Renacimiento
-Hiccup-
Todo está oscuro, siento mi cuerpo muy adolorido ¿Qué fue lo que me paso? ¿Estoy muerto? Solo recuerdo que hubo una tormenta y luego yo intentando ayudar a... ¡JACK! ¿Dónde estás? ¿Por qué no puedo abrir los ojos?
Quiero que sepas... Qué bien estarás
¿Una canción?
Quiera poder... Quedarme a tu lado
Jamás había escuchado una voz tan hermosa
Me gustaría tanto verte... feliz
¿De quién es esa voz?
Y disfrutar bajo el sol tu compañía sin restricción
Es una voz muy hermosa. Junte todas mis fuerzas para tratar de abrir mis ojos
Yo volveré... Ya lo veras
Los rayos del sol lastimaron un poco mis ojos pero no impidieron que observara a una bella chica de cabello rizado y grandes ojos.
Por ti vendré
La mano de aquella chica acaricio mi mejilla yo la sujete un poco pero algo pareció asustarla por lo que se alejó sin dejarme ver cual dirección tomo.
-¡Hiccup!-levante la mirada y observe a Bocón que corrió junto con Ester que atendía a Jack-¡¿Qué rayos pasa por tu cabeza?!
-A mí también me alegra verte Bocón-un dolor invadió mi cabeza-¿Dónde está?-
-¿Quién?-hasta la pregunta ofende Bocón
-La chica-tome la mano de Bocón para levantarme de la arena-Tenia la voz más hermosa que jamás hubiera escuchado-
-Creo que te afecto tomar tanta agua de mar-es probable pero se lo que vi-Es una suerte que llegáramos a Berk-Tengo arena en mis odios por lo que escuche.
-¿Estamos en Berk?-me sentí incrédulo pero al observar los alrededores observe que en efecto estábamos en Berk-Pero... ¿Cómo?-
Sentí que algo me lleno de saliva y claro era mi fiel amigo chimuelo.
-¡Chimuelo!-grite mientras que quitaba la saliva-Sabes que no se quita-
Aquel reptil subdesarrollado solo soltaba carcajadas por su acción para después ayudarme a caminar.
-Parece que te sientes mejor-acaricie la cabeza de mi amigo mientras que el respondía con ronroneos.
-¡Hiccup!-antes de que lograr audicular una palabra mi madre me abrazo con fuerza-¿Estas herido? ¿Te sientes mal?-clásica preocupación de madre.
-Tranquila estoy bien-levante mis hombros un poco adolorido
-Me alegro-no pasaron ni 5 minutos cuando recibí un golpe por parte de mi madre-Eso te enseñara a no preocupar a tu madre-
-Yo también te quiero madre-reí un poco.
Después de soportar el sermón de mi madre y padre subí a mi habitación, no estaba de humor para soportar todo eso de buscarme esposa.
-¿Quién eres?-no dejaba de pensar en la chica que vi.
-Mérida-
-¡Mérida!-aquel grito de puzie casi me deja sorda.
-No es necesario que grites-a veces puzie puede ser un poco exagerada.
-Dime que no es verdad-me sujeto de ambos brazos-Por favor Mérida-
-¿De qué me hablas?-pregunte algo incrédula.
-Dime que no te enamoraste de ese vikingo-fue en ese momento que recordé al chico de cabello castaño y ojos verdes.
-Yo...-no termine de completar la oración cuando sentí que mi corazón latía muy rápido ¿Qué me pasa?
-Por todos los mares-Rapunzel comenzaba a pasar sus manos por todo su cabello-Mérida tenemos estrictamente prohibido salvar a los humanos-odio que puzie haga eso-En especial salvarlos como lo hicimos-y yo pensé que Elsa era la desesperante.
-Tranquila puzie-si no hago algo pronto estaremos en problemas.
-Esto estuvo mal-si continua con esto tendré que pensar en un plan-Escucha no le diré nada a madre-Por eso te amo puzie-Pero no debes volver al mundo humano ¿Prometido?-levanto una de sus cejas.
-Lo prometo-levante una de mis manos mientras que con la otra cruzaba los dedos.
-Sera mejor que vayamos al palacio antes de que alguien se de cuenta que no estuvimos toda la noche-soltó un suspiro mientras yo asentía.
Una vez que llegamos al palacio entramos por la ventana pero para mí mala suerte mis hermanas estaban despiertas.
-¿Dónde estaban?-La cara de Elsa estaba totalmente roja.
-Tranquila Elsa déjalas hablar-se acercó Ana a nosotras.
Como es posible que se me olvidara inventar algo para evitar los cuestionamientos de Elsa.
-Mérida estaba con Jim-interrumpió mis pensamientos las palabras de Rapunzel.
Al principio todo quedo en un silencio incómodo para que después todas incluyendo a Puzie me abrazaran frenéticas y gritando, la expresión de Elsa se suavizo no es de su total agrado Jim pero acepta que este con el solo porque es de nuestro reino.
-¿Y tú puzie?-cuestiono Ana con una sonrisa.
-Mérida no puede estar sin supervisión y mucho menos estar tanto tiempo sola con un muchacho-en parte estoy agradecida porque Puzie me cubriera pero esto podría provocarle problemas a Jim.
-Nuestra pequeña Mérida está creciendo-se secó una lagrima falsa Ana-No me sorprendería que ustedes dos se casen pronto-aplaudía como una niña pequeña mientras movía su aleta verde sin control.
-Nada de matrimonios Ana-aquí viene la madre Elsa de nuevo-Ella no está lista para casarse con alguien que no conoce-
Desde su cama Tooth reía como loca-Que buen chiste Elsa-calmaba su risa-Todos sabemos que Mérida y Jim se conocen desde pequeños-
-Eso es verdad-apareció Riley moviendo su alta naranja-Parece que estas sufriendo pérdida de memoria querida hermanita-
-No me sorprendería de Elsa-Astrid empujo un poco a Elsa con su cadera-No tiene nada de malo que Mérida se interese por un muchacho-
-Ya les dije que Jim y yo solo somos amigos-solté un gran suspiro de cansancio.
-Lo que digas-respondieron todas en coro.
-¿Mérida?-se asomó Jim desde la ventana.
-¡JIM!-grite y nade rápidamente hasta él.
-Jim sabes que te apreciamos y todo-no ahora Elsa-pero debes darle su espacio a Mérida-
Rapunzel y yo nos quedamos heladas, Jim no es conciente de la mentira que dijo Puzie pero al ver mi cara logro entender el mensaje.
-Lo siento-coloco una de sus manos en su nuca-Es solo que necesito hablar con Mérida a sola-le guiño un ojo a Rapunzel y ella asintió.
-Acabo de recordar que nuestra madre nos busca-comenzó a empujar a todas fuera de la habitación-En especial a ti Elsa-
-Pero yo no recuerdo que nuestra mandara nos mandara llamar-puzie se dio un pequeño golpe en la frente terminando de empujarla fuera de la habitación.
Una vez que todos salieron ambos soltamos un suspiro gigante.
-¿Qué se traen la rubia y tú ahora?-levanto una de sus cejas Jim.
-Es una larga historia-espero haber ocultado mis nervios-Nada de qué preocuparse-
-Mérida sabes que puedes contarme lo que sea ¿verdad?-tomo una de mis manos.
-Si pero no aquí-tome la mano de Jim para alejarnos del palacio.
Nadamos hasta una distancia prudente y fuera de vista de los guardias y mis hermanas.
-¿Me contaras entonces?-cruzo sus brazos en espera de una respuesta.
-Pues...digamos que...-estaba jugando con mis manos-salve a un humano-sonreí ligeramente.
-¡¿QUE TU QUE?!-grito con asombro.
Le cubrí la boca esperando a que se tranquilizara-¡Quieres callarte!-creo que fue mala idea contarle.
Quito mis manos de su boca-Mérida conoces las leyes-y aquí vamos otra vez-Sabes que no podemos involucrarnos con los humanos-
-Lo sé pero no podía dejarlos morir-en especial a ese chico castaño-tenia las posibilidades de ayudarlos-
-Lo se Mér pero no es correcto combinar el mundo marino con el humano-suena igual que mi madre.
-¿Por qué debemos odiarlos? ¿Por qué simplemente no llevarnos bien con ellos?-me abrace para darme un poco de fuerza.
-¿De qué hablas? No odiamos a los humanos solo no nos acercamos a ellos-creo que la regué-A los únicos que odiamos son a los vikin....-si la regué-¡Salvaste a un vikingo!-
-No podía dejarlo morir Jim-proteste-Él no ha cometido ningún crimen-
-¡Claro que lo ha hecho!-levanto sus brazos con furia-El y toda su gente lo han hecho-
-¿Cómo puedes saberlo?-comenzaba a enojarme.
-¡Por su culpa perdimos al Rey Fergus!-sus palabras me hicieron temblar.
-¿A qué te refieres?-baje la mirada mientras cerraba mis manos en forma de puños.
-Es complicado-desvió la mirada apenado.
-Quiero saberlo-no podía mirar fijamente a Jim esto me tomo por sorpresa.
-Me arrepentiré de esto-cubrió su cara con una mano-Toma asiento-hice lo que me indico-Todo comenzó...-
-Jim-
-Fijemos curso hacia el puerto de Londres-grite desde la proa.
-¡Enseguida capitán!-grito mi buen amigo Silver.
Conseguimos un gran cargamento de diamantes del nuevo mundo, además de que habíamos hecho una tregua con los residentes de ese lugar gracias a mi buen amigo y maestro John Smith, este será mi último cargamento del año para después pasar las fiestas con mi madre.
-¿Estas ansioso por regresar?-Silver coloco su mano en mi hombro.
-Siempre es agradable regresar a casa viejo amigo-sonreí mientras observaba el horizonte.
-¿Cómo es que un mocoso como tu creció tan rápido?-soltó una risa-Parece que fue ayer cuando nos conocimos y eras un mocoso insolente ¡Mírate!-me observo con orgullo-Un día eres un mocoso busca problemas y al día siguiente eres el capitán de tu propia nave-
-¿No será que tú te estas volviendo muy viejo?-ambos reímos a carcajadas.
-Muchacho sigues teniendo el mismo espíritu indomable-seco una lágrima que salió de ojo.
Nunca tuve un padre, no tuve una figurar a la cual seguir pero en poco tiempo Silver se convirtió en esa figura convirtiéndome en lo que soy ahora, siendo el orgullo de mi madre y un hombre que corrigió su camino.
-A tu puesto compañero Silver-sonreí mientras el entraba a la cocina.
Siempre sentí que yo no encajaba en ninguna parte, amaba el océano. Era el único lugar donde me sentía libre, es un segundo hogar para mí al llevarme a nuevos rumbos y poniendo a grandes personas como Silver en mí camino.
-El Rey Tritón está de buen humor-Silver ayudaba a parte de la tripulación a extender una de las velas.
-¿El soberano de los océanos?-levante una ceja con una sonrisa-Pues espero que siga de buen humor, con estos viento llegaremos pronto a Londres-
-Entonces reza porque la reina Elinor escuche tu petición-anudo una soga al mástil.
-¿La reina Elinor?-estaba sorprendido por ese nombre.
-La soberana de las aguas de Escocia Jimbo-sonrió al ver mi interés-Tenemos que pasar por sus territorios antes de llegar a nuestro destino-Ella es la hermana menor del Rey Tritón señora de las aguas de Inglaterra-
-Pues manos a la obra caballeros-
Habrá pasado 2 días quizás, era de noche y estaba haciendo mi guardia hasta que sentí una mano en mi hombro.
-Es mi turno muchacho-soltó un bostezo.
Silver ya no era el hombre que conocí en mis tiempos de rebeldía, pasó de ser un pirata gordo y fanfarrón a uno de una edad más avanzada pero ahora siendo mi mano derecha.
-Aun puedo un poco más-quería que Silver descansara ya que a su edad no le será tan fácil.
-A veces me pregunto cómo tu madre tolera tu terquedad-masajeo su sien mientras yo reía.
-La costumbre viejo amigo-me levante y tome una manzana de uno de los barriles-Te hare compañía un rato-
-Aun no lo entiendo ¿cómo es que la capitana acepto tu solicitud para ser parte de tu tripulación?-liberaba una pequeña sonrisa mientras yo tomaba el timón.
-Con muchos esfuerzos viejo amigo-reí al recordar el día que solicite que Silver fuera mi mano derecha en mis viajes-Te debo eso y más amigo mio-
-Jimbo tu no me debes nada-levanto sus hombros-Soy yo el que debe agradecerte por esta nueva oportunidad-
-Lo sé, pero no hubiera sido posible si tu no hubieras corregido mi camino-él había hecho lo que mi padre nunca hizo y eso era ser un padre-Cuando lleguemos me gustaría que vivieras con mi madre y conmigo-logre ver la expresión de sorpresa de Silver.
-No creo que eso sea correcto Jimbo-coloco una de sus manos detrás de sus nuca.
-Escucha-coloque una de mis manos en su hombro-Tu eres parte de mi familia ahora y si hay algo que me prometí es jamás dejar a alguien de mi familia, en especial a mi padre-
-Muchacho-Silver me abrazo con fuerzas y yo solté por un momento el timón.
La noche era estrellada al igual que el océano reflejaba como un espejo el cielo nocturno, las aguas eran tranquilas pero todo eso cambio.
Un gran golpe sacudió al barco haciendo que nos separamos Silver y yo, varios hombres comenzaron a invadir mi nave.
-¡Invasores!-grito Silver-¡Todos a sus puestos!-corrió por todas partes mientras tomaba su espada.
Todos tomamos nuestras armas mientras comenzaba la pelea, el viento comenzó a soplar con fuerza estaba desviando nuestro rumbo. Deje el mando para unirme a la lucha con mis camaradas, las espadas chocaban una y otra vez mientras que las armas escupían fuego dejando un rastro de humo.
-¡Ataquen!-grito un hombre desde las sombras.
El barco cada vez se encontraba repleto de los invasores mientras que parte de mi tripulación caían sus cuerpos sin vida. Cuando una de las espadas estaba por atravesarme salió otra evitando el impacto.
-Parece que necesitas una mano muchacho-sonrió Silver haciendo que retrocediera.
-Me vendría de maravilla-reí para después de una patada tirar al mi rival.
Nuestras espadas chocaban una con la otras pero sin darnos cuenta estábamos rodeados por el enemigo.
-Unidos lucharemos-sonreí.
-Unidos caeremos-termino la frase Silver con una sonrisa.
Los golpes y las espadas chocaban una tras otra, ambos nos cuidábamos la espalda debo agradecerle a mi buen amigo Simbad por las lecciones.
-¡Alto!-grito un hombre desde las sombras.
-Señor-dos hombres nos golpearon en la primera oportunidad que tuvieron.
-Pero que tenemos aquí-sonreía un hombre de larga cabellera negra y con vestimentas extrañas-parece que al fin tenemos lo que necesitamos gracias a la contribución de estos caballeros-tomo mi barbilla para mirarlo pero lo único que hice fue escupirle en la cara-Y yo que pensaba que los ingleses eran más... civilizados-sonrió malignamente para darme un golpe con su lanza.
Levante mi mirada para observar la cara de preocupación de Silver, se acercó para que nadie pudiera escucharlo-Jimbo en cuanto te diga ahora, deberás correr a un bote y salvarte-mis ojos se abrieron como dos platos.
-No te dejare aquí-mi furia estaba saliéndose de control.
Silver golpeo a su captor para después tomar su espada, con ella atravesó al hombre que me tenía preso. Los hombres de mi tripulación imitaron la acción de Silver para iniciar una vez más la pelea pero en el momento que iba a tomar mi espada algunos de mis hombres me alejaron del lugar.
-Siempre serás mi mayor orgullo hijo-Silver me observo por última vez para regresar a la pelea.
Intente correr en su dirección para ayudarlo pero en el momento que me subieron al bote observe todo, como aquel hombre atravesaba con su espada a mi amigo, a mi padre dejando su cuerpo sin vida en el suelo.
Uno de mis hombres corto la cuerda con su espada dejándonos caer en el agua, sin embargo algo nos atacó un animal salvaje que incendio todo a su paso atacando a todo hombre en el barco. Tras varios golpes caí inconsciente.
Al despertar me encontraba sujetado a una tabla mientras flotaba, mis parpados estaban cansados y gran parte de mi espalda tenía heridas y quemaduras, sentí como algo me indicaba que iba a morir. Todo estaba perdido pero note como algo se acercaba a mi pensé que era algún tiburón dispuesto a comer lo que quedaba de mi cuerpo, pero al emerger vi que se trataba de una mujer de cabello largo y castaño.
-¿Cómo te llamas pequeño?-me pregunto con una voz tierna ¿Es un ángel lo que veo? ¿Estoy muerto?
-Jim-respondí con dificultad-Jim Hawkins-Por favor... solo mátame-suplicaba tratando de aguantar mis lágrimas.
-¿Por qué haría algo así?-pregunto la mujer.
-Me han quitado todo-una lagrima escapo de mi ojo-Mataron a mi padre y ahora estoy casi a nada de morir-solo deseaba morir y ahorrarle los sufrimientos a mi madre-Te lo suplico-
Aquella mujer estaba horrorizaba por mis palabras pero a su vez me regalo una mirada maternal.
-Yo cuidare de ti-sonrió para después abrazarme.
Perdí en conocimiento pero sentí como una gran cantidad de agua invadía mis pulmones, era el fin estaba seguro de ello. Una vez más abrí los ojos pero esta vez era algo diferente, mis manos eran pequeñas y no podía salir alguna palabra de mi boca.
-Tranquilo mi pequeño-dijo aquella mujer-ya no tendrás que sufrir nunca más-
Había vuelto a nacer, pero esta vez como parte del reino marino, la reina Elinor me brindo una familia que estaba dispuesta a cuidar de mí.
-¿Y qué paso después?-pregunto Mérida con curiosidad.
-A los pocos meses naciste tú-libere una pequeña sonrisa-pero si hay algo que jamás olvidare es ese estandarte vikingo-cerré un puño al revivir la imagen de Silver sin vida-
-¿Y eso que tiene que ver con mi padre?-se acercó temerosa.
-No soy la persona indicada para decírtelo-desvié mi mirada.
-Lo prometiste-me observo con enojo.
-Lo se pero la indicada para decírtelo es la reina Elinor-por más que quisiera decirle a Mérida la verdad yo no era la persona indicada.
No me maten D:
Era justo que le diera un poco de tiempo a Jim en la historia por cierto ¿Qué les parecio?
No se preocupen seguira todo siendo Mericcup, espero que hayan pasado unas buenas fiestas no se preocupen publicare más seguido antes de año nuevo los amo mil y una disculpa por no publicar antes.
Los amo!!!!
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