23 [Analisis]
En la base rebelde.
Habían pasado algunas horas; aún era de madrugada.
En la enfermería, se podía ver cómo varias personas estaban reunidas. Había una mesa en medio, donde reposaba el fruto de chakra. Todos miraban el objeto con cautela.
Entre estas personas, estaban Karin, Anko Mitarashi, Gai, Temari, Haku, Jiraiya, Tsunade y Yamato, además de Romura en su disfraz de humana, y Yasu, con su doble identidad.
—Vaya... Entonces, ¿este es el fruto del que tanto hablabas? —cuestionó Jiraiya, dándole una mirada a Tsunade.
Todos los demás hicieron lo mismo, mirando a la rubia.
La noche anterior, habían estado hablando de lo ocurrido, además de ponerse al corriente con varias cosas que habían pasado durante los últimos años.
Tsunade asintió ante la pregunta de Jiraiya.
—Así es... No sé mucho al respecto de cómo funcionan, pero sí lo que hacen. Son el producto de robar la energía natural del entorno con esos árboles monstruosos. Si Naomi los consume en su forma madura, cada uno puede multiplicar su poder enormemente —explicó la rubia.
Jiraiya entrecerró los ojos.
Tsunade ya le había contado el plan de Naomi: reunir poder mediante estos frutos al sacrificar parte de su esperanza de vida temporalmente y luego recuperarla de forma multiplicada.
Esta información provocaba que todos quisieran detenerla antes de que los frutos alcanzaran su máximo poder y fueran consumidos, lo cual obligaría al Kyūbi y al Nibi a salir. Era un escenario en el que Naomi ganaba si las cosas salían como pensaba, o incluso si no.
—¿Y qué pasaría si alguno de nosotros consumiera el fruto? —preguntó una voz.
Todos se voltearon a verla. Se trataba de Haku, quien estaba de brazos cruzados, mirando fijamente la fruta.
Anko se llevó una mano al mentón.
—Pensé lo mismo. Pero, si este es el fruto de uno de los árboles pequeños, significa que no ha madurado, ¿verdad?
Tsunade meditó antes de contestar.
—La verdad, solo puedo teorizar. Como mencioné, no conozco demasiado sobre su funcionamiento más allá de lo que me dijo Naomi. Sé que tienen un límite en el poder que pueden alcanzar y que ella no está interesada en comerlos antes de tiempo —declaró la rubia, para luego añadir—: Tengo el presentimiento de que no es buena idea intentarlo. No sabemos qué efectos podría provocar en alguien que no sea Naomi. Después de todo, están hechos con sus propias células. Probablemente, si lo come alguien incompatible, el resultado sea una muerte desconocida.
Temari asintió.
—No es conveniente jugar con la única pista y herramienta de Naomi que tenemos en nuestro poder, además de arriesgar la vida de alguno de nosotros —concluyó la chica de la arena.
Todos los presentes estuvieron de acuerdo. Sabían muy poco y no podían tomar demasiados riesgos al respecto.
—Pero... ahora que sabemos su plan, y considerando que ella quiso que lo supiéramos, ¿qué debemos hacer? Indirectamente, cualquier escenario ya podría haberlo tenido en cuenta, pensando en cómo le favorecería —comentó Karin mientras se acomodaba los lentes.
Gai se llevó la mano al mentón mientras meditaba la situación.
—Deberíamos evitar que la información se propague. Ella quiere que llegue al Kyūbi y al Nibi para que salgan. Tal vez lo más conveniente sea que se mantengan sin saberlo —sugirió el hombre.
Todos se miraron entre sí, algunos de acuerdo y otros en desacuerdo, pero fue Jiraiya quien finalmente negó antes de extender un brazo.
—Imposible. Tengo el presentimiento de que ya lo saben. De hecho, he recibido un informe del equipo Neji. Al parecer, Hinata Hyūga, la actual portadora del Kyūbi, ha aparecido. Tengo la teoría de que ya sabe bastante —explicó Jiraiya.
—¿Y el Nibi? —preguntó Yamato.
—Es probable que también tenga conocimiento de esto. Según nuestra más reciente aliada, Aneko Goremane, dos de sus compañeros Pecados estuvieron presentes antes de la reunión que tuve con el equipo de Sasuke Uchiha —contestó Tsunade.
—Esto es malo... Está ocurriendo justo lo que ella planeó. Las cosas no tardarán en ponerse feas —analizó Haku—. Lo único que ha pasado hasta ahora que no planeaba era perder un fruto.
—Cierto. Tal vez, si nos enfocamos en lo que ella no esté pensando, podemos formar una estrategia viable. Necesitamos descubrir qué ocurrió con los antiguos Cinco Kages, evitar que logre su cometido y bajarla del poder —continuó Anko.
—Y los problemas no terminan. Neji me mandó otro reporte algunas horas más tarde. Es información reciente: dos reportes, de hecho. Al parecer, Naomi no será nuestro único problema... Hay otro enemigo suelto, tal vez igual o más peligroso —explicó Jiraiya, mirando al techo.
—¿Es en serio? —cuestionó Romura, incrédula.
Yasu, por su lado, guardó silencio, atenta a cada detalle de la conversación.
Jiraiya tomó un respiro.
—Tengo los detalles e información que logró recabar el día de ayer, hasta anoche, cuando sobrevivió con su equipo tras encontrarse con Hinata Hyūga. Pero bueno, yendo al grano, creo que sería mejor hablar con Aneko. Al parecer, esta nueva amenaza tiene algo que ver con ella —declaró el sannin—. Por cierto... ¿dónde está?
El peliblanco ya sabía de la presencia de la asesina en la base, pero no había tenido la oportunidad de saludarla ni hablar con ella.
Yasu, al escuchar esta pregunta, se encogió de hombros.
—Dijo que tomaría una siesta... No me pregunten en qué parte de la base.
Al instante, todos sintieron una gran gota de sudor bajando por sus frentes.
Ni cuatro años seguidos de sueño le quitaban la pereza.
—Bueno, hablaré en persona con ella después. De momento, les diré todo lo que Neji me ha transmitido —declaró el sannin de los sapos, retomando la conversación.
Yasu frunció el ceño debajo de su máscara mientras llevaba una mano debajo de su gabardina.
—Será mejor que los demás sepan de esto... Y más si involucra a Aneko —pensó ella.
Jiraiya por su lado observo en silencio la habitación contemplando a cada persona.
—La situación es cada vez peor... Me preocupa que Naomi quiera meterse con esa nueva amenaza... Me preguntó... Que hará Naruto ahora?...—
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Horas más tarde... En otro lugar.
Se podía ver la base de los asesinos, donde Natsu caminaba por la calle, seguida por dos de sus compañeros, Kenzo y Kasuma, Pecados de la Avaricia e Ira, respectivamente.
—Así que... ¿una nueva enemiga? —pensó la pelirroja, frunciendo el ceño.
Esto sucedía tras haber escuchado toda la información rebelde sobre Saiko. Al igual que los demás usuarios de senjutsu, ella había sentido aquella perturbación en la naturaleza, producida durante el despertar del monstruo.
El despertar de Saiko, una aberración que había provocado que el mundo entero, incluso en su estado actual, se estremeciera.
Durante la conversación de Jiraiya con los demás rebeldes, Yasu había estado usando su comunicador espacio-temporal, transmitiendo la información en vivo a Natsu y sus compañeros asesinos, quienes escucharon todo con atención.
—Entonces... ¿qué vamos a hacer ahora, Natsu-sama? —cuestionó Kenzo mientras caminaba detrás de la pelirroja. El asesino se notaba preocupado por la reacción de Natsu.
Todo el tiempo ella había permanecido en un silencio bastante tenso, y su aura se hacía más densa a medida que escuchaba más detalles del monstruo.
Natsu se detuvo en seco.
—Desde hace un tiempo, aquella anomalía en la naturaleza me ha hecho tener un mal presentimiento... Siento que es prioritario tomar acciones. —La pelirroja fijó su atención en el Pecado de la Ira—. Dime, Kasuma... Tú que tienes conexión con la energía natural por tus implantes biológicos, ¿has sentido algo raro?
Kasuma se llevó la mano al mentón.
—Debo admitir que he estado teniendo un mal presentimiento también... Pero he sentido dos alteraciones. Una de ellas fue poco antes de que Aneko reapareciera. La otra fue hace horas.
Natsu asintió.
—Sentiste lo mismo que yo... Algo relacionado con los Árboles de la Muerte, ¿no es así?
—Sí...
—Debió ser la cosa que emergió cuando se comió el fruto. Tenemos mucha suerte de que la guardia que Naomi puso ahí tuviera la habilidad adecuada para revertir la situación.
Natsu inclinó la cabeza al frente mientras analizaba la situación.
—Tengo una muy mala espina de todo esto. Según la información rebelde, esa cosa se hace llamar Saiko y puede tener alguna relación genética con Aneko. Pero también un origen relacionado con Orochimaru... Además de que deja un rastro de muerte en el ecosistema a su paso. No tengo dudas: ese loco creó algo que se le salió de las manos, algo que no debería existir.
La pelirroja se maldijo en silencio a sí misma. No lo había detenido cuando podía. Debió haberlo matado, pero sobrevivió... Y ahora, ese error volvía para darle dolores de cabeza.
Kenzo se llevó una mano al mentón.
—Debo suponer que, como Naomi es usuaria del senjutsu, al igual que varios de sus subordinados, también sintieron esa perturbación de la que hablan... Y obviamente, ella también está consciente de esa criatura. Es probable que la tenga en la mira.
—Claramente, un monstruo como el que describieron los rebeldes es una amenaza latente para ella. No va a quedarse de brazos cruzados esperando a que esa cosa se coma su trabajo de cuatro años.
Natsu asintió.
—Correcto... Eso es justo lo que pasa. Claramente la tiene en la mira, pero tengo la sospecha de que no es exactamente para eliminarla.
Los otros dos asesinos se mostraron intrigados ante esa deducción.
—Hizo que su general estudiara al monstruo. En la información que mencionaron los rebeldes, no se dijo mucho, pero al parecer la general logró hacer que la criatura huyera.
La Uzumaki levantó un dedo antes de explicar:
—Neji Hyūga envió un reporte explicando su encuentro con la criatura. Su historia fue algo larga, pero muy detallada. Describió cómo era, sus habilidades, su pelea, la intervención de una de los diez generales, la posterior aparición de Naomi... Incluso habló de la aparición de Hinata Hyūga y cómo la general se fue del bando de Naomi.
—Pero, ¿por qué haría algo así? Saiko debería ser una amenaza para sus planes. ¿Por qué no la eliminó a primera vista? Si ya había visto su potencial desatado en cuanto se comió el fruto... Además, si es algo como Aneko, ya debería saber que no es algo para tomar a la ligera —cuestionó Kenzo.
—Creo que es claro... Naomi quiere apoderarse de la criatura.
—Pero... ¿por qué? Es mucho riesgo...
Natsu meditó unos segundos antes de finalmente contestar:
—Según la información que ustedes trajeron, el objetivo de Naomi con los árboles es absorber energía natural en masa. Piensen lo siguiente:
Gracias a la información que trajeron, sabemos que Naomi plantó los árboles para hacerse más poderosa y, de paso, crear un escenario donde Hinata Hyūga y yo nos viéramos obligadas a intervenir.
Cosa que, de una u otra forma, ya logró. Aunque las dos sabemos que es una trampa, tenemos que actuar antes de que logre su plan.
Sus cinco árboles más grandes han tardado casi cuatro años en alcanzar su poder actual. Han secado sectores enteros de bosque y absorbido energía natural en masa. Deberían estar en su punto máximo dentro de un mes.
Y los más pequeños apenas están en desarrollo. Aun así, planea acelerar su crecimiento cuando obtenga el poder de los otros cinco en un mes.
Ahí tenemos un factor.
El segundo factor es la historia de Neji Hyūga.
Explicó que siguieron el rastro de la criatura e intentaron evitar que esta se comiera un fruto. Ya que, de hacerlo, se convertiría en un monstruo imparable. Esto llevó a una pelea entre la criatura y la general Hamaki Hyūga.
Al final, la criatura huyó, pero aparentemente Naomi no tomó ninguna acción, y Hamaki estaba estudiando a la atacante.
Esto me hace pensar, por no decir que estoy segura de, que Naomi debe querer su habilidad única de absorber energía natural.
Lo que sus árboles tardaron cuatro años en absorber en un punto estático, esa criatura, teóricamente, puede absorberlo en menos tiempo y en movimiento, solo con su presencia.
Tengo la teoría de que el fruto que comió solo hizo reacción con la energía natural que esa cosa ya había acumulado, haciendo que ese fruto tuviera casi tanto poder como uno madurado, por no decir que probablemente multiplicó su poder.
Era un fruto pequeño, pero obtuvo, por el instante que se transformó, un poder devastador, mayor que el que podría otorgar incluso el árbol más grande.
Probablemente, Naomi sintió un interés en eso. Con Saiko en su poder, podría forzar los frutos a madurar en un instante usando la energía que ella tenga acumulada, o hacerla acumular más al enviarla a moverse por ahí.
...
Ante este análisis, los pecados entendieron por dónde iba el asunto. En un hipotético caso de que eso fuera así... Un escenario donde cada fruto otorgue un poder como el visto por esos instantes, daba miedo...
—Ya entiendo... Entonces, ¿quiere de alguna forma obtener el poder de ese monstruo para adelantar sus planes? —cuestionó Kenzo, mostrándose preocupado.
—Así es... Probablemente está planeando encontrar la forma de absorber la mayor cantidad de energía natural en el menor tiempo posible. Ahora que Aneko le demostró ser una amenaza, y que Hinata y yo hemos empezado a movernos, la aparición de una criatura similar a Aneko, con una propiedad tan específica que puede ayudarle en sus planes... Está claro que le interesa apoderarse de ella.
Kasuma asintió.
—Pero... ¿siquiera es posible? ¿Y si la criatura es más de lo que puede manejar?
Natsu negó con la cabeza.
—Créeme... Es dudoso que eso pase. Probablemente ya tenga algún plan. Pero no es imprudente ahora; tarde o temprano esas dos tendrán una confrontación del todo por el todo. En cualquier circunstancia, donde cualquiera de las dos gane, las consecuencias solo pueden ser problemáticas. Si esa cosa se hace con el poder de Naomi, o si Naomi se hace con el poder de esa cosa... Sigue siendo un escenario apocalíptico.
Los tres guardaron silencio un momento. Era evidente que las cosas eran muy complejas; era una pelea de titanes donde aquellos que se pusieran en medio probablemente morirían.
En eso, una figura se acercó a ellos.
—¡Jefecita! Ya he hecho los preparativos para partir a la misión que me dijo —se trataba de Yatira, pecado del orgullo, quien venía acompañada de Ohara.
Natsu asintió.
—Bien... Vamos a buscar a la criatura. Será nuestro trabajo exterminarla antes de que Naomi la encuentre. O, en su debido caso, vamos a sellarla.
Aunque ya todos sabían que esa sería la misión, no dejaban de ver la situación como algo desfavorable.
—Y pensar que tenemos que acabar con alguien que es tan parecida a Aneko... —comentó Kenzo, meditando la situación.
—Es una tarea suicida... Pero será peor para todo el mundo si no lo logramos —declaró Ohara, mientras apretaba el puño.
Natsu sabía que no era una tarea para nada fácil... Pero era algo que debían hacer.
Entre buscar una criatura que deja un rastro de muerte a su paso y apenas está en crecimiento, y buscar a Naomi, quien tenía todos los recursos a su favor, la mejor opción sería ir a por la criatura y detenerla antes de que sea tarde.
—Aneko, incluso hace cuatro años, era la más fuerte de nosotros —agregó Kasuma—. Me atrevo a afirmar que más fuerte que los demás juntos.
—Es por eso que debemos detener a la criatura... También luché con Aneko en compañía de Hinata, y fue muy difícil de vencer... Y solo lo logramos porque aún no terminaba de recuperarse de su pelea anterior, donde fue gravemente herida —declaró la pelirroja—. Y también me enfrenté a Orochimaru... Al igual que a alguien similar a nosotros, bajo la influencia del sello maldito, su creación... Y no hablemos de Naomi... Esta situación es una mierda.
Si alguien sabía de primera mano el alcance de esta nueva amenaza, o si caía en manos de Naomi, era Natsu.
—Bueno, sabíamos que esto iba a ser peligroso... Ser asesinos es un trabajo de mierda —concluyó Yatira para luego encogerse de hombros—. Pero... Alguien tiene que hacerlo, ¿no?
Kenzo finalmente rió.
—Bueno... Tenemos una vida llena de crímenes y hacemos esto para redimirnos a nosotros mismos. En esta vida, tarde o temprano mueres... Aunque el mundo se ha torcido, seguimos siendo asesinos y viviendo bajo esas reglas.
—Bueno, si fallamos, solo perderemos la vida —bromeó Kenzo.
—Bah... Bueno, mejor morir con estilo que vivir sin gracia —declaró Yatira con una sonrisa.
Natsu sonrió antes de asentir. Era la forma de sus compañeros de decir que la apoyarían hasta las últimas consecuencias.
—Gracias, chicos...
En eso, todos voltearon a ver cómo alguien más se acercaba.
—¡Hermanaaa!
Se trataba de Ryomi. La ojiazul se había dejado crecer el cabello hasta la cintura, estaba vestida con una bata blanca y un traje azul debajo, además traía una bolsa en sus manos.
—Escuché que irían a una misión importante... —dijo la gemela mientras miraba a Natsu.
La asesina pelirroja solo sonrió.
—No te preocupes, hermana, volveré pronto. Espero encontrar algo delicioso para cuando llegue —contestó con una sonrisa.
Ryomi solo sonrió antes de levantar su bolsa.
—Lo sé. Ustedes son fuertes, confío en que volverán —declaró para luego sacar algunas cosas de la bolsa.
Los asesinos se mostraron curiosos mientras ella extendía una caja a cada uno.
—Preparé un almuerzo especial para cada uno, sus comidas favoritas. ¡Mucha suerte! —declaró la Uzumaki.
—¡Ah! ¡Nunca nadie se había preocupado tanto por mí! —exclamó Kenzo mientras abría la caja y empezaba a comer de su contenido, con lágrimas en los ojos—. ¡Gracias, señorita Ryomi, su comida es la mejor!
—Pero si ella cocina algo especial para cada uno una vez a la semana... —murmuró Natsu.
—Era para el camino, tarado... —declaró Kasuma, viendo el comportamiento de su compañero, mientras él guardaba su alimento en un pergamino.
De algún tiempo para acá, se había vuelto demasiado expresivo...
—Ay, Kenzito... ¿Ya le estás coqueteando a la hermana de la jefa? —preguntó Yatira, burlona.
—¿Eh?
—Tal vez se lo debamos decir a Aneko... —propuso Ohara con calma, sin darle demasiada importancia como siempre.
—¡Oigan, un momento!
Ryomi solo rió, llamando la atención de todos.
—Me alegra que les guste, espero que les dé energía.
Dicho esto, ella se despidió de su hermana con un abrazo, el cual fue correspondido. Sin más, la pelirroja se retiró de vuelta a las calles, dirigiéndose a lo que parecía un jardín de infantes. Era el lugar donde habían sido reubicados los niños candidatos a asesinos de la duodécima generación.
—La señorita Ryomi sin duda se ha vuelto el alma de esta nueva sociedad... —comentó Kenzo, ahora mostrándose algo más serio, pero con un tono de respeto en su voz.
—Es la más humana de nosotros aquí... Ha ayudado a que nuestra sociedad salga de la monotonía de ser máquinas de matar —declaró Yatira, también dejando ver su admiración.
—Me alegra que al menos aún haya alguien como ella en este mundo tan oscuro y apagado —concluyó Kasuma.
Natsu solo sonrió con orgullo antes de guardar su caja de comida en un pergamino.
—Bueno, será mejor irnos ya... Haremos una parada rápida antes de hacer nuestra búsqueda de la criatura...— Dicho esto, Natsu visualizo su interior —Lista... Matatabi?—
—Siempre— Declaró la gata con una sonrisa.
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En algún otro lugar...
Se podía ver una aldea civil. Esta ya estaba empezando a abrir sus negocios; los aldeanos comenzaban su día a día. Algunos simplemente paseaban por las calles, otros bebían algo cálido para empezar su jornada, y otros más trabajaban...
—¡Oh! ¡Jojojo! ¡Miren esto! —exclamó Hamaki mientras saltaba hasta una de las vitrinas.
La Hyūga estaba usando su característico kimono negro, mientras que junto a ella iban Hinata y el equipo Neji, todos con capas negras y capuchas cubriendo sus identidades.
Todos observaron en silencio cómo la segunda princesa Byakugan saltaba de un lado a otro sin ocultar su emoción, viendo cada vitrina que podía y admirando lo que había allí: desde simples llaveros y postres hasta prendas finas.
—¡Wow! Oiga, señorita, ¿qué tipo de moneda manejan aquí? ¡Ese postre de ahí se ve delicioso! —preguntó la Hyūga con amabilidad mientras se colocaba en el mostrador de una panadería.
—¿Eh... Hinata? —preguntó Neji, viendo la escena con una gran gota de sudor bajando por la frente.
—Esa tipa... En serio es un enigma —declaró Kiba.
Hinata, por su lado, no pudo evitar sonreír ligeramente.
—Déjenla, ella realmente ama explorar. Es lo mínimo que se merece después de todo lo que ha pasado —dijo la Hyūga, contemplando la escena.
La "abuela" paseaba de lado a lado con una gran sonrisa en su rostro, comportándose como una niña en una juguetería, fiel a su aspecto jovial.
Shino se aclaró la garganta.
—Pero... ¿no es peligroso que ande por ahí hablando con cualquiera que se cruce y siendo tan llamativa? —cuestionó el Aburame. Ella no traía una capa y era obvio que, al ser una exgeneral, su aspecto debería ser reconocido por los demás.
Hinata solo se encogió de hombros.
—No le des importancia. Ustedes no lo notan porque ella no los está afectando a ustedes, pero se está cubriendo con un genjutsu de alto rango de forma pasiva. Los aldeanos ven a una mujer entusiasta, tal vez peculiar, pero no su verdadera apariencia —explicó la asesina.
Los demás asintieron al comprenderlo.
Los genjutsu de la segunda princesa no eran cualquier cosa; incluso ninjas de los más altos rangos serían engañados por su habilidad. Su maestría del chakra le facilitaba manipular los sentidos de cualquiera que estuviera desprevenido.
Finalmente, la Hyūga mayor se colocó frente a los cuatro con una gran sonrisa.
—¡Qué divertido! ¡La gastronomía sí que ha evolucionado mucho en 400 años! —exclamó mientras comía de un pequeño pastel. Además, estaba usando un par de lentes oscuros y un adorno en el cabello.
Hinata le había dado algunos ryos para que gastara a placer, a lo que Hamaki no perdió la oportunidad.
Neji sonrió.
—Me alegra que te diviertas.
Sin más, la segunda princesa volvió a su exploración.
Hamaki, desentendida de todo, simplemente deambulaba de un lado a otro con una sonrisa. Compraba una manzana aquí, charlaba con un vendedor allá, sin mostrar una pizca de preocupación.
Neji cambió su expresión por una más estoica mientras miraba su entorno, con los brazos cruzados, vigilando cada rincón del lugar con su Byakugan. Kiba y Akamaru se movían con inquietud, sus sentidos agudizados para detectar cualquier señal de peligro. Shino, como de costumbre, mantenía un perfil bajo, soltando insectos discretamente en los alrededores.
Hinata, por su parte, afinaba sus oídos para captar conversaciones en la multitud.
En un rincón cercano, un grupo de civiles discutía acaloradamente:
—¿Derrota de Naomi? ¡Bah! Eso es imposible —vociferó un hombre robusto, golpeando la mesa de un puesto—. Esos son solo rumores ridículos. Nuestra líder es invencible.
—¡Estoy de acuerdo! —añadió otro—. Y ese asunto del supuesto traidor... Si existe, debería ser colgado.
—Cállate, idiota. ¿Y si es verdad? —replicó una mujer joven, visiblemente molesta.
Aunque el mundo estaba bajo una dictadura mundial con una tirana como líder, no faltaba quienes la admiraban e idolatraban. Naomi se había ganado el corazón y el apoyo de muchas personas, cautivadas por sus discursos y objetivos, con los que muchos simpatizaban. Además, reforzaba sus creencias con su poder, lo que la hacía aún más respetada.
—Esto será un dolor de cabeza, incluso cuando derrotemos a esa tipa...— meditó Hinata.
No muy lejos, otro grupo mantenía un tono mucho más esperanzador.
—¿Y si finalmente alguien se atrevió a desafiarla? —susurró una mujer mayor con una sonrisa tímida.
—El traidor es un héroe —añadió un hombre más joven, con los ojos brillando de emoción—. Si Naomi cae, podríamos recuperar nuestras vidas.
—Solo espero que no sea mentira...
Hinata inclinó la cabeza, pensativa.
Luego enfocó su atención en otra conversación.
Más allá, una pareja hablaba en voz baja, pero el tono de miedo era inconfundible...
—Dicen que hay un monstruo cerca. Algo que devora a los desafortunados que cruzan su camino...
—¿Será otro de los experimentos de Naomi? —preguntó el hombre, mirando por encima de su hombro.
—No lo sé, pero algunos aseguran haberlo visto. Es enorme, con colmillos... Oí que incluso Naomi le tiene miedo.
Hinata cerró los ojos por un instante, procesando toda la información.
—Algo en todo esto no me gusta... Estas cosas pasaron hace menos de 15 horas... Casi 12. ¿Cómo es que ya hay tanta información rodando entre los civiles? —meditó la asesina mientras empezaba a unir las piezas.
Teóricamente, Naomi querría esconder toda esa información, pero estaba libre... En boca de gente común, en un tiempo muy corto.
—Estos rumores... no son coincidencia —dijo en voz baja, asegurándose de que solo Neji, Kiba y Shino pudieran escucharla.
—¿A qué te refieres? —preguntó Neji, sin apartar los ojos de Hamaki, quien se mantenía entretenida.
—La gente está hablando de lo que pasó ayer. Las noticias se están propagando demasiado rápido. Las historias de su derrota, la traición y un monstruo suelto... Todo pasó hace menos de un día, pero la aldea ya está llena de rumores —explicó Hinata.
Shino ajustó sus gafas.
—Eso es inusual, incluso para rumores normales. ¿Crees que alguien los difunde intencionalmente?
—Estoy segura... Es una estrategia —respondió Hinata, con el ceño fruncido—. Pero no entiendo su objetivo. Está colocando en duda su propia reputación pública a propósito...
—Tal vez... Está intentando llamar la atención de alguien más con esa información —analizó Neji, a lo que Hinata asintió; tenía la misma sensación.
Kiba gruñó, inquieto.
—¿Entonces está jugando con todos como si fueran marionetas?
—Exacto —murmuró Hinata—. Y si tiene esta habilidad, debemos averiguar cómo lo hace...
—¡Oh! ¡Miren esto! —exclamó Hamaki, colocándose frente a ellos y mostrándoles su más reciente adquisición—. ¡Para mi nietecita!
Un monedero en forma de gatito blanco. La Hyūga se acercó a su nieta y lo colocó entre sus manos, a lo que Hinata solo rió ligeramente.
—Eh... Muchas gracias, abuela.
—¡Y mira, también tengo uno para mí! —Hamaki mostró un monedero idéntico, pero con un gatito negro.
Finalmente, la Hyūga se acercó a Neji.
—Y para ti... ¡esto! —Hamaki sacó un pequeño collar de cuarzo blanco.
—Gracias... —contestó Neji, recibiendo el regalo con una sonrisa incómoda.
Finalmente, Hamaki se fijó en Akamaru.
—¡Para ti también hay! —Dicho esto, le lanzó un bocadillo, que Akamaru atrapó en el aire y comió mientras movía la cola.
Shino y Kiba solo miraron la escena incrédulos.
—Para ustedes no me alcanzó —dijo despreocupadamente.
Hubo un silencio incómodo.
—¡Era broma!
A cada uno les lanzó un llavero, uno en forma de perrito y el otro de escarabajo.
Antes de que esto continuara, Hinata decidió interrumpir.
—Oye, abuela... Tengo una pregunta para ti —dijo ella, llamando la atención de la sennin.
—¿Sí?
—Las noticias de lo que pasó ayer... Ya están en boca de toda esta gente. ¿Cómo es posible que se hayan difundido tan rápido? —cuestionó Hinata.
Hamaki se llevó una mano al mentón.
—Bueno... La respuesta es algo simple, pero a su vez compleja.
Todos se mostraron inquietos mientras ella levantaba un dedo.
—Recuerden que hace 4 años, Naomi hizo una transmisión a nivel mundial donde declaró su dominio del mundo, transfiriendo información a todo el planeta. Para difundir noticias como estas, hace algo similar, pero de forma más localizada. Difunde la información a un grupo selecto de personas, los "notificadores". Es un sistema eficiente y rápido.
Hamaki señaló su cabeza.
—Con ayuda de sus generales, formó estos grupos con gente ordinaria que consideró leal, o simplemente los mató y reanimó, dejándolos libres en lugares específicos. Cuando quiere dar una noticia, les transmite la información, y ellos actúan como civiles ordinarios, propagando los rumores.
La explicación dejó impresionados y preocupados a los ninjas.
—Ya veo... Entonces, ¿esta ha sido su forma de ganar seguidores y pequeños aliados a lo largo del mundo? —preguntó Shino.
Hamaki rió.
—Probablemente, pero también ha sido cosa de su presencia y reputación. No es algo para tomarse a la ligera.
—Bien, lo entendemos. Creo que lo mejor será apresurarnos para llegar a la base —concluyó Neji.
Hamaki asintió.
—Cuanto antes, mejor.
Hinata, por su parte, se quedó pensativa.
—¿Pasa algo, nietecita? —preguntó Hamaki al notar que la Hyūga no se movía.
—Eh... Nada. Será mejor irnos rápido —respondió la asesina.
Mientras caminaba con el resto del equipo, Hinata reflexionaba.
—Naomi está difundiendo a propósito información de que fue derrotada... También de Saiko. ¿Por qué? Su imagen de figura invencible flaqueará... Tal vez lo que quiere es...
Después de unos segundos, la Hyūga llegó a una conclusión.
—Ya entiendo... Está jugando conmigo. Sabe que esto es un duelo de estrategia donde quien manipule mejor las variables será la ganadora. Está difundiendo noticias de Saiko como una señal para mí, los rebeldes y los asesinos. Nos está advirtiendo del siguiente paso.
Hinata apretó el puño, frustrada.
—Esa maldita... Quiere que vayamos. Está dejando pistas de sus intenciones a propósito para obligarnos a intervenir, lo que le da la oportunidad de capturarnos... Y si no lo hacemos, igual podría ocasionar un desastre. Nos está colocando entre la espada y la pared...—
Kurama frunció el ceño.
—¿Te refieres a... ellos?
—Sí, los demonios. Quiere hacerlos salir, mostrando que ahora es vulnerable y que sus objetivos están al alcance. Ha creado un escenario que los empuja a intervenir... Lo hace a propósito
Kurama gruñó.
—¿Será que intenta hacer que todos sus enemigos peleen entre sí?
Hinata asintió.
—No veo otra razón para involucrar a Saiko, los demonios, los rebeldes, los asesinos y a nosotros. Claramente, esto formará un conflicto...
Kurama permaneció en silencio un momento antes de hablar de nuevo.
—Y Saiko... Que tan peligrosa crees que sea?
—No lo sé... Ahora de forma individual, creo que tenemos chances de derrotarla... Pero, esa cosa se estaba adaptando a los golpes de la abuela, además de ir despertando su verdadero potencial... La cosa es que la abuela rebobinaba su cuerpo para deshacer dichas adaptaciones... Eso me hace pensar... Que la única forma de derrotarla, es destruirla de un solo golpe... O atacarla con algo a lo que no se pueda adaptar. La abuela también tenía la ventaja de tener centenares de tecnicas y ser capaz de combinar, formando infinidad de ataques para contrarrestar esa habilidad...
La Hyuga medito un momento más...
—Ademas, he estado teniendo un mal presentimiento... La habilidad de su youringan o tenseigan, según la abuela es muy peligrosa... Súmale que probablemente tenga acceso a las técnicas de Orochimaru... Eso es lo que más miedo me da
—Es cierto... Pero te noto preocupada por algo más. Que ocurre?
—Tengo la sensación... De que Saiko, podría convertirse en 2 tipos de amenaza... Todo depende de cómo resulten los planes de Naomi... Por un lado, podría ser una gran amenaza por si misma... Incluso peor que Naomi. O por el otro... Podría convertirse en propiedad de Naomi, haciendo que sea todavía peor.
—Es probable... Con Hamaki y Aneko de nuestro lado... Saiko es un peso fuerte para inclinar la balanza a su favor... Sin contar a sus mejores generales y esos malditos frutos...
—Si no eliminamos a alguna... Solo nos depara un futuro muy jodido...
Tanto kurama como Hinata se percataron... La sensación de victoria por la ayuda de Hamaki, había Sido solo algo pasajero...
El juego apenas comenzaba.
—Por cierto nietecita!— Exclamó Hamaki llamando la atención de todos.
La princesa byakugan sonrió antes de cuestionar.
—Si no me equivoco... Ane-chan debería estar en la base rebelde, no?
El equipo se detuvo ante aquella pregunta...
Hamaki les había hablado del encuentro que había tenido Aneko y Naomi... Y como al final se habían ido en un empate...
Algo que había dejado claro Hamaki desde el inicio, es que realmente estaba interesada en la asesina...
—Espero que si! Tengo la sensación de que nos vamos a llevar muy bien!... Talvez deba buscar algunas comidas que le gusten!... Su alma me señaló que es apasionada por la comida!
Todos la miraron con una gran gota de sudor en la frente.
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En la base rebelde...
En un campo de entrenamiento...
—¡Bueno, chicos, va siendo hora del entrenamiento! —exclamó Gai con una sonrisa.
Frente a él se encontraban Sasuke, Rock Lee, Chōji, Shikamaru, Ino y Sai.
—¡El entrenamiento de hoy será arduo, así que espero que estén listos!
—¡Sí!
Ante estos gritos, todos de repente sintieron cómo la tierra temblaba.
—¿Eh?
De la nada, el piso se partió mientras unas manos emergían del suelo.
—¡Un fantasma! —exclamó Chōji.
Todos observaron incrédulos cómo Aneko salía del suelo.
—¿Es en serio?... —murmuró Sasuke.
La asesina miró en todas direcciones con su típica expresión desubicada.
—Oh... Ya casi es mediodía... Hora de comer—dijo antes de bostezar. Recién se había despertado.
Todo el día la habían estado buscando, pero ella tranquilamente se había quedado dormida bajo el suelo, ocultando su chakra... Además sin olor o sonidos, y su capacidad mimetica se había hecho imperceptible...
—¡Así que aquí estabas! —exclamó Gai con una sonrisa.
Aneko le devolvió la mirada mientras se colocaba en cuncliyas.
—Señor cejas, perdón por interrumpir lo suyo. Ya me voy
Gai solo rió.
—Oh, no te preocupes... De hecho, tu aparición es oportuna. Creo que podrías hacernos un favor.
—¿Eh?
—Sera divertido, si lo haces, te invitaré algo sabroso de comer, algo muy juvenil—exclamó, levantando el pulgar y dejando ver un brillo en su dentadura perfecta.
Aneko se vio intrigada antes de saltar desde el cráter hasta quedar al lado del jōnin.
—En ese caso no me puedo negar.
—¡Bien!
Fin capítulo 23
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