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14 [La calma antes de la tormenta]

Minutos antes.

Se podían ver a tres personas en medio del desierto.

—¿Listo? —preguntó Hank con indiferencia mientras veía al frente.

Allí, estaba otro demonio, este de cabello rubio con mechones negros, ojos naranjas brillantes, quien portaba una espada en su mano y usaba ropas negras... Se trataba de Orba.

—Más que listo. ¿Seguro que este es un buen sitio? —cuestionó el demonio de fuego de manera burlona.

Hank se mantuvo en silencio, con los brazos cruzados, mientras desvió la mirada a Azami, quien estaba en medio de ambos. Ella era la árbitro.

—Que muera el peor —declaró ella con frialdad antes de levantar la mano—. Empiecen.

Al instante, Orba se colocó en postura de ataque mientras sus manos se recubrían de fuego de color azul intenso, y su cuerpo se cubría por completo de dicha aura, mientras que su espada había desaparecido... Estaba en su interior.

Hank se mantuvo en pose neutral; su abanico también estaba dentro de su cuerpo. Esto significaba que no iban a empezar en serio.

Rápidamente, Orba desapareció en un borrón, dejando un aura de fuego a su paso. Su primer movimiento fue un fuerte puñetazo directo al pecho de Hank, sin embargo, el demonio de viento solo se hizo a un lado para propinarle una bofetada en la cara al rubio.

Al instante, Orba salió volando por los aires, hasta caer contra el "suelo" de viento comprimido.

—Eres muy lento —declaró Hank, a lo que Orba se limpió el labio, estaba sangrando.

El demonio de fuego se lanzó nuevamente, atacando con ferocidad, lanzando potentes ataques cuerpo a cuerpo: patadas, puñetazos... Tan pronto los lanzaba, ráfagas de fuego salían despedidas por los aires, dejando una increíble radiación térmica a su paso. Incluso la arena del desierto se estaba rindiendo...

Sin embargo, Hank los esquivaba y bloqueaba con calma.

Finalmente, el peliblanco se agachó para esquivar un golpe a la cara... Tras lo cual le lanzó un potente puñetazo al pecho.

Orba salió volando mientras daba volteretas en el aire y sacaba su espada.

—¡Estilo de fuego, corte ígneo! —El demonio meneó su arma al aire en dirección a Hank.

Una fuerte ráfaga de llamas afiladas de color azul, casi blanquecino, salió disparada en su dirección. En el proceso, la arena del desierto ardió como nunca, transformando la superficie en un gran lago de minerales fundidos.

Hank solo dio un salto para esquivar aquello, dejando que el corte cruzara como si nada...

Al aterrizar... Se encontró con que ahora el desierto estaba lleno de clones de Orba, más de 1000.

—¡A él!

Todos los clones empezaron a atacar con sus espadas en mano, usando sus flamas al máximo de color azul.

El jinete del viento empezó a moverse con suma velocidad, destruyendo todos los clones con extrema rapidez, dejando a su paso una gran cantidad de humo ardiente. Sin embargo, no estaba recibiendo daño alguno por aquello...

—¡Jutsu de sombra paralizante!

La sombra de múltiples clones empezó a estirarse para intentar atrapar al jinete del viento, lo cual, gracias al terreno y la cantidad, fue posible.

Sin embargo, Hank empezó a liberar su aura, donde múltiples cuchillas de viento afiladas salieron disparadas de su cuerpo.

Los clones intentaban usar el jutsu de destrucción mental, sin embargo, el ataque de Hank los había destrozado.

El verdadero Orba había perdido un brazo y tenía una herida en el estómago, pero se regeneró con rapidez antes de disparar una potente llamarada contra el peliblanco.

El demonio de viento colocó su mano al frente.

—Control atmosférico... —dicho esto, el aire frente a él se endureció en una fuerte capa, dejando que el fuego la golpeara y se dispersara sin lograr nada.

Sin más, Hank desapareció en un borrón de velocidad, apareciendo justo al lado de Orba.

El jinete de fuego empuñó su espada para lanzar un potente corte a su costado, intentando dañar al del viento. No obstante, Hank lo atrapó por el brazo, impidiendo que la espada avanzara.

—¡Jutsu aura ígnea! —pensó Orba mientras su brazo se recubría de llamas azules.

—Jutsu aura de vacío... —pensó Hank.

Al instante, ambas técnicas se contrarrestaron. Orba se cubrió de una densa capa de fuego con la intención de quemar a Hank, sin embargo, este, al estar rodeado por el vacío, no tenía oxígeno, evitando que el fuego se prendiera en la zona que sostenía.

Sin más, Hank aplicó fuerza, arrancándole el brazo con todo y espada a Orba. Luego le propinó un puñetazo en la cara, otro en el pecho y, finalmente, una patada en el estómago.

Orba escupió sangre antes de salir volando contra una colina de arena, dejando un cráter.

—Te están dando una paliza —burló Azami.

—Cállate... —declaró Orba, volviendo a colocarse en pie, dejando ver que estaba muy lastimado. Extendió su mano.

La espada salió volando desde el suelo hacia su mano. Una vez la atrapó, se regeneró con rapidez...

El demonio rápidamente empezó a transformarse... Su cuerpo se cubrió de una coraza negra, varias patas arácnidas salieron de su espalda, su cuerpo se rodeaba de un aura azul de fuego, y varias cadenas de chakra salieron de su espalda, sus dientes se volvieron afilados...

Hank solo sacó su abanico en silencio mientras lo cubría de un aura verde...

Finalmente, ambos demonios se lanzaron el uno contra el otro.

Hubo choques rápidos, donde ambos colisionaron una y otra vez. Cada choque liberaba enormes cantidades de energía térmica. El desierto se estaba llenando de humo negro y vidrio fundido por todos lados.

—¡Tómate esto en serio! —exclamó Orba mientras ambos forcejeaban.

Las armas de ambos demonios colisionaban con gran poder, mientras sus auras se hacían más y más fuertes. La arena del desierto volaba por todas partes, mientras enormes cráteres se formaban por doquier.

—¡Jutsu tormenta ígnea!

El aura de Orba se extendió en un gran área de un kilómetro a la redonda, empezando a calcinar todo. Incluso Azami se vio obligada a protegerse con una densa armadura de rayo, mientras los otros dos jinetes luchaban con ferocidad, donde Hank apenas comenzó a usar la armadura de viento...

Orba estaba recibiendo una gran cantidad de golpes en el intercambio... Finalmente, recibió un fuerte corte en el pecho que lo obligó a retroceder.

—¡Jutsu de expansión! —El demonio rápidamente empezó a crecer. Seguido a eso, creó cinco clones a su alrededor, donde rodearon al jinete del viento.

—¡Jutsu bala de hielo!

—¡Jutsu disparo de rayo!

—¡Jutsu llamarada ígnea!

—¡Jutsu dragones elementales!

Orba estaba ejecutando una gran cantidad de jutsus consecutivos de varios elementos, mientras apuntaba con fuerza al peliblanco.

Hank apuntó sus manos a los lados mientras un orbe negro se empezó a formar en cada palma...

Finalmente, Orba y sus clones liberaron un ataque masivo, formando una gran tormenta de elementos. Vientos de fuego arrasadores, el espectáculo era visible a kilómetros, era una poderosa exhibición de poder.

—Lluvia demoniaca omnidireccional...—

Una esfera de energía verde fue liberada por Hank a su alrededor, la cual salió disparada en 5 rayos, en direccion a cada clon, atravezando el fuego, el agua a su paso, al igual que el hielo o rayo, y las rocas eran pulverizadas por la corriente del denso chakra...

El los 5 proyectiles dieron de lleno a Orba, haciendo que explote junto a sus clones en una enorme masa de energía verde, hasta no quedar nada...

Una vez esto terminó, se podía ver que Hank estaba solo en medio del desierto.

—Te pasaste... —declaró Azami apareciendo en un destello, mientras ambos se fijaban en cómo solo quedaba la espada de Orba, clavada en el suelo.

El jinete del viento suspiró antes de levantar el arma.

—Tal vez tengas razón —concluyó el Jinete.

—Bah, eso le pasó por querer enfrentarte solo. Se suponía que iba a ser un entrenamiento triple entre los dos, pero él dijo "nah, yo ganaré" queriendo hacerlo solo... Idiota —declaró la demonio.

En eso, ambos escucharon una voz en sus cabezas...

—Necesito que vengan a mi ubicación, tengo una noticia urgente —declaró la voz de Kaido.

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Después de hablar con Kaydō...

Los dos demonios no habían tardado ni 20 minutos en llegar a la isla donde entrenaban Romura y Kishan.

—Parece que la pelea fue intensa... —declaró Azami mientras caminaba por la destruida isla, que ahora era una exhibición de volcanes destruidos, estructuras gigantes de diamante y hierro, mientras ambos jinetes miraban el lugar.

—Como dijo Kaydō-sama... Los enemigos derrotaron a Romura al absorber sus técnicas... Luego Kishan los estuvo soportando por 3 minutos, al final perdió... Esto solo me deja pensar que no son tan fuertes, ganaron por ventaja numérica y una habilidad perfecta para derrotar a Romura aun en el mar —analizó el jinete del viento mientras empezaba a levitar sobre el campo—. Derrotar a Romura en el mar... ¿Y tardar 3 minutos contra Kishan entre 4?... Definitivamente solo son enemigos efectivos contra el ninjutsu, queda más que claro.

El jinete levantó sus manos mientras ejecutaba medio sello del tigre.

—Jutsu de detección cardinal... —el jinete cerró sus ojos.

Tras unos segundos, salió a volar a toda velocidad, entrando al agua en un instante; luego volvió a salir completamente seco mientras en su mano sostenía el látigo de Romura.

—Tal como nos dijeron, las almas están intactas... Pero carecen de cuerpo, tardarán horas en recuperarse —pensó el jinete mientras volvía a la playa.

Una vez llegó a la posición de Azami, ambos se colocaron junto al mazo de Kishan, el cual estaba clavado en un gran cráter.

—Ah... ¿Podrías levantarlo tú? Sabes que esa cosa pesa demasiado —declaró Azami observando el arma.

La había intentado levantar un par de veces, sin embargo apenas la había movido...

He aquí el arma más pesada de los cinco jinetes...

—Sabes que es casi imposible para cualquiera que no sea Kishan, tiene el sello de restricción de Kaydō, diseñado para restringir la fuerza del portador —concluyó Hank antes de sacar un pergamino de sellado—. Será mejor que los guardes aquí. Yo voy a rastrear al enemigo.

—¿Ya tienes un plan para encontrarlos?

—Sí —el peliblanco se empezó a elevar por los aires, mientras su cuerpo se cubría de chakra verde, sus ojos brillaban y su cabello ondeaba...

Por su lado, Azami tomó un pergamino, donde guardó el látigo, seguido a eso, selló el mazo.

Hank, por su lado, se encontraba flotando a más de 5 metros de altura, mientras juntaba sus manos...

Barrera... Kai... —el demonio se había quitado la barrera que recubría su cuerpo, aquella que impedía que los sensores detectaran a los demonios.

Esta barrera solo se deshace cuando ellos levantan otra de algún tipo o entran en combate... De resto, siempre permanecen activas para ocultar sus potentes chakras... En consecuencia, ni siquiera ellos podían usar sus habilidades sensoriales de chakra a toda potencia. En esta ocasión, Hank no pretendía ocultarse...

—Jutsu de detección cardinal... Máxima potencia... —pensó Hank, mientras arriba de él se formaba una gran brújula de color verde.

La brújula cardinal le servía al jinete del viento para rastrear el chakra, pero sobretodo la energía demoníaca, siempre y cuando los conozca...

—Si robaron el chakra de Romura y Kishan... También su energía demoníaca... —pensó Hank mientras empezaba a formar una esfera de energía verde.
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En otro lugar... Cerca de la región que hoy se conoce como el País del Fuego.

Se podía ver cómo los Otsutsuki estaban volando a toda velocidad para llegar allí...

—¡Eh! ¿Qué es esto? —exclamó Momoshiki de la nada.

—¿Qué ocurre, mi señor? —preguntó Jinshiki.

—¡Un nuevo chakra ha aparecido! Es muy potente, más que los tipos que derrotamos antes, tiene una propiedad similar... ¡Es gigantesco! Viene del mismo sitio donde estaban los otros...

—¡¿Eh?!... ¿Pero cómo es posible que un chakra tan potente estuviera oculto?

—Probablemente... Sea lo mismo que estaban usando los otros dos para evitar que sintiéramos el exterior... Estos tipos usan técnicas de barreras para ocultarse... —declaró Momoshiki.

—Jeje... Yo digo que lo derrotemos y nos comamos su chakra —burló Delshiki.

En eso, Momoshiki hizo un gesto de terror...

—Creo que tenemos un problema...
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Hank estaba apuntando su orbe de energía verde al cielo, el cual ya era gigantesco...

—Jutsu de lluvia demoníaca omnidireccional... Cuatro rayos. —Dicho esto, disparó su ataque, el cual atravesó los cielos a una velocidad imposible. Las nubes a su paso se abrían y el viento ondeaba con gran fuerza, mientras el ataque se fragmentaba en cuatro rayos de energía, dejando estelas verdes a su paso.

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—¡Su energía viene hacia acá! —exclamó Momoshiki mientras extendía su mano con su ojo.

Los cuatro Otsutsuki trataron de huir volando tan rápido como podían... Pero en menos de tres minutos, los rayos de energía ya los habían alcanzado...

Momoshiki rápidamente colocó su ojo para absorber el impacto, saliendo ileso...

Jinshiki intentó usar un portal para desviar el ataque, pero tan pronto el rayo salió por el otro portal, cambió su trayectoria para viajar de vuelta hacia él, obligándolo a cubrirse con los brazos. Sin embargo, Momoshiki fue rápido y se colocó delante de él para absorber el rayo...

Sin embargo, Kinshiki y Delshiki tuvieron la peor suerte...

Kinshiki intentó frenar el ataque con sus hachas de chakra, pero estas se rompieron y el ataque lo golpeó de lleno, provocando una explosión donde salió gravemente herido; perdió uno de sus brazos y quedó con la mitad del cuerpo desgarrada, con la piel abierta y los músculos expuestos, incluso la mitad de su cara, dejando un ojo Byakugan destruido...

Por otro lado, Delshiki lo recibió de lleno, explotando en pedazos... Aun así, pudo regenerarse, gracias a que su rinnegan seguía intacto...

—¡Agh! ¡¿Qué mierda fue eso?! —exclamó el depravado mientras su cuerpo se empezaba a regenerar de forma dolorosa.

—Maldición... —gruñó Kinshiki, respirando con dificultad y escupiendo sangre.

—Ese maldito... Nos está cazando... —concluyó Momoshiki frunciendo el ceño—. ¡Rápido! Iremos por la fuente de chakra, nos vamos a recuperar, luego iremos tras él. Jinshiki, abre un portal a la lejanía. ¡Olvida el plan de guardar chakra!

—¡Hai! —dicho esto, empezó a abrir un portal... Y sin más, los Otsutsuki, con uno de ellos herido, continuaron su viaje.

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Hank se cruzó de brazos mientras bajaba hasta la isla junto a Azami.

—¿Los encontraste?

—Sí, por eso les envié un mensaje de advertencia... Detecto que dos de mis ataques fueron absorbidos y los otros dos dieron de lleno. Ahora sé más de ellos, y ellos... Saben que deben huir —declaró el peliblanco, mientras Azami asintió.

—En ese caso, vamos por ellos —contestó ella.

Hank levantó una mano con indiferencia.

—Espera... Sé que están buscando algo, quiero saber qué es antes de matarlos... Ahora mismo les estoy siguiendo la pista. Iremos cuando sienta algo diferente —declaró el demonio del viento—. Además, uno absorbió mi chakra... Sé dónde está en todo momento gracias a la energía demoníaca en él. Por otra parte, no quiero destruirlos aún, debemos averiguar si hay más de ellos o solo son cuatro.

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Varios minutos antes...

Se podía ver cómo Hamaki estaba en lo alto de un árbol, en alguna montaña, observando con cuidado la mansión Hyuga.

Ella sonrió mientras veía cómo había dos mujeres en una habitación. Una de ellas tenía el cabello azul y la otra castaño. La de pelo azul usaba una banda en la frente, señalando que era de la segunda rama, y estaba embarazada.

Ambas hermanas parecían reír y se mostraban tranquilas, lo cual dibujó una sonrisa en la princesa.

—Es malo ver ese sello... Pero es bueno ver que el plan está prosperando —pensó ella antes de saltar de su ubicación.

La princesa apareció en un patio de la mansión, donde con suma rapidez, dejó una canasta llena de algunos juguetes para bebés.

—Espero que le gusten al nene —sin más, ella se preparó para marcharse... Sin embargo.

—¡Señorita! ¡Espere!

—¿Eh? —Hamaki se volteó para ver cómo una mujer de cabello castaño y ojos perlados la miraba fijamente... Era la heredera de la rama principal.

La princesa Byakugan sonrió antes de hacer un gesto de saludo.

—¡Hola! Un placer, pero ya me tengo que ir —Hamaki se dispuso a irse, pero la mujer contestó:

—Señorita... No sé quién seas, pero sé que no es la primera vez que vienes... Desde que estoy embarazada has dejado obsequios y comida aquí... Eres una buena persona, ¿no quieres un poco de té? —cuestionó la mujer.

Hamaki se volteó con una mirada de incredulidad... Finalmente, sonrió.

—Claro, ¿por qué no?

Pasaron algunos minutos y finalmente se podía ver cómo Hamaki estaba sentada en un borde de la mansión, junto a las dos hermanas Hyuga, ambas hijas del líder, quien ahora estaba fuera por temas de una misión con muchos de los demás Hyuga.

—Entonces... ¿Eres una viajera? —preguntó la Hyuga castaña, cuyo nombre era Hadari.

—¡Algo así! Soy algo así como una sennin viajera —declaró la peliazul mientras bebía de su té.

—¿Sennin? ¿Se dedica a estudiar? —cuestionó la otra hermana, la cual también tenía el cabello azul, llamada Himeta.

—Sí, es mi principal hobby —declaró Hamaki con una sonrisa alegre.

La princesa finalmente suspiró con algo de nostalgia al ver la mansión desde tan cerca. Esto mientras bebía su té, disfrutando del momento en compañía de las dos hermanas Hyuga. La brisa suave hacía que su cabello azul se meciera ligeramente, lo que llamó la atención de Himeta, quien no pudo evitar comentar.

—Tienes un cabello hermoso —dijo Himeta con una sonrisa—. Es muy raro ver un color como el tuyo por aquí, pensé que solo yo lo tenía, jejeje. Además, esos ojitos rosados, jamás había visto unos así.

Hadari asintió, observando el azul intenso del cabello de ambas, que parecía brillar a la luz del día, y los ojos parecían gemas preciosas con un brillo peculiar.

—Es verdad, es algo muy curioso... ¿Cómo dijiste que te llamabas? —preguntó Hadari, genuinamente curiosa.

Hamaki rió nerviosamente.

—Oh, lo siento, jeje... A veces me olvido de presentarme. Pueden llamarme Hamaki, mis amigos me dicen Hami o Maki —dijo, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto—. Y gracias por los cumplidos.

—¿De dónde vienes, Hami-chan? —preguntó Himeta, intrigada—. Nunca habíamos visto a alguien como tú por aquí. Debes haber viajado mucho.

La princesa abrió sus ojos rosados a más no poder al escuchar cómo la había llamado... Se sintió extraño, pero de muchas formas cálido... Finalmente, decidió contestar.

—Vengo de muy lejos, de un lugar que ya no existe tal como lo conocí. Mi familia era... una familia un poco particular a su manera —dijo, mirando hacia el cielo como si recordara algo lejano—. Mi hermana, Hamita, por ejemplo, solía tener un carácter muy amable, mi padre era temperamental y algo agresivo, mi madre... Bueno, era una mujer bonita, y mi otra hermana era un poco cascarrabias pero linda, jajaja.

Las hermanas escuchaban atentamente, fascinadas por la descripción. Todos parecían diferentes, pero por la forma en que hablaba la princesa, se notaba que los recordaba con aprecio.

—¿Y qué fue de ellos? —preguntó Hadari con suavidad, percibiendo cierta nostalgia en el tono de Hamaki.

Hamaki bajó la mirada un poco, dejando que una pequeña sonrisa triste asomara en sus labios.

—Ellos ya no están con nosotros... Ya pasó mucho tiempo de eso. Hamita, sobre todo, fue alguien muy especial en mi vida, y siempre la llevo en el corazón. Aunque ya no esté físicamente, siento que de alguna manera me acompaña en cada viaje, en cada paso que doy. —Hamaki se quedó en silencio un instante, luego volvió a sonreír—. Pero así es la vida, ¿no? Las personas van y vienen, pero los recuerdos y el cariño que compartimos con ellas permanecen para siempre. Eso es lo importante.

Himeta asintió, reflexionando sobre las palabras de Hamaki.

—Eso es verdad... La vida nos lleva por caminos inesperados, y a veces perdemos a las personas más importantes. Pero es hermoso que las recuerdes con tanto amor, viviste mucho para ser tan joven —dijo con sinceridad.

Estas dos Hyuga ya estaban casi en sus 25 a 30 años de edad... Hamaki aún aparentaba sus 18... Era normal para ellas verla con esa aura de ser menor, y más por su personalidad... Sin embargo, cuando hablaba a profundidad, denotaba un aura de sabiduría propia de alguien muy experimentado.

Hamaki rió suavemente mientras miraba a ambas hermanas. Le agradaba la tranquilidad que emanaban, un contraste muy agradable con los conflictos y la guerra que había conocido en su pasado. El clan Hyuga estaba en un momento relativamente calmado...

—Así es —respondió la princesa—. Aprendí a valorar cada momento y a no aferrarme demasiado a lo que no puedo controlar. Vivir el presente es lo más importante, pero también llevar en el corazón a quienes amamos sin dejarnos atrapar por el dolor. El dolor es parte de crecer, las personas al final del día somos el reflejo de lo que vivimos.

Hadari miró con curiosidad a Hamaki.

—Debes haber visto mucho en tus viajes. Pareces una persona muy sabia. ¿Qué te trae por aquí? Es curioso que te hayas enfocado en nuestro clan, somos distantes con el resto del mundo. ¿Por qué eliges viajar en lugar de establecerte en algún lugar?

Hamaki tomó un sorbo de té antes de responder, manteniendo su tono calmado.

—Viajar me ha enseñado mucho, pero también es mi forma de vivir libre. He conocido muchos lugares, visto muchas culturas y aprendido cosas que nunca hubiera conocido si me hubiera quedado en un solo lugar. Mi familia siempre fue muy... rígida. Tenían muchas reglas y tradiciones. Viajar me permitió romper con esas cadenas y vivir según mis propios términos. Sinceramente ha valido la pena, soy feliz con eso.

—Eso suena increíble —dijo Himeta, con un brillo de admiración en los ojos—. Me encantaría poder ver el mundo de esa manera algún día.

—Tal vez lo hagas —respondió Hamaki con calma—. El mundo es muy grande, y siempre hay algo nuevo que descubrir... o a lo mejor tu hijo lo hace, jaja.

Las tres rieron. Finalmente, Hamaki decidió preguntar:

—¿Y tu familia actual?

Hamaki miró a las dos hermanas, dejando un breve silencio antes de responder.

—Mi familia actual... Bueno, digamos que ahora soy un poco solitaria, jajaja. De hecho, solo tengo una amiga, somos inseparables —dijo con serenidad.

Ambas hermanas se miraron entre sí, intrigadas por la mujer misteriosa ante ellas.

—Y esa amiga... ¿Dónde está? ¿Cómo se llama? —comentó Hadari.

Hamaki rió suavemente.

—Se llama Yami... Ahora debe estar durmiendo, tal vez se las presente algún día, aunque es un poco gruñona, jajaja.

Las hermanas finalmente rieron antes de contestar.

—Eres muy peculiar, en serio es raro ver gente como tú, de verdad sería genial que hubiera más personas así. Eres especial —Hamaki no pudo evitar sentir calidez y honestidad en sus palabras.

—Oh, créanme, he conocido a personas mucho más extraordinarias. Yo solo soy una simple viajera con algunas historias que contar.

Tras terminar el té, Hamaki se dispuso a marcharse.

—¡Cuídense las dos! Tal vez vuelva otro día. ¡Las dos son unas lindas! —declaró la Hyuga mientras se marchaba, viendo cómo ellas respondían al gesto con señas.

—¡Vuelve cuando quieras, eres completamente bienvenida!
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Tras unos minutos, ella empezó a caminar en otra dirección, lejos de la mansión, mientras simplemente tarareaba una canción.

—La vaca Lola, la vaca Lola~♪... ¡¿Eh?!—

No se había alejado más de medio kilómetro, cuando un portal se abrió cerca... Ella rápidamente tomó distancia mientras fruncía el ceño...

A sus ojos, cuatro figuras empezaron a salir de él... Quedando a unos metros al frente.

—¡Pero mira nada más! ¡Qué mujercita tenemos enfrente! ¡Me la pido! ¡Jajaja! —exclamó Delshiki.

—Como quieras, pero vamos a robarle el chakra primero —declaró Momoshiki.

—Hagamos esto rápido... —gruñó Kinshiki, quien convocó un hacha a su única mano. Él estaba sumamente herido.

—Sin duda su chakra es excepcional —agregó Jinshiki.

La princesa Byakugan estaba en silencio, mientras los veía fijamente... Tras algunos segundos, ella finalmente habló.

—Así que son ustedes... Los cuatro Otsutsuki que Kaguya selló hace milenios... —dijo ella con seriedad mientras se erguía—. Sin duda... Sus almas son repugnantes, ¿cómo es que se liberaron del sello?

Delshiki se acercó a ella con una sonrisa, quedando a dos metros.

—Oye, mujer, colabora un momento. Queremos tu chakra, y yo te quiero a ti. ¿Quién diría que una con el cabello corto y de ese color se vería tan bien? —declaró el Otsutsuki con una sonrisa—. De seguro darás unos buenos hijos... Y, por supuesto, serán comida.

Hamaki lo miró un momento, su sonrisa de siempre había desaparecido por completo, y el brillo de sus ojos había sido reemplazado por una mirada seca.

—Este idiota depravado... Su alma es un asco, debemos matarlo, creo que mucha gente te aplaudirá si al menos lo golpeas lo suficiente—declaró Yami frunciendo el ceño.

Hamaki se mantuvo en silencio mientras mantenía el contacto visual...

La razón de existir del clan Otsutsuki de la luna... Estaba enfrente de ella... La razón de su entrenamiento... En este momento, sabía que debía pelear... Era su deber.

Pero jamás imaginó que estas personas serían tan repugnantes...

Ya había leído que en la antigüedad habían esclavizado gran parte de la humanidad para dar a luz hijos, los cuales usaban como alimento...

—Oigan... Miren eso de ahí —dijo Jinshiki usando su Byakugan, viendo en dirección a la mansión Hyuga—. Veo humanos... Tienen Byakugan... Y también hay mujeres.

—¡ESO ES EXCELENTE! ¡LA NUEVA FÁBRICA DE COMIDA OTSUTSUKI! —exclamó Delshiki con una sonrisa extasiada.

Hamaki finalmente frunció el ceño antes de dar un paso al frente, colocándose junto a Delshiki.

—Ustedes cuatro... Momoshiki, Kinshiki, Jinshiki y Delshiki... Me repugnan... Sobre todo tú —dijo ella cruzando la mirada con Delshiki—. No se van a mover de aquí para nada, esto es entre ustedes y yo.

Momoshiki se tensó al escuchar eso...

—Por lo visto, uno absorbe chakra, el otro crea armas de chakra, el otro portales y el otro tiene manipulación corporal... ¿Me equivoco? —preguntó Hamaki con frialdad, dejando a los Otsutsuki fríos.

—¿Cómo demonios sabes tanto? —cuestionó Momoshiki manteniendo distancia, a lo que Hamaki abrió sus ojos por completo mientras los veía.

—Es que tengo unos lindos ojos... —declaró Hamaki mientras se cubría con un aura rosa.

Delshiki rápidamente se inclinó para verlos de cerca con su Byakugan.

—Jajaja... Mira esos ojos, son algún Byakugan mutad... ¡¿Ugh?!— Antes de que el Otsutsuki continuara, recibió un potente golpe en el estómago, el cual lo lanzó a volar por los aires, atravesando muchos árboles en el proceso.

Los otros tres Otsutsuki restantes cambiaron sus miradas a una de sorpresa mientras la princesa Byakugan se cubría completamente en su aura rosada y se colocaba en pose Juken.

—Ninguno de ustedes... Va a tocar a mi familia... Y aunque no me gusta la idea, voy a golpearlos hasta que queden inválidos e incapaces de pelear o comer por el resto de sus vidas, luego los voy a sellar —declaró ella mientras sus manos se cubrían de chakra.

—Tsk... No tenemos tiempo que perder peleando, ese chakra de antes vendrá en cualquier momento a por nosotros... —pensó Momoshiki molesto—. ¡Acaben con ella rápido!

Sin más, los tres Otsutsuki se lanzaron a atacar a la par... Mientras los ojos y el aura de Hamaki se tornaron de color negro.

—Ocho trigramas... Postura del viento... Flujo.

Lo primero que llegó a ella fue un puñetazo de Kinshiki, el cual dio de lleno en la cara. Sin embargo, el Otsutsuki pasó de largo, teniendo la sensación de atravesarla...

Momoshiki sacó una estaca de chakra e intentó clavársela en el pecho, sin embargo, ella usó otra técnica y desvió su mano a un lado, lanzando a volar al Otsutsuki.

Y Jinshiki intentó golpearle el estómago, pero tuvo el mismo resultado que Kinshiki, pasando de largo sin tocarla...

La postura del viento es una de las más versátiles... Donde el cuerpo del usuario se relaja al máximo con su respiración. Con la técnica de flujo, los golpes que recibes son inefectivos, ya que el usuario mueve el cuerpo con los golpes a gran velocidad, haciendo que estos no lo toquen realmente, dando la sensación de que te atravesaron... Aunque es ineficaz contra armas y ninjutsu con daño al contacto.

Por otro lado, es una postura extremadamente ofensiva...

—Postura de viento... Danza de cortes...

Los tres Otsutsuki sintieron el peligro con rapidez, por lo que se alejaron volando, mientras la princesa los miraba fijamente.

—¡Agh! ¡Maldita puta! —exclamó Delshiki levantándose nuevamente.

La princesa solo pudo ver cómo los cuatro Otsutsuki se colocaban en serio, con sus armas, portales, técnicas de pelea y decenas de tentáculos...

—Estoy lista...

Finalmente, la pelea comenzó realmente...

Los cuatro Otsutsuki se lanzaron a atacar al mismo tiempo, mientras ella estaba totalmente concentrada...

Los principales atacantes cuerpo a cuerpo fueron Kinshiki y Delshiki, donde la princesa empezó a intercambiar golpes con ambos a gran velocidad...

Sus brazos se veían como borrones de velocidad mientras desviaba y bloqueaba cada ataque, y dedicaba un brazo a cada uno.

La princesa y los dos Otsutsuki se movieron a lo largo del bosque, mientras los árboles se derrumbaban y múltiples cráteres se formaban por todas partes...

—Postura de la montaña, fortaleza...

En eso, ella colocó sus manos al frente, logrando atrapar un puñetazo de Delshiki, y con la otra mano sostuvo el hacha de Kinshiki por el filo...

—¡¿Cómo demonios tiene tanta fuerza?! —pensó Kinshiki mientras intentaba bajar su brazo, pero era imposible... Ella no se movía ni un centímetro... Aunque el piso debajo de ella se había agrietado.

La postura de la montaña se basa en la voluntad... Y ser inamovible, simulas un gran peso, fuerza devastadora... Sin embargo, la mayoría de técnicas son estáticas, no te mueves de tu posición...

—Postura del cielo... ¡Kaiten! —los ojos de Hamaki se tornaron rosados mientras ella empezó a girar, lanzando a volar a los Otsutsuki.

—¡No te creas mucho! —Jinshiki había creado un orbe de energía negra en su mano y se lanzó a atacar por un portal, donde la Hyuga usó sus rápidos reflejos para atrapar su mano y lanzarlo por los aires.

Momoshiki, aún en el aire, cargó una gran técnica de chakra... Esta tenía un tamaño gigantesco, era una esfera gigante de chakra de color negro...

La técnica era visible a kilómetros mientras él sonreía.

—Jeje... ¿Qué haces contra esto? —dicho esto, disparó la técnica a todo poder, directo a la mansión Hyuga a menos de medio kilómetro.

Hamaki desapareció en un destello, colocándose frente a la técnica...

—Postura de fuego, ¡león de fuego! —ella lanzó un puñetazo al aire, el cual se transformó en un león de llamas que chocó contra el jutsu.

—Je... ¡Ese ataque tan débil jamás detendría mi técnica!

—Rebobinación parcial...

La mirada de los Otsutsuki cambió a una de confusión al ver cómo la gran esfera de chakra había desaparecido...

—Mi chakra regresó a mí... Pero la técnica... Desapareció... —pensó Momoshiki empezando a analizar a Hamaki.

Un portal se abrió detrás de Hamaki, mientras Jinshiki salía de allí para atacar con un orbe de chakra negro.

La mujer cambió el color de sus ojos a rosa, desapareciendo en un borrón, para propinarle un potente puñetazo por el costado.

Al instante, Jinshiki salió volando mientras atravesaba varios árboles.

—Creo que no les quedó claro... No dejaré que dañen a mi familia... —declaró ella mientras sus ojos se tornaban de distinto color.

Delshiki rápidamente la evolvio con varios tentáculos empezando a aplastarla...

—Rebobinacion parcial... Superposición...—

Dicho esto, Delshiki desapareció y reapareció en otra coordenada, dónde había un árbol destruido, al mismo tiempo, todos los árboles se reconstruyeron y el fue atravezado de lado a lado por el tronco...

—Mierda...— dijo el antes de romper el árbol para salir, mientras escupía sangre.

Los cuatro seres se lanzaron a atacar nuevamente... La pelea se hizo más estruendosa, donde la princesa Byakugan se movía por todo el campo de batalla, esquivando y desviando golpes de todos al mismo tiempo...

Incluso los que eran mandados por los portales de Jinshiki.

Un tentáculo de Delshiki intentó atraparla, pero ella rápidamente empezó a cortarlo en trozos. Kinshiki atacó por un costado, solo para que su golpe pasara de largo, y Momoshiki intentó usar una barra de chakra... Pero Hamaki la atrapó, y luego lanzó a Momo contra un árbol.

—¡Jinshiki! ¡Llévanos a otro sitio!

—¿Eh? —En eso, Hamaki se percató...

Un gran portal se formó debajo de todos, incluyéndola... No tenía forma de evitar la caida.

...

Una vez lo atravesó, ella cayó en una ciudad... Junto a los Otsutsuki.

—Esto no es bueno —pensó Hamaki aterrizando en un edificio—. ¡Barrera!

Ella nuevamente extendió su barrera, cubriendo la ciudad por completo.

Una debilidad importante de la barrera de Hamaki... Si ella sale de su barrera, pierde completo control de ella mientras esté fuera, igual que de sus enemigos que hayan salido, o incluso de rebobinarse a sí misma.

Si logras sacarla, es seguro que la tienes a tu merced con 20% menos de chakra.

La técnica, siempre sin importar si el dominio es pequeño o grande, siempre agotará el 20%. El equilibrio está en la duración en proporción al área de expansión.

Entre más grande el área, menor tiempo. Y entre más pequeña, mayor tiempo... Pero esto tiene una desventaja. Si elige un área grande, su técnica durará menos, aunque es más difícil para el enemigo escapar.

Si es pequeña, podría durar mucho... Incluso podría durar días, semanas o incluso años en algunos de los tamaños más bajos... El problema es que el enemigo podría escapar con mayor facilidad.

Hamaki sabía muy bien eso... Por eso siempre usaba el mayor tamaño con un tiempo suficiente, y por supuesto, conocía que los jutsus de espacio-tiempo eran una debilidad, ya que podrían sacarla de su área. Sin embargo, en este caso no lo esperaba... Estaba más preocupada por evitar que los Otsutsuki llegaran a su familia, que estaba a medio kilómetro de la pelea, donde también estaban dentro del dominio de su técnica.

Y no tenía más remedio que expandir su técnica nuevamente. Ahora no estaba en un bosque cerca de su familia, estaba en una aldea civil... Su preocupación ahora era peor, estaba llena de gente que podría salir herida.

...

Los pensamientos de Hamaki fueron interrumpidos cuando Kinshiki apareció detrás de ella, con un hacha en mano, lanzando un ataque directo.

Hamaki dio un salto, colocándose sobre su brazo, luego le lanzó una patada en el rostro, mandando a volar a Kinshiki por los aires, quien se estrelló contra un edificio.

Justo detrás de ella, apareció Delshiki en un portal, su brazo era gigante y musculoso, lanzándole un golpe.

Hamaki rápidamente se cubrió con los brazos en equis, para salir disparada por los aires, atravesando varios edificios mientras daba volteretas.

—Ocho trigramas, postura de viento, corte supremo... —En medio de sus volteretas, lanzó un corte con su mano desnuda, el cual viajó por los aires atravesando los edificios y cortando a Delshiki por la mitad.

Ella aterrizó tocando el suelo, haciendo que todo lo que había roto en su vuelo se reconstruyera. Rápidamente miró a su alrededor...

—Debo cuidar el daño colateral... Hay mucha gente... —pensó ella, viendo cómo los cuatro Otsutsuki se colocaban sobre los edificios, mientras la gente a los alrededores huía aterrorizada... —Ese tipo de los portales... Es un problema... Pero talvez también la solución para llevar la pelea a otro sitio más solitario... Aquí no podre pelear con todo...—

...

Sin saberlo, esta sería una de las peleas más difíciles para Hamaki, ya que no dependía solo de su fuerza o habilidad... Y también, sería una de las últimas...

Fin Capítulo 14.

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