04; La primera cita.
—Jihyun —el pelirosa toco la puerta tres veces, más él nombrado no atendió—. ¡Jihyun! —insistió con desespero, ahora sin dejar de golpear la puerta—. Jihyun, Jihyun, Jihyun, Jihyun, Jihy...
—¡Con un demonio! ¿Ahora que es lo que quieres Jimin? —un chico de cabellera castaña a quien Jimin llamaba su hermano al fin abrió la puerta, con una notable molestia.
—Llévame al centro comercial, por favor —pidió sonriéndole con dulzura.
—¡¿Qué?! —abrió sus ojos un poco de más—. Claro que no, de ninguna manera cometeré el error de llevarte al centro comercial, ve a buscar a alguien más, largo.
Estaba apunto de cerrar la puerta pero Jimin colocó su pie en el marco impidiendo que esta se cerrara.
—¡Por favor Jihyun! —le rogó haciendo un puchero, haciendo ojos de perrito—. Los abuelos no quieren prestarme el auto luego de lo qué pasó la última vez.
—¿Cuando casi matas a un hombre por ir bailando Kiss me more en una avenida peatonal? —indagó colocando sus manos en su cadera enarcando una ceja.
—Él apareció de la nada, te lo juro.
El castaño puso sus ojos en blanco.
—Si claro, ve a molestar a alguien más yo estoy muy ocupado.
—¿Haciendo que? ¿Viendo pornografia? —Jimin se cruzó de brazos y sonrió recordando que por las noches ruidos extraños se escuchan desde la habitación de su hermano, y no es específicamente por qué haya una mujer allí.
—¡Yo no veo pornografia! —aulló apuntándolo, amenazándolo con su dedo—. Ni creas que amenazándome con decirle a los abuelos lograrás algo.
—¿A no? —entorno sus ojos con suspicacia—. Veamos si no logro algo ¡Abuelos Jihyun está viendo...! —rápidamente una mano cubrió su boca callándolo.
Ser el hermano menor, pero no parecerlo, tenía sus ventajas y desventajas, por ejemplo, en esos momentos Jimin era quien lideraba. Un omega y un alfa, y quien debería ser el dominante no lo era, solo por ser más pequeño y precoz.
—¿Qué diablos harás allí? No me digas que comprarás ropa —suspiro con pesadez cuando su hermano de cabello rosado asintió—. ¿No puedes comprar por línea? —el negó con la cabeza—. Carajo, si no hay otra opción.
Lo soltó, Jimin sonrió muy feliz y aplaudió festejando como un niño pequeño.
—Iré por mi chaqueta, tu enciende el...
—¡Jimin, cariño! ¡Un apuesto chico te está buscando en la puerta! —escuchó el llamado de su abuela desde la plata baja.
Los hermanos se miraron entre sí desconcertado ¿un chico en la puerta?. No era raro el hecho de que un chico buscara a Jimin, la mayor parte del tiempo se encontraba rodeado de ellos, pero el que estuviera parado en él puerta de su casa, eso era nuevo.
—¿Ahora a quien sedujiste pequeño algodón de azucarar escurridizo? —lo miro con los ojos entornados, mientras el otro intentaba recordar quien era el chico.
—Uhmm, todos mis chicos son apuestos —pensó y pensó buscando posibilidades—. Pero es raro que este aquí, eso es muy... —y entonces llegó, un apuesto y atrevido individuo—. El del club.
—¿Un club? —el alfa de menor edad frunció las cejas ¿otra vez se había escapado?.
Paquete tras paquete transbordaban una avión completa, cada uno con un contenido de aproximadamente 1kg de cocaina pura, había unos cinco hombres trabajando en ello, y eso le proporcionaba una tremenda satisfacción al joven pelinegro que miraba todo con una sonrisa de oreja a oreja, disfrutaba hacer crecer más su fortuna, le fascinaba su trabajo y era muy notable.
—Señor, la mercancía llegará a su destino mañana por la mañana, sus socios le avisarán cuando todo esté completado —mencionó el copiloto del avión.
Jeon Jungkook asintió y se quitó sus gafas oscuras.
—Bien, solo encargarte de que todo llegue en perfectas condiciones, o terminarás... —alargó su mano hacia el hombre y tocó su cabeza con su dedo índice—... con una bala en tu cabeza.
Sonrió con malicia, y el otro tragó saliva sudando frío.
—Disculpe señor —otro se presentó a su lado, y esta vez este era parte de sus insubordinados—. Ya está hecho el trabajo que nos pidió, aquí tiene —le entrego un folder color azul.
El alfa arqueó una ceja y miró enseguida su contenido.
—Veamos ¿como fue que lo hicieron tan rápido? Suelen ser incompetentes casi siempre, para no decir todo el tiempo.
—Fue bastante fácil encontrar toda la información, con un par de contactos fue sencillo reunir todo en un día, señor.
Jeon sonrió.
—Excelente —cerró el folder y se colocó de nuevo sus gafas oscuras—. ¿Tienen listo el auto? Iremos hacerle una visita a una pequeña y hermosa persona, andando. —avanzo con todos sus hombres por detrás.
[...]
Jimin palideció y abrió sus ojos como platos al encontrarse con aquel guapísimo alfa de olor dominante con el que había follado hace dos noches atrás, luego de haber bailado en un club nocturno.
¿Para que le pidió su número esa noche, si se iba a presentar en la puerta de su hogar? Es un atrevido, pero eso es lo que más le encanta, aparte de su olor, de su rostro, de su cuerpo y por supuesto de su...
—Te encontré, caramelo —dijo el mirándolo fijamente, como un animal hambriento, y no era por lo que llevaba puesto, Jimin siempre era de buen vestir, incluso vistiendo algo tan sencillo como en ese momento.
Lo que lo tenia tan hambriento era ese maravilloso olor a coco que se le quedó grabado en todas partes luego de esa apasionada noche.
—Claro que lo hiciste —Jimin sonrió—. ¿Entonces por que me pediste mi número? ¿No hubieras prefiero simplemente llamarme?.
—¿Y perderme el placer de verte y olerte? No claro que no, por eso estoy aquí —respondió dando un paso hacia él, acortando su distancia.
El pelirosa pasó saliva. Aunque ya hubiera estado con él aún le parecía titánico, y muy dominante, su fornido cuerpo y su olor lo tenían a su merced, y más cuando lo tenia así de cerca.
—¿Qué es lo que buscas, guapo? Creí que después de lo que sucedió ibas estar satisfecho, aunque veo que al parecer me equivoqué —soltó un ligero suspiro.
El alfa alargó su mano hacia él y le tocó delicadamente sus carnosos labios de cereza con la yema de su dedo pulgar, mientras él se mordía el labio intentando controlar las ganas que tenía de devorárselo una vez más.
El pelirosado disfrutó aquel tacto e, incluso sacó un poco su lengua para que su dedo la tocara, pero luego se quito su mano de encima.
—Cuidado, estamos en mi casa, debes controlarte.
—No puedo, el solo verte me trae vuelto loco, por favor acepta salir conmigo, podemos ir a comer y luego cuando la noche llegue decidiremos —insinuó Jungkook con una pícara sonrisa.
—¿Me estás invitado a salir? Pero ni siquiera se tu nombre, eso se siente un poco injusto —cruzó sus brazos.
—Claro que te estoy invitando a salir. Y lo siento por no decírtelo, soy Jeon Jungkook, ahora ¿tienes hambre?.
—Siempre —sonrió mostrando su blanca y perfecta dentadura.
[...]
—Yo hablaba de comida, no de ropa —protestó el pelinegro sentado en el sofá de la séptima tienda de ropa del centro comercial, con sus hombres cubriendo todo el lugar para su seguridad, llamando de más la atención.
—¡Lo siento! —dijo el omega desde el vestidor—. ¡Se me olvidó decirte que vendría de compras! ¡Lo iba hacer con mi hermano, pero tu apareciste!.
—¿Y es muy importante? Ya llevas más que suficiente —miro a sus hombres quienes llevaban múltiples bolsas de distintas marcas prestigiosas en las manos, todas pagadas por el—. ¿Esta será la última? Muero de hambre.
—¡Claro, tal vez! —contestó y luego de unos segundos salió del vestidor abrochando el botón de su jean color blanco ceñido a sus piernas—. ¡Carajo! —protestó—. Este pantalón no es mi talla, disculpe señorita ¿podría traerme la siguiente?.
—Claro joven, iré a buscarlo enseguida —la chica hizo una pequeña reverencia para los dos y se fue.
Jungkook se levantó de su lugar y caminó hacia el chico bajito de cabello rosado.
—En nuestra primera cita me traes a un centro comercial a comprarte ropa —río entre dientes—. Aún ni siquiera somos algo y ya me tienes pagado tus atuendos ¿será que también podré quitarlos yo?.
—¿Prefieres que te pague? Dime ¿de qué manera quieres? —insinuante se pasó los dedos por los labios, bajo deslizando su mano por su cuello hasta llegar a su abdomen.
—De está —el alfa lo empujó adentro del vestidor, y tan rápido como cerró la puerta con seguro se abalanzó contra el, devorándole los labios frenéticamente.
⚠️AVISO⚠️ ESTA PARTE TIENE ACTOS SEXUALES EXPLÍCITOS, SI NO ES DE TU AGRADO SAL DEL CAPÍTULO, PERO SI TE QUEDAS SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.
Con la necesidad de tocar su cuerpo llevo sus manos hacia su cintura, luego a sus caderas, le desabrocho el pantalón y se lo bajo hasta los pies, entonces dejo sus manos en su culo y lo estrujo y tocó a su gusto, mientras continuaba besándolo apasionadamente.
Lo giró rápidamente, Jimin tocó la pared con su pecho y se recargó en esta con sus manos, mientras Jungkook se encargaba de bajarle los calzoncillos.
—Contrólate ¿y si nos descubren? Estamos en un lugar público —dijo Park, aunque no hizo nada para detenerlo, solo era para molestar.
—Me importa una mierda. Si quisiera yo podría ser el dueño de toda esa mierda —se bajo la cremallera dejando salir su miembro ansioso, rápidamente saco de su bolsillo un preservativo, lo desenvolvió en su polla y entonces entró profundamente en el omega.
—¡Aggh! —Jimin cubrió su boca tratado de ahogar sus gemidos, pero todo se complicaba cuando Jungkook lo embestía con rapidez y profundidad.
—Haaa ¿te gusta? ¿Como se siente, mi caramelo? —ni siquiera tenía que pregúntaselo, con todos esos gemidos que trataba de callar era bastante notable que le fascinaba.
—Mmhh, haaa, no pares, haa —gimio una y otra vez hasta que las piernas le temblaron y llegó a un asombroso orgasmo.
Súbitamente tocaron la puerta y ambos se detuvieron.
—Joven aquí tengo el pantalón ¿está allí dentro? El otro joven que lo acompañaba creo que se fue —dijo la chica.
El pelirosa maldijo en su mente—. Muchas gracias, no se preocupe por... —las embestidas continuaron, esta vez mas rápidas, volviéndolo loco—. Aghh, no se pre-preocupe por el, ah —mordió su labio con fuerza.
—Claro ¿va a probarse el pantalón?.
—S-Si, en un mo-momento, puede de-dejarlo afuera, ya salgo —dijo intentando no soltar un gemido o un ruido extraño, y entonces la chica dejó en pantalón en el sofá y se retiró, dejándolos nuevamente "solos".
—Bien hecho. Aquí voy pequeño —Jungkook se movió con mucha velocidad apretándole las caderas, jadeante y concentrado.
Sintió una presión en las pelotas a medida que se le llenaban... hasta que finalmente se corrió.
—Maldición, esto se vuelve cada vez mejor —le besó la espalda, y se separó de él quitándose el condón el cual lo mantuvo en su mano hasta poder encontrar un basurero, metió nuevamente su miembro y se subió la cremallera.
Mientras tanto Jimin tranquilizó su agitada respiración mientras se colocaba nuevamente los calzoncillos y se subía el pantalón.
—Pero que primera cita más interesante —dijo Park.
—Y lo que nos falta —contestó con una sonrisa Jeon.
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