Capitulo: 11 Continúacion de la parte anterior.
PRESENTE...
Hazan bajó la mirada, sus ojos llenos de compasión al oír el relato del chico.
Hazan: (sacudiendo la cabeza) Pobre muchacho...
Linia, sentada cerca de Lincoln, tenía los ojos llenos de tristeza. Colocó suavemente una mano en su hombro, sin decir nada, pero su gesto hablaba más que cualquier palabra.
Por otro lado, Yuze estaba tensa. Sus manos apretadas en puños.
Yuze (Con voz sería): ¿Amigos monstruos? No puedo creer que hayas hecho eso, Lincoln.
Lincoln (encogiéndose de hombros): Bueno... no eran tan malos. Estaba solo, y supongo que buscar compañía se volvió inevitable.
Yuze suspiró, claramente molesta. Su mirada se perdió por unos segundos, como si intentara procesar lo que acababa de escuchar.
Yuze: Hmm... oye, ¿y entre tantas historias que compartieron contigo, nunca te dijeron por qué invadieron nuestro mundo y masacraron a nuestra gente?
Lincoln (rascándose la nuca con nerviosismo): Ahhh... no, bueno, jamás les pregunté.
La habitación se queda en silencio por un momento. Algunas personas a su alrededor tenían una expresión de "¿En serio?".
Yuze (con un tono serio, casi temblando): No puedo creerlo... hicieron tanto daño, y nunca se te ocurrió preguntar algo tan importante, algo que podría resolver este misterio.
Lincoln (tratando de aliviar la tensión): Ah... no sé, entre sufrir todo el día prefería escuchar historias fantásticas. Además, no es como que saberlo cambie las cosas ahora, ¿verdad? Je, je, je...
El ambiente se tensó aún más. Nadie dijo nada por un momento. Yuze cerró los ojos y respiró hondo, tratando de calmarse.
Yuze: Haa... ya ni modo.
Lincoln (pensando): Nunca la había visto tan seria, ni siquiera cuando pelea. Ojalá esto no afecte nuestra amistad... en verdad me cae bien.
El silencio permaneció por unos segundos más, hasta que alguien tosió, rompiendo la tensión.
Marcus (pensativo): Sobrevivir a algo así... No cualquiera lo logra.
Diane, por su parte, parecía aliviada. Su mirada era dura y su tono, frío.
Diane (con satisfacción): Al menos esos malditos minotauros fueron aniquilados. Lo merecían.
Lincoln seguía callado, con la mirada fija las armas que descansaban a su lado. Parecía perdido en sus pensamientos, como si reviviera la historia que acababa de narrar.
Ali, que había estado escuchando con los ojos muy abiertos, no pudo contener su curiosidad.
Ali (mirándolo con interés): ¿Pero cómo escapaste? ¿Cómo saliste de esa situación?
El grupo volvió a quedarse en silencio, todos pendientes de la respuesta. Lincoln alzó la vista lentamente. Su rostro mostraba un cansancio profundo, pero también determinación.
Lincoln (respirando hondo): Todo comenzó casi un año después... luego de otra pelea.
SIETE MESES DESPUÉS
Una vista aérea mostraba una zona de tala. Los esclavos trabajaban recogiendo madera.
Alejándonos de ese lugar, Lincoln caminaba en silencio junto a Task, quien vigilaba constantemente que nadie los siguiera.
Task (riendo): Jeje, no te poné tan tenso, Lincoln.
Lincoln (suspirando): Haa... oye, ¿qué crees que pase con los demás cuando terminen la ciudad?
Task: No lo hé... En nuetro caso, hi eguimo vivo todavía heremo entretenimiento. Pero lo otro... la mayoría... E difíhil haberlo.
Lincoln: ¿Crees que los suelten?
Task: Lo dudo... haa, no hablemo de eho... Calla, emo llegado.
Ambos se detuvieron cerca de un desfiladero. Al fondo había un montón de huevos del tamaño de balones, y junto a ellos un animal parecido a un dodo descansaba, plácidamente.
Lincoln (mirando el lugar): Entonces... ¿el pollo o los huevos?
Task: El pollo, obviamente. Hera un mejor heñuelo. Yo voy, vijila que lo padre no ehtén herca.
Lincoln asintió y se escondió detrás de unos árboles. Task entró al nido, y pronto se escucharon piidos ahogados.
Unos segundos después, Task salió cargando al ave entre sus brazos.
¡¡¡CROOOOH!!!
Un ave aun más grande salió corriendo de entre los árboles con la mirada fija en los intrusos.
Lincoln (alarmado): ¡Ay, Dios!
Task: ¡Corre, corre!
Ambos comenzaron a correr mientras la madre los perseguía furiosamente. Sus gritos resonaban en todo el bosque.
Durante varios momentos corrieron como pudieron, hasta que la criatura cayó en un hoyo lleno de picos que la atravesaron, matándola instantáneamente.
Task: (jadeando) Kuku Funcionó, cayó en la trampa.
Lincoln (jadeando): Jeje... lo hicimos.
Task (sonriendo): Kuku, ven... el dehcaho inicia pronto. Haquemolo y llevemohlo con lo demá.
Con el pollo asegurado, los dos siguieron su camino, dejando atrás el peligro del bosque.
MINUTOS DESPUÉS.
Mientras los demás esclavos Seguian rabajando, en otro lugar, Un grupo se encontraba reunido alrededor de una fogata.
Lincoln junto a sus amigos, y otras bestias. Entre ellas Rynn, una criatura felina, Zarnak, El lagarto humanoide, Altaria, la arpía, y el pulpo que revolvía algo en una vasija improvisada.
A un lado del grupo, un pequeño minotauro descansaba mordisqueando una raíz. Lincoln lo reconocía bien: era el mismo que había conocido tiempo atrás. Ahora portaba un rifle modificado, uno que alguna vez perteneció a Ender.
En el centro del grupo, Lincoln giraba al Enorme ave sobre el fuego, asegurándose de que se cocinarlo bien. El aroma comenzaba a extenderse por el lugar, despertando el hambre de todos.
Task (oliendo el aire): Haa... huele bien. ¿Cuánto máh falta, Lincoln?
Gu'kan (golpeando el suelo con impaciencia): ¡Garne, garne! ¡Io qero garne!
Lincoln (concentrado): Un poco más. No quiero que quede cruda. Es la primera vez en mucho tiempo que vamos a comer algo decente.
Kerrg (mientras aviva el fuego): ¿Estás seguro de que sabes lo que haces, mono?
Lincoln (suspirando): Sí, mi padre era chef. Algunas veces me obligaba a ayudarlo en mis tiempos libres.
Rynn (mirándolo curiosa): ¿Qué e' un chef?
Lincoln (sonriendo): Es alguien que cocina, alguien que hace que la comida sea especial, algo que disfrutes y recuerdes. Mi papá siempre decía que cocinar era una forma de mostrar amor.
Kerrg (burlándose): Haa... entonces, ¿nos quieres mucho, Lincoln? Entonces ¡Porque esto tarda demasiado! ¡Tengo hambre!
El grupo estalló en risas, mientras Lincoln rodaba los ojos, intentando ignorar los comentarios de Kerrg.
Lincoln (con un leve suspiro): Solo un poco más. Ya casi está listo. Oye, Murmr... ramuga... eh...
Pulpo: Murmrgaramurmeha.
Lincoln: Ah, sí, eso. ¿Cómo va la salsa?
El pulpo respondió haciendo ruidos incomprensibles.
Lincoln (mirando a los demás): ¿Qué dijo?
Altaria: Dice que ya está lista.
Lincoln (asintiendo): Bien, entonces es hora de servir.
Retiraron la carne del fuego y la colocaron sobre un tronco.
Gu'kan (emocionado): ¡Yai, por fin poyo!
Task: Bien, la halha.
El pulpo se acercó con un líquido negro de aspecto extraño y lo vertió sobre la carne. El grupo observó la carne cubierta con la salsa oscura, algunos con curiosidad y otros con desconfianza.
Zarnak (oliendo el aire): Hmm... tiene un olor peculiar.
Kerrg: ¿Qué eh eho?
Lincoln (incómodo ): ¿Qué, ninguno vio lo que estaba preparando?
Altaria: Oye... ¿eho e' comestible?
Pulpo: (asintiendo) * ruidos incomprensibles*
El grupo quedó en silencio, mirando la carne con duda. Finalmente, Lincoln se armó de valor para tomar el primer trozo. Estaba a punto de formar un cuchillo de piedra cuando el minotauro lo detuvo.
Minitauro (sacando un cuchillo): Ursok.
Usando el cuchillo, el minotauro tomó un trozo de carne y lo probó con calma. El grupo lo observaba en silencio, expectante.
Minitauro (sonriendo): Gorag.
Aunque nadie sabía exactamente qué significaba, la sonrisa del minotauro dejó claro el mensaje: estaba rico.
El pequeño minotauro comenzó a cortar la carne mientras Lincoln la repartia entre los demás.
Task (con los ojos abiertos de par en par): ¡Haa! Ehto e... ¡delihioho!
Gu'kan (masticando con entusiasmo): ¡Garne buena, garne buena!
Rynn (lamiendo los labios): No creí que algo que oliera a moo fuera tan bueno.
Incluso Zarnak, siempre tan serio, asintió con aprobación mientras devoraba su trozo.
Altaria: Bueno, la espera valió la pena. ¡Esto es increíble! Bien echo humano.
Lincoln observaba con orgullo mientras todos disfrutaban la comida. Por un momento, el ambiente en el que vivían quedó a un lado.
Solo eran un grupo de amigos compartiendo un momento de paz.
Kerrg (riendo): Haa, esto sabe mucho mejor que lo que comemos normalmente, buen trabajo momo.
Lincoln (sonriendo): Les dije que iba a quedar bien. Ahora solo falta agradecerle al pulpo.
Todos miraron al pulpo, que seguía haciendo ruidos incomprensibles mientras engullia su parte. Aunque no podían entenderlo, su actitud parecía llena de orgullo por el éxito de la salsa.
Lincoln: jeje bueno, Murmr... gracias. Tu salsa le dió el toque especial.
El pulpo hizo un sonido que parecía un gruñido satisfecho y continuó devorando.
El grupo siguió comiendo, riendo y charlando. Por un momento, no había esclavitud, monstruos ni peligros. Solo había carne, risas y el calor del fuego.
AL DÍA SIGUIENTE.
Ahora, se encontraba en la arena, luchando junto a los demás contra un grupo de criaturas temibles.
un gólem de piedra, un hombre tigre armado con dos hachas, un gigante de cinco metros armado con un mazo, y un esqueleto con armadura armado con una espada pesada.
Lincoln lanzó varias bolas de fuego hacia adelante, mientras sus compañeros corrían para enfrentarse a los enemigos.
Cuando el humo cubrió el área por las explosiones de las llamas, los rivales aprovecharon el momento para contraatacar.
Kerrg, con un fuerte golpe de su maza, rompió una de las piernas del gólem, haciendo que cayera contra el suelo. Sin perder tiempo, levantó su arma para acabar con él, pero el gigante intervino, atacándolo con su mazo. Kerrg logró esquivar el golpe de milagro, y el impacto terminó destruyendo al gólem en pedazos.
Kerrg (gruñendo): Maldición, este será complicado. ¡Lincoln, ataquemos juntos!
Mientras Kerrg le daba espacio, Lincoln comenzó a lanzar bolas de fuego al rostro del gigante, cegándolo por momentos. Al mismo tiempo, Kerrg atacaba sus pies para limitar sus movimientos. Ambos esquivaban como podían los demoledores golpes de su enorme adversario.
Gu'kan se movió con sigilo y logró posicionarse detrás del hombre tigre. Con un movimiento rápido, le clavó la lanza en el hombro. La criatura rugió de dolor, pero reaccionó de inmediato, girándose y lanzando una patada que mandó a Gu'kan varios metros hacia atrás. Aun así, Gu'kan se levantó lentamente, dispuesto a continuar la pelea.
Task se lanzó contra el esqueleto girando sobre sí mismo, y con su hacha consiguió romperle las piernas. Sin embargo, eso no detuvo a la criatura, que continuó arrastrándose y atacando s Task quien se veía extraño; sus movimientos eran más lentos de lo normal, y cada ataque le costaba cada vez más trabajo.
El esqueleto contraatacó, balanceando su espada pesada y obligando a Task a retroceder mientras bloqueaba como podía con su escudo.ñ
Task (jadeando): Maldita cosa... no se rinde.
Lincoln y Kerrg seguían presionando al gigante humanoide. A pesar de todo, el gigante continuaba atacando con su mazo, moviéndolo a una velocidad sorprendente para su tamaño.
Lincoln (esforzándose por respirar):¡Este tipo no cae! ¿Qué hacemos?
Kerrg (gruñendo): Sigue atacando. O caerá él... o caeremos nosotros.
En medio de todo esto, la multitud rugía emocionada con la intensidad del combate. En todo este tiempo el equipo de Thayka abia crecido en popularidad.
Lincoln( alzando la voz): ¡Kerrg, apártate!
Dio un golpeó al suelo, haciendo que una fila de picos de piedra emerja y avance rápidamente hasta el gigante. Los picos atravesaron sus pies, provocándole un aullido de dolor.
El gigante perdió el equilibrio y cayó de espaldas, incapaz de levantarse. Kerrg, sin perder ni un segundo, saltó sobre él y lo golpeó en el pecho una y otra vez con su maza, hasta que el monstruo dejó de moverse.
El clamor del público se elevó al cielo. La gente enloquecía de emoción con la carnicería.
A lo lejos, el hombre tigre-herido y con un solo brazo utilizable-balanceaba su hacha con furia.
Sus ataques eran veloces y certeros, pero Gu'kan mantenía la guardia, protegiéndose con su lanza y esquivando cada tajo.
Finalmente, Gu'kan vio una oportunidad y lanzó una estocada directa a la cabeza del tigre. Este, sin embargo, la esquivó y levantó su hacha para un contraataque letal.
Justo cuando el hombre tigre iba a descargar su arma sobre Gu'kan, un mazazo repentino en su espalda lo envió varios metros lejos de él. Cayó al suelo, incapaz de ponerse en pie. Kerrg se encontró detrás con su maza todavía en alto.
Kerrg : Eso estuvo cerca.
Gu'kan (jadeando): Gracias, Kerrg.
Mientras tanto, el esqueleto viviente realizó un violento con su espada. Task bloqueó con su escudo, pero el impacto lo tumbó al suelo.
Intentó incorporarse, pero su cuerpo parecía fallarle. El esqueleto levantó su espada, listo para el golpe final.
Pero Lincoln apareció tras el esqueleto y, con un corte limpio de su guantelete, le arrancó los brazos. La criatura quedó indefensa, y Task, reuniendo sus últimas fuerzas, alzó su hacha y le cortó la cabeza. El esqueleto cayó hecho pedazos.
La multitud en la arena rugió, entusiasmada por el sangriento y emocionante espectáculo. Los gritos del público llenaron el aire mientras vitoreaban el nombre del grupo cuya fama había crecido con cada pelea.
¡¡¡Grum'zar Taroth!!!
¡¡¡Grum'zar Taroth!!!
¡¡¡Grum'zar Taroth!!!
Lincoln, Task, Kerrg y Gu'kan se reunieron en el centro de la arena, respirando con dificultad pero victoriosos.
Más tarde el grupo estaba comiendo patatas carne morada de algo.
Lincoln: (con preocupación) Task... ¿qué pasó allá? Últimamente has estado un poco lento. ¿Te sientes bien?
Task levantó la mirada hacia Lincoln, manteniendo su expresión neutral, pero había algo en sus ojos que no podía ocultar: agotamiento.
Task: (suspirando) Ehtoy bien, chico. Holo fue un mal día. Nada que no pueda manejar.
Kerrg: (gruñendo) ¿Un mal día? No me vengas con eso, Task. Has estado así desde hace semanas. Algo te pasa, y lo sabes.
Task dejó su porción a un lado y se recostó contra la pared, cerrando los ojos por un momento. No parecía querer hablar del tema, pero la insistencia de sus compañeros lo obligó.
Task: (con voz cansada) No e nada, de verdad. E holo... mi especie. Ehtoy llegando al tiempo de mi vejez.
Lincoln lo miró, confundido.
Lincoln: (incrédulo) ¿Vejez? Pero... no pareces tan mayor. ¿Cuánto vive tu gente?
Task: (haciendo un esfuerzo por calcular) Veamo... 84 trigono. Ahiendo bien loscálculo a año humano... Herían uno 8 año.
Lincoln dejó caer su mandíbula sorprendido por lo que acababa de escuchar.
Lincoln: (incrédulo) ¿¡Ocho años!? ¿Eso es todo?
Task asintió lentamente, su rostro mostraba resignación.
Task: Hí, para uhtede puede sonar ridículo. Pero para mi especie, eh normal. Nacemo, crecemo rápido y cumplimo con nuestra función. Dehpué de eso... bueno, nuehtro cuerpo ya no da má.
Kerrg, que estaba mordiendo un pedazo de carne, dejó su plato y lo miró con el ceño fruncido.
Kerrg: (gruñendo) ¿Y por qué no lo dijiste antes? Si estás debilitándote, todos deberíamos saberlo. No podemos darnos el lujo dejarte solo en plena pelea.
Task: (con una leve sonrisa) No quería preocuparlo. Todavía tengo algo de fuerza. Y créanme, voy a pelear hahta el último aliento.
Gu'kan, que había estado comiendo en silencio, levantó la vista.
Gu'kan: (gruñendo) No igporta cuáto te quede. Mientras estés aquí, seguiremos luchando jutos.
Lincoln asintió, aunque todavía estaba procesando todo.
Lincoln: (con preocupación) ¿Y no hay algo que podamos hacer? ¿Algo que te ayude?
Task: (negando con la cabeza) No hay nada, chico. Eh nuestra naturaleza. Pero agradezco que te preocupe.
El silencio se apoderó del grupo por unos momentos. Lincoln miró su plato, sin saber qué decir. Finalmente, Task rompió el silencio.
Task: (sonriendo débilmente) No he preocupen tanto por mí. Todavía tengo un par de pelea en mí. Cuando llegue el momento, me iré con orgullo.
Kerrg: (gruñendo) Más te vale. No quiero cargar tu cuerpo fuera de la arena.
El grupo soltó una pequeña risa ante el comentario de Kerrg, aliviando un poco la tensión. Pero en el fondo, todos sabían que el tiempo de Task estaba contado, y eso pesaba más de lo que ninguno de ellos quería admitir.
EN LA CANTERA.
En la cantera, Lincoln cargaba una pesada bolsa de escombros sobre su espalda. El calor era sofocante, y sus músculos dolían con cada paso, pero su mente estaba en otro lugar.
FLASHBACK.
Era uno de sus días de descanso. Lincoln estaba sentado con Task, aprovechando un raro momento de calma.
Lincoln: (curioso) Oye, Task, ¿cuánto tiempo llevas aquí?
Task suspiró y miró al horizonte, pensativo.
Task: Ya unos cuatro años... pero solo dos como gladiador.
Lincoln asintió, pero esas palabras se quedaron grabadas en su mente.
FIN DEL FLASHBACK.
Mientras avanzaba entre los escombros, las palabras de Task seguían repitiéndose en su cabeza.
Lincoln (pensamiento): Lleva la mitad de su vida haciendo esto...
Miró a su alrededor. Los demás esclavos trabajaban en silencio, con rostros llenos de resignación.
Sus cuerpos estaban magullados y delgados, apenas podían mantenerse en pie, pero seguían cargando escombros sin quejarse.
Había algo en sus ojos, una mezcla de agotamiento y desesperanza, que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Lincoln.
Lincoln no podía evitar preguntarse cuánto tiempo más podría aguantar. ¿Pasaría el resto de su vida así? ¿Peleando, trabajando como esclavo, hasta morir o volverse demasiado viejo para continuar? No quería ese destino.
Tenía una familia que buscar, un propósito que cumplir. El mundo podía estar destrozado, pero al menos quería volver a verlas, quería vivir.
Y ahora, no solo quería su propia libertad, sino también la de Kerrg, Gu'kan, y sobre todo la de Task. Si alguien merecía vivir sus últimos años en libertad, era él. Pero, ¿cómo hacerlo? No tenía idea.
De repente, alguien lo agarro del brazo y fue jalado hacia un rincón oscuro, lejos de la vista de los guardias. Sorprendido, dejó caer la bolsa de escombros.
Lincoln: (confundido) ¡¿Qué?! ¡¿Qué quieres?!
Un hombre de cabello largo, vestido solo con un pantalón sucio y desgastado, lo miraba fijamente. Sus ojos se movían nerviosamente en todas direcciones, revisando que nadie los viera.
Hombre: (susurrando) Shhhh... no hables tan fuerte. Podrían estar escuchando.
Lincoln, aún más confundido, retrocedió un paso, levantando las manos en señal de que no quería problemas.
Lincoln: Oiga, mire, yo no quiero problemas...
Hombre: (urgente) Escucha, escucha... ¿no quieres salir de aquí?
Lincoln se quedó paralizado, sintiendo que su corazón se aceleraba. ¿Era posible? ¿Podría realmente haber una forma de escapar?
Pero algo en los ojos del hombre le decía que esta conversación no sería fácil, y que las cosas podían complicarse más de lo que ya estaban.
Lincoln lo miró, aún confundido, mientras retrocedía un paso más. Todo lo que el hombre decía sonaba extraño, peligroso, como si estuviera a punto de meterse en algo que no podía controlar.
Lincoln: (cauteloso) ¿Eh? ¿Qué estás diciendo?
El hombre se acercó un poco más, susurrando con urgencia. Había algo en su tono que le daba un aire de desesperación, pero también de determinación.
Hombre: Digo... que hay una forma de salir de aquí. Pero tienes que escucharme y hacer exactamente lo que te diga.
Lincoln frunció el ceño, Miró a su alrededor, asegurándose de que no hubiera guardias cerca. Su corazón latía rápidamente, y aunque la idea de escapar lo tentaba, todo esto sonaba demasiado riesgoso.
Lincoln: (dudando) Mire, no sé quién es usted ni qué quiere, pero no voy a meterme en problemas. Ya tengo suficientes.
El hombre puso una mano firme en el hombro de Lincoln, obligándolo a mantener el contacto visual. Su mirada era intensa, casi intimidante.
Hombre: (serio) Ya estás en problemas, chico. Todos lo estamos. ¿De verdad quieres quedarte aquí? ¿Trabajando, peleando, hasta que no sirvas para nada y te desechen como al resto?
Lincoln bajó la mirada. Las palabras del hombre golpearon un nervio en su interior. No quería admitirlo, pero era exactamente lo que había estado temiendo. Después de unos segundos, suspiró.
Lincoln: (resignado) Está bien... te escucho.
El hombre asintió, su expresión se endureció. Ahora hablaba con más precaución, casi como si estuviera midiendo cada palabra.
Hombre: Antes que nada, ¿puedo confiar en ti? ¿Puedo confiar en que no le dirás nada a tu amo?
Lincoln: (con firmeza) Sí, no diré nada.
El hombre esbozó una sonrisa amarga y apartó su mano.
Hombre: Bien. Porque vamos a rebelarnos. Y necesitamos tu ayuda.
Lincoln sintió cómo su estómago se revolvía. La palabra rebelión sonaba demasiado grande, demasiado peligrosa.
Lincoln: (dudando) ¿Rebelarnos? Mire, si su plan es enfrentarnos a los minotauros, con esclavos escuálidos olvídelo. Eso es imposible.
El hombre negó con la cabeza rápidamente.
Hombre: No, no será así. No estaremos solos.
Lincoln: (aún confundido) ¿De qué hablas?
Hombre: Hay desacuerdos entre los minotauros. Una de sus facciones quiere tomar el poder, pero necesitan una distracción. Ahí entramos nosotros.
Lincoln lo miró con incredulidad, cada vez más escéptico.
Lincoln: (frunciendo el ceño) ¿Estás diciendo que los minotauros nos ayudarán? Eso no tiene sentido. ¿Por qué harían eso?
El hombre dejó escapar una risa amarga.
Hombre: Necesitan algo que distraiga y dividan las fuerzas del enemigo, será ahí donde entramos nosotros. Pero no te confíes solo nos darán un máximo de dos días para alejarnos todo lo que podamos de este lugar, de lo contrario nos volverán a capturar.
Lincoln sintió cómo las palabras del hombre giraban en su mente. Era un plan extremadamente arriesgado, casi suicida, pero al mismo tiempo, parecía ser su única oportunidad de escapar. Aun así, había muchas dudas en su cabeza.
Lincoln: (suspirando) ¿Cómo planeas que esto funcione?
Hombre: Nos darán una oportunidad. Se asegurarán de que haya más guardias de su facion ese día. Nosotros no tendremos que luchar directamente con ellos. Solo tenemos que causar tanto caos como podamos mientras nos abrimos camino hacia la libertad.
Lincoln no dijo nada. Seguía pensando en lo peligroso que era este plan.
Hombre: (insistiendo) Pero necesitamos tu ayuda. Tú eres un gladiador. Tienes habilidades que nosotros no. También necesitamos a cualquiera de los monstruos que quieran libertad. Tú cómo uno de los suyos puedes convencerlos.
Lincoln tragó saliva. Todo esto sonaba demasiado loco, pero la idea de escapar era algo que no podía dejar de considerar.
Task, Kerrg, Gu'kan... si este plan funcionaba, tal vez ellos también podrían ser libres. Pero, ¿y si fallaban? ¿Qué pasaría si los atrapaban?
Por ahora, Lincoln solo podía asentir lentamente, sin decir una palabra. Sabía que pronto tendría que tomar una decisión que podría cambiarlo todo.
ESA MISMA NOCHE.
En el recinto, Lincoln se sentó con los demás. El ambiente estaba tranquilo, pero la mente de Lincoln era un torbellino. Sabía que tenía que decirles algo, pero no sabía cuál sería su reacción.
Lincoln: (susurrando) Chicos... tenemos que hablar.
Los tres lo miraron, extrañados por el tono serio de su voz. Kerrg, dejó lo que hacía y lo observó con curiosidad.
Kerrg: ¿Qué pasa, mono? No pareces tan temeroso como siempre.
Task, siempre más perceptivo, se inclinó hacia adelante, observándolo con cuidado.
Task: (con calma) ¿Qué ehtá pahando, chico? ¿Qué tiene en mente?
Gu'kan: (gruñendo) Arguna.. Neva ectrategia?
Lincoln miró a cada uno de ellos, asegurándose de que nadie más estuviera cerca para escucharlos. Finalmente, tomó aire y soltó las palabras que llevaba horas pensando.
Lincoln: (bajando la voz) Hoy... alguien se me acercó. Quiere que nos unamos a una rebelión.
El silencio se apoderó del lugar. Kerrg frunció el ceño, cruzándose de brazos.
Kerrg: (gruñendo) ¿Una rebelión? ¿Y quién demonios cree que somos? ¿Héroes? Es suicidio.
Task: (pensativo) ¿Quién te dijo eso? ¿Y cuál es el plan?
Lincoln les cuenta el plan.
Gu'kan, que había estado en silencio, dejó escapar un gruñido bajo.
Gu'kan: (gruñendo) Cerna peligroso... perro también cogo nuestra única oportulidar.
Kerrg: (Dudoso) ¿De verdad estás considerando esto? Podríamos morir todos.
Task: (mirando a Lincoln) hi, e cierto, nada no ahegura que la revuelta tenga exito o no he trate de una trampa.
Kerrg: (gruñendo) Y si es una trampa, ¿qué? ¿Si nos usan y luego nos matan igual?
Lincoln: (con firmeza) No lo sé, Task, Kerrg. Pero, ¿vamos a quedarnos aquí hasta que nos maten en la arena o nos desechen como basura?
El grupo quedó en silencio, ninguno de ellos sabía qué responder.
Lincoln: Task, llevas la mitad de tu vida aquí. ¿De verdad quieres pasar tus últimos años siendo un esclavo? ¿O prefieres vivir libre?
Task bajó la mirada, pensativo, mientras Kerrg apretaba los puños, sintiendo la rabia crecer en su interior.
Lincoln: Gu'kan, una vez me contaste que darías lo que fuera por volver a nadar en el mar. ¿Qué pasó con ese sueño? ¿Ya lo olvidaste?
Gu'kan, levantó la vista. Sus ojos reflejaban una mezcla de nostalgia y tristeza.
Lincoln: Kerrg, cuando eras pequeño soñabas con viajar por tierras lejanas, ¿te acuerdas? Me contaste que querías ver Reinos, montañas, ríos, todo lo que el mundo tiene para ofrecer. ¿De verdad vas a dejar que esos sueños mueran aquí?
Kerrg frunció el ceño, recordando aquellos días en los que todo parecía posible. Su respiración se volvió pesada, pero no dijo nada, luchando internamente con las palabras de Lincoln.
Lincoln: Yo no tengo un sueño como ustedes... pero aún tengo familia por ahí. Ellos pueden estar vivos, esperándome. No puedo quedarme aquí, no mientras exista la posibilidad de encontrarlas.
Lincoln extendió su mano, su mirada firme recorriendo los rostros de sus compañeros, uno por uno.
Lincoln: Mis amigos, podemos hacer todo eso... juntos.
Por un momento, el silencio llenó la sala. Uno a uno, los demás comenzaron a moverse. Primero fue Gu'kan, luego Task y finalmente Kerrg. Todos colocaron sus manos sobre la de Lincoln, compartiendo una mirada cargada de determinación.
Task: Juntos, entonces.
Gu'kan: Gro pogremo fayar.
Kerrg: (sonriendo) hmm, has madurado mucho mono.
Lincoln sonrió con confianza. Por primera vez en mucho tiempo, sentía que tenían una oportunidad.
Lincoln: (mirando a los tres) Entonces... lo haremos juntos. Por nosotros.
Los tres asintieron, y el aire en la habitación se cargó con una nueva determinación. La rebelión estaba en marcha.
⌚⌛⏰⏱️⏲️⏳🕓
Los días siguientes estuvieron llenos de tensiones y movimientos cautelosos.
Alfons, el hombre que había hablado con Lincoln, se convirtió en una especie de guía para los preparativos. Su experiencia y conocimiento del lugar ayudaron a delinear un plan más claro.
El cuarteto empezó a involucrarse más profundamente en la rebelión.
El grupo fue llevado por Alfons a reunirse con otros esclavos que estaban dispuestos a unirse al plan. Los demás esclavos lanzaban miradas de odio y desconfianza hacia los cuatro "monstruos".
Esclavo 1: (murmurando) ¿De verdad vamos a confiar en ellos? Son como los minotauros.
Esclavo 2: (mirando a Lincoln) ¿Por qué los traes aquí? Esto no es su lucha.
Lincoln, acostumbrado a las miradas y los comentarios, intentó mantenerse calmado.
Alfons, al notar la tensión, intervino rápidamente. No tenian tiempo para peleas internas. Si querian el plan funcione, necesitamos a tofa la ayuda posible.
A regañadientes, los esclavos aceptaron su presencia, aunque la incomodidad seguía siendo evidente.
ZONA DE ENTRETENIMIENTO DE LOS GLADIADORES.
Mientras tanto, el cuarteto comenzó a hablar con otros gladiadores. Sabían que no todos serían confiables, y muchos podrían simplemente delatarlos. Pero también sabían que, si querían tener éxito, necesitaban más fuerza.
Como primeras opciones, hablaron con grupos que ya conocían bien: Zarnak, La Arpía, Rynn,El Pulpo, un grupo de orcos, un ser que se decía era una bruja y otros más.
Zarnak: (susurrando) Si esto es real, estoy dentro. Estoy harto de pelear para su entretenimiento.
Rynn: (seria) No confío en los humanos, pero odio este lugar más que nada. Si esto nos lleva a la libertad, cuenten conmigo.
Arpía: (con una sonrisa torcida) Si podemos volar lejos de aquí, estoy a bordo. Pero no me traicionen, o lo lamentarán.
Demás criaturas: (al unísono, con voz grave) ¡Lucharemos! Pero más vale que valga la pena.
Con cada día que pasaba, más esclavos se unían al plan. Los grupos se dividieron, y cada uno recibió una tarea específica para el día de la rebelión. El plan era que los guardias aliados liberarían a los esclavos de sus lugares de trabajo.
Desde allí, causarían todo el caos posible, como insendios para atraer a los guardias hacia trampas previamente preparadas, donde serían encerrados o asesinados.
Luego, todos se dirigirían a un punto de reunión: la plaza principal. Allí tendría lugar la batalla definitiva mientras se abrían paso hacia la entrada de un metro subterráneo.
Ese sería su escape hacia el exterior. Más allá de ese punto, cada uno estaría por su cuenta, libre para sobrevivir como pudiera.
El ambiente era tenso, pero también había una chispa de esperanza. Lincoln no podía evitar sentirse nervioso. Sabía que esto era un todo o nada. Pero cuando miraba a sus compañeros, a Task, Kerrg, y Gu'kan, sabía que no estaba solo.
La rebelión estaba cada vez más cerca, y todos sabían que no había vuelta atrás.
Una noche antes de la rebelión, Alfons se reunió en secreto con un minotauro de pelaje oscuro. Tenía dos grandes cuernos y tatuajes que cubrían gran parte de su piel. La tensión en el aire era palpable mientras ambos hablaban en un rincón oscuro, lejos de cualquier oído curioso.
Alfons: (en voz baja) Todo está listo en mi sector. Todos sabemos lo que tenemos que hacer, Kraus.
El minotauro cruzó los brazos mientras escuchaba con atención. Su mirada era severa, pero asintió lentamente.
Kraus: (serio) ¿Qué hay de los gladiadores? ¿Cuántos están con nosotros?
Alfons suspiró, mostrando el cansancio acumulado en los últimos días.
Alfons: Ha sido difícil. No sabemos en quién confiar, así que solo unos pocos se han unido. Pero creo que, llegado el día, muchos más se unirán al ver la oportunidad.
Kraus permaneció en silencio unos segundos, como si reflexionara sobre las palabras de Alfons.
Alfons: ¿Y los guardias? ¿Todo está bajo control?
Kraus: Sí. Según lo planeado, mañana solo habrá pocos del bando enemigo vigilando cada sector. Será el momento perfecto. Muy bien. Que todos estén listos mañana. No habrá segunda oportunidad.
Con esas palabras, la reunión terminó.
AL DIA SIGUIENTE.
Como estaba previsto, los trabajadores de la cantera siguieron con sus labores. Cargaban escombros, pero esta vez, había menos guardias enemigos vigilándolos. Solo un grupo reducido, como Alfons había dicho.
El ambiente estaba inusualmente tranquilo, aunque para Lincoln y su grupo, esa calma solo hacía que la tensión aumentara. Sabían que el plan estaba en marcha y que no podían cometer errores.
¡¡¡KAAABON¡¡¡
En la lejanía, se escucharon explosiones que sacudieron el suelo. Los guardias intercambiaron miradas confusas, claramente desconcertados por lo que estaba pasando.
De repente, todos los guardias con tatuajes similares a los de Kraus desenfundaron armas de fuego modificadas y comenzaron a atacar a los demás guardias.
Alfons: (gritando) ¡Es la hora! ¡Ataquen!
El caos se desató en cuestión de segundos. Los esclavos que estaban al tanto del plan comenzaron a tomar las herramientas de trabajo como armas improvisadas, mientras otros se unían al combate al ver la oportunidad de liberarse.
Lincoln: (gritando a su grupo) ¡Es nuestra oportunidad! ¡Sigan el plan!
Task, junto con Gu'kan, derribó a un guardia con un golpe contundente de sus picos, mientras Kerrg hundía su pala en la espalda de otro enemigo. Lincoln utilizó sus poderes para derribar la pared de un edificio, haciendo que esta cayera sobre un grupo de minotauros.
Los gritos, las explosiones y el sonido del metal chocando llenaron el aire. El plan estaba en marcha.
La sorpresa estaba de su lado, y aunque los guardias intentaban organizarse, la inferioridad numérica era evidente. Estaban perdiendo el control rápidamente.
Cuando los guardias fueron finalmente derrotados, los aliados infiltrados entre ellos comenzaron a guiar al grupo. Alfons lideraba la marcha con determinación, mientras unos 400 esclavos seguían como podían, muchos tambaleándose por la falta de fuerzas y años de maltrato.
Minotauro: ¡Rápido, síganme! Tenemos que llegar al asentamiento enemigo. ¡Es el siguiente objetivo!
El grupo salió de la cantera, encontrándose con un asentamiento en construcción que había sido levantado por los mismos esclavos bajo órdenes de sus opresores.
Unos pocos guardias que vigilaban intentaron detenerlos, pero fueron rápidamente superados por los traidores y la multitud furiosa. Con herramientas y armas improvisadas, los atacantes acabaron con cualquier resistencia.
Alfons: (gritando) ¡Corran! ¡Es nuestra oportunidad de escapar!
El grupo no perdió tiempo. En su camino, causaron el mayor caos posible. Incendiaron las casas del asentamiento con antorchas improvisadas, convirtiendo los edificios en enormes columnas de fuego que podían verse desde kilómetros de distancia.
Liberaron a los esclavos que aún estaban encerrados, dándoles la oportunidad de unirse a la rebelión o escapar por su cuenta.
Lincoln, con el corazón en la garganta, ayudaba a los que podía mientras seguía el camino trazado.
EN OTRAS ÁREAS.
El caos se desataba de manera similar. Cada zona asignada tenía su propio plan, y aunque no todo salió como esperaban, la interferencia de los guardias aliados fue crucial para mantener la ventaja.
Zonas en construcción:
En esta área, los esclavos y aliados lograron ejecutar el plan. Algunos guardias enemigos fueron encerrados en estructuras que luego incendiaron, mientras otros caían en fosas ocultas preparadas previamente.
Zona de demolición:
Los esclavos, con ayuda de los guardias aliados, utilizaron explosivos para crear caos y destruir equipos vitales. Algunos guardias enemigos intentaron reagruparse, pero fueron eliminados al caer en trampas activadas por los mismos esclavos. Esta zona fue una de las más efectivas en sembrar el pánico entre las filas enemigas.
El coliseo:
El lugar se convirtió en un verdadero campo de batalla. Los gladiadores, liderados por figuras clave como Kraus y Zarnak, usaron todo su entrenamiento para tomar el control. Aquí, las trampas fueron fundamentales.
Muchos guardias enemigos quedaron encerrados en las jaulas que usaban para los animales o cayeron en emboscadas orquestadas por los mismos gladiadores.
Otras áreas:
En zonas más pequeñas, como los establos o las cocinas, los esclavos se organizaron rápidamente para encerrar a los guardias en despensas y establos reforzados. La falta de personal enemigo en estas áreas permitió que la rebelión se ejecutara sin muchas bajas.
Con la primera parte del plan completa, todos los grupos se dirigieron al punto de reunión en el centro de la ciudad.
Cuando llegaron, el lugar ya era un campo de batalla. Los dos bandos de minotauros estaban enfrascados en un brutal enfrentamiento, mientras que algunos esclavos, armados con herramientas, intentaban aprovechar el caos para escapar o luchar. Sin embargo, su impacto era mínimo.
Minotauro aliado: (gritando) ¡Riktar kuragar!
Los minotauros aliados cargaron hacia la batalla, uniéndose al conflicto con ferocidad. Lincoln y su grupo se detuvieron, observando la carnicería. Las calles estaban llenas de cuerpos caídos, humo y gritos que resonaban como un eco interminable. La confusión reinaba en cada esquina.
Lincoln: (gritando a Alfons) ¡¿Qué hacemos ahora?!
Alfons, visiblemente nervioso y abrumado por el caos, se giró hacia ellos.
Alfons: (gritando) ¡Lo siento! No sabía que sería tan caótico. Pero tenemos que cruzar esto si queremos escapar.
Señaló hacia una entrada de metro subterráneo al otro lado de la batalla, su única salida hacia la libertad.
Alfons: (urgente) ¡Tendremos que luchar para abrirnos paso hasta allá! No hay otra forma.
Lincoln, Task, Kerrg y Gu'kan se miraron entre sí, conscientes de lo que les esperaba. Sin remedio, se prepararon para entrar en la carnicería.
Lincoln: (con determinación) ¡Vamos, juntos!
El grupo se lanzó al caos, liderando el avance a través de la batalla. Mientras tanto, desde otros puntos de la ciudad, los gladiadores que habían sido liberados se unieron al conflicto.
Rynn, saltaba con agilidad, degollando a sus enemigos con sus garras afiladas.
Zarnak, el lagarto humanoide, blandía dos sables contra sus enemigos.
Ataría, desde el aire, lanzaba truenos devastadores que desorientaban a los enemigos.
El cefalópodo, con su invisibilidad, atacaba por sorpresa, apuñalando a los minotauros por la espalda.
Otros gladiadores igualmente feroces se unieron al enfrentamiento, usando sus habilidades únicas para abrir paso en medio del caos.
En medio de la batalla, un gladiador lanzó un par de armas hacia el grupo de Lincoln. Task atrapó su hacha y escudo, mientras Kerrg empuñó una maza. Lincoln recibió una espada sencilla junto a su guante, y Gu'kan tomó un tridente que manejaba con destreza.
A pesar del apoyo de los gladiadores más fuertes, el resto de los esclavos apenas podían hacer algo. Sin entrenamiento ni armas adecuadas, evitaban entrar en combate directo, pues los minotauros los aplastaban fácilmente. Algunos intentaban ayudar con pequeños ataques o distracciones, pero su principal objetivo era sobrevivir
Tras varios minutos que parecieron eternos, Lincoln y su grupo lograron llegar a la entrada del metro subterráneo. La mayoría de los gladiadores no dudaron en descender rápidamente hacia abajo, pero algunos, incluidos Lincoln y su grupo, se quedaron cubriendo la retirada de los demás esclavos.
Zarnak: (con frustración) No entiendo, ¿por qué no descendimos con los demás en lugar de quedarnos protegiendo a estos?
Rynn: (seria) No lo hacemos por ellos. Mientras más escapen, menos probable será que nos capturen a todos.
A lo lejos, más grupos de esclavos corrían desesperados hacia la entrada, perseguidos por un gran número de minotauros furiosos.
Alfons: (gritando) ¡Por favor resistan! ¡Al menos hasta que la mayoría logre pasar!
Kerrg miró el panorama con frustración evidente.
Kerrg: (gruñendo) ¡Maldita sea, son demasiados! No podremos aguantar mucho tiempo.
A pesar de estar visiblemente superados, Task seguía luchando con todas sus fuerzas, blandiendo su hacha y protegiéndose con su escudo.
Task: (gritando) ¡Lincoln, Altaria! ¡Hechicero, despejen el camino para que lo humano puedan llegar!
Lincoln asintió, extendiendo su mano hacia Altaria, la arpía, que volaba cerca.
Lincoln: (con determinación) ¡Altaria, ahora!
La arpía lanzó un rayo de trueno hacia Lincoln. La corriente eléctrica envolvió su cuerpo, pero en lugar de dañarlo, Lincoln comenzó a controlarla, canalizando la energía.
Task: (asombrado) ¡¿Qué demonio?! ¿Dehde cuándo puede hacer aquello?
Sin responder, Lincoln levantó ambas manos, liberando una combinación de fuego y rayos hacia los minotauros que se acercaban. La arpía, lanzó otra ráfaga de truenos junto a otros seres, quienes sumaron ataques ataques a distancia.
Una devastadora oleada de ataques arrasó el camino, frenando momentáneamente el avance de los enemigos. Los esclavos que aún corrían hacia la entrada aprovecharon la apertura, moviéndose rápidamente hacia el metro.
La batalla se extendió por varios minutos, y el grupo hacía todo lo que podía para resistir.
Kraus y sus aliados combatían con ferocidad, y por un momento pareció que la victoria estaba cerca. Sin embargo, un grito resonó en la distancia.
Thomul: (rugiendo) ¡Grotharrrr!
Desde la cima de un puente, apareció Thomul, el temido líder minotauro. Iba armado con una especie de asta en un brazo y un cañón en el otro. Su presencia era imponente.
Thomul: (gritando en su idioma) ¡Keran tarlanr!
Se lanzó del puente sujetándose a una cuerda, disparando con su cañón mientras descendía. Aterrizó con una vuelta ágil, demostrando su destreza.
Algunos minotauros intentaron atacarle, pero Thomul levanto un auto cercano y lo usó como escudo, bloqueando los disparos antes de lanzarlo contra ellos.
Sin perder tiempo, usó su cañón para acabar con ellos y avanzó rápidamente hacia su objetivo, Kraus y su líder, Grothar.
En el camino, Thomul despachaba enemigos con brutalidad, abriendo sus entrañas con el filo de su asta o disparándoles a quemarropa.
Thomul: (gritando) ¡Grothar!
Kraus intentó enfrentarlo con su mazo, pero Thomul esquivó el ataque con facilidad. Con un movimiento rápido, usó el filo de su arma para cortar las manos de Kraus y, sin dudar, le disparó a quemarropa, dejándolo caer al suelo.
Grothar, armado con una hacha, intentó defenderse, pero Thomul lanzo un fuerte ataque con su astas destruyendo su arma.
Acto seguido, se abalanzó sobre él, golpeándolo en el rostro y arrancándole los cuernos. Grothar cayó al suelo, y Thomul le disparó en la espalda antes de recuperar su lanza. Con un movimiento certero, decapitó a Grothar, alzando su cabeza en el aire mientras rugía triunfante.
Su grito resonó como un llamado de guerra, y desde todas las direcciones, más minotauros comenzaron a aparecer, reforzando sus filas.
Lincoln: (mirando horrorizado) Oh, mierda...
Alfons: (desesperado) Esto... no... no es posible.
Zarnak: (frustrado) ¡Maldita sea! ¡Sabía que teníamos que irnos antes!
Kerrg: (apresurado) ¡Rápido, tenemos que huir!
Alfons miró a su alrededor y el panorama era desolador. Muchos esclavos yacían muertos en el suelo.
Los minotauros que quedaban estaban siendo superados, y la balanza se inclinaba cada vez más en contra del grupo.
Desde el cielo, la arpía cayó atravesada por un arpón, y más refuerzos enemigos seguían llegando.
Lincoln: ¡Oh nooo¡ ¡altaria!
Zarnak y otros se acercaron a socorrerla Pero no había nada que pudieran hacer.
Todo quedó claro: estaban perdiendo.
Alfons: (gritando a los demás) ¡Todos, al metro! ¡Rápido!
Lincoln: ¡¿Qué?! ¡Pero todavía hay muchos que no han pasado!
Alfons: (con firmeza) ¡Ya no hay tiempo! Tenemos que salir lo antes posible.
Lincoln: (angustiado) Pero...
Task: (poniendo una mano en su hombro) Lincoln tiene razón. Hi no quedamo aquí, dudo que perdonen todo lo que hemo hecho hoy.
Lincoln miró a los demás, sus ojos reflejando el dilema. La desesperación lo invadía mientras el grupo corría hacia la entrada del metro, intentando ganar un poco más de tiempo.
Alfons: (gritando) ¡Rápido, hacia atrás! Chico, tienes que destruir toda esta entrada.
Mientras todos comenzaban a bajar, Lincoln se quedó al borde de la entrada, respirando con dificultad. Su mirada recorría el caos a su alrededor, evaluando todo lo que estaba sucediendo.
Alzó la vista y vio a los pocos minotauros que intentaban luchar desesperadamente, y a los esclavos que corrían hacia ellos, pero era inútil. Uno a uno, los minotauros enemigos los alcanzaban, acabando con ellos sin piedad.
Lincoln apretó los puños, su corazón estaba latiendo con fuerza. Giró la mirada en todas direcciones, buscando una solución, algo que pudiera hacer. Fue entonces cuando sus ojos se cruzaron con los de Thayka.
El minotauro, destacado entre los refuerzos enemigos, lo observaba fijamente con una mirada de furia asesina. Había algo en sus ojos que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Lincoln.
Por un instante, el mundo pareció detenerse. Los sonidos de la batalla se desvanecieron en su mente mientras la mirada inhumana de Thayka se clavaba en él, como un predador acechando a su presa.
Lincoln: (susurrando para sí mismo) Lo siento... Lo siento, lo siento, lo siento, ¡Lo sientoooo!
Con un peso aplastante en el pecho, Bajó las escaleras, dejando atrás a los rezagados que aún intentaban llegar.
Una vez abajo, el grupo corría desesperado por uno de los túneles.
Alfons: (urgente) ¡Hazlo ahora, chico! ¡Tira el techo abajo!
Lincoln se detuvo, girándose hacia la entrada. Puso ambas manos sobre el suelo y cerró los ojos.
Con un esfuerzo tremendo, comenzó a canalizar toda la fuerza que tenía. El lugar tembló violentamente, mientras grandes grietas comenzaban a formarse en las paredes y el techo.
Lincoln: (gritando con todas sus fuerzas) ¡Haaaaaa!
Rocas enormes comenzaron a caer del techo, mientras las columnas de soporte se derrumbaban una tras otra. Todo el lugar se venía abajo. Los sonidos ensordecedores del colapso resonaron en el túnel, mezclándose con el grito de Lincoln.
Cuando la última piedra cayó, el ruido cesó. Por un momento, los túneles quedaron sumidos en la oscuridad y el silencio, llenos de polvo y la incertidumbre de si realmente habían logrado escapar.
Unos cuantos cristales comenzaron a iluminar tenuemente el lugar.
Alfons: (con urgencia) Bien... eso no los detendrá por mucho tiempo. Sigamos avanzando.
Task, Kerrg y Gu'Kan miraron en todas direcciones y vieron a Lincoln, de rodillas frente a la entrada derrumbada, respirando con dificultad.
Task: (gruñendo) Lo hicihte bien, chico. Pero no podemo quedarno aquí.
Kerrg: (mirándolo con preocupación) Vamos mono, levántate. No hay tiempo que perder.
Gu'Kan: (suave) Amigo, ¿erták biwen?
Lincoln asintió débilmente, aunque su mirada reflejaba la carga emocional que llevaba.
Su mente estaba atrapada en la imagen de los esclavos que no lograron llegar y en los ojos llenos de furia de Thayka. Con un corazón pesado, intentó seguir a los demás, pero sus piernas flaquearon y cayó al suelo.
Gu'Kan: (alarmado) ¡Linkol! ¿Qué pazar? ¿Estár bien?
Task: (acercándose rápidamente) No puede ser ¿Está herido?
Kerrg: (preocupado) ¡Maldición! Ahora no, Lincoln.
Lincoln: (jadeando) No... no es eso. Hacer eso me dejó muy cansado. No puedo moverme bien...
Sin decir nada más, Kerrg se agachó y cargó a Lincoln sobre su espalda.
Lincoln: ¿Eh? Espera que haces...
Kerrg: (gruñendo con esfuerzo) Vamos, chico. No te dejare atrás luego de llegar tan lejos.
Lincoln: (sonriendo) Gracias kerrg.
El avance continuó sin demora. Sabían que no estaban fuera de peligro. El ambiente era sofocante, y la oscuridad apenas se rompía por la luz tenue de los cristales que algunos llevaban. Cada paso parecía llevarlos más profundo en un laberinto sin fin.
Pero los túneles no eran un refugio seguro. Estaban habitados por criaturas que atacaban al grupo cada cierto tiempo.
A cada enfrentamiento, los gladiadores luchaban ferozmente para proteger a los esclavos, que apenas podían defenderse.
Lincoln: (jadeando sobre la espalda de Kerrg) Esto no va a acabar nunca... ¿cuánto más falta?
Alfons: (girándose brevemente) No lo sé. Pero debemos seguir avanzando. Si nos detenemos, estamos muertos.
A pesar del cansancio, las heridas y las bajas sufridas, el grupo siguió adelante. La desesperación se mezclaba con la determinación de no rendirse.
UNAS HORAS DESPUÉS.
Después de varias horas avanzando por los oscuros túneles, finalmente vieron una luz al final del camino. El cansancio en sus cuerpos pareció desaparecer por un instante mientras se acercaban con cautela. Lincoln, ya de pie, junto a los demás, se asomó para ver qué había afuera.
Lo que encontraron los dejó en silencio.
En el exterior, un gran grupo de minotauros patrullaba el área, armados y atentos, listos para cualquier amenaza. Sin embargo, más allá de ellos, al fondo, se alzaba un bosque. Un bosque que representaba algo que no habían tenido en mucho tiempo: libertad.
Lincoln apretó los puños, mirando tanto el peligro frente a ellos como la esperanza que estaba justo al otro lado. Podía sentir la tensión en el aire, el peso de las miradas de los demás sobre Alfons, esperando respuestas.
Zarnak: (mirando con dureza a Alfons) Tú, humano... ¿qué significa esto?
Zarnak, acompañado por otros gladiadores, caminó con pasos firmes hacia Alfons, exigiendo explicaciones.
Task: (señalando a los minotauros) Eho minotauro hon del clan Rakan... lo mihmo que dijihte que no darían ventaja para escapar.
Rynn: (con voz baja pero peligrosa) ¿Qué demonios hacen aquí?
Alfons se quedó en silencio por un momento, mirando al suelo con el rostro tenso.
Alfons: (nervioso) No... no es lo que parece. Estos minotauros no deberían estar aquí. Debe haber algún error...
Rynn: (enojada) Maldición, ya sabía yo que no era posible que nos dejarán ir tan fácil.
Kerrg: (gruñendo) ¡Maldita sea! Entonces estamos atrapados.
Gu'Kan: (mirando hacia el bosque) ki no kruzamo. esto habrá gido en varo.
Alfons: (urgente) ¡Escuchen! Esto no cambia el plan. Tendremos que enfrentarlos o encontrar una forma de distraerlos.
El grupo cayó en silencio, analizando la situación. Sabía que este era el último obstáculo, y no podían detenerse ahora.
Alfons levantó su arma, llamando la atención de todos. Su voz resonó en el túnel.
Alfons: (alzando su arma) ¡Es hora! ¡Todos, escuchen! (Señalando más allá) ¡Más allá está nuestra libertad! ¡El bosque nos espera! Pero para alcanzarla, debemos luchar una vez más. ¡Debemos atravesar este último obstáculo! (Haciendo una pausa) Aquellos que no puedan pelear, no dejen de correr. Pase lo que pase, nunca se detengan.
El grupo comenzó a murmurar entre sí. Había miedo en sus ojos, pero también una chispa de esperanza. Habían llegado demasiado lejos, habían soportado demasiado para detenerse ahora.
Lincoln miró a Kerrg, Task, y Gu'kan, quienes asintieron en silencio. Todos sabían lo que tenían que hacer.
Aunque estaban agotados, aunque las probabilidades estaban en su contra, la idea de libertad era más fuerte que cualquier temor.
Kerrg: (gruñendo) Si vamos a morir, será luchando. No como esclavos.
Gu'kan: (con firmeza) Gurar kalak.
Task: (firme) ¡Entonce vamo! ¡No no detendremo ahora!
El grupo comenzó a moverse, saliendo del túnel. Los gladiadores lideraron la carga, mientras los esclavos que no podían pelear se preparaban para correr hacia la libertad. El último obstáculo estaba frente a ellos, y no había vuelta atrás.
PRESENTE.
Ali: Entonces... lo lograron. Lograron escapar, ¿verdad?
Lincoln: (suspirando pesadamente) Al principio creímos que lo haríamos... pero entonces, la situación cambió.
PASADO.
Con un rugido colectivo, el grupo avanzó, tomando por sorpresa a los minotauros que patrullaban el el lugar.
Los gladiadores lideraron la carga, enfrentándose con una fuerza y ferocidad.
Rynn Saltó desde un muro, cayendo sobre un minotauro y desgarrándole la garganta con sus garras antes de girar y saltar sobre otro enemigo.
Zarnak, combatía usando sus dos sables rebanando cuellos, mientras, el pulpo con su invisibilidad atacaba por la espalda, eliminando a sus oponentes.
Gu'Kan enfrentó a un enemigo y le clavó su tridente en el pecho mientras otro gladiador cubría su flanco.
Kerrg junto a un ogro Derribó a dos minotauros con un golpe de su maza, aplastando a cualquiera en su camino.
Otro gladiador un orco usó un pico para desviar un ataque y luego lo clavó en el estómago del enemigo.
Lincoln usó sus poderes para levantar picos de roca, atrapando a varios enemigos y creando una barrera para proteger a los esclavos.
Lincoln: (gritando) ¡El paso está abierto! ¡Corran, ahora!
Los esclavos, sin dudar, comenzaron a correr hacia el bosque, dejando atrás el caos. Muchos gladiadores aprovecharon para escapar, pero algunos decidieron quedarse, buscando venganza contra sus captores.
En medio del combate, Lincoln lanzaba bolas de fuego combinados con fragmentos de roca contra los enemigos, pero fue derribado por un golpe de una maza.
El minotauro que lo atacó levantó su arma para rematarlo, pero Task apareció y lo cortó en la espalda con su hacha. Kerrg remató rompiéndole la pierna, y Gu'Kan saltó sobre él, clavándole el tridente en el pecho.
Kerrg: (gruñendo) ¡Arriba, mono! No puedes morir después de llegar tan lejos.
Lincoln: (jadeando) Gracias, Kerrg... no sé qué haría sin ustedes.
Task: Rápido chico, estamos rodeados levantate
Gu'Kan, miró hacia el bosque con preocupación.
Gu'Kan: (gruñendo) Ahhh... Amiwos...
Desde el bosque, comenzaron a caer árboles mientras el sonido de maquinaria y gritos llenaba el aire. Cientos de minotauros emergieron, liderados por Thomul, quien llevaba las cabezas de Grothar y Kraus en la punta de su arma.
Junto a ellos, aparecieron diez figuras cubiertas con mantos negros, lideradas por una figura más grande con una máscara de cráneo. A su lado destacaban, dos figuras con máscaras blancas. Entre la multitud, Thayka, lod observaba con odio puro.
Thomul: (rugiendo en su idioma) ¡Maten a todos! ¡Ataquen!
El ejército cargó, aplastando todo a su paso con una fuerza brutal. Las figuras de mantos negros corrían en cuatro patas, atacando con dagas, mientras los de máscaras blancas observaban en silencio.
Zarnak: (gritando) ¡Son demasiados!
Minotauro: (desesperado) Maldición... La rebelión falló. Todo esto fue para nada...
Lincoln: (urgente) ¡Chicos, vámonos! ¡Tenemos que correr!
Sin dudar, Task, Kerrg y Gu'kan asintieron, empezando a correr asia el bosque.
Desde lo alto de un árbol. Rynn observaba el caos. Su pelaje estaba cubierto de sangre, pero su voz resonó fuerte.
Rynn: (gritando) ¡Corran hacia el bosque! ¡Corran! ¡¡¡CORRAN!!!
Impulsados por su grito, esclavos y gladiadores comenzaron a moverse, algunos corriendo con todas sus fuerzas y otros ayudando a los más débiles.
El grupo de Lincoln siguió por más gladiadores que los seguian se abrieron paso mientras el albino usaba picos de roca para retrasar a los perseguidores.
Rynn: (gritando de nuevo) ¡No miren atrás! ¡No se detengan!
El rugido de los minotauros se acercaba, y los cuerpos caídos aumentaban. Sin embargo, muchos lograron cruzar hacia el bosque. Rynn, viendo que su tarea estaba completa, saltó de la roca y corrió tras los demás, sin mirar atrás.
La persecución continuó, y el bosque se convirtió en un caos de explosiones, gritos y disparos. Los minotauros y sus aliados los diablillos, ahora con vehículos blindados y montados en motos, no estaban dispuestos a dejalos escapar.
Pulpo: (gruñendo en su idioma) ¡Uggu gaa gugegigo!
De repente, este fue alcanzado por una explosión, seguido de eso varias explosiones impactaron cerca de ellos,
Lincoln: (jadeando) ¡Mierda, esos son tanques!
El sonido de los motores y las risas maniáticas de los diablillos llenó el aire. Uno de ellos, Evirun, montado en una moto, disparaba un lanza granadas sin cesar y reía como un loco.
Evirun: (desde una moto) ¡Jajajaja! ¡Mueran, escorias! ¡Vuelen en pedazos!
Gu'kan apretó los puños mientras corría junto al grupo, su cuerpo temblando de furia por la muerte del pulpo.
Gu'kan: ¡Maldito, yo...!
Lincoln: (gritando) ¡Déjalo, Gu'kan! ¡Tenemos que huir!
Un grito de Rynn rompió el caos.
Rynn: ¡Cuidado!
Una de las motos saltó desde un tronco, apuntando directamente hacia el grupo. En un movimiento rápido, Rynn interceptó al conductor, derribándolo de la moto en pleno aire. Sus garras destrozaron al enemigo antes de que ambos cayeran al suelo con un impacto violento.
Kerrg: (gruñendo) ¡No podemos detenernos! ¡Rápido, sigamos avanzando!
El grupo continuó internándose más en el bosque. Desesperado por ganar tiempo, Lincoln comenzó a prender fuego a los árboles, creando una barrera natural que dificultaba el avance de los perseguidores.
Desde la retaguardia, la figura de la máscara blanca con cuernos de carnero observaba con interés.
Figura con cuernos: (señalando a Lincoln) Mi señor...
La figura más grande, observó a Lincoln en silencio antes de asentir. Sin palabras, ordenó a sus subordinados que lo persiguieran.
La figura más pequeña avanzó con agilidad sobre los árboles, mientras la otra se transformó en una criatura enorme, parecida a un dientes de sable, y cargó directamente hacia el grupo.
El caos creció cuando los grupos comenzaron a dispersarse, cada uno corriendo en diferentes direcciones para evitar ser atrapado.
Zarnak: (jadeando) ¡Maldición! ¡Son persistentes! ¿Adónde iremos?
Desde las alturas, Rynn observó a los perseguidores acercándose cada vez más.
Rynn: (gritando) ¡Si seguimos así, nos alcanzarán!
Lincoln, con Task aún en sus brazos, recordó algo crucial que había visto antes de llegar a la ciudad.
Lincoln: (pensativo, luego gritando) ¡El río! Hay un río muy grande cerca de aquí. Si lo cruzamos, no podrán seguirnos.
Gu'kan gruñó algo incomprensible mientras trataba de mantenerse al ritmo del grupo.
Gu'kan: Wagua yiii... alfen casca.
Kerrg: (mirando a Lincoln) ¡Rápido, muéstranos el camino, mono!
Task, debilitado y consciente de que estaba ralentizando al grupo, intentó detenerlos.
Task: (jadeando) Yo... lo estoy retrahando... Déjenme aquí y higan uhtede.
Lincoln: (negando con fuerza) ¡De eso nada! ¡Aguanta solo un poco más! ¡Ya estamos cerca!
Kerrg, corriendo junto a Lincoln, gruñó mientras mantenía su maza lista.
Kerrg: (gruñendo) Espero que tengas razón, Lincoln. Si no, todos estaremos muertos.
Con el río como su única esperanza, el grupo redobló sus esfuerzos, esquivando disparos y saltando sobre raíces mientras el bosque ardía detrás de ellos.
UN RATO DESPUÉS.
Rynn, desde la sima de los árboles, señaló con entusiasmo hacia el horizonte, su voz estaba llena de alivio.
Rynn: ¡Lo veo! ¡El río está ahí!
Aunque habían logrado perder de vista a sus atacantes, las explosiones y gritos aún resonaban a lo lejos, recordándoles que el peligro seguía acechando.
Kerrg: (jadeando) ¡Rápido! Mientras no nos vean, tenemos una oportunidad.
El grupo aceleró el paso, ignorando el dolor y el cansancio. Lincoln, sentía que sus piernas iban a ceder, pero no podía detenerse. Rynn descendió del árbol y corrió junto a él, colocándole una mano en la espalda para ayudarlo mientras los demás mantenían el perímetro seguro.
El sonido del agua crecía en intensidad a medida que se acercaban, ofreciendo un breve alivio, aunque la tensión seguía presente. Gu'kan, en la retaguardia, miraba hacia atrás constantemente, con sus puños apretando el tridente y listos para atacar si algo o alguien los alcanzaba.
Lincoln: (jadeando) ¡Un poco más, chicos! ¡Ya casi estamos!
Sabían que una vez que llegaran al río, la corriente y el terreno dificultarían que sus perseguidores continuaran persiguiendolos.
Lincoln: ( pensamiento) Solo un poco más, sólo un poco más, solo un poco más.
Un poderoso gruñido resonó en el bosque, helando la sangre de todos. Desde los árboles, Thayka apareció, saltando con fuerza y aterrizando frente a ellos con un enorme hacha, haciendo temblar el suelo bajo sus pies.
Thayka: ¡¡¡Kuran Gragarrr!!!
Iracundo, arremetió contra el grupo con un barrido de su hacha. Kerrg, con apenas tiempo para reaccionar, levantó su escudo, cubriendo a Lincoln y Zarnak, pero la fuerza del impacto los dearribó a los tres.
Rynn, más ágil, logró esquivar el ataque, pero apenas por unos centímetros. Sin embargo, Task, debilitado y sin poder levantar su escudo a tiempo, fue alcanzado.
El filo del hacha cortó su pecho, arrancándole un grito de dolor desgarrador. Task cayó al suelo, su rostro torcido por la agonía mientras la sangre comenzaba a empapar su ropa.
Lincoln: (gritando) ¡Task!
Kerrg: (rugiendo) ¡Maldito bastardo!
Gu'kan, al ver a su amigo herido, soltó un grito furioso y cargó directamente contra Thayka, quien lo recibió con una sonrisa cruel y una postura lista para el combate.
Thayka, sin perder tiempo, levantó su hacha nuevamente, decidido a aplastarlos.
Gu'kan: (gritando) ¡Craaaaaa!
Gu'kan saltó con su tridente, apuntando directamente al cuello del gigantesco minotauro. La punta se clavó profundamente, arrancándole un rugido de furia, pero Thayka reaccionó rápidamente. Con una sola mano, lo agarró del pie y, con un rugido ensordecedor, lo azotó contra el suelo dos veces.
Kerrg, intentando salvarlo, atacó la pierna de Thayka con su maza, haciéndolo tambalear por un momento. Desde el costado, Zarnak se unió al ataque, clavando sus espadas en el costado del minotauro.
Thayka, aún más enfurecido, utilizó el cuerpo de Gu'kan, golpeando a Zarnak y mandándolo a volar junto con Kerrg. Ambos cayeron pesadamente al suelo. Kerrg intentó levantarse, pero Thayka lo detuvo agarrándolo del cuello con una sola mano, apretando con una fuerza brutal.
De repente, una bola de fuego impactó en el rostro de Thayka, obligándolo a soltar a Kerrg. Rynn, aprovechando la distracción, saltó sobre el minotauro, hundiendo sus garras y dientes en su cuello. Thayka rugió de dolor, tambaleándose, pero seguía en pie, su resistencia parecía interminable.
Mientras tanto, Lincoln se alejó del combate, llevando a Task a un lugar seguro detrás de unas rocas.
Task: (débil) No... no vuelva, no puede...
Lincoln: (serio) No puedo dejar que mueran, no ahora. Resiste aquí, volveré y te sacaré asalvo.
Con un último vistazo a Task, Lincoln se levantó y corrió hacia el combate. El miedo seguía presente, pero no iba a dejar que todo terminara allí.
Thayka, enfurecido, agarró a Rynn del cuello y la lanzó violentamente contra el suelo, dejándola aturdida. Kerrg, furioso, cargó contra él, chocando su maza con el hacha de Thayka en un impacto tan fuerte que el suelo tembló, causando que ambos se tambalearan.
Desde los árboles, Lincoln apareció corriendo, golpeando el suelo con su mano. De inmediato, picos de piedra emergieron del suelo, dirigiéndose hacia Thayka. El gigante reaccionó rápidamente, golpeando el suelo con su hacha y destruyendo los picos antes de que pudieran alcanzarlo.
Aprovechando la distracción, Kerrg atacó por la espalda, asestando un golpe poderoso que hizo rugir de dolor al minotauro.
A unos metros, un adolorido Gu'kan intentaba levantarse. Zarnak, con un brazo roto, también se ponía de pie lentamente. Ambos se preparaban para regresar al combate, pero antes de que pudieran avanzar, una criatura enorme, parecida a un dientes de sable, se interpuso en su camino.
Sus ojos brillaban con una sed de sangre que los detuvo en seco, mientras un gruñido bajo y amenazante llenaba el aire. La bestia no parecía tener intención de dejarlos pasar.
Gu'kan: (gruñendo) Madikión... esto no terrrmina nurca.
Zarnak: (jadeando) Vamos, tenemos que hacerlo. Es solo un animal.
Mientras tanto, Thayka levantó un tronco grueso para protegerse del torrente de fuego que Lincoln lanzó hacia él. Mientras intentaba repeler las llamas, Kerrg y Rynn lo atacaron simultáneamente desde ambos lados. Sin embargo, en un movimiento arriesgado y brutal, Thayka giró con toda su fuerza recibiendo de lleno las llamas del albino.
Con su hacha, golpeó a Kerrg, lanzándolo varios metros hacia atrás, y con el tronco destrozó el cuerpo de Rynn, dejándola fuera de combate. Su rugido resonó en el campo de batalla mientras arrojaba su hacha directamente hacia Lincoln.
Lincoln, reaccionando por instinto, levantó un escudo de roca justo a tiempo para desviar el impacto. Sin embargo, el golpe derribo la pared y lo hizo tambalearse antes de caer al suelo.
Thayka, sin perder tiempo, se lanzó en una embestida directa hacia él. En un último intento por detenerlo, Lincoln levantó una pared de piedra frente a él y saltó fuera del camino.
La fuerza del minotauro atravesó la pared con facilidad, pero descubrió que no era piedra sólida, sino arena compacta. Esta se desmoronó sobre él, cubriendo sus ojos y cegándolo temporalmente.
Aprovechando la oportunidad, Lincoln corrió hacia él, lanzando bolas de fuego consecutivas que golpearon el torso y el rostro del minotauro. Cada ataque arrancaba rugidos de dolor, pero antes de que pudiera continuar, un golpe devastador impactó en su costado, lanzándolo por los aires.
Lincoln rodó por el suelo, tosiendo sangre mientras el dolor en sus costillas le robaba el aliento. Intentó levantarse, apoyándose en el suelo, pero al levantar la vista, lo vio.
Frente a él estaba la figura con cuernos, que lo observaba con una calma inquietante. Detrás de ella, el dientes de sable rugía, manteniendo a Gu'kan y Zarnak ocupados para que no pudieran intervenir.
Lincoln, aún en el suelo, intentó levantarse, pero la figura encapuchada no le dio tiempo. Con una velocidad abrumadora, se lanzó sobre él, golpeándolo con puñetazos devastadores. Cada impacto se dirigía a puntos débiles, robándole el aire y la fuerza.
Con un esfuerzo desesperado, Lincoln creo un escudo de roca para bloquear un golpe que habría impactado de lleno en su rostro. El impacto fue brutal: el escudo se destrozó al instante, dejando su brazo herido.
Lincoln: (jadeando, con voz débil) ¿Quién... demonios eres?
La figura no respondió. Permaneció en silencio, retrocediendo un paso mientras lo analizaba con su inexpresiva máscara blanca. Luego, sin advertencia, giró y lanzó una patada descendente. Lincoln, agotado, apenas pudo esquivarla rodando hacia un lado.
El dolor en su costado aumentaba con cada movimiento, y el sabor metálico de la sangre llenaba su boca. Pero no se detuvo. Reuniendo las escasas fuerzas que le quedaba, golpeó el suelo con su mano, levantando una nube de polvo y arena que envolvió a ambos.
Lincoln, tambaleándose, retrocedió unos pasos, tratando de ganar espacio. Su mente trabajaba rápidamente, buscando una forma de sobrevivir. Sabía que no podía derrotar a este sujeto en combate directo, pero tenía que encontrar una manera de mantenerse con vida.
Mientras tanto...
A unos metros, Thayka rugía de frustración mientras intentaba limpiarse la arena de los ojos. Aprovechando ese instante, Kerrg se levantó con dificultad. Por suerte, el escudo había absorbido la mayor parte del impacto, aunque quedó destrozado.
Miró a Rynn, tirada en el suelo, y con un rugido feroz corrió hacia el minotauro. Levantó su maza y comenzó a golpearlo repetidamente, derribándolo al suelo.
Por otro lado, Gu'kan y Zarnak, adoloridos y heridos, se enfrentaban a otro enemigo. El ser que antes parecía un dientes de sable ahora se había transformado en un oso gigante con garras enormes.
Gu'kan: (gruñendo) ¡Graaargh!
Ambos atacaron al mismo tiempo, Gu'kan con su lanza y Zarnak con su espada. Sin embargo, el oso mostró una resistencia abrumadora, soportando los golpes sin inmutarse. Cuando Gu'kan intentó un golpe directo, el pecho del oso se cubrió con una coraza que repelió el impacto del tridente.
Zarnak: (gritando) ¡Cuidado!
Gu'kan, reaccionando por instinto, saltó hacia atrás justo a tiempo para esquivar un doble zarpazo en "X" que habría destrozado su cuerpo. Pero Zarnak no tuvo la misma suerte. Las enormes garras se clavaron en su costado como cuchillas, arrancándole un grito desgarrador mientras su sangre brotaba.
Gu'kan: (furioso) ¡Zarnak!
Mientras tanto, la figura de la máscara blanca levantó parte de su máscara, dejando ver una boca de la que comenzo a disparar bolas de fuego carmesí. Estas atravesaron la cortina de polvo que Lincoln había levantado, impactando en todas direcciones.
Lincoln, oculto detrás de una columna de roca creada apresuradamente, contraatacó con bolas de fuego propias, pero apenas lograba mantenerse a la defensiva.
Thayka, aprovechando el caos, sacó un puñal de su cinturón. Con un movimiento rápido, lo clavó en la pierna de Kerrg, haciéndolo gritar de dolor y caer al suelo. Antes de que pudiera reaccionar, Thayka se abalanzó sobre él, intentando clavarle el puñal en el pecho.
Kerrg: (forcejeando) ¡Maldito seas!
Con todas sus fuerzas, Kerrg levantó el brazo para protegerse, pero Thayka fue superior. Con un golpe brutal, el puñal perforó su pecho, y Kerrg quedó tirado en el suelo, sangrando lentamente.
Por otro lado, el oso que había cambiado de forma mordió el hombro de Zarnak, arrancándole un pedazo de carne y devorándolo al instante. Su cuerpo comenzó a adoptar las características del lagarto.
Gu'kan, con un grito de furia, cargó con su lanza y la clavó en el pecho del oso. Aunque logró herirlo, el oso lo empujó con un zarpazo brutal, lanzándolo varios metros atrás.
Mientras tanto, la columna de roca que protegía a Lincoln fue destruida por una patada voladora de la figura. Quedó expuesto, reaccionando rápidamente al crear una espada para atacar, pero a figura detuvo el arma con una sola mano, su fuerza era abrumadora.
Lincoln, desesperado, levantó picos de piedra a su alrededor, pero la figura saltó ágilmente, cayendo sobre él y sujetándolo por el cuello. La presión comenzó a aumentar, y sus pulmones ardían.
Lincoln: (jadeando) ¡Gh... no...!
Luchó por liberarse, pero era inútil. La oscuridad empezaba a invadir su visión, hasta que una hacha cortó el aire, golpeando el hombro de la figura.
Task: (jadeando) ¡Déjalo!
A pesar de estar debilitado y herido, Task había llegado con las últimas fuerzas que le quedaban. La figura, enfurecida, soltó a Lincoln y se giró hacia él.
Task, herido pero decidido, seguía peleando. Usaba su escudo para detener los ataques y su hacha para contraatacar. Sus movimientos eran torpes y lentos, pero no se rendía.
Lincoln: (jadeando) ¡Task, para! ¡No puedes seguir así, estás herido!
Task no escuchó. La figura, atacaba sin descanso. Con un golpe brutal, mando a volar el escudo de Task ya sin su defensa le dio un fuerte golpe en el pecho.
Un crujido aterrador resonó, y Task cayó al suelo, inmóvil.
Lincoln: (gritando con desesperación) ¡TASK!
Sin pensar, Lincoln levantó una cortina de tierra, tomó la mano de Task y creó un pilar de roca bajo ellos, que los arrojo lejos del combate. Ambos cayeron pesadamente junto al río.
Lincoln, jadeando y lleno de miedo, intentó sacudir a Task, pero no obtuvo respuesta.
Lincoln: (en voz baja, con lágrimas) Task, Task, ¡TASK!... No... por favor, no...
A unos metros, el río rugía. Solo unos pocos pasos más, y Task habría podido vivir sus últimos años en libertad. Pero Thayka y estos desgraciados se lo habían arrebatado. Tal como le habían arrebatado todo a Lincoln.
Lincoln: (susurrando) Perdóname...
Cerró los ojos de Task con cuidado y lo dejó descansar sobre la hierba, mientras su mirada llena de ira, volvía hacia la figura.
La figura a viendolo encontrado lanzo una nueva ráfaga de fuego contra el. Pero fue repelido por un muro de roca.
Entre lágrimas, Lincoln observó el hacha de Task tirada junto a él, una de las llamas carmesí cayó serca dejando pequeñas flamas en el suelo.
En ese momento una idea cruzó su mente, tomó el hacha con ambas manos, concentrando toda su poder en ella.
Extendió el arma hacia las flamas, comenzando a controlar las. El metal del hacha comenzó a calentarse, brillando al rojo vivo. En segundos, el arma se envolvió en llamas constantes, convirtiéndose en una extensión de su poder.
La figura apareció junto a el, derribando parte del muro de una patada. Pero esta vez, Lincoln era diferente. Levanto el hacha y lanzó una bola de fuego con esta. El impacto fue directo, desorientando a la figura y haciéndola retroceder tambaleándose.
Lincoln: (gritando con rabia) ¡Malditos Desgraciados!
Sin perder tiempo, Lincoln cargó hacia la figura, alzando el hacha envuelta en llamas. Con un fuerte y rápido golpe, clavo el arma en su costado, arrancandole un grito de dolor que resonó en todo el bosque.
Figura: (gritando de dolor) ¡HAAAAAA!
Lincoln, sin detenerse, concentró toda su fuerza avivando el fuego y el metal. La figura se retorció de dolor e intento retroceder de un salto.
Rehusándose a dejarla escapar, Lincoln levantó nuevamente el hacha y desató un torrente de fuego hacia la figura. Las llamas la envolvieron por completo, empujándola hacia atrás hasta que cayó rodando por el suelo.
Incluso en ese estado, Lincoln continuó atacándola con una furia incontrolable, lanzando más llamas que destruyeron su túnica y dejaron su cuerpo cubierto de quemaduras.
Con el hacha al rojo vivo en sus manos, Lincoln camino hacia adelante, asta estar sobre ella.
Lincoln: (gritando con rabia) ¡Muere, maldito!
La figura intentó arrastrarse lejos de el, pero su cuerpo dolia por el daño recibido. Pero antes de que Lincoln pudiera terminar el ataque, recibió un golpe brutal en su espalda.
Thayka había llegado. Con un rugido ensordecedor, embistió a Lincoln, lanzándolo con fuerza contra el suelo. El hacha ardiente cayo fuera de su alcance. Lincoln, adolorido y jadeando, intentó levantarse, pero Thayka lo agarró por el cuello, inmovilizándolo contra el suelo.
Thayka: (gruñendo en su idioma) ... Harán kareals.
Antes de que Lincoln pudiera reaccionar, Thayka comenzó a golpearlo en el rostro con una fuerza brutal. Cada golpe era como un martillazo que destrozaba su resistencia y lo dejaba al borde del desmayo.
La visión de Lincoln se nublaba con cada impacto, pero en su interior, una chispa de rabia seguía ardiendo.
Golpe.
El rostro de Lincoln estaba destrozado. Su nariz rota, su boca llena de sangre, y sus pensamientos se desvanecían con cada impacto. Su cuerpo, ya agotado, apenas respondía.
Golpe.
Los gritos guturales de Thayka resonaban como un eco oscuro, palabras incomprensibles que solo intensificaban la desesperación de Lincoln. Su mirada perdida vagaba por el caos que lo rodeaba.
Golpe.
A lo lejos, vio cómo Thomul llegaba con más minotauros. En su lanza ya no solo llevaba las cabezas de los minotauros rebeldes, ahora también colgaba el cadáver de Alfons.
Golpe.
Un ser con la misma apariencia de Zarnak, sostenía el cuerpo flácido del mismo Zarnak por el cuello, dejando que cayera al suelo como si no fuera más que basura.
Gu'kan, herido, había logrado acercarse a Kerrg y a Rynn para ayudarlos. Pero al ver a Thomul, ambos permanecían en guardia, sabiendo que no podrían enfrentarlos.
Golpe.
Desde la distancia, otra figura con máscara de cráneo animal observaba todo con calma, acariciando una daga en sus manos como si estuviera disfrutando del espectáculo.
Golpe.
Las carcajadas de los minotauros llenaban el aire, burlándose de la masacre, celebrando su victoria. Sus risas se clavaron en la mente de Lincoln, mezclándose con los recuerdos de su sufrimiento en este lugar.
Golpe.
Su visión se enfocó en la figura de la máscara blanca, quien intentaba levantarse. Su máscara había caído al suelo, y su manto quemado revelaba a una mujer de rasgos asiáticos, su piel enrojecida y llena de quemaduras.
Golpe.
A lo lejos, Lincoln vio el cuerpo inerte de Task, un amigo que no pudo salvar. Otro fracaso que sumaba al peso que cargaba en su alma, como una herida que nunca sanaría.
Golpe.
Recuerdos de Task inundaron su mente, momentos de enseñanza, apoyo y sacrificio. Recordó las palabras de ánimo, las lecciones que le dio, las veces que Task estuvo allí para protegerlo. Pero no solo él; también vinieron a su mente los rostros de Kerrg y Gu'Kan, y los buenos momentos que habían compartido juntos, las risas, los pequeños respiros de felicidad en medio de su cautiverio.
Golpe.
Su mirada, llena de furia y dolor, regresó a Thayka, el captor que le había arrebatado todo. Su libertad, su dignidad, incluso a sus amigos. Thayka lo había tratado como un objeto, como una herramienta desechable, alguien sin valor alguno.
Golpe.
De repente, algo dentro de él hizo clic.
Este momento... este sentimiento... ya lo había vivido antes.
Golpe.
Hace tiempo. Antes del caos. Antes de todo
Golpe.
El eco de risas burlonas resonó en su memoria. Promesas rotas. Traiciones.
Golpe.
Un recuerdo oscuro emergió, fuerte y vívido: personas que habían jurado protegerlo, como avían tirado años de amor y cariño ala basura por...
Golpe.
Algo en Lincoln se rompió, pero al mismo tiempo, algo más despertó.
Golpe.
Miró hacia arriba, y en lugar de ver a Thayka, vio otra figura. Otra persona. Una traición que dolia. Otra burla.
Lincoln: (con furia creciente) ¡Ahaaaaaa! ¡Malditos Traidores!
Antes de que Thayka pudiera asestar otro golpe, el cuerpo de Lincoln estalló en llamas.
Las llamas lo envolvieron completamente, un calor abrasador que iluminó todo el lugar como si el sol hubiera descendido al bosque.
Thayka, sorprendido, retrocedió con un rugido de dolor mientras su brazo comenzaba a quemarse al contacto con el fuego.
Lincoln se levantó lentamente, con su cuerpo envuelto en un fuego. Sus ojos, ahora brillaban con una intensidad aterradora, reflejando una furia asesina.
Lincoln: (con voz grave, llena de ira) ¡¡¡Malditos!!! ¡No volverán a lastimar a nadie! ¡¡¡Nuca más!!!
El fuego que lo rodeaba creció aún más, iluminando todo el bosque. Las carcajadas de los minotauros cesaron de golpe, reemplazadas por expresiones de miedo y confusión.
Thayka, tambaleándose hacia atrás, intentó mantenerse firme, pero el fuego que consumía a Lincoln desprendia un calor tan intenso que comenzó a derretir el suelo debajo de el. Lincoln avanzó hacia él, dejando marcas en el suelo y derritiendo todo a su paso.
Thayka: (gruñendo mientras retrocede) ¡Kuran... Hatara Koragar!
Pero Lincoln no escuchaba. Este ya no era el mismo chico que habían maltratado, humillado y utilizado. Este era alguien que había decidido terminar con todo.
Con un salto llego frente a Thayka y lanzó un golpe directo a su estómago. No fue la fuerza del impacto lo que lo hizo retroceder, sino el calor abrasador que comenzó a quemar todo su cuerpo y el metal derritiendose sobre el.
Thayka: (gritando) ¡HAAAAAAA!
Lincoln no se detuvo. Continuó golpeándolo una y otra vez, cada ataque empujando al minotauro hacia atrás, dejando su cuerpo cubierto de quemaduras.
Finalmente, dio un paso atrás, levantó sus manos y con un grito liberó un enorme torrente de fuego hacia su enemigo.
El cuerpo de Thayka fue envuelto en llamas. Cuando el fuego se disipó, su cuerpo estaba chamuscado, su armadura estaba completamente derretidas. Cayó al suelo gimiendo de agonía.
Aún cegado por la rabia, Lincoln dirijo su atención al grupo de minotauros, decidido a acabar con todos.
Levantó los brazos, formando una gran bola de fuego sobre sus manos, listo para matar a todos.
Pero antes de que pudiera hacerlo...
Su ataque se detuvo. La bola de fuego se disipó, al igual que el aura que rodeaba a Lincoln.
Un hilo de sangre apareció en su pecho. Aturdido, miró hacia el frente y vio al sujeto del cráneo caminando tranquilamente mientras envainaba una daga negra.
La figura pasó junto a Lincoln sin mirarlo, inclinándose hacia la chica de cuernos quemada.
Lincoln sintió un sabor metálico en su boca. Tosió y escupió sangre, cayendo de rodillas. Entonces sintió algo cálido y viscoso corría por su cuello, su estómago y su pecho. Escuchó el sonido húmedo y pesado de algo cayendo al suelo.
Su visión comenzó a oscurecerse. Los sonidos a su alrededor comenzaron a apagarse. Todo empezó a volverse confuso y distante.
Gu'kan: ¡Licol!
Kerrg: (jadeando) ¡¡¡Noooo!!! ¡¡¡Amigo!...
Con las últimas fuerzas que le quedaban, Lincoln vio cómo Kerrg y Gu'kan, junto a una inconsciente Rynn, eran rodeados por los minotauros. Incapaz de moverse, cayó al suelo.
Lincoln: (susurrando) Kerrg... Gu'kan...
Recuerdos llenaron su mente. Task, Kerrg, Gu'kan. Sus luchas juntos, los momentos compartidos, los lazos que habían formado. No podía fallarles. No a ellos.
Ya no sentía nada pero aún asi, Lincoln apretó los dientes. Su piel se volvía más pálida mientras se desangraba rápidamente, pero reunió sus últimas fuerzas.
Golpeó el suelo con su mano, y un enorme pilar de roca emergió, empujando a Kerrg, Gu'kan, y Rynn hacia el aire. El impacto los lanzó hacia el río cercano, estos cayeron siendo arrastrádos lejos del peligro.
El cuerpo de Lincoln sedio, su respiración se detuvo, su visión se oscureció. Todo sonido se desvaneció, su consciencia se desvanecía.
Y entonces... todo terminó.
PRESENTE.
Un grupo aún más grande se había reunido alrededor de Lincoln mientras contaba su historia. Las expresiones en los rostros eran variadas, algunos escuchaban con incredulidad, otros mostraban preocupación, y unos pocos no podían ocultar su compasión.
Lincoln, en cambio, parecía derrotado, como si todavía cargara con el peso de esos recuerdos.
Lincoln: (señalando su cuello) En menos de un segundo... mi cuello fue rebanado, al igual que mi estómago, mi corazón y otros puntos vitales.
Nun, Ali, Yuze y un grupo de niños: (al unísono) ¿Y moriste?
Lincoln: (cabizbajo, con un tono sombrío) Por desgracia... sí.
Un silencio sepulcral llenó el lugar mientras todos contenían la respiración.
Lincoln: (levantando la mirada rápidamente, con una leve sonrisa) ¡Peeero sobrevivíiii!
El grupito suspiro aliviados, aunque la curiosidad y el asombro seguían presentes.
Hazan: (con el ceño fruncido) Pero dijiste que te rebanaron el cuello y el estómago ¿Cómo fue que lo lograste?
Marcus: (serio) ¿Cómo saliste de una situación así?
Diane: (cruzándose de brazos, escéptica) No tienes cicatrices visibles. ¿No estarás diciendo mentiras, verdad?
Lincoln: (tocándose el cuello, pensativo) Sí, sé que esa última parte es difícil de creer. Pero... al igual que ustedes, eso es un misterio para mí.
EN EL PASADO.
Lincoln apenas podía mantenerse consciente. Sus párpados pesaban como si fueran de plomo, y su visión borrosa apenas distinguía luces y sombras.
Sentía unas manos frías y esqueléticas presionando su cuello. Giró los ojos con dificultad y distinguió una figura oscura sobre él. Un aura oscura parecía emanar de sus manos, mientras murmuraba algo en un idioma desconocido.
Todo se desvaneció.
Cuando abrió los ojos nuevamente, estaba tumbado en el suelo. La chica cornuda de la máscara, con su piel marcada por quemaduras, lo observaba desde una posición de cuclillas. Su expresión era de molestia, pero también de algo más... curiosidad.
Antes de que pudiera reaccionar, su visión se oscureció de nuevo.
Voces guturales lo despertaron parcialmente. Aunque no entendía la mayoría, reconocía algunas de esas voces.
Thomul gruñía, su tono cargado de furia.
Thomul: (gruñendo) Sklakar garuzara gratargo kayran
Otra voz, fría y controlada, respondía en un idioma similar.
???: (hablando con calma) Kirakor karaklay kegra logragar.
Thayka también estaba allí. Su voz, débil Pero agresiva se alzaba con furia.
Thayka: (Devil) ¡Garuna humany Lara karazura, Ezkerna!
Con esfuerzo, Lincoln logró enfocar su vista lo suficiente para ver a Thomul y Thayka discutiendo acaloradamente con la figura del cráneo de animal y otra figura envuelta en un manto carmesí.
Cráneo: (señalando a Lincoln) kirra Jurak Kaliga raga
Thayka: ¡Humany Gratargo Llegará!
Thomul: (levantando una mano para detener a Thayka) ¡Thayka! Sura galigos kerlan zo ¡Skekmal!
Con una expresión de enojo y resignación, Thayka dio un paso atrás.
El cráneo se acercó lentamente a Lincoln con una daga negra en la mano. Su intención era clara. Pero antes de que pudiera actuar, el Carmesí se interpuso, extendiendo los brazos.
Carmesí: (alzando la voz) ¡Skekmal! Yakaran Alagy, Lyckor
Cráneo: (furioso, agitando su daga) ¡Sklakar! Garra kuragy keratar
Las figuras intercambiaron palabras con furia. La tensión era palpable, pero finalmente, el cráneo bajó su daga con evidente descontento.
Lincoln volvió a perder el conocimiento.
Cuando despertó nuevamente, estaba encerrado en una jaula. El balanceó constante le indicó que estaba siendo cargado.
Giró la cabeza con dificultad y vio que la jaula estaba sobre una tortuga gigante que caminaba lentamente.
A su alrededor había otras personas con características que indicaban que eran ascendidos, alas, cuernos, garras y colmillos. Miró hacia el horizonte. La ciudad de Rostov se veía a lo lejos, haciéndose cada vez más pequeña.
Volvió a desmayarse.
Despertó de noche.
Las estrellas brillaban débilmente sobre el bosque. Lincoln sintió el balanceo de un movimiento rítmico y se dio cuenta de que estaba siendo cargado en los brazos de la figura carmesí.
Esta caminaba con calma entre los árboles, sin decir una palabra, debido a su manto este nunca pudo ver su rostro.
Trás un destello de luz, llegaron a un claro. La figura lo bajó con brusquedad, acostándolo dentro de un tronco hueco cubierto de musgo.
Lincoln intentó enfocar su vista, pero el rostro de su captor seguía siendo indistinguible en la penumbra.
Carmesí: (con una voz suave y misteriosa) ...Hmmmmm Gar ter galer Kerser, Gerros Lyckor, Largo Axis her Sklakar, Jeresitar Gu AKura.
No entendió las palabras, pero hubo algo en su tono, algo que no lograba descifrar. Había una mezcla de compasión y desinterés, como si lo que estaba haciendo fuera más un acto obligatorio que voluntario.
La figura carmesí se inclinó y le quitó unas cadenas que lo ataban.
Luego, le entregó una bolsa pequeña con comida, una botella con un líquido, que más tarde descubrió que era una medicina y una espada de un hoja negra y siniestra. Sin decir más, lo empujó dentro del tronco hueco y se marcho.
El cansancio y el dolor volvieron a invadir a Lincoln, llevándolo nuevamente al sueño profundo.
Cuando volvió a abrir los ojos, no sabía cuánto tiempo había pasado. La luz del día se filtraba entre los orificios del tronco.
Su cuerpo seguía débil, cada movimiento le recordaba las heridas que tenía, impidiendole moverse.
Durante los días siguientes, permaneció dentro del tronco, utilizando la comida y la flor medicinal que le habían dejado. Comió en pequeñas porciones y usó la medicina para tratar sus eridas. Poco a poco, sintió que sus fuerzas regresaban.
El bosque se mantenía en silencio, pero los sonidos lejanos de criaturas lo mantenían alerta.
Finalmente, cuando sintió que podía ponerse de pie, Lincoln salió del tronco. El bosque lo recibió con un aire frío y una tranquilidad engañosa.
Usándo la espalda como apoyo, comenzó a caminar sin un rumbo claro. Cada paso era lento y doloroso. Lincoln no sabía a dónde iba, pero sabía que no podía quedarse ahí más tiempo.
Con un lento andar este se perdió en la espesura del vasto bosque.
PRESENTE.
Los rostros del grupo reflejaban una mezcla de incredulidad, confusión y fascinación.
Diane: (parpadeando, claramente confundida) ¿Y...? ¿YYYYYY?
Lincoln: (suspirando pesadamente) Y Pues... ya me fui.
Diane: (exasperada) ¿Y sí? ¿Así de fácil?
Lincoln: (encogiéndose de hombros) Dudo que caminar medio muerto sin un rumbo fijó en medio de la nada se considere fácil... Pero sí, básicamente, así terminó todo.
Hombre del grupo: No entiendo nada de lo que pasó. ¿Quiénes eran esos encapuchados?
Yuze: (pensativa, cruzando los brazos) Las personas en las jaulas parecían otros mutantes. ¿Que paso con todos ellos?.
Ali: (mirando fijamente a Lincoln) ¿Y quién era esa chica con cuernos? ¿Por qué peleaba junto a ellos?
Marcus: (frunciendo el ceño) Y ese reptil... ¿qué demonios era? ¿Un mimético? O ¿Algo peor?
Linia: (con expresión preocupada) ¿Por qué ese sujeto te dejó ir? ¿Y por qué te ayudó?
Mujer: (inquieta) ¿Qué fue esa aura de fuego? ¿Puedes hacerlo otra vez?
Hazan: (alzando una mano, intentando calmar al grupo) ¡Oigan, oigan!¡Suficiente! No lo abrumen con tantas preguntas.
Un breve silencio se apoderó del grupo mientras Lincoln suspiraba y masajeaba su cuello, tratando de mantener la calma ante tantas preguntas.
Lincoln: (con voz cansada) Miren, ni yo sé que paso. Apenas estaba consciente cuando todo pasó. Y no entiender lo que decían tampoco ayudo...
Ali: (insistente) Pero, ¿y la figura carmesí? ¿Por qué te ayudó?
Lincoln: (encogiéndose de hombros) No lo sé. Es un misterio... y no uno que tenga ganas de resolver.
Hazan: (curioso) ¿Y qué pasó con la espada que te dio?
Lincoln: (mirando hacia el suelo) La tiré una vez que ya no la necesite.
Yuze: (con burla) ¿Por qué lo hiciste? Podrías haberla conservado, ¿sabes? Tal vez hasta regalármela.
Lincoln: (resoplandando) Ya tienes una espada, y mejor que esa. Además, no iba a conservar algo que daba tan mala vibra... Esa cosa absorbía la sangre de lo que mataba.
Yuze: (sonriendo) Eso suena genial.
Lincoln la miro fijamente, sin humor alguno.
Marcus: (volviendo al tema) ¿Has vuelto a manifestar esa aura de fuego desde entonces?
Lincoln: (negando con la cabeza) No. Lo intenté, pero nunca lo logré. Pero fue después de eso tuve un mejor control de mis poderes, pude a generar fuego sin necesidad de fuentes externas.
Ali: (emocionado) ¿Y qué hay de esa hoja de fuego?
Lincoln: Hoja de fuego. Oh, el hacha eso. Sí puedo hacer eso, pero en caso de una pelea prefiero mucho más atacar a distancia, es más seguro.
Yuze: (burlona) ¿En serio? Con lo distraído que eres, al menos deberías tener algo para defenderte de cerca.
Lincoln: (sonriendo) Bueno tampoco es como si andará buscando pelea con cualquier cosa que se me ponga enfrente, no como a cierta loquilla.
Diane: (curiosa) ¿Y qué hiciste después? ¿Cómo saliste del bosque?
Lincoln: (suspirando, con la mirada baja) Deambulé durante días, sin poder encontrar una salida. Evitaba cualquier combate, y comía lo que encontraba... todo lo que encontraba.
FLASHBACK.
Un Lincoln algo flacucho avanzaba tambaleándose por el bosque. Tenía mucha hambre, y su estómago gruñía audiblemente por ello.
De repente, su vista se fijó en una pequeña criatura colorida, peluda y gorda, que andaba tranquilamente con sus crías detrás.
Criatura: (con una voz aguda) C-codan bebes, muma tene que encontad numis y cashita antes que-
Antes de que pudiera terminar su frase, Lincoln saltó sobre ella, mordiéndole la cabeza desesperadamente mientras la criatura gritaba.
Sus extremidades se agitaban frenéticamente en un intento por liberarse.
Criatura: (gritando) ¡Screeeeeee! ¡Bebes, ayuiden a muma! ¡Tene peodes dolorsitos ¡Screeeeeee!
Las crías, horrorizadas, comenzaron a gritar mientras intentaban esconderse bajo sus pezuñas.
Cría 1: ¡Muma, nuuuuu!
Cría 2: ¡Screeeee! ¡Mejod bebe tene miedos!
Cría 3: ¡Screeee! ¡Bebe popo debe coded! ¡Screeeeeee!
Cría 4: ¡Pod favod buen señod suete a muma! ¡Nu es numis, no es numis!
La escena continuaba, con los gritos de la criatura y sus crías resonaban por el bosque mientras Lincoln devoraba a su presa con desesperación.
Fin del Flashback.
El grupo lo miraba con expresiones que iban desde la incredulidad hasta el disgusto.
Hazan: (sorprendido) ¿Esas cosas hablaban?
Ali: (mirándolo fijamente) ¿Qué pasó con las crías?
Lincoln: (con calma) Me las comí... Oh y también...
El grupo quedó en silencio, hasta que Lincoln buscando en su mochila. Sacó una bufanda, un gorro y unos guantes de colores con la forma de un pequeño animal.
Lincoln: Como hacía frío en las noches, y la piel de esas cosas era peludita, me hice estos para abrigarme.
El grupo guardó silencio una vez más, procesando lo que acababan de escuchar y ver.
Yuze: (riendo nerviosamente) ¡Ewww! Ahora entiendo de dónde sacaste esa manía de comer monstruos.
Lincoln: (mirándola, un poco ofendido) No es tan malo... siempre y cuando sean comestibles y no tengan inte... (Nervioso) ¡No tengan veneno! si veneno jeje.
Yuze: (con un gesto de desagradó) Siiii... claro Lincoln, lo que digas
Lincoln: (sonriendo ligeramente) hay vamos yuze no pongas esa cara, Además, a ti también te gustó. ¿Ya lo olvidaste cuando comimos esos huevos?
Yuze: (mirándolo fijamente, fingiendo indignación) ¡Eso fue solo una vez, y porque tenía hambre!
El grupo estalló en una mezcla de risas y murmullos, aliviando un poco la tensión que la historia había dejado.
Lincoln, aunque cansado de revivir esos momentos, esbozó una sonrisa, agradecido de que, al menos, el presente era mucho más llevadero que su oscuro pasado.
Lincoln: (riendo ligeramente) Jajaja... Sí, bueno, entonces un día me encontré con una carretera. La seguí hasta llegar a un pueblo... y así acabó esa historia.
El grupo quedó en silencio por unos momentos, reflexionando sobre lo que habían escuchado.
Algunos habían vivido historias similares, otros no podían imaginar un tormento tan grande, y otros simplemente bajaron la mirada, perdidos en sus propios pensamientos.
Linia: (suspirando profundamente) Es horrible... sorprende que cosas tan terribles pasaran en este lugar.
Marcus: (serio, mirando al horizonte) Este mundo, nuestras vidas... todo es así ahora. No hay un lugar en el mundo donde no pasen cosas horribles.
Diane: (asintiendo lentamente) Y esa es precisamente la razón por la que se fundó nuestra causa...
Hazan: (con un tono reflexivo) ...vivir en un lugar seguro, alejado de todo.
Marcus: Pero primero, para conseguirlo, deberemos luchar contra el mismo horror que alguna vez este muchacho sufrió.
Lincoln: (mirándolo con seriedad) Hmmm, pero esta vez el final será diferente.
Yuze: (arqueando una ceja) ¿Cómo lo sabes?
Lincoln: Porque esta vez vamos preparados. Hay más de nosotros, y además... nos enfrentamos a humanos, y esos son más fáciles de matar.
Yuze: (pausando por un momento, luego sonriendo de lado) Eso es, Lincoln... nunca pierdes tu encanto.
El grupo rió suavemente, aunque sabían que las palabras de Lincoln llevaban verdad. La lucha sería ardua, pero esta vez estaban preparados para enfrentar lo que viniera.
Lincoln: (sujetando las armas en sus manos) Sí... espero que todo salga bien.
LUGAR DESCONOCIDO.
En un oscuro pasillo, donde los gritos de dolor resonaban como un eco interminable, un hombre avanzaba con pasos torpes y pesados.
Empujaba un carrito cubierto con una manta que alguna vez fue blanca, ahora manchada de sangre seca.
De repente, un ataque de tos lo sacudió violentamente.
Hombre: ¡Maldita sea!
Murmuró entre dientes mientras se cubría la boca con su mano temblorosa.
El espasmo no cedía, y un ardor profundo le consumía el pecho. Cuando apartó la mano, vio la mucosa violeta que ahora cubría sus dedos. Frunció el ceño y se los limpió rápidamente en la manta.
Desde que encontró aquella flor púrpura en un pueblo abandonado, su salud no había sido la misma. Todo había cambiado, pero no podía dejar que nadie se enterara.
"Si supieran lo que pasa, estoy muerto", pensó mientras avanzaba hacia una puerta oxidada. La abrió con un chirrido y se detuvo al observar lo que había detrás.
Una enorme habitación a oscuras, apestando a muerte. Cuerpos mutilados estaban apilados en un rincón, formando una montaña grotesca. El hedor era insoportable, pero él ya estaba acostumbrado.
Suspiró y, con movimientos torpes, retiró la manta del carrito, dejando al descubierto más cadáveres.
Sin pensar demasiado, empezó a arrojarlos al montón. Uno tras otro, sus cuerpos inertes golpeaban la pila con un sonido sordo.
El ataque de tos regresó. Esta vez, más fuerte. Se dobló sobre sí mismo, sintiendo como si le arrancaran el aire de los pulmones. La mucosa violeta se deslizaba de su boca, salpicando el suelo.
Hombre: (con voz ronca) No... todavía no...
Intentó sostenerse del carrito, pero sus piernas cedieron. Su cuerpo cayó pesadamente sobre la pila de cuerpos, quedando inmóvil. El eco de su última tos se desvaneció en la penumbra.
Dos trabajadores se acercaron rápidamente al verlo desplomarse.
Hombre 1: (tomándole el pulso) Oh, oh...
Hombre 2: ¿Qué pasa?
Hombre 1: Ya caducó...
Hombre 2: ¿Quién es?
Hombre 1: (registrando sus bolsillos) Carson Pride. Era uno de los exploradores.
Hombre 2: ¿Tenía familia?
Hombre 1: (pensando) Creo que mencionaban que tenía una esclava... no estoy seguro.
Hombre 2: ¿Algo de valor?
Hombre 1: Solo 5 créditos.
Hombre 2: Hmmm... tíralo con el resto.
Hombre 1: ¿Seguro?
Hombre 2: Sí. A nadie le importará. Además, viste cómo tosía. ¿Quién sabe? Puede que haya muerto por alguna enfermedad del exterior. Mejor deshacerse de ese saco de bacterias.
Hombre 1: Era uno de los nuestros... Bueno, ahí va otro.
Sin más ceremonia, levantaron el cuerpo de Carson y lo arrojaron al montón. Poco después, una banda transportadora llevó los cuerpos hacia un horno industrial.
Hombre 2: (mirando a su compañero) Vamos a su casa. Tal vez encontremos algo de valor... como la esclava. Y si es linda, quizás podamos divertirnos un rato con ella.
Hombre 1: Hmmm... está bien, pero primero tomemos una ducha. No quiero que se me pegue esa porquería.
Tras cumplir su tarea, los dos hombres abandonan la habitación, cerrando la puerta tras ellos. Sus pasos resonaron hasta que el lugar quedó en silencio.
En el horno, los cadáveres comenzaron a consumirse en llamas.
De repente, un denso humo violeta comenzó a surgir del orno, escapando en grandes cantidades por las chimeneas del edificio.
El humo se filtró por los conductos de ventilación, dispersándose por todas partes. Se expandió silenciosamente, siendo inhalado por los habitantes del complejo, que no tenían idea de lo que estaban respirando.
El lugar, sombrío y decadente, permanecía en un inquietante silencio, roto solo por el eco distante de las máquinas y los ocasionales gemidos de dolor.
Aquellos que inhalaron el humo no lo notaron al principio. Solo sintieron un leve picor en la garganta o una molestia pasajera, algo que ignoraron sin darle mayor importancia.
El humo, nacido de la combinación de los cuerpos incinerados y la misteriosa enfermedad que había consumido a Carson Pride , comenzaba a cumplir su propósito, uno que nadie conocía aún.
Mientras tanto, los dos hombres que habían decidido ir a la casa de Carson , reían y conversaban, ajenos al peligro que acababan de desatar.
La escena cambia lentamente, alejándose del edificio. Una delgada columna de humo púrpura se alzaba hacia el cielo, disipándose en la atmósfera.
A lo lejos, un pequeño pueblo habitado destacaba en el paisaje. Nadie allí sospechaba que su tranquilidad estaba a punto de convertirse en una pesadilla.
El fin de un hombre. Fue el inicio de algo más.
FIN DEL CAPITULO.
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