El camión había partido ya hacia la institución donde se llevaría a cabo el club irrepetible sobre la realización de cómics.

Lincoln observaba tras la ventana con una sonrisa, feliz de que por fin podría enorgullecer a toda su familia. Inclusive, este podría ser su vocación y pasión. No desaprovecharía esta oportunidad por nada en el mundo.

Salieron de Royal Woods, esto no sorprendió a Lincoln, pues el mismo cartel indicaba que se daría afuera de la ciudad, tratando de que los involucrados en el curso no se distrajeran con nada. Aunque pareciese que esto daba una muy mal espina, en verdad no era así. Los niños ahí se veían muy felices, igual que Lincoln.

—Lindo paisaje, ¿no cree, joven Loud? —El Sr. Darek se sentó junto al albino, sorprendiéndolo.

—Oh, sí. Por supuesto. Es la primera vez que salgo de la ciudad. Sin duda es increíble.

—Y dime, ¿estás emocionado?

—¡Muchísimo! Los comics son mi pasión y mi mayor afición. Espero poder dibujar uno algún día y darle una magnífica historia.

—Estoy seguro de que lo harás, se ve que eres alguien ingenioso.

—¿Y qué veremos exactamente en el curso, señor Darek?

—Dibujo y literatura. Nosotros trataremos de especializarlos en el arte del trazo y la escritura. Es importante enfocar a nuestros alumnos para que puedan desempeñarse de la mejor manera.

—¡Vaya! Suena genial.

—Y estoy seguro de que lo será. También podría afirmar que usted ganaría indudablemente la pequeña competencia que tenemos planeado para el final del curso.

—Créame, señor Darek, poder tener un trofeo que gané con mi esfuerzo es lo que más anhelo ahora. No quisiera ser el único fracasado en una familia llena de ganadores. ¡Incluso mi hermana bebé tiene un trofeo!

—Sí... sé cómo se siente, joven Loud. Es por eso que le recomiendo que le eche mucho empeño al curso.

—¡Y es justo lo que haré, señor Darek!

—Me encanta tu entusiasmo, niño —sonrió. El hombre suspiró.

—¿Pasa algo, señor?

—Para nada, Loud. Solamente me cuestionaba cómo se sentirá tener tantas hermanas. La atención de tus padres debe ser casi nula, ¿no?

—Aunque tristemente eso es verdad, al menos como hermanos tenemos atención entre nosotros.

—¿De verdad? Suena bonito. Y dígame, ¿su hermana mayor es quien les otorga esa atención?

—Lori... pues... digamos que es muy apegada a su celular. No le pone mucha atención a los demás, literalmente su mundo es su novio: Bobby.

—Bueno, no esperaría menos de una adolescente que ha pasado prácticamente toda su vida cuidando hermanos menores.

Lincoln analizó lo que dijo el hombre.

—Tan sólo piénsalo, ser padres y tener ya 5 hijos, creo que la mayor también debería haber apoyado algo en su cuidado e inclusive en su crianza. La atención desde entonces ya debería haberse visto dividida considerablemente. Agregar otros 6 si que debió ser el colmo —rio—. En fin, ¿quién puedo ser yo para juzgar? —se alzó de hombros.

—Vaya, así que Lori debió de apoyar mucho en ese entonces...

—Aunque siendo sincero, tampoco debo quitarte mérito.

—¿Eh?

—Sí. Es solamente de ponerte a pensar. Tú eres el único hijo varón de esa familia. De forma coincidencial terminaste siendo el hermano del medio de entre otras 10 hermanas. Marcas la diferencia entre las mayores y las menores.

—Es cierto, pero, ¿a dónde quiere llegar?

—Dime, Lincoln, ¿los cómics han sido tu única pasión? ¿No te ha interesado hacer cualquier otra cosa? ¿No tienes algo en lo que gastar tu tiempo?

—Bueno... lo único que he hecho en mis tiempos libres es o jugar videojuegos o estar con Clyde o ayudar a mis hermanas.

—¿Y he de suponer que las ayudas porque...?

—¿Son mis hermanas? Vaya, debo decir que somos familia y, por ende, siempre nos vamos a apoyar unos a otros.

—¿Y cada cuando les ayudas?

—Yo diría que cada vez que necesitan un favor.

—De acuerdo, y, ¿cada cuando te piden ese favor?

Tras analizar esa pregunta, Lincoln se percató de que sus hermanas lo ocupaban prácticamente todos los días. Sino era Lori con sus exigencias para poder llevarlo a donde sea, era Leni para ayudarle a confeccionar ropa. Sino era Luna para ayudarle en la composición de canciones, era Luan con su negocio. Sino era Lynn con una de sus incontables prácticas, era Lucy con uno de sus incontables poemas: así podria seguirse con cada una de las hermanas. Por si fuera poco, el colmo de ello sería que varias se juntasen en un mismo día, terminando con un Lincoln bastante agotado y acabado. ¿Existían planes para evadir eso? Tal vez, pero la mirada chantajista de sus hermanas siempre era útil para que terminase ayudándolas, y sino, era una amenaza que, siendo sincero para él, le traería malas consecuencias. De una manera u otra, siempre era el pilar de esa familia, ayudando de un lado a otro.

—¿Lincoln?

—¿Sí? —El chico parecía salir de un trance lleno de recuerdos y pensamientos.

—Tranquilo, aparte de ser un curso para tu beneficio, también podrás verlo como tus vacaciones. Nada de hermanas durante dos meses. Nadie te llamará la atención, nadie te pedirá favores y lo único que tendrás que hacer, será poner atención en clases, dar todo tu esfuerzo y descansar en un sereno y pacífico lugar lejos de la ciudad.

Lincoln sonrió.

—Tiene razón señor Darek, serán como... unas vacaciones.

—Me alegro que lo veas así, hijo.

Darek se levantó del asiento.

—Ahora, dame tu celular.

—¿Por qué?

—Así es el reglamento, Lincoln. Nada de comunicación, solamente lo tendrás con tus compañeros. Así sirve que conoces a más gente con pensamientos como los tuyos. Además, la distracción es un factor riesgoso para mi curso.

—No lo sé...

—No creo que quieras arriesgarte a que tal vez te estén llamando todos los días, ¿o sí? Diciéndote que vuelvas o cosas por el estilo.

—¿Por qué querrían que volviera si saben que me merezco esto?

—La vida es impredecible, Lincoln. Hoy estás en este curso y mañana podrías estar de regreso en tu casa por las exigencias de tus hermanas, así que, ¿qué me dices? —el Sr. Darek tenía la mano extendida hacia el muchacho. Lincoln lo meditó un poco, pero al final cedió ante él.

—Supongo que... merezco totalmente un descanso —y determinado con un rostro serio, sacó su celular del bolsillo. Lo vio por un momento, aunque al final terminó dándoselo.

—Excelente decisión, Lincoln. Nos veremos de nuevo cuando lleguemos a nuestro destino.

Así, procedió a dirigirse a la parte frontal del bus.

—¿Ya le confirmo los planes?

—Sí, hijo. Pero no te preocupes, conociéndolo, él ya habrá calculado que en este instante ya tiene las puertas abiertas para comenzar con el show —sonrió malicioso.

—Perfecto.

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Luego de un largo camino, llegaron a la institución. Se veía prodigiosa, y si tuviera que juzgar, seguramente la construcción no habrá salido nada barata.

Lincoln quedó asombrado.

El Sr. Darek los guió al interior del lugar. Les mostró los salones donde estarían, dedicados a cada taller en específico. Un patio que mostraba un jardín inigualable, Darek explicó que esto era para que pudiesen tomarse un descanso, convivir y relajarse. Les enseñó el repertorio de comida, del cual incluso Lincoln se preguntaba de dónde la sacaban. Y al final, estaban las habitaciones donde se estarían quedando cada uno de ellos. Así, el Sr. Darek procedió a retirarse.

El joven Loud tenía muchas dudas acerca del lugar en el que se encontraba. El precio que habían pagado había sido realmente bajo, ¿tanto lujo valía ese dinero? Algo no cuadraba con ello, a menos, que el tipo sea alguien generoso y el dinero sea lo que menos le importe. Sin embargo, para Lincoln no era normal.

En fin, a pesar de todas las incongruencias que presentaba el lugar conforme al precio de la inscripción, Lincoln decidió entrar de una vez a la habitación. se puso a desempacar sus cosas en el guardarropa que tenía al lado de su cama. Poco a poco, fue vaciando la maleta, hasta que se topó con algo que no había puesto ahí.

—¿Qué es esto? —Lincoln sacó un objeto envuelto, como si fuese un regalo. Tenía forma rectangular.

"Mucha suerte, Linky. Nunca olvides que te apoyaremos como tú nos has apoyado a nosotras"

Era lo que decía la nota pegada en ella. Desenvolvió lo que había adentro y era la foto que había tomado para el aniversario de sus padres. Sonrió. Quizá querían que él siempre tuviera presente a su familia.

—Bueno —suspiró—... quizá lo pensé demasiado. Mis hermanas tal vez sean exigentes, pero... siguen siendo mi familia y tengo su cariño. Lástima que no podré recuperar mi celular —colocó la foto encima de la mesita de noche. De pronto, alguien tocó la puerta. Lincoln fue abrir—. ¿Carl?

—Hola, Li-lincoln —saludó cordialmente quitándose su sombrero. Los tics nerviosos de todo su cuerpo le daban un leve escalofrío al albino—. Debes salir y explorar un poco la zona. Y-yo puedo enseñarte, s-si gustas —sonrió.

—Me gustaría, por cierto, ¿te molesta si te pregunto un par de cosas en el camino?

—Claro que no, pu-puedes preguntar lo que sea —empezaron a avanzar entre los pasillos de la institución. La luz no hacía falta; todo estaba iluminado, ya fuere por lámparas o la misma luz del sol.

—Este sitio se ve muy... fino.

—Es cierto, ¿hay a-algo malo con eso? ¿Te-te incomoda? —preguntó confuso.

—En lo absoluto, es sólo que se me hace una inscripción demasiada barata, vaya, tan solo pagamos 50 dólares, ¡y esta institución parece valer millones! —alzó los brazos al aire. Carl rio un poco.

—Entiendo, Li-lincoln; pe-pero no debes de sentirte de-desconfiado —puso su mano sobre el hombro del muchacho—, Darek es un hombre bo-bondadoso. No busca el dinero, el poder o la fa-fama. Él quiere dar a los demás lo posible pa-para que puedan ser lo mejor de sí mismos. Además, este lugar ta-también nos sirve de distracción.

—¿Dices que les sobra el dinero?

—Resumiéndolo en po-pocas palabras, sí.

—¿Y por qué no han buscado una solución para tu condición? —Carl se detuvo ante esa pregunta. Suspiró.

—Digamos que la cu-cura a esto no se puede comprar con di-dinero, Lincoln.

—¿Ah, no? 

Negó con la cabeza.

—Requiero de... a-alguien en particular.

—¿Y se puede saber quién?

Evadiendo la pregunta, Carl le mostró a Lincoln que ya habían llegado al jardín principal de la institución. Todos los niños estaban ahí.

—Puede que algún día te lo diga...

Dicho eso, procedió a retirarse. Lincoln se quedó intrigado, y a la vez, se sintió compadecido con aquel hombre que parecía tener una enfermedad mortal; tener un cuerpo así no ha de ser normal. Suspiró resignado, ya no consiguió preguntarle si podría llamar a su casa aunque sea de vez en cuando, ¿una vez a la semana, quizá? Sin duda alguna, extrañaría a todas sus hermanas, seguían siendo su familia después de todo. Sin embargo, al mismo tiempo, no podía sacarse de la cabeza las palabras del Sr. Darek, su tiempo parecía ser tiempo de ellas y no de él. A lo mejor, al final de cuentas, podría estar tranquilo  relajado en ese curso, que más bien parecía campamento, ¿pero qué más da? Sólo serían un par de meses, no es como si su familia fuera a sufrir por su ausencia, ¿cuáles serían las probabilidades?

Lincoln continuó caminado mientras admiraba las flores, siendo estas de diversos colores.

—Parece que al señor Darek le importa un bledo su dinero, ¡mira nada más que plantas más exóticas!

—¿Verdad?

Lincoln se sobresaltó al oír la voz de alguien más.

—Tranquilo, mi nombre es Rabel —extendió su mano. Lincoln fijó su vista en él; soltaba una esencia pura de gentileza y amabilidad en su mirada y su sonrisa vislumbraba una tranquilidad indescriptible. Sus ojos eran de color almendra y tenía pelo castaño oscuro.

—Hola —por alguna razón, no pudo evitar sonreír y estrechar su mano—, yo soy...

—Lincoln, lo sé —rio—. Te escuché hablar con el señor Darek mientras estábamos en el autobús.

—Oh, vaya —se apenó—. Espero que no hayas oído demasiado.

—Tranquilo, yo también tengo una familia grande: Mi madre, mi padre, mi hermano, mi tío, mis cinco primos y mi prima.

—¿No tienes tía?

—No, parece que mi tío no ha hallado el amor todavía.

—Vaya —Lincoln aún no sabía del todo acerca de dónde provienen los hijos, pero de algo estaba seguro, se necesita de dos para tenerlos; este chico ocultaba a un tío bastante extraño; sin embargo, decidió dejarlo pasar, de igual forma, no tiene nada que ver allí—... y, ¿todos viven en la misma casa?

—Bueno... es una larga historia —rio—. Lo que me interesa saber ahora es acerca de lo que haremos ahora y también quiero averiguar quién es ella —señaló a la chica. Su cabello era rojizo y lacio, portaba unos lindos ojos verdes, era de tez blanca y soltaba una sonrisa dulce, pero si se veía bien, esa sonrisa pareciese ocultar algo más... oscuro. Vestía un vestido bastante llamativo de color azul. Sostenía en su mano una flor, mientras la olía—. No sé su nombre, pero me es... peculiar.

Dicho eso, Lincoln ahora comenzaba a preguntarse en qué clase de sitio se encontraba. Parecía ser una reunión de chicos peculiares, Rabel emanaba mucha paz con su sola presencia y aquella chica tenía características muy inusuales en todo su ser. No sabía muy bien qué le esperaría en ese lugar, pero estaba seguro de una cosa: en su estadía averiguaría muchas cosas.

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—¿Cómo va todo?

—Tranquilo, padre. Inclusive me tomé la libertad de iniciar desde ayer.

—¿Cuánto tiempo necesitas?

—Estos dos meses serán más que suficientes.

—¿Seguro?

—Claro, aunque, déjame decirte que en tu institución se hallan dos intrusos.

Darek alzó las cejas.

—Eso es imposible... bueno, la pelirroja sé que no es normal, me trae una sensación... familiar.

—Y no dudes que así sea, por otro lado, no te preocupes, si el plan no sale como deseamos, al menos dejaré la situación con un daño colateral bastante beneficioso para la humanidad.

—No te estás saliendo de los planes, ¿verdad?

—Claro que no, además, este es mi Universo... sólo déjame divertirme un rato...

Colgó.

—Hija... ¿acaso serás tú? 

Un hombre de cabello blanco oyó todo desde atrás de la puerta mientras lágrimas salían de sus ojos.

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