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10 [Legado parte 1]

Con Naomi.

La Uchiha estaba mirando a la nada desde un lugar oscuro, una especie de cueva... su escondite, el laboratorio...

La mujer apretó los puños y frunció el ceño, había estado observando todo el combate desde la perspectiva de Hamaki.

—¿¡Desde cuándo!?... ¿¡Desde cuándo es tan poderosa!? —exclamó en voz alta.

Se volteó mirando a Zetsu.

—Este poder... En los tres años que lleva conmigo, jamás demostró ese nivel... ¿Quién es ella realmente? —cuestionó la Uchiha.

Hamaki, a su vista y la de los demás, era la cuarta general más débil, solo por encima de Mū, Gengetsu y Minato. La única habilidad destacable que tenía era su rebobinación, siendo, de hecho, una de las habilidades más poderosas vistas alguna vez por Naomi, prácticamente invencible en su barrera, o al menos indestructible. Con su jutsu, no importaba si llegaba a sufrir de muerte cerebral, podría activar el jutsu antes de ser desanimada y rebobinarse a un estado previo; igualmente, si le volaban la cabeza, gracias a un sello de transcripción implantado por la misma Naomi, en caso de ser derrotada, usaría la rebobinación total.

Era perfecta para proteger el fruto, por eso se le asignó el cuarto árbol más joven. Además, su capacidad de ver almas le permitió a Naomi identificar, junto con Naruto, a los humanos ocultistas.

La idea de Naomi era que estudiara las habilidades de Saiko. Estaba interesada en la criatura; no importaba qué tan fuerte fuera, Hamaki no iba a ser derrotada por su jutsu, y en caso de serlo, todo sería rebobinado, y ella iría en persona a solucionarlo.

Pero... lo que pasó se salía de cualquier escenario que se había planteado.

De la nada, Hamaki había cambiado. Aún tenía su misma personalidad, pero su manejo de su poder era mucho más exagerado. Manejava un taijutsu que Naomi nunca había visto, incluso manipulaba el Ninshū, los ocho trigramas, y un jutsu que es la combinación total del Yin-Yang: el elemento conocido como Onmiyoton.

El Onmiyoton se cree que es una habilidad únicamente manejada por dioses. El mismo Rikudō Sennin usó este poder para crear a los bijūs, sus armas legendarias, etc. Es un poder supremo que puede tanto crear como destruir.

La segunda princesa demostró suficiente poder sobre este elemento para destruir un maldito meteorito de un kilómetro de diámetro a altas velocidades, algo claramente capaz de causar un desastre que destruiría un país entero y causaría un daño colateral que podría afectar a otros en su entorno. Y no solo eso...

La nube de polvo levantada, y el impacto de una catástrofe de ese tamaño, no solo dejaría un cráter del tamaño de cientos de kilómetros, sino que levantaría una nube de polvo que podría cubrir la atmósfera y causar un desastre a nivel global.

Naomi, en varias ocasiones de la pelea, estuvo a punto de teletransportarse. Desde el minuto cero, donde Saiko demostró el Tenseigan y Hamaki recibió un golpe de la Gudōdama en el pecho, pero por el bien del experimento, dejó que Saiko se comiera el fruto. Luego de la rebobinación total, Hamaki se reconstruyó la zona afectada con su regeneración del clan Kaguya y el chakra del Youringan, incluso restauró la parte de su ropa dañada como si nada.

Pero grande fue su sorpresa al escuchar que la princesa había vivido 326 años, se mencionaba a sí misma como una maestra del Ninshū, y mantuvo un combate cuerpo a cuerpo contra el monstruo, que poseía el Tenseigan.

Esas cosas no las sabía. De hecho, no se parecían en nada a lo que ella había descubierto de Hamaki desde que la reanimó ni a las cosas que la misma princesa le había mostrado cuando usó el Camino Humano en ella.

Por eso, Naomi no intervino ni comentó en toda la pelea... solo observó hasta dónde escalaban las cosas. Como resultado, estaba observando un poder que perfectamente podría rivalizar con el suyo.

¿Quién demonios era Hamaki Hyūga?... ¿Qué acababa de pasar?

¿Cómo era posible que, aún siendo su subordinada y habiendo usado el Camino Humano en ella, no pudiera ver su verdadero poder?

Finalmente, Naomi hizo un sello manual.

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En el campo de batalla...

Se podía ver cómo Hamaki había terminado su baile.

—¡Bien, niños! ¡Espero que hayan aprendido algo valioso! —exclamó Hamaki, aplaudiendo mientras los miraba—. Sobre todo tú, Neji-chan.

Neji solo pudo apretar el puño.

—Fue un poder devastador e increíble... Pero, ¿en serio todo eso fue Jūken? —El Hyūga estaba en shock. —En su tiempo... Que tipo de cosas habrá enfrentado para ser así de fuerte?...—

Ni siquiera habían tenido que esperar a que Hinata llegara... Hamaki se había encargado completamente sola.

—Ahora tenemos un problema menos... Pero, ¿qué hay de ella? —cuestionó Kiba, aún desconfiado.

Shino se quedó en silencio, meditando la escena.

En ese momento, Hamaki cambió su expresión. Frente a todos, apareció Naomi en un parpadeo.

—¡Mierda! —Los tres ninjas retrocedieron de un salto mientras se colocaban en postura de pelea.

—¡Maldito monstruo! —exclamó Kiba a Naomi, quien se mantuvo inexpresiva.

—¡Naomi-sama! ¡Es bueno verla! ¡Derroté al monstruo y he logrado estudiar su comportamiento como me lo pidió! —exclamó la princesa del Byakugan.

Naomi no respondió, simplemente la miró de pies a cabeza usando sus ojos.

—Hamaki... acaba con ellos, tú y yo tenemos que hablar —ordenó la Uchiha con frialdad, a lo que la sonrisa de la Hyūga desapareció.

—Ay... pero Naomi-sama, son solo unos niños, no quiero matarlos, ademas mire ese perrito! Es muy suavecito!—declaró ella Pero Naomi la ignoro.

—Es una orden, quiero que los mates —ordenó la Uchiha, a lo cual los tres ninjas se tensaron aún más.

—Mierda... no tenemos forma de escapar... —pensó Neji mientras cubría su dedo de chakra—. Tendré que abrir las puertas... y, aun así, estamos en desventaja... Ella puede cerrarlas si tan solo me toca con su chakra...

Hamaki finalmente suspiró mientras se cubría de chakra y los miraba fijamente.

—Lo siento, querido nieto, pero tengo una orden... no quería, pero lo que Naomi-sama me ordene es ley —dicho esto, la Hyūga se colocó en postura de Jūken, mientras empezaba a hacer algunos movimientos...

—¡Prepárense! —exclamó Kiba mientras los tres se juntaban... debían pensar en algo rápido.

—Ocho trigramas... postura del viento, ráfaga cortante, postura del agua, chorro a presión... 8 trigramas... cero absoluto—dicho esto, juntó sus manos y finalmente disparó una potente ráfaga de hielo directo a los tres.

—¡Mierda! ¡Apertura manual, séptima puerta! —pensó Neji...

Hubo una gran explosión en ese momento, seguida de una energía roja y un rayo de color rojo mientras el hielo se disipaba en varias direcciones.

Naomi solo rió al ver lo que tenían en frente.

—Fue suficiente —declaró una voz.

—Mira quién salió de su escondite... mocosa —burló Naomi.

Frente a los ninjas de Konoha, había aparecido Hinata, cubierta en su modo chakra y habiendo soportado el ataque de hielo. Había usado su chakra como escudo.

Hamaki la observó con intriga... no podía ver su chakra en absoluto, era completamente invisible.

Finalmente, la princesa del Byakugan sonrió.

—¡Oh! Tú eres otra de mis nietos. ¡Tu nombre es Hinata Hyūga! ¡Eres muy linda! ¡Me gusta tu alma! Aunque noto que está tambaleando entre la luz y la oscuridad. ¡Qué hermoso! ¡Tienes un Youringan y tus afinidades no están nada mal! Y wow! Linda chaqueta!—exclamó ella de forma amistosa.

Los compañeros de Neji miraron a la mujer con sorpresa... no esperaban verla a ella.

—¿Qué hace ella aquí? —exclamó Kiba, a lo que Neji sonrió.

—Son los refuerzos que mencioné... —admitió Neji.

—No esperaba esto... Tienes mucho que explicar, Neji —contestó Shino.

Hinata levantó una mano señalando a los tres y a Akamaru.

—Manténganse atrás... Las personas que tenemos enfrente ya no entran en la clasificación de humanos —declaró Hinata—. Nada menos que Naomi Uchiha... y Hamaki Hyūga, segunda princesa del Byakugan...

Hamaki hizo un gesto de alegría antes de señalarse.

—¡Oh! ¡Eso quiere decir que me conoces!, sí? Sería un gran honor que una de mis nietas sepa de mi!

—Claro que sé quién eres... Hamaki Hyūga, también conocida como el monstruo de la luna... La mujer que acabó con la guerra de los Ōtsutsuki de la luna y provocó su extinción... se muy bien la clase de persona que eres—contestó Hinata, frunciendo el ceño, lo que sorprendió a todos.

Hamaki hizo un gesto de sorpresa al oírla..

Hinata las señalo a ambas mientras se recubria de chakra.

—Mas les vale prepararse... No me andaré con juegos, lo que van a ver... Cambiará el destino de esta guerra—

—Me parece que te volviste más idiota que hace 4 años, parece que no entiendes la realidad.— Declaró Naomi burlona.

Hamaki por su lado solo sonrió con algo de nostalgia al escuchar a su nieta...

Asi que lo sabes... Después de 400 años... alguien me recordo?...—

...

**************************************

800 años atrás...

En aquel entonces... El mundo era muy diferente a la actualidad.

No existía algo así como las aldeas ninja, y los países tenían divisiones diferentes. Muchos países pequeños no existían, tenían otros nombres y parte de lo que hoy son los grandes países era territorio ajeno.

El país del Fuego, por ejemplo, el territorio que es hoy en día, en aquel entonces se dividía en seis naciones pequeñas y distintas: Enshō, Shinka, Kazehana, Hiushi, Hokori y Kōgen.

Cada país tenía sus nobles que los mantenían, regiones con poblados civiles, geografía y políticas. Estos seis países estaban en conflictos y tratados entre sí, al mismo tiempo que lidiaban con países de otras regiones del continente.

En aquel entonces, los clanes eran conocidos como familias mercenarias, muchos de ellos siendo pagados como fuerzas militares de sus respectivos países.

El país Kazehana, por ejemplo, era habitado por el clan Uchiha, donde eran la principal fuerza militar y la más temida de esa región.

El país Shinka no se quedaba atrás, teniendo como fuerza principal a los Senju, junto a otros clanes menores.

En aquel entonces, en el país Kōgen, que actualmente es la zona sur del país del Fuego, la más cercana al país del Agua, era el país natal del clan Hyūga, que pasaba por un momento algo crítico.

En ese tiempo, el clan Hyūga, tras siglos de guerras entre naciones, estaba teniendo un déficit de miembros, sobre todo en la rama secundaria.

Este déficit los llevó a crear una alianza con un clan inmigrante de un país vecino, que hoy en día es parte del conocido país del Agua.

Esta alianza fue con el clan Kaguya, un clan conocido por manipular sus huesos.

Ambos clanes compartían muchas similitudes en genética y en sus historias. Sin embargo, eran muy opuestos en tradiciones, donde los Hyūga eran un clan noble y honorario, mientras que los Kaguya eran más salvajes y temerarios.

Aun así, ambos estaban en una crisis de extinción, lo que los llevó a congeniar y hacer una alianza.

Se descubrió algo muy curioso: si un Hyūga de la rama secundaria tenía un hijo con una mujer Kaguya, el hijo salía prácticamente como un Kaguya puro. Y si un Kaguya tenía relaciones con una Hyūga de la rama secundaria, daba nacimiento a un Hyūga bastante puro.

Esto dio una solución a ambos clanes para reponer población, pero solo de la rama secundaria de los Hyūga y de los Kaguya en general. Gracias a que eran clanes hermanos de la antigüedad, los genes recesivos daban lugar a estas mezclas puras, dependiendo de cuál fuera la mujer en la relación.

En aquel entonces, el líder del clan Hyūga se llamaba Hisato Hyūga, un hombre mayor y poderoso. Este mismo tenía una hija, Hagami Hyūga. Los dos eran Hyūgas muy puros, la mayor pureza de decenas de generaciones.

En ese tiempo, Hagami fue comprometida con otro Hyūga, para continuar con el linaje puro del clan.

Sin embargo, Hagami a escondidas tenía un romance secreto con otro hombre... uno del clan Kaguya, quien también tenía una alta pureza de su linaje.

Fue una aventura entre ambos, una secreta.

Finalmente, Hagami se casó con el Hyūga prometido a los 15 años. Unos meses después, ella quedó embarazada.

De este embarazo nació una niña muy linda, bautizada como Hamaki Hyūga. Sin embargo, desde su nacimiento era diferente al resto de los Hyūga. Su cabello era de un tono azul.

Un rasgo muy diferente a todos los demás Hyūga, quienes tenían el cabello negro o castaño. El azul era algo nunca visto, lo cual ya generaba sospechas, pero de momento pasó sin ser percibido.

Así, Hagami tuvo otra hija un año después, y otra más al siguiente, siendo en total tres hijas, donde la más peculiar era la mayor, por su cabello.

Pero las cosas se descontrolaron cuando Hamaki llegó a la edad de cuatro años, cuando manifestó un Byakugan muy débil.

Su Byakugan era apenas capaz de ver 100 metros de distancia y el punto ciego era mucho mayor. Por otro lado, demostró la habilidad de manipular sus huesos, pero solo de sus dedos.

Esto finalmente dejó en claro lo que había ocurrido. Era una hija bastarda; Hagami había sido infiel. El tono azul del cabello de Hamaki era una mutación, producto de la mezcla del linaje de cabello oscuro con el de los albinos del clan Kaguya.

Esto inició una disputa entre clanes, donde finalmente Hagami fue castigada por su padre y relegada a la rama secundaria.

Hamaki, por otro lado, empezó a sufrir rechazo por parte de su familia. Era vista como una abominación, su abuelo la odiaba y la relación con sus hermanas se volvió compleja. Su madre la maldecía.

Incluso los Kaguya sentían rechazo por ella, por lo que no era vista como miembro de ninguno de los dos clanes.

Aun así, Hisato Hyūga decidió mantenerla en la rama principal y como la unión de ambos clanes.

Aunque ambos clanes la rechazaban, ella se convirtió en la excusa por la cual seguían unidos.

Hamaki siempre intentó ser alegre y positiva, siendo amable con todos, pero siempre recibió un rechazo profundo, donde incluso recibía golpes y maltrato físico de sus familiares.

Ella, en busca de aprobación, entrenó arduamente, logrando hacerse más fuerte. Su fuerza física era excepcional comparada con la de todos los demás, sin mencionar su velocidad. Además, gracias a los genes Kaguya, sus músculos se regeneraban rápido y de forma compacta, lo que le permitió obtener una fuerza increíble en un cuerpo relativamente pequeño y delgado. Aun así, esto era poco apreciado; su Jūken era mediocre por la deficiencia de sus ojos y su pureza de sangre nula, por lo cual el trabajo duro no le servía para nada.

Su hermana mediana sentía un profundo odio hacia ella, producto del rechazo general de todo el clan. Esta hermana se llamaba Harami Hyūga, y fue reconocida como la verdadera heredera del clan, una Hyūga verdadera de alta pureza.

Aun así, en medio de todo el odio, la presión que recibía de ambos clanes y ser un "símbolo" o más bien la excusa de la alianza entre ambos clanes, Hamaki tenía a alguien.

Su hermana menor, Hamita Hyūga, era el único ser que la miraba con cariño. Era su mejor amiga y la más cercana.

Hamaki disfrutaba mucho de su compañía. Sin embargo, ambas mantenían este cariño y amistad en secreto, por el bien de Hamita.

Las cosas continuaron así, una vida de rechazos, insultos, odio y violencia... mientras al mismo tiempo, seguían siendo clanes guerreros que servían a su país para luchar contra los vecinos en busca de expandir territorios.

En aquel entonces, la guerra era contra el país Kazehana, donde habitaba el clan Uchiha.

La tensión entre ambos países era muy densa, y los daimyō estaban en negociaciones.

...

La historia de Hamaki continuó bajo esta presión hasta sus 15 años, cuando su abuelo Hisato la comprometió con un hombre Hyūga llamado Kisamaru.

Dicho hombre sentía asco por ella y la despreciaba como el resto, pero aceptó la boda con tal de dejar de ser de la rama secundaria.

De esta forma, Hamaki tuvo su primer y único hijo a los 16 años, y sufrió un aborto espontáneo a los 17.

Su hijo fue bautizado como Hatoru Hyūga.

Pero este fue alejado de ella, puesto que era un Hyūga nacido con una pureza extrema, opuesta a su madre.

Hamaki apenas pudo ver a su hijo después de nacido, siendo en su mayoría criado por su abuelo y padre, y ella dejada de lado.

Por otro lado, su hermana mediana, el mismo año que Hamaki sufrió el aborto, tuvo un par de hijos gemelos, también de alta pureza.

Un año después, Hamaki llegó a los 18.

...

Era un día común. Se podía ver una habitación fina en medio de la mansión Hyūga, ubicada en lo alto de una montaña.

—¡Aw! ¡Esto es una gran noticia! —exclamó Hamaki con una sonrisa—. ¡Te felicito, hermanita! ¡Seré tía de otro hermoso niño!

Ella estaba frente a su hermana menor, Hamita, quien igualmente le sonreía. Esta tenía 16 años.

—Gracias, hermana. Finalmente, yo también seré madre —declaró la menor.

—¡De seguro nacerá un niño muy sano! Jajaja, seré la tía buena onda para él... o ella, lo que salga —exclamó mientras daba uno que otro salto.

—Jeje... seguro, pero... me gustaría pedirte un favor —contestó Hamita.

—¡Claro! Todo menos dinero... y sabes... no soy precisamente la más rica —respondió Hamaki en tono bromista.

—No, para nada...

Finalmente, su hermana menor la señaló.

—Me gustaría que eligieras su nombre —declaró la menor con una sonrisa.

Hamaki, esta vez, cambió su mirada a una de sorpresa...

—P-pero... Eso me haría su madrina... No creo que sea buena idea... —contestó la peli azul con un semblante diferente.

—Sí... Me gustaría que fueras tú, eres la madrina perfecta —declaró Hamita.

Hamaki retrocedió un paso mientras negaba con las manos.

—Hermana... Es mala idea... Sabes que el abuelo y el clan...

—Jeje... No te preocupes por eso, igual... Sabes que seré parte de la rama secundaria... Igual mis hijos... No le importará —contestó Hamita colocando una mano sobre su hombro—. Y si me pasara algo... Sin duda tú serías la persona que me gustaría que cuidara de mis hijos, eres una niña muy pura, Hamaki... Por eso eres mi hermana favorita.

Hamaki quedó boquiabierta al oír aquello.

Finalmente, una mueca se dibujó en su rostro. Era una sonrisa torcida, mientras sus ojos blancos se aguaban.

—¡Ay! ¡Hamita-chan! ¡Eres todo un ángel! —exclamó antes de darle un abrazo a su hermana.

La menor correspondió aquel gesto, ambas en un abrazo largo, mientras la mayor dejaba escapar sus lágrimas de alegría.

En medio de una vida de rechazos, insultos, odio y violencia... Una persona la reconocía, respetaba y amaba.

Finalmente, Hamaki salió dando saltos en medio de la mansión mientras tarareaba.

—Si es niño lo nombraré... Am... Hi... Ho... ¿Ha...? ¡No sé! Y si es niña... Am... Hi... Hi... Ha... ¡No sé! Jajaja, ¡hay que pensar! Pero debe empezar por H.

La mujer finalmente bajó a otro pasillo, solo para recibir un golpe en la cabeza, esto con un trozo de madera, luego escucho cómo alguien la llamaba.

—Oye, idiota... ¿Qué crees que haces?

—¿Uh? —se volteó, para encontrarse cara a cara con su hermana mediana, quien iba con sus hijos gemelos a sus lados. Estos ya tenían 2 años—. ¡Harami-chan! ¿Ya oíste las buenas noticias de Hamita?

Harami simplemente la miró con indiferencia.

—Sí, será madre. Pero eso no es de tu incumbencia. Y ya deja de andar saltando por la mansión, estás dejando tu repugnante olor por ahí.

Hamaki se quedó en silencio mientras cruzaba miradas con su hermana y con sus sobrinos... Quienes, a pesar de su edad y de que apenas sabían caminar, la miraban con desprecio. Era normal, sus padres eran así, no podía culparlos.

—Está bien —contestó ella con una sonrisa antes de levantar el pulgar.

—Qué payasa eres... —dicho esto, la hermana se empezó a retirar.

Hamaki solo observó en silencio cómo se iban. Sin embargo, ella se detuvo antes de marcharse por completo.

—Por cierto, el abuelo quiere verte, dice que quiere hablar contigo. Te espera en la sala de reuniones —declaró Harami, a lo cual Hamaki asintió.

—¡Gracias! Iré ahora mismo.

Ante aquella actitud, Harami solo gruñó. Le exasperaba su actitud infantil.

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La peli azul caminó por la mansión hasta finalmente llegar a la sala de reuniones.

Ella abrió cuidadosamente la puerta deslizante, y pudo ver cómo su abuelo, un hombre bastante mayor, aunque imponente, la esperaba.

—Has llegado... Pasa de una vez, tengo algo importante de lo que hablar.

—¡Sí, señor! —dicho esto, la mujer se acercó y se arrodilló frente al hombre—. ¿Para qué soy buena?

El anciano meditó un momento antes de empezar.

—Hamaki, tengo una misión para ti —declaró el hombre, cosa que sorprendió a la chica. Rara vez le asignaban misiones...

Debido a su papel como unión de clanes, y como figura de herejía, no era una figura pública en su país. De hecho, su existencia era un secreto para el país entero.

—¡Claro! Haré lo que me ordenen —contestó ella levantando su mano y colocándola en un falso saludo militar.

—Más te vale —declaró el abuelo.

Hamaki esperó con ansias escuchar lo que tendrían para ella.

—Quiero que te divorcies de Kisamaru... Y te vayas al clan Kaguya. Ellos han exigido una mujer para tener más hijos... Hemos llegado a la conclusión de que eres la más adecuada.

—¿Eh?...

La expresión de Hamaki cambió por completo. Le estaban pidiendo que fuera una mera fábrica de bebés... Aún después de haber sufrido la pérdida de su último hijo...

—Ya dejaste a tu primer hijo con nosotros y perdiste al segundo... Además, la alianza con el clan Kaguya es mejor que nunca, por eso, ya puedes irte con ellos, sabes bien que tu estatus en la rama principal solo era temporal—explicó el abuelo con frialdad...

La Hyuga guardó silencio mientras agachaba la mirada.

—¿Entendido? —preguntó el abuelo.

—S-sí....

—Bien, te irás en una semana, puedes ir empacando tus cosas. Yo me encargaré de los preparativos, ya puedes llegarte.

—Vale...

De esta forma, Hamaki se retiró a su habitación... Resignada... Lo que le esperaba era peor... El clan Kaguya era mucho más violento con ella. El Hyuga la golpeaba... Pero ellos de plano disfrutaban hacerla sangrar de dolor... Cosa que al clan Hyuga poco le importaba.

Ahora la mujer se encontraba en su habitación, acostada en el piso mientras miraba al techo de forma inexpresiva.

Entonces... Esto es el destino... Ser un objeto toda la vida... —pensó para sí misma.

Su habitación era oscura y fría, con una ventana que daba al exterior, la cual ahora estaba abierta, dejando pasar el viento del exterior.

Nací como una anomalía... No elegí ser esto —pensó ella mientras levantaba su mano y hacía que de sus dedos salieran algunos huesos afilados.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al verlos.

—No elegí esto... No fui quien le dijo a mi madre que fuera infiel... Tampoco elegí que me dejaran en esta familia, como la excusa de una alianza... Y mucho menos pedí casarme... O que me quitaran a mi hijo... Perder al otro... ¿En verdad... existen elecciones en mi vida?... Siempre soy usada por los demás... —pensó apretando los puños.

Aún así, un recuerdo reciente llegaba a su mente...

—Sí... Me gustaría que fueras tú, eres la madrina perfecta —declaró Hamita.

Hamaki terminó por sonreír al escuchar su propio recuerdo.

—Bueno... Algo es algo, jeje... Si es niño... Higuro... Y si es niña... ¿Hinata? ¡Oh! ¡Me encanta ese nombre!... Aunque debería pensar más opciones... ¿Qué tal si son gemelos? ¿O trillizos? ¡Oh, debo pensar muchos nombres por si acaso!

Así, pasaron las horas, donde la mujer simplemente miró al techo mientras reía para sí misma, imaginando varios nombres, combinaciones... Incluso imaginando cómo serían aquellos niños...

Tal vez... La quisieran, de seguro serían cariñosos con ella gracias a Hamita...

Pero... ¿Siquiera podría verlos? Ahora estaría con el clan Kaguya...

Finalmente, la chica se quedó dormida en el piso mientras dejaba volar su imaginación.

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Algunas horas después, a medianoche...

Un estruendo sacudió la mansión, seguido de un fuerte temblor.

—¡Agh! ¡Fue el perro! —exclamó Hamaki antes de despertarse exaltada.

En eso, escuchó cómo los estruendos se hacían más y más fuertes...

—¡Agh! —varios gritos se escucharon en el exterior...

La Hyuga rápidamente se colocó en pie y corrió a la ventana mientras activaba su Byakugan...

Lo primero que pudo ver era un incendio. La mansión estaba en llamas. Y no solo eso, se estaba librando una batalla... Podía ver gente con el símbolo de un abanico blanco y rojo en la espalda...

Era el clan Uchiha. Como parte del conflicto de países, estos se habían infiltrado en el país... Y habían logrado encontrar la mansión oculta en las montañas...

Se podía ver con claridad, venían más de 15, armados y atacando al clan Hyuga en plena noche...

Eran pocos, pero habían logrado rodear la mansión y provocar incendios, colocar trampas y poner todo a su favor.

Hamaki observó esto impactada, mientras un pensamiento llegaba a su mente.

—¡Hamita! —la mujer rápidamente corrió al interior de la mansión, usando toda su velocidad para subir a lo más alto. Se movió tan rápido, que sus pasos dejaban grietas en la madera...

De la nada, un Uchiha salió de entre una de las habitaciones.

—¡Jaja! ¿A dónde crees que vas? —dijo lanzándose a atacar con una espada.

Pero Hamaki no tenía tiempo que perder.

—¡A un lado! —sus manos se cubrieron con algunos huesos, que usó para bloquear la espada. Y antes de que su enemigo reaccionara, le propinó un puñetazo en la cara con el otro brazo, también cubierto de hueso.

Al instante el Uchiha salio volando, atravezo algunos muros y cayó mal herido, mientras que Hamaki continúo su carrera...

Al llegar a la habitación de Hamita, abrió la puerta solo para ver cómo su hermana estaba inconsciente en el suelo, la habitación estaba en llamas... Se había desmayado por el humo.

Hamaki no dudó un segundo y entró para tomarla de un brazo y colocar su brazo sobre su cuello, empezando a sacarla.

La mujer comenzó a arrastrar a su hermana fuera de la habitación, mientras sentía cómo los temblores aumentaban.

Con el Byakugan, podía ver cómo en el exterior, varios de los Uchiha y los Hyuga tenían un enfrentamiento. Pero muchos Uchiha habían logrado entrar a la mansión, empezando a destruirla desde adentro y matando a los indefensos.

La peli azul gruñó mientras colocaba a su hermana sobre su espalda y comenzaba a desplazarse lo más rápido que podía... Debía ser cuidadosa, después de todo, era una mujer embarazada, aunque apenas llevaba 3 meses, era delicada.

Mientras bajaba, pudo encontrarse con otro Uchiha.

—¡Estilo de fuego! —exclamó él antes de escupir una gran bola de fuego.

Hamaki, como pudo, esquivó saltando dentro de una habitación, dejando que la bola de fuego incendiara el pasillo.

—¡No podrás escapar! —declaró el Uchiha entrando a la habitación—. Ustedes los Hyuga son pésimos con el ataque a distancia... Me dan pena.

—¡No tengo tiempo que perder contigo! ¡Tengo que encontrar a mi otra hermana! —dicho esto, Hamaki apuntó su índice. Al instante, un proyectil de hueso afilado salió disparado; sin embargo, el Uchiha, guiado por su Sharingan, pudo esquivarlo.

Pero tan pronto se volteó para atacar, Hamaki ya se había colocado frente a él y le lanzó un puñetazo al estómago.

—¡Ugh! —escupió sangre para luego caer inconsciente al suelo, mientras Hamaki respiraba pesadamente con su hermana en la espalda—. Todo estará bien... Debo sacarte de aquí...

Dicho esto, retomó su carrera al interior de la mansión, llegando hasta la habitación de su hermana mediana. Tan pronto abrió la puerta, se encontró con una escena horrible.

Había un hombre de pie en medio de la habitación. Este tenía las manos bañadas en sangre. La habitación estaba destruida y en llamas.

Su hermana estaba tirada a un lado, con una herida mortal en el pecho... Y sus sobrinos... Estaban tirados contra el muro en una escena grotesca; de uno de ellos apenas quedaba el torso hacia arriba, mientras del otro... apenas se veía su cabeza.

—¿Esta era la heredera? Patética —declaró el Uchiha antes de voltear a ver a Hamaki.

Lo que ella pudo ver la dejó fría. Aquel hombre tenía los ojos diferentes al resto de los Uchiha... Su patrón era distinto, y el chakra que emanaban aquellos ojos era también diferente.

—T-tú... —trató de decir Hamaki, con un nudo en la garganta ante la escena que presenciaba.

El hombre la miró de pies a cabeza, al igual que a su hermana.

—Ustedes tampoco tienen el sello en la frente... Son de la rama principal... Bueno, en ese caso, debo matarlas.

Hamaki pudo ver con su Byakugan cómo el chakra se concentraba en uno de los ojos.

—Kottatsu...

La peli azul rápidamente se tiró al suelo, mientras una energía cortante pasó por encima, destruyendo la puerta y lo que había detrás.

Hamaki rápidamente colocó a su hermana en el piso mientras se lanzaba contra el intruso.

—¡Eres un enfermo! —exclamó ella con lágrimas en los ojos mientras lanzaba un golpe, pero el hombre esquivó con rapidez.

Ella continuó lanzando golpes rápidos, incluso golpes Jūken, pero su enemigo era extremadamente rápido.

—Eres muy débil, mocosa —dicho esto, le propinó un puñetazo al estómago a la mujer.

Hamaki pudo sentir cómo se le escapaba el aire, pero rápidamente se aferró al brazo de su enemigo.

—¡Cállate!

Ella apretó con fuerza antes de levantarlo y estamparlo contra el suelo. Hubo un fuerte estruendo... El suelo se destrozó, pero el hombre estaba intacto, cubierto por unas costillas de chakra de color verde.

—Mira nada más... Eres más fuerte que la mocosa de antes... Pero jamás me derrotarás así —dicho esto, Hamaki pudo ver cómo un brazo esquelético de chakra salía de las costillas y le propinaba un golpe.

La híbrida salió volando contra el muro, donde escupió sangre. Pero nuevamente se colocó en pie.

—Tú... Mataste a mi hermana... Y a mis sobrinos... No lo perdonaré —declaró ella mientras sus manos se recubrían de hueso.

Pero antes de que pudiera hacer algo, el Uchiha la miró fijamente.

—Kottatsu... —una energía cortante más rápida que la anterior salió disparada. Hamaki intentó esquivar, pero...

Hubo un gran estruendo, donde la pared recibió un corte que atravesó varios muros hasta salir de la mansión. Por otro lado, la Hyuga estaba en pie... Escupiendo sangre.

El corte le había dado en el brazo... y parte de su torso, quedando mutilada y recibiendo una herida mortal.

—Ugh... —ella terminó por caer de cara contra el suelo.

El Uchiha solo suspiró al verla.

—Solo tuve que hacer mi cuchilla más pequeña y rápida para darte... Lograste evitar que te partiera a la mitad... Pero aun así, estás muerta, nadie sobrevive a eso—declaró el Uchiha mientras caminaba hacia Hamita.

—T-tú... No dejaré que ganes... —declaró la peli azul mientras intentaba levantarse, solo para terminar tosiendo sangre.

Al levantar la vista, podía ver cómo aquel hombre estaba pisando la cabeza de su hermana menor. Sin pensarlo, volvió a atacar, solo para recibir un puñetazo en la cara y ser lanzada contra el muro nuevamente.

—Ya déjalo, no tienes nada que hacer, resignate a morir lentamente —dicho esto, el hombre sacó una katana y miró fijamente a Hamita, quien apenas estaba despertando...

—¿He-hermana?... —preguntó la menor mientras veía a Hamaki en el suelo.

—Te salvaré... Lo prometo... —declaró Hamaki, volviendo a ponerse de pie mientras intentaba evitar que su cuerpo colapsara por la pérdida de sangre y las heridas internas del corte.

Hamita solo sonrió antes de verla...

—Eres la mejor hermana... Te quiero... —ya pronto dijo aquellas palabras, una espada atravesó su cuello.

...

Sin embargo, antes de que el Uchiha hiciera algo más, pudo sentir un estallido. De repente, la habitación se estremeció. El fuego comenzó a menearse violentamente.

—¡TÚ! ¡MALDITO DEPRAVADO! ¿CÓMO TE ATREVISTE A MATAR A UNA MUJER INDEFENSA Y EMBARAZADA? —exclamó Hamaki mientras apretaba su puño.

La atmósfera se había vuelto extremadamente densa.

El Uchiha sintió cómo el cuerpo le temblaba. Al ver de nuevo a Hamaki, podía verlo... Un aura de chakra muy potente estaba rodeando su cuerpo. Esta era de color rosado con algunos tintes negros. Finalmente, la Hyuga levantó la mirada mientras lo miraba fijamente a los ojos...

Pudo ver cómo el Byakugan se había teñido de un color oscuro y brillos rosas...

Lo más grotesco fue cuando el muñón de Hamaki comenzó a moverse violentamente, y un brazo esquelético salió de él... cubriéndose rápidamente con una capa de carne, y su herida del dorso dejo de sangrar...

Los poderes de la mujer se habían elevado, tanto los Hyuga como los Kaguya... Estaba en un punto de miedo extremo, adrenalina, sentimientos profundos, la propia muerte... Finalmente la sangre le había hervido...

—¡Kottatsu! —el corte atravesó a Hamaki, quien no se movió, siendo partida por la mitad.

—Rebobinación parcial... —al instante, sus dos mitades volvieron a ser una mientras ella lo miraba con frialdad... Su oponente tenía sangre en los ojos... Y su chakra era más bajo...

El Uchiha sudó frío al ver cómo los ojos de la mujer lo observaban con frialdad, como si vieran hasta su alma.

—Tú... Te llamas Langri Uchiha... No olvidaré tu nombre, maldito... Te mandaré al infierno

—C-como sabes mi nombre!? Que clase de monstruo eres!?—

Ella solo sonrió mientras su aura se hacía más potente y sus ojos emanaban un chakra flameante de color negro...

Lo siguiente que pudo ver fue cómo la Hyuga desapareció en un borrón, para finalmente propinarle un golpe en el mentón. Seguido a eso, ella creó una daga de hueso y comenzó a darle rápidas puñaladas por todo el cuerpo... Finalmente, de un solo tirón le arrancó la cabeza.

La mujer respiró hondo antes de apretar sus puños. Finalmente, corrió al campo de batalla...

Esa noche, los Hyuga fueron testigos de una masacre... Los 12 Uchiha restantes fueron aniquilados sin piedad... Ese fue el día más doloroso para Hamaki, donde por primera vez, su ira, odio y miedo fueron más potentes que su corazón...

"si me pasara algo... Sin duda tú serías la persona que me gustaría que cuidara de mis hijos, eres una niña muy pura, Hamaki... Por eso eres mi hermana favorita."

Soy... Un fracaso

...

Tras aquella noche, Hamaki sepultó a sus hermanas, lamentando profundamente sus muertes y las de sus sobrinos.

También se prometió a sí misma sonreír en honor a su hermana menor... No dejaría que la oscuridad la dominara. Con el tiempo, su versión oscura se presentó ante ella, cada vez más fuerte... Pero la Hyuga prefirió sonreírle y aceptarla con cariño, apodándola como "Yami-chan", su unica compañera por los siguientes siglos...

El clan Hyuga pudo sobrevivir al golpe de los Uchiha, y oficialmente, Hamaki se convirtió en la segunda princesa Byakugan.

Sin embargo, las cosas no mejoraron como se creería.

Ella seguía siendo una abominación a los ojos de los demás.

Ahora se olvidó la orden del abuelo de ir con el clan Kaguya; en cambio, se le asignó el rol de proteger al clan Hyuga.

Por otro lado, ante la muerte de las herederas puras y sus hijos, se nombró al nuevo heredero, el primogénito de Hamaki, dando paso a que su linaje se convirtiera en el principal.

Aunque ninguno de sus descendientes heredó sus poderes de hueso, uno que otro nació con cabello azul, que poco a poco fue normalizado.

En cuanto a Hamaki, el desprecio por parte del clan nunca desapareció. Pasó de ser vista como un objeto a un arma... Su soledad se volvió absoluta.

Aun así, era temida por su poder, que era bastante misterioso y la gran mayoría ni siquiera lo entendía.

Incluso su hijo la miraba con miedo y desprecio, debido a la influencia del clan.

Con los años, la princesa se percató de que había dejado de envejecer... Esto era una consecuencia de su Youringan, una habilidad pasiva.

A sus 28, después de ver cómo su hijo ya había crecido, con un gran desprecio hacia ella, cómo estaba realmente sola... Diez años en los que nadie la miraba como una persona, donde solo era el arma del clan...

Esto, a pesar de su personalidad amable, empática y carismática, donde tristemente su única compañera era Yami... Después de tantos años, y a sabiendas de que las cosas no cambiarían, simplemente se rompió y rindió ante la idea de que el clan la aceptaría.

Ella decidió abandonar el clan. Decidió no dejar que nadie más marcara su destino.

De esta forma, fingió su muerte. Durante un año entero practicó una técnica propia, en la que colocaba su cuerpo en un estado de internación, que daba la sensación de muerte... El flujo de chakra se estancaba, el corazón se detenía y su cuerpo quedaba muy frío... Además, sus ojos quedaban sellados temporalmente mientras estuviera así.

De esta forma, fue enterrada en una cueva secreta del clan, sellada.

Ella simplemente salió de allí destruyendo la cueva sin problema, usando su chakra para romper el sello y la estructura... luego simplemente uso rebobinacion parcial para restaurar todo y dejarlo como nuevo.

Así empezó su segunda vida, como una persona anónima, una mujer errante, sin hogar y con el deseo de conocer mejor el mundo.

Mientras que en las páginas de la historia del clan Hyuga, solo se menciona la existencia de una segunda princesa Byakugan, pero ni su nombre, ni sus hazañas, ni su legado fueron escritos, pasando al completo olvido.

Pero este no fue el fin... Tan solo fue el comienzo del verdadero legado de Hamaki Hyuga al mundo, un legado que, desgraciadamente, nadie recuerda.

Fin del capítulo 10

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