Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13


24 de diciembre de 2019.

Veo luces donde antes no había, colores intensos que han recuperado su brillo y reflejos que vuelven a mostrar la verdad. La única verdad que siempre he visto y la que por un breve período de tiempo se ha visto afectada. Pero ahí está, vuelve para calcar mis movimientos y relucir la sonrisa que muestro en señal de agradecimiento, porque aún no sé cómo ha sucedido, qué hice o qué tuve que dar a cambio para que se cumpliera mi deseo, pero está bien, no necesito más. Estoy feliz por ver mi altura devuelta, por tener la longitud de brazos y piernas acorde a mi edad y la voz más varonil.

Vuelvo a ser yo.

— JungKook, trae las luces, ¿quieres? —asiento ante el reflejo de Jimin y retiro las luces de Navidad que he colocado sobre mis hombros. Las desenchufo antes de volver junto a él que se está encargando de montar el árbol que minutos antes hemos sacado del fondo de su armario— ¿Funcionan todas?

— Sí.

— Genial, no habrá que comprar más.

— ¿Puedo comenzar con los adornos? —pregunto emocionado al ver todo lo que encuentro en el interior de la caja.

— Sólo dame un minuto —termina por colocar las ramas y entonces me sonríe en señal.

Mientras él comienza por colocar las luces, yo voy colocando adornos allí donde tengo permiso. Voy tan rápido que no puede evitar reír pidiéndome que vaya más lento pero estoy tan emocionado por pasar una Navidad con Jimin que quiero ver cómo queda todo colocado, porque incluso el salón ha sido adornado y sólo nos falta la parte más fundamental. El árbol de Navidad.

— Tu madre y amigo acaban de llegar —me detengo ante sus palabras y lo miro confuso. Por un momento miro a mi alrededor, pensando si he ignorado alguna que otra persona por estar tan eufórico con la decoración, pero aquí sólo estamos él y yo.

Y la puerta suena.

Sorprendido, alzo la cabeza en dirección a la misma, algo sobrecogido porque no espero una llamada tan repentina pero quizá Jimin fue avisado de que llegarían en nada. Cuando me apuro para abrir la puerta, ahí está mi mejor amigo y mi madre, con unos regalos entre sus manos y pidiendo permiso para entrar. En cuanto cruzan el pequeño salón, Jimin se incorpora para saludarlos y les pide que dejen los regalos sobre la mesa de centro para así ayudarnos a terminar con el árbol.

Por muy raro que parezca, el ver a mi madre y mejor amigo adornando un árbol que pertenece a una persona que conocemos desde hace poco, es divertido. Tanto Jimin como TaeHyung parecen llevarse bien y tienen temas de conversación en los cuales parecen estar de acuerdo, por otra parte, mi madre se siente como en casa; con confianza y encargándose de la cena a petición propia. Si debo echar en falta una persona, es mi hermana, que desconozco dónde está y que cuando pregunto por ella solo recibo una sonrisa. ¡Incluso ChanYeol no está! Estamos en la cual también es su casa pero el chico no parece tener en mente regresar a su casa y pasar la Navidad con su hermano.

¿No es extraño?

— ¡La cena está lista!

— ¿Qué tal si abrimos los regalos mientras cenamos? —idea TaeTae que ya está sentado frente a una mesa en donde antes estaba la de centro.

— Buena idea —lo apoya Jimin levantándose de mi lado y yendo hasta los otros dos que, rápidamente y sorprendentemente, ya se encuentran sentados y con los regalos sobre la mesa.

— ¡Vamos, JungKook, siéntate! —decido obedecer las palabras de mi madre y sentarme junto a ella y Jimin, momento que me doy cuenta de qué vamos a cenar.

— ¿Galletas? —pregunto incrédulo.

— Creí que te encantaban —brinco cuando siento el aliento de alguien justo a mi lado.

— ¿Hyung? —Jin se incorpora con una sonrisa y se pasea alrededor de la mesa con una bandeja llena de galletas, dejando puñados de ellas sobre los platos de todos.

— Toma, abre primero mi regalo —TaeHyung extiende sus brazos con el regalo entre sus manos a la espera de que lo acepte. Cuando lo agarro y lo abro, veo una camiseta de talla pequeña de Iron Man dentro—. ¡¿Te gusta?!

— Es la camiseta de Iron Man que me regalaste cuando éramos pequeños —le digo y chista riéndose por la aparente locura de lo que digo.

— El mío es mejor, cariño —giro hacia el lado donde se encuentra mi madre y extiende su mano vacía—. Dame tu mano —titubeo cuando dejo mi mano sobre su palma—. Ahora cierra los ojos —pero me niego—. Oh, cariño, no tengo un papel de regalo como los demás, por eso, si cierras tus ojos será una mayor sorpresa.

— Vale, vale —acepto aunque con desconfianza, mirando a todos un segundo antes de cerrar los ojos y esperar por el regalo que dejará sobre mi mano. No obstante, en el mismo instante que siento algo sobre mi palma, grito y aparto la mano con tanta rapidez que el dolor se intensifica—. ¡¿Pero qué haces?! —miro mi palma con un corte en diagonal y la sangre brotando de la misma. Mi madre, que parece confusa, se encoge de hombros y suelta la tijera que usó para, seguidamente, comenzar a comer una de las galletas sobre su plato.

— Pensé que te gustaría.

— ¡Me has hecho daño! —miro una vez más la herida y me quejo por el escozor.

— ¿No era lo que querías? —olvidando por un momento el corte, giro mi cabeza al lado contrario— Mi regalo es el mejor —dice Jimin con una leve sonrisa y lo veo levantarse para coger un lazo negro del suelo—. Ven, te daré mi regalo —esta vez niego con miedo, tropezando cuando quiero levantarme rápido de la silla pero siendo sostenido por mi mejor amigo que, para mi sorpresa, ha sido demasiado rápido en llegar a mí.

— Su regalo es el mejor —musita a mi espalda y pasa sus brazos alrededor de mi pecho para inmovilizarme.

— TaeTae, ¿qué haces? Suéltame —forcejeo mientras veo a Jimin caminar hacia mí con ese lazo en la mano—. ¡Suéltame! —pero mis gritos tampoco consiguen nada y Jimin acaba por atar el lazo en mi muñeca.

— ¿Eres feliz? —pregunta cuando se acerca a mi rostro— ¿No es el mejor regalo? —cuando se separa, percibo algo justo a mi lado. Ese algo es ChanYeol que está con la mirada perdida y sin apenas pestañear, su muñeca también está atada por un lazo pero el suyo es de color rojo, uniéndose con el mío por el extremo.

— ¿Q-qué está pasando? —comienzo a llorar al no comprender nada, ni sus actitudes ni el sentido de lo que me rodea. Ellos no parecen las personas que conozco.

— Ahora —Jimin vuelve a hablar, mirando sus manos por un momento y luego dejándolas caer a sus costados—, ¿cuál es nuestro regalo?

— ¿Qué?

— ¡Sí, yo también quiero ver mi regalo! —exclama TaeHyung aún sujetándome.

— Espero que el mío valga la pena —añade mi madre aún sentada y devorando las galletas una tras otra.

— No-no sé de qué habláis.

— Oh —la leve sonrisa en Jimin desaparece, así como sus facciones suaves—, ¿no hay regalos para nosotros? Eso es realmente cruel, Jeon JungKook. Creí que nos querías, te dimos lo que más ansiabas porque te queremos pero... —suspira dejando caer sus hombros— ¿tan poco aprecio nos tienes que ni siquiera pensaste en nosotros?

— No es así —niego cuando miro el rostro de todos, cada vez más tristes y cabizbajos.

— Tenía tantas esperanzas en ti —oigo a mi madre pero cuando la busco en aquella silla, ya no está, las galletas y sus migajas siguen ahí, pero ella se ha esfumado.

— Creí que siempre nos cuidaríamos el uno al otro —mi cuerpo se siente liberado de pronto tras esas palabras, momento en el cual puedo girarme pero TaeHyung ya no está.

— La primera vez que te vi no pude evitar sentirme asustado. Ver a un niño tan pequeño en aquellas condiciones alertaron todos mis sentidos y un sentimiento protector se avivó en mí —limpio un par de lágrimas de mis mejillas y me giro hacia Jimin, el único que sigue ahí aunque incluso el fondo haya desaparecido—. Quise ayudarte aunque eso pudiera traerme problemas, porque —suelta una pequeña risa— te veías tan pequeño y desconfiado. Tus ojos no dejaban de pedir ayuda y yo no pude mirar hacia otro lado —su mano busca la mía, justo la que sigue atada a ese lazo y ante ese gesto noto que su muñeca también está atada. ChanYeol ha desaparecido junto a los demás y el lazo que minutos antes estaba en su muñeca ahora está en la de Jimin—. Pensé que...  que querías mi ayuda. Por eso te la di, pero en realidad solo quieres perdernos de vista —gira su cabeza a un lado, evitando mirarme a los ojos.

— No, no, no, no —niego reiteradas veces con mi cabeza—. Eso no es verdad.

— Quizá lo mejor sea que —sin saber cómo, una tijera ha aparecido en la otra mano de Jimin— te deje solo —y el lazo es cortado por la tijera.

— ¡No! —intento tomar el extremo cortado pero se escapa entre mis dedos— ¡Quiero tu ayuda! —grito cuando lo miro, pero horrorizado cuando su rostro comienza a deformarse y a derretirse— ¡No, no, espera! —intento tocarlo y sujetarme de algo que sea sólido, pero lo que antes era palpable ahora no es más que líquido. Colores mezclándose unos con otros hasta llegar al suelo y acabar de un tono uniforme— ¿Jimin? —me arrodillo ante lo que antes era Jimin y que ahora no es más que mi reflejo, ese que en un principio me hizo tan feliz—. Jimin, por favor —me tumbo sobre el charco mientras mis lágrimas caen, con el peso de la culpa sobre mi espalda y la soledad bajo mío.

Quiero tu ayuda.

Quiero agradecerte todo lo que haces por mí.

— JungKook.

Me gusta estar contigo.

Me haces reír.

Aún no sé todo de ti, pero quiero saber más.

— ¿JungKook?

No desaparezcas, por favor.

No me abandonéis.

— ¡JungKook!

El suelo desaparece de repente y el aire en mis pulmones se va con ello. Cuando vuelvo a abrir los ojos lo primero que veo es una cortina de color gris y lo segundo gotas de sudor que caen sobre mi pantalón. Mi boca está seca pero no puedo cerrarla o humedecer mis labios igual de secos porque entonces me faltaría tiempo para seguir recuperando el oxígeno.

— ¿Kookie? —una mano se posa en mi espalda antes de girarme hacia la persona que no deja de verme preocupado. Él se angustia incluso más cuando ve lágrimas correr por mis mejillas y mis labios balbucear palabras que no llega a entender pero que no son tan importantes cuando lo único que necesito en este momento es un abrazo— Ey, tranquilo, seguro has tenido una pesadilla —susurra cerca de mi oído y me abraza con la misma intensidad que yo lo hago.

Una pesadilla.

Así lo ha llamado él cuando ni siquiera sabe lo que he visto; lo que he sentido ante esas caras conocidas pero, aparentemente, corruptas por mi subconsciente. Ha sido como ponerle rostro a la culpa, reflejo a mi deseo más ferviente y color a la mentira. Si hay una palabra para describir lo que he sentido, desearía no poder conocerla; no quiero volver a recordar algo así. Sin embargo, querer y hacer no son el mismo verbo y por ahora no encuentro la forma de intercambiarlos en mi frase.

— Jin hyung me ha dicho que va a hacer muchas galletas para esta noche —musita aun cerca mío y me separo cuando escucho la palabra galleta salir de su boca.

— No quiero galletas —niego recordando cómo la mesa en mi sueño estaba repleta de ellas—. Iré a darme una ducha —me escapo de sus brazos y entro en la habitación para coger una muda limpia.

— JungKook —me llama antes de que me meta al baño—, ¿seguro que estás bien? —asiento con simpleza y entonces entro.


6 horas para Navidad.

Tras una hora empleada para montar el árbol de Navidad y otra más para que ChanYeol decore el salón, los tres nos sentamos en el sofá como si hubiéramos llegado de correr una maratón, y es que no fue fácil sacar esa caja del fondo del armario. Jamás hubiera imaginado que el armario de Jimin estuviera tan concurrido de objetos pero finalmente lo conseguimos. Quitamos el polvo a cada cosa que sacábamos de la caja y nos rompimos los sesos dando consejos al mayor porque se había propuesto decorar él pero tenía unas ocurrencias muy extrañas y al final tanto Jimin como yo lo dirigimos un poco. ¡Y aunque fue algo cansado, al fin pudimos acabar!

Y ahora, teniendo un momento de respiro, pienso en todo lo que ha pasado dentro de estas paredes. Llevo aquí casi dos meses y poco me falta para sentir que estoy en mi hogar, con dos personas que he ido conociendo día tras día y que lo desconocido ha ido quedando atrás. Sin embargo, lo que parece ahora ser desconocido es mi propia casa, donde viven mi madre y mi hermana y que hasta hace semanas yo también dormía bajo el mismo techo.

Sin noticias nuevas, sin información aparente más de lo que ya sabemos o intuimos. Ningún cambio en apariencia física pero demasiados dentro de mi cabeza. Aún me pregunto cómo en este tiempo no he acabado volviéndome loco cuando en un principio se preveía que sería cosa de unos días, me lo pregunto porque dos meses es demasiado tiempo y las esperanzas no dejan de morir a medida que pasan los días. No puedo decir que he desistido, que me he rendido porque aún sigo en la búsqueda de la solución, pero no puedo asegurar cuánto tiempo más aguantaré.

Empiezo a sentirme agotado.

— Ten, prueba esto —Jimin deja una cuchara frente a mí con lo que parece ser una salsa de un color arena.

— ¿Qué es? 

— Estoy experimentando un poco —ríe y acepto la cucharada.

— ¡Hm, está rico!

— Es salsa de almendras, y es la primera vez que la hago.

— No está nada mal —sonriente ante mis palabras, Jimin vuelve a la cocina donde hace unos pocos minutos ha comenzado a preparar la cena de esta noche.

— ¿Te gustan los juegos de mesa? —ChanYeol deja su móvil sobre la mesa y gira un poco su cuerpo hacia mí, echando un ligero vistazo antes a Jimin que sigue con su labor— Jimin y yo solíamos jugar a muchos juegos de mesa en la noche de Navidad.

— Sí, me gustan —le sonrío levemente.

— Bien, entonces luego sacaré unos cuantos —asiento sin decir nada y bajo la mirada mientras juego con la cremallera de mi sudadera. Aún me es complicado mantener una conversación con él—. ¿Tu mamá vendrá a verte? —mis dedos se congelan y me pregunto si la mejor contestación sería una mentira o dejarlo en la duda, pero finalmente, ante mi silencio, él continúa hablando— Hacía tiempo que no veía a Jimin así. Con ganas de buscar cosas para hacer e ideando salidas para pasar un día divertido. Incluso está experimentando con la cocina —lo oigo reír—. Me gusta verlo así. Y... sé que es gracias a ti —me atrevo a alzar la mirada y verlo aún con una leve sonrisa—. Estoy seguro de que echas de menos a tu madre, que este cambio en tu vida no ha sido fácil pero... lo tienes a él. Jimin te quiere —acaricia mi cabeza con cariño y luego la aparta para dejarla sobre el respaldo del sofá—. ¿Entiendes lo que digo?

— Sí —respondo al mismo tiempo que asiento, para dejarle claro que he comprendido sus palabras y entendiendo que sólo quiere asegurarse pues no son palabras fáciles para un crío.

— Bien —lo veo levantarse—. ¿Me ayudas a recoger un poco?

Apenas tardamos media hora en tener todo recogido, con las cajas vueltas al armario y los adornos rotos tirados a la basura. Por eso, cuando hemos acabado y él decide buscar esos juegos de mesas de los que me habla, me acerco a la cocina para ver cómo le va a Jimin. Este sigue mirando recetas desde su móvil y comprobando que tiene los ingredientes para hacerlo, cuando ve que le falta alguno, bufa y decide buscar otra receta.

— ¿Te ayudo? —pregunto y me impulso para sentarme en el único hueco de la encimera libre.

— Oh, no, no quiero que te cortes o llegues a quemarte —vuelco los ojos ante su exageración y su clara forma de decirme no porque ChanYeol está en el apartamento.

— Por fi —hago pucheros para ablandarlo.

— No es no, Kookie —se detiene de cortar el pimiento rojo y me señala con el cuchillo en la mano.

— Uh, ¿debería de llamar a la policía? Me siento amenazado —finjo estar aterrado y rápidamente él suelta el cuchillo sobre la tabla de cortar.

— ¡¿Amenazado?! ¡Estoy cortando vegetales!

— ¡No puedes apuntar a un niño con un cuchillo! —frunzo el ceño y niego ante su pequeña reacción.

— ¡Bien, pues te apuntaré con el dedo! —rápidamente golpea mi frente con la punta de su dedo y me quejo, más por sorpresa que por un leve dolor— ¿Mejor así?

— Eres cruel —inflo mis mejillas y goleo con mi mano su dedo aún apuntándome. Su reacción vuelve a ser exagerada mientras pone su mano golpeada contra su pecho.

— No debiste hacer eso —con un gesto rápido, atrapa ambas de mis manos entre una de las suyas y con la libre comienza a pinchar con su índice por todo mi cuerpo.

— ¡No, para, para! —río cuando pincha en mis costados y me quejo cuando lo hace en mi frente o mejillas— ¡Por favor, para! —dejo caer mi cuerpo hacia adelante para que se le haga más complicado seguir pinchándome y continuar sacudiéndome para liberarme, pero él aprovecha mi acción para soltar mis manos y rodearme con sus brazos para hacerme cosquillas— ¡No, eso si que no! —carcajeo sin control y golpeo sus brazos para que se detenga— ¡Me haré pis encima! —grito aplicando más fuerza en mis manos pero no veo mi libertad hasta que Jimin guarda silencio y detiene sus manos. Es ahí cuando respiro hondo y me enderezo para verlo al rostro, girado y algo serio. ChanYeol está bajo el marco de la entrada con algo entre sus manos pero una cálida sonrisa adornando su rostro.

— Encontré nuestro juego favorito —agita la caja y Jimin sonríe un poco.

— Genial —es lo único que dice antes de separarse de mí y volver agarrar el cuchillo para seguir cortando. Su hermano vuelve al salón y es el momento de preguntarme si eso ha sido algo raro o no.

— ¿Todo bien? —me atrevo a preguntar mientras recoloco mis prendas.

— Ajá —asiente con simpleza.

— ¿Seguro?

— Claro —me mira por un momento y se encoge de hombros—. ¿Por qué lo preguntas?

— Tu reacción ha sido...

— Ese juego me trae recuerdos —no añade nada más y continúa con su labor.

— Vale —desisto y me bajo de la encimera de un salto—. ¿Puedo ir a casa de hyung?

— ¿Para?

— Quiero ver qué hace de cenar.

— Está bien pero no tardes en volver.

Lo dejo estar al no sentirme satisfecho con esa respuesta, pues prefiero no presionarlo y cruzar el rellano para visitar a Jin hyung y así entretenerme un poco con lo que queda hasta la cena. Él parece estar tan ocupado como Jimin pero al menos me deja ayudarlo un poco y YoonGi hyung se queda con nosotros mientras saca temas de conversación en los cuales puedo incluirme porque en su mayoría son sobre música, comida y viajes, y me es fácil responder con gustos aunque no con experiencias. Pero incluso cuando quiero ir un poco más lejos, ellos parecen tomarse a diversión e interés mis respuestas elaboradas y no sorprenderse como lo hace ChanYeol o lo hacía Jimin en un principio.

Durante este tiempo he conocido mejor a la pareja y definitivamente me encantan. Incluso YoonGi que en un principio parecía demasiado serio he llegado a conocerlo mejor y es tan divertido como Jin. Además, me gusta escucharlo, parece un chico que tiene respuestas para todo y es sumamente interesante su forma de pensar.

Ojalá pudiera tener una conversación adulta con él. Sería interesante.

Haciendo caso omiso a la petición de Jimin, no vuelvo a casa hasta que lo hacen Jin y YoonGi, preparados con sus bandejas de comidas y entrando en casa de los Park para dejar todo en la cocina. En cuanto Jimin me ve me echa una mirada de advertencia pero la ignoro porque YoonGi me pide ayuda para trasladar la mesa de su casa a la de Jimin –ya que los Park no tienen una mesa decente en la que podamos cenar–. Cuando todo está preparado, ayudo a Jin a adornar la mesa y ChanYeol en compañía de Jimin trae la comida.

Mi primera vez pasando la Navidad en una casa que no es mía y con personas que no son mi familia, pero no está tan mal, no es tan horrible como imaginé y por eso decido disfrutar y no pensar demasiado en mi familia.

Los chistes de Jin son el gran descubrimiento de la noche, o al menos, para mí que incluso provoca que casi me ahogue con un trozo de carne. Pensé que no volvería a escuchar chistes de abuelos desde que murieron los míos, pero ahí está Jin, sacando uno detrás de otro y provocándonos, tanto a Jimin como a mí, carcajadas que incluso los que parecen más cansados de esos chistes acaban por reír contagiados por nosotros.

— ¡Otro, por favor! —pido a Jin pero el resto niegan cansados.

— ¿Qué tal si abrimos los regalos? —mi sonrisa desaparece por un momento cuando escucho esa pregunta venir de Jimin y ser apoyada por el resto.

— ¡Primero los míos! —exclama Jin que alza una bolsa de papel que estaba cerca de su silla y pronto saca regalos para todos.

Todos quedan agradecidos con los regalos que ha repartido Jin, incluso yo que he recibido un juguete de Iron Man y que miro de reojo a Jimin para verificar si este regalo ha tenido que ver con él, niego sonriente cuando acierto porque incluso el regalo que me entrega YoonGi es otro superhéroe de Marvel. Agradecido aunque no vaya a usarlos para jugar, lo valoro porque siento que ha sido un gesto realmente tierno y arropo ambas figuras contra mi pecho aún agradecido.

El regalo de ChanYeol son dos boletos de avión a Busan y que le pide a su hermano que vaya conmigo para enseñarme la ciudad donde ambos crecieron, un detalle que no sólo veo con dulzura sino que me sorprendo al descubrir que tanto Jimin y ChanYeol como mis padres, son de la misma ciudad.

Y ahora, nervioso por ver lo que me ha regalado Jimin, espero con ansias cómo reparte a cada uno de los allí presentes pero deja el último sobre la mesa y frente a él. Sus amigos y hermano están sorprendidos por los regalos, tanto que se levantan para abrazarlo y agradecerles el gran detalle.

— El tuyo te lo daré más tarde —dice y me siento algo avergonzado por el hecho de que todos se hayan quedado mirando y rápidamente bromeen sobre qué será. Pero al parecer me tocará esperar.


1 hora para Navidad.

Suena la puerta cuando Jimin avisa de que será una sorpresa para mí. Por un momento ese detalle vuelve a recordarme algo y por eso tardo en reaccionar pero Jimin me empuja con diversión para que vaya a abrir. Lo primero que veo cuando la abro es una radiante y bella sonrisa que se extiende más, si es posible, y salta sobre mí entre gritos. SoYeon no deja de soltar palabras inacabadas por los nervios y la felicidad por volver a verme, incluso sus gritos comienzan a perforarme el oído pero poco me importa cuando estoy tan feliz como ella por volverla a ver. Poco después ataca TaeHyung, que no espera a que mi hermana se haya apartado para que él también se una en el abrazo y estrelle su mejilla contra la mía. Y al menos, mi madre se contiene en hacer lo mismo. Aunque sus abrazos suelen ser muy delicados, me transmiten el mismo sentimiento.

— ¿Por qué no me dijiste que vendrían? —pregunto a Jimin que se ha quedado mirando la escena con una linda sonrisa.

— Era una sorpresa.

— Jimin nos avisó hace unos días —dice mi madre cuando va hacia Jimin y le saluda con una gran sonrisa—. ¿Qué tal la cena?

— Genial, creo que JungKook se ha divertido demasiado con los chistes de mi amigo —ríe al verme asentir completamente de acuerdo—. Después de que repartiéramos los regalos mis amigos se marcharon para visitar a la familia y mi hermano salió con los amigos.

— Oh, eso suena bien —mamá parece más tranquila escuchando algo que esperaba oír porque seguramente estaría preocupada por mí, por cómo estaría pasando mi primera Navidad sin ellos—. Si tienes algo que hacer o quieres salir un rato, puedes hacerlo. Nosotros podemos quedarnos con JungKook.

— No es necesario, de verdad —Jimin niega—. Estoy bien así.

— ¿Seguro?

— Seguro.

— Bueno —mi madre suspira no sintiéndose muy bien al no saber si Jimin está mintiendo o no, supongo que piensa que lo justo sería que él pudiera disfrutar de la festividad como siempre ha hecho, sin tener que estar pendiente de mí, pero realmente no sabe cómo Jimin suele pasar las navidades y por eso lo deja estar—. Ey, ¿no vas a presentarle a tu amigo?

— Oh, cierto —pestañeo saliendo de mi pequeño trance y agarro a TaeTae del brazo para que dé unos pasos al frente—. Hyung, este es TaeTae, el chico pesado y quejoso del que te hablé.

— ¡Oye! —se queja pero cuando ve la mano de Jimin extendida hacia él, decide ignorarme y estrechar su mano— No le hagas caso, sabe que me debe mucho pero no le gusta admitirlo.

— Puedo imaginarlo —ríe Jimin.

— Así que —ambos sueltan sus manos y TaeHyung se le queda mirando— tú eres Park Jimin.

— ¿Sorprendido?

— Un poco —me mira por un momento y vuelve sus ojos a Jimin, queriendo decir algo más pero decide callar y echarse a un lado para que SoYeon se acerque y me deje presentarla.

— Ella es mi hermana, SoYeon.

— Es un placer —tanto Jimin como ella se hacen una pequeña reverencia—. Es mucho más guapa que en las fotos —me dice y ella se sonroja.

— ¿Por-por qué no abres nuestros regalos? —se apresura a preguntar en mi dirección, aún con las orejas rojas. Río para adentro y aunque es una ocasión única para meterme con ella, prefiero aceptar su propuesta y recibo los regalos de ella y de mi madre primero.

— No esperes gran cosa —comenta mi madre cuando me ve abriendo el suyo y comprendo por qué lo dice porque veo algunas mudas nuevas en el interior del papel de regalo.

— Me viene perfecto —digo con sinceridad al tener poca ropa que ahora me sirva—. Gracias.

— El mío no es ropa, tranquilo —dice mi hermana y, en efecto, no es ropa. Dentro del papel me sorprendo por encontrar un peluche sumamente esponjoso y las carcajadas de mi hermana no se hacen esperar.

— Lo siento, es lo único que me podía permitir —chisto al saber que su intención era molestarme y no el dinero, pero está bien, tampoco necesito nada realmente y esto llega a ser divertido.

Aunque si debo elegir entre los regalos de mi famila y amigo, definitivamente me quedo con el de mi mejor amigo que ha tenido el detalle de traerme mi portátil y regalarme un juego para el mismo. Así que mis días de ahora en adelante serán menos pesados y no tendré que estar usando el de Jimin todo el tiempo. Aunque sé que a él no le molesta.

Cuando espero recibir el regalo de Jimin, me sorprendo una vez más cuando cambia de tema e invita a todos a sentarse y beber un poco. Park tiene tanta curiosidad por mi mejor amigo que la mayoría de las preguntas que hace son dirigidas a él y el resto sólo comentamos. Esto no parece molestar a mi amigo ya que le sigue la conversación e incluso él también indaga en Jimin. Y al parecer, no me equivoqué en su momento, sabía que estos dos congeniarían bien. Por eso los dejo hablar y me centro en mi madre y hermana, que están muy curiosas por saber de mí y qué he estado haciendo estos días.

Al marcar casi la media noche, mi familia y TaeTae deciden irse a casa. Una vez más, agradecen el detalle de Jimin por haberlos invitado y que así yo pudiera pasar un rato con ellos. Él recalca que pueden venir siempre que quieran y que está agradecido por aceptar la invitación. Así que, volviendo a abrazar a todos ahora para despedirme, se marchan dejándonos solos una vez más.

— Feliz Navidad —oigo su voz detrás mío y me giro para verlo acuclillado y con un regalo extendido hacia mí. Miro por un momento el reloj que está colgado junto a la puerta y veo que son las doce pasadas por un par de minutos.

— ¿Es para mí?

— ¿Para quién sino? No veo a nadie más aquí —ríe negando— Vamos, acéptalo —el gran bulto que es el regalo casi cae al suelo porque no prevengo que llegue a pesar tanto. Cuando lo miro preguntándome qué hay dentro, él sólo sonríe e insiste para que lo abra. Y dentro veo una mochila que me incita a abrir y encontrar dentro varias cosas; entre ellas bloc de dibujos y un par de estuches con muchos tipos de lápices y pinceles.

— ¿Cómo sabes que...?

— Tu madre me dijo que estudiabas Artes Plásticas, que te encanta dibujar así que —se encoge de hombros— vi que sería un buen regalo. Incluso te compré una mochila para que pudieras guardar todo —ríe un poco nervioso, quizá porque tiene algunas dudas sobre si ha acertado o no.

— Gracias —musito al sentir un poco de picazón en los ojos—. No hacía falta pero... me ha gustado mucho —le sonrío y parece que ese gesto lo tranquiliza, desechando cualquier duda.

— Aún hay algo más —sin darme tiempo a reaccionar, se levanta y va hasta su cuarto, volviendo con otro regalo entre sus manos—. Tienes que prometerme que no te reirás.

— ¿Reírme? —frunzo el ceño al no comprender nada.

— Prométemelo.

— Vale, vale, lo prometo —y me extiende el regalo que me pide lo abra con delicadeza.

— No me ha salido tan bien como esos que compras pero —ríe algo nervioso.

— ¿Lo has hecho tú? —lo interrumpo sorprendido.

— Sí, bueno, mirando tutoriales.

— Es precioso —me quedo maravillado teniendo en mis manos un atrapasueños hecho a mano, hecho por Jimin.

— ¿Te gusta?

— ¡Sí, claro que sí! ¿En qué momento lo hiciste? —pregunto curioso pues en ningún momento lo vi hacerlo.

— Lo hice en mis ratos libres en el trabajo.

— Es muy bonito —sonrío con un nudo en el pecho.

— Sé que a veces tienes pesadillas —dice de repente y alzo la mirada para encontrarme con la suya—. Algunas noches te oigo, me levanto preocupado y te veo sudar. Tu rostro... realmente se ve como si estuvieras pasándolo mal. Siempre siento el impulso de despertarte pero —suspira apartando la mirada por un momento— cuando te despierto, como hoy, veo con más claridad lo horrible que pueden ser esas pesadillas. Me preocupa bastante —bajo la mirada hacia el atrapasueños—. Sé que eso no va a cambiar nada, pero espero que cuando lo mires, pienses que me tienes aquí. Puedes contar conmigo, JungKook.

— Gracias, hyung —absorbo la nariz cuando la siento aguada y las lágrimas comienzan a caer después de haberlas retenido por varios minutos.

— ¿Y mi regalo? —alzo la cabeza rápidamente, viendo una divertida sonrisa en él pero en mi cabeza todo se ve de otra forma. De nuevo detalles de esa horrible pesadilla vuelven y ya no sé cómo apartarla. Sus palabras son sinceras y gentiles, entonces ¿por qué sigo pensando en el sueño?

— No tengo ninguno —respondo apenado.

— Oh —la leve sonrisa de Jimin desaparece y pretendo no dejarlo continuar.

— ¡Pero no me dejes!

— ¿Dejarte? —pregunta confuso aunque acaba riendo.

— Por favor —pido y nota el temor en mis ojos, momento en el que parece relajar sus facciones y observarme con atención.

— ¿Sabes? —parece un poco pensativo antes de seguir— La primera vez que te vi no pude evitar sentirme asustado. Ver a un niño tan pequeño en aquellas condiciones alertaron todos mis sentidos y un sentimiento protector se avivó en mí —mi cara se descompone al escuchar la aterradora similitud de sus palabras como en el sueño—. Quise ayudarte aunque eso pudiera traerme problemas, porque —suelta una pequeña risa— te veías tan pequeño y desconfiado. Tus ojos no dejaban de pedir ayuda y yo no pude mirar hacia otro lado —extiende su mano para buscar la mía y dejo que la sostenga mientras lo miro aterrado—. Por eso te ayudé, pero mi forma de verlo cambió un poco cuando supe la verdad. Así que —mi barbilla tiembla asustado por lo que pueda escuchar, esperando por unas palabras dolorosas— mis ganas de querer ayudarte aumentaron —pero acabo por verlo sorprendido y con el temblor disminuyendo—. Sentí que no merecías algo así, que a pesar de haber cometido un error no era castigo para un chico que sólo pretendía ser correspondido en el amor. Por eso mis ganas de ayudarte y protegerte se intensificaron, y desde entonces jamás he pensado en dejarte solo —rompo en llanto cuando guarda silencio, con un dolor de garganta que me ha producido el estar reteniendo las lágrimas desde que ha comenzado a hablar.

— L-lo siento, hyung —escondo mi rostro con mis manos—. Yo-yo realmente quiero que me ayudes, quiero agradecerte to-todo lo que haces por mí. Me-me gusta mucho estar contigo —absorbo mi nariz— por-porque me haces reír y me gusta escuchar tus historias. Pero a veces tengo miedo de que me abandonéis, de que se canséis de mí. Yo-yo no he cambiado nada, llevo demasiado tiempo así y... sé que-que no es fácil para vosotros —intento ahogar otro llanto aunque fallo en el intento—. Qui-quiero hacer algo por vosotros pero no sé qué hacer —aparto mis manos del rostro cuando siento que los brazos de Jimin me rodean y paso los míos por su cuello.

— Me gusta cuando sonríes —musita cerca de mi oído y guardo todo el silencio que puedo aunque no pueda controlar los espasmos de mi cuerpo—. Si quieres hacer algo por mí, entonces sonríe más. No sé qué puedes hacer por tu familia o por tu amigo pero... por mí basta con eso. Me has apartado de la monotonía, JungKook. Aunque creas que no eres más que un estorbo para mí, yo lo veo diferente. Sí, no es fácil, pero yo decidí ayudarte y por eso no puedes transformar mi decisión en algo malo, no puedes pensar que sólo eres un estorbo para mí cuando yo no pienso así —sostiene mis brazos para apartarlos de su cuello y así poder verme a los ojos—. No puedo pedirte que dejes de tener tanto miedo porque yo estaría aterrado ante tu situación, pero no tengas miedo de nosotros. Nadie va a abandonarte, ¿vale? —suspiro con el corazón aún encogido— ¿Vale? —insiste.

— Vale —susurro en respuesta.

— Cuando tengas pesadillas puedes contármelas, quizá eso te haga sentir mejor. ¿Está bien?

— Sí.

— Bien —sonríe un poco y limpia mis mejillas con sus manos—. ¿Qué me dices de echar una partida a algún juego de mesa? —asiento y él se incorpora tomando mi mano para llevarme hasta la mesa y comenzar a sacar todos los juegos que ChanYeol sacó hace unas horas.

Miro el atrapasueños aún en una de mis manos, cerciorándome de que su significado es lo que más he ansiado en las últimas semanas. Me he perdido poco a poco al no encontrar respuestas ni avances, pensando que un reloj de arena se había dado la vuelta para mostrarme el tiempo con el que contaba hasta que todos acabaran por desistir de mí. Por abandonarme, porque no es fácil cuando te sientes una carga aún cuando todos te sonríen. Al final, llegas a preguntarte cuánto durará esas sonrisas y esa amabilidad, llego a preguntarme dónde está el límite. Y aunque Jimin haya calmado un poco mis temores, aunque me haya recordado sus verdaderas y sinceras intenciones, sé que todo tiene un límite.

¿Cuál es tu límite, Jimin?





------------------------------

Me desaparezco por un tiempo y cuando vuelvo os traigo esto tan trisssste, si es que tenéis que odiarme jajajajaja. A ver, quiero vuestras palabras de odio(?) xD

Me pregunto cuántas personas habrán abandonado la historia por tardarme tanto, pero es normal, la verdad. Hay que tener mucha paciencia, así que, para los que sigáis por aquí... muchas gracias TuT <333. Lxs que me conocen saben que a veces me puedo tardar 2000 años en actualizar (por X o Y motivos) pero nunca abandono las historias, me veo incapaz de hacerlo jaja.

Soooo... hablemos de estos chicos, quiero lanzar un par de preguntas porque me da curiosidad y me encanta leer vuestros pensamientos. ¿Qué pensáis que le ha pasado a Jimin cuando su hermano los ha interrumpido con el juego de mesa en sus manos? hm, hm. Yo sé que igual eso ha pasado algo desapercibido pero era mi intención xD Y... ¿pensáis que Jimin está siendo sincero? ¿Creéis que tiene un límite como piensa JungKook? hm, hm, va, quiero leer teorías jijijiji <3333

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro