"Hoyo en 'uno'" (2/4)
Lunes, 2:45 p. m.
—¡Ayúdenme! ¡Por favor, alguien ayúdeme! —La voz de una mujer mayor interrumpía la paz de la residencia remota de la mente maestra.
James accedió a la habitación con una expresión sonriente y soberbia.
—¿Cuántas veces debo recordarle que nadie la escuchará? —El pequeño hombre se acercó a ella con burla y desdén—. Bien sabe que puedo activar el mecanismo que tiene en su cuello y cesar de una vez por todas con sus inservibles gritos de auxilio.
James colocó su mano sobre el cuello de la mujer. Ella se quedó paralizada en ese instante creyendo que la hora de su muerte había llegado a causa de su estupidez; aunque para su sorpresa, el hombre solo soltó unas cuántas carcajadas.
—Lo más divertido es siempre jugar con la incertidumbre de los seres conscientes. No saber lo que pasará siempre es lo que llena de terror, ¿quién diría que el miedo es originado a través de innumerables suposiciones?
James le dio la espalda mientras reía con suma locura. De inmediato, sacó su móvil esperando una llamada. La mujer estaba horrorizada de encontrarse ante una persona como lo era él, incluso se cuestionaba si era humano siquiera. A pesar de todo eso, ella pensaba en su hijo.
—Por lo menos, ¿puedo saber cómo sigue mi hijo...? Debe seguir preocupado por mí —imploró con dificultad. Todos los gritos anteriores ya tenían exhausta su voz.
—Está a punto de llamar —corroboró James. Segundos después, el celular empezó a sonar y él contestó—. ¿Cómo está todo, David?
—He hecho lo mejor que pude. Le enseñé todas las técnicas que conozco y le impartí todo el conocimiento que tenía a mi alcance. El torneo ya está a punto de comenzar, así que le suplico por favor que ya deje libre a mi madre.
—Suena a una petición justa, ciertamente ya has cumplido parcialmente con tu parte...
—¡¿Parcialmente?! ¡¿Acaso me está jodiendo?! ¡He hecho todo lo que me ha dicho que hiciera!
—Eso es verdad, pero si no olvidas los términos finales de lo que te dije, es que yo quería que el entrenador Pacowski resultara ganador del galardón de primer lugar. Si no lo consigue, su madre perecerá por medio de un tortuoso camino hacia su destino final —dictaminó con una sonrisa macabra mientras volteaba a ver a la mujer.
Ella lo veía claro, ese hombre era el mismo diablo... o incluso algo mucho peor.
—¡Bastardo! ¡Esto no era parte del trato!
—¿Por qué confiaría en mí en primer lugar? ¿Sabe...? —se acercó de nueva a la madre para que también ella escuchara—. Otra cosa con la que me encanta jugar es con la esperanza de las personas, tan crédulas e ingenuas al pensar que podrán salir de situaciones tan tensas como esta por medio de sus propios méritos cuando en realidad están atados de pies y manos a merced de los deseos y la voluntad de quien posee el mayor conocimiento.
—¡¿Eso qué significa?!
—Solo asegúrese de que Pacowski resulte ganador. No debe preocuparle ningún otro dilema.
—Maldito... —David apretaba los dientes con fuerza de la frustración. Acto seguido, se escucharon otras voces del otro lado de la línea—. ¡Mira! ¡Es David Leadbetter!
—Recuerde actuar natural, instructor. —James colgó la llamada.
—¿Cómo está mi hijo?
—Se encuentra bien. Tiene un deber que cumplir.
—Hay algo que no entiendo... —expresó con rencor.
—¿Qué gano yo haciendo esto? —preguntó con una sonrisa burlona mientras la miraba directo a los ojos. Ella reaccionó sorprendida.
—¿Cómo sabía que preguntaría eso?
—Algunas preguntas ya tienen respuestas implícitas bastante claras. Mejor le contesto la pregunta inicial. —James le dio la espalda nuevamente—. Esto es algo que usted no entenderá en lo absoluto, pero lo que yo busco es crear felicidad a través del sufrimiento.
—¿Cómo es eso posible?
—Es irónico, ¿cierto? Pero todos me agradecerán cuando mi plan se haya efectuado con éxito. Estoy a punto de extender nuevos horizontes, nuevos modos de pensamiento. Yo seré quien detone la bomba para la creación de mis aberraciones y así estas puedan brindar enfermiza felicidad a todos aquellos que la añoren.
La mujer lo miraba asqueado, aún sin entender a lo que se refería.
—En pocas palabras, solo quiero divertirme. En realidad solo debería estar aquí por una sola persona, pero ¿qué de divertido hay en solo completar un juego en su ruta principal? ¿No es la gracia obtener las recompensas de las misiones secundarias?
—No te entiendo nada.
—No digo esto para que usted lo entienda, sino ellos.
—¿Ellos quienes?
—Esa es la verdadera pregunta. —James finalmente decidió abandonar la habitación mientras miraba a través de la cuarta pared—. Espero que lo haya entendido..., lectores.
—¡Espere! ¡¿A dónde va?!
James no respondió su pregunta y la dejó encerrada nuevamente en esa habitación que se encontraba aparte dentro de su residencia. Se dirigió nuevamente a las pantallas, tenía visión de varias partes de Royal Woods. En las mismas calles pudo observar a una chica latina andando en patineta.
—Tengo que realizar un último paso. Tengo el tiempo contado. —James observó la hora—. Bien, cuento con cinco minutos antes de que den las tres de la tarde.
Accedió a una bodega por medio de la pulsación de un botón de su escritorio, el cual reveló el cuerpo que había realizado anteriormente.
—Voy por ti, Ronalda —sentenció con una sonrisa perturbadora.
______________________________________
—Muy bien, puedo con esto —comentó Lori para sí misma—. No olvides lo que hablaste con Lincoln, solo no debo dejarme llevar —respiró y dejó salir una gran cantidad de aire.
En esos momentos, el profesor Pacowski llegó a verla y se acercó a ella con singular alegría.
—¡Hola, Loud! ¿Ya estás lista para el torneo?
—¡Oh! Hola, profesor. —Lori correspondió con una sonrisa—. Sí, estoy preparada para ganar —dijo con confianza.
—Bueno, si ese es el caso, temo decirte que yo voy con el mismo objetivo —declaró de forma competitiva—. Por cierto. —Retomó una postura agradable de nuevo—. Intenté hablar con David sobre ti.
Lori dejó de lado su actitud competitiva para escuchar atentamente.
—¿Qué le dijo?
—Bueno, la verdad con tanta práctica es que a veces me olvidaba de comentarle. Lo bueno es que llegabas a practicar y, al verte, recordaba que te había hecho esa promesa. Así que le dije y le di varias razones para cambiara su opinión.
—¿Y luego?
Pacoswki se mostró un poco incómodo.
—Desafortunadamente, siempre evadía el tema y me seguía forzando a continuar practicando. Lo he hecho demasiado bien, diría yo; sin embargo, esa actitud forzada a no querer entablar conversaciones amigables me resultaba un poco inquietante. Intenté saber la causa, pero solo decía que tenía la mente ocupada en otras cosas que lo agobiaban. Incluso intenté abordar la sospecha acerca de su madre, pero él negaba diciendo que se trataba de otra cosa; aunque de cualquier forma no parecía muy convencido.
—Ya veo. Sigue siendo una total incógnita entonces. ¿Usted cree que deba de insistir?
—Bueno, si llegas a ganar el torneo, creo que tendrías la oportunidad, ¿no lo crees? Tus hechos hablarían por ti.
—Tiene un buen punto. Pero, ¿y si tampoco logro llamar su atención de esa manera?
—Entonces de seguro tendría un muy mal juicio.
El comentario del profesor hizo que ambos rieran. Lori llegó a calmar sus ansias gracias a eso. Minutos más tarde, el instructor llegó buscando a Pacowski.
—¡Hombre, aquí estás! Me urge hablar contigo.
—Oh, claro. Disculpe, es que estaba hablando con Lori Loud.
—No deberías hablar con la competencia —dictó David con cierta molestia en su voz, mas no porque tuviera resentimientos con ella o los demás, estaba preocupado solamente.
Aunque Lori no supo como tomar esta expresión de su parte. Sus ánimos decayeron un poco de nuevo, pero tenía en mente las palabras del profesor. Tenía la oportunidad perfecta para demostrarle a ese desdichado entrenador que ella era digna de estar en las ligas mayores del golf.
—Vamos, David. No es tan malo. Además, ella solía ser mi alumna en la primaria.
—De acuerdo, solo lo pasaré por la nostalgia. —Suspiró cansado, él solo quería que todo terminara de una vez por todas—. Anda, necesito darte unos últimos consejos antes de que empieces.
—Vale. —Pacoski dirigió su mirada a Lori—. Nos vemos en el torneo, Loud. ¡Mucha suerte!
—Gracias, profesor. —Lori sonrió mientras se despedía.
La rubia se quedó pensativa. Necesitaba relajarse antes del inicio del torneo. Empezó a divagar en diversas situaciones hipotéticas y en sus posibles soluciones, el Golf también sigue siendo estrategia de cierta forma; aunque pronto sería retirada de sus pensamientos internos.
—¡Bebé!
Una voz conocida relució entre la gente que estaba en el campo de golf.
Lori volteó para ver que se trataba de Bobby. Muy contenta, se dirigió hasta él y lo envolvió en un abrazo.
—¡Osito, viniste! —Le dio un beso en su mejilla.
—No me perdería el campeonato de mi chica por nada del mundo —comentó con cariño y optimismo. Lori reaccionó con ternura.
—Eres muy tierno. —Le pellizcó la mejilla—. Gracias por estar aquí.
—No agradezcas. Estaré aquí apoyándote todo el tiempo.
Ambos sonrieron.
—Eso me ayudaría bastante. —Lori tomó su mano—. En cuanto gane, tendremos nuestra cita romántica —dijo con voz enamorada.
—De eso no tengas duda, Lori.
La rubia sonrió, pero suspiró momentos después.
—¿Pasa algo?
—No exactamente. Ya sabes que Lincoln se fue a un curso para cumplir sus sueños y, la verdad, me gustaría que también estuviera aquí, sobre todo porque él me apoyó y me ayudó a practicar para el torneo. Aún así, saber que cuento contigo me hace muy feliz.
—Sí, espero que le esté yendo bien, me cae muy bien tu hermano. —Sonrió ampliamente—. Así que hazle el favor y dalo todo para que, cuando vuelva, esté orgulloso de ti.
Lori denotó una mirada determinada y desafiante.
—Lo haré.
—Muy bien, competidores —habló el anfitrión del torneo—. La competencia está apunto de comenzar.
—Es mi señal, debo irme.
—Buena suerte, bebé.
Se dieron un corto beso y Lori se dirigió al primer hoyo.
____________________________________
—Lori Loud concentra su mirada en el hoyo. —El comentarista hablaba bajo para no desconcentrar a la rubia—. No estamos seguros de si va a hacerlo, nunca antes la habíamos visto tardarse tanto en un tiro.
Lori respiraba con lentitud, cerró los ojos y empuñó el palo con fuerza. Practicó el tiro que daría; el palo por fin estaba en posición para pegarle a la pelota.
—A punto de presenciar lo imposible, Lori Loud parece obstinada en realizar un hoyo en uno en este hoyo de par tres.
—Es imposible que lo logre —comentó Pacowski—. He leído que es sumamente raro ver este tipo de puntuación.
—Yo no me confiaría si fuera tú. —David observaba con intranquilidad.
En el fondo sabía que Lori era una excelente jugadora, digna de admiración. En ese momento deseaba ser su maestro, pero las circunstancias eran muy desfavorables. Sabía que tenía que ayudar a Pacowski de cualquier manera y saber que ella era la competencia lo llenaba de sumo terror. Por otra parte, sabía que había entrenado lo mejor que pudo al profesor, solo quedaba confiar en él, por lo que decidió darle un buen consejo.
—Tal vez no llegues a hacer hoyos en uno, pero déjame decirte una cosa. —Pacowski volteó a verlo—. Solo debes enfocarte en no acumular muchos puntos, ¿de acuerdo?
El profesor asintió con el ceño fruncido.
—Confío en que lo harás bien.
—No te defraudaré.
—Y en serio espero que no lo hagas... La vida de mi madre está en tus manos —pensó el hombre con un gran miedo en él.
—Aquí voy...
Finalmente, Lori realizó el tiro.
—¡Y la pelota se dirige peligrosamente hacia el hoyo!
Todos los espectadores se dirigieron hacia el hoyo, incluso Lori corrió para presenciar el éxito de su tiro
—¡Miren qué precisión! —La bola aterrizó en el green, muy cerca del agujero—. ¡Si la fricción no juega en contra, la bola indudablemente caerá en su objetivo!
La multitud miraba ansiosa, la pelota estaba apunto de entrar y el nerviosismo carcomía a los espectadores y a los competidores por dentro, sobre todo a quien había realizado el tiro.
______________________________
James estaba amarrando en una silla a la chica que había visto en las cámaras anteriormente. Se hallaba inconsciente en ese momento.
—Será divertido verte patalear mientras intentas conseguir tu libertad —comentó con singular alegría.
Rápidamente se dirigió a su sala de operaciones y se dirigió a su centro de mando.
—Justo a tiempo. —James oprimió un botón que encendió un mecanismo que había instalado anteriormente en el campo de golf—. No podía dejar todo en manos de ese instructor. Aún con todo, Lori es una jugadora de golf impecable. —James se sentó de momento para admirar el proceso de su plan perfectamente elaborado—. Verte caer será sumamente entretenido...
_______________________________
—¡Lo conseguirá! ¡Lori Loud abrirá este torneo con un hoyo en uno!
Toda la muchedumbre comenzaba a vitorear a la golfista mientras ella sonreía llena de felicidad.
—Esta va por ti, Lincoln —comentó con una gran alegría.
La pelota estaba a pocos centímetros de meterse, seguía girando, a pesar de que su velocidad disminuía amenazantemente.
—¡Solo un acto imprevisto de la naturaleza impediría lo imposible! ¡Pero todo parece...! —El comentarista se detuvo al sentir una fuerte ráfaga de viento provenir de sus espaldas—. ¡No puede ser! ¡Una inesperada oleada de viento podría poner en peligro el éxito de este tiro!
—No..., no, no, no.
La felicidad que Lori sentía se había convertido en impotencia y preocupación.
El viento pasó por la pelota, generando mayor fricción; el objeto se detuvo a una escasa distancia del hoyo.
La multitud expresó su tristeza al observar que el factor ambiental arruinó el tiro perfecto de Lori; ella, por su parte, sintió un gran frustración dentro de su ser.
—¡Agh! —Cerró los ojos y los puños con fuerza expresando cierta molestia—. ¡Maldición!
—¡Lori Loud se enfada por el infortunio del momento! Y claro, ¿quién no se sentiría de esa manera tras pensar que se lograría un tiro de tal magnitud? Lo único que ahora sabemos es que todos nos quedamos con las ganas de ver ese "Hoyo en uno" —finalizó con un tono de voz decepcionado.
La rubia apretó lo ojos con fuerza y colocó su mano sobre su frente mientras frotaba sus ojos de la frustración y el enojo. Suspiró con pesadez, el viento le jugó en contra, pero era parte de que se tratara de un deporte al aire libre.
Lori volteó a ver a los espectadores buscando a Bobby en concreto. Al toparlo con la mirada, él le regaló una cálida sonrisa mientras alzaba su pulgar; ella entendió que todo estaba bien, solo debía calmarse y seguir con el juego.
La Loud mayor se adentró al green, en donde tomó el palo específico para esa zona. Se acercó a la bola y, con un tiro de suma suavidad, introdujo la pelota en el hoyo.
—A pesar del increíble esfuerzo, Lori Loud deberá conformarse con el birdie que ha conseguido. Nada mal para el primer hoyo —alentó el comentarista, lo cual relajó a la rubia por una parte.
—Vaya, eso sí que es tener muy mala suerte... —David después pensó en su madre—. No puedo creer lo que estoy pensando..., pero estoy muy agradecido.
__________________________________
—Nos encontramos en el hoyo número quince. Clasificado como par cinco, los golfistas se adentran a uno de los campos más traicioneros, junto a un obstáculo de agua que podría perjudicarlos en gran manera, sobre todo por la tendencia que el terreno tiene a que los objetos caigan sobre dicho obstáculo.
El hombre señaló el terreno, cuya pendiente era bastante inclinada y se dirigía al lago que había allí
—Un mal tiro podría costarle caro a nuestros competidores.
El entrenador Pacowski y Lori estaban cerca uno del otro.
—Ha sido toda una odisea, en verdad eres buena —afirmó el entrenador de forma humilde.
—Gracias, aunque no dejaré que se lleve ese trofeo tan fácilmente.
—Hey, no te lo tomes tan a pecho —repuso con un poco de resentimiento.
—Literalmente le demostraré a usted y a David que soy la mejor y así mi hermano estará orgulloso de mí. —Lori mostraba molestia y todo se debía a la gran presión que sentía sobre sus hombros.
—Pobre Loud. Sí que está muy afectada por lo que ha sucedido.
—Hasta ahora, las mejores puntuaciones son cuarenta y seis y cuarenta y ocho, favor Lori Loud. Pisándole los talones se encuentra el nuevo competidor, Pacowski, quien ha resultado ser la sorpresa de este torneo, ¿y cómo no? ¡Si su entrenador ha sido nada más y nada menos que el mismísimo David Leadbetter!
El mencionado se quedó un poco ofuscado, pero se limitó a saludar a todos los espectadores presentes con la mejor sonrisa que pudo fingir en ese momento. Sin mayor dilación, la atención se colocó nuevamente en los competidores.
La hermana mayor se dirigió a la posición de la pelota. Respiró con profundidad.
—Máxima concentración, Lori. Venga, tú puedes hacerlo.
Practicó un poco antes de tirar, sabía que ese hoyo era peligroso.
Entre la gente que observaba con detenimiento y nerviosismo, se encontraba una persona indiferente; convenientemente era una persona alérgica.
Cerca del campo de Golf, se hallaba un hermoso jardín de flores, el cual sufrió una ligera sacudida ocasionada por la ráfaga de viento que provino desde el primer hoyo.
Las partículas de polen habían estado divagando en el aire sin un rumbo definido, al menos así era antes de que la mente maestra dirigiera dichas moléculas hasta su próxima víctima, justo en el instante preciso.
Deambulando por un largo periodo de tiempo, el polen por fin llegaba hasta su objetivo, aterrizando sobre la nariz de aquel hombre que comenzó a realizar expresiones que denotaban la llegada de un inminente estornudo.
—Esta es la buena. —Lori acomodó el palo y alzó el mismo a cierta altura para tirar con la fuerza exacta.
Su swing había sido perfecto y la tirada parecía que sería implacable.
—¡Achú!
Mas un ruido en extremo fuerte fue lo suficiente para desviar la atención de Lori y errar gravemente su tiro.
—¡¿Pero qué es esto?! —El comentarista tampoco lo podía creer—. Lori Loud falla el tiro de manera increíble, ¡la bola se dirige directo hacia el lago!
—¡Por una...! —Lori apretó sus dientes en contra de sus labios—. ¡Dios! ¡¿Por qué a mí?!
—¡La pelota aterriza a salvo sobre el césped! —exclamó aliviado el hombre, pero su alegría se desvaneció al ver que la pendiente jalaba la bola hasta el lago—. ¡Pero la gravedad cobró factura y la pelota entra de lleno en el obstáculo de agua! Este error podría costarle la victoria a nuestra golfista número uno —amenazó el comentarista.
Lori solo podía sentir la presión sobre ella misma, sin duda alguna, no sería para nada sencillo.
David había observado todo de manera incrédula. ¿Cómo había sido posible que ese hombre haya estornudado justamente en el momento preciso? Le parecía una estupidez. Sin embargo, sabía de antemano que esos errores graves podrían garantizar la victoria de su aleccionado. Su madre podría estar a salvo, al menos eso quería pensar.
Lori soltó un bufido lleno de molestia mientras el hombre continuaba estornudando. Llena de vergüenza, aquella persona optó por salir del campo y dirigirse hacia su casa para no seguir provocando ningún problema.
La rubia se estresó por la repentina alergia del hombre, haciendo que frunciera el ceño y respirara con pesadez; un sentimiento de frustración y enfado se posó en ella, no quería fallar y mucho menos quería decepcionar a los que le han tenido fe.
Bobby alentaba a la joven con gritos de apoyo y alzaba su pulgar, indicándole que todo saldría bien. Lori sonrió por dentro al ver a su novio dándole ánimos; sin embargo, pudo ver que el latino había recibido una llamada. Mostró un rostro lleno de preocupación y nerviosismo, algo que confundió a Lori.
—Loud, tienes que repetir el tiro —habló el comentarista a la joven; aunque ella estaba distraída en su chico, se preguntaba qué había pasado.
De un instante para otro, Bobby abandonó el campo. La rubia expresó pesar en su mirada: algo no estaba bien y eso la hizo decaer aún más de lo que ya estaba.
—Ya voy..., ya voy. —Suspiró y se dirigió a la posición de tiro.
Su estado anímico había comenzado a afectar su rendimiento, varios pensamientos rondaban por su mente; lo único que quería para entonces era un poco de apoyo moral, pero estaba sola.
—No todo está perdido aún... —Lori estaba devastada, pero recordó el ánimo y la fe que Lincoln había depositado en ella antes de que se fuera—. ¡Debes hacerlo por él!
Llena de determinación, Lori no estaba dispuesta a dejar caer sus esperanzas, ella sabía que todo podía suceder y que nada se acababa hasta que se acababa.
—Veamos si Lori puede redimirse con este tiro.
—¡No perderé!
Su cuerpo se sintió liberado por unos momentos. Sin pensarlo mucho, golpeó la bola con fuerza, haciéndola volar por los aires.
Una parábola muy alta se formó con la trayectoria que la pelota había tomado, la cual terminó en el green del hoyo.
—¡Y Lori Loud consigue quedar a salvo del obstáculo de agua!
—No puedo rendirme aún —confesó con firmeza.
Se dirigieron al green y Lori agarró el palo correspondiente. Se posicionó detrás de la pelota e inició a practicar su swing para realizar el tiro.
—Puedes hacerlo, solo un tiro.
Por infortunio, el viento adquirió fuerza y daba con intensidad al lado opuesto de la pelota conforme al hoyo.
—Con este clima tan inconveniente podría fallar. —Los nervios la dominaron por las circunstancias—. Aunque debo ser positiva. Vamos, Lori, no puede ser tan complicado.
La rubia efectuó su tiro y la bola avanzó directo hacia el hoyo; el viento y el mismo terreno jugaban en contra, la fricción detenía la pelota cada segundo por el cual rodaba.
—Lori hace un buen tiro, ¿pero tendrá la suficiente intensidad como para batallar en contra del viento y el terreno levemente inclinado?
Sudando frío, todos observaban cómo la pelota se detuvo justo a lado del agujero.
—¡Por un pelo! —exclamó bastante sorprendido el comentarista—. Para la mala suerte de Loud, parece que este hoyo será considerado con una puntuación par.
—Carajo —musitó negando con la cabeza.
Lori consigue meter la pelota. Desafortunadamente, la rubia adquirió bastantes puntos que perjudicarían en sus resultados.
—Es turno del nuevo competidor, la sorpresa de esta competencia: ¡Pacowski! —El entrenador saludó con una mano y, posteriormente, se enserió.
Se inclinó un poco mientras se sacudía las manos. Tomó el palo con decisión y fijó su mirada en el hoyo. Con un tiro preciso y ondulado, la bola cayó en el green, en una posición favorable para el viento que había.
—¡Así se hace! —dijo David para sí mismo.
—¿Qué tal lo hice? —El profesor le sonrió a la rubia, quien se limitó a cruzarse de brazos y emitir un bufido, no estaba de buen humor.
—¡Increíble! De conseguir asestar el siguiente tiro, Pacowski obtendría la ventaja sobre Lori Loud.
Y tal cual dijo el comentarista, el profesor fue hacia la pelota y efectuó el tiro con éxito, introdujo la bola en el agujero.
—Esto queda muy reñido, con cincuenta y cincuenta y un puntos respectivamente, Pacowski se coloca en la primera posición gracias al grandioso albatros que consiguió en este hoyo.
—Menuda humillación —Lori volteó hacia la multitud, los espectadores estaban conversando entre ellos.
—Parece que no se encuentra muy bien.
—¿Qué le ocurrirá?
—No puedo creer que le esté ganando el nuevo.
Varias personas comenzaron a murmurar entre ellos, pues ya habían visto a Lori jugar en eventos anteriores y verla con dicha puntuación los ponía dudosos.
—¿Qué ocurre conmigo?
Una profunda inquietud comenzó a poner insegura a la rubia.
____________________________________
—Este hoyo lo define todo. Clasificado como par quince, es uno de los hoyos más complejos qué hay; sin embargo, la distancia qué hay entre el hoyo y el inicio es corto, pero un tiro directo es potencialmente peligroso. Hay bastantes bancos de arena y obstáculos de agua que impiden una trayectoria fija hasta el agujero. Contando con diversas puntuaciones, las más relevantes son las siguientes: cincuenta y seis, cincuenta y ocho y sesenta y dos, favor Pacowski.
Los competidores analizaban el campo de juego, Lori no era la excepción. Ella, más que nadie, estaba nerviosa e indecisa; parecía que el juego estaba dicho ya, pero no se rendiría, no podría hacerlo después de todo.
—Hasta ahora, Loud ha acumulado otro golpe de más que podría costarle su victoria, un tiro perfecto sería su única esperanza y así, aunque fuera, conseguir el empate, consiguiendo así la victoria por su buen desempeño en el campeonato.
—Buena suerte, Loud —deseó Pacowski con una sonrisa.
—Gracias... —dijo ella mientras avanzaba hacia la pelota.
Lori se puso en posición y practicó el swing. Suspiró, honestamente no se sentía preparada; sentía todo perdido.
—¿Para qué intentarlo? Yo... no lo lograré
Su semblante decayó y cerró los ojos. En eso, un pensamiento vago vino a su mente.
—Siempre recuerda que, aunque todo parezca perdido, siempre habrá una luz de esperanza. Yo sé que lo lograrás, confío en ti.
Un calor dentro de ella surgió. Frunció el ceño y abrió los ojos.
—¡No! No puedo rendirme... y no importa si no gano..., lo importante es que él sepa que di lo mejor de mí. ¡Pero más que eso, yo sé que lo haré! He practicado por años y nada me detendrá de ganar, no llegué hasta aquí solo para verme rendida.
—Lori se enfoca y parece que tiene una estrategia, se ve peligrosa, mas es la única opción viable que tiene.
La rubia empuñó el palo con fiereza y respiró con lentitud.
—Esta victoria es para ti, hermano.
Tiró.
—¡Y Loud decide tomar el camino difícil! ¡Miren cómo vuela esa pelota, es magnífico y único! La bola empieza a descender y...
Todos miraban maravillados y perplejos.
—¡Lori consigue lo imposible! ¡Hoyo en uno, directo al hoyo!
Todos vitorearon y aplaudieron asombrados de la técnica de Lori.
Ella se elevó a los cielos, había hecho un tiro muy complicado y todos la felicitaban, la multitud revivió sus pensamientos positivos con respecto a ella. Sin embargo, aún faltaba un competidor más.
—Ahora es turno de Pacowski.
Todos se concentraron en él.
El profesor siguió el consejo de David todo el tiempo. Había tratado de ir siempre por el camino seguro y había realizado la menor cantidad de golpes.
En ese caso, hizo lo mismo: efectuó un tiro seguro, el cual dejó a la bola en el green, cerca del hoyo. A pesar del terreno, el entrenador consiguió evadir los bancos de arena que se encontraban alrededor de la zona.
Finalmente, se acercó a la bola y con un tiro certero, introdujo la bola en el agujero.
—¡Increíble! Pacowski, siempre mostrando esa seguridad y perseverancia, ¡consiguió hacer el hoyo en dos tiros! ¡Impresionante!
Y en ese instante, Lori sintió un bajón de ánimos bastante pesado. La competencia ya había sido dicha.
____________________________________
—¿Dónde estará Bobby? — Lori suspiró con tristeza.
Tras haber quedado en segundo lugar, a pesar del tiro perfecto que llegó a realizar en el último hoyo, se había sentido decaída.
Lori no tenía pensado perder y mucho menos quería pensar en cómo le había fallado a su hermano y, posiblemente, a su familia. Se sentía mal al tener una medalla de plata en vez del trofeo de oro, ella lo había dado todo y, aún así, perdió.
Salió del campo con la medalla en su cuello con una expresión decepcionada y un sentimiento notable de frustración. Jugaba inquieta con su medalla. Ni siquiera se dio el tiempo de despedirse de nadie, ella inmediatamente abandonó el lugar tras la culminación del torneo.
La frustración la tenía dominada. No pudo demostrarle a David de lo que era capaz, pues había sido derrotada por alguien "nuevo". Todos quedaron decepcionados de ella y todo el apoyo que pudo haber tenido, se había ido.
Luego de que Bobby la dejara ahí sin explicación alguna, ella se había dedicado a buscarlo. No estaba en ninguna parte y eso la preocupó, intentó llamarlo, pero mandaba directamente al buzón.
—¿Cómo pudo dejarme en pleno evento?
Encontró una banca y se sentó. Recargó su cabeza sobre sus manos.
En eso, su celular vibró: un mensaje de Bobby apareció en su pantalla de notificaciones.
"Te veo en el restaurante donde quedamos, te tengo una sorpresa"
Lori quedó enternecida por el mensaje. Parece que quizá todo solo fue un malentendido, probablemente alguna emergencia que haya surgido. Sea lo que hubiera sido, lo hablaría con él para apoyarlo así como él la ha apoyado a ella.
—Bueno, a pesar de todo..., aún sé que puedo contar contigo. —Mandó un emoji de corazón.
"Voy en camino, osito"
Guardó el celular y se dirigió al restaurante.
____________________________________
—¿En dónde estoy...?
Ronnie Anne pudo despertar al fin de su letargo. En frente de ella se encontraba James con un teléfono móvil en su mano.
—Veo que por fin ha despertado, señorita Santiago.
—¿Eh?
Al ver la situación en la que se encontraba, entró en pánico y empezó a moverse desesperadamente. Intentaba inútilmente de zafarse de aquella silla, la cual estaba fija en el suelo.
—¡Déjame ir! ¡¿Qué quieres de mí?!
—De ti no quiero absolutamente nada. Solo eres el chantaje que necesito para lo próximo que se viene —declaró con frialdad.
—¿Chantaje? ¿Quieres dinero? Pues temo decirte que casi no tenemos —comentó un poco molesta e impotente—. Creo que secuestraste a la persona incorrecta.
—Temo decirte que yo nunca me equivoco. Poseo todo el conocimiento que existe, ¿crees que no podría diferenciar los rostros? —James rio—. Además, lo que yo necesito no es dinero.
—¿Entonces qué quieres? —Ronnie Anne dejó de moverse al ver que todos sus esfuerzos eran en vano. Se limitó a escuchar al hombre que tenía en frente.
—Quiero que tu hermano finalicé la relación que tiene de una forma brutal e impactante.
—¿Qué? ¡¿Todo esto es por Lori?! ¡¿Qué ganas tú con eso?! —preguntaba con sumo repudio.
—Créeme, si supieras todo lo que yo puedo conseguir haciendo eso, no lo creerías.
—Eres un lunático de primera, ¡déjame ir, bastardo!
—Lo haré, solo debo asegurarme de que tu hermano haga su parte del trato.
—¡Estás loco! ¡De seguro eres alguien que ama a Lori y quieres quedarte con ella! ¡Pero ella jamás te querrá!
Ante tales palabras, James se echó a reír a carcajadas.
—Es obvio que tu concepto de esta vida es muy limitada. —Suspiró tras las risas—. Yo no busco nada con ella, solo quiero divertirme y crear algo maligno, algo que alimentará la mente perversa de muchos. —Sonrió con malicia.
—¿Qué quieres decir?
James volteó a las cámaras, viendo como Lori estaba ya a cinco cuadras del restaurante elegante en donde había quedado con Bobby. En una de las mesas estaba él junto a otra mujer de cabellera rubia ondulado.
—Quiero decir...
James tomó su teléfono móvil y comenzó a marcar un número.
—Que el Universo tiene mucho que ofrecer.
Colocó el teléfono en su oído mientras se escuchaba el tono de la llamada.
—Y yo solo daré un pequeño empujón para que este Universo... tenga una expansión.
____________________________________
En el restaurante se encontraba Bobby en frente de otra mujer que compartía características similares a Lori en una mesa, la cual se encontraba decorada de forma romántica y con platillos de alto calibre.
—Demonios, Carol. ¿A ti con qué te amenazó?
—Me dijo que no dijera nada. —Carol se notaba impotente y con ganas de soltar lágrimas sin discreción.
De pronto, el celular de Roberto inició a sonar y él no dudó en contestar lo más rápido posible.
—¿Bueno...?
—Ponme en altavoz. Regula la bocina para que solo tú y ella me escuchen. Sigue mis instrucciones o ella pagará el precio.
—Primero quiero oír su voz.
—¡Hermano! Aquí estoy, ¡llama a la policía!
—Quise hacerlo, hermanita, pero este hombre sabe demasiado. Me amenazó con matarte si hacía eso y no me podía dar ese lujo —susurró para que Carol no escuchara aquello.
—Bien, ya la has escuchado. Ahora, acata las instrucciones o ya sabes lo que pasará. De paso, dile a tu hermanita que no haga ninguna tontería mientras estoy hablando.
—Ronnie, por favor, haz lo que él te diga. No lo interrumpas y no cometas ninguna estupidez. Saldremos de esta situación, te lo prometo. Ahora, solo prométeme que no harás nada estúpido.
—Yo... ¡Ah!
—¡Ronnie! ¿Qué le hiciste, maldito?
—Era obvio que intentaría cualquier cosa. Solo la puse a dormir por un momento. Tranquilo, ella aún respira.
—Hijo de...
—Al altavoz, ahora.
Roberto procedió a obedecer y puso el celular en medio de la mesa, regulando el volumen para que únicamente ellos dos escucharan.
—Roberto Santiago, Carol Pingrey. De seguro se preguntan la razón por la que se encuentran reunidos aquí en este preciso momento de la historia. Cada uno sabe la causa, pero la intriga por saber la razón contraria nunca está de más, ¿cierto?
»Carol tiene la encomienda de salvar el patrimonio de su familia. El código de la bomba que he implantado en los cimientos de su residencia se encuentra en la cuenta que les entregarán al finalizar su cita romántica. Sin embargo, esta cuenta debe solicitarse únicamente después de haber realizado la comitiva que les diré a continuación, debido a que está programada para minutos posteriores en que realicen dicha acción. Roberto tiene la misión de mantener a salvo a su única y preciada hermana, la pregunta es: ¿qué es lo que vale más para él? ¿Su familia o su mujer? Para contestar esta pregunta solo hay una cosa por hacer: deben de darse un beso apasionado entre ambos y ser lo más realista posibles. Si fallan en esta tarea, sus familias pagarán las consecuencias.
—¡¿Qué?! —Bobby estaba incrédulo, al igual que Carol—. ¿Me mantuviste aquí y amenazaste a mi familia por un simple beso? ¡Estás enfermo!
—Tampoco es que tengan muchas opciones en este preciso instante. Sin embargo, la decisión es suya y ya sé qué es lo que harán. Solo les advierto que cuentan con tres minutos para hacerlo. Así que les sugiero a ambos que se vayan mentalizando. Recuerden, debe verse lo más realista posible, yo los estoy observando.
Carol empezó a hiperventilar, se sentía muy nerviosa y ansiosa; por supuesto que no se debía para nada al beso, sino por todo lo que implicaba ahora.
—Eres todo un malnacido.
—Y no sabes cuanto amo ser así. En fin, el tiempo corre ahora. Por cierto, Carol...
Ella prestó atención de inmediato.
—Después de que recibas la cuenta, solo tienes media hora para llegar a tu casa y desactivar la bomba. Les deseo mucha suerte a ambos.
Acto seguido, colgó el teléfono y, de alguna manera, este mismo se puso en una pantalla negra, en la cual empezó un temporizador de tres minutos.
—Ah, por un demonio. —Bobby se tapa el rostro con ambas manos.
—No quiero que mi familia se muera —confesó Carol con suma tristeza y un pánico muy notable, también había empezado a llorar de la impotencia.
Roberto se enfocó en el tiempo que les quedaban y miró a Carol con firmeza. La tomó de la mano para tratar de tranquilizarla.
—Carol, cálmate. Vamos a lograrlo. Solo es un simple beso.
—¿Pero qué hay de tu novia, Lori?
—Estoy muy seguro de que ella entenderá esta situación por completo. La conozco, jamás me dejaría por algo así. Ahora lo importante es salvar a nuestras familias.
—Está bien. —Carol se limpió las lágrimas.
—Después de que hagamos esto, sin importar nada, pides la cuenta y corres directamente hacia tu casa, ¿de acuerdo?
Ella asintió.
—Bien. Entonces límpiate bien. Si nos está viendo, debemos hacer que luzca perfecto.
Ella afirmó nuevamente con pesar.
Mientras tanto, Lori caminaba con algo de lentitud, pero al mismo tiempo con unas inmensas ansias de ver la sorpresa que Bobby le tenía preparada. Tenía la mínima esperanza de que esa noche con su novio pudiera regresarle los ánimos y mejorar por completo su humor; haría lo que fuera con tal de olvidar su fracaso en el torneo y todo lo que ese fracaso implicaba.
Siguiendo su camino, Lori se encontraba ya a un minuto de llegar a su destino. Su vista ya le dejaba percibir la cálida luz que emitía el restaurante a través de su distintivo ventanal que permitía a los caminantes nocturnos verse tentados por el ambiente que ofrecía.
—Me pregunto si mi osito ya habrá ordenado la comida. La verdad es que muero de hambre justo ahora. Siendo sincera conmigo misma, tanta tristeza me había quitado el apetito.
Suspiró.
—Solo tenemos treinta segundos —comentó Carol asustada de ver el reloj continuar su retroceso.
—Está bien, ya nos hemos mentalizado. Recuerda que esto es por nuestras familias, ¿bien?
—Sí.
—De acuerdo, acércate a mí. Hagamos esto...
Simultáneamente, Lori por fin consiguió posicionarse delante del ventanal, mas sus ojos quedaron impactados al ver la escena que había enfrente de ella. Carol, a quien consideraba una gran rival, estaba con su novio a punto de darse un beso. Ella no lo podía creer.
—No, esto debe ser una mentira... ¡No es cierto!
Ambos habían iniciado a besarse de forma apasionada entre ambos y la cercanía que había entre ambos lo hacía ver muy real. Sobre todo cuando él la agarró por la espalda y la acercó más.
El corazón de Lori se quebró en ese momento y quedó totalmente en shock.
Por su parte, el temporizador sonó.
—Felicidades, lo han conseguido —habló una voz pregrabada—. Ahora pueden reclamar sus recompensas.
Ambos después de dieron un abrazo lleno de felicidad.
—¡Pediré la cuenta! —dijo ella rápidamente mientras alzaba la mano para llamar la atención de uno de los meseros.
Uno de los meseros los atendió de prisa y llegó a su mesa.
—Buenas noches. Se me fue dicho que... miraran por la ventana.
—¿Huh? —Bobby volteó y quedó anonadado. Lori estaba justo ahí.
Ella ahora se encontraba con lágrimas en los ojos. Lori por fin reaccionó y de inmediato se quitó la medalla de plata que tenía encima para aventarla lejos con toda la rabia que sentía en ese momento para entonces salir corriendo de ahí.
Roberto, desesperado, corrió hacia la salida del restaurante para perseguir a Lori.
—¡Lori! ¡No es lo que parece!
—¡Aléjate de mí, idiota! —gritó con voz quebrada.
—¡Lori! ¡Por favor, espera!
Para su desdicha, otro de los meseros lo detuvo a tiempo.
—Señor, debe pagar la cuenta.
—¿Qué?
Inmediatamente después, Carol también salió del restaurante a toda prisa con el ticket de la cuenta en mano.
—¡Señorita, espere! ¡Necesitamos el ticket para poder cobrarle!
Mas ella hizo caso omiso y siguió su camino a toda velocidad.
—Parece que su cita lo dejó, caballero.
—Ella... no era mi cita... —confesó con todo el dolor de su corazón.
—Lo fuera o no, debe pagarnos.
Los meseros metieron a Bobby nuevamente al restaurante, debido a que se encontraba en esa obligación. Pudo haberlo dejado ir, pero aún tenía que preocuparse por su hermana.
Esa noche, se desató una tormenta de emociones que acabaría con Lori y lo que quedaba de su alma.
__________________________________________________
—El profesor obtuvo la victoria. Mi hijo le cumplió, ¿podría dejarme ir ya con él? Se lo suplico...
James tenía en sus manos una especie de navaja.
—Por supuesto, aunque me gustaría jugar un poco con usted antes de dejarla ir.
—No te saldrás con la tuya, maldito. La policía te encontrará.
—¿Cómo pueden hallar a alguien que no existe, madam? —cuestionó con una risa demencial.
Lo único que se alcanzaba a escuchar eran los gritos incesantes de esa mujer ante una inhumana tortura mientras en una habitación contigua se hallaba Ronnie Anne haciendo plegarias para que no sufriera el mismo destino.
Bueno, bueno. Aquí estamos de nuevo. Sin duda alguna me ha gustado más esta versión que hice. No cabe duda de que James es un personaje bastante maldito. Espero que lo odien porque lo creé para que así fuera ja, ja, ja. Y si lo quieres, eso significa que estás igual de enfermo que él, pero no te culparía. ¡En fin! ¡Espero que esta versión también les haya gustado más que la anterior! Sin nada más que decir, estaré trabajando en la siguiente parte. ¡Y no lo olvides!
¡Vota si te gustó!
¡Comenta!
¡Comparte si lo merece!
¡Nos leemos la próxima!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro