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18 [La maestra]

-¿Es en serio? -cuestionó Naomi con una mirada sorprendida, mientras que Hinata, quien estaba frente a ella, simplemente sonrió...

-Más que en serio, estoy vivita y coleando -declaró Hamaki desde el cuerpo de Hinata, señalándose a sí misma-. Oh, bueno, soy mi alma en el cuerpo de mi nietecita...

-Imposible... ¿Cómo es que su alma puede estar en este mundo? ¿Alguna clase de Edo-Tensei? A estas alturas... Debería estar reencarnada, solo un jutsu que desafíe el ciclo del renacimiento podría lograr esto... Y en la historia, solo ha habido uno... Y está perdido... -analizó Naomi, sin despegar la mirada de la Hyuga.

La Hamaki reanimada cambió su expresión a una gran sonrisa mientras se acercaba emocionada a su otra yo.

-¡Oh! ¡Si tú eres yo! O bueno, mi alma, y estás en ese cuerpo, y usaste ese jutsu... ¡Eso significa que...! -dijo la peli azul con los ojos brillando.

Hinata sonrió antes de levantar el pulgar.

-¡Así es! Alcancé la iluminación del chakra al final de mi vida... ¡Y vaya que valió la pena! -declaró Hinata mientras miraba a los ojos a la Hamaki reanimada.

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400 años atrás...

-¡ES TU FIN! -exclamó Azami.

Hamaki solo sonrió mientras apreciaba el rostro de la demonio... Era macabramente familiar...

El campo de batalla se iluminó con aquel rayo...

Una vez el rayo terminó, solo se pudo ver cómo la Hyuga seguía en pie, a lo que Azami sonrió.

-Se acabó...

...

-¿Eh?... ¿Dónde?... ¿Dónde estoy?... -se preguntó Hamaki.

Al ver a su alrededor, no podía ver nada más que oscuridad...

La mujer se miró a sí misma... Estaba como nueva, su cuerpo completo, su kimono, ninguna herida...

-Uh... Yo estaba... Peleando con Hank y Azami, luego... ¿Qué es este lugar? -se preguntó ella mientras simplemente levitaba.

Finalmente, extendió sus manos al frente mientras intentaba caminar... Podía sentir un suelo... Pero al mismo tiempo no... Sentía que avanzaba, pero al mismo tiempo retrocedía, subía y caminaba literalmente...

Sus manos tocaban la nada... No había ninguna corriente de viento... Ni siquiera había aire realmente, aun así, sentía que por reflejo estaba respirando, aunque no había nada...

Finalmente, una voz resonó...

-Esto es inesperado... ¿Quién diría que al final lograrías llegar aquí? En verdad me has sorprendido -era una voz vieja... Pero para nada familiar.

Hamaki se volteó... Ahí pudo verlo, un anciano con túnica blanca, cabello de un tono rojizo castaño y en puntas, sostenía un bastón; había seis esferas negras a sus espaldas. Por último, sus ojos eran morados con patrones en espiral y tenía un punto rojo en la frente.

Hamaki lo observó solo un momento... Ya había leído sobre alguien con ese aspecto...

-¡Oh! ¡Tú eres Hagoromo Otsutsuki! -exclamó Hamaki, sorprendida.

Hagoromo asintió.

-Así es... Pero eso no es relevante ahora. ¿Sabes dónde estás? -cuestionó el sabio.

-Uh... Realmente, no... Solo recuerdo que... Oh, sí... Me mataron en combate... Una vez más, fallé en todo lo que me propuse... -Hagoromo guardó silencio, mientras Hamaki simplemente se sentaba en el suelo con la cabeza agachada-. El clan Hyuga... Será eliminado por mi incompetencia... Al final de mi vida, no me sirvió ser fuerte, soy muy tonta para ganar...

Hagoromo simplemente pasó su mano por la barba antes de suspirar.

-Niña, no deberías ser tan dura contigo misma. Todos hemos cometido errores en vida, incluso nosotros, los considerados grandes sabios... Incluso ahora, guardo muchas culpas por mis errores en vida... Pero tú no tienes derecho a estar triste, lo hiciste bien -declaró el sabio.

Hamaki levantó la mirada.

-¿Bien? ¿A qué se refiere? Si fui derrotada... Entrené para nada... Matarán a mis inocentes nietos por mi culpa... La única vez que tenía que ganar una pelea, la única vez que necesitaba ganar... Fracasé...

Hagoromo solo sonrió antes de levantar el bastón.

-No todas las peleas se ganan a golpes o matando a otros... No todas se pierden por morir o que te deshagan. Suena raro... Pero es tu caso, no perdiste.

En ese momento, Hamaki pudo ver cómo en medio de la oscuridad se abría una luz... Esta se convirtió en un círculo, y en poco tiempo tenía la apariencia de un portal...

Hamaki vio a través de él...

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-Vamos a quedarnos con sus ojos y vamos por el clan Hyuga -declaró Azami, quien, en silencio, también estaba petrificada por lo que había visto...

Ninguno de los dos esperaba que una humana así existiera... Y allí estaba... Aún de pie sobre el mar mientras su puño se extendía al frente... Sus ojos rosados, llenos de brillo y alegría, estaban agrietados, con una lágrima colgando del mentón, y su sonrisa de siempre era inexpresiva...

Hank finalmente tomó del hombro a Azami.

-Déjalo así, no hay necesidad... -concluyó el peliblanco-. Ella no es del clan Hyuga... No tiene nada que ver.

Azami se vio sorprendida ante el cambio tan repentino de aura, pero no se opuso.

-Quiero que me hagas un favor, Azami... -declaró Hank.

Azami guardó silencio, esperando las palabras del demonio...

-Borra tu mente sobre lo que viste... Kaydō no está viendo ahora, no debe saber esto -concluyó el peliblanco, a lo que Azami asintió.

Finalmente, Hank tocó la cabeza de Hamaki.

-Tú ya puedes descansar... Hiciste suficiente en esta vida, aunque el mundo te olvidará... Pero yo no -declaró el demonio.

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Hamaki vio aquella escena mientras sus ojos se aguaban...

Ella finalmente se arrodilló en el suelo mientras juntaba sus manos.

-Gracias... Gracias... -no pudo evitar sentir un alivio completo... El clan Hyuga estaba a salvo.

-Tu muerte no fue en vano, Hamaki-dono, tu vida valió cada segundo -declaró Hagoromo, llamando su atención-. Al final, tu gran corazón, y esa forma de ser que tanto te criticaron, brilló más que todo ese poder que tenías. Sin duda, fuiste la mejor sennin de la historia, y lo fuiste por el hecho de ser Hamaki Hyuga; incluso conmoviste a tus asesinos.

Hamaki le devolvió una mirada confundida a Hagoromo.

-¿Qué quiere decir? ¿La mejor sennin?

Hagoromo asintió.

-Debo admitirlo... Ni siquiera Hamura o yo entendimos tanto el Ninshū, el ninjutsu o el propio chakra como lo hiciste tú. No eres la más poderosa, pero definitivamente la más hábil. Lo que hiciste va más allá del poder bruto, la habilidad o el deber... Fuiste apasionada, amorosa, responsable y humilde. Lograste mucho de lo que Hamura o yo jamás pudimos... Y lo hiciste sola, sin odiar a nadie ni juzgar a los demás. Y por eso, al final de tu vida, eres la tercera persona en la historia que logró llegar hasta aquí -el sabio abrió sus brazos, haciendo alusión a aquella oscuridad.

-¿E-eso quiere decir que este sitio es...?

-El reino espiritual... Donde solo aquellas personas que alcanzan la iluminación del chakra, logrando el control del alma, la mente y el corazón, son capaces de llegar. Siempre que exista algo que te conecte al mundo físico, podrás permanecer aquí. No reencarnarás ni irás al mundo puro, eso a menos de que lo elijas...

Hamaki no pudo evitar sonreír... En efecto, había alcanzado la iluminación...

Desde este mundo, podría observar a sus nietos y descendientes crecer... No obstante, solo era una espectadora.

Aun así... Podía seguir aprendiendo incluso después de la muerte...

Sin más, Hamaki se convirtió en la vigilante espiritual del clan Hyuga, donde pasaron los años y ella vio con alegría cómo el clan progresaba... Hasta la actualidad...

Aunque Hagoromo y Hamura no se habían vuelto a presentar ante ella... A fin de cuentas, no tenían nada que decirle, y Hamura era incapaz de presentarse debido a que ella no deseaba verlo, cosa que él respetaría todo el tiempo... Al final del día, él había cometido el error de juzgarla.

Así llegamos a...
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4 años antes de la actualidad, en la luna.

Se podía ver cómo en la superficie de una isla, en el mundo interior de la luna, Hinata Hyuga respiraba con dificultad en medio de un campo vacío.

-Mierda... Llevo entrenando dos meses... He usado más de mil clones por día y entrenado sin parar, pero el jutsu de la reconciliación no me sale... -pensó ella, mirándose las manos temblorosas.

Para que el jutsu funcionara, tenía que entrenar su control del Yin y el Yang por separado, y luego ser capaz de unirlos.

Por una parte, aprender el control de la energía espiritual que se usa para elaborar los genjutsu...

Por otra, el control de la energía física que se usa para sanar heridas o modificar el cuerpo...

Estas llevadas a su máximo nivel... Y combinarlas era aún más difícil, sobre todo cuando no dominas el resto de los elementos. Es posible... Pero es un trabajo monumental.

Lo cual implica la manipulación completa de la mente, el cuerpo y la propia alma.

En la fusión, se necesita que al menos una de las dos partes sea capaz de hacer esto, ese es el ejecutor.

La otra parte es el soporte, debe ser capaz de conectarse con el ejecutor, saber los cánticos, sellos y posturas correspondientes, para que ambos alcancen una sincronía perfecta. Así, ambos se transforman en energía pura, se fusionan en una misma y finalmente se convierten en una sola persona.

Aun así, aunque el ejecutor domine la técnica, el soporte debe ser lo suficientemente apto y compatible para que la técnica funcione. Además, existe una regla importante:

Debe existir un conflicto entre ambas partes, además de un deseo genuino de alguno de los dos para resolverlo, que funciona como puente para conectar las almas...

No obstante, no es necesariamente un conflicto. Más bien, es un sentimiento poderoso que los una, siendo los conflictos, la culpa, el enojo y la ira los vínculos más fuertes que la gente suele sentir...

No obstante, si algún sentimiento fuerte de otro tipo es lo suficientemente poderoso para actuar de puente, también funcionaría. Pero hay algo que hasta Hagoromo aceptaba y entendía:

Es más fácil que los sentimientos negativos sean más fuertes que los positivos.

Y Hinata también era consciente de ello... Esta técnica, en definitiva, solo le serviría con gente así. Aparte de Naruto, no tenía un vínculo lo suficientemente fuerte con nadie más para que la fusión no naciera de un conflicto.

...

-Ya deberías ir a dormir, mocosa. Llevas semanas enteras sin descansar un poco. Hasta yo entiendo que parte de entrenar es descansar -comentó Kurama desde el interior de Hinata.

La ojiperla finalmente suspiró antes de dejarse caer al suelo... El zorro tenía razón...

Ella se estaba estresando demasiado con esto... Incluso en el desespero, había entrenado algunas técnicas Ninshū de concentración, en lugar de dormir.

Finalmente, la Hyuga se levantó y empezó a caminar de regreso al castillo de Toneri.

-Lo siento, Kurama... Tienes razón... Lo mejor será dormir un poco... -declaró ella.

...

Tras algunos minutos, regresó al castillo y se fue directamente a su habitación, donde simplemente se dejó caer sobre la cama mientras el modo sabio desaparecía.

Suspiró... La habitación era gigantesca... Casi como las guardias que hacía con Naruto... Pero era fría, solitaria, y daba una sensación incómoda.

Cerró los ojos un momento... No pudo evitar escuchar ecos...
....

-¡Hina-chan! ¡Vamos a salvarlos a todos! -exclamó la voz de Naruto alegremente.

...
-Confío en ustedes... El resto queda en sus manos... -resonó la voz de Obito con un tono seguro y sonriente.

....

Hinata no pudo evitarlo... Sus ojos se aguaron mientras se tapaba la cara con las manos.

-Creo que hoy... Necesitas un sueño más largo -declaró Kurama.

-Solo dormiré dos horas... Tengo mucho que hacer... -contestó Hinata. Aunque, tanto ella como el zorro sabían que era una excusa.

Ya no disfrutaba el sueño como antes... Y menos después de saber que, estando dormida, causó la muerte de los demás...

Era muy difícil dormir así... Incluso si lo deseaba.

Finalmente, después de algunos minutos mirando al techo, Hinata se quedó dormida.

**************************************

-...Nata...

-¿Eh? -

Hinata abrió los ojos de golpe...

Se encontraba en un lugar completamente oscuro...

-¿Un susurro? -pensó ella, mirando en todas direcciones.

Finalmente, se volteó... Estaba frente a Kurama.

-¿Oíste eso? -preguntó Hinata, a lo que el zorro guardó silencio, mirando en todas direcciones.

Ambos estaban callados... Como si esperaran que aquel susurro volviera a sonar.

-Hina... -susurró nuevamente la voz.

Hinata miró a la oscuridad frunciendo el ceño... No veía a nadie más que a ella misma y a Kurama.

-¿Hamura? ¿Eres tú, maldito? ¡Te pedí que no te volvieras a mostrar ante mí! -exclamó Hinata, molesta.

Sin embargo... Sus instintos le decían que no era Hamura.

Entonces pudo ver cómo, en medio de la oscuridad, un par de ojos la miraban fijamente... Eran de color rosado.

-Hina... Ninshū... Espiritual... Verme... -dijo la voz-. Ayudarte...

Hinata se percató... Aquella figura sí que era un espíritu como Hamura... Pero su presencia era más difícil de detectar... Trataba de decirle algo, pero algo parecía separarlas. Solo podía escuchar un poco de lo que decía.

Hamura ya lo había dicho una vez... Aquellos que dominan el Ninshū en su máximo esplendor son capaces de mantener sus almas después de la muerte...

-¿Acaso hay alguien allí tratando de ayudarme?... Puedo sentir calidez en su aura... En verdad es alguien diferente a Hamura...

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Hinata finalmente abrió los ojos y se levantó de la cama, mientras miraba confundida en todas direcciones.

-Eso fue extraño... -admitió Kurama.

-¿También la viste? -cuestionó Hinata.

-Sí... Tal vez... Estabas viendo a alguna sennin del mundo espiritual... Tengo la sensación de que quería ayudarte...

Hinata asintió antes de sentarse en la cama.

-Eso quiere decir... Que mi entrenamiento ha hecho algo de efecto para que haya podido verla... Creo que lo mejor sería dejar el jutsu de la reconciliación para después... Me centraré en entrenar mi espíritu. Quiero saber quién era... Tengo un presentimiento al respecto. -concluyó Hinata.

...

Así pasaron meses... Un total de tres, en los que Hinata se enfocó a diario en el entrenamiento espiritual necesario para conectar con el mundo espiritual...

Cada vez que dormía o quedaba inconsciente, incluso algunas veces despierta, podía escuchar aquella voz...

Era cada vez más clara... Una voz femenina... La estaba llamando, casi como si le aplaudiera sus progresos o la apoyara para seguir con el entrenamiento...

Hinata sentía que esto era muy tedioso... El entrenamiento espiritual, con su maldición y sin controlar el chakra de odio de Kurama, era muy difícil para entablar una conexión con el mundo espiritual de esa manera.

El entrenamiento consistía en meditaciones profundas... Donde se aprende a sentir tu propia alma como una parte ajena al cuerpo...

Esto es algo que no se puede hacer con clones, debido a que estos, en sí mismos, no tienen un alma.

Hinata ya tenía algo de experiencia en esto gracias a su modo sennin, donde aprendió a estar completamente quieta, incluso en situaciones adversas, como ante las olas o mientras hormigas la picaban, etc.

Aun así... Era difícil sincronizar el alma y el chakra, para marcar la línea entre la unión del cuerpo y el alma...

Es un entrenamiento muy agotador a nivel mental, que requiere una gran disciplina y dedicación...

Durante este tiempo, Hinata también hizo que sus clones estudiaran otros Ninshū de este tipo, técnicas como el viaje astral, el flujo de alma o la visión espiritual...

Finalmente, luego de tres meses de duro entrenamiento...

.......

-¿Eh? ¿Dónde estoy? -pensó Hinata.

En medio de su entrenamiento, había quedado en un trance...

Estaba practicando el jutsu de visión espiritual...

Miró en todas direcciones, logrando ver cómo este lugar era completamente oscuro y solitario... Pero era familiar...

Era el mismo lugar donde se vio con Hamura la primera vez que obtuvo el chakra sennin... Y el mismo lugar donde había soñado con aquella voz que le hablaba.

Pero esta vez, había algo diferente... No era un sueño o una entrada ocasional, realmente había llegado al mundo espiritual de forma estable...

Esto ya era un logro.

A otros les toma años, incluso décadas, llegar a este punto. Pero ella tenía la ventaja de su entrenamiento en Senjutsu y de su chakra sennin, razón por la cual tardó mucho menos, aparte de que entrenó días sin parar, en lugar de hacerlo de vez en cuando...

En ese momento, una voz interrumpió sus pensamientos.

-¡OH! ¡Finalmente lo lograste, Hina-chan! -exclamó una voz juguetona.

-eh!?- Hinata se volteo, solo para ver a una mujer que estaba a unos metros detrás de ella...

Tenía el cabello azul corto, usaba un kimono negro sin mangas, piel blanca y hermosa, por último unos ojos rosados cargados de un aura de gentileza y alegría.

-¿Tú...? -trató de decir Hinata, pero antes de que pudiera continuar, la mujer se puso frente a ella en un instante. En un movimiento rápido y sorpresivo, tomó a Hinata por las mejillas, comenzando a jugar con ellas.

-¡Oh! ¡En serio eres muy linda, mi Hina-chan! ¡Tienes una cara muy suavecita! -exclamó mientras le pellizcaba las mejillas. Finalmente, la miró a los ojos... Los ojos rosados y los ojos rojos se encontraron fijamente-. ¡Y mira eso! En verdad tienes el Youringan, eres toda una princesa Byakugan.

Antes de que Hinata pudiera decir o hacer algo, la mujer le soltó la cara y le tomó el brazo, levantándolo para examinarlo detenidamente.

-¡Y mira esos músculos! Estás muy bien desarrollada. Si no estoy mal, incluso puedes usar tus huesos como yo. ¡Se nota que saliste del mismo molde! -dijo mientras jugaba con los dedos de Hinata, observando cuidadosamente las garras.

Finalmente, se deslizó hasta su cabello.

-Vaya, y este se ha oscurecido... Pero te queda muy bien.

Antes de que la mujer continuara, Hinata finalmente saltó hacia atrás, tomando distancia.

-Oye, cálmate un segundo... Ni siquiera sé quién eres... Te pido que te comportes conmigo -declaró Hinata con frialdad.

La mujer de ojos rosados rió nerviosa, con la cara ligeramente sonrojada, mientras se llevaba la mano a la nuca.

-¡Oh! ¡Perdón, perdón! Mis modales... Yo te conozco a ti, pero tú no a mí. Debí presentarme primero -contestó ella.

Hinata se vio confundida, parpadeando desconcertada.

-¿Qué clase de espíritu es este?... Parece una niña... -pensó Hinata, incómoda.

Finalmente, la mujer hizo una pose.

-¡Bien! Escucha con atención. Yo soy... La maravillosa, fabulosa... Detergente, buena gente... ¡Única y adorable sennin del Byakugan! La segunda princesa del ojo blanco... ¡Hamaki Hyuga! -declaró con una sonrisa, mirando a su nieta.

Hinata simplemente se quedó de piedra mientras la veía...

Por una parte, estaba muy sorprendida. Esa, sin duda, era su abuela de muchas generaciones atrás... Por otro lado... Le era difícil conectar con la situación.

-¿Qué...? -fue lo único que Hinata soltó después de unos segundos de incómodo silencio.

Hamaki finalmente rió antes de acercarse y darle una palmada en la espalda.

-Bueno, es lo que escuchaste, mi querida nieta. Soy tu querida abuela de hace 800 años. Sé que no me conoces, pero yo sé mucho de ti -declaró para luego volver a cruzar miradas.

Hinata, apenas logrando asimilar la situación, decidió cuestionar.

-¿Qué tanto sabes?

-¡Lo sé todo! ¡Te gustan los roles de canela! Vienes de otra dimensión, fuiste una asesina, te gusta el... -Antes de que Hamaki continuara, Hinata la interrumpió.

-Ok, basta... Entiendo el punto... -declaró la asesina.

Hamaki sonrió.

-Vamos, no seas tan seria, Hina-chan. Puedo ver que detrás de toda esa seriedad, amargura y dolor... tienes un alma en caos por todo lo que ha pasado, pero es un alma de gran corazón. No es bueno para los jovencitos andar tan serios -declaró Hamaki, dando vueltas en el aire.

Hinata se mantuvo firme, sin despegar la mirada.

-Quiero que vayas directo al grano, Hamaki Hyuga... ¿Qué quieres? Podrás ser mi ancestro, pero no tengo buena experiencia con eso. Pregúntale a Hamura... Por otro lado, no estoy para juegos ahora... No te conozco de nada -contestó Hinata, siendo algo cortante.

Aun así, Hamaki se mantuvo calmada antes de contestar.

-Yo tampoco me llevo bien con Hamura, jajaja... Bueno, se nota que eres mi linda nietecita -declaró ella risueña, para luego llevarse la mano al mentón, fingiendo que pensaba profundamente antes de continuar-. Y sobre lo que quiero... Es muy simple. Me gustaría ayudarte a arreglar todo el lío que formó esa niña Uchiha. Ahora que puedes verme, puedo hacer mucho por ti -declaró Hamaki mientras se sentaba en el piso.

-¿Ayudar? No nos conocemos realmente... ¿Por qué querrías hacer eso? Aunque sepas mucho de mí y seas mi ancestro, no te conozco -contestó Hinata.

Hamaki se levantó antes de ponerse frente a ella... Finalmente, le dio un pequeño golpe de karate en la cabeza.

-¡Ach!

-A ver, Hina-chan, ¿en serio me preguntas por qué? Eso es muy simple... Porque te amo mucho, ¡mi querida nieta! -declaró ella, levantando un dedo al cielo. Luego se separó, mostrando ahora una cara un poco más seria-. Sé por todo lo que has pasado, mi niña... Vi lo que pasó hace unos meses, el mundo está en crisis... Para protegerte a ti y a mi familia... ¿Necesito algún otro motivo?

Hinata se sorprendió al ver el cambio de atmósfera tan repentino.

Hamaki continuó.

-Puede que para ti no tenga sentido, querida Hina-chan... Pero, para mí lo es todo. Debo decirlo, te he observado mucho desde este mundo. Vi las cosas que te hicieron, los sacrificios que tuviste que vivir... Incluso cómo te has quedado prácticamente sola contra el mundo, con Kurama como tu único aliado...

Hinata agachó la cabeza.

-Lamento no haber podido hacer absolutamente nada durante todos estos años, más que mirar... Soy solo un alma, no podía salir de aquí... Pero, ahora que has logrado contactarme, puedo serte más útil -declaró Hamaki con una sonrisa mientras colocaba una mano sobre el hombro de Hinata-. Por favor, Hina-chan, permíteme estar a tu lado... Al menos para ayudarte con esto.

La Hyuga menor levantó la mirada, dejando ver los ojos aguados... Podía sentirlo... Aquella persona estaba siendo completamente honesta... Genuinamente quería ayudar simplemente por cariño.

-No sé si estoy lista para esto... No sé si merezco tu ayuda... -contestó Hinata, mostrándose vulnerable.

Hamaki solo sonrió antes de colocar su brazo alrededor de ella.

-¡Claro que sí! Piénsalo, Hina-chan. ¡Puedo enseñarte muchas cosas! ¡Seré la mejor maestra que hayas tenido! -declaró Hamaki, guiñando un ojo-. Solo dame una oportunidad.

-¿Una oportunidad? -preguntó Hinata, sorprendida.

-Así es, solo una... Para convencerte de que puedo ser de ayuda. Te enseñaré cosas que nadie más ha visto, ni siquiera los grandes sabios que nos precedieron... Si no logro convencerte, prometo que te dejaré en paz y me marcharé para siempre -la Hyuga sonrió antes de levantar la mano al cielo con una sonrisa-. Solo confía en mí una vez, es todo lo que necesito... ¡Estoy segura de que haremos grandes cosas juntas! Te enseñaré todo lo que sé.

Hinata no pudo evitar sonreír con la cabeza agachada... Podía sentir una enorme calidez al lado de su abuela. Ella transmitía un aura pura y cargada de energía... De una forma descabellada, le recordaba a Naruto.

Finalmente, se limpió la lágrima que se asomaba por su ojo.

-Por favorcito -agregó Hamaki mientras se arrodillaba e inflaba las mejillas, intentando un gesto tierno con los ojos grandes y rosados.

Hinata no pudo evitar sonreír.

-Está bien... Te daré una oportunidad. Solo no te pases con mis mejillas... -declaró, llevándose una mano a la cara.

Hamaki se levantó de un salto.

-¡Excelente! Sabía que no podrías resistirte a tu adorable abuela -dijo mientras hacía un pequeño baile de victoria.

-Pero... ¿Cómo podrías enseñarme siendo un espíritu? -cuestionó Hinata, a lo cual, Hamaki simplemente guiñó un ojo antes de sonreír.

-¡Sé muy bien cómo! Te enseñaré el primer jutsu. Esta es una técnica avanzada, pero con lo que ya has aprendido sobre conectar con el reino espiritual y el viaje astral, es suficiente. Esta es una técnica que debiste haber pasado por alto cuando llegaste a la biblioteca -contestó Hamaki.

Hinata asintió.

-Bien... Te escucho... -

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En el mundo real...

Hinata abrió los ojos en medio de su meditación... Había despertado.

Miró en su interior... Kurama se había quedado dormido todo ese tiempo.

Ahora, con una calma que no había sentido en mucho tiempo, con una calidez extraña y emoción en su pecho, Hinata se levantó mientras tomaba aire...

Comenzó a moverse, dando algunos pasos y adoptando posturas, como si estuviera realizando un pequeño baile. Mientras lo hacía, empezó a recitar:

"De los ecos que resuenan en el vacío,
Cruza el velo entre lo visto y lo oculto,
Con el latido de mi energía te llamo,
Vuelve al sendero."

Finalmente, Hinata fue rodeada por un aura de chakra y aplaudió...

Su cuerpo tembló por un momento, sintiendo un cosquilleo recorrer todo su cuerpo...

De la nada, se encontraba en su plano mental...

-¡Y ESTOY VIVA! -exclamó Hamaki desde el cuerpo de Hinata, mientras los ojos del Youringan se tornaban rosados, su cabello azul... y el chakra pasaba del rojo al rosado.

Hinata se sorprendió al ver cómo Hamaki también había aparecido en su plano mental...

-Vaya, en serio que tienes un cuerpo muy fuerte -exclamó Hamaki, tocándose los bíceps y apretando los puños.

Luego, abrió su mano, sacando un hueso de ella...

-Tus huesos son más resistentes que los que yo solía tener... Incluso tienes un chakra mucho mayor que el mío -admitió sorprendida, dando algunos pasos-. ¡AGH!

Hinata solo miró desconcertada cómo Hamaki caía al suelo con su cuerpo, dándose de cara contra el piso.

-Eh... Te lo presté un momento, no me lo regreses rayado...

-¡ESTOY BIEN!... Jejeje... Es que hace mucho no experimentaba la gravedad y la sensación de caminar en algo sólido. He pasado alrededor de 400 años como un simple espíritu intangible -declaró Hamaki riendo, mientras se ponía a gatas.

Para su sorpresa, la caída ni siquiera le había hecho un rasguño, a pesar de haber caído de narices... Es más, el piso estaba agrietado.

-Ya veo, tu cuerpo es muy resistente. Además... Mira nada más, tus sentidos son muy agudos. Admito que cuesta acostumbrarse al principio, es un poco abrumador, ¿sabes? -declaró Hamaki levantándose.

Hinata se quedó en silencio, observando.

A su vez, Kurama abrió los ojos al notar una presencia ajena en su recipiente.

-Pero, ¿quién...? -trató de preguntar Kurama.

Tan pronto habló, Hamaki se volteó a verlo.

-¡Oh! ¡Zorrito! ¡Eres muy lindo! -exclamó, lanzándose a abrazar una de sus colas-. ¡QUÉ PELAJE TAN SUAVE! ¡Y CÁLIDO!

Kurama hizo un gesto de incomodidad mientras miraba a Hinata. La Hyuga solo rió nerviosa...

-Eh... Puedo explicarlo...

-Eso espero... -contestó Kurama con una gran gota de sudor en la frente.

...

Tras una breve explicación de lo ocurrido, finalmente Hamaki y Kurama se pusieron frente a frente.

-Je... Lo siento, lo siento, me dejé llevar -declaró Hamaki disculpándose por lo de antes.

Kurama solo suspiró.

-Está bien... Lo dejaré pasar. Es un gusto conocerla, segunda princesa -contestó el Kyubi, mostrando respeto.

El zorro podía sentirlo... Ella emanaba cero emociones negativas... Era como ver un fantasma total.

Incluso los bebés recién nacidos o los animales menos inteligentes muestran una cantidad mínima de emociones negativas: miedo, hambre, culpa, etc.

Pero Hamaki... Era un vacío completo. Sin mencionar que el chakra de ambos se estaba mezclando en el cuerpo de Hinata... Podía sentirlo, era un chakra único en su tipo... Probablemente debido a que el chakra sennin es la manifestación del alma misma en el chakra...

Ese chakra era la representación de ella... Por lo tanto, podía saberlo: era poderosa, muy poderosa, y no por la cantidad de chakra que tuviera.

-¡Un gusto, Kurama-chan! -exclamó Hamaki sonriente-. Pueden decirme Maki o Hami... ¿Puedo llamarte Rama-chan?

El zorro volvió a sentirse incómodo...

-Solo Kurama, por favor...

-Jaja... Lo entiendo.

Hinata finalmente suspiró.

-Bueno... Entonces, ¿qué es lo que me vas a demostrar? -cuestionó la Hyuga.

-Vale, vale... Debo apresurarme. Te mostraré lo que puedo hacer antes de que tu cuerpo llegue a su límite -declaró Hamaki.

-¿Límite? -cuestionó Hinata.

-Bueno, te lo explico... El jutsu de invocación de espíritu solo funciona para invocar el alma de aquellos que están en el mundo espiritual. En este caso, solo hay tres personas, incluyéndome... No obstante, hay un problema -explicó Hamaki.

-¿Qué cosa?

-El cerebro -declaró con simpleza-. En este momento, mi alma guarda mis pensamientos y recuerdos... Y tu cerebro los está procesando aun así... El problema es que, si paso demasiado tiempo en tu cuerpo o proceso demasiada información en poco tiempo, mi mente empezará a escribirse en el almacenamiento libre de tu cerebro... Y yo tengo más de 800 años. En pocas palabras, estaría agotando tu vida útil del cerebro en poco tiempo. Solo permití que me invocaras porque tu cerebro es especial, eres una mutante, tienes una esperanza de vida muy superior a la mayoría, era obvio que me soportarías...

Hinata hizo un gesto de sorpresa... Hamaki ya lo había contemplado todo. Eso era muy peligroso... Pero era claro que el jutsu fue inventado para los Otsutsuki, los cuales tienen una esperanza de vida cerebral más larga... Este asunto de invocar un alma del mundo espiritual no era para un humano cualquiera.

Igualmente... Pensar en invocar a Hamura o incluso a Hagoromo sería un suicidio, incluso para ella. Ellos tenían más de 3 mil años cada uno; su cerebro se fundiría al instante...

Hamaki era un peso más ligero, aun así... Era claro que no podían pasar demasiado tiempo con ella en ese cuerpo; debían tomar pausas entre una invocación y otra.

-Pero, ¿cómo es que tu cuerpo original pudo soportar 326 años entonces? -cuestionó Hinata, sorprendida.

-Oh... Es que inventé un jutsu para modificar mi cerebro a voluntad y lo hice más resistente al exceso de información. No obstante, no puedo hacer eso contigo, me tomaría años estudiar la fisionomía de tu cerebro para saber cómo modificarlo, no es igual al mío. Además, es un jutsu muy peligroso -concluyó Hamaki.

La Hyuga se movió en el cuerpo de su nieta mientras hacía algunos movimientos... Finalmente suspiró.

-Como lo imaginé... En tu cuerpo, no puedo usar mi técnica de rebobinación. En teoría, mi alma debería alinearse con tu Youringan y reescribir sus habilidades... No obstante, esa alineación toma tiempo. Mientras tanto, solo puedo usar la habilidad pasiva y la visión de almas, además de tus técnicas propias de tus ojos -declaró Hamaki, mientras metía un pie en su sombra.

Hinata se llevó la mano al mentón.

-Ya entiendo...

-En fin, no importa ahora, igual tengo una solución para más adelante -declaró Hamaki, mientras adoptaba la pose Juken con el cuerpo de Hinata-. Primero, observa con cuidado esto... Luego, nos preocupamos del asunto del cerebro.

Hinata y Kurama empezaron a observar, sorprendidos...

Hamaki tomó aire mientras comenzaba a moverse con fluidez... Ya se estaba acostumbrando al cuerpo de Hinata... Era muy ligero, ágil, e incluso más flexible.

La Hyuga empezó a lanzar golpes al aire... Estaba ejecutando las 64 técnicas del Juken verdadero... Cada una era un espectáculo visual, una obra maestra bien pulida.

Desde la postura más baja como la tierra, hasta la más compleja... La del cielo...

Finalmente, comenzó a hacer posturas compuestas, donde combinaba entre 2 y 3 posturas, cada una de diferentes trigramas...

Un total de 64 posturas...

Luego venían las posturas complejas... Yin y Yang...

Cada una de estas solo tiene 4 técnicas.

Finalmente, la combinación total del Yin-Yang unificado...

2 posturas.

Unity e Infinity, las técnicas más poderosas, probablemente, siendo el Infinity el jutsu ofensivo más poderoso de la historia, sin rival más que el propio Unity.

Así... Damos como resultado que el Juken verdadero es un Taijutsu súper complejo, prácticamente divino... 158 técnicas diferentes en total, cada una con el potencial de ser de rango S.

Sin mencionar que algunas se podían invertir para formar una técnica opuesta...

Por otro lado, la brújula de los 8 trigramas potenciaba aún más este Taijutsu...

Ni siquiera Hamura Otsutsuki logró este Taijutsu, más allá de algunas posturas incompletas.

Al final, solo dejó un gran libro de teorías sobre el funcionamiento del Taijutsu en cuestión, junto a la razón de su creación.

Pero en ningún lugar existió un manual, o un método de entrenamiento para lograrlo, una guía o un como, solamente la teoría detras de el.

Hamaki Hyuga tuvo que estudiar y desarrollar todo esto por cuenta propia, por ello le tomó más de 220 años...

Hagoromo no se equivocó... Hamaki genuinamente superó a Hamura en su mejor momento, e incluso lo había superado a el en términos de dominio de chakra y comprensión del mismo.

Ningún otro ser en la historia había sido capaz de lograr esta hazaña... Siquiera cerca.

Incluso Hinata, al ver lo que podía hacer su abuela, dudaba de poder siquiera imitar algunas de las posturas.

No obstante, Hamaki tenía grandes esperanzas de que Hinata aprendiera algo de este Taijutsu, incluso que lo lograra completo... Tal vez incluso podría superarla a ella...

Puesto que Hinata tiene un mejor cuerpo, chakra y fortaleza base... Sin mencionar que no tiene que estudiar y descubrir por cuenta propia durante décadas, ya que tiene a una maestra que ya lo hizo...

...

-Y bien, Hina-chan, ¿qué te parece? -cuestionó Hamaki con una sonrisa.

Hinata finalmente sonrió.

-Sería un honor para mí ser tu discípula, Maki-sama -declaró Hinata, inclinándose ante ella.

Hamaki solo rió antes de revolverle el cabello.

-No me digas así, solo dime Abue... O si lo deseas, Maki-chan o Hami-chan... Nunca me ha gustado el "sama" -declaró la segunda princesa con una sonrisa.

-Jaja... Claro, abue...

Hinata finalmente retomó el control de su cuerpo, mientras Hamaki regresaba al reino espiritual... Aunque...

-Aún me puedes escuchar, ¿verdad? -preguntó Hamaki desde su mente.

-¡Sí!

-¡Bien! Entonces, creo que tengo una idea de lo que podemos hacer para el problema cerebral... Vamos al océano, en la Tierra -declaró Hamaki con una voz sonriente.

-Oh... Vale -declaró Hinata, preparándose para regresar a la Tierra... Aunque solo fuera por un momento. -Y ahora que estás aquí... Creo que tengo un plan.

Fin del Capítulo 18

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