12 [Legado parte 3]
Hamaki abrió los ojos... solo para encontrarse con una escena que a día de hoy aún le causa pesadillas. Podía ver alrededor a unos dos Uchiha tirados en el suelo, algunos cortados en pedazos, otros con sus extremidades torcidas en ángulos imposibles, algunos sin ojos... Esto era una masacre...
Ella se miró las manos... Las tenía cubiertas de sangre.
—F-fui yo... —
Respiraba con dificultad mientras levantaba la mirada, solo para ver a los Hyuga, quienes la miraban con horror.
Lo único que escuchaba era un pitido, mientras muchos comenzaban a gritarle cosas. Pero ella no entendía lo que decían.
¿Estaban agradeciendo? No... sus miradas parecían la de quienes ven a un monstruo.
¿La insultaban? Tal vez... Pero, ¿qué ganaban con eso?
De hecho, ¿qué ganaban la mayoría de las veces?
Golpearla, despreciarla, humillarla, llamarla error de la naturaleza, engendro malparido que no debió nacer, obligarla a casarse con un hombre odioso, a tener hijos, alejarla del único que tuvo y que quería criar... Querer venderla a otro clan...
¿En serio el clan Hyuga buscaba algo con todo eso?
Si era así... ¿qué habían ganado?
Probablemente, su único legado al mundo había sido ese hijo que les sirvió como reemplazo para los herederos que murieron esa noche. De ahí en adelante, una mujer repugnante, temida y olvidada...
**************************************
Hamaki finalmente despertó, respirando agitada en medio de aquel lago, mientras miraba su entorno.
—...—
Se percató de que había burbujas a su alrededor, con un gran chakra... Probablemente eran las causantes del genjutsu.
Sin decir o intentar nada más, nadó, sumergiéndose más y evitando aquellas burbujas.
Después, llegó a una especie de cueva con esferas flotantes y otro lago igual... al que se metió.
Nuevamente evitó las burbujas, hasta llegar a una cueva.
—¿Eh?—
Al levantar la mirada, se encontró con un cangrejo gigante que rugía y la miraba con intenciones de atacar.
—Am... ¿Lindo cangrejito? —dijo nerviosa.
La cueva tembló bruscamente mientras el cangrejo atacaba una y otra vez. La princesa lo esquivaba, hasta que finalmente salió de aquel lugar siguiendo el único pasillo de la cueva, llegando a su salida.
—¡Wow, este lugar es bonito! —exclamó al salir. Estaba en medio de una pequeña isla en el mar... A lo lejos, podía ver tierra y un pueblo.
Al mirar hacia lo alto, podía apreciar un cielo azul y hermoso, iluminado por un sol.
—¿Ese sol es real?... Eh... —usó sus ojos.
Al instante pudo ver que en realidad era una especie de buque volador.
Era más grande de lo que aparentaba, pero básicamente era una estructura estática que guardaba en su interior un espacio gigantesco.
Por otro lado, al observar detenidamente el lugar, notó que había aves gigantes alrededor... Estas surcaban los cielos de manera majestuosa. Al mirar el océano, podía ver que estaba lleno de vida marina nunca antes vista.
Suspiró antes de sonreír.
—Bueno... Entonces, ¿esta es la luna por dentro? Está linda —dijo mientras daba un gran salto al agua, cayendo de pie y comenzando a caminar.
—Yo digo que lo quemes todo... —declaró Yami.
—Nah.—
_____________________________________________
La princesa atravesó el océano y el bosque, tarareando una canción...
Finalmente, después de algunas horas...
—Estrellita, ¿dónde estás?~♪—cantó ella antes de finalmente aterrizar en un árbol—. ¡Y llegamos!
Sonrió al ver el pueblo frente a ella. Era muy grande y podía ver a personas de cabello blanco y piel pálida por todas partes, con atuendos holgados y símbolos de media luna con un círculo.
—Bueno... ¿Y ahora qué? —pensó nerviosa mientras observaba el lugar—. Ah... ¿Cómo hablo con Hamura?
Al no encontrar respuesta, solo rió antes de saltar hacia el pueblo, comenzando a caminar por una de las calles... Si no sabía qué hacer, bueno... ¡Podía hacer lo que siempre hacía al llegar a un pueblo nuevo: explorar!
...
Hamaki caminaba despreocupada por las calles, silbando una melodía alegre mientras sus ojos curiosos recorrían el pueblo.
Notaba que algunos de los habitantes tenían los ojos cerrados y un símbolo de media luna en la espalda.
Otros, tenían Byakugan... pero en su espalda llevaban otro símbolo, como una estrella...
Tan pronto como fue vista, las miradas no tardaron en seguirla. Incluso aquellos con los ojos cerrados parecían poder verla...
Sin embargo, ella no prestó mucha atención mientras mantenía su sonrisa.
La arquitectura del lugar era simple, pero en su simplicidad residía una belleza natural que fascinaba a la princesa.
Su mirada, como de costumbre, se posaba en las tiendas, con pequeñas vitrinas llenas de productos desconocidos, estos escenarios la invitaban a detenerse y observar.
Se fijó en los tejidos finos en las vitrinas de ropa, los artefactos brillantes que parecían más decorativos que prácticos en otras, y los alimentos expuestos de formas ordenadas, muchos de ellos tan distintos a lo que conocía... cosa que le daban ganas de picarlos con el dedo...
—Oh, eso parece delicioso… Me pregunto qué sabor tendrá... ¿Aquí qué moneda usarán, drips? ¿Frugs? ¿Pesos? ¿Dúos? ¿Grios? —murmuró mientras pasaba por una tienda de frutas y vegetales exóticos, cuyos colores vibrantes brillaban bajo la luz del sol artificial que iluminaba el cielo de aquel lugar.
La vendedora de la tienda, quien tenía los ojos cerrados, la observó en silencio mientras Hamaki la saludaba con la mano, para luego seguir su camino.
—¿Quién es esa mujer?... —pensó la vendedora mientras la veía alejarse.
—Cinco elefantes se balanceaban~♪ —tarareó Hamaki mientras a su alrededor, más gente comenzaba a fijarse en ella, tanto los que tenían ojos como los que no...
El murmullo de las personas alrededor comenzó a hacerse más notorio. Al principio, Hamaki no le prestó atención; pensó que simplemente era la vida cotidiana, probablemente charlaban sobre cómo les fue en la fiesta del domingo...
Pero mientras avanzaba por las calles, notó que la gente la miraba con una mezcla de curiosidad y desconcierto, susurros que parecían aumentar con cada paso que daba...
Un niño pequeño la señaló desde la mano de su madre, sus ojos grandes y perlados observándola con intensidad.
—Mamá, mira su cabello... Es azul —dijo el niño en un susurro fuerte, lo que hizo que Hamaki se volteara.
Le devolvió una sonrisa cálida al niño, pero la madre rápidamente lo apartó, con una expresión que mezclaba desconfianza y asco.
—Qué extraño... —pensó Hamaki mientras seguía su camino, deteniéndose momentáneamente para mirar un hermoso tapiz tejido a mano en una tienda cercana—. ¡Este definitivamente le gustaría a Hamita!
Sin embargo, mientras más pasaban los segundos...
La atmósfera a su alrededor comenzó a cambiar rápidamente. Los habitantes, todos de cabello blanco y piel pálida, la observaban con ojos que variaban entre el asombro y la repugnancia. Comenzaron a formar pequeños grupos, susurrando entre ellos, lanzando miradas furtivas hacia Hamaki.
—¿De dónde ha salido esa?
—Es humana... no puede ser de aquí. ¿Cómo llegó hasta aquí?
—Fíjate en su apariencia. Qué criatura tan extraña... cabello azul y esos ojos... rosados.
Hamaki, aunque consciente del creciente murmullo, mantenía su sonrisa y su silbido. Estaba demasiado entretenida admirando las construcciones y las tiendas como para prestar verdadera atención a los comentarios a su alrededor.
Finalmente, llegó a una plaza abierta, donde varios habitantes se habían reunido, y notó que muchos de ellos ahora la rodeaban intencionalmente... por lo que se detuvo, consciente de que definitivamente se habían fijado en ella.
—¿Qué es esa cosa? —preguntó uno de los más jóvenes—. No me digan que es lo que creo que es...
—Sí, debe ser una de esas criaturas de la Tierra. ¿Qué hace una humana aquí? —dijo una mujer, con los ojos entrecerrados mientras la señalaba.
Hamaki parpadeó, procesando el cambio en la actitud de la gente. Ahora, decenas de ojos la miraban fijamente, por lo que rio nerviosa.
Finalmente, levantó las manos en un gesto amistoso, mientras las movía aún sonriendo.
—¡Hola a todos! Ah... solo pasaba por aquí, un gusto conocerlos, ¡bonito pueblo! —saludó, pero las miradas se volvieron aún más desconcertantes.
Uno de los habitantes, un hombre de aspecto imponente y de más edad, dio un paso al frente. Su voz resonó con autoridad.
—Tú... ¿Qué haces aquí, humana? Este es territorio sagrado, los de tu clase no deberían estar aquí, ¿qué, tu planeta no es ya lo suficientemente grande como para que vengas a invadir nuestro territorio? —dijo, mientras los demás asentían.
Hamaki bajó las manos lentamente, su sonrisa se volvió algo más incómoda.
—Oh, bueno, ya saben... Estaba durmiendo, se me apareció un viejito mágico, luego me metí en un lago mágico y ¡smash! Aquí estoy —respondió en tono bromista, intentando bajar la tensión del momento.
—¿Un lago? —preguntó el hombre frunciendo el ceño—. ¿Cómo es posible que hayas encontrado el pasadizo o cruzarlo?
Otro hombre, más joven, alzó la voz, claramente disgustado.
—Los humanos no deberían estar aquí. Son criaturas de guerra, siempre destruyendo todo lo que tocan —dijo, recibiendo murmullos de aprobación de los demás.
Hamaki volvió a reír nerviosamente mientras levantaba una mano.
—Ah... Lo siento, no quería incomodar... Es que vengo aquí porque un viejito llamado Hamura Otsutsuki me envió... Me dijo que debía detener una guerra o algo así —contestó, intentando no caer en la tentación de reírse a carcajadas en un ataque de pánico.
Sin embargo, el ambiente cambió aún más cuando ellos escucharon el nombre "Hamura Otsutsuki".
—¿Hamura!? ¡Mujer, ¿quién demonios eres tú?!
—¿Dices que él te envía?
—¡Miente!
—¿Detener una guerra?
Los comentarios eran variados y mucha gente empezó a discutir.
Hamaki solo observó incómoda, mientras una voz resonaba en su interior.
—Pues no se ven tan divinos que digamos... Más bien parecen humanos albinos, igual de odiosos y todo... ¡QUEMÉMOSLOS! —exclamó Yami, a lo cual Hamaki solo le dio una palmadita en la cabeza.
—Yami-chan, ahorita no, mija, no estés chingando.
...
Finalmente, uno de los hombres se acercó a ella mientras sus ojos se agrietaban y las venas se marcaban en su rostro.
Hamaki se quedó en silencio mientras era observada... En poco tiempo, la mirada del hombre cambió.
—El chakra de esta mujer... Esta no es una humana cualquiera. ¡Su chakra es divino, y sus ojos... Esta es la princesa Byakugan de la que se ha estado hablando por 32 años! —exclamó.
Al instante, las miradas de todos cambiaron. Acto seguido, todos se arrodillaron mientras Hamaki simplemente reía nerviosa.
╮(^▽^)╭
—Malditos bipolares lambiscones... —comentó Yami.
Finalmente, uno de ellos se puso en pie, mientras comenzaba a hacer una danza y parecía susurrar algo, para terminar con un gesto de manos.
—Señor Minoru... Tenemos una visita —declaró en su mente.
A lo que una voz respondió...
—Ahora mismo estoy ocupado... Estamos en una conversación con Doruru... Es sobre la guerra, no es momento de interrumpir —regañó la voz.
—Mi señor... La princesa Byakugan ha llegado al pueblo... Dice que Hamura la envía.
—¿Eh?
...
Tras algunos minutos, Hamaki levantó la vista para ver cómo dos personas bajaban desde el sol artificial, en una especie de plataforma flotante, hasta finalmente colocarse frente a ella.
—Saludos, princesa Byakugan... Es un honor verla aquí —declaró Minoru, el líder de la rama secundaria, con los ojos cerrados.
—Saludos, agradecemos su presencia, es un honor que se encuentre entre nosotros —declaró Doruru, líder de la rama principal.
Hamaki sonrió al verlos.
—¡Oh! El gusto es mío —dijo, inclinándose en señal de respeto.
—¿Podría acompañarnos, por favor? —dijo uno de ellos.
Ambos hombres dieron un paso atrás en la plataforma, dejando un espacio en medio e hicieron una seña para que subiera.
Ella entendió con rapidez, por lo que hizo lo mencionado.
Finalmente, la plataforma se elevó, comenzando a viajar en dirección al sol artificial.
A medida que se acercaban, Hamaki podía verlo mejor, notando su verdadero tamaño.
Uno de los líderes hizo un sello manual, y finalmente un agujero se abrió en la superficie del sol artificial, y entraron por él.
A continuación, Hamaki pudo observar una gran fortaleza... y varias islas flotantes, además de un templo. El cielo en ese lugar era de un tono verdoso.
El sol era aún más grande por dentro... Esto era producto del Ninshū de barrera usado para crear este lugar... El espacio estaba distorsionado y era más pequeño por fuera de lo que realmente era por dentro.
La princesa, obviamente, no pudo evitar sonreír mientras sus ojos brillaban, apreciando la belleza de aquel lugar.
Finalmente, la plataforma llegó hasta el castillo, donde los tres bajaron.
—¡Vale! Entonces, ahora, ¿vamos a hablar de cómo hacer el amor y no la guerra? —preguntó Hamaki con una sonrisa, a lo cual los líderes guardaron silencio mientras se adentraban.
No parecían darle importancia a lo que ella dijera...
De hecho, aquella sensación de amabilidad, respeto y cordialidad que habían mostrado minutos antes había desaparecido.
Hamaki decidió no darle importancia. Al ver sus almas, sabía que estos dos eran bastante frívolos, y su naturaleza era muy seria y neutral; no eran ni buenos ni malos.
Sin más, ella decidió seguirlos.
Los tres caminaron en silencio por un largo pasillo del castillo, donde Hamaki se percató de que había varios miembros de la rama principal por allí... Además de eso, había decenas de marionetas que hacían aseo o pulían el lugar.
—Este sitio es muy lindo —pensó ella mientras aún seguía a los Otsutsuki.
Por otro lado, Yami solo bostezó.
—Aburrido... Haz lo que tengas que hacer rápido y lárgate de aquí, este lugar es muy ostentoso.
Hamaki solo rió para sí.
Finalmente, ella, junto a los Otsutsuki, llegó a una sala donde había asientos, forrados con un material suave y acolchonado, con un cuero fino como envoltura, y uno de ellos le hizo una señal para que se sentara.
Ella simplemente se dejó caer en la silla.
—¡Ah! ¡Qué suavecita! ¡Y calientita! —dijo mientras dejaba su cuerpo reposar en la silla.
Los líderes finalmente tomaron sus asientos.
—Muy bien... Señorita Hamaki Hyuga, ¿a qué debemos su visita? —preguntó el líder de la rama principal, yendo al grano.
Hamaki rápidamente se sentó erguida mientras trataba de ocultar su carácter; debía ser más formal.
—Mmm, bueno... He venido aquí por petición de Hamura Otsutsuki. Me ordenó venir a darles un mensaje sobre el decreto celestial —empezó ella.
—Ya veo... Supongo que él te habló de nuestra civilización y cómo llegar aquí, ¿verdad? —preguntó.
Hamaki asintió.
—Así fue, me dijo que había un conflicto que debía detener, ya que estaban a las puertas de una guerra.
Ambos líderes, por las leyendas que se decían, sabían que Hamura era un usuario divino del Ninshū. Por lo que, al morir, su alma no fue al mundo puro, sino al plano espiritual, en el cual puede permanecer siempre y cuando algo lo aferre al mundo de los vivos.
Sin embargo, para verlo, tienes que tener un alto grado de Ninshū, o un chakra sennin descendiente del suyo... como era el caso de la princesa Byakugan.
Que él se hubiera presentado ante ella justo en este momento era simplemente muy conveniente, por lo que era fácil deducir que ella no mentía.
Además, la habían estado observando por 22 años, ya conocían su personalidad; no era buena para mentir y, de hecho, era bocona.
—Ya veo... ¿Podemos saber de qué va el mensaje de Hamura? —cuestionó el líder de la rama secundaria.
—Ah... Bueno, Hamura me dijo que el decreto es proteger el mundo creado por su hermano, no destruirlo... Que existe un gran mal en el mundo, uno enterrado en las profundidades e incluso a simple vista... Su trabajo es proteger a la humanidad de ese mal —explicó Hamaki, a lo que ambos líderes se miraron entre sí.
—¿Ves lo que te dije, hermano mío? No somos jueces, nuestro trabajo no es extinguir a la humanidad ni castigarla —declaró el líder de la rama secundaria.
El líder de la rama principal frunció el ceño.
—Dime algo, princesa, según tú, ¿cuál es ese mal?
Hamaki al instante se quedó en silencio.
—La verdad, no sé qué responderte. Hamura solo me dijo eso, no me explicó demasiado... Su punto es que hay que proteger al mundo —contestó ella.
El líder finalmente suspiró antes de colocarse en pie.
—Señorita Hamaki... ¿Sabe usted por qué la postura de la rama principal es castigar a la humanidad?
—¿Eh?... No...
—Se lo diré rápido y sin excusas. Es por lo que hemos visto a través de usted en estos 32 años, desde que despertó esos ojos. Hemos visto el mundo desde su perspectiva... Además de eso, vimos el mundo a través de su antecesora, Haruhi Hyuga... Y solo hemos visto horror. Su mundo está corrupto y usa el chakra como arma... Eso no debería ser así, deben ser castigados —explicó él, a lo cual la princesa contestó.
—¿Han estado observando a través de mí?... —Ella no pudo evitar suspirar. Nuevamente, aquella sensación incómoda que le había hecho sentir Hamura se había hecho latente...
No era como si tuviera algo que ocultar, o fuera solo por su privacidad, aunque sí era incómodo... Pero lo más molesto de aquella situación era sentirse como un objeto ajeno, una herramienta de otros. Tanto que no se veía como una persona con derecho a disfrutar de su vida...
Desde que nació, era un objeto para el clan... Luego, un saco de boxeo donde desquitaban sus prejuicios y frustraciones, luego un mejor objeto matrimonial y máquina de bebés... Luego lo perdió todo en una sola noche... Lo único que tenía...
El Youringan despertó, dándole la sensación de que era libre... solo para terminar causando una masacre, lidiando con la idea de que, en cualquier momento, podría convertirse en un monstruo...
Aun así, había encontrado felicidad en las cosas cotidianas que el mundo tenía para ofrecer... A pesar de los panoramas que veía día a día...
¿Para qué? ¿Para que un viejo con complejo divino le diga que tiene un destino o rol impuesto por esos ojos? Al mismo tiempo que la llama error... Y ahora, saber que ella misma estaba siendo usada como la excusa para una guerra... y que era la cámara personal de estos tipos...
Era simplemente deprimente.
...
Los pensamientos de Hamaki fueron interrumpidos por Doruru, quien se dirigió a ella para cuestionarla.
—Dígame algo, Hamaki... En estos años que lleva vagando por el mundo, es más... desde que nació... ¿qué clase de mundo ha visto? —cuestionó el hombre.
Hamaki simplemente guardó silencio, mirándolo fijamente con sus ojos rosados. Podía ver su alma con claridad. Finalmente, ella decidió responder.
—He visto mucho, pero tú, Doruru... En tus 800 años de vida... ¿alguna vez bajaste a averiguarlo? —contestó ella con frialdad.
—¿Eh?...
—Me parece que eso es un no... Me estás diciendo que vas a juzgar a los humanos por sus acciones... pero nunca has bajado a verlos... Y tú, que llevas 400 años en guerra, ¿te crees moralmente superior? —continuó ella, mostrando seriedad en cada palabra.
Ambos líderes estaban en silencio. La habían observado por 32 años... pero ella jamás se había mostrado así con nadie... Por primera vez, no estaba haciendo bromas, cantando estupideces o haciendo comentarios irreverentes...
Esa era su personalidad, pero... en el fondo, ocultaba un gran dolor, y ellos habían tocado la herida.
—Hay una gran diferencia entre los humanos y nosotros. No puedes compararnos, nosotros cargamos un legado importante de milenios. Si hacemos algo, es porque es necesario; ustedes lo hacen por capricho —declaró el líder de la rama principal.
Finalmente, señaló a la princesa.
—Además, ¿qué vas a saber tú? Eres una marginada, un error de otros. El hecho de que el Youringan se manifestara en ti fue por la idiotez del clan Hyuga de jugar con el linaje y dejar que se mezclara. Y aun con el Youringan, llevas 32 años sin manifestar el Tenseigan... Dejando claro que eres una maldecida incapaz de superarse a sí misma... Además, ¿por qué Hamura no se presentó antes ante ti? Me parece que hasta él ha visto que no eres una princesa Byakugan real, solo una payasa que... —
—¡Basta! —exclamó el líder de la rama secundaria.
Hamaki, por su parte, simplemente agachó la mirada mientras juntaba sus manos.
—Doruru, esto ya fue suficiente. Lo que dices puede ser cierto, pero el decreto de Hamura mandado por ella sigue siendo verdad... Debemos actuar en consecuencia, acabar esta guerra y asumir nuestro rol como debe ser —reprochó Minoru.
Por su lado, la princesa Byakugan se mantuvo en silencio... con los ojos cerrados...
...
—Mátalos de una vez... y se acaba el problema de la luna, ambos son unos viejos de porquería —declaró Yami.
—...—
—Se creen que están justificados... Pero son iguales a los humanos. Pero su edad y linaje los hacen más arrogantes... ¡Deben morir! —
—...—
—¿Quieres hacerlo, no?... Vamos, Maki-chan... Sabes que quieres —dijo Yami mientras le extendía la mano.
Hamaki levantó la vista para ver a su contraparte, a quien finalmente le sonrió.
—Qué linda eres, Yami-chan, gracias por llamarme así, ¡me gusta ese apodo! —contestó antes de palmear su mano, donde Yami simplemente gruñó.
...
En la realidad, ella apenas escuchaba su propia respiración y un pitido... mientras, al frente, ambos líderes Otsutsuki discutían, cosa que ella simplemente no escuchaba...
Finalmente, una fuerte palmada contra la mesa la hizo reaccionar.
—¡Esto fue suficiente! —exclamó el líder de la rama principal.
—¿Eh? —Ella levantó la mirada para verlo, notando que él la miraba con frialdad, mientras Minoru se había quedado en silencio.
—Esto ya me tiene harto... —declaró el líder de la rama principal antes de finalmente empezar su declaración—. Entonces, ¿quieren que hable de Hamura y su decreto? Bien, eso haré, ¡seré sincero por primera vez en 800 años!
Minoru frunció el ceño.
—¿Honesto por primera vez en 400 años? ¿Qué quieres decir?... La guerra...
Antes de que Minoru dijera algo más, Doruru hizo un sello manual.
—¡Estilo de madera, jutsu raíces confinadoras!
Para sorpresa de Hamaki y de Minoru, el suelo de la habitación se rompió en pedazos mientras varias raíces salían del suelo y envolvían a los dos.
Minoru quedó aprisionado contra un muro, mientras que Hamaki fue sujetada contra el otro, con varias raíces sosteniendo sus extremidades, cuello, abdomen y brazos...
—Barrera... —pensó Hamaki para sí misma, mientras su barrera imaginaria se formaba... y ella permanecía con la mirada agachada.
Por su lado, Doruru los señaló.
—Ya sabía que el decreto de Hamura no era ser jueces... Sin embargo, nos dijo que debíamos acabar con un mal oculto en el mundo, uno latente... ¿Sabes lo que yo creo que es? Los humanos, su codicia, su maldad... En todo el tiempo que llevan usando el chakra de manera errónea! Miren su mundo! Está fragmentado, más de 300 países... Todos en guerra de territorio...— Exclamó el hombre.
—¿Qué diablos estás tramando? ¡Ya escuchaste lo que dijo Hamura! No sé si esta humana realmente sea o no la princesa Byakugan, pero la palabra que transmite es la de Hamura! —exclamó el líder de la rama secundaria.
—Faldero... Tú no crees en ella, solo estás de acuerdo con lo que dice. En el fondo también sabes que solo es una humana trastornada y payasa —concluyó Doruru.
Hamaki, al oír eso, simplemente empezó a respirar agitada, mientras apretaba los puños y sudaba frío.
...
—Hami... ¿Por qué no quieres matarlos? —cuestionó Yami con una sonrisa.
—Yo...—
—Si los matas... ¡No serás un monstruo! ¡Ellos son los monstruos! Nos están utilizando como excusa para destruir nuestro hogar. ¡Se creen superiores! Si los matas, solucionarás el problema.
—...—
—Admítelo... Desde que entraste a ese lago, las visiones te afectaron... Tienes miedo, estás enojada, y ahora estos imbéciles te demuestran su verdadera naturaleza, hipócritas e inútiles... Castígalos —ordenó Yami mientras Hamaki solo agachaba la mirada.
...
Doruru sonrió mientras levantaba sus manos.
—La oscuridad del mundo son los propios humanos... La maldad que llevan en su interior... Cada hombre, mujer y niño lleva consigo la oscuridad... Y si Hamura cree que eso merece ser salvado, ¡Hamura está equivocado! ¿Qué pretende que pase entonces? ¿Vamos a quedarnos aquí esperando a que ellos sigan haciendo de las suyas? ¡Yo no lo haré! Ahora, voy a destruir ese mundo... Y con los Otsutsuki de la rama principal, fundaré un mundo nuevo y mejor, basado en el respeto, la dignidad, el amor y la paz!! —exclamó, a lo cual el líder de la rama secundaria gruñó.
—¡¿Estás loco?! ¡Estás yendo contra todo para lo que fuimos concebidos!... La rama secundaria, con o sin mí, va a defenderte.
Doruru lo miró con seriedad antes de contestar.
—Entonces, la rama secundaria será lo primero en caer... Los exterminaré, y luego al mundo corrupto...
Finalmente, dirigió su mirada a Hamaki, cuyo cabello se había tornado totalmente oscuro.
—Y esos ojos... me ayudarán a lograr mi objetivo...
Sonrió mientras se acercaba a la mujer... Sin embargo, una gran cantidad de huesos largos y afilados salieron desde el pecho de la princesa, atravesando a los dos líderes, destrozándolos.
...
—¡Ah! —Doruru retrocedió respirando con dificultad. Estaba de pie frente a Hamaki, y Minoru estaba aún atrás.
La princesa seguía en silencio mientras mantenía los ojos cerrados y apretaba los puños.
El líder Otsutsuki no sabía si eso había sido una alucinación o producto del jutsu de Hamaki... El dolor se había sentido tan real...
—¡Los destruiré! —exclamó Doruru antes de correr fuera de la habitación, mientras que Minoru se había quedado inconsciente por la sensación de antes.
Por su lado, Hamaki estaba en un momento de desesperación... Sus ojos se habían tornado oscuros mientras ella tomaba aire... La voz de Yami era muy intensa.
_____________________________________________
En el exterior...
La guerra había sido desatada. Doruru había declarado la guerra sin cuartel.
En menos de 10 horas, se habían formado dos batallones, donde los Otsutsuki estaban a punto de realizar una batalla masiva... la cual sería la última.
Por otro lado, Doruru, ahora sin Minoru de por medio, había logrado hacerse con el buque de energía, siendo el arma definitiva. Esta vez sería el fin.
La guerra se desató entre ambos bandos, donde, debido a sus técnicas y lo igualitarios que eran, y la cantidad absurda de chakra que manejaban, podían pelear por horas, donde apenas unos cuantos morían.
Hamaki, por su lado, había usado su barrera apenas en un radio de 100 metros al momento de ser capturada por el árbol, por lo que su técnica estaba teniendo una duración de casi 12 horas.
El árbol debería haberle drenado el chakra... Sin embargo, gracias a la rebobinación parcial constante, esto no ocurría.
Sin embargo, la princesa no se había movido del lugar en todas esas horas... Su discusión con Yami, y el conflicto interno que tenía, era más fuerte que nunca.
...
—¡Por favor, princesa, reaccione! —exclamó Minoru, aún contra el muro, mientras Hamaki seguía paralizada...
Ella tenía la mirada perdida.
—¡Por favor! ¡Tiene que detener esto! ¡Tengo un hijo! ¡Él está allí afuera! ¡Debo salvarlo!...—
Hamaki guardó silencio, pero al oír aquello, su mirada cambió.
—Mi hijo, Toneri... Incluso los niños son arrastrados al conflicto... Solo tiene 10 años... No quiero que le pase nada... Por favor...
Hamaki apretó los puños mientras una visión llegaba a su mente...
"Si me pasara algo... sin duda tú serías la persona que me gustaría que cuidara de mis hijos, eres una niña muy pura, Hamaki... Por eso eres mi hermana favorita."
...
Finalmente, hubo un destello de chakra rosado mientras apretaba los puños, y las ramas del árbol empezaban a romperse, y huesos salían de su cuerpo para rasgar la madera.
Después de unos segundos, hubo una gran explosión, donde la princesa salió de entre una nube de humo y escombros, con el líder de la rama secundaria en el hombro.
—Acabaré con esa guerra... —dijo ella abriendo los ojos, revelando un par de ojos negros mientras su cabello se mantenía azul.
De esta forma, la princesa Byakugan salió disparada del castillo, dirigiéndose al campo de batalla en el exterior.
_____________________________________________
La guerra se estaba desatando en la superficie lunar...
Cuando llegó, pudo ver un ejército de bandos, mientras que Doruru estaba junto al buque de energía... el cual estaba contenido en una especie de contenedor de roca.
—Ese maldito... —pensó ella, mientras dos espadas de hueso salían de sus muñecas.
En ese momento, una voz resonó en su cabeza.
—¡Debes detenerlos! ¡Debes anular el buque de energía! ¡Ellos no son capaces de controlar su poder destructivo! Si lo usan, hay una gran probabilidad de que provoque una explosión —era la voz de Hamura, a lo que la Hyuga solo rio.
—¿Tienes el atrevimiento de venir a hablar después de todo este tiempo? ¿Y a darme órdenes? ¡Eres un imbécil! —declaró Yami mientras se preparaba para atacar—. ¡Voy a destruir esa porquería!
La rama secundaria, por otro lado, estaba luchando en un intento de llegar al buque con la intención de detenerlo.
Doruru, por su parte, estaba junto a él, mientras hacía un sello manual.
—Pronto... El ataque del buque estará cargado... —pensó Doruru—. El ataque definitivo... He tenido que cargar la energía todo este tiempo, pero una vez la desate... La rama secundaria será eliminada... y luego va la Tierra...
Hamaki podía verlo con su Youringan... El buque estaba cargando una cantidad absurda de energía.
La razón era que estaban en la superficie lunar... El reflejo del sol llegaba hasta allí, provocando que el buque aumentara su poder...
Doruru solo pretendía poder controlarlo, pero la realidad es que solo alguien con el poder de Hamura podría usar el buque de esa forma; tanto poder solo iba a causar un colapso.
La princesa corrió tan rápido como pudo al campo de batalla mientras empuñaba sus armas de hueso, y su cuerpo se cubría de placas.
—Barrera... —pensó ella, al expandir su técnica.
La guerra se estaba extendiendo en un radio muy grande, más de 5 kilómetros... por lo que al expandir su barrera hasta esos límites, su técnica, en aquel entonces más débil que en la actualidad, apenas podía durar 2 minutos.
Doruru apenas pudo verla acercarse...
—¡Oh no! ¡Tú no vas a intervenir! —exclamó el hombre antes de hacer un jutsu, a lo cual toda la rama principal se retiró alrededor del buque mientras una gran cantidad de ramas salían del suelo—. ¡No dejen que esa mujer se acerque! ¡Está maldita!
Las raíces se lanzaron contra ella, sin embargo, la princesa usó su gran fuerza y agilidad, mientras envolvía sus huesos en electricidad. Las ramas estaban siendo cortadas mientras ella avanzaba.
Varios de los integrantes de la rama principal se lanzaron a atacarla... mientras su cabello se tornaba negro...
—¡MUERAN TODOS! JAJAJA —exclamó Yami.
En una escena grotesca, empezó a decapitar y destrozar a todo aquel que se cruzaba en su camino. Los Otsutsuki poco podían hacer ante ella, sus técnicas de chakra y Taijutsu Juken, no eran efectivas contra la coraza de hueso...
Finalmente, varios de ellos se lanzaron al mismo tiempo mientras ella colocaba su mano en el suelo...
—Todos ustedes me dan asco...
Una gran cantidad de espinas de hueso salieron de la tierra, empezando a empalar a todo a su alrededor, incluso a los de la rama secundaria que habían tenido la mala suerte de estar en su camino...
El campo de batalla, en poco tiempo, se había convertido en un campo de exhibición de cadáveres.
Finalmente, Yami se volteó a ver al único en pie... Doruru.
—Te voy a enseñar lo que no es un error... Tu muerte —dicho esto, se lanzó contra él.
El Otsutsuki rápidamente intentó defenderse con raíces de madera, sin embargo, Hamaki demostró ser más rápida y hábil, esquivando todo, hasta finalmente llegar a él.
El Otsutsuki se volteó, intentando ejecutar una técnica, pero antes de que pudiera, su cabeza fue cortada por la mitad, dejando solo la mandíbula hacia abajo.
—Jejeje... ¡SE LO MERECEN! —dicho esto, cubrió su mano en chakra antes de propinarle un puñetazo al buque de energía, causando que la coraza de piedra se destruyera, y este explotara...
Una gran cantidad de ojos Byakugan salieron volando... Mientras que la princesa solo sonreía de manera bizarra, contemplando su obra...
—¡Jajaja!... Ja... ¿Eh? —finalmente, los ojos de la chica se iluminaron en un tono rosa...
"Eres una niña muy pura Hamaki..."
Su expresión pasó a una de horror...
—Y-yo... —se miró las manos... Estaban totalmente cubiertas de sangre... Y no solo eso, su kimono también.
No pudo evitar caer al suelo, donde vomitó, sudando frío y con todo el cuerpo temblando...
—No... no... ¡NO! ¡ESTA NO PUEDO SER YO! —exclamó con lágrimas en los ojos. Finalmente, juntó sus manos— ¡REBOBINACIÓN TOTAL!
...
En un instante, estaba de pie... Justo en el momento antes de la masacre... mientras que todos los Otsutsuki se habían quedado paralizados... Mirándola fijamente... El buque estaba intacto.
Estaban traumatizados... Recordaban cada instante de aquel horrible momento...
—Lo siento... —dijo ella antes de caer de rodillas al suelo con lágrimas—. ¡Lo siento! ¡Lo siento!
Sin embargo... había un problema...
Aunque todos habían vuelto a la vida, el buque aún tenía la carga de antes de ser destruido... Esto debido a que la energía venía desde fuera de la barrera... Dicha energía no había sido rebobinada...
Doruru hizo un gesto de horror al ver cómo el buque empezaba a brillar...
—¡¿Eh?! —Hamaki levantó la mirada, notando lo que ocurría...
Rápidamente miró en todas direcciones mientras colocaba sus manos en el suelo.
Finalmente, hubo una gran explosión... que cubrió toda el área lunar. Más de 10 km a la redonda fueron volados al instante...
Una vez que todo pasó... se podía ver cómo Hamaki estaba en posición fetal, dentro de una barrera hecha de huesos cubiertos con su chakra... Toda el área había sido destruida, y los Otsutsuki que estaban allí murieron...
Excepto algunos, los cuales fueron cubiertos por varias barreras de chakra creadas por la princesa...
El total de sobrevivientes Otsutsuki: tres y un niño... Toneri Otsutsuki, a quien Hamaki logró ver con su Youringan y se apresuró a salvar...
El buque de energía, por otro lado, estaba intacto en el centro del cráter de la explosión...
Hamaki se sentó en el suelo y colocó su cara entre las piernas, dejando que las lágrimas fluyeran... Los dos minutos de su técnica habían expirado antes de la explosión, y el resultado no podía ser revertido...
...
—Eres un fracaso... —declaró la voz de Hamura, a lo cual ella lo miró fijamente.
Finalmente, no se pudo contener.
—¡¿QUÉ QUIERES DE MÍ?! ¡DÍMELO, HAMURA! ¿ES MI CULPA QUE INICIARA LA GUERRA EN PRIMER LUGAR? ¿ES MI CULPA QUE SE MATEN ENTRE ELLOS MIENTRAS SIMPLEMENTE NO SOY CAPAZ DE DETENERLOS? —gritó Hamaki, dejando que las lágrimas fluyeran.
Hamura guardó silencio mientras Hamaki solo dejaba que las lágrimas continuaran.
—Tú... eres un idiota, Hamura. Todo lo que dejaste a tus descendientes ha sido ambiguo. ¿Qué princesa Byakugan? ¿Qué decreto celestial? ¿Qué destino, qué linaje, esto, aquello? ¡Dejaste demasiadas responsabilidades y roles, y nada de guía! Todo lo que dejaste es de libre interpretación! Cuál era la necesidad!? El mundo estaría mil veces mejor si no se te hubiera ocurrido hacerte el sabio... —exclamó ella—. La gente no debería vivir pensando que tienen que cumplir una expectativa fuera de lo que quieren para sus vidas... Eso solo te arruina.
Hamura finalmente suspiró.
—¿Eso crees?
—Soy patética... Pero tú, eres pretencioso—pensó ella antes de darle la espalda...
Desde ese día, Hamura nunca más se presentó ante Hamaki.
Por otro lado, ella decidió intentar redimirse por sus acciones, por lo que empezó a estudiar lo que quedaba en la luna... Los manuscritos y demás.
Los tres Otsutsuki sobrevivientes escribieron sobre este evento, relatando a la segunda princesa del Byakugan como "el monstruo de la luna". Según sus palabras, su visión del mundo fue lo que llevó a los líderes a reanudar la guerra...
Ella hizo una masacre... Y aunque lo arregló, el buque de energía terminó matándolos a todos... Por lo que, aun así, se le culpó de la destrucción. Estas personas estaban cegadas por su ira hacia los humanos... Y justo el día que una humana llegó allí... Todo fue destruido...
Incluso se habían convencido de que la idea e Doruru de usar el buque, había sido cosa de Hamaki, ya que en lo 400 años de guerra anteriores, jamás se pensó en usar la reliquia sagrada del clan en eso.
Estos tres Otsutsuki eran solo hombres, por lo que inevitablemente no pudieron reproducirse... Y dedicaron lo que les quedó de vida a escribir... Sus vidas se acortaron debido al efecto de la energía destructiva del Tenseigan, que actuaba como radiación...
Por otra parte, Toneri y su padre se quedaron a vivir en el castillo, donde, con un jutsu especial, durmieron durante años antes de despertar más tarde, evitando envejecer...
El padre de Toneri también murió como consecuencia de la radiación del Tenseigan algunos años después de su despertar, ya que absorbió la que le había quedado a su hijo, dejando a Toneri solo, quien leyó lo que había quedado... Concluyendo que el decreto de Hamura era destruir la Tierra... Una gran ironía.
Hamaki, por su parte, se dedicó a estudiar más y más... Y nuevamente, regresó a la Tierra, para desarrollar el verdadero Juken... Y seguir explorando... en compañía de quien, irónicamente, era su mejor amiga, Yami...
Pasarían casi 300 años... cuando finalmente, ella se encontraría con la oscuridad de la que hablaba Hamura... La razón de existir del clan Otsutsuki de la luna...
Un mal mucho más antiguo y oculto de todo...
Fin capítulo 12
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro