Personajes:

Era un día soleado y sin mucho calor, el día perfecto para salir afuera a jugar, Darwin, junto con algunos niños de su calle habían colocado sus mochilas de la escuela como porterías a ambos lados de la calle para jugar un partido de futbol soccer, todo iba bien, hasta que el portero, desvió el balón, haciéndolo volar hasta un árbol en cuya sombra se encontraban tres adolescentes de 13 años, famosos por su poca tolerancia, quienes al ver como la pelota llegaba a ellos decidieron divertirse pateándola entre ellos, sin siquiera mirar a los niños que la habían perdido.

Ninguno de los niños se atrevía a acercarse para pedir el balón, e incluso comenzaban a culparse entre ellos por haberlo perdido, y viendo esto, Darwin decidió ir él mismo.

Todos los niños permanecieron atentos desde una distancia segura, viendo como Darwin se dirigía hacia esos adolescentes, y mientras tanto Darwin temblaba por dentro, arrepintiéndose por cada paso que daba, pero sin mirar atrás ni una sola vez, finalmente llego frente a ellos, quienes lo miraron con curiosidad y desprecio, juntando todo el valor que le quedaba, Darwin logro hablar lo mas clara y cortésmente que pudo.

-Buenas tardes- mantuvo la compostura -mis amigos y yo estábamos jugando futbol por allá y nuestra pelota a llegado a sus manos, ¿podrían devolvérnosla?

A los adolescentes les sorprendió lo calmado que se veía, pero parece que lo que dijo solo les causo gracia, pues de inmediato le respondieron entre risas.

-Tu pelota dices- dijo una chica que parecía ser la líder, con una sonrisa maliciosa -esta puede ser nuestra pelota, no veo tu nombre escrito en ella.

Pero inmediatamente, Darwin los corrigió mostrándoles que la pelota si tenia su nombre escrito, con letras negras y en mayúsculas.

-Bueno NIMBVD- dijo con molestia -creo que tenemos un problema, esta es tu pelota, pero yo no te la quiero dar, entonces... ¿Qué harás al respecto?

En ese momento se escuchó el flash de la cámara de un teléfono y vieron como Darwin marcaba rápidamente en su teléfono, antes de guardarlo en su bolcillo.

-Le he enviado su foto a mis amigos- dijo con confianza -y si no quieren meterse en problemas, devuélvanme el balón.

Había sido una idea muy racional por parte de Darwin, pero se le olvido que estaba lidiando con seres poco racionales.

-Mira mocoso, por valiente te voy a dar 3 segundos para que desaparezcas, no, espera, me arrepentí- y tomándolo por el cuello lo sostiene contra el árbol -ningún... mocoso... me dice... que hacer...

-Disculpa amiga- una voz los hizo voltear, y vieron a Third, parado firmemente sobre una colina cercana, con los brazos cruzados, usando unos lentes de sol, y destacando un cinturón negro que ondeaba con el viento -¿hay algún problema con mi hermanito?

-Mira, ese chico es cinturón negro- dijo uno de los secuaces.

-Ya lo sé, ya lo vi- dijo la líder -ningún problema, ya nos íbamos, solo quería devolverle la pelota al pequeño- le devuelve la pelota a Darwin con brusquedad.

-Ya veo- respondió Third, manteniendo su postura -ok, espero que no pierdan el autobús.

Captando la indirecta los tres adolescentes se marcharon, no sin antes darle una ultima advertencia a Darwin, y en cuanto se fueron, los dos hermanos se reunieron bajo el árbol.

-¿Cinturón Negro?- cuestiono Darwin a su hermano.

-Que va, es la corbata de papá- respondió manteniendo la seriedad -¿tenías miedo?

-Como nunca.

-Yo tambien.

Y con esto los dos hermanos se dejan caer en el piso, recobrando el aliento y esperando a que sus corazones dejaran de latir tan rápido, y una vez recobrados, Darwin volvió a su juego de futbol, y Third le dijo que tuviera más cuidado la próxima vez, y le recordó que debía regresar a casa a tiempo para la comida, pues su acto de valor de ese día no valdría nada, si su madre lo matara por llegar tarde.