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13 [Dioses y demonios]

Hace milenios... no, millones de años. Mucho antes de que existieran los demonios, las leyendas, incluso el Rikudō Sennin, el chakra en los humanos o siquiera las civilizaciones.

En aquel entonces, el mundo era un lugar caótico, lleno de energía natural en exceso, donde existían seres monstruosos. Criaturas gigantes de gran tamaño, criaturas en extremo salvajes, etc.

En ese tiempo, había demasiadas razas producto del exceso de chakra natural, y los ecosistemas más peligrosos jamás vistos...

Pero incluso antes de eso...

En medio de ese caos, antes de que existiera cualquier otra forma de vida, nació un árbol, fruto de la gran cantidad de energía natural. Este árbol, en medio de la adversidad, se hizo más y más grande, alimentándose de la energía natural del mundo entero que lo rodeaba, lo que dio paso a que más vida pudiera formarse a medida que el exceso de energía natural se reducía.

Con los años, no solo aparecieron las criaturas ya mencionadas, adaptadas a los ambientes extremos...

Nació una raza inteligente, una muy poderosa... pero a su vez, llena de avaricia.

Los primeros seres vivos capaces de usar el chakra, conocidos como los Ōtsutsuki, raza que se fue extinguiendo por el canibalismo y sed de poder, donde querían más y más chakra.

Con el tiempo, aparecieron los humanos, fruto de la evolución de otros animales, los cuales no podían usar el chakra y, por tanto, no llamaban la atención de esos seres.

Así, la historia transcurrió, donde los humanos, gracias a las criaturas inteligentes y milenarias, supieron más del mundo y empezaron a adorar al árbol que dio inicio a todo, llamándolo el dios árbol.

...

Con el tiempo, los Ōtsutsuki se extinguieron, dejando menos de una docena. Una de ellos se mezcló con los humanos, y para protegerlos de los demás, consumió el fruto del dios árbol, el cual contenía el poder supremo y milenario de la tierra acumulado en un solo punto... Dando origen a la legendaria madre del chakra, madre del Sabio de los Seis Caminos.

Esto pasó hace poco más de 4000 años...

Aunque Kaguya exterminó a la mayoría de los Ōtsutsuki, era una mujer piadosa y selló un grupo de ellos en un recipiente que escondió de la humanidad.

—Tal vez ya sepas esta historia, y en otras realidades probablemente este recipiente jamás se abrió... en otras, se abrió por algún motivo en una era muy reciente...

Pero esta historia transcurre en un universo donde la historia cambió mucho, gracias a seres que no existen en esas realidades.

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Alrededor de 400 años antes de la actualidad...

En algún lugar del océano, se podía ver una pequeña isla, donde había dos personas en pie sobre la superficie de la costa marina.

Uno era un hombre de gran altura, bastante robusto, que portaba una armadura, tenía el cabello marrón, una cicatriz en la cara, piel morena y sostenía un imponente martillo de guerra.

La otra era una mujer de cabello castaño rojizo, con gafas, piel pálida, shorts negros, una camisa negra de botones y una gabardina roja.

—¿Seguro que quieres hacer esto? —preguntó Romura, quien se encontraba en la superficie del agua, sus pies fusionados con el líquido.

—Seguro. No vayas a contenerte; yo tampoco lo haré, aunque sea un entrenamiento —concluyó Kishan mientras se colocaba en postura y giraba su martillo como si fuera un bastón.

—Me parece que te excedes si crees que es buena idea enfrentarme en mi terreno... pero divirtámonos —declaró Romura, mientras una gran ola se levantaba a sus pies.

—¡Bien! —el jinete de la roca dio un pisotón al suelo. Al instante, una gran montaña se levantó de la isla...

Ahora, se podía ver como si fuera un enfrentamiento entre la tierra y el mar: una ola gigantesca contra una montaña.

La pelea inició ferozmente, donde Kishan arremetió con un enorme gólem de roca, mientras que Romura convocó torbellinos de agua afilada.

El combate continuó con ambos oponentes mostrando su nivel.

En menos de cinco minutos, la tierra temblaba, montañas enteras fueron destruidas, el mar revoloteaba, y volcanes se levantaron desde las profundidades marinas.

Choques entre gólems gigantes de roca y agua...

Incluso nuevas islas nacieron de aquel choque titánico, que estaba provocando desastres por doquier.

—¡Terremoto de diamante! —exclamó Kishan mientras regeneraba un brazo y tomaba su martillo. Finalmente, golpeó el suelo, provocando un temblor masivo mientras enormes estructuras de cristal afilado salían de la isla. Romura, que en ese momento estaba en tierra, fue arrastrada de un lado a otro por la técnica, perdiendo un brazo, una pierna y quedando con la cabeza perforada.

—¡Cuchilla acuática! —

Del océano, una fuerte cuchilla de agua salió disparada, empezando a cortar los diamantes, mientras liberaba a Romura y partía a Kishan por la mitad. El jinete de la roca gruñó antes de reconstruirse y dar un golpe al suelo.

—¡Jutsu terrestre: volcán demoníaco!

—¡Tsunami!

Ambos lanzaron sus técnicas de forma muy destructiva...

Hubo un gran estallido, donde se pudo ver cómo un enorme volcán inestable se levantó de la isla. Tenía más de 100 metros de altura, mientras que, a su vez, una ola gigantesca se levantaba para enfrentarlo...

El resultado fue una gran explosión, donde el volcán fue destruido y el tsunami arrasó con todo lo que antes era la isla. La ola viajó hacia otras islas lejanas, a cientos de kilómetros...

Asi, la pelea continuo, donde ambos jinetes mostraban un poder brutal...

...

Poco sabían los demonios que su pelea de entrenamiento provocaría un desastre peor...

En alguna isla lejana, los temblores y perturbaciones marinas se sentían. Era un país pequeño el que había allí. El suelo se estaba agrietando, y fuertes olas de 10 metros azotaban el lugar, mientras los humanos corrían despavoridos intentando salvarse.

En lo profundo de alguna cueva, se podía ver lo que parecía un templo... En el interior, había una vasija antigua, con un sello...

Las perturbaciones de chakra generadas por los demonios habían llegado a ella, provocando que se agrietara...

Finalmente, hubo una gran explosión...

—¡Finalmente libres! ¡Ja, ja, ja!

Cuatro figuras salieron desde el subsuelo, causando un temblor.

Las cuatro figuras tenían el cabello blanco, piel pálida, ojos perlados y vestían ropajes blancos, como kimonos...

Los civiles de un pueblo cercano de aquel país posaron sus ojos sobre ellos, observándolos con miedo. De alguna forma, los temblores y fenómenos anteriores parecían tener algo que ver con su aparición... Daban miedo con solo verlos.

Las cuatro criaturas posaron sus miradas sobre ellos.

—¿Humanos?... Tan débiles y frágiles como siempre. Por lo que veo, han pasado muchos años desde que nos encerraron. ¿Cuánto tiempo llevamos dormidos? —preguntó uno de ellos, quien tenía un aspecto más adulto, cuernos negros, cabello largo hasta la cintura y repartido a la mitad.

A esto, uno de ellos sonrió mientras miraba a los humanos con su Byakugan.

—Jinshiki, será mejor que mires más detenidamente. Estos humanos no son como los que había hace años... Míralos bien —dijo uno con apariencia más particular, que vestía como una especie de príncipe, usaba sandalias de madera, su cabello estaba atado en una larga cola de caballo, y tenía dos enormes cuernos que se curvaban hacia adelante.

El primero hizo lo dicho para después cambiar su expresión.

—¿¡Eh!?... ¿Eso es... chakra? —declaró Jinshiki, sorprendido.

—Sí... Estos humanos poseen chakra en sus cuerpos, como nosotros. Antes no solían tener tal cosa. ¿No les parece interesante? —concluyó Momoshiki.

—Ju, ju, ju... Eso quiere decir que si les pongo mi semilla, el fruto que nos darán será mucho más poderoso que antes, ¿verdad? Quiero decir, antes procreaba con humanos sin chakra y obtenía comida decente, pero ahora que también poseen chakra, el resultado debe ser mucho mejor... —declaró otro de ellos—. ¡Qué maravilla! ¿Dónde están las mujeres y los niños?—

Este Ōtsutsuki tenía el cabello largo y suelto, y solo llevaba pantalones con sandalias, dejando la parte superior de su cuerpo totalmente desnuda. Este individuo era peculiar, ya que, a diferencia de sus acompañantes, parecía más extrovertido. Sin embargo, no era menos perverso que ellos.

—Eres un cerdo, Delshiki... Solo piensas en satisfacer tu lujuria y hambre. No quiero escuchar eso —declaró Momoshiki.

—¿Qué deberíamos hacer entonces, señor? Nuestros poderes se han debilitado mucho por estar tanto tiempo dormidos... Aunque el chakra que nos despertó era poderoso, y restauró parte de esa fuerza— Declaró otro mas, que era más grande y robusto. Con una capa cubriendo su cabeza y dejando ver solo un ojo y su cuerpo.

Momoshiki cerró los ojos mientras se concentraba...

—El chakra que nos liberó... está muy cerca de aquí. Puedo sentirlos, son dos seres en extremo poderosos... Pero no siento nada más fuera de un área... Estamos dentro de algún tipo de barrera —declaró Momoshiki.

Él tenía la habilidad sensorial más poderosa de la historia, siendo capaz de detectar firmas de chakra a nivel global, siempre y cuando fueran fuertes...

—Yo creo que deberíamos ir a por ellos —declaró Jinshiki, a lo que Momoshiki sonrió mientras activaba el Byakugan, desviando su mirada en dirección a las firmas de chakra.

—Qué interesante... Las fuentes están totalmente hechas de energía... ¿Qué les parece si vamos por ellos? —burló el Ōtsutsuki mientras levantaba una mano, dejando ver un ojo Rinnegan en su palma—. Se ven fuertes, pero están en seria desventaja numérica y de habilidad.

—¡No! Yo digo que solo absorbamos a los hombres de esta isla. Las mujeres son útiles, podrían llevar la semilla Ōtsutsuki en sus vientres. Además, hace miles de años que no sacudo el cuerpo, será divertido... Primero eso, luego vemos lo de las fuentes —declaró Delshiki, a lo que Momoshiki solo gruñó.

—Una de las fuentes es una mujer —declaró serio, a lo que Delshiki sonrió, dejando ver una sonrisa macabra.

—¿Por qué no lo dijeron antes?

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—Bueno, yo gané y no necesité mucha fuerza —burló Romura, mientras el Jinete de la Roca yacía destrozado en el suelo.

—Ugh... No hacía falta decir lo último —gruñó él mientras se regeneraba lentamente. Había agotado su chakra.

—Toma, recupérate un poco —declaró Romura antes de colocar su mano sobre él y transferirle parte de su chakra.

La Jinete del Agua tenía la habilidad de reducir drásticamente el consumo de chakra en un ambiente acuático, por lo que aún conservaba más de la mitad. Claro, dependiendo de cuán grande fuera esa masa de agua. En el caso del océano, su superficie la hacía virtualmente inagotable...

Kishan, por otro lado, también podía hacer lo mismo en tierra, pero su versatilidad era mucho menor, obviamente perdiendo la pelea... Aun así, Romura, en un gesto amable, le había dado la mitad de su chakra.

Los únicos demonios capaces de restablecer su chakra con un jutsu eran Orba y Hank...

...

En eso, los dos jinetes cambiaron su expresión...

—¿Qué es eso?... —cuestionó Kishan, observando cómo los cuatro seres habían llegado hasta donde estaban y los observaban desde el aire.

—Esto no me gusta... —comentó Romura frunciendo el ceño. No sabía cuál era su poder, pero... Estos seres no eran simples humanos, y emanaban un aura muy misteriosa... Podía sentir la avaricia que emanaba de aquellos seres...

Finalmente, los cuatro bajaron para colocarse de pie sobre la arena...

—¿Qué son ustedes exactamente? No son humanos, claramente —cuestionó Momoshiki con una sonrisa confiada.

—Lo mismo puedo decir de ustedes —declaró Romura, mientras una gran cantidad de agua del océano comenzaba a flotar a su alrededor. Por su lado, Kishan tomó el martillo en sus manos mientras los miraba con desconfianza.

—No te equivocas... pero no nos compares con seres tan inferiores —declaró Momoshiki.

—Wow, wow... Mira a esa mujercita... Me pregunto si será capaz de dar a luz un Ōtsutsuki —burló Delshiki, mirando fijamente a Romura.

—Aunque estamos debilitados por el tiempo de enterramiento... aún tenemos casi la mitad de nuestro chakra, eso bastará para acabarlos. Estoy ansioso por adquirir sus chakras —declaró Jinshiki.

—¿Cuál es la orden, Momoshiki-sama? —cuestionó Kinshiki mientras creaba un hacha gigante de chakra.

—No hagan nada aún. Me gustaría saber más sobre estas criaturas no humanas... Compuestas enteramente de energía. Aunque parecen humanos, no lo son —declaró Momoshiki.

Ambos demonios se mantuvieron a la defensiva.

—Lo que sean ustedes... ¿Hay más por el mundo? ¿Cuántos? —cuestionó el líder de los Ōtsutsuki.

—Estás idiota si crees que vamos a hablar con ustedes sobre nosotros. ¿Quiénes son y qué pretenden? —cuestionó Kishan.

—Mi nombre es Momoshiki Ōtsutsuki, pero pueden llamarme Momoshiki-sama... Y nosotros somos dioses... Nuestro objetivo será esclavizar a la humanidad entera y adueñarnos de todo el chakra del mundo —declaró con calma.

—Oh, qué mal... Eso va contra lo que nosotros queremos: un mundo de paz sin usuarios de chakra —declaró Romura, mientras el agua empezaba a tomar forma de un dragón gigante—. ¿Qué les parece si se largan? Afuera del planeta hay mucho espacio para ustedes.

—Ya veo... Entonces los mataremos, obtendremos su chakra y lo usaremos para recuperar todo nuestro poder —el Ōtsutsuki levantó la mano a los demás de su especie—. A ellos...

Dicho esto, los Ōtsutsuki desaparecieron en borrones de velocidad, al igual que los demonios...

—¡Estilo de agua: Leviatán marino! —exclamó Romura mientras un gran dragón de agua se lanzaba contra ellos, a lo que Momoshiki sonrió antes de colocar su mano al frente, empezando a absorber la técnica.

Kishan, por otro lado, se encontró cara a cara con Kinshiki, antes de chocar sus armas, donde Kinshiki fue lanzado a volar de un solo golpe...

—¡Ja, ja! ¡Estoy detrás de ti! —burló Delshiki, colocándose detrás del demonio para luego lanzarle un puñetazo.

Kishan logró bloquearlo con su antebrazo, para después propinarle un golpe en la cara con el martillo. El Ōtsutsuki intentó usar su brazo para frenar el arma, pero al instante salió volando gravemente herido y sin un brazo.

Kinchiki atacó nuevamente, ambos colocándose frente a frente en una batalla de fuerza bruta, donde el demonio estaba teniendo la ventaja...

Por su lado, Delshiki rió mientras se regeneraba como si nada.

—Ahora sí me vas a conocer, criatura horrenda —declaró el Ōtsutsuki mientras de sus manos salían varios tentáculos.

...

Por otro lado, Romura estaba siendo atacada por Momoshiki y Jinshiki.

—¡Estilo de aire, corrientes voladoras! —pensó Romura antes de lanzarle múltiples cuchillas de aire a Jinshiki. El Ōtsutsuki apuntó su mano a las cuchillas mientras sonreía.

—¡Momoshiki-sama! —Un portal se abrió en medio, absorbiendo las cuchillas, mientras otro se abría junto a Momoshiki, quien colocó su mano con el Rinnegan, dejando que las cuchillas salieran por ahí y fueran absorbidas.

—¿Absorben mis técnicas? —pensó Romura, frunciendo el ceño.

—¡Tienes un chakra magníficamente poderoso! ¡Dame más! —burló Momoshiki mientras él y Jinshiki se lanzaban a atacar.

Romura estaba en problemas... Si bien era prácticamente la demonio más poderosa en el océano, estaba enfrentando una habilidad que era el contraataque perfecto para ella.

La jinete atrapó a Momoshiki por la muñeca, luego le lanzó un golpe a la cara, lanzándolo a volar. Sin embargo, un portal apareció en la trayectoria del Ōtsutsuki, quien lo atravesó.

—¡¿Eh?! —Romura se volteó solo para ver cómo Momoshiki salía por otro portal detrás de ella, sacando una barra de chakra.

Romura rápidamente intentó esquivar, lo cual logró con éxito, pero otro portal se abrió frente a la barra de Momoshiki.

—Estás perdida ante nuestros poderes —burló Jinshiki mientras abría otros dos portales y metía sus manos en ellos.

Romura apenas logró ver cómo un portal se abría detrás de ella y otro justo en frente, directo a su cuello. Intentó esquivar, pero antes de lograrlo, un portal más pequeño se abrió frente a su pecho, dejando que la barra de Momoshiki llegara a su estómago, logrando atravesarla.

—¡Ugh! Mi chakra... —pensó Romura entumecida mientras las manos de Jinshiki la tomaban por el cuello.

Momoshiki rió al ver eso.

—¿Qué te parece? Eres la más poderosa aquí, pero has perdido. Eso es lo que pasa cuando no conoces a tus enemigos —dicho esto, tomó a la jinete por la frente.

—¡AGH! —Al instante, la demonio sintió un dolor inimaginable. Su cuerpo entero y su chakra estaban siendo absorbidos.

—Qué chakra tan monstruoso... Alcanzará para abastecernos a los cuatro —declaró Momoshiki.

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—¡Mierda! ¡Romura! —exclamó Kishan, antes de tomar a Kinshiki por el cuello y estrellarlo contra el suelo, creando un gran cráter.

En ese momento, varios tentáculos salieron disparados hacia él, atrapando sus brazos y piernas.

—¡Ja, ja, ja! ¡Mejor preocúpate por ti! —declaró Jinshiki, a lo cual Kishan levantó una pierna y pisoteó el suelo.

—¡Estilo de roca: génesis de volcanes malditos!

Al instante, la isla donde estaban, e incluso el mar, empezaron a temblar mientras la corteza terrestre se agrietaba y enormes masas de roca aparecían, escupiendo ceniza volcánica, lava y rocas ardientes, tras lo cual Kinshiki fue golpeado por ello, haciendo que se aleje, mientras Kishan se disponía a atacar a Kinshiki com proyectiles de diamante afilados, pero un portal se abrió y desvío la técnica a el mismo.

El campo de batalla era un desastre, el demonio estaba enfrentando a los 3 Otsutsuki, quienes poco a poco lo estaban destrozando.

mientras que Momoshiki se alejo volando, aún con Romura en su poder, sin dejar de drenar su chakra.

—Mierda... Estos tipos sí que son problemáticos, pero definitivamente valen la pena —burló Momoshiki.

—¡AGH! —Romura soltó un último grito de dolor, mientras finalmente su cuerpo entero desaparecía, dejando solo su látigo.

—¿Y esto? —pensó Momoshiki, observando el objeto que levantó en su mano—. Es pesado... y macizo... pero solo es basura.

Dicho esto, dejó caer el arma al océano, mientras apretaba su otro puño con euforia.

—¡Mi chakra está rebosante!

Sin más, los cuatro Ōtsutsuki se lanzaron a atacar al Jinete de la Roca, quien apenas podía hacer frente usando su habilidad cuerpo a cuerpo. Sus técnicas eran absorbidas por Momoshiki o desviadas a sí mismo por Jinshiki y sus portales, mientras que Delshiki usaba su manipulación corpórea para hacerse más versátil en el combate, y Jinshiki atacaba con fuerza bruta y armas de chakra.

El jinete recibió graves heridas, fue destruido hasta no poder más, para finalmente quedar inmovilizado por los tentáculos de Delshiki y una barra de chakra, mientras los Ōtsutsuki disfrutaban de consumir su chakra.

Al final, lo único que quedó en el campo de batalla fue una isla destruida, con el mazo de guerra tirado en medio de la nada y el látigo hundido en el océano, a la espera de volver a tener chakra suficiente para ser reconstruidos...

Los Ōtsutsuki finalmente habían repartido el chakra mientras volaban en el aire. La barrera que impedía que Momoshiki detectara el exterior se había deshecho.

—Pero mira nada más... El mundo sí que ha cambiado. Ahora detecto diez masas de chakra muy poderosas... ¡Me encanta, es un festín! —declaró Momoshiki con una sonrisa.

—Vaya, ¿y las mujeres? —preguntó Delshiki.

—No molestes ahora... pero si te interesa, uno de esos chakras poderosos es una mujer. Y su chakra, aunque es más débil que el resto, tiene algo especial... Puedo sentir una enorme potencia en ese chakra —declaró el Ōtsutsuki.

—¿Vamos a ir por esas fuentes? Lo mejor sería separarnos y obtener esos chakras —comentó Jinshiki.

A esto, Momoshiki negó.

—Podríamos, eso lo haría más rápido... pero no quiero que ustedes se queden con más chakra del que les corresponde. Por eso, iremos todos juntos, del más débil al más poderoso, y lo repartiremos. Después, podremos pensar en procrear para traer comida —declaró Momoshiki.

—Agh... Bueno, vamos por la mujer entonces, pero esta vez no la mates... Me gustaría que pruebe la semilla Ōtsutsuki —declaró Delshiki con una sonrisa.

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En alguna área lejana, en una zona de lo que hoy es el País del Fuego...

Se podía ver a una figura dando pequeños saltos mientras tarareaba una canción en medio de un pueblo.

Ella portaba su peculiar kimono negro, con una capa negra encima, y mostraba su característica sonrisa.

—Salió la a, salió la a no sé a dónde va~♪ —cantó Hamaki mientras vagaba por el pueblo...

Han pasado casi 300 años desde la guerra Ōtsutsuki...

Donde las cosas han cambiado mucho...

Actualmente, la guerra en la Tierra es mucho menos intensa que en aquel tiempo...

Varios conflictos han llegado a su fin, muchos países han hecho alianzas y ahora son uno solo... Pasamos de alrededor de 200 países en guerra a poco más de 80.

Actualmente, la región donde nació Hamaki se conoce como el País de la Fragua, que es la mitad de lo que en la actualidad es el País del Fuego.

La guerra de clanes continúa, pero ya es más una rivalidad de familias que una guerra de países como antaño...

Por otra parte, Hamaki ha viajado y aprendido todo lo que ha podido, adquiriendo nuevos hobbies durante el paso del tiempo: coser, cocinar, tocar música, hacer escultura, dibujar, practicar medicina... Incluso ha escrito tres libros:

- Guerra de hechiceros

- Los siete pecadores

- Una pieza

Y así, más hobbies desde los más simples hasta los más complejos. Era una vida larga como para andar aburrida.

Esto mientras día a día entrenaba arduamente su Jūken, siguiendo las teorías de Hamura y estudiando cómo perfeccionarlo. Su entrenamiento era tanto físico como espiritual. Además, había aprendido todo el Ninshū que había en la biblioteca de Hamura, y en este punto era una maestra.

Sin embargo... ¿Había tenido alguna complicación en el resto de su vida? Sí, tres, de hecho.

Su mayor problema durante estos 300 años fue ver las guerras y conflictos mientras se juraba a sí misma no interferir... Manteniéndose al margen lo más posible.

Otro problema fue su clan de origen... Durante estos siglos, cuidó desde lejos del clan Hyūga, sin intervenir directamente en él.

Siempre observando con alegría cómo su descendencia progresaba... Sus nietos... Era un poco triste verlos nacer, crecer y con el tiempo envegecer...

También era nostálgico ver cómo algunos se parecían a sus hermanas... Otros, sobre todo niñas, nacían con el cabello azul, pero ya era algo aceptado, lo cual le agradaba.

Por otro lado, las tradiciones seguían siendo el día a día de aquel clan, siendo muy frívolos y excesivos...

Hamaki sabía algo: ella perfectamente podría ir contra el clan y derrotarlo en menos de cinco minutos, usar su puesto como princesa Byakugan y así obligarlos a cambiar...

Incluso, Yami le decía que hiciera eso, que masacrara a los malditos o los esclavizara para ella...

Pero, obviamente, Hamaki nunca cedió... De hecho, para Yami se volvió prácticamente imposible tentar a Hamaki en este punto... Su entrenamiento espiritual era enorme, su fuerza mental era simplemente inquebrantable para la maldición...

Además, no le gustaba la idea de atormentar a sus nietos, dándoles órdenes y metiéndose en algo que ya no era su problema...

Sin embargo, sí había hecho algo que pensó correcto y decidió que era lo mejor para el clan...

Una noche, Hamaki entró a la mansión Hyūga y destruyó muchos de los textos sobre el pasado del clan... La historia del Youringan, la conexión con Hamura y otros textos sobre el linaje puro... En lugar de eso, les dejó escrituras sobre el Jūken, la teoría de los trigramas, etc.

Esto fue con la esperanza de proteger a las futuras generaciones de una maldición como esa, cargas innecesarias que no debían ser de ellos, y queriendo que el clan se suavizara...

Aun así, era muy complejo para ellos; muchos de esos textos fueron quemados por los líderes al no ser los verdaderos heredados de generación en generación... No obstante, la acción de Hamaki suavizó mucho al clan Hyūga. Muchas costumbres se perdieron, y con el tiempo, el asunto de la princesa Byakugan, el Youringan y esos temas se fueron convirtiendo en rumores o leyendas incompletas...

Hamaki intentó borrar todo registro del sello del ave enjaulada... Pero, como era de esperarse, fue imposible. Sus nietos ya conocían la técnica, por lo que no les fue difícil rehacer una y otra vez los escritos, a diferencia de los más antiguos.

Además, el acto de Hamaki, de forma no intencionada, hizo que el clan Hyūga se volviera desconfiado, ya que... "¿¡Quién demonios está destruyendo nuestro legado?!"

Al final, Hamaki no volvió a interferir... Los cambios que se habían hecho probablemente eran suficientes y, con ello, la vida de muchos de sus nietos, aunque fuera en guerra y entrenamiento duro, había sido más sencilla que en las épocas de antaño.

También hubo temporadas en las que el clan Hyūga estuvo en crisis económica, donde pudo haber colapsado... Pero Hamaki estuvo ahí para dejar algunos tesoros encontrados en sus viajes, ayudando de forma secreta a que se estabilizaran...

Se había convertido en una guardiana secreta...

Hamaki simplemente quería vivir una vida pacífica mientras cuidaba de su familia a la distancia, acompañada únicamente por su fiel e inseparable compañera Yami, quien era cada vez más sarcástica, hacía chistes oscuros o le daba sugerencias que, obviamente, Hamaki no tomaba.

Y bueno... Su último inconveniente durante todo este tiempo... Su cerebro.

Como se mencionó antes, el cerebro humano tiene un límite de almacenamiento... Por lo que, aunque se mantenga joven, fuerte y sano, el cerebro tarde o temprano va a colapsar por el exceso de información...

Teóricamente, no puedes vivir más de 150 años sin que tu cerebro empiece a fallar, con déficit para pensar, sentir, procesar, recordar, etc.

Otras especies se salvan de esto al tener una configuración cerebral diferente, lo que les permite un mayor tiempo de vida útil.

En el caso de Hamaki... No tiene un cerebro diferente al de cualquier humano, y al igual que todos, tiene una vida útil...

La habilidad pasiva de su Youringan mantiene sus células jóvenes en rebobinación perpetua en su ciclo de vida, por esa razón no envejece, ya que sus células, a menos que sea necesario, no mueren ni se reproducen... Manteniendo su cuerpo, a nivel general, en un estado de perpetua juventud, a excepción de su mente.

Cuando sufre una herida, las células de esa región reparan el daño y luego vuelven a congelar su tiempo de vida, sin afectar los procesos biológicos básicos como la respiración celular, la alimentación, etc.

Mientras su cuerpo posea chakra, esta habilidad está activa en segundo plano, gastando minúsculas cantidades prácticamente imposibles de sentir...

Pero el cerebro es otro asunto... Siendo su punto débil desde siempre.

Entonces... ¿Cómo vivió más de 300 años si solo tiene el cerebro de una humana?

Es muy simple, pero a su vez complejo... Kinjutsu.

Hamaki estudió medicina como uno de sus hobbies, incluyendo ninjutsu médico, lo que la llevó a desarrollar el elemento Yang, que se basa en la manipulación de la energía física.

Por otro lado, había aprendido a usar el elemento Yin durante sus entrenamientos de Jūken, que involucran el manejo de la energía espiritual.

Al mismo tiempo, entrenaba los conceptos de los ocho trigramas, que en su núcleo toman estos dos elementos como el bien y el mal, que dan color al Youringan y a su chakra.

Siendo ella capaz de mutar su chakra a uno o al otro cuando quiera, lo que cambia el color de sus ojos...

El punto es que, en sus 120 años de vida, aprendió a manipular de forma básica el elemento compuesto, Yin-Yang, a baja escala...

Y creó su jutsu personal en otros seis años más...

Reconstrucción cerebral.

Este jutsu toma el ninjutsu médico (Yang) y la manipulación mental propia del genjutsu (Yin) para reescribir la estructura de tu propio cerebro y darle otra forma, hacerlo crecer, encoger, comprimirlo o cualquier cosa, y asi darle una vida útil más larga...

Incluso funciona para reescribir tus pensamientos y recuerdos, podrías incluso borrar tu memoria entera o cambiarla para que se vea más alegre...

Sin embargo, se corre un alto riesgo... Un mal uso de este jutsu puede matarte, dejarte lisiado, incapaz de usar chakra, pérdida de sentidos, etc.

Hamaki lo entrenó por años, mientras usaba un sello de transcripción y su rebobinación... En caso de equivocarse, el sello actuaba como un seguro de vida y la rebobinaba a como estaba antes...

Es un procedimiento muy delicado, que solo ella o alguien bajo su supervisión podría ejecutar...

De esta forma, Hamaki alargó su vida útil cerebral... Aunque no lo usó para otra cosa que no fuera eso...

Yami le decía que perfectamente podría usarlo para olvidar sus dolores, su pasado, las culpas... Pero, Hamaki, fiel a su calma y sabiduría, no lo hacía. "Aquel que olvida su pasado está condenado a repetirlo."

Fue así que Hamaki continuó su vida... También le gustaba mucho la caridad, ayudar a los heridos, construir viviendas —lo cual se le daba muy bien gracias a su fortaleza física—, donar tesoros a los más necesitados, etc.

Cargaba una gran culpa, un gran peso y una gran responsabilidad... Pero eso jamás le impidió seguir adelante con una sonrisa.

...

—¡Oh! ¿Me da uno de estos? —preguntó la princesa, quien ahora estaba junto a la vitrina de un pueblo, señalando un postre cremoso.

La vendedora le sonrió antes de entregarle el mencionado postre, para luego recibir su paga.

La mujer sonrió mientras subía a lo alto de un edificio.

—¡Es un lindo día!... ¿No crees, Yami?

—Apesta... Eres aburrida.

—Jajaja, puede ser, pero ¿qué se le hará? —dicho esto, se llevó una cucharada del postre a la boca.

—¿Qué cosas planeas hacer hoy? Dime que hoy sí vas a matar a alguien...

—¡Vamos a visitar al clan Hyūga! La hermana de la líder actual estaba embarazada, así que me dará otro nieto muy pronto —dijo ella con una sonrisa.

Yami, por su lado, suspiró...

—Déjame preguntarte algo importante, Maki...

—¿Sep?...

—¿Cuánto tiempo piensas andar vagando por el mundo? En estos años, solo has sido una solitaria sin ningún amigo, y la sombra de tu familia... Nadie te conoce. ¿Qué propósito tiene que sigas vagando? —cuestionó la maldición con frialdad.

—Bueno, ya sabes. Quiero ser útil para el mundo... Tal vez pueda ayudar a más gente mientras simplemente vivo, y cuando me aburra, supongo que simplemente voy a dormir algunos años. Jajaja, tal vez encuentre un mundo interesante al despertar —declaró con una sonrisa—. Además, no estoy sola... Te tengo a ti, Yami-chan.

—...—

La maldición guardó silencio, mientras Hamaki finalmente terminaba de comer su postre.

—Además, aún existe por ahí esa amenaza de la que hablaba Hamura... Los Ōtsutsuki de la luna tenían un propósito... Aunque entrenar el Jūken ha sido un hobbie, siento que es mi responsabilidad hacerme cargo... —declaró ella—. Aunque... admito que hoy he sentido que va a ser un día diferente al resto... Siento que algo ha pasado en el mundo... Algo dentro de mí me hace sentir que debo actuar.

Con esta declaración, ella se puso de pie con una sonrisa.

—Vamos, Yami-chan, antes de nada quiero ver a mi familia —declaró con una sonrisa antes de desaparecer en un borrón de velocidad.

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En un lugar alejado... Una cueva oculta...

—Por fin han llegado... Los estuve esperando —declaró una voz. Esta venía de una esfera metálica en medio de la cueva, la cual emanaba un aura morada.

Frente a esta esfera, dos personas entraron a la cueva...

—Lo siento, estábamos en un entrenamiento y Hank se excedió —declaró Azami, quien levantó una espada. Se trataba de Orba.

El demonio del viento se había enfrentado al del fuego en una pelea de entrenamiento, donde terminó con el demonio de fuego siendo destruido por completo en su forma física, dejando solo la espada...

Cuando esto pasa, los demonios tardan algunas horas, alrededor de 12, en recuperar la energía necesaria para reconstruirse... Esto también pasa cuando se alejan demasiado de sus armas: se desintegran y, después de un tiempo adecuado, se reconstruyen cerca de su alma.

Para suplir esta debilidad, aprendieron a atraerlas o controlarlas a distancia, o a usar barreras espacio-temporales para evitar que alguien con algún jutsu espacial pueda teletransportarlas. La única forma de hacerlo es llevarlos junto con dicha arma.

...

—¿Para qué nos llamó? —cuestionó Hank, yendo directo al grano.

—Tenemos un problema... Han aparecido enemigos. Kishan y Romura han sido derrotados... Por suerte sus almas siguen intactas, pero son enemigos muy poderosos —declaró Kaydō.

Hank frunció el ceño... El hecho de que existieran seres capaces de enfrentar a los demonios, en esta época, era impensable... Y mucho menos derrotarlos.

El líder oculto empezó a explicar lo ocurrido... El enfrentamiento entre los Ōtsutsuki y los dos jinetes... A lo cual, finalmente, el jinete del viento tomó la iniciativa.

—Entiendo... Me encargaré —declaró el jinete mientras se volteaba y empezaba a caminar en dirección a la salida.

—Espera... No vayas a ir solo, no sabemos lo peligrosos que son los enemigos... Ve con Azami —declaró el líder oculto.

En este tiempo, donde no existían las aldeas ninja y el mundo estaba más fraccionado en pueblos pequeños, los demonios eran menos restringidos por Kaydō... Ya que mientras no fuera algo exageradamente grande, no pasaría de rumores o algo así... Razón por la que no era necesario que se escondieran demasiado.

—Como quieran... —contestó Hank mientras empezaba a levitar—. Más te vale seguir el ritmo, Azami... Lo primero será investigar, iremos por las almas de Romura y Kishan, y rastrearemos al enemigo.

De esta forma... Los jinetes se pusieron en marcha...

Fin Capítulo 13.

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