03
Park Jimin...
Después de haber estado, prácticamente, dos años intentando escuchar que alguien dijera su nombre completo, ahora por fin puedo ponerle nombre a ese chico que tanto me hace suspirar. Y gracias a esto, los ánimos que tenía hace un momento han cambiado, me siento renovado ahora. Con la esperanza de haber conseguido algo muy importante y significativo; ahora cumplimos con un objetivo más para el ritual y el resto hay que conseguirlo hoy mismo.
Miro a mi amigo con un brillo diferente en mis ojos, con la emoción pintada en mis pupilas y la seguridad alzada en la comisura de mis labios. Rápidamente le pido que se siente y que me cuente todo con detalles pero la historia tras el descubrimiento de su nombre completo es más sencilla de lo que espero. Sin más, él, cuando entró a la Universidad con la intención de cruzarla para ir a la cafetería donde me encuentro, vio al grupo de amigos de Park, entonces simplemente escuchó a uno de ellos llamarlo por su nombre completo. Más adelante, al continuar con su camino, vio a Park allí y, sin duda, eso aseguró que Park Jimin es su nombre.
La verdad es que esperé una historia más emocionante o algo que me tuviera sujeto a la mesa por la emoción de escuchar algo genial, pero ha sido más corriente de lo que querría. De todas formas, esa historia ya ha pasado y ahora mi mejor amigo tiene una segunda sorpresa para mí.
— Prometí ayudarte y es lo que voy a hacer, porque te quiero y eres como mi hermano pequeño —sí, él es realmente lindo cuando se lo propone, pero no puedo evitar sentirme estafado. Lo conozco demasiado bien como para saber que su tono de voz y su muestra de cariño tan imprevista lleva algo más detrás. Algo oculta—. Tengo a alguien que nos puede ayudar.
— TaeTae, no quiero meter a una tercera persona en esto.
— Lo sé, pero esta persona conoce a Park Jimin.
— ¿Cómo lo sabes?
— Porque acabo de hablar con él —frunzo el ceño no muy convencido con lo que me está contando—. Verás, cuando escuché el nombre de Park, me quedé allí hecho piedra. Digamos que estaba sorprendido de haber descubierto el nombre de ese tipo sin siquiera un pequeño esfuerzo, simplemente de casualidad. Luego, éste otro chico, y que estaba en ese grupo, me vio y se acercó. Me preguntó por ti porque sabe que somos amigos y...
— Espera, ¿te preguntó por mí?
— Sí.
— ¿Lo conozco?
— Algo así...
— Pero yo no he hablado nunca con ninguno de los amigos de Park.
— ¡Déjame acabar y lo entenderás mejor! —exclama y suspira antes de continuar— Como dije, me preguntó por ti y yo sencillamente le respondí. Luego me atreví a preguntarle si era amigo de Park Jimin y me dijo que no demasiado, que era más amigo de su hermano.
— ¿Park tiene un hermano?
— Eso parece. El caso es que... aproveché algunos conocimientos a cambio de su ayuda y aceptó sin pensárselo.
— ¿Conocimientos? ¿De qué hablas? —¿me acaba de meter en un compromiso sin siquiera yo tener la oportunidad de aceptar o no?
— ¿Me prometes que no te enfadarás?
— Tu pregunta ya me hace enfadar —aparto mi cabello del rostro, cruzo mis brazos y apoyo mi espalda en el respaldo de mi asiento, alejándome lo máximo posible para que cuando conozca lo que ha hecho tenga algunos segundos de ventaja antes de que salte a su cuello.
— A esta persona le dije que estamos realizando un experimento social y que escogimos a Park Jimin. En ningún momento le hablé sobre el ritual, así que... no lo menciones. Y... si puedes, tampoco menciones que te gusta Park.
— ¡¿Por qué iba a mencionarlo?! ¡Siempre lo he mantenido en secreto y sólo lo sabes tú!
— Ey, ey, no te alteres, KooKoo. Bebe un poco de tu leche —inclina su cuerpo sobre la mesa para llegar hasta uno de mis brazos cruzados y deshacer el nudo con la intención de que cogiera mi café y bebiera un poco.
— No es leche, es un Caramel Macchiato —digo dando ese sorbo.
— Aww, tan dulce tú.
— Ya está frío, me hiciste esperar mucho —gruño por lo bajo e inflo mis mejillas de aire.
— Pero la espera valió la pena, ¿no? —me encojo de hombros sin responder, quiero que vea que puedo enfadarme incluso con él y que eso que quiera que haya hecho, no me gusta en absoluto. ¡Debió contar con mi opinión!— Iré a por él, espera aquí —sigo sin responder y TaeTae simplemente se levanta con la intención de salir de la cafetería, pero antes se atreve a acercarse a mí y abrazarme por un segundo. ¡Se atreve aún cuando podría perder la cabeza!
Este chico...
Lo conozco desde que era un niño y se limpiaba los mocos con la manga de su sudadera, desde la primera vez que se metió un puñado de hierbas a la boca y me sonrió con los dientes verdes asegurándome que era bueno porque limpiaba el estómago y su viejo perro lo hacía. Incluso vi la primera vez que lloró por días tras la muerte de ese mismo perro. Dijo que jamás volvería a tener un amigo como él y que ya no quería más amistades porque la pérdida dolía mucho, entonces yo le dije que no podríamos volver a vernos nunca más porque yo le consideraba mi mejor amigo. Su cara, cuando escuchó mis duras palabras, fue como un bello retrato que se ha echado a perder por culpa de la lluvia, tan distorsionado y deformado. Fue cuando me abrazó y me suplicó que no lo dejara, que estaba equivocado y que quería seguir siendo mi amigo por siempre. Desde entonces, a medida que crecíamos, invertimos papeles y él se convirtió en el chico maduro de los dos. Mientras que mi cabeza sólo pensaba en hacer travesuras y jugar, él sostenía mi mano para procurar que no cometiera una locura. Lo cual es irónico porque él es quién me está ayudando en todo esto.
Supongo que no siempre puede controlarme.
— ¡Hola, JungKookie!
Doy un pequeño brinco en mi silla al escuchar una voz que no es la de TaeHyung pero que me resulta conocida. Alzo mi cabeza con la duda en mis ojos y lo que veo no es de mi agrado. Desvío la mirada hacia mi amigo, que está justo al lado del otro individuo, pero sus ojos no me miran a mí, estos están perdidos por algún lugar evitando conectar conmigo. ¡No me jodas Kim TaeHyung! ¡De todas las personas, ¿por qué él?!
— Hola —respondo seco y me siento firme, incómodo de ser el objetivo de aquellos ojos que a veces veo porque que no he mirado tan fijamente desde que empezó el año.
— ¿Qué tal has estado? Hace mucho que no hablamos —su sonrisa es tan radiante que me produce molestia, lo cual no puedo evitar apartar la mirada.
— Siéntate, YuGyeom —le dice TaeTae y el otro obedece encantado.
Kim YuGyeom, el chico extraño que se me acercó dos días después de comenzar el año y que con descaro me reveló sus sentimientos por mí, lo cual yo me llegué a preguntar: ¿cómo es posible que estuviera enamorado de mí si sólo me había visto por dos días? Porque sí, él aseguró que era amor lo que sentía por mí y que fue un flechazo. Algo del destino que debíamos respetar y darles las gracias por habernos juntado de forma tan predestinada.
Quise vomitar... fue muy duro contenerse. Y por supuesto, fue rechazado.
— ¿Te comió la lengua el gato? —¡por favor, que caiga un maldito rayo y lo deje calcinado!
— Estoy... algo sorprendido —digo con sinceridad.
— Oh, entiendo —sonríe de nuevo y ya he perdido la cuenta de las veces que lo ha hecho. Lo cual comienza a molestarme porque después de haber sido rechazado en ningún momento ha dejado de sonreírme en las veces que nos hemos cruzado.
— En fin... —TaeTae decide romper con la tensión que sólo yo estoy creando mientras ese estúpido no deja de mirarme embobado— Como te he comentado antes, YuGyeom, estamos llevando a cabo un experimento social y decidimos elegir a Park Jimin porque... bueno, él es interesante y una persona que roba muchas miradas.
— ¿Eso creéis? —¡¿eso creéis?! ¡¿De verdad acaba de decir eso de mi querido Park?! ¡Él es malditamente perfecto, imbécil!
— Sí —TaeTae aparta un momento su mirada de YuGyeom para mirarme a mí, notando que estoy a punto de explotar y de lanzar muy lejos a la persona sentada a mi lado—. El caso es que necesitamos de alguien que tenga una conexión con él porque nosotros no lo conocemos lo suficiente e iría en contra de nuestros principios. Ya sabes, nosotros somos los que llevamos el proyecto y no podemos interferir, así que... si pudieras ayudarnos y recompensártelo de alguna forma, sería genial —doy gracias de que TaeTae se robe su atención y que así yo pueda volver a poner mi cara de culo de mono babuino—. ¿Hay algo que podamos hacer por ti en compensación?
— Sí —responde con simpleza, pero rápidamente vuelve sus ojos a mí y me tenso al leer lo que pretende—. Me gustaría que...
— No —niego antes de seguir oyendo—, ya dejé claro que no quie-
— ...seas mi amigo —termina a pesar de haber sido interrumpido.
— ¿Qué?
— Te ayudaré a cambio de que seas mi amigo —vuelve a sonreír y esta vez me doy cuenta de algo. Ha sonreído tantas veces que lo he tomado con molestia pero he ignorado la inocencia que hay tras ellas. ¿De verdad me está pidiendo ser amigos? ¿Acaso no le gusto? ¿Qué pasa con sus sentimientos? ¿Se conforma sólo con ser mi amigo? Para ser exactos, y apartando mi molestia por un momento, su petición y sonrisa me hace sentir realmente mal.
Quizá... fui muy duro.
— Supongo que eso está bien, ¿no? —añade mi amigo al ver que no respondo.
— Sí.
— ¡Genial! ¡Siempre he querido ser cercano a ti! ¡Además, tenemos la misma edad, ¿no es increíble?!
— Sí, supongo.
Sólo quiere mi amistad, pero... ¿por qué me siento tan mal? ¿Es porque me veo de alguna forma en él? ¿Así habría acabado yo si hubiera sido rechazado por Park? Y ahora que lo pienso, si fuera YuGyeom quien hiciera un conjuro de amor conmigo, ¿cómo me sentaría eso? Estaría siendo obligado por él a quererle, sin darme opción a elegir.
¿Debería detener todo esto...?
Me he sentido tan emocionado y seguro a medida que ponía en marcha todo este plan que no pensé en las consecuencias. No he pensado en esa persona que, literalmente, voy a obligar a amarme. ¿Y si él ya ama a otra persona? Quizá rompa una bonita relación y yo viva engañado pensando que Park sólo tiene ojos para mí cuando en realidad todo es una farsa.
— ¿Sabes si... Park Jimin tiene pareja, o le gusta alguien? —noto el desconcierto de TaeTae con un simple gesto, su ceja alzada me pregunta directamente aunque no escuche su voz.
— No que yo sepa, pero sé que es un chico que no suele tener relaciones muy largas —dice pensativo y hasta diría que algo molesto por ese dato—. Supongo que el amor entre hombres es... complicado.
— ¿Entre hombres...? ¿Quieres decir que Park Jimin es gay? —pregunta mi mejor amigo, anticipado a mí.
— Sí.
— ¿Cómo lo sabes? —pregunto en esta ocasión yo.
— Su hermano lo soltó una vez, estaba preocupado por él porque de nuevo había roto con una pareja que no duró más que un mes. Él suele ser... bastante entregado, sin embargo, las parejas que ha tenido no suelen tener esa misma confianza que tiene él y por eso acaba cansado y rompiendo con la relación. Es lo único que sé con certeza —termina clavando sus ojos en mí e intento que no vea mi preocupación, mucho menos la emoción que, notablemente, ha ido degradando.
— Es una buena información para nuestro proyecto —dice TaeTae al ver que no tengo intención de añadir algo más.
— Tenéis un proyecto algo... raro. Me siento como si estuviera vendiendo información a unos periodistas. Espero que ese proyecto que hacéis no perjudique a Jimin.
— Oh, no, para nada. De hecho, él sólo es un modelo; nada profundo y mucho menos dañino.
— Está bien —asiente más tranquilo—. Entonces, ¿hay trato?
— Claro que lo hay —vuelve a responder TaeTae pero YuGyeom no quiere oír una respuesta viniendo de mi amigo sino de mí. Así que simplemente asiento en respuesta y su sonrisa vuelve a la vida, iluminando su rostro como en un principio—. Oh, casi se me olvida —vuelve a llamar su atención—. ¿Sería muy pesado si te pidiéramos un favor más?
— No, claro que no.
— ¿Cómo... ves la posibilidad de conseguir algún objeto personal de Jimin?
— ¿Para qué necesitáis un objeto personal?
— Como prueba, algo... que suela usar o sea personal —el ceño fruncido de YuGyeom detona desconfianza, quizá pensando que realmente estamos locos o somos unos entrometidos. Y la verdad que ahora mismo mis ánimos están tan bajos que no siento la fuerza para ayudar a mi amigo para convencer al chico de que sus, posibles, pensamientos están errados. Porque además, no lo está, lo cual sería mentirle aún más.
— Supongo que podría.
Claramente veo la duda, la profundidad que siente al no comprender demasiado nuestras intenciones y puede que hasta comience a dudar seriamente si hace lo correcto en ayudarnos. Y puede que hasta yo haya empezado a pensar de igual forma. Por alguna razón, y cuales podría enumerar una por una pero no escoger la más convincente, siento la presión de haber llegado tan lejos y ahora querer detenerme. No estoy seguro de hacerlo, mucho menos de obligar a una persona a cambiar sus sentimientos y empezar a vivir una mentira que irá engulléndome poco a poco.
Aunque, si lo pienso más minuciosamente, el chico parece tener muy mala suerte en las relaciones y hasta ahora nadie ha estado a su altura. ¡Además es gay! Dato que desconocía y que en el fondo de estos remordimientos me ha hecho algo feliz, por lo que, encontrar a una persona como yo no sea tan malo para él después de todo. Sí, quizá sea obligado o... quizá no, no estoy seguro de cómo funcionará el conjuro, ¡pero lo importante es que soy lo contrario a los chicos que ha conocido! No necesito esconderme o reprimirme, las opiniones no suelen dañarme o afectarme. Me gusta ser como soy y jamás he escondido lo que soy, mucho menos cuando he estado con algún chico.
Soy perfecto para él.
— ¿KooKoo? —mi amigo me llama en cuanto me ve sonreír de repente, estoy seguro que, notando mi repentino cambio de comportamiento, sabe que he tenido uno de mis miles debates mentales y que por eso no ha llamado mi atención antes de tiempo. Y sé que mi sonrisa ha sido la señal perfecta para que entonces él intervenga.
¿Se puede pedir un amigo mejor que Kim TaeHyung?
La respuesta es: no.
Día de Halloween.
La noche anterior me la pasé sin pegar ojo siquiera, estuve hablando por teléfono con TaeTae por más de dos horas y me ayudó bastante escuchando mis preocupaciones y, por supuesto, animándome. Finalmente, y después de replantearme todo mil veces, he decido continuar y llevar a cabo el ritual. Es verdad que apenas nos queda tiempo pues esta noche es la noche indicada y única porque si algo sale mal o simplemente no sucede nada, no volveré a intentarlo. Sólo tengo esta oportunidad y pase lo que pase, afrontaré el desenlace.
En el bolsillo derecho de mi chaqueta llevo un anillo que se me ha entregado en la mañana. YuGyeom ha sido bastante eficiente y rápido a la hora de ayudarme y conseguirme un objeto personal de Park. Pero no ha sido tarea fácil, el pobre tuvo que buscar una excusa para ir a su casa y, de alguna forma, robarle el objeto y salir de allí sin ser sospecho. Sé que la palabra robar suena bastante agresiva y hasta me siento fatal por haber hecho que el inocente chico robe para mí, pero no había otra forma de conseguir un objeto personal y él vio más sencillo entrar en su casa y aprovechar el despiste para entrar en la habitación y agarrar el anillo. Además, no es que vaya a quedármelo, en algún momento se lo devolveré. Sólo es... un préstamo.
Sin embargo, no ha sido lo único que he recibido en el día de hoy. Lo que tengo ahora mismo en mis manos me desconcierta completamente y no soy el único, los estudiantes que cruzan ese pasillo se quedan igual –aunque no por el mismo motivo– e incluso las chicas son agradecidas por el paisaje que tienen. Porque sí, es agradable y no está mal que yo lo admita, más cuando un cuerpo de un chico me pierde tanto. ¡Y es que TaeHyung no está nada mal! Diría incluso que si no me hubiera criado con él y ahora no lo viera como mi hermano mayor, hasta yo me habría derretido por sus huesos. Y, efectivamente, mi dulce TaeTae está sin camiseta frente a mí; en mitad de un pasillo de la Universidad y con varios alumnos paseándose por allí.
Y, por extraño que parece, tiene su explicación.
Como dije, tengo en mis manos una camiseta pero ésta está manchada de sangre, la cual he tenido el impulso de tirarla al suelo, pero su rostro feliz y, claramente, victorioso, me lo ha impedido; como si yo también tuviera que estar feliz por esa prenda manchada que minutos antes la ha colocado sobre mis palmas. Y es que, el muy afortunado estaba en el vestuario cambiándose cuando alguien entró a toda prisa y tiró la camiseta al suelo para luego coger una limpia de una de las taquillas. Mi amigo, en un rápido impulso, preguntó preocupado qué había ocurrido y el chico le contestó con simpleza que un amigo se había dañado al recibir un fuerte pelotazo en la cara. Más curioso aún, volvió a preguntar en esta ocasión quién había sido el afectado, obteniendo una respuesta inesperada pues el nombre de Park Jimin salió de sus labios con tanta naturalidad que TaeHyung le costó procesarlo todo y para cuando lo hizo el chico ya no estaba pero sí la camiseta impregnada de sangre aún en el suelo. Apenas pasaron unos minutos más para captar lo que tenía frente a sus ojos que no reparó en detalles y simplemente agarró la prenda para salir corriendo de allí y buscarme desesperado por los pasillos hasta encontrarme.
— Eh, joven —parpadeo un par de veces volviendo al presente y me giro para ver a un profesor acercarse con la vista fija en mi amigo—. ¿Acaso se cree que está en su casa? —dice malhumorado y TaeTae, como acto reflejo, se tapa como puede con sus brazos. Miro una vez más la camiseta en mis manos y veo la oportunidad de echar una mano a mi mejor amigo antes de que a ese profesor le reviente la vena marcada en su sien.
— Discúlpenos, señor, mi amigo se ha dañado y justo íbamos a la enfermería —digo señalando la camiseta con las manchas de color carmesí. El hombre se queda pensativo, mira la camiseta y luego a mi amigo, quizá buscando la conexión entre ambos porque ve la sangre en la prenda pero no en TaeHyung—. ¡Lo llevaré a la enfermería! Si nos disculpa... —agarro el brazo de TaeTae pero me giro una vez más al hombre— No volverá a ocurrir.
— Bien, adelante —dice soltando un largo suspiro pero dejándonos marchar sin exigir más explicaciones.
Aprovecho el despiste del maestro para cambiar el rumbo y tiro de TaeTae para llevarlo devuelta a los vestuarios. Allí, me siento en uno de los bancos y veo como él saca una camiseta limpia de su taquilla ya abierta y se la pone, entonces me mira volviendo a formar esa sonrisa de nuevo.
— Gracias.
— Habrías hecho lo mismo por mí.
— ¡Eso no lo dudes! —muestra su bonita y amplia sonrisa rectangular y corre los pocos pasos entre nosotros para sentarse a mi lado y señalar la camiseta— Me debes una cena en un buen restaurante por todo lo que he hecho.
— Sí... bueno, no puedo negarme después de todo lo que me has ayudado —sonrío alzando la prenda y viendo las manchas de sangre—. Aunque estoy preocupado, ¿estará bien? Se ha tenido que dar un buen golpe.
— Ya preguntaremos por él a YuGyeom más tarde. Ahora lo importante es que lo tenemos todo. Su nombre, el objeto personal, la muestra de ADN. ¿Queda algo más?
— Creo que no.
— ¿Quieres que lo hagamos en mi casa? Para que tu madre no nos pille.
— Eso sería perfecto, TaeTae —asiento feliz y beso su mejilla antes de comenzar a doblar la prenda—. ¿Está bien si voy a las nueve? Para que nos dé tiempo a prepararlo todo.
— Perfecto —guiña un ojo y se levanta para encaminarse a su próxima clase.
Yo me quedo aquí, con el corazón desbocado y los pulmones faltos de oxígeno. Se me dificulta respirar bien por el simple hecho de los nervios que se ve reflejado en mis manos temblorosas. Y es que ni siquiera tengo la estabilidad para levantarme y dirigirme a mi próxima clase, por lo que decido no asistir y volver a casa para descansar un poco. En un principio pensaba no ir a la Universidad pero teniendo en cuenta que sólo tenía hoy para terminar de reunir todo, me vi obligado a asistir. ¡Y menos mal que luché para levantar mis párpados y animar a mis piernas a caminar, porque en mitad de mi camino recibí el mensaje de YuGyeom con la buena noticia!
Todo está yendo tan perfecto que da miedo. O tal vez, sea el destino; nuestro destino.
Dejo de soñar despierto y miro la hora en mi móvil, levantándome de forma automática por ver lo tarde que se ha hecho. ¡¿Cuánto tiempo llevo mirando el techo de mi habitación?! Oh, señor, creo que necesito un psicólogo. Se supone que me volví a casa para descansar pero acabé perdido completamente en mis pensamientos por horas, es más, ni siquiera he comido y por si fuera poco, tampoco he dormido lo que tenía pensado en un primer momento.
Menudo desastre...
Tardo poco en agarrar una mochila y meter todo lo necesario dentro, además de mi pijama. Cuando voy al salón mi madre está en la cocina preparando algo en compañía de mi hermana pequeña que la está ayudando a cortar lo que parecen verduras. Últimamente mi hermana se ha interesado mucho por la cocina e insiste demasiado en que se enseñe. Mi madre dice que está madurando y quizá se esté preparando para cuando viva sola, yo, en cambio, pienso que hay un chico en su corazoncito y quiere ser como una de esas chicas japonesas de anime que le prepara el almuerzo al chico que le gusta.
— ¿Dónde vas, oppa? —soy pillado por mi hermana que me mira curiosa mientras mastica un trozo de zanahoria laminada.
— Me quedaré en casa de TaeTae —respondo y mi madre se gira al escuchar mi voz.
— ¡No puedes irte! Tu hermana y yo estamos haciendo una deliciosa cena, mejor dile a TaeHyung que se quede él.
— Es que... ya hemos quedado en que yo me voy a su casa.
— Te puedes quedar mañana —dice ahora mi hermana, con un notable puchero en sus labios.
— Si lo que quieres es que pruebe las delicias de la gran SoYeon, entonces guárdame un poco. Mañana lo probaré y te daré mi veredicto —le guiño un ojo y asiente orgullosa de las palabras que empleo, metiéndose a la boca lo que queda del trozo de zanahoria.
Me despido rápidamente de ambas y salgo por la puerta de mi casa, camino escasos metros hasta llegar a la puerta de mi mejor amigo y me recibe su padre dándome unos golpecitos en mi espalda como siempre hace para saludarme. Luego me acompaña hasta el salón y allí veo a la señora de la casa que está viendo la televisión mientras espera a que su marido acabe la cena. Ambos son una pareja dulce que se complementan a la perfección; saben administrar sus tareas a pesar de sus pesados trabajos y TaeHyung suele ayudarles bastante, así que no suelen tener quejas y, mucho menos, riñas.
En cuanto entro en la habitación de TaeTae no tardo en verlo con sus brazos cruzados y notablemente enfadado, quizá porque he desaparecido de repente de la Universidad sin avisar. Suelto mi mochila sobre su cama antes de escuchar su sermón y me planto frente a él, con una ceja alzada y mis brazos imitando a los suyos, retándolo a que empiece o por el contrario, no lo haga y se ahorre saliva.
— ¿Has traído todo? —¡victoria!
— Sí —me acerco a la mochila de nuevo y voy sacando todo poco a poco para dejarlo sobre su cama.
— ¡Sobre la cama no! —comienza a cogerlo todo y lo lleva hasta su escritorio— Ahí duermo y no quiero tener pesadillas.
— ¿Por qué ibas a tener pesadillas por poner las cosas sobre tu cama?
— Quizá se cree un vínculo.
— TaeTae... a veces tus ocurrencias me superan. Si en tal caso se crea un vínculo lo hará sobre toda la casa entera.
— No jodas —lo veo ponerse pálido y no puedo evitar reír.
— No te preocupes, no pasará, y si pasa... siempre estará mi madre para que limpie la casa.
Más aliviado o quizá conformado, me pide que bajemos a cenar primero. La comida del señor Kim siempre ha sido muy exquisita, incluso me atrevo a decir que mejor que la de su mujer, así que me siento afortunado de cenar hoy en casa de TaeHyung y luego saborear el postre de chocolate que ha hecho. Cuando volvemos a subir a su habitación me tiro a su cama sobando mi hinchada barriga y cierro los ojos para descansar un poco. Pero mi descanso poco tarda cuando TaeTae salta sobre el colchón sorprendiéndome y golpea mi barriga para molestarme. No tardo en fingir arcadas y ver que su rostro se torna preocupado y, sin perder tiempo, comienza a disculparse. Carcajeo por la broma, sin embargo, provoco que su pesadez se triplique y ahora de verdad comience a sentir arcadas por tenerlo encima mío.
— Eres un travieso, Jeon JungKook —dice aún encima mío y sin intenciones de bajarse, simplemente deja su cabeza apoyada en mi pecho y sus brazos a mis costados—. No va a pasarte nada, ¿verdad?
— Claro que no —digo intentando sonar convencido pero lo cierto es que ni yo sé qué puede ocurrirme, así que llevo mis manos a su cabellera y hundo mis dedos entre sus hebras para acariciarlas.
— Recuerda que me debes una cena —añade levantando su cabeza para mirarme y asiento con una sonrisa—. ¡Bien, ¿comenzamos?! —vuelvo a asentir y espero a que se baje de mi cuerpo para poder seguirlo hasta su escritorio.
Por alguna razón, el ambiente se vuelve más silencioso mientras vuelvo a releer la lista en el libro y voy preparando todo para comenzar. TaeTae se dirige a la ventana después de haber colocado algunas velas y haberlas encendido, corre las cortinas para admirar la luna en cuarto menguante y echo un vistazo después de detenerme. Entonces le extiendo la camiseta manchada de sangre a mi amigo para pedirle que corte un trozo de la tela, pero lo hace con una mueca que me hace reír, no obstante, él ni siquiera lo nota por lo concentrado que está. Cuando terminamos los preparativos, escribo sobre un trozo de papel el nombre completo de Park Jimin, lo enrollo e introduzco el lazo rojo por el anillo y lo ato junto con el papel, luego cojo la tela que TaeTae ha cortado y lo envuelvo todo. Lo dejo sobre el escritorio y agarro la tijera para posar la punta sobre mi palma.
— ¿Es necesario eso...? —pregunta preocupado y señala la tijera apuntando a mi palma.
— Es necesaria mi propia sangre.
— Pero... debe doler.
— Sólo será un corte de nada —lo tranquilizo—. ¿Puedes acercarme el libro para que pueda leer? —sostiene el viejo libro para mí y le pido que en cuanto comience a recitar en latín, coloque todo poco a poco sobre mi mano y finalmente ate todo con el lazo negro.
— Estoy preparado, ¿lo estás tú? —asiento al mismo tiempo que suelto un largo suspiro y cierro mis ojos antes de comenzar.
— Beatus ille... —comienzo y hundo la punta de la tijera en mi carne— tempus fugit —abro camino trazando una línea en diagonal sobre mi palma y la sangre pronto comienza a brotar y me hace guardar un par de segundos por el dolor—. Si vis amari, ama. Plus ultra —TaeHyung apoya el libro sobre su pecho y lo mantiene firme con una mano, con la otra coge del escritorio las cosas de Park y lo coloca sobre mi palma—. Amor omnia vincit —por un momento me mira antes de que termine de recitar la última frase—. Forsan miseros meliora sequentur —deja el libro sobre la mesa y coloca mi objeto personal sobre todo, el cual es una camiseta de Iron Man que me regaló TaeHyung cuando era pequeño y siempre la he conservado como un tesoro. Acto seguido la rodea mi mano y, junto a todos los objetos sobre mi palma, ata el lazo negro en un lazo para unir todo.
Por un momento siento una punzada en mí, pensando que quizá sea una señal del ritual, es por eso que me siento lleno de emoción y confianza. Casi siento que quiero reír a carcajadas pero de nuevo el pinchazo vuelve y mis ojos bajan a mi mano atada. Ahora sintiendo mejor esa punzada que vuelve a darme pero que ahora sé de dónde procede.
La herida. Pero no está sola, mi decepción parece acompañarla.
— ¿Ya está? —pregunta finalmente, preocupado pero al mismo tiempo desconcertado porque no ve un cambio.
— Se supone...
— Pues vaya, imaginé que las llamas de las velas parpadearían, que la ventana se abriría de repente mostrando la tormenta que comenzaría en ese preciso instante. Los rayos caerían sin cesar y el sonido del trueno acompañado de la lluvia nos haría temblar. Luego la habitación quedaría en la absoluta oscuridad y... de repente, ocurriría el milagro —lo miro embobado por la historia que me ha soltado.
— TaeHyung, creo que deberías hacerte escritor.
— ¡Lo digo en serio! ¡¿Por qué no ha pasado nada?!
— Porque es una farsa.
— ¿Qué?
— No ha funcionado, TaeTae.
— Pero... lo hemos hecho todo. Tienes los objetos, has recitado las palabras, la luna está como debe estar y... —sonrío enternecido, parece que él estaba más convencido que yo de que todo esto funcionaría, pero no ha sido así y ahora no sé cómo debo de sentirme.
— Está bien, no pasa nada. Sabíamos que esto podría pasar. Es más, te lo dije varias veces —camino hasta la cama y me siento, miro mi mano aún atada a todo y, aunque no quiero mostrarlo, la verdad es que me siento decepcionado.
— Ey —se sienta junto a mí y pasa su brazo sobre mis hombros—, ya intentaremos otra cosa, ¿vale? No te desanimes.
— Estoy bien, no te preocupes —no muy convencido pero dejando todo estar, se levanta cogiendo su pijama del cajón de la cómoda y va al baño.
En ese momento de soledad flaqueo y hasta un par de lágrimas escapan de mis ojos. Me siento tonto por eso y me río de mí mismo por lo patético que debo verme. Parezco un mutante con todas esas cosas atadas a mi mano y ahora siento la vergüenza de haber recitado las frases en latín en voz alta. Lo hice con seguridad y con la esperanza de que algo, así fuera lo más mínimo, ocurriera, pero nada ha cambiado, ni siquiera yo que sigo viéndome como un auténtico imbécil.
Arrastro mi cuerpo por la cama y me posiciono en un lado, de perfil y con mi mano, aún atada a todo, contra mi pecho. Termino por cerrar mis ojos y pienso en las frases, las leo en mi mente como si tuviera el libro en mis manos; las leo tantas veces que ni siquiera me doy cuenta cuando alzo mi voz en la silenciosa habitación. Pero yo sólo puedo escuchar mi mente, con el cansancio en el cuerpo, la energía completamente agotada y las esperanzas muertas.
Beatus ille... tempus fugit. (Dichoso aquel... tiempo que corre)
Si vis amari, ama. (Si quieres ser amado, ama)
Plus ultra. (Más allá)
Amor omnia vincit. (El amor todo lo vence)
Forsan miseros meliora sequentur. (Para aquellos en la miseria, quizá ocurrirán mejores cosas)
En algún momento de la noche caigo dormido, flotando en el silencio de la noche. Siento un frío que me recorre de pies a cabeza y tiemblo, mi sueño se ve inestable y hasta parece romperse en cualquier momento, pero de pronto el sufrimiento acaba y un calor inexplicable me envuelve y eso hace que vuelva a sumergirme en mis sueños, descendiendo a lo más profundo. Siento que puedo flotar ahí por horas, no, por días, pero lo que creo que es infinito toca límite y mis pies descalzos chocan con algo sólido. Entonces abro mis ojos, sin embargo, no veo nada.
¿Sigo soñando?
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C viene 7u7
Por cierto, todo este ritual es inventado, no lo he sacado de ningún sitio ni nada xD, así que no lo intentéis(????)
Pd: las frases en latín son tópicos literarios xD (son bonitas :3 y como jamás he dado latín y siempre me dio curiosidad pues... fue mi momento de meter algo así jiji)
Ahora pasemos a los personajes que han aparecido y cómo se ven :3
Así se vería Kim YuGyeom.
Y así Jeon SoYeon, que será la hermana pequeña (por un año xD) de JungKook. Tendrá un estilo al de la foto, muy JungKook a estilo se refiere, ropas negras, gorros/as y ropa muy cómoda.
¡Bueno, nos vemos pronto! Espero os esté gustando la historia y estéis preparadxs para lo que se viene jijiji. ¡BESITOS Y ABRAZOS! <333
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