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Mi amigo, mi salvador

Transcurrió una semana luego de lo ocurrido del capítulo anterior. En donde Lincoln y sus amigos vieron que a su salón de clase había llegado una compañera nueva, quien curiosamente tiene el mismo color de cabello que Lincoln, y más que se parecía a él, como si fuera un clon de él o una hermana gemela.

Este último había tenido curiosidad sobre su compañera y nueva amiga, ya que se le hacía irreal ver a alguien igual a él, solo que con género opuesto. Y tal como había dicho Lincoln a sus amigos, hicieron que la estancia de Liberty en la escuela no fuera aburrida, ya que los 7 se la han pasado bien y la peliblanca se siente feliz de tener nuevos amigos.

Vemos cómo Lincoln estaba en lo suyo en el hotel. Se encontraba haciendo supervisión de que sus empleados hicieran bien su trabajo. Cuando pasó un rato después fue que Lincoln entró a la oficina que es de Mauricio y de él. El pelinegro se encontraba sentado mirando varios documentos.

_ Hola Mauri, ¿Terminando de organizar esos documentos?— preguntó Lincoln entrando a la oficina.

_ Me falta poco. Nada que yo pueda resolver. ¿Ya terminaste de hacer tu trabajo?— respondió Mauricio a Lincoln.

_ Ya terminé de hacer lo mío. Aparte, venía a decirte que hoy es un día especial. ¿Sabes que día es hoy?— preguntó Lincoln a su socio.

_ Hoy es jueves.— respondió Mauricio.

_ Si, pero me refería a la fecha que es hoy. ¿Recuerdas?— volvió a preguntar Lincoln.

_ Ah ya recordé. Hoy es el día de lavandería. ¿Ya mandaste a lavar las sábanas de las habitaciones?— respondía el pelinegro.

_ Ja, ja, muy gracioso. Ya déjate de juegos, sabes de qué estoy hablando, y sé que estás jugando. Cómo en otras ocasiones.— dijo Lincoln riendo falsamente.

_ Jeje, ya lo sé. Es imposible no jugar con eso contigo chaval. Pero si, hoy es día de paga. ¿Queréis tu cheque ahora o después?— preguntaba Mauricio.

_ Que sea ahora, ya que iré al banco y luego de eso iré a reunirme con los chicos. Nos quedamos en reunirnos para pasar este día juntos.— respondió Lincoln.

_ Vale chaval. Enseguida te daré tu cheque, y luego de eso me encargaré de pagarle a nuestros trabajadores.— acató Mauricio.

Así Mauricio le dio a Lincoln su cheque ya que hoy es día de paga. El albino toma su cheque y luego sale de la oficina despidiéndose de su socio. Luego fue al elevador donde fue hasta el piso de abajo para posterior salir del edificio. Procedió a caminar para así reunirse con sus amigos, pero antes tendría que ir al banco primero.

Fue al que estaba en el centro del pueblo, vio que no había mucha gente, por lo que esperó a que fuera su turno. Para cuando le tocaba a él fue que se dirige a una empleada que estaba atendiendo.

_ Buenas tardes joven, ¿Que es lo que necesita?— saludaba la empleada a Lincoln.

_ Buenas tardes, vengo a hacer un depósito y también a sacar un poco de dinero de mi cuenta.— contaba Lincoln lo que quería.

_ Está bien, enseguida le depósito su dinero y le daré el monto que necesita.— contestó la empleada.

Con eso Lincoln le dio el cheque a la empleada, quien le pidió a Lincoln el número de su cuenta bancaria. Luego de depositarlo procedió a retirar la cantidad de dinero que Lincoln quería. Ya luego de eso el albino sale del banco para así irse con sus amigos, quienes de seguro deben de estar esperando.

_ ¿Que tal chicos? Lo que acaban de ver es algo que llevo haciendo desde que el hotel abrió. Cada fin de mes recibo mi pago por hacer mi trabajo en el hotel, y siempre vengo al banco a depositarlo para que esté seguro.

_ Si se preguntan cuánto tengo guardado, solo les diré que tengo lo suficiente para cuando llegue a la universidad. Y si quiero también me podría comprarme un auto, pero mejor prefiero guardar ese dinero para algo realmente necesario, aparte que me gusta usar mi bicicleta que tengo desde hace unos años.

Tras esa plática con el espectador Lincoln siguió su camino hasta llegar a la entrada del parque Ketchan, en donde ahí estaban sus amigos esperándolo, solo faltaba alguien ahí en el grupo, Liberty. Los chicos al ver a Lincoln se dirige a él.

_ Al fin llegas, creíamos que no vendrías.— dijo Stella a Lincoln.

_ Perdón por la tardanza. Como saben es último del mes y como tal recibí mi pago, y antes de venir fui a depositarlo al banco.— contaba Lincoln lo que había hecho.

_ Cierto, habíamos olvidado ese detalle.— comentó Rusty.

_ ¿Y Liberty, aún no ha llegado?— preguntó Lincoln.

_ Dijo que ya viene en camino. Por lo que podemos esperarla hasta que venga.— respondió Clyde. 

Así los chicos esperaron hasta que llegara Liberty. Unos dos minutos después la albina había aparecido, venía corriendo un poco para así estar con los chicos y disfrutar de la tarde con ellos.

_ Perdón por la tardanza.... tuve que ayudarle a mi madre con algunas cosas, y por eso me tardé en venir.— dijo Liberty el por qué se tardó.

_ Descuida, yo también me tardé un poco debido a unos asuntos. Lo importante es que estás aquí y así podemos iniciar con nuestra tarde juntos.— dijo Lincoln tranquilizando a su amiga.

_ Está bien, ¿Y que haremos para esta tarde?— preguntó la albina.

_ Vamos al salón de juegos. Escuché que al lugar trajeron máquinas nuevas, y algunas son de las que traen premios adentro.— contaba Zach lo que harían.

_ Se olle genial, pues no nos quedemos aquí y vayamos a divertirnos.— decía Stella gustosa.

Sin más los 7 amigos fueron con rumbo al salón de juegos para así pasar este día como solo ellos saben hacerlo. Para Liberty esto era algo genial, desde que se juntó con ellos la ha pasado de lo mejor. Cuando todos salen juntos a divertirse es más que claro que la diversión está garantizada.

Además de que la misma Liberty desde el primer momento ha sentido curiosidad sobre Lincoln. A ella le llamaba su atención de que hubiera alguien parecido a ella. Quería saber algunas cosas sobre él, pero se las diría en otra ocasión. Llegaron al arcade en donde, tal como dijo Zach, al lugar habían cambiado algunas máquinas por otras que son nuevas.

_ Wow, en verdad cambiaron varias de las máquinas por unas nuevas. Realmente se ve increíble el lugar.— decía Lincoln impresionado.

_ Si este es el paraíso entonces no hace falta que muera para ir hasta allá.— dijo Clyde admirando todo.

_ Ya le hacía falta un cambio a este lugar, se lo merece por tanto que nos ha ofrecido.— dijo Rusty.

_ Ya quiero ir a probar los nuevos juegos que tienen esas máquinas. Muero de ansias por jugarlos.— decía Liam ya ansioso.

_ No nos quedemos aquí parados. Vayamos a jugar y divertirnos.— dijo Liberty a sus amigos.

Sin más los chico entraron al salón de juegos en donde probaron las nuevas máquinas que había. Estuvieron así por varios minutos, disfrutando de una experiencia única al jugar varios juegos de los cuales, solo habían visto en videos. Los 7 hicieron algunos retos, en donde hicieron equipos, Lincoln estuvo con Liberty donde ambos albinos hicieron una dupla que sorprendió a sus amigos.

Además de llegar a sorprender a algunos que estaban por ahí, pero no fue hasta que decidieron en retar a alguien más que no fueran sus amigos. Por lo que algunos chicos en el lugar retaron a los peliblancos, quienes aceptaron sin vacilar. Todo mundo eran testigos de lo que ambos albino hacían, como se mencionó antes, hacían una dupla impresionante.

_ Bien, bien, es momento que los Reyes del lugar demuestren que este lugar les pertenece.— dijo una voz a los albinos.

Todos vieron como un chico algo gordo y otro delgado aparecían, ambos tenían caras muy confiadas, ya que venían a hacerle reto a Lincoln y Liberty. Estos últimos vieron a esos chicos, al verlos les recordó que ellos dos estaban en una clase con ellos.

_ ¿Ustedes quieren jugar contra nosotros?— preguntó Liberty a los chicos.

_ Es claro la respuesta. Nosotros les demostraremos que nadie puede contra nosotros dos.— respondió el chico flaco.

_ Pues veamos si es verdad lo que dicen. Empecemos con esto.— dijo Lincoln aceptando el reto.

Fue así que ambas parejas comenzaron el reto, de quienes eran mejores en los videojuegos en ese lugar. Para eso cada quien competiría en máquinas distintas, Lincoln le tocó contra el chico delgado, y Liberty con el tipo gordo. El juego que escogieron fue uno de lucha.

Iniciando el juego ambas parejas fueron con todo. Tanto Lincoln como Liberty hacían combinaciones para así, hacerle daño al personaje de su oponente. La pelea estaba entretenida, los amigos de los albinos estaban atento a lo que veían, y no eran los únicos. Minutos después se puede ver cómo Lincoln había ganado el primer round, mientras que el chico gordo le había ganado a Liberty.

Ya en el segundo round el chico flaco intentó de todo para así ganar este asalto, Liberty por su lado también intentaba acorralar al personaje de su oponente y así, ganar este round. Tras unas combinaciones de movimientos y ataques, fue que Lincoln no pudo evitar que su oponente le ganara, cuando ya lo tenía como quería. En el caso de Liberty fue diferente, la albina había leído los movimientos que su rival hacía, por lo que haciendo lo mismo y hacerle un engañe logró ganar el segundo round.

_ ¡Increíble chicos, sigan así y ganen!— exclamó Stella entusiasmada.

El encuentro estaba parejo, este era el round decisivo, solo una pareja puede ganar y la otra tendrá que resignarse a sufrir la derrota. Lincoln veía como su rival ejecutaba movimientos que anteriormente había usado, por lo que intentó bloquear y darle un golpe sorpresa. Liberty veía como el tipo gordo estaba enojado, y no por nada, una chica le estaba pateando el trasero en los videojuegos.

Los dos albinos comenzaban a contraatacar y realizar varios combos que lograron con debilitar al personaje de sus rivales. El primero en ganar el tercer round fue Lincoln, quien pudo ganarle a su oponente. Liberty por su lado le estaba complicando un poco ganarle a su rival, Lincoln vio que el personaje de su amiga tenía la barra de vida casi vacía, mientras que la de su oponente estaba a la mitad.

_ Vamos Liberty, sé que puedes hacerlo. Confío en ti.— dijo Lincoln esas palabras motivacionales.

La albina escuchó lo que su amigo que comparte similitud con ella le dijo, por lo que haría lo que fuera para ganar, dejarle claro a todos, que las chicas también son buenas en los videojuegos. Luego de varios movimientos y combos, Liberty pudo romper las barreras de su oponente, dándole así la oportunidad de oro para así ganarle.

Todos vieron como el personaje de la albina lanzó ataques a su rival, quien este último no pudo evitar que su personaje recibiera los ataques de la albina. Cuando el personaje de Liberty dio el último golpe el personaje del chico gordo cayó al suelo, dándole así la victoria a la albina.

Los chicos fueron a dónde estaba Liberty para así felicitarla por haber ganado. Lincoln estaba impresionado que Liberty haya ganado. Además de que le sorprendía como ella sabe jugar bien, luego los amigos fueron a la barra a comer algo y disfrutar de la victoria de Liberty.

_ Eres realmente buena en los videojuegos Liberty. Se podría decir que estás al nivel de Lincoln.— dijo Clyde a su amiga.

_ Gracias Clyde, la verdad es que solía ser adicta a los videojuegos, luego los dejé por un tiempo. Aunque de vez en cuando suelo jugar algún juego.— contaba la albina.

_ Lo que dijo Clyde es verdad, verte jugar y saber todo tipo de combinación me recuerda a como suelo jugar, solo que más táctico y cuidadoso. Realmente eres asombrosa Liberty.— halagó Lincoln a su amiga.

La albina se sonrojó ante el comentario de Lincoln, siendo honesta había perdido un poco el toque en los videojuegos, y le sorprendía ver cómo le ganó a ese chico, quien jugó mejor que nunca. Luego de comer los amigos fueron a seguir divirtiéndose.

Por su lado Liberty vio una máquina de premios, que en su interior había todo tipo de premios que se podía ganar. Vio que adentro se encontraba una caja con un reloj de color naranja con detalles blancos. Por lo que intentó conseguir, para eso tendría que ganar dicho juego.

Introdujo un billete y de ahí procedió a ganar su premio. Con la palanca dirigió a dónde estaba el reloj, cuando vio que estaba encima de su objetivo, dejó caer la garra mecánica para así tomarlo, al hacerlo la caja del reloj se resbala. Liberty soltó un suspiro, lo intentó una segunda vez, ya que al jugar tiene tres intentos, y perdió uno.

Lo intentó nuevamente y vio que la garra mecánica lo había tomado, la atrajo hasta el hueco para así tomarlo, pero nuevamente la cajita se resbaló de la garra. La albina comenzaba a desesperarse, pero se controló. Lo intentó nuevamente con la última oportunidad que le quedaba.

Posicionó la garra mecánica por encima de su premio, al estar segura que estaba en su posición lo soltó. La garra había tomado la caja, a lo que Liberty la dirige a dónde tiene que soltarlo. Pero justo a unos centímetros antes de llegar al hueco la cajita volvió a resbalarse. Liberty comenzó a quejarse, estaba por conseguirlo, pero no pudo lograrlo. Quiso intentarlo nuevamente, pero vio que no traía más dinero.

_ Diablos, dejé mi dinero en casa. Será mejor otro día, si es que sigue ese reloj ahí.— dijo Liberty ya resignada.

La albina fue a ver qué podía hacer para entretenerse, se puede ver qué alguien a lo lejos había visto lo que la albina había hecho, por lo que haría algo al respecto. Más tarde los chicos ya tenían que irse, habían pasado un gran día juntos, Liberty estaba por irse a su hogar, cuando de pronto alguien le llamó.

_ ¡Liberty espera!— exclamó esa persona.

La albina volteó a ver y vio que se trataba de Lincoln. El albino se acercó a su amiga, tenía un brazo detrás de su espalda. Fue ahí que Liberty se dirige al peliblanco.

_ ¿Que es lo que sucede, Lincoln?— preguntó la albina.

_ Solo venía a decirte que jugaste bien hace unos momentos atrás. Aún sigo impresionado de ver lo que eres capaz. Además de darte esto a ti.— dijo Lincoln a su amiga albina.

Lincoln le mostró a Liberty lo que tenía oculto, la peliblanca se sorprendió al ver lo que tenía Lincoln para ella. Se trataba del reloj que quería ganar de esa máquina. Antes de que la albina dijera algo Lincoln se le adelantó.

_ Vi que intentabas ganar ese reloj, y supe que lo querías mucho. Me tomó varios intentos pero al final pude conseguirlo.— contestó Lincoln.

_ Lincoln... no debiste de molestarte en ganar eso para mí.— dijo la albina sorprendida.

_ No es nada, vamos, pontelo a ver cómo te queda.— dijo el albino.

Así Liberty tomó el reloj y se lo puso en su muñeca izquierda. Vio que le quedaba bien, Lincoln la vio y sabía que ese reloj le quedaba a la perfección a su amiga.

_ Te luce bien, tanto como el que conseguí para mí también.— decía Lincoln mostrando un reloj similar.

_ ¿Conseguiste uno para ti también?— preguntó la peliblanca.

_ Aproveché la oportunidad, aunque no me creas, los gané al mismo tiempo, fue algo que me sorprendió.— contaba Lincoln cómo se los ganó.

Luego de eso ambos albinos tomaron rumbos diferentes para ir a sus respectivos hogares. Liberty estaba feliz del gesto que hizo Lincoln por ella, de regalarle el reloj que quería ganar. Sin duda es un chico con un gran corazón, esperaba regresarle el gesto, ya pensaría que podría hacer por él.

Días después.

Unos días pasaron luego de que vimos a nuestros amigos pasar un día para divertirse como siempre lo han hecho. En esta ocasión vemos cómo Lincoln y Liberty estaban en una de las clases que le tocaban juntos, y esa era clase de arte.

Ambos jóvenes estaban cada quien haciendo un dibujo sobre un lienzo, Lincoln estaba haciendo lo que parecía ser un amanecer. El sol apareciendo desde el horizonte sobre un campo. El albino daba algunos trazos con un pincel delgado, Lincoln aún conservaba su toque para el dibujo, aún recuerda que cuando era un niño quería ser dibujante de cómics, pero ahora la vida le dio un nuevo rumbo, uno que quiere seguir hasta el día que se retire.

Ya acabada la clase fue que los alumnos que estaban ahí dejaron sus materiales en sus lugares. Lincoln fue a ver qué había dibujado Liberty. Su sorpresa fue tanta al ver qué su amiga había dibujado lo que parecía ser un atardecer. Se podía ver cómo el sol empezaba esconderse sobre lo que parecía ser un campo, donde también se podía apreciar algunas luciérnagas volando y destellando sus luces.

_ Wow Liberty, este dibujo es hermoso.— comentó Lincoln sorprendido.

_ Gracias, aunque le falta algunos detalles para acabarlo.— respondió la albina.

_ ¿Que aún le falta? Se ve que está completo, me sorprende la calidad que tiene. Los detalles en el cielo, el sol, el pasto, todo. Esto parece un cuadro sacado de un museo.— contaba Lincoln los detalles del dibujo.

_ Ay no digas eso, aunque cuando estoy aburrida sin hacer nada suelo dibujar un poco. Tengo algunos dibujos en un cuaderno, además que los subo a una página. Otro día te los mostraré.— contaba la albina su pasatiempo.

_ Y estaré encantado de verlos. Ya es momento de irnos, hay que guardar todo esto.— dijo Lincoln a su amiga.

Así ambos peliblancos guardaron todo lo que usaron, dejaron sus pinturas en donde no les pase nada y que sequen bien. Salieron del salón para así irse con sus amigos, durante el trayecto a la salida fue que tuvieron una pequeña conversación.

_ ¿Y que harás este fin de semana, Liberty?— preguntaba Lincoln a la albina.

_ No sé, quizás estar todo el día en mi cama sin hacer nada. A no ser que mis padres hagan algo. ¿Y tú qué harás?— respondía y preguntaba Liberty.

_ Quizás haga lo mismo que tú, aunque siempre suelo estar ocupado con algo. Nada que yo pueda resolver.— respondió Lincoln.

Algo que no se ha mencionado aún, y es que Lincoln no le ha contado a Liberty de que es dueño de un hotel y que lo maneja con un amigo y socio. Esperaba la oportunidad para así decírselo, de momento quiere que sea una sorpresa. Aparte que durante el tiempo que Liberty llegó a la escuela muchos alumnos empezaron a hacer rumores sobre la albina, y uno de ellos es que ella es la hermana pérdida de Lincoln.

Para ambos no les molestaba que muchos crean que son hermanos, aunque tengan un parecido enorme no quiere decir que sean parientes. Sus amigos son los únicos que saben que ellos dos no son familia, y si lo fueran, ya lo hubieran descubierto hace mucho. Ya afuera fue que ambos albinos irían a dónde estaban sus amigos fue que Liberty metió sus manos en los bolsillos de su vestido y notó algo que la alarmó.

Sintió que algo le faltaba, buscaba bien en sus bolsillos por si no revisó bien, pero nada. Revisó en su mochila por si estaba ahí, por más que buscaba no encontró nada. Lincoln se percató de esto y fue que le preguntaba su amiga que estaba ocurriendo.

_ ¿Que ocurre Liberty?— preguntó Lincoln.

_ No encuentro las llaves de mi casa. Creo que se debieron caer cuando estábamos en la clase de arte.— respondía Liberty que sucedía.

_ Si quieres puedo ir a buscarlas por ti.— se propuso Lincoln ayudar.

_ Descuida, yo misma iré a buscarlas. Puedes esperarme aquí.— dijo Liberty ir ella misma.

Lincoln nada más asintió y dejó que su amiga fuera ella misma a buscar las llaves de su casa. Fue al último salón en donde había estado ella, el cual era el salón de arte. Buscó sus llaves en donde pudieran estar, mirando detenidamente las encontró.

Las guardó en su mochila para que así no se vuelvan a perder. Ya con eso fue de regreso con Lincoln y así irse a sus hogares. Mientras caminaba pasaba por los baños, justamente en ese momento alguien salía del baño de los chicos. Era uno de los chicos que días atrás Lincoln y Liberty hicieron una competencia, en la cual ellos salieron ganando.

_ Hey Tom, mira quién va ahí, es la chica con la que perdiste el otro día.— dijo el chico flaco a su amigo.

_ Así es Jeff, esa es la anciana con la que perdí. Cómo quisiera desquitarme con ella en estos momentos.— respondió el tipo llamado Tom.

Al decir eso fue que a Tom le llegó una idea, a lo que se lo cuenta a su amigo en su oído. Cosa que hizo que el chico solo sonriera de lo que su amigo contó. A lo que ambos se acercaron silenciosamente para evitar que Liberty los oiga. Cuando estaba a pocos metros de la entrada fue en ese momento que la peliblanca fue tomada de los hombros y sus brazos.

_ ¡Pero que de...!— dijo pero fue silenciada.

La albina intentó zafarse del agarre de quién o quienes la estuvieran arrastrando. Los dos tipos al tomar a Liberty la llevaron a un lugar donde nadie los vea, la llevaron al baño de chicos y de ahí la tiraron al suelo. Liberty se quejó un poco debido al golpe que recibió al impactar contra el suelo.

Levantó la mirada para ver quienes le hicieron eso. Al verlos notó de inmediato que se trataban de los mismos chicos a los cuales, ella y Lincoln le ganaron hace días en esa competencia en el salón de juegos.

_ ¡¿Que les pasa a ustedes?! ¿Por qué me arrastraron hasta el baño de chicos?— exclamó molesta Liberty.

_ Lo hicimos ya que tú y tu hermano nos arruinaste nuestra reputación. Nosotros solíamos ser los reyes en ese salón de juegos, pero ahora esa reputación está por los suelos, y todo gracias a ustedes.— respondió el chico llamado Tom.

_ Oigan, yo no sabía que ustedes tenían una reputación en ese lugar. Y además que Lincoln y yo les ganamos justamente. Por lo que deberían de aceptarlo como unos chicos maduros.— dijo Liberty calmadamente.

_ No digas nada anciana, lo que digas no nos interesa. Para eso nos vamos a desquitar contigo por lo que nos hiciste junto a tu hermano. ¿Que haremos con ella Tom?— preguntó el chico llamado Jeff.

Por su lado Tom pensaba que podría hacer con Liberty para así desquitarse por lo que ella y Lincoln les hicieron. Vio a la peliblanca detenidamente, vio que ella traía un vestido color naranja. Fue en eso que una idea surgió en su mente, puede que sea algo repulsiva, pero que al mismo tiempo, le gustaba.

_ Sé que podemos hacer contigo blanquita. Algo que tanto Jeff y yo disfrutaremos. Y que mejor manera que aprovechando que estamos solos.— dijo Tom de manera siniestra.

Liberty al oír lo que había dicho Tom se dio una idea de lo que había dicho, lo cual hizo que ella empezara a asustarse. Intentó huir de ahí, pero la detuvieron y la lanzaron al suelo nuevamente, Tom se puso encima de Liberty para que así evitar que ella escape.

_ No tan rápido chiquita, como dije, lo que haremos contigo lo vamos a disfrutar mucho. Ahora que te veo mejor, me atrevo a decir que te ves sexy, incluso más que las chicas que están en el club de porristas, y no quisiera dejar escapar esta oportunidad de perder nuestra virginidad contigo.— dijo Tom encima de Liberty.

La albina en este punto estaba más asustada que nunca, no creía que de verdad esos chicos serían capaces de abusar de ella. Saben del problema que se meterían, aunque duda que ellos les importe si lo que hacen está bien o mal. Lo harían sin sentir remordimiento o miedo algunos.

Con Lincoln.

Regresando con Lincoln, quien estaba esperando pacientemente a que Liberty regrese. Había pasado ya varios minutos y ella no aparecía, cosa que Lincoln se hacía preguntas del por qué ella se estaba tardando.

_ ¿Por qué se tarda tanto Liberty? ¿Acaso aún no encuentra sus llaves? Será mejor ir a ayudarle si es que aún no las encuentra.— se preguntaba Lincoln sobre Liberty.

Dejó su bicicleta en su lugar y entró a la escuela en búsqueda de su amiga. Entró al salón de arte para encontrarla ahí, al entrar notó que no había nadie, cosa que le extrañó. Por lo que pensó que quizás estuviera en otro lado buscándolas.

Fue al salón donde ellos dos están junto a sus amigos, vio nuevamente que no había nadie ahí, cosa que lo volvió a extrañar. Se preguntaba en donde podría estar su amiga, a lo que pensó que quizás ella esté en el baño de chicas. Caminó para ir a ese lugar y así comprobar que ella estuviera ahí.

Juntos cuando pasaba frente al baño de chicos escuchó algo que lo detuvo. Se dirigió a la puerta para escuchar que estaba ocurriendo ahí. Escuchó dos voces que no sabía de quienes eran, su curiosidad fue más grande, por lo que abrió la puerta para ver qué estaba sucediendo, y lo que encontró lo dejó impactado.

Lo que estaba viendo era a su amiga en el suelo, y con ella estaba dos chicos, uno de ellos estaba encima de ella, el otro solo observaba. Liberty tenía una mirada que solo reflejaba una sola cosa. Miedo, no tenía que ser un adivino para saber que estaba sucediendo ahí, a lo que fue de inmediato para detener lo que estaban por hacerle a su amiga.

Tom estaba mirando a su víctima, veía todo de ella, estaba ansioso por hacerlo con esa linda chica albina. Cuando estuvo por levantarle la parte baja de su vestido y así mirar su ropa interior, fue violentamente golpeado en la parte trasera de su cabeza, haciendo así que se quite de encima de la peliblanca.

Esto tomó por sorpresa a Jeff, quien miró al responsable de haber golpeado a su amigo. Se trataba de Lincoln, este último tenía una mirada que reflejaba una furia incontrolable. El albino no quería imaginarse lo que hubiese pasado si no llegaba en ese momento. Tom se levantó y se recompuso del golpe recibido, vio a Lincoln y acto seguido le dijo.

_ ¡¿Que mierda te pasa amigo?! ¡¿Por qué hiciste eso?!— exclamó enojado Tom.

_ ¿Y tienes el descaro de preguntar? ¡Estabas por abusar sexualmente de mi amiga! ¿Acaso estaban dispuestos a hacer eso? Me enferman.— dijo Lincoln enojado.

_ Nos importa un carajo lo que digas, íbamos a disfrutar este momento de no ser por ti. Y no permitiremos que nos arruines esto, anciano.— respondió Jeff al peliblanco.

_ No dejaré que le pongan un dedo encima a mi amiga. Para eso tendrán que pasar por encima de mí primero.— contestó Lincoln poniéndose en defensa.

Tom y Jeff vieron y escucharon lo que Lincoln les dijo, que si quieren hacerle algo a Liberty tendrían que pasar por encima de él, cosa que ambos chicos sabían a lo que se refería. Por lo que también se pusieron en pose de pelea, fue ahí que los dos fueron sobre Lincoln y así darle la paliza de su vida.

Lincoln simplemente esperó a que ellos vinieran hacia él, cuando ya los tenia cerca fue que a uno le dio un golpe en el rostro, mientras que al otro le propinó un codazo en su estómago. Los chicos no sabían cómo le hizo para hacer eso, pero no era suficiente, tendría que hacer más que eso para detenerlos y cumplir con su objetivo, abusar sexualmente de Liberty.

Jeff intentó regresarle el golpe, pero Lincoln lo esquivó, a lo que intentó hacerlo nuevamente, pero solo consiguió que Lincoln lo detuviera. Tom intentó atacarlo por sorpresa, pero Lincoln se apartó y al hacer el golpe que Tom le iba a dar a Lincoln se lo dio a su amigo. Lincoln aprovechó la confusión y golpeó a Tom en su rostro, le dio otro el cual lo hizo dar unos pasos atrás.

Mientras que Jeff se recompuso del golpe, a lo que atacó a Lincoln, quien no tuvo tiempo para reaccionar, a lo que recibió el golpe. Pero se compuso al instante, Jeff quiso volver a golpearlo, pero Lincoln esquivó dicho ataque, el chico no quiso detenerse, siguió atacando a Lincoln pero sin éxito alguno.

Tom se unió a la pelea, ambos chicos intentaron acertar un golpe a Lincoln y así tenerlo acorralado, para golpearlo sin piedad alguna y luego de eso, abusar de la albina. Lincoln aunque pareciera que estuviera acorralado en realidad estaba jugando con eso chicos, ya que no eran rivales para él. Unos segundos después ya se había divertido lo suficiente, por lo que quería terminar con esto.

Tomó del brazo a Tom y luego de eso lo acercó para darle un cabezazo que hizo que el gordo perdiera la orientación. Jeff aprovechó la distracción para golpearlo, pero Lincoln actuó rápidamente, le propinó un izquierdazo que lo tumbó al suelo, regresó con Tom y le dio una seguidilla de golpes, acción que hizo que Tom no tuviera oportunidad alguna de protegerse.

Ya cuando se cansó decisión acabar con esto, tomó impulso para así darle una patada en toda su cara, y así mandarlo al suelo cayendo inconsciente. Vio a Jeff, quien seguía consciente, por lo que se acercó para decirle algo que le quedara claro.

_ Escúchame escoria humana, si los vuelvo a ver qué le están haciendo algo a mi amiga. Haré que sufran tanto que pedirán estar muertos, y lo que haré con ustedes está incluido un bisturí para cirugías, ¿Te quedó claro?— dio esa advertencia Lincoln.

_ S-s-s-si.... no lo... haremos nunca... más.— respondió a duras penas Jeff.

_ Eso espero, por eso lo del bisturí no es broma.— aclaró Lincoln su amenaza.

Dejó a esos chicos ahí para ir a dónde estaba Liberty, quien había visto como su amigo le había dado una paliza a esos chicos que intentaron abusar de ella. Cuando vio que Lincoln estaba al lado de ella fue que se levantó y fue a abrazarlo además de derramar algunas lágrimas, realmente estaba asustada de lo que pudo haberle pasado si Lincoln no llegaba en ese momento.

Lincoln solo correspondió al abrazo, tampoco no quería imaginar si no hubiera entrado a buscar a su amiga. Esos chicos se hubieran salido con la suya y dejar a Liberty ahí, en el frío suelo del baño.

_ Ya, ya, todo terminó, ya no llores, aquí estoy yo.— dijo Lincoln consolando a la albina.

Liberty siguió llorando y abrazando a Lincoln, no quería separarse de él, sentía miedo, miedo de imaginarse a ella misma, tirada en el suelo y con un líquido viscoso saliendo de su intimidad, y peor aún, tener una cría de esos tipos.

_ ¿Ya tienes las llaves de tu casa? Para así acompañarte hasta allá.— preguntó Lincoln.

La albina solo asintió, Lincoln tomó la mochila de su amiga y salieron del baño, dejando a esos idiotas en el suelo. Salieron de la escuela y posterior a ello fueron hasta la casa de la peliblanca. Se fueron caminando ya que Liberty seguía abrazada de Lincoln, solo que en su brazo. Lincoln llevaba en su otro brazo su bicicleta y la mochila de su amiga. Le agradecía al cielo de haber entrado a la escuela y buscar a Liberty, si hubiera estado más tiempo afuera esos chicos hubieran abusado de la peliblanca.

Liberty guiaba a Lincoln en donde quedaba su casa, puesto que él no sabía. Minutos después habían llegado a la casa de la albina, fueron hasta la entrada en donde Liberty se soltó de Lincoln, este último mira a su amiga para así despedirse de ella.

_ Llegamos, nos vemos luego Liberty. Y en verdad me alegra que no te haya pasado nada. No iba a permitir que esos dos idiotas te hicieran algo, no mientras estuviera ahí.— dijo Lincoln a la albina.

_ Muchas gracias por salvarme... tenía miedo... miedo de que esos tipos abusaran de mí... de quitarme mi ropa interior... de... de... de...— decía Liberty con miedo en su voz.

_ Ya no pienses en eso, yo mismo me encargaré de que esos sujetos no se salgan con la suya. Ya no tengas miedo, yo estaré contigo en todo momento, conmigo nadie te hará daño, te lo prometo.— prometía Lincoln estar con Liberty.

Con un último abrazo la albina entró a su casa y tratar de olvidar este momento traumático que tuvo. Lincoln se prometió que haría pagar a esos tipos que casi abusan sexualmente de su amiga. Aparte que estaría más tiempo con ella y así evitar que algo como esto volviera a suceder y que Liberty supere capítulo de su vida.

Los días siguientes Lincoln había cumplido lo que había prometido, acusó a los dos chicos ante el director, quien se sorprendió lo que esos chicos hicieron. Estos negaron los hechos, pero el director vio los videos de las cámaras de seguridad, y corroboró lo que Lincoln dijo. A lo que el hombre con las pruebas suficientes expulsó a los dos chicos, además de llamar a la policía y a los padres de ambos.

Todos en la escuela se preguntaban que estaba sucediendo, pero el director no dio detalles de lo ocurrido. Lincoln les contó a sus amigos de lo ocurrido, a lo que ellos también prometieron en ayudar y proteger a Liberty de que le vuelva a pasar algo parecido. Y así fue, durante esos días Liberty sentía miedo de volver a ese lugar, pero gracias a la ayuda de Lincoln y los chicos ella volvió a tener confianza de regresar.

Ya contado de lo que pasó luego de ese incidente vayamos a lo que hacen nuestros protagonistas. Los amigos estaban en su salón de clase y ellos veían el pizarrón anotando unos problemas de matemáticas que ellos debían de resolver. La mayoría se quejaban de dichos problemas estaban difíciles, otros se partían la cabeza por intentar resolverlos. Pero todos fueron salvados por la campana que sonó en ese momento.

Todos agradecían a cada ser omnipotente de que esta tortura haya terminado. Guardaron sus cosas en sus mochilas y listos para irse, pero antes la maestra de turno daría un aviso.

_ Antes de que se vayan les dejaré de trabajo resolver algunos problemas de matemáticas. Y para eso lo harán en parejas, y yo misma me encargaré de escoger quienes serán.— dio el aviso la maestra.

Algunos se quejaron de que nuevamente tendrían que resolver otros problemas matemáticos, deseaban hacer otra cosa menos eso. Otros en cambio aceptaban el reto. Fue entonces que la maestra escogió las parejas. Entre algunas estaban Clyde con Cookie, Rusty con Kat, Liam con Stella, y la que nadie se esperaba, Lincoln con Liberty.

_ Ahora que están escogidas las parejas deberán de entregarlos mañana temprano. Ya pueden retirarse.— dijo la maestra a sus alumnos.

Con eso todos salieron y así disfrutar este día sin dejar de lado la tarea que les dejaron. Lincoln y Liberty se reunieron para así ponerse de acuerdo en donde harían la tarea.

_ Con respecto a la tarea que nos dejó la maestra Susana, ¿En donde la haremos? ¿En tu casa o en la mía?— preguntó Liberty a Lincoln.

_ Podemos hacerla en mi hogar, ahí nadie nos podrá interrumpir cuando la hagamos.— contestaba Lincoln.

_ Por mí está bien. Vayamos ahora para así terminarla. Ya que las matemáticas no son lo mío.— aceptaba Liberty la idea.

_ Saberle a las matemáticas no es tan complicado, una vez que lo entiendas se te hará más fácil.— comentó el albino.

Ya una vez decidido en donde harían la tarea ambos albinos salieron de la escuela para ir al hogar del peliblanco. Para Lincoln esta era una oportunidad para mostrarle a Liberty donde vive y que además es uno de los dueños de dicho edificio. Fueron a dónde Lincoln tiene su bicicleta, le quitó la cadena y de ahí partieron, lo bueno de la bici de Lincoln es que tiene para llevar a alguien en la parte de atrás.

Durante el viaje Liberty se hacía muchas ideas de como luce la casa de Lincoln, si es una simple o una similar a la suya. Por su parte Lincoln se imaginaba la reacción de Liberty cuando le diga que es el dueño del edificio. Unos minutos después habían llegado, Liberty se extrañó al ver qué Lincoln la trajo a lo que parecía ser un hotel, por lo que se acercó a él para decirle.

_ Lincoln, ¿Que hacemos aquí? No se suponíamos que iríamos a tu casa a hacer el trabajo.— preguntaba Liberty a Lincoln.

_ Es una sorpresa que tenía guardada para ti y esperé hasta que fuera el momento para decírtelo. Y es que este hotel en que estamos yo soy uno de los dueños, así como me escuchas, soy uno de los dueños de este hotel.— revelaba Lincoln su secreto.

Liberty se desubicó cuando Lincoln le dijo que él es dueño de ese hotel. Vio arriba del mismo y notó el cartel que tenía el nombre del hotel, el cual es "The Lincoln House" para la albina le pareció simplemente una coincidencia, no creía del todo que de verdad Lincoln sea dueño de ese lugar y que solo le estaba gastando una broma.

_ Puedo intuir que empiezas a dudar de lo que dije. Pero es verdad, sino me crees pues entremos, te mostraré como se ve el hotel adentro. Vamos no seas tímida.— invitaba Lincoln a Liberty a entrar.

La albina aún dudaba de que si Lincoln estaba jugando con ella o si decía la verdad, por lo que fue con él y si en caso que fuera una broma le daría un zape. Antes de entrar Lincoln dejó su bici en su lugar VIP, luego ingresaron al inmueble, la chica de cabello blanco se impresionó al ver el interior de ese hotel, le hacía recordar algunos que ha visto en internet y en películas.

En eso apareció Mauricio, quien al ver a Lincoln le saluda y saber cómo le fue en su escuela. Tal como lo haría un padre con su hijo.

_ Hola Lincoln, ¿Cómo te fue en la escuela chaval?— saludaba Mauricio a su socio.

_ Hola Mauri, pues me fue bien, nada del otro mundo. Por cierto, haré una tarea con una compañera, la cual vino conmigo al hotel para hacerla.— respondía Lincoln lo que harían.

_ Vale, ¿Y en donde está tu amiga qué dices?— preguntaba Mauricio por la compañera de su socio.

En eso Liberty había aparecido ya que se había quedado viendo algunas cosas que le llamaba su atención. Mauricio vio a Liberty y se quedó boquiabierto al ver a la compañera de su socio, ya que era innegable el parecido de Liberty con Lincoln.

_ Madre mía chaval, acaso estoy flipando, ya que estoy mirando doble.— se preguntaba Mauricio.

_ No estás delirando amigo, ella es Liberty y es mi compañera que te había contado, ella y yo haremos una tarea que nos dejó la maestra.— contestaba Lincoln a su socio.

_ Menos mal, os dejaré que hagan su tarea vosotros. Yo iré a mi oficina, esto que acabo de ver me dejó que flipas.— decía Mauricio yendo a su oficina.

_ Está bien amigo, si pasa algo yo te aviso. Vamos Liberty, vayamos a mi habitación a hacer la tarea.— le dijo Lincoln a su amiga.

_ Okey, vamos a hacer esta tarea antes que me vuelva loca.— acató Liberty a Lincoln.

Así ambos albinos fueron al elevador para así ir a la habitación de Lincoln para hacer esta tarea. Sin imaginar que algo sucedería cuando ellos dos estén por entrar al elevador, algo del cual hará que sus vidas cambien para siempre, pero un cambio que traerá alegría y felicidad a sus almas y que le darán gracias al cielo de que dicho suceso haya sucedido.

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Hola amigos, ¿Cómo están? Espero que bien.

Bueno, en este capítulo vimos como Lincoln y Liberty, junto a sus amigos pasaron todo un día juntos como lo han hecho y que Liberty se siente feliz de tener amigos. Además de que Lincoln le haya regalado a Liberty un reloj que ella quería, dejándole claro que los amigos se apoyan y quieren.

Aparte que Lincoln salvó a Liberty de que fuera abusada sexualmente por los dos chicos a quienes les ganaron en una pequeña competencia en el salón de juegos. Y también que  Lincoln le mostrara a Liberty que es dueño de un hotel junto a su socio. Cómo algunos ya saben que sucederá luego de este capítulo, y para quienes no sepan, es donde comienza toda la historia de amor entre ambos albinos.

Ya sin nada más que decir los dejo con mis angelitos para despedir el capítulo.

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