Sana se encontró sumergida en un baño tibio poco después de aceptar y devolver la confesión de Mina hace unos momentos. A pesar de que su corazón se sentía más cálido en este momento de lo que se había sentido en mucho tiempo, su cuerpo todavía estaba congelado por estar afuera en el frío durante casi una hora, estando la mayor parte del tiempo sin abrigo.

Mina le había preparado el baño tibio con sumo cuidado, la había llevado al baño e incluso había comenzado a quitarle la ropa hasta que una tímida y rosada Sana le pidió que se detuviera. Mina simplemente le devolvió la sonrisa a la mayor con diversión, soltando rápidamente la blusa parcialmente removida de Sana.

"Tómate tu tiempo y entra en calor", le dijo Mina a Sana amablemente. Colocó un rápido y afectuoso beso en la punta de la nariz de Sana y luego se alejó, dejando a Sana en la privacidad de sus pensamientos.

Mientras Sana empapaba su cuerpo congelado en el agua humeante, trató de procesar toda la conversación en el balcón con Mina que había culminado en su primer y ardiente beso entre ellas. La reacción inicial de Sana fue agradecer que Mina hubiera sido lo suficientemente valiente como para confesarse y, posteriormente, guiar el corazón menos valiente de Sana para aceptar la confesión. Su segunda reacción fue pura vergüenza por haber llorado tanto. Pero quizás todo fue para bien, pues esas sinceras lágrimas las llevaron a ella y a Mina a hablar abiertamente sobre sus sentimientos.

Sana se recostó contra la bañera y permitió que su cuerpo se hundiera más profundamente en el agua tibia, aún sin poder creer que sus labios hubieran besado los labios de Mina hace unos momentos. Se maravilló por el hecho de que los labios de Mina eran tan suaves como imaginaba, tal vez incluso más.

Su mente repasó el momento que ahora estaba grabado a fuego en su memoria, la visión del hermoso y delicado rostro de Mina acercándose al suyo, los ojos ardiendo con una embriagadora mezcla de ternura y deseo. Sana se había sentido aún más profundamente enamorada de la menor en ese beso. Y por primera vez, Sana se encontró pensando que no era el fin del mundo estar perdidamente enamorada de Mina.

Desde el momento en que se conocieron, Sana supo que Mina era una existencia especial para ella. Sintió un deseo abrumador de estar con Mina y protegerla desde sus días de aprendiz, pero Sana no se dio cuenta de lo que significaban sus sentimientos por Mina hasta mucho más tarde. Era tan obvio para Sana en retrospectiva, pero ella era demasiado joven en ese momento para entender la diferencia entre la amistad y el amor. Y aunque Sana nunca antes había estado enamorada, estaba segura de que los sentimientos que tenía por Mina en este momento eran amor.

Pero antes de la confesión de esta noche, Sana nunca pensó que Mina le devolvería sus sentimientos. Entonces, desde el principio, Sana hizo lo único que podía hacer y trató de ignorar sus sentimientos por la otra chica. En su mayor parte, Sana logró empujar el amor, la lujuria y el intenso deseo por Mina detrás de una barrera invisible en su corazón.

Sin embargo, las punzadas del anhelo nunca desaparecieron por completo. Estaban ocultos detrás de suficientes capas de distracción para que Sana se mantuviera cuerda, pero a menudo se sorprendía pensando románticamente en Mina y soñando con un futuro que nunca parecía llegar. Era imposible para Sana olvidarse de Mina o seguir adelante porque Mina siempre estaba a su lado y siempre hacía cosas que hacían que los sentimientos reprimidos de Sana volvieran a estallar, como esta mañana cuando Mina murmuró un débil pero inconfundible "Sattang" mientras dormía.

Sana se congeló en ese instante, a solo medio metro de la cama de Mina y a solo unos segundos de despertar a la joven con un beso en la frente. Su corazón se aceleró cuando se dio cuenta de que Mina estaba soñando con ella. Esos sentimientos latentes por Mina comenzaron a martillar contra la barrera en su corazón que Sana había pasado semanas, meses y años construyendo y reconstruyendo, abriendo la grieta más pequeña a pesar de los mejores esfuerzos de Sana por contener sus sentimientos.

Por mucho que lo intentara, era imposible para Sana comportarse 100% normal alrededor de Mina hoy. Justo después de despertar a Mina esta mañana, Sana accidentalmente había dejado que Mina viera la soledad en su corazón que solo Mina podría haber llenado. Cuando Tzuyu se iba y Mina le dio un abrazo a Tzuyu, la soledad de Sana se escapó nuevamente por un momento mientras Sana se preguntaba, "¿Cuándo fue la última vez que Mina me abrazó tan cálidamente?" Y nuevamente a la hora del almuerzo, cuando Mina se negó a ir de compras con ella, Sana estaba segura de que Mina había notado que la grieta en la barrera de su corazón ahora era un cráter.

El golpe final fue la confesión sincera de Mina en el balcón. Sana había pasado toda la tarde tratando de volver a un estado mentalmente normal en el que pensaba en Mina solo como una amiga. Sin embargo, sin Momo como distracción, Sana trató de confiar en las estrellas como compañía. Y con suficiente tiempo a solas, Sana estaba segura de que habría logrado reparar la barrera en su corazón. Pero entonces apareció Mina y trató de librar a Sana de su soledad, rompiendo la barrera protectora hasta que el delicado corazón de Sana quedó completamente expuesto.

Escuchar la confesión de la chica más joven fue como incendiar los nervios en carne viva del vulnerable corazón de Sana. Los años que pasó convenciéndose a sí misma de que Mina nunca la amaría habían destrozado, sin darse cuenta, la confianza de Sana. Entonces, cuando se enfrentó a la confesión de Mina, el corazón de Sana quiso aceptar mientras que su cerebro se negó a creerlo, y el conflicto entre su corazón y su mente la había hecho llorar.

"¿No crees que tú y yo valemos el riesgo?" Mina le había preguntado antes, mostrando más coraje y fuerza de lo que Sana jamás creyó posible. Por unir sus corazones y ayudar a Sana a superar sus miedos, la mayor estaba más agradecida con Mina esta noche de lo que nunca podría expresar.

Sacó las manos del agua tibia del baño y las llevó contra su pecho. Podía sentir su corazón latiendo con solo pensar en Mina. Los sentimientos que tenía por la más joven eran poderosos. Era un amor que lo consumía todo y que Sana no se había permitido abrazar completamente en meses. Los sentimientos eran aún más fuertes ahora que antes, alimentados por la confesión de Mina y por darse cuenta de que ya no estaba sola con estos sentimientos.

Sana salió del baño y se secó, poniéndose la camisa de dormir y los pantalones cortos antes de buscar el objetivo de sus afectos. Encontró a Mina en la cocina preparando la comida que ella les había traído antes. Mina levantó la vista al escuchar la llegada de Sana, su rostro se iluminó con una sonrisa.

"Hey, solo estaba mirando la comida que compraste. Gracias por–"

La frase quedó inconclusa cuando Sana, con una expresión nublada por sus abrumadores sentimientos, se lanzó a los brazos de Mina. La menor captó el inesperado abrazo de Sana, tropezando ligeramente hacia atrás por la sorpresa y por la severidad con la que Sana se aferraba a ella.

"¿Oye, qué pasa?" Mina preguntó en voz baja, sus palabras amables y gentiles. Podía sentir la fragilidad de Sana e hizo todo lo posible por consolarla. "¿Estás bien, Sattang?"

"¿Se me permite amarte tanto?" preguntó Sana mientras se enterraba con avidez más profundamente en el cuello de Mina. Sus brazos rodearon los hombros de la chica más joven mientras respiraba el aroma de Mina como si fuera la última vez que volvería a abrazar a Mina tan de cerca. "Siento que quiero todo de ti para mí. Este amor te va a abrumar, ¿no es así?"

"Sana..."

"Tienes que decirme si esto es demasiado para ti, Mina-ya. Si no puedes manejar la forma en que te amo, dímelo e intentaré cambiar. Por favor, ayúdame a no lastimarte".

Mina se dio cuenta de que Sana estaba visiblemente angustiada por sus sentimientos. La chica mayor temblaba en su abrazo, y esta vez no era por el frío. Se apartó un poco de Sana, lo suficiente para poder mirarla a la cara. Pero los ojos de Sana estaban bajos, casi avergonzados por sentimientos que estaban fuera de su control.

"Sana-ya, mírame", instó Mina a la otra chica suavemente. Cuando eso no fue suficiente para cambiar la mirada de Sana, lo intentó de nuevo con un tono un poco más firme. "Mírame."

Sana alzó sus ojos por fin. Cuando finalmente se miraron, Mina sintió que se le cortó la respiración mientras miraba profundamente el corazón de Sana, un peligroso torbellino de amor y confusión que nunca antes se le había permitido ver. Fue indescriptiblemente hermoso y, sin embargo, inquietantemente desgarrador. Pero lo más importante, era una confusión que no tenía por qué existir.

Sana abrió su corazón para que Mina lo viera y esperó nerviosa a que Mina dijera que este amor ya era demasiado para ella. Pero para su sorpresa, Mina se inclinó y depositó un casto beso en sus labios.

"Espero que me creas cuando te digo que los miedos que tienes sobre amarme demasiado son los mismos miedos que he tenido siempre", murmuró Mina, frotando los hombros de Sana para tranquilizarla. "Estaba preocupada de que mis abrumadores sentimientos fueran una carga para ti, y aquí estás pensando lo mismo. Realmente somos más similares de lo que pensaba".

"Pero si sabes lo intensos que son estos sentimientos, ¿no tienes miedo de que algún día te haga daño?" preguntó Sana.

Mina arrugó la cara con ternura y negó con la cabeza. "Mi corazón no es tan frágil, Sana. Puede manejar un poco de dolor. En realidad, Mientras estabas en el baño, estaba pensando si podríamos terminar lastimándonos o no en esta relación. Y creo que no importa cuán cuidadosas seamos, alguien eventualmente saldrá lastimada, ya sea porque una o ambas seamos egoístas o desconsideradas o inexpertas o lo que sea".

Sana asintió con el ceño fruncido, decepcionada. "... ¿Entonces no deberíamos ir por este camino?"

La chica más joven sonrió y volvió a negar con la cabeza. Mina no tenía intención de renunciar a su nueva relación tan rápido.

"Nunca has salido con nadie antes que yo, ¿verdad?" le preguntó a Sana, provocando un movimiento de cabeza de la mayor. "Yo tampoco", admitió Mina para sorpresa de nadie. "¿Alguna vez has amado a alguien antes que a mí?"

Sana volvió a negar con la cabeza.

Una pequeña y humilde sonrisa apareció en los labios de Mina mientras respondía suavemente. "Lo mismo digo. ¿Y alguna vez has besado a alguien antes que a mí?"

Sana comenzó a negar con la cabeza nuevamente, pero luego pensó por un momento y se detuvo. "Uh, en realidad, mi primer beso fue Jeongyeon... El tiempo antes de que debutáramos cuando accidentalmente nos besamos durante la práctica".

Mina abrió mucho los ojos con diversión, recordando ese incómodo beso accidental entre Jeongyeon y Sana. Pero el recuerdo sin darse cuenta le hizo recordar otro beso accidental. "Oh, sí... Eso también me pasó a mí. Mi primer beso fue con Momo entonces, esa vez que juntaste nuestras cabezas cuando comíamos pepero".

"¡Oye, yo también besé a Momo por accidente!" Sana se dio cuenta. "Fue durante el K-rush cuando pasábamos chips con la boca". Las dos chicas se miraron y se rieron. "Supongo que tenemos un beso con Momo en común".

"Nayeon-unnie también me besó antes, así que besamos la misma cantidad de miembros", agregó Mina con orgullo.

"Sí, pero besé a Jeongyeon dos veces", le recordó Sana. "Tres besos para mí y solo dos para ti".

"Esto no es un concurso".

"Ninguno que ganes~" bromeó Sana descaradamente.

Mina se rió y acarició suavemente con sus dedos la mejilla de Sana, la acción envió escalofríos por la columna vertebral de Sana de la mejor manera posible. "Ahí está mi Sattang", murmuró la chica más joven con cariño, mirando a los ojos de Sana, agradecida de que la nubosidad en ellos se hubiera disipado un poco. "Lo que estoy tratando de decir es que ambas somos nuevas en esto. Ambas todavía estamos tratando de resolver las cosas, así que resolvámoslas juntas. Es por eso que incluso cuando nos lastimamos, estará bien porque vamos a trabajar juntas para hacer las cosas bien".

Antes de que Sana pudiera decir algo, Mina se inclinó y la besó de nuevo, esta vez dejando que el beso durara más para que Sana tuviera la oportunidad de corresponder correctamente.

"Te perdono por todas las pequeñas peleas y momentos dolorosos que vamos a tener mientras resolvemos esta relación", dijo Mina amablemente. "Así que no pienses demasiado en esta relación, Sana-ya. Solo sé tú misma".

Sana pudo sentir que las lágrimas de gratitud volvían a brotar de sus ojos. ¿Cuántas veces en esta relación Mina sería quien valientemente las guiaría a través de estas aguas desconocidas? ¿Cuántas veces más estaría Sana asombrada por la madurez y la compasión de Mina?

"Siempre dices las cosas correctas para hacerme sentir mejor", murmuró Sana agradecida, apoyando su frente contra la de Mina. "También te perdono por todas las cosas que podrías hacer en el futuro que me lastimaron. Haré todo lo posible para apreciarte sin tener miedo, ¿de acuerdo? Estamos juntas en esto. Es una promesa".

Se abrazaron de nuevo, abrazándose tranquilizadoramente frente a las incertidumbres del futuro, sabiendo que eran más fuertes cuando estaban juntas. Fue tan conmovedor para Sana poder decir que la persona que amaba y la persona que la amaba eran finalmente una y que Sana no pudo contener las lágrimas que caían de sus ojos.

"Y prometo dejar de ser tan llorona algún día", se rió Sana, secándose algunas lágrimas perdidas de su mejilla sobre el hombro de Mina mientras se abrazaban. Debe haber sido la tercera o la cuarta vez que lloró hoy. Pero para su sorpresa, también escuchó un sollozo de Mina.

"No te preocupes", respondió Mina con una risa llorosa. Los hombros de la chica más joven temblaron ligeramente, y Sana se aferró aún más fuerte a la chica que amaba. "Es una promesa en la que tú y yo podemos trabajar juntas".