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29 [El arma secreta]

El ambiente de la habitación era sumamente tenso. Se podía ver a Hinata, Natsu, Jiraiya, Tsunade y Romura...

Las dos asesinas estaban en silencio, mientras que Jiraiya y Tsunade parecían esperar a que hablaran.

—Bien, creo que va siendo hora de hablar —declaró Hinata, llamando la atención de todos.

—Concuerdo —respondió Jiraiya—. Han pasado cuatro años, después de todo. Es bueno tenerlas aquí.

Romura se mantuvo en silencio, sin decir nada.

Tsunade la miró de reojo, notando su expresión.

—Quisiera saber por qué insistieron en que la señorita Yorima estuviera en la reunión —preguntó la rubia.

La demonio suspiró antes de juntar sus manos.

—Supongo que no puedo disimular frente a ustedes. Todos ustedes ya saben de la existencia del ocultismo, y varios de ustedes conocen mi verdadera identidad, así que no tiene sentido ocultar nada —declaró ella antes de transformarse en una masa de agua. Tras algunos segundos, mostró su verdadera forma.

Jiraiya y Tsunade se vieron sorprendidos ante el cambio tan repentino.

—Tú eres... —intentó formular Jiraiya, pero la demonio se adelantó.

—Soy Romura, la jinete demoníaca del agua.

Hinata tan solo la miró con desprecio antes de contestar.

—Me intriga saber qué hace una de los cinco generales demoníacos aquí, pero viendo cuál de ellos eres, me es obvio el porqué. Estás huyendo de Naomi —declaró la Hyūga con frialdad.

El ambiente era extremadamente denso... Lo cierto es que a nadie le agradaba la demonio, ni la idea de que un general demoníaco estuviera allí.

—Así que todo este tiempo una de ustedes estuvo escondida bajo nuestras narices... —murmuró Jiraiya, mostrándose algo enojado.

—Diría que lo siento, pero es verdad. Me es más conveniente apoyarlos que estar ahí afuera a merced de Naomi. Además, les he ayudado durante estos cuatro años, así que no tienen derecho a reprocharme —declaró ella, frunciendo el ceño y cruzando los brazos. Ahora fijó su mirada en Hinata—. Azami leyó tu mente hace cuatro años. Hasta yo sé tus secretos más profundos, Hyūga. Y sé que todos los aquí presentes saben de mí, mis compañeros... Al igual que todos sabemos tu origen y el de tu novio.

Hinata la miró mientras su aura asesina empezaba a manifestarse en la sala. Solo recordar la batalla en Isla Tortuga le causaba enojo al ver a la demonio del agua.

—¿Ayudar? Mejor confiesa, demonio. ¿Cuántos ocultistas hay en la base rebelde? Más importante aún, dame una razón para no exterminarte aquí y ahora, lo que causaría que todos mueran en cadena.

Todos los presentes se vieron agobiados por la presencia de la Hyūga. Su chakra negro empezaba a desbordarse por su cuerpo, mientras sus ojos se tornaban oscuros.

Mierda... Esta tipa es mucho más fuerte que cuando estábamos en Isla Tortuga... Y no es solo cosa del Kyūbi...—pensó Romura mientras saltaba de su silla y se colocaba algunos metros atrás. Aunque no podía sentir su chakra debido a su indetectabilidad, su sed de sangre era abrumadora.

Tsunade y Jiraiya no pudieron evitar tensarse. Casi de forma instintiva, se pusieron de pie.

Aunque la veían como aliada, aquella aura se sentía muy amenazante, como si en cualquier momento fuera a matarlos a todos los presentes.

Jejeje... Esa demonio está fuera del agua. Sería perfecto asesinarla, un peso menos que cargar de ahora en adelante...declaró Kuri desde el interior de Hinata. Y estás rodeada de estúpidos que ni se habían dado cuenta. ¡Son imbéciles!

Hinata no pudo evitar meditarlo. Un general menos equivalía a un ejército menos una vez terminara el reinado de Naomi.

Además... ¿No había sido esta demonio la que asesinó a Naruto en su otra vida...?

Antes de que Hinata pudiera tomar una decisión, una mano firme la tomó por el hombro derecho, mientras otra se posó en el izquierdo.

—Será mejor que te calmes —declaró Natsu, cuya mano apretando su hombro se sentía firme.

—No te conviene dejarte llevar por tus emociones ahora —añadió Jiraiya, dedicándole una mirada preocupada.

Hinata reaccionó al instante, mirando a Jiraiya de reojo... Notando que estaba perdiéndose a sí misma... Incluso había salido de su Senjutsu.

—Perdón... —contestó antes de volver a entrar en modo sabio y tomar aire, pensando en lo ocurrido—. Por un momento... mi mente se nubló por completo.

Entonces, la voz de Kuri volvió a resonar en su mente.

Ese truco ya no va a funcionarte... El modo sabio te permite estar concentrada, y durante cuatro años eso te ha mantenido a raya... Pero tu mente busca escucharme, me necesitas... Y eso me hace más fuerte...—declaró la maldición con una risa burlona.

—Ya cállate...

Jajaja... Es divertido ver cómo intentas hacerte la fuerte... —declaró Kuri mientras abrazaba por la espalda a la Hyūga.

Hinata tan solo apretó los puños mientras tomaba aire, intentando concentrarse... Finalmente, sus ojos volvieron a tornarse de color rojo y su chakra se suavizó.

—Como sea, ya que no hay necesidad de guardar secretos aquí, iré al grano —dijo Natsu, mientras bajaba su mano del hombro de Hinata.

Todos fijaron sus miradas en la pelirroja, quien se enfocó en Romura.

—Por favor, vuelve a tomar asiento. Si mi compañera aquí presente se vuelve loca, somos cuatro contra uno —declaró la pelirroja con calma.

Hinata no contestó. Simplemente guardó silencio mientras mantenía su mirada en Jiraiya, quien también tomó asiento.

Romura se volvió a sentar, aunque mantuvo la mirada alerta sobre Hinata.

—Bien... Yendo directo al grano, ya que todos sabemos quién es quién, tenemos una enemiga común y, en general, todos estamos en el mismo barco. Pienso que deberíamos hacer una alianza: asesinos, rebeldes y, por qué no... ocultistas. Al menos por el momento, hasta que Naomi salga del plano. Es nuestra mejor opción.

—Los ocultistas no vamos a ayudar a nadie en combate —aclaró Romura de una vez, sin esperar más explicaciones.

Todo el mundo se fijó en ella, quien simplemente empezó a explicar:

—En general, la mayoría de los nuestros no son la gran cosa. Uno que otro ninja fuerte, tal vez. Sin embargo, nuestra mayor fortaleza bélica somos los jinetes, los cinco demonios... Pero solo peleamos cuando nuestro jefe nos da la orden o lo permite. Por esa razón, ahora mismo tenemos prohibido intervenir. Si uno de nosotros muere, nuestra descendencia también. Eso es un quinto de los ocultistas a nivel mundial... Ya murieron dos de nosotros; han desaparecido dos quintos de nuestra gente.

Tsunade asintió.

—El síndrome de la araña negra y las avispas... Murieron miles de personas en menos de una semana cuando uno de los suyos murió.

—Pero si tienen prohibido intervenir, ¿por qué has estado siendo una de nuestras mejores médicas estos años? ¿Por qué no te ocultaste como los otros dos demonios? Asumo que se escondieron por completo ante la prohibición de intervenir —cuestionó Jiraiya.

—Yo también estoy escondida. Elegí su base como escondite, aunque mi prohibición no me impide colaborar en el área médica ni en la organización de masas.

—¿Organización de masas? —cuestionó Tsunade.

—Ayudé a Jiraiya indirectamente con las comunicaciones durante el tiempo en que estaba formando a los rebeldes. Usé a mi gente como red de información. Además, la barrera que actualmente protege esta base es una técnica demoníaca de alto nivel, que mi gente ha estado manteniendo durante todos estos años —explicó ella.

Jiraiya levantó una ceja.

—Ya entiendo... Ya decía yo que había sido relativamente fácil reunir tanta gente en medio de una crisis... Cuando empecé el movimiento, pensé que tardaría al menos una década en lograr lo que hay en la actualidad, además de un mayor riesgo de que Naomi tomara acciones durante el proceso. Y eso de la barrera... Vaya, eso explica cómo es que nunca vi una de este tipo.

Hinata se llevó la mano a la cara.

Mierda... Si me hubiera dejado llevar y la mataba aquí... habría condenado a los rebeldes... Esta tipa jugó bien; en caso de que la descubrieran, tenía un seguro de vida para evitar que quisieran acabar con ella de forma inmediata... pensó ella, maldiciendo a Kuri una y otra vez.

Natsu asintió, entendiendo la situación.

—Está bien, no necesitamos que los demonios se metan a pelear o que tu gente lo haga. Con que sigan cumpliendo el rol que han estado desempeñando, será suficiente —declaró la pelirroja—. Entonces, rebeldes y asesinos uniremos fuerzas mientras ustedes pueden seguir en lo suyo. Serán un problema para después.

Romura permaneció en silencio ante aquellas palabras, pero finalmente asintió, mientras Natsu continuaba.

—Saltándome la parte de preguntas inútiles, lo diré de una vez: la forma en que encontré su base fue con una espía, el pecado de la lujuria. Ella ha estado todo este tiempo en su base y ha sido la responsable de mantenerme informada de sus actividades. La alianza entre mis asesinos y sus rebeldes ha sido una idea que llevamos pensando desde que sabemos de su existencia.

Jiraiya juntó sus manos antes de cuestionar:

—Ya veo. Supongo que debido a que han sido una sociedad más estable desde hace cuatro años y con mejor táctica, han tenido más tiempo de estudiar el panorama... Además, esos instintos suyos les debieron avisar de la presencia de un demonio aquí. ¿Fue por eso que no han intentado comunicarse con nosotros hasta ahora?

Natsu asintió.

—Es correcto. A nivel infraestructural, de recursos y técnico, los asesinos tenemos un mayor avance... Y sabíamos que había algo extraño en su base, pero no podíamos localizar el problema. No pensábamos arriesgarnos a acercarnos sin saber si estaban siendo manipulados por Naomi.

Tsunade levantó una ceja.

—¿Los rebeldes... controlados por Naomi?

Hinata meditó un momento antes de analizar:

—Ya que ustedes no tenían ninguna información de Natsu, el Nibi, Kurama o mía, aunque Naomi supiera de esta base, no tendría ninguna razón para atacarlos. No los considera una amenaza.

Jiraiya frunció el ceño.

—Creo que empiezo a entender... ¿Es por la misma razón que no atacó la aldea médica de Tsunade? Hasta ahora, nunca se metió con ella, incluso le pidió hacerle un examen médico cuando creó sus árboles...

Hinata asintió.

—Correcto... Si supiera la ubicación de esta base, o pensara que ustedes tienen información valiosa para ella, habría algún espía aquí. Y no haría nada hasta que Natsu o yo apareciéramos. No los destruiría; los usaría como carnada o punto seguro falso.

—Exacto. Por esa razón, jamás intentamos comunicarnos con ustedes hasta no saber qué andaba mal. Ahora que sabemos que es una demonio que no está relacionada con Naomi, no hay problema —aclaró Natsu—. Es la ventaja de que después de cuatro años, la mejor sensor del mundo volviera a aparecer, la persona que no puede ser engañada por nadie.

—Supongo que te refieres a Aneko... —comentó Tsunade.

—Así es. Por ella sabemos que esta demonio está aquí, y que no hay otro espía, ni algún transmisor o forma de Naomi de localizarlos.

Hinata asintió.

—Por mi parte, estoy segura de que este lugar está fuera del alcance de Naomi, gracias a la información adquirida por mi abuela, Hamaki Hyūga —declaró ella—. Realmente, Naomi no sabe de la ubicación de esta base; la ha estado buscando con el uso de sus mejores rastreadores... Supongo que la ayuda de la demonio ha evitado que eso pase. Aunque tiene sensores de energía negativa, esta barrera no es directamente creación de uno, por lo que no la detectan... Interesante.

Romura suspiró antes de cuestionar:

—Ya veo... Todos han sido cautelosos. Pero me gustaría saber más sobre la identidad de esa mujer, Hamaki Hyūga, además de saber dónde has estado metida.

Todos se voltearon en dirección a Hinata, esperando una explicación.

Natsu, por su lado, negó con la cabeza antes de interrumpir:

—Eso puede esperar.

—¿Eh?

—Sabemos que está de nuestro lado y que piensa ayudar con entrenamiento, además de que aporta un poder enorme que puede marcar una diferencia en esta guerra. Pero, personalmente, creo que ahora es más importante nuestra reunión de facciones... Necesitamos oficializar nuestra alianza antes de hablar de esos asuntos superficiales. Además, hay un asunto más importante.

Jiraiya se llevó la mano al mentón.

—Y ese asunto es...

—Saiko, el experimento de Orochimaru que se salió de control. Si esa cosa tiene las mismas habilidades que Aneko y otras más, además de que su presencia altera el entorno natural... —declaró la pelirroja con severidad.

Hinata asintió antes de hablar:

—Pienso igual. Esa cosa está suelta ahí afuera; será muy peligrosa si la dejamos así. Hay que tomar medidas —declaró la Hyūga—. Además... tengo el presentimiento de que Naomi también siente que debe hacerlo...

Natsu asintió.

—Pienso igual... Esa cosa tiene mayor poder de absorción de energía natural que los frutos de Naomi...

—Es probable que Naomi se sienta interesada en esa habilidad... Tal vez podría incluso acelerar o potenciar sus frutos con ayuda de Saiko...

—Mmm... Debo decir que es un mal momento, pero tienen razón. Saiko por sí misma es una amenaza para toda la civilización... Tal vez incluso sea más inmoral y sádica que Naomi...

Romura apretó los puños antes de dar su punto de vista:

—Debo decir que eso me aterra... Una versión psicópata de Aneko potenciada con energía natural anda por ahí afuera... Si tiene sus habilidades, será peor que Naomi si la dejan seguir creciendo —declaró la demonio.

Todos voltearon a verla mientras ella tomaba aire.

—Hace poco me encontré con Aneko... Y me aterró. Es una cosa diferente a lo que fue hace cuatro años. Incluso me llamó por un apodo que solo usaba Orba... el demonio con el que ella peleó en ese tiempo.

Tsunade asintió.

—Aneko es un misterio biológico único... Después de esa pelea, yo fui la encargada de su cuidado. En ese tiempo, estuvo en un coma total. Según la sacerdotisa Shion, ella estaba generando una energía similar a los demonios. ¿Es eso cierto?

Romura asintió.

—Es correcto. Esa mocosa no es ningún demonio... Pero tiene los poderes de uno, específicamente de Orba... Puedo intuir que probablemente consumió algo de él, así obtuvo sus recuerdos y poderes. Lo más cercano a lo que ella es, es una Jinghoul... una persona que tiene los poderes de un demonio. Pero... es diferente. No tiene el alma de ninguno atado a la suya. Entonces, el término correcto sería que es una Ghoul.

Natsu asintió.

—Ya veo, eso es lo que te preocupa entonces... Si Saiko tiene esa misma habilidad de asimilar a otros, temes que Naomi sea su presa.

—Así es. Según mi compañera Azami, Naomi es una híbrida perfecta entre varios de los clanes más poderosos de la historia... Y probablemente aún no está en su máximo potencial genético. Aun así, su poder ya tiene a toda la civilización de cabeza. Si Saiko la consume, el poder adquirido será monstruoso...

Tsunade meditó un momento.

—Eso quiere decir que es una carrera contra reloj... Ya sea que Naomi logre controlar a Saiko o que Saiko absorba a Naomi... Ambos casos representan un escenario devastador.

—Bien, me alegra que entiendan la gravedad de la situación —declaró Natsu—. Por eso, creo que debemos tomar acciones, así que consulto con ustedes qué haremos.

Hinata se mantuvo en silencio, meditando esas palabras...

La imagen de Hamaki levantando a Aneko como si fuera una muñeca llegó a su mente.

Aunque no era capaz de ver lo mismo que su abuela, sin duda sabía algo de lo que había vivido Aneko en su estancia en la Hermandad: los experimentos... el trato inhumano... Nunca lo había pensado con detenimiento.

—¿Qué pasa? ¿Ahora te importa porque a la anciana le importa? —cuestionó Kuri mientras le susurraba al oído—. Jejeje... Tu abuela es igual que él, solo te hacen débil... En la otra vida, nunca te importó lo que pensaron los demás.

La imagen de Naruto y Aneko pasó por la mente de Hinata mientras ella meditaba la situación...

Kuri rió mientras observaba otro recuerdo...

Se podía ver a Hinata usando el uniforme de la Hermandad, con una postura firme, dos espadas y una máscara, cubierta de cadáveres...

Solías ser fría, fuerte e inteligente. Esta nueva vida te ha hecho blanda, débil y estúpida... Eras más eficiente cuando eras una diosa de la muerte —declaró Kuri de forma burlona.

No estás a la altura de tu reputación, "Shinigami" —resonó la voz de Naomi en su cabeza mientras Kuri sonreía.

Hinata tomó aire mientras apretaba los puños...

Eres una niña de gran corazón. ¡Siempre lo fuiste! Eres toda una princesita, estoy orgullosa de la persona que eres, mi Hina-chan —resonó la voz de Hamaki, a lo que Hinata finalmente respiró con calma.

Esa anciana me empieza a hartar... —declaró Kuri antes de desaparecer.

Hinata volvió a meditar respecto a Aneko, para finalmente cuestionar algo importante.

—¿Alguien ya le ha hablado a Aneko sobre esto? ¿Ella sabe de Saiko?

El ambiente se puso tenso al instante...

Hinata volteó la mirada a la nada, mientras en su mente miraba a Kurama.

—¿Crees que Hamaki le vaya a hablar de eso? —cuestionó el zorro.

Hinata se mantuvo en silencio antes de contestar.

Probablemente... Ella, tarde o temprano, se va a enterar... A lo mejor mi abuela sea la mejor candidata para manejar la situación...

Kurama solo bostezó.

No sé mucho de Aneko, pero de lo que vi cuando estaba con Naruto, es que pocas cosas la sorprenden... Y muchas menos la alteran.

Hinata se cruzó de brazos.

Si te soy sincera, pensaba lo mismo de mí antes de llegar a esta nueva vida. Cuando algo grande pasaba, simplemente me convencía a mí misma de que no era muy importante, fingiendo que poco me sorprendía.

—¿Piensas que Aneko haría lo mismo?

—No lo sé... Ella no es como yo, no es como nadie. Pero, por más que sea una demonio, una ghoul, un supermutante... No deja de ser alguien que tiene algo de humano, alguna vez lo fue... Mi abuela ve algo en ella, y no es solo el alma.

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Mientras tanto...

Se podía ver un lugar lejano: una gran isla en medio del océano, en la que un gigantesco árbol con hojas de color rojizo se alzaba hasta las nubes y cubría el cielo por completo.

En un radio de 300 metros, se expandía la sombra de aquel monumento gigantesco...

Además, alrededor del árbol, había lo que parecía una gran barrera esférica de color verde, con cadenas en su entorno.

En medio de la noche, una figura caminaba con calma en el bosque alrededor del árbol, dentro de la barrera.

Las plantas estaban marchitas y carentes de luz solar... No había ni un solo animal o alma en toda la isla... Era un lugar abandonado.

La figura caminaba con calma, mientras sus pisadas resonaban en el suelo cubierto de vegetación muerta.

Finalmente, la figura llegó a los pies del árbol, donde se podía ver lo que parecía un campamento. Este estaba lleno de gente pelirroja, con un gran símbolo de remolino en una bandera.

—Naruto-sama, lo estábamos esperando. Nuestro líder lo espera en sus aposentos —declaró una mujer pelirroja al ver al rubio.

Naruto asintió.

—Gracias, iré enseguida —declaró el rubio mientras caminaba con calma por el campamento.

Era un pelotón de Uzumakis... Y está, era Uzugakure ..

Naruto empezó a escalar el árbol mientras meditaba la situación.

Así que la jefa está usando sus mejores cartas... Supongo que en verdad tiene un interés muy alto por Saiko, y la traición de Hamaki la ha hecho tomar medidas —pensó el Jinchuriki—. Así que este es el árbol más seguro y secreto de todos... El onceavo árbol...

En el interior del reanimado, la verdadera alma de Naruto observaba esto con cautela mientras fruncía el ceño.

—¿El onceavo árbol?... Esto debe ser una broma... —murmuró el alma mientras seguía la mirada de su cuerpo reanimado.

El Naruto reanimado solo sonrió.

Es gracioso... La jefa nunca le contó de esto a nadie. Todo el mundo cree que solo existían diez árboles; aunque son importantes, no dejan de ser solo una carnada... He de decir que fue demasiado cuidadosa —declaró el reanimado.

Nadie vendría aquí... No pensé que ella haría algo como esto... —declaró el alma.

El reanimado asintió.

Admito que a mí también me tomó por sorpresa... Es la primera vez que Naomi-sama me habla de esto. ¿Quién diría que era tan desconfiada incluso con sus servidores más leales?

Naruto frunció el ceño mientras analizaba la situación.

Naomi no fue tonta... Sabe que existe la posibilidad de que alguno de los generales, sobre todo los más débiles, puedan ser derrotados con el suficiente poder bélico... y que, de alguna forma, les obtengan información. Por eso, debió esconder un as bajo la manga, incluso para nosotros... Un árbol más, ubicado en el lugar más abandonado y recóndito del planeta...

El rubio no pudo evitar tensionarse.

Hinata fue astuta al infiltrar a Hamaki... Pero, a la vista de Naomi, era de los más débiles... No le confió esta información... Ni siquiera mi reanimado lo sabía... Siendo uno de los más fuertes según ella...

El alma meditó un momento mientras veía a través de su cuerpo, que se movía solo.

Este lugar... Es protegido por antiguos líderes del clan Uzumaki. En palabras de Naomi, apartando a Ashina, son los más fuertes de sus épocas... Son cinco en total... Ellos mantienen de forma perpetua esa barrera... Ocultando todo rastro de este árbol por completo...

El alma estaba estupefacta... Naomi había reanimado una cantidad grotesca de Uzumakis.

Más de veinte estaban con Ashina en su árbol, y otros treinta y cinco más para esta ubicación secreta...

—¿Qué demonios estará escondiendo aquí? —se preguntó Naruto mientras avanzaba.

Finalmente, al llegar a la habitación en lo alto del árbol, se encontró con una figura conocida.

—Te has tardado, Naruto. Llevo esperando más de diez minutos —declaró una voz áspera.

—Ashina-dono, es bueno verle. Al parecer, Naomi lo citó aquí también... no, en realidad eres un clon—declaró el rubio al ver al otro general. —Entonces... Líderes 2 árboles?

Ashina asintió.

—Que no te sorprenda, ya sabía de la existencia de este lugar desde el inicio. Después de todo, yo fui quien ideó el sello de hibernación —declaró el antiguo líder Uzumaki.

Naruto levantó una ceja.

—¿Tú ya sabías de esto? ¿Sello de hibernación?

Ashina medito antes de contestar.

—Soy el único general que lo sabía junto a Hashirama.

Naruto asintió.

—Ya veo... Bien. Llévame al sello, la jefa me pidió que marcara el tesoro con mi Hiraishin.

Ashina asintió.

—Y más que eso, debo entregarte algo, pero primero debemos ir a lo importante

Naruto asintió.

—Bien, ¿dónde está el fruto?

Ashina negó con la cabeza antes de contestar.

—Este árbol no tiene un fruto —declaró el Uzumaki.

Naruto levantó una ceja, sorprendido.

—Entonces... ¿Qué hay aquí? ¿Por qué reúne energía natural?

Ashina le hizo una seña para que lo siguiera, a lo que ambos empezaron a caminar por el interior del tronco...

Parecía haber una especie de construcción en el interior del árbol, una estructura... Era como si estuvieran bajando por una escalera de caracol hacia las profundidades...

Naruto no pudo evitar mirar a los alrededores con intriga...

Los demás árboles eran muy diferentes a este, no tenían estructuras escondidas en su interior, más allá de la oficina del general y, en la cima, una barrera donde se ocultaba el fruto de chakra...

En esta ocasión, no solo no había fruto, sino que lo más importante del árbol estaba en el fondo, dentro de una estructura compleja...

—Este es un secreto que solo nuestra ama, y como dije antes Hashirama-dono y yo sabíamos. Por seguridad, la jefa no reveló esta información a ninguno de los demás —aclaró Ashina mientras caminaba.

Naruto asintió con la cabeza, sintiendo admiración por su jefa.

—Ya veo... Era de esperarse. Después de todo... ella no eligió a ninguno de sus generales al azar. Cada uno de nosotros tiene un rol en su gran plan. Supongo que Hashirama y tú fueron elegidos por esto... ¿No?—

—Así es. Este árbol es diferente al resto, lo llamamos "el Sello". Es la palabra clave —declaró Ashina mientras caminaba con calma.

Naruto empezó a meditar esas palabras... Al igual que el alma en su interior, se notaba tenso al saber aquello...

Ambos comenzaron a meditar el rol de cada uno...

Los diez generales:

Naruto

Hashirama

Haruhi

Ashina

Tobirama

Izuna

Hamaki

Minato

Hengetsu

Ese era el orden oficial al momento de tenerlos a todos, del más fuerte al más débil...

Pero era claro...

Naruto era un trofeo de la victoria de Naomi hace cuatro años. Además, desde niño, Naomi vio su potencial, no solo en su renacimiento... Por eso siempre lo quiso como su herramienta.

Hashirama, el Dios Shinobi, el ninja más fuerte de su momento, el mejor usuario de Mokuton... Ahora se sabía que probablemente este árbol en específico era su creación, a diferencia de los demás.

Haruhi, vista por Naomi como la Hyūga más poderosa, con una habilidad capaz de otorgarle poderes muy elevados en situaciones caóticas donde sus enemigos sienten emociones negativas. Perfecta contra demonios.

Ashina, el Uzumaki más temido de su tiempo, responsable de ayudar a Hashirama a sellar al Kyūbi en Mito. Se cree que estaba a la par tanto de Madara como de Hashirama... Su rol probablemente iba más allá de su poder, al parecer estaba a cargo de uno de los proyectos más secretos de Naomi.

Tobirama... El genio de la creación de jutsus, el único humano que ha descubierto el secreto para contactar con el mundo impuro sin acceder a poderes superiores. El hombre que fue capaz de crear técnicas que desafían el espacio-tiempo o incluso el ciclo de la reencarnación, además de poseer una inteligencia táctica suprema. Un genio natural que supera incluso a los Nara. Sobra decir por qué Naomi lo quería de su lado... Probablemente el ninja más inteligente de la historia.

Izuna, el hermano de Madara Uchiha. No es un secreto que Naomi lo tenía en sus filas por su lazo sanguíneo, más como un consejero y para mantener una tensión en Tobirama.

Hamaki, la segunda princesa. Algo rara y con una actitud demasiado extravagante, aunque muy agradable. Su habilidad para ver almas y saber mucho de la gente con una sola mirada, además de su técnica única que proviene de su alma, la convierte en una exploradora perfecta ante situaciones imposibles. Aunque no destacaba en nada especial aparte de eso... (o eso se creía en su momento).

Minato, el legendario Cuarto Hokage. Su rol como uno de los ninjas más rápidos y mejores estrategas lo convertía en un recadero valioso. Además, su conocimiento en sellos le daba un papel más de apoyo y representaba un gesto hacia Naruto.

Mū... Legendario Tsuchikage, con técnicas asombrosas... pero aún no se sabía mucho sobre su rol. Probablemente un apoyo estratégico.

Hengetsu... Lo mismo que Mū, un rol de apoyo ╮⁠(⁠^⁠▽⁠^⁠)⁠╭

...

—Así que este es el Sello... Lo que haya aquí debe ser muy valioso... Además, dejar un pelotón de Uzumaki, todos resistentes, con técnicas de sellado y defensas extremas... Sin duda, debe ser importante...— dedujo Naruto en su mente.

Tras caminar por algunos minutos, finalmente llegaron a la base interna del árbol, donde había una enorme recámara.

—Pero si esto es... —murmuró Naruto.

—El Gedō Mazō —declaró Ashina.

Dentro de aquella habitación, se podía ver cómo el Gedō Mazō estaba en una postura sentada, en lo que parecía una piscina...

De los muros del árbol, múltiples cables de carne blanca se conectaban a la estatua...

Naruto fijó su mirada en la dirección a donde iban dichos cables. Estos claramente estaban hechos de tejido humano.

Al ver con detenimiento, notó que los cables se conectaban a varios pilares, donde había personas en su interior...

—Pero qué...

En uno de los pilares, se podía ver a Fugaku. Apenas su dorso y cabeza estaban expuestos, mientras el cable de carne salía de su pecho...

En otro de los pilares, se podía ver a un Zetsu en las mismas condiciones...

En otro más, había una mujer pelirroja, una Uzumaki.

En el último pilar, el más grande, había múltiples figuras encerradas, con apenas sus dorsos y cabezas expuestos.

Se veían a Kakashi, Ōnoki, Mei y Samui... Cuatro de los cinco Kages, exceptuando al Kazekage Baki.

Naruto analizó la escena por un momento.

—¿Esto es... un cultivo celular? —preguntó mientras avanzaba. —Ademas... La energía natural que absorbe el árbol, está concentrándose en la estatua... La está potenciando en vez de crear fruto?

Ashina asintió mientras seguía caminando.

—Es correcto... Aunque no es solo eso.

Naruto cambió su expresión a una de sorpresa al ver una figura a los pies del Gedō Mazō...

Había una camilla, donde varios cables de carne descendían desde el pecho del Gedō Mazō y se conectaban al pecho de aquella figura... La cual estaba recostada, dormida y completamente desnuda.

—¿Naomi-sama...? —preguntó Naruto, sorprendido al ver de quién se trataba.

Ashina asintió.

—Así es. Este es el "Proyecto Sello" de nuestra señora. Con esto, planea llevar sus poderes al siguiente nivel, al 100% de sus capacidades... O más bien, algo superior... Ella en sí misma es el fruto de este arbol

Naruto comenzó a meditar la situación.

—Ya entiendo... Fugaku, el Zetsu y esa Uzumaki están ahí para potenciar la genética de la señorita Naomi... Con sus linajes, ¿no es así?— cuestionó el rubio.

Ashina asintió.

—La señorita Naomi es una híbrida única en su clase. Tiene el linaje más poderoso mezclado en ella... Y aunque ya es extremadamente fuerte, cree que aún no ha alcanzado el máximo de su potencial genético. Por eso está cultivando y mezclando homogéneamente sus linajes para ser aún más pura en su mezcla —declaró Ashina.

Naruto asintió antes de reír.

—Jeje... No esperaba menos de ella, sin duda es una genio. Pero esta no es un clon de madera... ¿Verdad?

Ashina negó con la cabeza.

—No, es una división. Naomi-sama replicó el jutsu de Mū para dividirse. Esa es la razón por la que lo revivió a él, viendo interesante su técnica... Esto le permitirá experimentar en sí misma mientras sigue afuera con sus planes.

Naruto asintió.

—Entiendo... Pero... ¿Por qué tiene a los Kages aquí? ¿Por qué está usando sus genéticas? No vienen de linajes especiales...

Ashina se encogió de hombros.

—Lo hace para adquirir sus afinidades elementales refinadas, Kekkei Genkai y Kekkei Tōta. En la actualidad, ellos son los más refinados en dichos ámbitos. Además, tienen un filtro: solo está absorbiendo eso de ellos, no todo su ADN, ninguno es destacable más allá de eso.

Naruto fijó su mirada en alguien en específico.

—Entiendo lo de Kakashi, Ōnoki o Mei... Pero, ¿por qué Samui? No es nadie especial... Según entiendo, fue elegida Raikage por mero descarte y por influencia de los Ocultos.

—Tú lo has dicho. Ella viene del linaje de los Ocultos... En su genética debe haber algo de los genes demoníacos, según Naomi-sama.

—¿Eh!?... Entonces ella planea...

—Sí, cultivar la genética demoníaca y hacerla suya e independiente. Según los planes... incluso si el demonio del que proviene esa genética muere, no pasaría nada con el cultivo que se haga parte de ella.

Naruto no pudo evitar reír.

—Vaya, vaya... Entonces, esta es el arma secreta... Parece que la jefa no se está tomando a la ligera la nueva situación. Con la traición de Hamaki, la aparición de Aneko y Saiko... Esto sin duda lo cambia todo.

Ashina sonrió.

—Así es. Además, con la estatua y el chakra de los Bijūs... Este proceso será mucho más fructífero, potenciando los poderes de Naomi-sama

—Estoy de acuerdo, sin duda es una maravilla —declaró el Jinchūriki.

—¡ESTO ES UNA MIERDA!— exclamó el alma de Naruto desde el interior al notar lo que ocurría.

—Bien, entonces seguiré con mi trabajo. Debo encontrar a Saiko —declaró el rubio, a lo cual Ashina levantó una mano.

—Suerte, Naruto, pero ten cuidado. No sabemos qué trucos tenga esa cosa... De cualquier forma, Naomi te dijo que llevaras a tu subgeneral contigo. Te ayudará.

Naruto sonrió.

—Bien, supongo que Gaara estará feliz de salir a pasear un rato. Llevamos mucho tiempo sin hacer nada juntos, espero que no se haya oxidado. Daremos un viaje a lo largo del continente. El viejo sapo me dio una pista para encontrarla... Pero no es demasiado útil. Saiko distorsiona incluso su percepción de la naturaleza. Probablemente nos tome un par de semanas encontrarla.

—Bien, los demás generales estaremos al tanto de lo que ocurra —el Uzumaki sacó un pergamino de sus ropas y lo arrojó al rubio—. Por cierto, la jefa me pidió que te entregara esto. Úsalo con sabiduría.

Sin más, Naruto desapareció en un destello naranja.

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Más tarde... En la base rebelde.

La madrugada llegó, y los rebeldes empezaron a congregarse en la plaza principal, muchos bostezando o murmurando sobre la extraña puntualidad que Hamaki había exigido. Al llegar, se encontraron con un espectáculo inquietante: en el centro de la plaza había un altar hecho de huesos que brillaban tenuemente bajo la luz de la luna y antorchas colocadas en círculos.

Hamaki estaba de pie sobre el altar, vestida con una túnica negra larga y un sombrero puntiagudo improvisado, sosteniendo un libro que parecía un grimorio. Su cabello azul en puntas se alborotaba con la brisa nocturna, y su sonrisa era tan amplia que resultaba escalofriante. A su lado, Aneko estaba vestida de la misma forma, sosteniendo un cáliz de metal y un cuchillo hecho de hueso, el cual se veía muy afilado...

Alrededor del altar, había cinco encapuchados que parecían rezar mientras sostenían antorchas.

—¡Bienvenidos, futuros discípulos de la magia oscura! —declaró Hamaki con voz resonante mientras levantaba el libro y lo agitaba en el aire—. Hoy no solo serán entrenados en el arte del chakra, sino en los secretos prohibidos que les permitirán superar los límites de la humanidad... Les enseñaré los secretos de la vida, la muerte, el más allá y el menos acá...

Aneko guardó silencio mientras simplemente meneaba la cabeza.

Los rebeldes se miraron entre sí, desconcertados. Algunos empezaron a retroceder, mientras otros se inclinaban hacia adelante con curiosidad.

—Pero todo poder tiene un precio —continuó Hamaki, bajando el tono de su voz para hacerlo más siniestro—. Para obtener la bendición de los sennins ancestrales, el poder de la brujería oscura y el poder ilimitado... ¡deberán hacer un sacrificio personal!

Aneko escupió fuego al aire, iluminando el paisaje por un momento, como si estuviera engrandeciendo la escena.

Uno de los encapuchados caminó al centro, arrodillándose ante Aneko mientras extendía sus manos, a lo cual la albina le colocó el cuchillo en la mano.

Todos parecían expectantes a ver lo que pasaba...

—Las mujeres, para demostrar su compromiso, deben sacrificar la primera falange de su dedo anular izquierdo —dijo Aneko fingiendo cun tono sombrío, mientras el encapuchado tomaba el cuchillo y arremetía contra su propia mano... Luego la levantó al aire, demostrando que faltaba dicha falange, mientras un pequeño chorro de sangre goteaba al suelo.

Todos se tensaron al ver la escena...

Hamaki luego se aclaró la garganta mientras otro encapuchado se acercaba, señalando hacia una cortina con un cartel improvisado que decía "Para hombres".

—Y los hombres... deben sacrificar la punta de sus miembros viriles. Solo así podrán liberar su verdadero potencial.

Al instante, todo se quedó en silencio, mientras Aneko permanecía callada, observando las variadas reacciones...

La declaración dejó a todos congelados. Algunas mujeres comenzaron a murmurar entre sí, mientras varios hombres instintivamente cruzaban las piernas. Finalmente, alguien levantó la mano para preguntar...

—¡Disculpe, señorita Hamaki! Esto no parece justo. Las mujeres solo sacrifican un dedo, pero nosotros... —se llevó una mano a la entrepierna, mirando el altar con preocupación.

Hamaki lo miró fijamente, con una expresión completamente seria.

—Así lo dictan las sagradas escrituras, escritas hace tres mil años por mi señor y salvador, Takamananta, el señor de la iluminación infinita. ¿Acaso te da miedo? Tu falta de fé es lamentable — Declaró con frialdad mientras levantaba otro cuchillo, que tenía escrito "Para hombres" y era mucho más grande que el anterior.

El silencio se hizo aún más pesado. Algunos rebeldes comenzaron a murmurar, tratando de decidir si valía la pena...

Finalmente, Hamaki clavó el cuchillo de hueso en el suelo con fuerza, el sonido resonando por toda la plaza.

—¡Que el más valiente y decidido pase al frente! —gritó, su voz resonando como un trueno.

Rock Lee dio un paso adelante con determinación.

—¡Yo lo haré! Por el bien de todos, ¡sacrificaré lo necesario para vencer a Naomi! —declaró con el puño en alto, mientras Gai lo miraba con lágrimas en los ojos.

—¡Lee! ¡Ese es el espíritu de la juventud! —exclamó Gai, conmovido. Pero antes de que pudiera decir más, una mano firme agarró a Lee por la oreja y lo jaló hacia atrás.

—¡Ni se te ocurra, idiota! —gruñó Sakura, fulminándolo con la mirada. Luego se volvió hacia Hamaki, su voz llena de indignación—. ¡PIENSA EN MÍ, IDIOTA!

—¡Ou!... —Lee retrocedió un poco, sonrojado.

De pie entre los demás, Sasuke mantenía su postura seria, pero en su mente reinaba el caos.

Si este es el sacrificio necesario para obtener el poder... Entonces tal vez debería considerar...— pensaba, mientras una gota de sudor le resbalaba por la sien.

Sus ojos oscuros se desviaron hacia la cortina con el cartel que decía "Para hombres". Su mirada se tensó y, en su mente, aparecieron las caras de Itachi y su clan, la misión que había cargado desde su niñez.

El renacimiento del clan Uchiha...— murmuró para sí mismo, mientras apretaba los puños. Pero luego, la otra parte de la declaración de Hamaki resonó en su mente.

"Los hombres deben sacrificar la punta de sus miembros viriles..."

Tch... Si hago esto... El clan Uchiha... Nunca... jamás... podré...—Los pensamientos lo bombardearon, y por primera vez en mucho tiempo, Sasuke Uchiha comenzó a sudar frío de verdad.

Desde afuera, los demás notaron el cambio en el joven Uchiha. Su usual expresión calmada había sido reemplazada por una mirada perturbada, y sus ojos se movían nerviosamente mientras miraba al altar y luego al suelo.

Shikamaru, que estaba junto a él, no pudo evitar levantar una ceja.

—Sasuke... ¿estás bien? —preguntó, algo confundido.

Hamaki no respondió. En cambio, su expresión se mantuvo seria mientras observaba a los rebeldes con aire expectante. Shikamaru dejó escapar un suspiro, llevándose una mano a la frente.

—Tch... Esto es tan problemático.

Por otro lado, Gai avanzó unos pasos, su rostro lleno de determinación.

—¡Si nadie más está dispuesto, entonces yo, Maito Gai, daré el ejemplo! —declaró mientras comenzaba a desabrocharse la túnica con un gesto dramático.

Los rebeldes comenzaron a murmurar con más fuerza. Algunos trataban de detenerlo, mientras otros empezaban a convencerse de que tal vez este era un verdadero rito de iniciación. Incluso algunos comenzaron a levantar la mano, listos para unirse al sacrificio, motivados por el discurso de Gai.

—¡El camino del sacrificio es el camino hacia la grandeza! ¡Debemos estar dispuestos a darlo todo por la causa! —gritó Gai, señalando al altar. Su energía juvenil comenzó a contagiar a los demás, y poco a poco más hombres y mujeres se mostraban dispuestos a seguir su ejemplo.

Y justo cuando Gai se disponía a tomar el cuchillo, Hamaki se derrumbó en el altar, soltando una carcajada tan fuerte que resonó por toda la plaza.

Al instante, el rostro de todos cambió mientras la oían...

Ella se retorcía de risa mientras Aneko parecía confundida... pero no pudo evitar reír al ver a su amiga de esa forma. Su carcajada era algo pegajosa...

—¡JAJAJAJAJA! ¡No puedo! ¡No puedo más! ¡JAJAJA! ¡No puedo creer que realmente lo consideraran! —exclamó Hamaki, llorando de risa mientras se agarraba el estómago.

Los rebeldes se quedaron congelados por un segundo antes de que una ola de indignación recorriera la plaza.

—¡¿Era una broma?! —gritó Temari, su rostro rojo de furia.

—¡Eso fue demasiado cruel! —se quejó Ino, llevándose una mano al pecho.

Chōji, por su parte, soltó un suspiro aliviado.

—Uf... Por un momento, pensé que tendría que decirle adiós a... Bueno... ya saben.

Hamaki se incorporó, aún riendo mientras agitaba una mano para calmar los ánimos.

—¡Vamos, chicos! No se lo tomen tan en serio. Esto fue solo para romper el hielo. Si no saben reírse en medio de la adversidad, nunca serán verdaderos sennins. ¡El humor es clave para entender el equilibrio del chakra!

Sasuke se palmeó la cara.

—¿Volvió a usar su genjutsu disuasivo...? Mierda... Caímos...—pensó el Uchiha, avergonzado.

Aneko, por su parte, se llevó la mano al mentón, aún con una sonrisa por la situación, mientras los encapuchados se quitaban las capuchas, revelando que eran duplicados suyos, con diferentes estaturas...

—¿Entonces... esto es una broma? Sin duda, Rosita se divirtió mucho. Admito que también me pareció gracioso... aunque muy extravagante...

—Bien, bien... Ahora sí vamos con el entrenamiento de verdad —declaró Hamaki mientras se sentaba en el altar con una gran sonrisa. —Les enseñaré lo que es el chakra sennin, y como pueden obtenerlo

Fin del capítulo 29

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