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capitulo 3: Preludio al caos

Ha pasado una semana desde que Lincoln salió del pueblo de los murciélagos. Ahora lo vemos trabajando junto a un grupo de sobrevivientes, ayudando a recoger la cosecha. Se nota que Lincoln se ha adaptado a la rutina del asentamiento. Juntos recogen frutas, verduras y otros cultivos que son esenciales para su supervivencia.

Una vez lista la cosecha, Lincoln y los demás cargan las carretas improvisadas con las cestas llenas de alimentos. La cooperación entre ellos es clara: algunos levantan las cargas, mientras otros organizan y aseguran todo para el transporte al pueblo.

La mirada de Lincoln se cruza con la de los lectores.

Lincoln: Hola a todos, Espero que estén bien. Seguro se preguntan cómo terminé aquí... Bueno, después de la pelea en el pueblo con esos murciélagos, quedé bien jodido. No pude curarme como debía y tuve que buscar ayuda lo más rápido posible. Revisando las cosas de los tipos que murieron ahí descubrir que eran exploradores y encontré la dirección de este asentamiento. aunque casi no logro llegar.

flashback

se puede ver a Lincoln, herido y exhausto, corre con dificultad a través del bosque mientras una manada de lobos con una especie de armadura de hueso lo persigue de cerca. Cada paso le cuesta más, su respiración entrecortada se mezcla con los gruñidos de las bestias que se acercan rápidamente.

Lincoln (entre jadeos): ¿Cómo voy a salir de esta? Maldición. Si sigo corriendo, quizás logre llegar a ese pueblo.

Mientras intenta concentrarse, no ve una rama oculta en el suelo y tropieza, cayendo con fuerza. El impacto le saca el aire y el dolor se refleja en su rostro. Trata de levantarse, pero sus heridas y el cansancio lo mantienen pegado al suelo.

Los lobos lo alcanzan, rodeándolo, gruñendo con los colmillos al descubierto. Lincoln, desesperado y sin fuerzas para usar fuego, reúne lo último de su energía. Con un esfuerzo tremendo, materializa una lanza improvisada entre sus manos.

En un rápido movimiento, uno de los lobos se lanza sobre Lincoln. Con reflejos rapidos por la desesperación, Lincoln atraviesa al lobo con su lanza, acabando con él. Sin embargo, el peso del cuerpo cae sobre él, dejándolo atrapado. Apenas tiene tiempo de reincorporarse cuando otro lobo se abalanza sobre su espalda, mordiéndolo con furia y arrastrándolo por el suelo.

Lincoln gruñe de dolor mientras la manada completa se une al ataque, desgarrando su piel e hiriéndolo sin piedad. Siente cómo su cuerpo comienza a ceder, el dolor es abrumador, y cada movimiento le cuesta más. En un último acto desesperado, canaliza toda la energía que le queda, liberando una descarga eléctrica que impacta a los lobos, haciéndolos retroceder por unos instantes.

El alivio dura poco. El esfuerzo lo deja totalmente agotado, incapaz de moverse. Su cuerpo yace inmóvil en el suelo, la respiración pesada y cada latido de su corazón parece más lento. Con los ojos entrecerrados, ve cómo los lobos, con los ojos brillando de hambre, comienzan a acercarse de nuevo. Sin fuerzas para levantarse ni luchar, solo puede observar mientras las bestias se preparan para el siguiente ataque.

Lincoln: maldición, este será mi final

Los lobos se lanzan sobre él para el golpe final, pero de repente, una ráfaga de disparos rompe el silencio del bosque. Los lobos caen uno a uno, eliminados con precisión.

Un hombre aparece entre los árboles, respirando con alivio al ver que Lincoln aún está vivo.

¿?: ¡Oye! ¿Estás bien?

Lincoln, agotado y aturdido, apenas logra enfocar al extraño. Su visión se oscurece rápidamente mientras la conciencia lo abandona.

¿?: ¡Ey, no te duermas! ¿Cómo terminaste así? Oye, oye... ¡Despierta!

La preocupación se refleja en la voz del hombre mientras el bosque, antes lleno de peligros, ahora permanece en un silencio inquietante.

Un tiempo después

Lincoln abre los ojos, sintiendo el peso del cansancio todavía sobre su cuerpo. Todo se siente confuso, como si su mente estuviera flotando en un sueño. Una voz suave lo recibe.

¿?: ¡Dios mío! ¿Despertaste?

Intenta levantarse, pero sus músculos no responden del todo, y un mareo lo obliga a quedarse quieto.

¿?: Estás en nuestra casa. Mi marido te encontró en el bosque anoche y te trajo aquí. ¿Cómo te sientes?

Lincoln: (pensamiento) ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué aquí?

Como si la mujer adivinara sus pensamientos, continúa hablando con tono amable:

¿?: Tranquilo, estás a salvo ahora. Descansa un poco más.

Lincoln se pasa una mano por el rostro, tratando de despejar su mente.

Lincoln: Vaya... ¿Eso fue lo que pasó? Gracias por salvarme.

¿?: Jeje, no me agradezcas a mí. Dale las gracias a mi marido. Oh, espera, voy a llamarlo. ¡Cariño! El chico que trajiste anoche ya está despierto. ¡Ven, rápido!

Lincoln cierra los ojos por un momento, dejándose llevar por la sensación de alivio, mientras intenta asimilar que, después de todo, todavía tiene una oportunidad.

Fin flashback

Lincoln: Desde ese día he estado colaborando con la gente del pueblo en diversas tareas como agradecimiento, antes de seguir mi camino. Además, siguiendo el consejo del hombre que me salvó, he mantenido mis poderes en secreto para evitar problemas.

Se ríe para sí mismo, recordando las advertencias.

Lincoln: ¿Por qué? Bueno, la gente con habilidades como las mías es vista como monstruos o abominaciones. Y, para ser honesto, no los culpo... hasta yo he tenido problemas con otros que tienen poderes.

¿?: ¿Lincoln? ¿Con quién estás hablando?

Lincoln se sobresalta, dándose cuenta de que alguien lo ha escuchado.

Lincoln: ¡Ah! Con... nadie.

Maxin: ¿Seguro? Parecía que estabas manteniendo una conversación.

Lincoln: Solo estaba reflexionando sobre algunas cosas. No te preocupes, Maxin... jeje.

Maxin: Bueno, si no te sientes bien, avísanos.

Lincoln: Lo aprecio, Maxin. Estoy bien, solo estaba pensando.

Maxin: Sabes que puedes contar con nosotros, muchacho.

De pronto, una chica se une a la conversación con una sonrisa burlona.

Misha: Creo que la gente tiene razón... estás loco.

Lincoln: ¿Por qué dices eso?

Misha: Bueno, además de hablarle a la nada, planeas viajar solo por un largo camino lleno de peligros, buscando a unas hermanas que probablemente ya estén muertas. No sé...

Maxin: ¡Misha!

Lincoln: No pasa nada. Tal vez parezca una locura, pero tengo que encontrar a mi hermana.

Sijard, cruzado de brazos, se inclina un poco hacia Lincoln con una expresión seria.

Sijard: Solo mira cómo terminaste... casi mueres dos veces antes de llegar aquí. Y Misha tiene un punto, ¿quién te garantiza que tu hermana sigue viva?

Lincoln: Lo entiendo, y sé que es peligroso, pero no puedo dejar de buscarla. Es la única familia que podría quedarme.

Misha: ¿Tienes al menos una pista de dónde podría estar?

Lincoln: La última vez que hablamos, dijo que la llevarían a un refugio en la ciudad de Londres.

Sijard: ¿Un refugio? Ese lugar pudo haber sido invadido por monstruos y...

Maxon: ¡Ya déjenlo en paz!

Maxin lanza una mirada de advertencia a Misha y Sijard.

Maxin: El chico sabe lo que está haciendo. Si esa es su misión, nosotros no somos quiénes para decirle lo contrario.

Lincoln sonríe con gratitud hacia Maxin.

Lincoln: Gracias. Sé que es un camino difícil, pero tengo que intentarlo. No puedo rendirme ahora.

Glen (mirando a Lincoln con sospecha): Aun así, es difícil de creer que hayas sobrevivido... cuando ni siquiera nuestros exploradores lo lograron.

Lincoln: Solo tuve suerte y algo de conocimiento sobre cómo enfrentar esos peligros. Estoy agradecido por la ayuda que recibí aquí, pero mi camino no ha terminado.

El sonido de las ruedas del carruaje crujiendo sobre el camino acompaña la conversación. A medida que avanzan, el paisaje comienza a cambiar. El carruaje finalmente llega al poblado, un lugar que, para sorpresa de Lincoln, se ve mucho más tranquilo y en mejor estado que los asentamientos anteriores. sobre todo por una gran muralla que rodea todo el pueblo.

Una vez dentro del pueblo, Lincoln y los demás descargan el cargamento, llevando las pesadas cajas con esfuerzo hasta el almacén. El sonido sordo de las cajas al tocar el suelo marca el final de cada viaje, mientras el grupo trabaja en armonía, compartiendo risas y comentarios ligeros. A pesar de su agotamiento físico, Lincoln hace su parte, decidido a contribuir. Cuando finalmente terminan, una sensación de logro se siente entre todos. Poco a poco, cada uno se retira hacia su morada para descansar.

Justo cuando Lincoln se disponía a marcharse, Misha lo detiene.

Misha: ¡Hey! Lincoln, espera.

Lincoln: ¿Qué sucede, Misha?

Misha: Verás... quería disculparme por lo que dije antes. No debí hablar así.

Lincoln: No te preocupes, entiendo que mis decisiones pueden parecer una locura para los demás, pero tengo que hacer esto.

Misha: Bueno... si sirve de algo, conozco a alguien que tal vez pueda ayudarte con información.

Lincoln: ¿De verdad? ¿Quién?

Misha: Es una de las guardias de la ciudad. Según he oído, antes formaba parte de un grupo militar encargado de proteger a gente importante en Londres. Tal vez sepa algo del refugio al que llevaron a tu hermana, o al menos pueda darte información útil sobre la ciudad.

Lincoln: Gracias, ¿podrías llevarme con ella?

Misha: La enviaron como escolta de unos comerciantes. No volverá hasta más tarde, pero puedo presentártela mañana.

Lincoln: Oh, entiendo. Gracias por la información, Misha.

Una vez terminada su conversación ambos proceden a despedirse para ir a sus moradas .

Después de caminar un rato por el pueblo, Lincoln llega a la posada, un refugio temporal para viajeros como él. La puerta cruje al abrirse, anunciando su entrada. El lugar está iluminado por tenues lámparas, ofreciendo un respiro del exterior oscuro y hostil. Los rostros de los demás viajeros reflejan historias diversas, cada uno cargando su propio pasado en este mundo fracturado.

El tabernero le sonríe de manera cansada pero amable, señalándole una mesa vacía. Lincoln asiente en agradecimiento y se sienta, dejándose envolver por el murmullo de conversaciones rotas y risas ocasionales. En medio del caos exterior, la posada es un pequeño refugio donde la humanidad persiste.

Mientras espera su comida, dos personas se sientan en su mesa.

Mujer: Lincoln, ¿cómo estás?

Hombre: ¿Estás bien, muchacho?

Lincoln los reconoce de inmediato y sonríe.

Lincoln: Sr. Fresh, Sra. Linia. (Mirando hacia el lector) El Sr. Fresh es quien me salvó en el bosque, y esta es su esposa.

Sr. Fresh: Dime, Lincoln, ¿cómo te sientes? ¿Ya estás mejor?

Lincoln: Sí, Sr. Fresh. Me siento mucho mejor. Sus cuidados, especialmente los de la Sra. Linia, me ayudaron bastante.

Sr. Fresh: Nos alegra verte recuperado, pero sería bueno que no te esforzaras tanto. La gente podría preguntarse cómo te recuperaste tan rápido.

Lincoln: Lo entiendo, Sr. Fresh. No quiero levantar sospechas, pero tampoco quiero ser una carga para ustedes ni para los demás.

Sra. Linia (con una sonrisa suave): No hay apuro, Lincoln. Pero recuerda que aquí todos odian a la gente como nosotros. Es mejor no atraer demasiada atención.

Lincoln asiente, agradecido por el consejo. Sabe que deben ser cuidadosos. Cuando la comida llega, los tres se disponen a disfrutar de una cena sencilla pero reconfortante.

Lincoln: ¿Y cómo le fue en la cacería, Sr. Fresh?

Sr. Fresh: Últimamente nos hemos encontrado con más criaturas peligrosas, pero gracias a la experiencia y al trabajo en equipo con los otros guardias, no ha habido problemas mayores.

Lincoln: Debe ser un trabajo arriesgado. ¿Y usted, Sra. Linia?

Sra. Linia (con una sonrisa tranquila): Por suerte no ha pasado nada grave. Solo algunos heridos leves... nada que no pueda curar con ya sabes qué.

Lincoln (Mirando al lector): La Sra. Linia tiene habilidades curativas que usa en secreto para ayudar a personas como yo. Gracias a ella, me he recuperado tan rápido.

Mientras estos disfrutaban de la comida y su plática estos captan fragmentos de la conversación de dos personas. Sus palabras, cargadas de desconfianza y miedo, resonaron en el ambiente cargado.

Viajero 1: has escuchado los rumores dicen que un grupo nómada fue atacado por un grupo de saqueadores

Viajero 2: si los que lograron escapar dicen que había más de un ascendido con esos sujetos

Las sombras de la desconfianza se cernían sobre aquellos comentarios. sintiendo el peso del estigma que cargaban los poseedores de habilidades especiales, Lincoln decidió Observar en silencio junto con Linia y Fresh, reflexionando sobre cómo este nuevo mundo había dividido a la humanidad en fragmentos temerosos y desconfiados.

Hombre: Dicen que hay un gran clan formado por cientos de esos sujetos. Se dedican a asaltar y destruir asentamientos. Incluso hay rumores de que se llevan a los habitantes como esclavos.

Los murmullos de desconfianza persistían, alimentados por historias que pintaban a los ascendidos como una amenaza en lugar de personas que buscan la manera de sobrevivir en este mundo.

Lincoln, escuchando el pesimismo en torno a los ascendidos, suspiró en silencio. Mientras saboreaba su cena y continua con su conversación con Linia y Fresh, lo comentarios despectivos continuaban.

Otro hombre: Yo he escuchado que no son más que otro tipo de monstruos con forma humana.

Las palabras resonaron en la posada, dejando a Lincoln reflexionando sobre la percepción negativa que se tenía de su propia especie. Se preguntó cuánto tendría que lidiar con tales prejuicios durante su búsqueda de su hermana. Aunque mantuvo la calma, la realidad de su situación se volvía más evidente: el mundo postapocalíptico estaba lleno de peligros, no solo por las criaturas, sino también por la desconfianza entre aquellos que buscaban sobrevivir.

Lincoln, sintiendo la pesada atmósfera en la posada, decidió retirarse a su habitación. Se despidió de la conversación con Linia y Fresh,

Sr. Fresh asiente con comprensión mientras Lincoln se retira a su habitación.

Lincoln: Buenas noches, Sr. Fresh, Sra. Linia. Aprecio su amabilidad y su compañía

Sra. Linia (con una mirada compasiva): No hagas caso a esos comentarios. Sabes que no todos somos así. Descansa bien, Lincoln.

una vez abandono el comedor Lincoln se sumergió en sus pensamientos mientras se dirigía al rincón que le serviría de refugio nocturno.

La luz parpadeante de una lámpara iluminaba la modesta habitación donde Lincoln se encontraba. Cerró la puerta, buscando un breve respiro de las tensiones del exterior. Se preguntó cuánto tiempo más podría ocultar sus poderes antes de poder continuar su viaje, sumido en la fatiga de sus jornadas, se dejó llevar por el cansancio y finalmente se rindió al sueño reparador. En la penumbra de la habitación, sus pensamientos inquietantes cedieron terreno ante la necesidad de descanso. Mientras la noche avanzaba, el tranquilo ritmo de su respiración marcaba el compás de un descanso temporal en su ardua travesía. mientras esté se adentraba en el mundo de los sueños.

En su sueño, Lincoln se encontraba en su antigua habitación, rodeado de pósters de su banda favorita y videojuegos. La luz tenue de la lámpara creaba una atmósfera acogedora mientras disfrutaba de una sesión de juego. Las risas y algarabía de sus hermanas se escuchaban de fondo, creando una sensación de calidez y familiaridad.

Lincoln, en su sueño, sonreía con nostalgia y alivio. Por un breve momento, el peso de la realidad parecía disolverse, y la vida cotidiana en la bulliciosa casa Loud recuperaba su lugar en su corazón. al menos asta que tocan a su puerta, sorprendido este abre la puerta y se encuentra con una molesta Lori y Lisa listas para partir a su viaje.

Lincoln: ¿Hoola, Lori? ¿Qué pasa?

Lori (con los brazos cruzados): Lincoln, literalmente estamos a punto de irnos a otro país, y tú aquí encerrado en tu habitación en vez de acompañarnos al aeropuerto para despedirte de nosotras.

Lincoln: Pero Lori, lo hago por su bien... ¿Qué tal si mi mala suerte las alcanza...?

Lisa (interrumpiendo): ¿Vas a seguir con esa farsa de unidad fraternal mayor?

Lincoln: ¡No es ninguna farsa!

Lori: Escucha, Lincoln. Sé que quieres tu espacio, pero podrías decirlo directamente. No necesitas hacer este teatro.

Lisa: Sobre todo teniendo en cuenta que los demás miembros de la familia no son precisamente los más brillantes.

Lincoln suspira, aunque no puede evitar sonreír ante los comentarios sarcásticos de Lisa y la preocupación disfrazada de Lori.

Lincoln: (con tono tranquilo) Tranquilas, chicas, lo tengo todo bajo control. Estaré bien. No se preocupen tanto. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Lori (seria): Solo asegúrate de cuidarte... y de dejar de lado esa farsa de mala suerte.

Lisa (entregándole una tarjeta): Y si la situación se descontrola, llámame a este número.

Lincoln (riéndose): Pueden confiar en el hombre del plan.

Con esas palabras, Lori y Lisa se despiden, y Lincoln vuelve a su juego, sintiendo un poco de alivio. Sin embargo, mientras juega, algo extraño llama su atención. Al lado de él, un bulto parece haberse formado en la penumbra.

Lincoln: ¿Qué es esto...?

Se acerca para verlo mejor y su expresión cambia al descubrir lo que parece ser... ¡un traje!

Lincoln: ¿¡Un traje de...!? ¡¿Haaa!?

De repente, el bulto cobra vida, lanzándose sobre él con fuerza.

Lincoln: ¡Ayudaaa! Lori, Leni, Luna, ¡ayúdenme!

Lucha desesperadamente contra el traje, pero es imposible quitárselo. Cada movimiento provoca más dolor mientras el traje parece adherirse a su cuerpo, rasgándolo y causándole heridas profundas.

Lincoln: ¡Mamá! ¡Papá! ¡Ayuda!

La puerta de su habitación se abre de golpe, revelando la figura de Lynn, quien lo observa con una mirada fría y calculadora.

Lincoln: ¡Lynn, por favor! ¡Ayúdame!

Lynn sostiene un bate de béisbol, sus nudillos blancos por la fuerza con la que lo sujeta. Se acerca lentamente, su expresión oscura.

Lincoln: ¿Lynn...?

Lynn (con una sonrisa siniestra): Estás justo donde perteneces... maldita rata de la mala suerte.

Sin más aviso, Lynn levanta el bate y lo estrella con violencia contra la cabeza de Lincoln. Todo se oscurece.

Lincoln: ¡Haaaaaaa!

Despierta de golpe, su cuerpo bañado en sudor frío. Su corazón late con fuerza en su pecho mientras examina frenéticamente sus manos y cuerpo, buscando las heridas del sueño. No hay ninguna.

Con un suspiro de alivio, Lincoln se recuesta de nuevo en la cama, mirando al techo de la habitación mientras intenta calmarse.

Lincoln (murmurando): Solo fue un sueño... solo un mal sueño.

Pero incluso sabiendo que no fue real, una sensación inquietante se instala en su interior. ¿Por qué ese sueño se sintió tan vívido?

Lincoln: (murmura para sí mismo) No puedo dejar que esos recuerdos me afecten. Tengo que concentrarme en el ahora y encontrar a Lisa.

Con determinación renovada, Lincoln se levanta, sacudiendo los restos de aquel extraño sueño. Sabe que es solo un recordatorio de los obstáculos que ha enfrentado y los que aún le esperan en su travesía.

Al bajar al comedor de la posada, los dueños lo reciben con sonrisas amables, colocando frente a él un desayuno sencillo pero reconfortante. Lincoln agradece con una inclinación de cabeza y se sienta, disfrutando de cada mordisco mientras observa a su alrededor. A pesar de los tiempos difíciles, la posada emana una calidez inesperada, ofreciendo a los viajeros un respiro antes de que cada uno siga su camino.

A su alrededor, algunos forasteros conversan entre ellos, compartiendo historias de sus viajes y consejos útiles sobre rutas y peligros. Entre comentarios sobre criaturas hostiles y asentamientos distantes, el ambiente se siente extrañamente acogedor. Lincoln, aunque callado, apreció ese momento de calma.

Termina su comida, agradece de nuevo a los dueños y se encamina hacia el área donde se asignan las tareas diarias. La plaza está llena de actividad, un bullicio constante de voces mientras los viajeros temporales esperan su turno para recibir las labores del día.

Delante de Lincoln, un hombre de barba espesa y mirada cansada organiza la distribución de tareas. Habla con cada persona, evaluando rápidamente sus habilidades antes de asignarles una responsabilidad adecuada. Sus gestos firmes denotan que ha hecho esto muchas veces.

Misha: ¡Lincoln!

Misha llega acompañada de una mujer

Lincoln:¿Misha, quien es ella?

Misha: su nombre es Alyssa, es la mujer de la que te hable ayer

Lincoln: ¡Hola, señora Alyssa! Misha me habló mucho de usted ayer.

Alyssa: si en que puedo ayudarte

Lincoln: Misha me contó sobre tu trabajo en la defensa de Londres. ¿Es cierto? ¿En qué área estábas involucrada?

Alyssa: al inicio estaba encargada de la defensa de los mandatarios del país, luego de la frontera de la ciudad y al final cuando todo se fue a la mierda de la evacuación de los civiles

Lincoln: dígame ¿No abra escuchado asobre algún refugio para científicos en la ciudad ?

Alyssa: solo escuché rumores de que algunos mandatarios y gente importante serían traslados a un sitio seguro en algún lugar, ¿Porque preguntas?

Lincoln: Mi hermana es una científica y había mencionado la posibilidad de ser trasladada a un lugar seguro. Quería asegurarme de que esté bien y obtener más detalles sobre el refugio.

Alyssa: lo siento es todo lo que se.

Lincoln: Entiendo. Gracias de todos modos, Alyssa. Si hay alguna otra cosa que recuerde podría decírmelo.

Alyssa: dudo que vaya a tener tiempo libre para hablar contigo.

El hombre de barba tosca, con un papel arrugado en mano, Se dirige hacia Lincoln y le indica que hoy trabajara en la recolección de madera junto a otros sujetos y Alyssa junto a otros 3 guardias son asignados a acompañarlos.

Lincoln: creo que ya tenemos tiempo.

Alyssa: suspiro, bien solo mantente alerta cuando estemos afuera

El ambiente bulle con energía mientras todos reciben sus responsabilidades. Algunos se encargarán de la recolección de agua, otros, como el Sr. Fresh, de la caza. Es un sistema bien coordinado para asegurar la supervivencia del asentamiento.

Lincoln se une a un grupo de unas 15 personas, cada uno cargando herramientas y materiales necesarios. Caminan hacia el bosque cercano, donde la luz del sol se cuela entre las copas de los árboles. Aunque la tensión del mundo se siente en el aire, el ambiente se torna más ligero con risas y chismes entre los compañeros. Al llegar al lugar designado, todos se ponen manos a la obra, y Lincoln, como los demás, comienza a talar los árboles. Entre charlas y bromas, la tarea avanza de forma fluida.

Alyssa, quien también está ayudando, se acerca a Lincoln.

Alyssa: Lincoln, ¿de verdad crees que encontrarás a tu hermana?

Lincoln (suspira): A veces no estoy tan seguro... pero no puedo dejar de intentarlo.

Alyssa: Mira, no quiero desanimarte, pero la última vez que estuve en Londres todo era un desastre. Insectos del tamaño de niños, abominaciones, criaturas anfibias, trolls... Estaba lleno de horrores.

Lincoln: Lo sé... y créeme, también estoy asustado por lo que pueda encontrar allí. Pero el miedo a nunca volver a verlas... a no encontrarlas... eso es peor. Son lo único que me queda.

Alyssa: incluso si logras llegar asta allá dudo que dures más de un minuto en ese lugar en especial si vas solo.

Lincoln (reflexionando): Sé que puede parecer una locura. Y sí, tengo miedo. Pero siento que es la única manera de asegurarme de no arrastrar a nadie más conmigo. Mis decisiones, mis riesgos.

Alyssa (mirando a su alrededor): Este mundo ya nos ha quitado tanto... A veces creo que es mejor quedarse donde uno está. No tiene sentido lanzarse a una muerte segura.

Lincoln (serio): Lo sé, Alyssa. Pero no puedo quedarme. Esto es algo que tengo que seguir hasta el final.

Alyssa: (suspira) bien debes tener tus razones. Solo espero que encuentres lo que buscas sin perder demasiado en el camino.

La seriedad se refleja en sus rostros mientras continúan trabajando, compartiendo momentos de introspección en medio de la realidad sombría que les rodea.

Mientras tanto, no muy lejos de allí, otro equipo avanza con cautela por el bosque.

Líder (en tono serio): Escuchen, tenemos que movernos rápido y hacer esto bien. Esos suministros tienen que llegar al asentamiento del norte, pase lo que pase.

Miembro 1 (con preocupación): Pero hemos oído rumores... dicen que hay criaturas por esta zona.

Líder (firme): No podemos permitirnos parar por eso. Si no llegamos, la gente en el norte estará en serios problemas. ¡Sigan avanzando!

El grupo continúa su marcha, internándose cada vez más en el bosque espeso. Cada crujido de las ramas y cada sombra entre los árboles mantiene al equipo en alerta máxima, con los sentidos afinados para detectar cualquier amenaza.

Líder (levantando una mano): Alto...

Los pasos se detectan de inmediato.

Líder (en voz baja): Algo no está bien. Silencio absoluto, manténganse alerta.

El grupo se queda inmóvil, los oídos atentos al susurro del viento entre las hojas. De repente, un leve crujido rompe el silencio, tan sutil como el chasquido de una rama seca.

Mujer (susurrando): ¿Qué fue eso...?

Líder (también susurrando): No lo sé... pero algo se movió por allí. 

Sus ojos se fijan en un rincón oscuro del bosque.

Mujer: ¡Haaaaaaa!

De pronto, la calma se rompe violentamente. Sin aviso, algo emerge de la maleza y embiste a la mujer que iba detrás del líder, arrastrándola hacia la oscuridad del bosque en un parpadeo.

Líder (gritando): ¡Formación defensiva, rápido! ¡Prepárense para lo peor!

Pero el caos apenas comienza. Antes de que puedan reagruparse, varios miembros del equipo son atravesados ​​por flechas que salen disparadas desde las sombras. Los cuerpos caen al suelo, y los gritos de dolor se mezclan con la confusión creciente.

Los sobrevivientes disparan frenéticamente hacia la espesura del bosque, pero el enemigo sigue invisible, moviéndose entre los árboles.

Miembro 2 (gritando): ¡No veo nada! ¿De dónde vienen esos tiros?

Líder (apretando los dientes): ¡Manténganse juntos! ¡No se separen!

La desesperación se apodera del grupo mientras las flechas siguen lloviendo desde todas partes. Gritos, disparos y el eco de pisadas en la maleza convierten el bosque en un campo de batalla descontrolado.

Lincoln: ¿Escucharon eso?

Alyssa (frunciendo el ceño): Sí, suena como disparos. Carlos, ¿crees que deberíamos ir a ayudar?

Guardia: Parece venir del camino que lleva al otro pueblo. ¿No habían enviado un grupo con víveres por esa ruta?

Ayudante: Esperen, nosotros también podríamos estar en peligro. Lo mejor sería volver.

Carlos (serio): No podemos quedarnos al margen si alguien necesita ayuda. Vamos a investigar. (Levanta su radio) —Caravana, ¿me reciben? Responden.

Solo escucha estática en la respuesta, sin ninguna voz humana.

Carlos (con preocupación): Algo no está bien. Preparen sus armas. Murdoc, tú y yo iremos a revisar. Los demás, quédense aquí y no se muevan hasta que volvamos.

Carlos ajusta su arma y, junto a Murdoc, se adentra en el bosque, ambos en silencio pero con los sentidos alerta. A cada paso, el aire parece más pesado, como si el propio bosque advirtiera el peligro inminente. Cuando finalmente llegan al lugar, la escena que encuentran los deja helados.

Carlos (conmocionado): ¡Dios mío! Todos... están muertos.

Los cuerpos de sus compañeros yacen esparcidos entre los árboles, algunos atravesados ​​por flechas, otros con heridas salvajes e irreconocibles. Las carretas están volcadas, y los víveres esparcidos o saqueados.

Carlos (con la voz entrecortada): Esto es peor de lo que pensábamos... Murdoc, tenemos que avisar al campamento.

Murdoc lleva la radio a su boca, intentando mantener la calma.

Murdoc (por radio):  Escúchenme bien, todos. Tenemos una situación grave en el bosque. La caravana fue atacada. Encontramos a nuestros compañeros... todos muertos. La zona no es segura. Evacúen de inmediato.

Sin perder tiempo, comienza a retroceder lentamente, con las listas de armas, sabiendo que el peligro podría acechar en cualquier sombra.

Devuelta con el grupo de Lincoln

Alyssa (con voz firme): ¡Atención todos! Debemos volver al pueblo de inmediato. Recojan sus cosas, rápido.

Sin hacer preguntas, el grupo recoge sus herramientas y pertenencias apresuradamente. La conmoción por lo ocurrido se refleja en los rostros de todos mientras regresan por el mismo sendero hacia el pueblo. 

Cuando finalmente llegan al pueblo, se encuentran con Carlos y otros residentes esperando en la plaza central. El grupo se reúne en silencio, mientras Carlos toma la palabra para compartir la noticia.

Carlos (con voz grave): Escuchen todos. Hemos encontrado una amenaza en el bosque. No sabemos exactamente qué fue lo que nos atacó, pero todos nuestros compañeros están muertos. Esto es serio, debemos prepararnos para lo peor.

Un murmullo de preocupación vuelve a los presentes.

Pueblerino: ¿Y qué se supone que hagamos?

Carlos (con determinación): Vamos a fortalecer nuestras posiciones. Organizaremos patrullas y prepararemos la defensa del pueblo. Nadie puede bajar la guardia. Cada grupo debe estar en alerta máxima.

El ambiente en el pueblo cambia de inmediato. El bullicio habitual se convierte en una movilización frenética. Los habitantes se ponen manos a la obra, levantando barricadas improvisadas con lo que tienen a la mano: madera, metal y cualquier cosa que sirva para reforzar las entradas.

Todo tipo de armas se distribuyen entre los más capacitados. Rifles, arcos, machetes y cuchillos pasan de mano en mano mientras la gente se prepara para lo que pueda venir.

Un hombre se acerca a Lincoln y le entrega un rifle de caza.

Hombre: Sabes cómo usarlo?

Lincoln (con un leve encogimiento de hombros): Sí... más o menos.

Hombre: Bien. Únete a ese grupo y toma posición en la parte sur de la muralla.

Lincoln asiente, ajusta el rifle en sus manos, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Observa la actividad frenética que lo rodea: barricadas levantándose, personas corriendo para organizarse, y patrullas formando filas. El sonido de las armas cargandose llena el aire.

Lincoln (murmurando para sí mismo, mientras camina hacia su posición): Esto no es lo que esperaba al empezar este día... pero no puedo ignorar la realidad.

MAS TARDÉ. 

La noche avanza, y el pueblo queda sumido en un silencio inquietante. Las luces parpadean débilmente, y cada sombra parece alargarse, como si algo se escondiera justo fuera de la vista.

En una esquina del pueblo, dos guardias patrullan con cautela, inspeccionando cada rincón.

Guardia 1 (susurrando): Todo parece estar en orden aquí... pero asegurémonos de revisar cada esquina. No queremos sorpresas.

Avanzan con cautela, la luz de las linternas iluminando los rincones oscuros y cada detalle de la muralla. El silencio del pueblo solo se ve interrumpido por el suave murmullo del viento.

Guardia 2 (murmurando para sí): ¿Qué es lo que realmente estamos enfrentando esta noche...? ¿Cómo se lucha contra algo que ni siquiera sabemos qué es?

¡Claaak!

De repente, un crujido rompe el silencio. Ambos guardias se detuvieron, tensos. El sonido proviene de la distancia, cerca del extremo más alejado del muro. Se miran brevemente antes de que el primero se adentre con más decisión en la oscuridad.

Guardia 1 (cauteloso): Quédate alerta... vamos a ver qué fue eso.

El guardia avanza, cada paso cuidadosamente calculado. La linterna en su mano barre el suelo y las paredes hasta que algo en el muro llama su atención.

Guardia 1 (murmurando): todo parece estar en orden... (de repente, se detiene al ver algo) Espera, ¿qué es esto?

Acerca la luz y descubre una grieta en la pared. Alrededor de la abertura, el muro está marcado con rasguños profundos y rasguños que parecen recientes, como si algo hubiera estado forzando su camino hacia el interior. La linterna tiembla levemente en su mano.

Guardia 1 (susurrando, con voz tensa): Esto no pinta nada bien... algo ha estado aquí.

Antes de que el guardia pueda terminar su pensamiento, un sonido gutural retumba desde la oscuridad. Alerta, gira rápidamente hacia la fuente del ruido, con la linterna temblando en su mano.

Guardia: ¿Quién está ahí? (Lleva la radio a su boca) Aquí guardia, he encontrado algo sospechoso en el muro... necesito refuerzos.

El ruido de estática responde en la radio, pero no hay ninguna voz. El guardia frunce el ceño, inquieto, y vuelve a enfocar la linterna hacia la grieta. De repente, una figura encapuchada emerge de las sombras, deslizándose con sigilo. 

Guardia: ¿Quién eres? ¿Estás autorizado para estar aquí?

La figura, en silencio, se desplaza hacia el guardia con movimientos sigilosos. Una hoja reluce en su mano.

Guardia: (nervioso, levantando su arma) ¡Detente! ¡Identifícate!

Pero antes de que pueda reaccionar, la figura se lanza sobre él. El cuchillo corta el aire en un destello veloz, y un dolor punzante recorre la garganta del guardia.

Guardia: (agonizando, con la mano en la herida) Qué... qué demonios...?

Mientras el guardia yace en el suelo, más figuras encapuchadas aparecen en la abertura. Se deslizan con gracia, su presencia silenciosa.

El guardia, apenas aferrándose a la conciencia, intenta hablar por radio una última vez.

Guardia: (jadeando) Invasión... en el muro... necesitamos... ayuda...

La comunicación se corta de golpe. Las figuras encapuchadas avanzan silenciosamente por el pueblo, deslizándose entre las sombras.

Los guardias, aún sin saber del peligro, siguen sus rondas con la tranquilidad rota solo por el viento y el crepitar lejano de las antorchas.

Guardia : (hablando por radio) ¿Qué pasó con Johnson? ¿Por qué se cortó la comunicación?

Antes de que puedan obtener una respuesta, las figuras encapuchadas emergen de las sombras y se lanzan sobre los otros guardias. La confusión y el caos se apoderan del pueblo.

Guardia 2 (gritando): ¡Intrusos en el pueblo! ¡Todos a sus posiciones defensivas!

Los gritos y disparos llenan el aire mientras los habitantes del pueblo luchan por protegerse. Las figuras encapuchadas se mueven con destreza, sembrando el terror en cada rincón.

Una invasión ha comenzado, y el pueblo se sumerge en una batalla desesperada por su supervivencia.

Encapuchado 1: (lanzando llamas con las manos) ¡Quemen todo! Maten a los fuertes y llevence a los débiles

Las llamas envuelven las casas y las barricadas, iluminando la noche con un resplandor siniestro. La gente corre por las calles, algunos intentando huir, otros luchando por defenderse. El sonido de las armas se mezcla con los gritos de dolor y el rugido del fuego que consume al pueblo.

Desde su posición en la muralla sur, Lincoln observa el horror desatándose en el interior del asentamiento. Las llamas pintan el cielo, y los gritos llegan hasta él, erizándole la piel.

Con el rifle apretado en las manos, lanza una última mirada al bosque, como buscando un camino de escape. Pero sabe que no puede huir, no después de lo que han hecho por el. 

Se da vuelta hacia el pueblo en llamas, listo para hacer lo que sea necesario.

FIN DEL CAPITULO.

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