Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"Sospechas" (3/3)

Lincoln se sentó en la silla para acomodarse y así poder releer lo que había escrito. Quería asegurarse de no cometer errores o llenar algunas lagunas que pudieran ser perjudiciales para su cómic. Afortunadamente, contaba con la presencia de Astrid, aunque, hablando de ella, había un tema pendiente del cual discutir.

—Astrid...

—Loud, sé que fue algo incómodo lo que sucedió —suspiró—. No tengo los argumentos suficientes como para convencerte de creerme, sé que viste que soy muy cercana a Carl: eso se debe a que ya había convivido con él antes, mucho antes.

—¿Desde cuando lo conoces?

—Desde que tengo memoria.

—Vaya, eso suena que lo conoces desde muy pequeña.

—Ciertamente, Loud. Sobre mi padre, pues, sí, lo admito, sé dónde está; pero fingo que no me importa porque es lo más seguro para todos. No puedo llevarme a nadie a una encrucijada de la cual posiblemente nunca volverá.

—¿Por qué lo dices?

—Mi padre es una persona muy influyente en los demás, además de contar con bastantes riquezas y poderío. Ahora, seguro te preguntas, ¿cómo una persona como él pudo perder a su hija y no encontrarla? Bueno… nunca me perdí, de hecho, mi padre fue quien me mandó a otro sitio, lejos de casa.

—¿Y por qué hizo eso?

—Es muy complicado de explicar, Loud. Está más allá de la comprensión común. Por ahora, sólo te pido que confíes en mí. Trataré de no seguir  con las mentiras.

Lincoln suspiró. Quería creerle a Astrid, pero su instinto le hacía pensar que ella podría estar ocultando algo más.

—Astrid, ¿a qué te referías con viajar por el Multiverso?

La pelirroja agachó la mirada. No tenía idea de cómo explicarle el asunto.

—Sólo te puedo decir que en tu futuro conocerás a alguien que te abrirá los ojos acerca de lo que está ocurriendo.

—¿Quién?

—Mi tío… estoy segura de que él lo hará.

—¿Tu tío?

—Sí, él es alguien… que ayuda a quienes le ocupan. Además, no sé porqué, pero… algo me dice que eres alguien especial para él.

—¿Huh?

—Te dije que era algo complicado de entender. En fin…

—Astrid… no consigues nada más que confundirme más de lo que ya estaba —desvió la mirada. Pasados unos segundos, suspiró y la miró de nuevo, tenía una idea—. Mira, propongo algo, ¿por qué no nos conocemos más a fondo?

—¿Cómo?

—Para empezar, podría decirte que yo soy Lincoln Loud, un simple chico de once años que vive en una peculiar familia de 13 integrantes, incluyéndome. Mi familia está conformada por 10 chicas, quienes son mis hermanas, mi padre y mi madre y yo… —detalladamente, fue explicando como era cada una de sus hermanas, mencionando incluso sus nombres. También le habló de cómo era vivir ahí y sencillamente describir su propia vida; curioso era ver que lo que había escrito en sus hojas era prácticamente lo que acababa de decirle.

—Lincoln… ¿por qué me dices todo esto?

—Porque quiero abrir la confianza, quiero que veas que soy una persona en la que puedes confiar. Te acabo de contar mi vida, básicamente, y, en lo personal, sentiría justo recibir lo mismo de tu parte.

Astrid se quedó pensativa por unos segundos. No podía decirle quién era ella, al menos no aún.

—Loud, quiero ser honesta contigo —tomó sus manos para que la mirara—. No puedo decirte toda la verdad, en todo caso, en lo que avanza el tiempo, podría ir revelandote ciertas cosas sobre mí y mi vida.

Lincoln agachó la mirada, se sentía algo frustrado.

—Aunque, quizá pueda contarte un poco sobre mí, ¿qué dices?

Al menos, eso le subió el ánimo un poco.

—Nada me gustaría más.

—Bueno, pues, tengo un pasado bastante sombrío Loud. Sin embargo, no le guardo rencor a mi padre, he de admitir que yo sabía el propósito de mi vida desde el momento en que todo comenzó.

—¿A qué te refieres, Astrid?

—Desde pequeña no era muy atendida en mi familia, nací a causa de un problema que surgió en nuestra familia. Suena extraño, lo sé, pero después te contaré los detalles. El punto es que solamente uno de mis hermanos veía por mí; se preocupaba por mí: jugaba conmigo, me ayudaba a dormir, me contaba cuentos, me hacía reír, me consolaba… todo eso y mucho más. Mi padre y yo también éramos muy cercanos, pero mi destino ya estaba sellado.

—¿Y cuál era tu destino?

—Mi destino era vivir aprisionada dentro de una pequeña jaula, y así fue por los últimos 14 años de mi vida.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo así?! —el albino se hallaba anonado, no se esperaba algo como eso—. ¡¿Cómo pudo tu padre hacerte algo como eso?! ¿No tuviste infancia, ni amigos, ni familia…? ¡¿No tuviste nada?!

—Así es… fue una tortura, pero… no estuve sola. Mi tío me visitaba de vez en cuando, me daba aliento y esperanza. Me hacía sentir segura… debo admitir que lo aprecié un poco por ello. Luego salí y pasé por una travesía realmente alocada. Descubrí mi verdadero ser, pero luego de haber descubierto quien era yo realmente… conseguí controlar mis impulsos. Hoy por hoy, estoy tratando de regresar con mi padre y sobretodo con mi hermano mayor —esto último lo dijo con una notable nostalgia—. Espero que entiendas ahora el porqué no hablo tanto sobre mí.

—¿Por qué insistes en ir a buscar a tu padre?

—Todos merecen una segunda oportunidad, ¿no? Además, tuvo sus razones para hacerlo y lo respeto por eso. Admito que tal vez no fue la mejor manera de haber crecido, pero… trato de vivir ahora lo que no he podido vivir en toda mi vida… Lincoln, siento que tú podrías ayudarme con eso.

El joven peliblanco seguía procesando toda la triste historia de su nueva amiga, parecía sacada de una película, pero si lo pensaba bien, eso podría explicar ciertas actitudes de ella; la abrazó con fuerza.

—Astrid, en verdad me entristece todo lo que has tenido que pasar —se apartó un poco de ella, para así poder mirarla a los ojos—. Así que trataré de mostrarte todas las cosas que se pueden hacer estando en plena libertad —desvió la mirada un poco, se puso a pensar en algo—. Es más, ¿por qué no te quedas un rato antes se irte? Toma esto como unas vacaciones, ni aun sabes lo que te podría deparar si llegas con tu padre.

La pelirroja meditó las palabras de su nuevo amigo. En cierta parte tenía razón, ¿cuál era la necesidad de irse tan rápido? Podría hacerlo cuando ella quisiera, disfrutar más de su hermano, aprender con Lincoln lo que es divertirse y poder olvidar la destrucción que causó en su pasado…

—Suena genial, Lincoln. ¿Sabes? Me recuerdas a alguien que conocí hace tiempo, aunque él era algo más torpe que tú —rio—. Desafortunadamente, lo perdí para siempre...

—¿Qué le sucedió?

—No quisiera hablar de eso, ¿de acuerdo?

El albino asintió comprendiendo su situación.

—Está bien, Astrid, ya te dije que no te obligaré: habla cuando te sientas cómoda —sonrió. Las cosas entre ambos chicos se consiguió calmar finalmente.

—Gracias, Lincoln —ahora fue ella quien lo abrazó. En eso, la pelirroja pudo distinguir una florecilla sobresalir de uno de sus bolsillos—. ¿Huh? ¿Qué es esto, Loud? —sacó la flor y se la mostró.

—Oh, eso. Verás —Lincoln pensó un poco las cosas. Esa flor se la dio el Sr. Darek para que averiguase de quién era; recordó que su amiga parecía tener cierto repudio con el hombre, ¿afectaría el resultado de su respuesta si no lo mencionase? Sin embargo, eso sería mentir, y entonces estaría haciendo justo lo contrario a lo que le está diciendo a Astrid que no haga—… en la institución no hay ninguna flor de estas y es extraño, ¿no? —la chica asintió—. Y, pues, yo me preguntaba de quién podría ser esta misteriosa flor, ya que parece lo más viable que haya podido suceder —fingió una sonrisa.

Astrid lo miró con cierta suspicacia.

—¿Y tú la encontraste o te la dieron?

—Si me dices alguna pista sobre esta flor, pues yo te contestaré.

—¿Estás negociando conmigo? Pensé que ya había confianza entre nosotros, Loud.

Rayos —Lincoln sintió que ya no tenía de otra más que decir la verdad—. Me la dieron.

—¿Quién te la dio?

—Oye, ¿no crees que es mucha pregunta para una simple flor? Sólo dime si sabes de quién podría ser…

La pelirroja se percató de que era cierto, si seguía así, podría levantar sospechas en el peliblanco.

—Bueno, Loud, te diré lo que podría saber —se levantó de la cama y le extendió su mano. Lincoln entendió y le dio la flor—. Podría iniciar diciendo que quien la trajo es alguien que adora la belleza de la flora y, créeme, yo no soy fan de las flores —desvió la mirada mientras recordaba cosas de su pasado—, esta flor debe ser de alguien que valora la vida y su naturaleza; además, para tener estos colores acomodados de una forma tan peculiar —examinado con detenimiento, pudo observar que en la flor se hallaban estrellas de color amarillo, al igual que figurillas distintas: espadas, círculos, triángulos, pinos, corazones… inclusive, de entre una de esas estrellas, había una en particular, la cual era una estrella fugaz—… ¿tía? —Astrid terminó muy confundida.

—¿Qué tienen los detalles amarillos?

—Loud —la pelirroja seguía destanteada, pero regresó en sí—… alguien hizo esta flor, no es de ninguna parte de la naturaleza, los detalles amarillos fueron como que pintados —pasó los dedos por los detalles amarillos, pero no se borraron—, pero con una pintura aparentemente imborrable. Seguro es alguien que le gusta el morado y el amarillo y he de decir que estas figuras tendrán su significado…

De pronto, Astrid recordó algo que Rabel dijo cuando platicaban los tres amigos juntos.

Mi padre me heredó su actuar y su forma de ser; mi madre me heredó mis aspectos físicos”

—Si esto es lo que yo creo, entonces eso significa que Rabel es hijo de… —la pelirroja soltó la flor.

—¡Astrid! ¿Estás bien? —rápidamente, Lincoln acudió a ayudarla, a pesar de no saber cómo.

—Siempre creí que era mi tío, Loud… desde el momento en que lo vi… son tan similares…

—¿De quién hablas? —Lincoln estaba totalmente confundido.

—Loud, perdóname —tomó su rostro y le besó la frente. Lincoln se quedó perplejo por unos cuántos segundos.

De repente, decidió dirigirse al buró a lado de su cama. Abrió la puertita y de allí sacó algo.

Astrid se había sentado en la cama, se acomodó el cabello; de igual manera, tomó la flor que Lincoln tenía y la guardó en sus pantalones mientras este último estaba volteado.

El  albino fue con ella y la veía con cierta inseguridad, era como si algo hubiere pasado.

—Oye, Astrid… ¿me perdí de algo o similar?

—No, ¿por qué?

—Siento como si hubiera estado hablando de algo contigo antes y de repente se me hubiere ido el hilo.

—No, Loud. Seguro fue tu imaginación —soltó una pequeña risilla. El joven Loud imitó su acción y lo dejó pasar.

—Bueno, en ese caso, ten, Astrid —se sentó junto a ella en la cama mientras le daba una consola portátil—. Casi nunca salgo de casa sin ella, pensaba usarla de vez en cuando, pero me di cuenta de que este curso sí necesita toda mi atención; aunque, al parecer, eso no significa que alguien más pueda usarlo —sonrió.

Astrid agarró lo que le había dado Lincoln y comenzó a examinarlo. Ya había oído de esas cosas, pero jamás había tenido la oportunidad de jugar con uno. Tras verlo un poco, pudo comprender como se prendía.

—Vale, Astrid. Tengo muchos juegos, ¿cuáles te gustan más?

—¡Los de matar! —comentó con impulsividad. Lincoln se quedó asombrado y algo asustado—. Ahem, perdón, Loud —rio nerviosa—, también me gustan los de peleas —sonrió con cierto nerviosismo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Detrás de una gran pantalla se encontraba un pequeño hombrecillo, tenía la estatura de un títere… ¿sería irónico decir que era un títere quién estaba detrás de dicha pantalla?

—Perfecto, perfecto...

Detrás de él había muchas pizarras con bastantes imágenes y anotaciones, todo con información de la familia Loud.

—Todo va perfecto —tenía unas hojas en frente de él en la que había bastantes ecuaciones matemáticas, trataba de calcular todas los eventos posibles—. Por ahora no hay ninguna variable que contradiga mi “Ecuación vitalicia” —rio con un tono burlesco—. Vamos, soy el ser más inteligente que existe, era obvio —se levantó y fijó su mirada en cinco de las nueve pizarras—. Lynn, Lucy, Luna y Luan… pobres de ustedes, buscan consuelo en sus otras hermanas sin saber que pronto ellas —sonrió con malicia—… también decaerán. ¿Verdad, Lori? —volteó hacia las cámaras, en donde se podía presenciar a la hermana mayor de toda la familia Loud tomando rumbo hacia un restaurante.

En eso, sonó el teléfono. Antes de contestar, revisó sus hojas y, con una sonrisa, levantó el teléfono.

—Carl, hermano, ya esperaba tu llamada.

—James, ¿cu-cuánto más te vas a ta-tardar?

—Lo que tenga que tardar, deberían preocuparse más por sus infiltrados que por mí.

—Pero mi herma-mana está de nuestro la-lado.

—Querrás decir que está de TU lado, Carl. Ella hará lo posible por dejarte un recuerdo positivo de ella. La pregunta aquí es, ¿qué es lo que tú quieres evitar Carl?

—Solame-mente deseo que no to-tortures a nadie…

—No torturaré a nadie, sólo desmoronaré su autoestima emocional hasta que no quede nada de ellas.

—¡Pe-pero eso autode-destruirá el Uni-niverso!

—A menos de que alguien lo impida, Carl. Nos vemos —y sin decir nada más, James colgó.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Tenemos menos de un mes para sacarlo de aquí, necesito toda la ayuda posible… Astrid, Carl, ustedes son la clave para salvar este Multiverso y los diversos Universos que de él emanarán…

Rabel estaba meditando. Entonces abrió los ojos.

Astrid ya sabe la verdad sobre mí, eso me dará ventaja. Ya no hay retorno, ahora, más que nunca, hay que disimular ante el elegido de mi padre, él es el único que puede salvar este Multiverso sin provocar anomalías…

De esta forma, la misión de Rabel, el propósito de Astrid y el deber moral de Carl habían dado comienzo.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

¡Vota si te gustó!
¡Comenta!
¡Comparte si lo merece!
¡Nos leemos la próxima!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro