"Sospechas" (2/3)
El Sr. Darek estaba muy pensativo, tenía dudas que resolver; a pesar de ser un hombre misterioso lleno de conocimientos, no podía saberlo todo, y justo eso le daba una mala espina. Había algo que le impedía recolectar la información total de lo que le rodeaba, ¿pero qué podría ser?
—Hay algo... no, más bien, hay alguien impidiéndome visualizar el éxito de esta operación —trataba de razonar—. No puede ser mi hermano, él ni siquiera tendría el tiempo para estar aquí; Perceval me está haciendo ganar tiempo con él. Entonces, ¿quién podría ser? ¿Y cómo es posible que interfiera en mi percepción? Eso solamente sería posible si —detuvo sus pensamientos por un instante—... imposible.
De repente, su celular inició a sonar. Lo tomó y contestó la llamada.
—Parece que seguiremos jugando al telfonito descompuesto —rio la voz del otro lado de la línea.
—Hay que lucir normales, hijo, ¿qué quieres?
—Quería saber cómo iban las cosas por allá. Veo que mi hermanita está ansiosa de intervenir en mis planes, por cierto, puedes decirle que ya contaba con eso desde el principio. He de admitir que ella es la clave para que todo salga tal cual deseo.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Créeme, padre. Todo está fríamente calculado desde mucho antes de haber iniciado nuestra travesía en la recolección de los elegidos. Esa es la diferencia entre tú y yo, yo puedo calcular todos los escenarios posibles, pensados y por pensar, y en base a ello, ver cuál es la más probable que suceda; tú, por otro lado, dependes de tus capacidades y habilidades para estar pendiente de todo lo que ocurre en tu presente y entonces tomar decisiones que influyan en el futuro que deseas y que sabes que así pasará. Sin embargo, ¿qué ocurriría si una fuerza superior a la tuya te impide avanzar? Oh, he ahí la cuestión.
—Eso no es posible, yo soy el ser más poderoso que existe.
—Eso quieres pensar, padre. Desafortunadamente, temo decirte que eres incapaz de saber lo que ocurrirá en el futuro, yo sé algo que tú no sabes y no pienso decírtelo, si no mis planes ahora sí se verían totalmente afectados y eso es lo que menos quiero —comenzó a reír—. Padre, sabes que jamás te he desobedecido, pero yo tengo mis tiempos perfectamente calculados. Pronto tendrás lo que deseas, solamente nos falta una aventura más antes de que quedes completamente fuera de tus casillas, y justamente necesito que pase todo como está pasando para que aquello suceda.
El Sr. Darek quedó desconcertado.
—Me dirás lo que no sé, no puedo permitir...
—Padre, si hago esto es porque sé que es lo mejor para ti.
—¿Cómo sé que no es lo mejor para ti?
—Porque ambos sabríamos que cuando Carl pase a su etapa definitiva... me destruirá junto con el resto de mis demás hermanos.
El Sr. Darek lo meditó por unos momentos. Se percató de que si todo salía según el plan de su hijo tercero, entonces su hija se tendría que ir tarde o temprano, lo cual implicaría la ascención de Carl.
—Muy bien... te dejaré seguir con tus propios planes. Ya estamos aquí de igual forma, solamente no me hagas arrepentirme de estar perdiendo mi tiempo en este sitio.
—Oh, créeme que no será así, estarás gustoso del daño que causaré en este Universo... yo seré un creador, ya lo verás —y entre risas malévolas, cortó la llamada.
—Entonces hay alguien aquí retrasándome, ahora la pregunta es: ¿dónde está?
El Sr. Darek caminó lejos de uno de los pasillos de donde estaba, sin saber que Rabel estaba escuchándole.
—Padre... no puede ser...
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—¿Por qué me mintió? —Lincoln estaba sentado en una de las bancas del inmenso patio, las flores que adornaban el jardín eran movidas lentamente por el viento que hacía. El peliblanco se sentía algo decepcionado, tenía ahora muchas dudas—. ¿Quién eres Astrid?
Suspiró. Lincoln estaba ciertamente confundido, parecía que no podías confiar plenamente en alguien, lo cual era una triste verdad.
—Joven Loud, me alegra encontrarlo por aquí —el albino volteó para encontrarse con el Sr. Dagger. Se sorprendió un poco, no lo esperaba en lo absoluto; se movió un poco para dejar que el hombre se sentara.
—Señor Darek, es una sorpresa —comentó algo más animado.
—Lo mismo digo, pero estoy aquí para grabar tu progreso —de su chaleco sacó el celular del chico—. ¿Ya tienes algo avanzado?
—¡Por supuesto! —decidió dejar sus tristezas por ahora, podría distraerse un poco—. Sígame a mi cuarto, por favor.
Ambos se levantaron de la banca y tomaron rumbo hacia el cuarto del joven Loud. Durante el transcurso, Lincoln quiso abrir una conversación.
—¿Señor Darek?
—¿Sí, Loud?
—¿Podría hablar con usted?
—Siempre puedes contar conmigo, hijo. Dime, ¿de qué quieres hablar? —sonrió. Eso hizo que el chico agarrara confianza.
—Es sobre Astrid
—¿Ah, sí? ¿Qué hay con ella?
—Bueno, digamos que ella es alguien peculiar. Nos volvimos amigos ayer y por eso pensé que podía confiar en ella, pero...
—¿Te mintió?
El albino asintió cabizbajo.
—Mira, hijo, las personas no suelen ser buenas y eso debes de saberlo. Además, sé que has tratado con Astrid lo suficiente como para haberte dado cuenta de que ella no es tan... como explicarlo...
—¿Buena?
—Dejémoslo en esos términos. Sin embargo, debes entender que la gente también puede mentir para proteger a quienes aprecia. Loud, si me dejas ser honesto, yo pienso que hay cosas en la vida de esta chica que es mejor no saber.
—¿Y cómo sabré si puedo confiar en ella si no la conozco o no sé todas sus verdades?
—Es como si te dijera que un hombre pierde la fe porque perdió algo importante en su vida y por eso deja de creer en Dios, hijo. A veces no todo va a ser color de rosa, simplemente es cuestión de tener fe en las personas: tarde o temprano te revelarán lo que crean que debes saber. Quizá solamente quiere protegerte, eres su único amigo en este sitio.
—De hecho, Rabel también es su amigo.
—De acuerdo, pero admitamos que ella se lleva más contigo. No puedes dejarme mentir. Lo último que puedo decirte que hagas es confrontarla.
Lincoln quedó pensativo.
—Lo tomaré en cuenta, señor Darek. Gracias —sonrió.
—No me agradezcas, hijo. Mejor muéstrame lo que tienes hecho hasta ahora para que tu familia pueda ver lo mucho que ya te estas esforzando.
—¡Oh, sí, sí! Solamente llegamos a mi cuarto y... —sin haberse dado cuenta, su habitación se hallaba justamente en frente de él.
—Disculpa, Loud. Se me hacía un tema importante para ti, no quería interrumpirte diciendo que ya habíamos llegado.
—Oh, lo siento —abrió la puerta—. Pase, señor Darek.
Entraron y procedieron a hacer la grabación correspondiente de su trabajo.
—... Y esto es todo lo que he hecho hasta ahora, veré si le hago unas modificaciones. Los amo, familia y deséenme suerte, los extraño —terminó de decir el chico.
—Listo, enviamos y ya está. Se lo envié a tu madre, seguro se los mostrará a todas.
—Espero lo mismo. Por cierto, señor Darek, hablando de mi familia, ¿sabe cómo están?
—Han hablado constantemente, Loud. Están ansiosas todas y con este video no dudo que vayas a recibir más llamadas. Temo decirte que, pues, no podrás recibir notificaciones específicas hasta pasada la semana.
—Está bien, señor Darek. Es su reglamento después de todo.
—Sabes que quiero lo mejor para ti, Loud. Haré lo que tenga en mis manos para que puedas tener una vida llena de éxito.
—Muchas gracias, señor.
—Por cierto, tu guión va muy bien. Me enorgullece ver que eres el único que ha decidido empezar desde hoy. Al parecer los demás se están tomando su tiempo o esperan a adquirir un poco más de conocimientos antes de iniciar.
—¿De verdad soy el único?
—Nunca me atrevería a mentirle al "chico del plan" —rio. Lincoln imitó su acción al saber que había extraído ese sobrenombre de su guión.
—Me agrada saber que cuento con su aprobación, eso me hace sentir más seguro sobre ganar esta competencia.
—Te dije que estaría muy seguro de que serías un ganador, y mira, no me he equivocado aún.
Lincoln rio.
—Parece que tiene un buen ojo para los talentos.
—Ciertamente, por cierto, Loud.
—¿Sí?
—Sé que lo de Astrid te tiene distraído.
—Oh, sí... ¿sabe? Oí que habló de su padre hace un rato, estaba con Carl cuando lo hizo.
—¿De verdad? —el hombre se intrigó.
—Sí, según lo que oí, ella sí sabe dónde está su familia, o al menos su padre. Pero, ¿por qué mentir sobre eso?
—Creo que no es necesario repetir algo que ya le comenté anteriormente.
—¿Pero por qué su familia sería algo peligrosa? ¿Estará metida en algo ilegal?
—Hay dos formas de saberlo, Loud: puedes seguirla espiando en secreto o puedes dejar que ella misma te lo diga.
—¿Y si no lo hace?
—Entonces solamente te dejará con una opción, ¿no lo crees?
El chico pudo apreciar la respuesta claramente.
—¿Hay algo más que quieras decirme? —cuestionó con curiosidad.
—Dijo algo sobre tener poder y viajar entre el Multiverso...
—Podría ser la idea de su cómic.
—Pero fue Carl quien abrió el tema.
El Sr. Darek quedó en silencio por un momento.
—Bueno, hijo... parece que no serás el único que vigilará a sus seres más cercanos —desvió la mirada algo extrañado—. ¿Cómo es que ambos no se percataron de su presencia?
—Algo extraño pasa, ¿no es así?
—Así parece, joven Loud —miró al albino con cierta seriedad—. ¿Podría pedirte un pequeño favor?
—Seguro, ¿qué necesita?
—Ten —sacó la inusual flor de su chaleco y se la entregó en la mano—, encontré esta belleza en mi jardín. Sin embargo, no planté ninguna de estas ahí, ¿me ayudarías a averiguar de quién es?
—Ya fui detective una vez, no creo que sea difícil para alguien que ha vivido en carne propia lo que es ser Ace Savvy —comentó con orgullo.
—Es agradable contar con tu apoyo —se dirigió hacia la puerta—. En fin, hijo. Si quieres hablar de algo más, aquí estaré para lo que ocupes. Sigue así y no me defraudes —le guiñó el ojo y salió.
—Procuraré no hacerlo, señor Darek —sonrió.
Afuera del cuarto, el Sr. Dagger sacó su móvil y vio que tenía unos mensajes.
"Ya cayeron 4, faltan 5; obviamente la más pequeña no tiene mucho que aportar"
"Dicho eso, mi misión va acorde a mis planes. Que todo siga normal en tu instituto y, como dice tu hermano, déjalo todo fluir"
—No sé qué tramas, pero si me beneficia, lo mantendré aquí el mayor tiempo posible —con este pensamiento, el Sr. Darek tomó rumbo hacia su oficina, teniendo en su rostro una sonrisa llena de malicia
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Astrid caminaba campante hacia el patio, se veía contenta, aunque no negaba el hecho de que aún se sentía mal por su hermano. Por otra parte, ella estaba muy segura de que cumpliría la promesa que le hizo a su hermano mayor, sin importar lo que fuere.
En el camino, se topó con Rabel.
—Astrid, Lincoln se enteró de lo de tu padre.
—¿Qué? ¡No!
—Tranquila, él no sabe que se trata del señor Darek.
—Menos mal...
—Pero ten más cuidado, tú sabes que vine a ayudarlo. No puedo negarme a lo que necesita, mi padre me enseñó que todo debe seguir su camino adecuadamente, yo sólo soy un medio para que todo suceda... aunque...
—Espera, ¿estás diciéndome que gracias a ti el sabe que sí sé sobre mi padre y que Carl es mi hermano?
—No, no sabe que Carl es tu hermano, si no sabría que el señor Darek es tu padre por la relación directa que Carl y él comparten como padre e hijo.
—Eso no quita el hecho de que estás impidiendo la búsqueda de mi propósito aquí.
—Lo siento, Astrid.
—Ahora seguro cree que le he mentido, debo ir a hablar con él.
Corriendo, la pelirroja fue a hablar con Lincoln.
—Yo debo averiguar el por qué mi padre permitió esto... padre, ¿por qué dejaste que él hiciera esto?
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El timbre sonó en el instituto, indicando que era tiempo de retornar a los proyectos personales, la siguiente hora ya sería acerca de los proyectos grupales.
Retornando con Astrid, ella estaba algo nerviosa. Se acercó a la puerta de su amigo y tocó.
No tardaron en abrir.
—Oh... Astrid.
—Lincoln, puedo explicártelo...
—¿Rabel te lo dijo?
—Sí, me contó que ya lo sabes. Creí que lo correcto era venir a explicarte la situación.
—Astrid, no estoy molesto. Solamente me hirió el hecho de que me mintieras, pero está bien. Hablé con el señor Darek al respecto —la pelirroja sintió que la sangre se le heló—, y me dijo que las personas a veces mienten para proteger a los que aprecian. Si no me quieres hablar de tu padre, no te obligaré tampoco y tampoco te preguntaré acerca de eso de que según tienes poderes.
—¡¿También oyó eso?!
—También me extraña lo fácil que Carl y tú hablan, parecen conocerse desde hace tiempo. Astrid, ¿por qué me ocultas tantas cosas? ¿Hay algo que yo no deba de saber?
—Uhm... yo... —se sintió acorralada por el momento.
—¡Chicos! —como siempre, Rabel llegaba de forma inoportuna.
—Gracias al cielo...
—Oh, Rabel...
—Perdón, Linc, ¿interrumpí algo?
—No, para nada —suspiró—, ¿piensan hacer sus proyectos?
—Por ahora yo no —confirmaba Rabel.
—Yo puedo ayudarte con el tuyo, ¿qué dices?
—No sé, Astrid —lo pensó un poco—... bueno, te daré la oportunidad de que me lo cuentes todo, ¿vale? Yo sé que eres alguien a quien puedo llamar amiga.
La pelirroja sonrió.
—Gracias, Lincoln. Quiero que sepas que tengo un hermano que me ha adiestrado a tratar de ser buena con todos, aunque... el resto de mi familia me ha enseñado todo lo contrario.
—Bueno, eso explicaría algunas cosas —sonrió—, entra. Rabel, ¿vienes?
—Tengo algo que hacer, Linc. Espero que se diviertan.
Se despidió y se retiró.
—Muy bien, Astrid... según lo que veo te necesitamos para que todo salga bien; yo seré el mediador de todo. Aunque, primero me gustaría saber por qué mi padre está en todo esto, ¿en qué pensaba?
Entre preguntas sin respuesta, Rabel partió rumbo hacia su habitación.
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Hola a todos, me sentí muy motivado e inspirado y, pues, saqué ya la siguiente parte de un día pars otro. Espero que sea de su agrado, ya saben que me encantan sus opinoones, cualquier queja o sugerencia es bienvenida, también cualquier duda es recibida con gusto y la contestaré con agrado, obviamente tratando de no spoilear nada.
Por cierto, ¿cómo se llamará el tercer hijo del Sr. Darek? ;3
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