
Tienes muchos enemigos Jungkook y tener una pareja no te conviene, le harán daño porque saben que lo amas —objeto con cierta verdad de la que el azabache estaba consciente.
Yo me encargaré de que no le suceda nada, y tú también lo harás porque además de mi socio eres mi mejor amigo.
Haré lo que pueda, te veo acá.
Adiós —colgó.
Aquella declaración que hizo su socio y amigo no abandonó sus pensamientos y seguramente no lo dejaría dormir esa noche. Tenía mucha razón y es por eso que haría hasta lo imposible por proteger a su ahora omega, incluso llevarlo a vivir junto a él, y así protegerlo el mismo y toda su gente.
Amaba a su dulce y pequeño Jiminie, ahora el era su prioridad, después de muchos años de no tener una.
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