—¿Por qué tanta insistencia conmigo?

Le pregunto Park dándole un sorbo a su martini seco, sin dejar de mirarle sus grandes y brillantes ojos castaños. El alfa a su costado tocó con su lengua su mejilla dentro de su cavidad, y sonrió mientras se mordía el labio inferior.

—Porque nadie más a captado mi atención de la misma manera en que tú lo hiciste, naturalmente mis visitas al club son aburridas aunque me drogue o me alcoholice, es como si todos tuvieran una equis en sus rostros, pero tú... —se inclinó un poco acortando su distancia—. Eres diferente, tienes un esplendor particular y eso me hechizo.

—Y dime ¿eso te ha funcionado con todos los que has intentado seducir? —entorno sus ojos con suspicacia mientras oprimía una risita.

—¿Por qué crees que le he dicho a más personas esto?.

Jimin carraspeó y cruzó sus piernas—. Bueno, eres un alfa guapo, notablemente muy rico y poderoso, y aún me pregunto ¿por qué?. Al menos deberíamos conocernos primero —regreso su martini a su boca para beber nuevamente.

—¿Qué es lo que quieres saber de mi? —Jungkook descanso su espalda en él respaldó de la silla y sorbió de su vaso whisky—. Te lo dire todo, solo tienes tres preguntas escógelas bien.

—¿Tienes familia? —comenzó.

—Mi padres me abandonaron en un orfanato cuando tuvieron oportunidad, luego fui adoptado por un hombre muy antipático y frío, aunque perspicaz, me enseñó todo lo que se, y me dejó una buena vida cuando falleció —respondió, para luego darle un largo sorbo a su vaso hasta que se terminó el líquido.

—Lo siento. ¿Te haz enamorado alguna vez? —jugó con sus pequeños y regordetes dedos nervioso.

—¿No prefieres saber mi edad, mi color favorito o mi comida favorita? Es más sencillo. —objeto.

—Dijiste que responderías a todo —Jimin enarco una ceja y lo miro fijamente.

El azabache puso sus ojos en blanco y luego de un prologando suspiro respondió—. Si, pero esta conversación se convertiría en las historias de todas las veces que me rompieron el corazón, la mayoría mujeres, aunque algunos hombres también suelen ser unos completos idiotas.

—Ya veo —el pelirosado medito su última pregunta, con esta decidiría si dejar entra a su corazón aquel chico apuesto, poderoso, pero roto—... ¿A que te dedicas?.

—¿Si te lo digo me prometes no huir? —sus miradas conectaron, y los ojos dominantes de Jungkook hicieron erizar la blanquecina piel de Jimin, quien asintió un poco desconfiado pero realmente interesado en saber—. Tu mi pequeño caramelo ¿sabes lo que es un mafioso, un gangster?.

El corazón del menor comenzó a latir con fuerza. Todas las piezas se unían una por una, los múltiples guardaespaldas, su gran fortuna y poder, esa aura tan extraña que lo rodea y una siempre actitud valerosa.

—S-Si ¿por qué?.

—Bueno yo soy uno. Y eres un chico no tan conocedor como para saber que soy el más grande de todo el país. Ese club al que tú fuiste la noche que nos conocimos era mío, igual que muchos más, pero sólo me sirven para evadir sospechas sobre mi verdadero yo.

Jimin palideció al escucharlo, se preguntaba si estaba tratando de jugarle un broma, o si estaba hablando en serio. Por supuesto que tenía miedo, se encontraba frente al hombre más peligroso de todo el país, incluso se sentía abrumando por ser su interés romántico, pero de alguna extraña manera...

Le encantaba.

—¿E-Entonces...? —aclaró su garganta para dejar de tartamudear—. ¿Asesinas gente, vendes drogas, tu...?.

—Si mi caramelo, soy todo eso y muchas cosas más —reposo su mano sobre la del omega y la acaricio con su dedo pulgar—. Entiendo que te sientas asustado, no esperaba menos, pero incluso tipos como yo tenemos un corazón, y solo pocas personas han llegado a cautivarlo, personas como tú.

—¿Yo? —anonadado Jimin entre abrió su boca sin poder creerlo. ¿Debía creerle y dejarlo entrar a su dulce y joven corazón?—. No me asusta de esa manera, solo estoy sorprendido.

—¿Por qué mi pequeño?.

Las mejillas del omega se tornaron del mismo color que su cabello mientras baja la mirada, totalmente apenado.

—Porque es sorprendente que un chico tan común como yo logre estar con un hombre como tú, naturalmente personas como tú buscan a una persona más brillantes, importantes.

—Escúchame, no soy un rey, soy un jodido mafioso, no busco tu fortuna o tus bienes, yo te busco a ti como persona, por que quiero que me amen, y tu brillo pequeño, no se compara con el de cualquier joya —sujeto su mano y con delicadeza le besó la muñeca para luego mirarlo directamente a los ojos—. Me haz cautivado Park Jimin, déjame ser parte de tu vida.

—¿No quieres saber primero sobre mi? —contestó él y sonrió nervioso.

—Estoy ansioso por saber todo —también sonrió.

La noche fue dedicada a Jimin, a desnudarlo como persona, descubriendo que era un chico completamente normal, muy dulce, carismático, inteligente y también en algunas partes roto. Terminó la universidad unos meses atrás, trabaja de medio tiempo en una pastelería como ayudante, tiene un hermano menor alfa que aún sigue en la universidad, y luego de la muerte de sus padres ambos fueron a vivir con sus abuelos en su hogar en un suburbio común.

Lo pequeños detalles como que su color favorito es el rosa y el amarillo, que le gusta bailar y cantar, que prefiere limpiar a cocinar y que tiene una relación muy estrecha con el piso, solo lograban encantar más al alfa que lo escuchaba con atención, mirando como sus ojitos desaparecían cuando este sonreía, dejando ver también su hermosa sonrisa y jamás se cansaría de escuchar su delicada y suave voz que lo tenia aún más cautivado.

El sentimiento era mutuo, poco a poco, palabra por palabra, minuto tras minuto se iban enamorado de alguien que habían visto solo una vez en un club nocturno.

—¿Volveré a verte?.

Pregunto el pelirosa luego de que la velada terminara, y se encontraban en la puerta de su casa bajo el cielo estrellado y un silencio, que si no fuera por lo grillos, fuera ensordecedor.

—Por supuesto que si pequeño —Jungkook le acarició el rostro delicadamente—. Ambos tenemos que ser pacientes, por que yo igual que tú me siento ansioso. No te preocupes, estaré siempre presente.

Jimin frunció las cejas sin entender—. ¿Por qué?.

—Ya veras, soy un hombre muy dedicado y pasional, mi meta es obtener tu corazón y lo lograre —paso sus dedos por los esponjosos labios del omega y relamió los suyos deseoso—. No soy alguien que pide permiso pero ¿puedo besarte?.

—Si por favor —murmuro y entonces rápidamente se besaron deseosos, desesperados, como si ese beso fuera a ser el último.

El alfa lo sujeto de la cintura y lo pego a su cuerpo, sintiendo y pegándose su hermoso olor a coco, él esperaba que también su olor se quedara en su piel, en su labios, en el cabello que le sujetaba, en todo y por eso esparció sus feromonas.

—Detente, detente —Jimin separó el beso—. Tus feromonas son muy fuertes, y creo que me voy a desmayar —sonrió apenado—. Si quieres marcar tu territorio debes ser más inteligente.

—¿Así? ¿Que te parece esto? —volvió atrápele los labios, y esta vez le tiró el labio inferior y lo mordió hasta hacerle una pequeña abierta, luego se separó de él—. Donde todos puedan verla, y que sepan que te bese.

—Realmente eres pasional.

—¿Y te gusta?.

—Desde luego que si.