Estrella Brillante
ALTO: Antes de leer quiero decir que este capítulo contiene temas sensibles que podrían afectarte o no sentirte cómodos con ellos
Desde que era niño me gustaba ver las estrellas desde mi ventana, esas pequeñas luces que brillaban me hacían sentir menos solo... Siempre pensando que una de esas estrellas era mi padre cuidándome desde haya arriba, era solo el consuelo de un niño desesperado por como dije sentirse menos solo.
Desde la muerte de mi madre las cosas había cambiado para mejor, había conseguido comprar una casa lejos de aquí y la mudanza estaba casi terminada, y aunque todo parecía ir tan rápido hacia adelante la salud de mi hermano solo iba cuesta abajo, sus crisis eran cada vez más frecuentes, los dolores eran insoportable... cada día veía como mi hermanito se deterioraba frente a mi.
Aquel día después de sanar las asperezas y rencores que tenía con mis amigos era hora de volver con mi hermanito.
Rita llega con las medicinas de mi hermanito para suministrárselas.
—¿Como estamos con el dolor hoy Cas? —preguntó ella mientras masajeaba sus piesitos que tenía inflamados por los problemas del corazón que tenía.
—Un seis —me miró con cautela.
—mentiroso —bufé molesto.
Rita sonrió para besar su frente y arroparlo en su cama.
—Descansa de acuerdo —besó su mejilla colocando un poco de analgesia.
Mi niño sonrió para cerrar sus ojitos y dormir de inmediato, me daba miedo la facilidad con la que dormía, me quedé acariciando su mejilla por un momento cuando Rita me hizo señas para que saliéramos.
Nos sentamos en la sala, esa cara que me dio no me gustaba.
—Los resultados llegaron Beck, tenemos que hospitalizarlo —soltó la bomba— su corazón no aguantará mucho amor.
—Él ya no quiero Rita —suspiré— y no quiero obligarlo... pero yo...
Ella tomó mi mano para calmarme, mi hermano estaba en cuidados paliativos, lo sabía bien pero aún con eso era muy duro.
—Debo irme temprano hoy, te dejaré una dosis de analgésicos extras por si se siente mal en la noche, no tuvo un buen día hoy —mencionó ella— si necesitas algo o se pone peor me llamas y vendré de acuerdo.
—Gracias Rita —suspiré agotado.
Ella besó mi frente con ese amor maternal que me daba siempre.
Al irse me quedé mirando dormir a mi hermanito pendiente de él, a su lado por si me necesitaba un par de horas después empezó a quejarse un poco, arqueando su cuerpo por el dolor.
—Tranquilo Cas —dije mirando el monitor, su corazón latía rápidamente
—Beck... Beck —me llamó gimoteando— me duele mucho.
—Shh Shh todo va estar bien —dije inyectando los calmantes— te sentirás mejor en un momento de acuerdo.
Sus lagrimitas empezaron a salir de sus ojitos, tomé su mano para que pudiera presionar la mía, acariciando su cabello para calmarlo.
—Estoy cansado Beck —me miró, se podía ver en su rostro, tan blanco que hacía honor a su nombre, las grandes ojeras bajo sus ojos y el tono morado que tenían su labios, sus manos frías y delgadas como las de un esqueleto.
—Lo se, lo se —besé su frente— te sentirás mejor, solo aguanta.
—No... —dijo adolorido.
—Ey, ey —lo calmé— sabes, nunca te conté cuando naciste verdad.
Quería distraerla para que apartara el dolor de su cabecita.
—Mamá me tuvo antes de tiempo —dijo con los ojitos apagados.
—Asi es, fue cuando estábamos desayunando, papá hacia los mejores panques —conté— entonces vi como el agua empezó a caer de su vestido así que me reí lo más fuerte que pude.
—Te reíste porque se le rompió la fuente —dijo confundido arqueando la ceja.
—Bueno yo era medio tonto así que pensé que se había hecho pipí —asentí lo que lo hizo reír— en fin, papá nos llevó al hospital entonces mamá dio a luz a un pequeñito bebé que cabía en la palma de una mano.
—Era muy pequeño —asintió— ¿viste mis intestinos de fuera? —preguntó curioso.
Negué, era una de sus cicatrices más grandes que estaba en su abdomen.
—Te habían cubierto con una gasa, eras más cables que bebe —recordé— luego empezaron las cirugías y sólo te podía ver atravez de un cristal, pero empezaste a ganar fuerza como el campeón que eres entonces me dejaron cargarte.
Aún recordaba ese día, papá estaba trabajando y mamá se negaba a cargarlo entonces fui yo quien le di pecho con pecho para calentarlo.
—Ese día fue el día más feliz de mi vida, porque por fin pude cargar a mi hermanito por primera vez —afirmé con una sonrisa— eras un bebito hermoso... bueno si un poco feo pero todo mío.
—Tu también eras feo que te haces —se quejó
Asentí, no mentía éramos bebés enfermos y que no habían llegado a término, no podía pedir mucho parecíamos ratas calvas.
—Desde ese día no has dejado de luchar por tu vida —pronuncie la única verdad— no lo hagas ahora si.
—Beck...
—Por fin podemos ser libres, no me deja ahora por favor —rogué.
Mi hermano asintió con esos ojitos llenos de lágrimas.
—Acuéstate conmigo si —pidió cansado.
Hice lo que me ordenó, estaba caliente por lo que probablemente tuviera fiebre.
—Te amo mucho —dijo recargándose en mi.
—Yo más hermanito, yo más —susurré.
Aún apesar de la esperanza que tenía... no iba hacer que mi hermano mejorara
La noche había sido un infierno, las fiebres lo hacían alucinar y su dolor era insoportable, lo poco que estaba consciente terminaba por desmayarse en mis brazos una y otra vez.
—Llamaré a Rita —dije cansado cuando ya me estaba sobrepasando todo.
—No... —pidió mi hermanito cansado, le había puesto Casper pues era más blanco que el fantasmita amistoso, pero hoy su color era casi traslúcido.
—Cas...
—Estoy cansado Beck... solo quiero dormir —murmuró agotado.
Estábamos en la sala pues teníamos más espacio aquí, incluso había tratado de ponerle nuestros viejos videos para animarlo.
—No... no hermanito vas a estar bien si —negue tomando mi teléfono temblando.
—Beck... por favor, estoy cansado... me duele todo, todo el tiempo —dijo llorando— ya no puedo hermanito ya, no.
—No, no... —mi hermano me miró con sus ojitos cristalinos, con la vida dejando su cuerpo.
Suspiré con el corazón hecho pedazos sabiendo que lo mejor que podía hacer en esta vida era dejarlo ir aunque eso me terminara matando a mi.
—Si... —asentí destrozado.
Una ligera sonrisa se hizo en su rostro.
Me acoste a su lado para abrazarlo, colocando su cabeza en mi pecho.
—Duerme hermanito —dije besando su frente— te amo muchísimo.
—Gracias Beck —susurro agotado— eres el mejor hermano del mundo... te amo.
Besé su frente mientras mis lágrimas impregnaban su cabello, no me cansé de decirle cuánto lo amaba, lo buen hermano que había sido, recordándole los buenos momentos que vivimos juntos, lentamente como el sol fue saliendo aquel beep que marcaba su corazón se fue detenido hasta el pitido que acabó con la vida de mi hermano.
—No... no, no, no —pronuncie aferrándome a él— por favor no me dejes, tú no...
Mire a mi hermanito, sus ojitos estaban cerrados y en su rostro solo había una ligera sonrisa.
—Vamos Cas es hora de despertar —rogué moviéndolo ligeramente— por favor hermanito despierta.
El silencio se apoderaba de la habitación.
—No, no te voy a perder —declaré levantándome para ponerme sobre el e iniciar la reanimación— vamos Cas, no me dejes.
1... 2... 3 me concentre para seguir el ritmo tarareando la canción.
—¡No me dejes! —grite para continuar.
No lo iba perder, no iba perder a mi hermanito, no me detuve... seguí y seguí aunque sintiera que me ahogaba del cansancio.
Después de una hora ya no podía...
—Lo siento... —lloré sobre su pecho.
Tomé a mi hermanito en mis brazos para recargarme en la pared, me costaba respirar, me dolió cada centímetro de mi cuerpo con ese nudo en mi garganta ahogándome.
Lo último que recuerdo es llamar a Sammy, después todo paso muy rápido... siempre odie los funerales, en el de mi padre las personas nos miraban con desdén, "pobres niños, van a sufrir" acaso hicieron algo, no.
En el de mi madre solo fueron la misma mierda de personas que ellas y unas cuantas más solo para escupirle a la tumba. Con mi niño no fue así, había ido gente que realmente lo quería y como no amarlo si era la persona más extraordinaria de este mundo.
El tiempo pasó tan rápido que el momento en el que me dieron las cenizas no sabía que hacer así que me fui a casa de Eli pues no quería volver a mi casa sin él.
—Te preparé chocolate caliente —dijo Eli acostándose a mi lado.
—Gracias —susurré sin mirarle.
—Porque no tratas de dormir un poco —aconsejó— debes estar agotado, ¿hace cuanto que no duermes?
levante los hombros a manera de respuesta, llevaba despierto más de 48 horas. El castaño me atrajo a él para abrazarme con fuerza.
—Duerme si, yo me quedaré a tu lado —susurro a mi oído.
Me quedé dormido sin protestar, dormí casi todo un día completo hasta que me obligaron a pararme a comer.
—Volveré a casa —le dije a Eli mientras comíamos.
—¿Estas seguro? —preguntó preocupado— si no te sientes listo yo te puedo acompañar y...
—Quiero estar solo —deje en claro— lo necesito.
El asintió, después de comer me fui para llegar a esa casa que se caía a pedazos.
Por primera vez entré pero él no estaba ahí esperándome con su gran sonrisa, me tiré en su cama, con señor oso entre mis brazos para quedarme ahí... Me quedé ahí deseando morir, para este momento ya no me importaba nada, toda mi vida me había dedicado a él y ahora... ahora no tenía razón alguna para vivir.
Yo ya no era yo... como una persona es una persona si le han arrancado el corazón.
Me quedé ahí sin moverme, sin comer... deseando morir como aquella vez que ese hombre me lastimó y ahora lo comprobaba, ese dolor que sentí cuando era pequeño no era nada comparado a lo que sentía ahora, porque ese dolor sanó, pero la pérdida de mi hermano nunca sanaría.
—Tienes que comer —insistió Eli— y ducharte porque apestas.
—Déjame solo —ordené acostado en mi cama.
—No —se negó— te prepararé la ducha y mientras tú te bañas yo te prepararé algo sabroso.
Bufé para quedarme entre las cobijas. Como lo cumplió preparo la ducha para mi llevándome a rastras, terminando por meterme a l fuerza.
—Quieres que te bañe también —dijo burlón.
Lo moje sin más a lo que negó.
—Entonces te dejo, te prepararé una buena hamburguesa —afirmó.
Me quedé ahí en el agua tibia mirando el techo, recayendo en las estrellas que había pegado para mi hermano.
Entonces pensé que si mi padre y mi hermano ya eran estrellas porque yo no, así que me deslicé en la ducha hasta que el agua me cubrió por completo, así que solo me dejé llevar, una gran desesperación al estar bajo el agua, peor un dolor que sabía que sería pasajero.
Desperté aterrado tosiendo agua y sintiendo un terrible dolor de pecho.
—¡En que mierda estabas pensando! —me gritó Eli llorando a mi lado— no me vuelvas hacer esto me oíste.
—¡Me debiste dejar... morir! —le grité irritado.
El castaño se giró para meterme tremendo putazo en el estómago —Eso va de mi parte y esto —dijo metiéndome otro golpe— y eso de parte de tu hermano
Le mire quería golpearlo pero estaba muy cansado.
—Tienes la oportunidad de vivir, de seguir y así quieres terminar —me reprochó — no es justo sabes, tú hermanito no tuvo la oportunidad de vivir pero tu si
—Pues no quiero seguir sin el —solté con todo el dolor que tenía en mi pecho— no puedo.
El chico suspiró para recostarse a mi lado sin decir nada.
—Y qué ganas muriendo... si hay un cielo y un infierno todos sabemos que el cielo no es nuestro lugar... y lamento decírtelo pero tu hermano era un ángel —aseguró
—No me importa—dije cansado— aquí no me queda nada
—Y yo que imbecil —me golpeó— planeas dejarme viudo
Suspiré para mirarle
—Me duele demasiado... —insistí.
—A mi me dolerá aún más si te vas —gimoteó— me lastimaría no tenerte porque yo... yo te amo y no quiero perder a alguien que amo en esta vida.
Esas palabras...
—No, tú no me amas —negué— la única persona que lo hacía ya no está y yo... yo ya no puedo seguir sin él.
Mi chico se acercó para abrazarme con fuerza.
—Te amo... te amo.. te amo y no quiero que mueras de acuerdo—rogó— hazlo por mi si... no mueras por mi
Asentí chillando como un niño pequeño hasta que me calmé, me puse ropa limpia, comí un poco de lo que me preparo Eli, para volver acostarme, ese día Eli se quedó conmigo para acostarse a mi lado.
—Todo va a estar bien —señaló
—No quiero.. no quiero seguir aquí —confesé.
—Entonces vámonos —afirmó pegando su frente con la mía— tienes dinero, y yo unos ahorros, cumplamos la lista que tenías tú y tu hermano, si lo único que te queda soy yo podemos irnos a otro lado, yo no te abandonaré Beck.
—Lo prometes —pedí algo a que aferrarme.
—Lo prometo —me sonrió.
—Vámonos de este infierno —asenti recargándome en su hombro.
Necesitaba un nuevo lugar... un nuevo inico... un renacer.
Hola hola, Feliz Halloween 🎃 sé que no se lo esperaban pero les dejo este capítulo 🫶🏻
Mañana tendrán una sorpresita 😉
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