Demonios
Siempre me considere un chico solitario, cuando era pequeño no solía tener amigos, mis primeros años de vida fueron encerrados en esa casa, con la salsa catsup como amiga al igual que mi pequeño señor oso.
Cuando crecí encontré un pequeño rubio que sin importar cuanto lo apartaré seguí tras de mi con esa sonrisita tierna, luego un bebé se nos unió y por un tiempo no me sentí solo.
Sin embargo ese pequeño rubio se fue, yo entré a la cárcel y el pequeño bebé también se fue, una vez más me quedé solo.
Y ahora... por una extraña razón ese hueco de soledad parecía ser menor.
Mis heridas habían sanado bien y aunque la salud de mi hermano no iba a mejorar se veía feliz con el nuevo cambio de mamá, y al menos jodia menos.
Pero el box... ese no dejaba de joder, pero no podía negar que era bueno en esto.
—Déjame ir —pidió Cas mirándome con esos ojos de perrito.
—No, estás en recuperación —señale.
—Por favor si —pidió mi hermano— son tus finales.
Suspiré para sentarme a su lado.
—No quiero que me veas así... además hay muchos idiotas en la escuela —confesé.
—Pero soy tu hermano —remarcó— quiero apoyarte, tu ibas a todos mis concursos.
Suspiré para besar su frente.
—Quieres apoyarme, apóyame desde aquí si —pedi— descansando.
Mi hermano hizo puchero pero decidí irme antes de que me convenciera.
W a la panadería para trabajar un poco y que nos alimentaran bien.
—Los veré en su torneo —sonrió Grant.
—No es necesario —insistió Eli.
—Voy a ver cómo gana Beck y a ti como pierdes por salir con una de tus pendejadas —regañó.
—Es que el otro dijo... dijo que nunca había ganado —se quejó.
—Eres muy blando para el deporte —se quejó su padre.
—Muy blando para la vida —apoyé.
—Se nota el apoyo que me tienen —negó— vamos tengo perritos que me respetan a quienes alimentar.
Negué divertido claramente haciendo mil paradas por este inútil.
—¿Cómo que soy muy blando para la vida? —me preguntó confundido.
—Cofias en todos sin importarte quien sea la persona —explique.
—No es verdad —se quejó.
—Ah si, ¿Entonces porque sales conmigo? —remarqué.
Él se quedó pensando para sonreír.
—Porque tienes un culazo asombroso —sonrío.
Negué para darle tremendo putazo en la cabeza, ciertamente me gustaba eso de él, a mi la vida no me había dado la oportunidad de que pudiera confiar en las personas.
Porque las personas pueden ser malas de formas despreciables.
Hoy me tocaba la estupida cita con el loquero, y ahí estaba él bien vestido con su pluma y agenda.
—Buenos días Beck —saludó.
—Grinch —me queje.
—Emocionado por hoy, es el campeonato —me sonrió.
—Mm bueno me emociona poder golpear a alguien sin represalia —asentí burlón.
—Claro —negó— mejor cuéntame desde cuando te diste cuenta de que eres bueno golpeando a las personas.
Que le decía, a los nueve tratando de quitarme de encima un viejo ebrio que pagó por mi... cosas así te llevan a servicios sociales que es lo que menos quería en estos tiempos.
—Desde niño, usted nunca se peleó con sus amigos —me excusé.
Empezamos a charlas como siempre, sacándome traumas que no recordaba... yei terapia.
Al menos eso sacó algo de enojo para poder pelear por la tarde, al llegar a la práctica ya se estaba preparando el lugar.
Pomi ya estaba golpeando el saco con fuerza.
—Porque yo debo ir con él —se quejó Eliot
—Porque ambos perdieron —le recordé— el tercer lugar no es malo.
—No me molesta perder —negó irritado— me da miedo que me deje medio muerto.
—No lo hará —lo calmé.
—Ya lo viste —señaló aterrado.
Pomi dió un último golpe para girarse y sonreírle burlón.
—Que flores quieres en tu tumba —me burlé.
Eliot negó para ir con él a convencerlo de que no lo matara.
Mientras calentaba llegó el entrenado feliz como nunca, era su primer campeonato en años.
—Listo mi campeón —dijo poniendo su mano en mi hombro.
La aparte para quitarme sus sucias manos de encima.
—Solo este torneo y soy libre de usted —afirmé.
—Hasta el siguiente torneo —se burló— pero estas fuerte verdad, esas heridas...
—Están bien —lo calmé.
Ya habían sanado y eran solo las cicatrices, que eran un par de cicatrices más a un cuerpo lleno de ellas.
Con forme llegaba la gente me ponía nervioso por una extraña razón, me habían permitido ya usar playera lo que no estaba mal.
Salí para ver la pelea de Eli y Pomi, duró más de lo esperado pero aún así sabíamos que el pequeño iba a ganar.
—Duró más de cinco minutos —se quejó su padre dándome el billete de la apuesta.
—Solo porque Pomi quería divertirse un rato —asentí.
—Buena suerte Beck —me dió ánimos Grant.
Presentaron claro la pela estaelar, ese chico podría ser más grande que yo... pero no más duro.
No debía bajar la guardia, era un chico que le había ganado a Pomi, había que cuidarse de él.
—Contra esto voy —me miró de arriba abajo.
—Contra esto perderás —afirme
Una sonrisita que le borre en el primer segundo que el silbato sonó, no dire que fue fácil pero recibí un buen golpe en la cara.
Fue ese medio segundo que lo vi, esa ira me hizo girarme para darle un buen golpe que lo terminó todo.
—Ganador —anunció el referí.
Me bajé del rin para ir directo a él, ahí estaba mi hermano con Rita a su lado.
—¡Que haces aquí! —regañe de inmediato.
—Vine a verte —asintió emocionado.
Mire a Rita molesto que miró a mi hermano molesto.
—Me dijo que habías dicho que si —se quejó ella— y que te trajéramos esto.
Unos guates de box que había roto hace unas semanas.
—Que eran de la suerte —gruñó Rita mirando a mi hermano.
Miré a mi hermano que sólo apartó la vista.
—¡Eli! —lo llamó emocionado.
—Cas —se acercó para abrazarlo— no viste la paliza que me dieron o si.
—Hiciste lo que pudiste —lo animó.
—No le hables está castigado —dije molesto.
—No lo molestes —me regaño Eli— anda ve por tu medalla.
Bufé para irme antes de decir cosas que no.
La ceremonia fue rápida me dieron una medalla de primer lugar y a Pomi su medalla de tercer lugar.
—Bien vayan a festejar —sonrió el entrenador— los veo mañana.
—Ni en sus sueños —me negué
Pomi solo lo miró para negar e irse, llegué donde estaba mi hermano junto con Grant y Eli, sin más lo empuje en la silla para irnos.
—Oye me invitaron a comer pastel —se quejó.
—No —dije molesto— te llevare a casa.
—Pero Beck —se quejó molesto.
—Nada de Beck te dije que no vinieras y aquí estás —gruñi.
No dijimos nada en el camino, al llegar se encerró en su habitación.
Rita me ayudó a curar mis heridas de la pelea que no eran más que moretones.
—No seas así con él, tenía muchos ánimos de verte —me regañó.
—Y yo le dije que no pero siempre hace lo que quiere —me indigné— y tú lo cubres en todo.
Ella me miró con esa mirada de decepción.
—Ni me veas así que también mintió —añadí la verdad.
—Porque te quería ver —se quejó— anda ve con él y habla terco.
Bufé para ir a la habitación ahí estaba acostado.
Me quité la medalla para sentarme a su lado.
—Sabes que lo que hiciste estuvo mal verdad —lo miré.
—No es verdad es que tú no querías que me vieran contigo —se quejó— yo solo hice lo que los hermanos hacen.
—No quería que me vieras golpeando a un idiota —expliqué, la verdad es que no quería que me viera perder el control.
—Es box Beck —señaló— claro que sabía que ibas a golpearlo.
Suspiré para abrazarlo tal vez si me había pasado.
—Los hermanos se apoyan, tú ibas siempre a mis competencias y me avergonzabas siempre gritando —me recordó riendo— era mi turno.
—Querías avergonzarme —le miré inseguro.
—Oh lo hice —sonrió victorioso— ahora unas chicas saben que eres un amor con tu hermanito.
—Eres malvado —confirme— malvado.
Mi hermano soltó esa risita que me encantaba escuchar de él, le puse la medalla la que miró feliz.
—Es tuya —se la regalé.
—Pero tú te la ganaste —dijo mirándola asombrado.
—Gracias a ti —asenti besando su frente.
Mi hermano me abrazó feliz, le devolví el abrazo de los que no me cansaba.
—Podemos ir por el pastel —me dijo risueño.
—Iré yo por él —asentí levantándome.
—No, yo quiero ir —insistió— quiero escogerte uno.
Bufé pero terminé por aceptar, fuimos a la panadería donde estaba Eli todo moreteado.
—Hola joven Cas —saludó Eli— vienes por tu pastel.
—Vine por uno para mi hermano —sonrió.
—Bien escoge el que quieras —dijo Eli feliz.
Mi hermano como con sus libros se tardo años eligiendo uno.
Terminó comprándome el especial de la panadería.
—Invita la casa —mencionó Eli envolviéndolo.
—No, no —se negó mi hermano— yo ahorré para comprárselo.
—Bueno pero este extra de zanahoria si va por la casa —se lo regalo metiéndolo a la bolsa.
—Gracias Eli —sonrió divertido.
—Gracias —Asentí mirándolo.
Grant llegó para vernos con una sonrisa.
—Hola chicos —saludó— oigan íbamos a preparar Hot dogs para festejar vienen.
—Si —se adelantó mi hermano.
Odiaba tener que romperle las ilusiones.
—Gracias pero es algo complicado trasladarlo por un par de horas —me tuve que negar.
—Y si vienen a casa —se adelantó como siempre mi hermano.
—Cas ellos ya tienen planes...
—Si me encanta la idea, iremos —acepto Eli apoyándolo.
—Los vemos ahí por la noche te parece —accedió Grant.
No me quedo de otra, le di una limpiada medio decente a la casa para que llegaran.
Por la tarde llegaron con todo para preparar los hot dogs, con pomi de invitado especial.
—Que bueno que hayas venido —dijo Eli abrazando al niño.
—Aléjate —gruñó.
Pomi terminó sentado con mi hermano, a Cas le encanta hablar y Pomi escuchar.
Nos pusimos a comer esos deliciosos hot dogs con tocino y claro pastel de postre, creo que nunca había celebrado nada en mi vida, ni siquiera mi cumpleaños.
Me quedé pensando si así se sentía estar rodeado de personas que te aprecian.
Pero claro la vida decidió que no podía ser feliz, mi madre llegó de sorpresa para ver a todos.
—Oh vaya alguien cumple años —me miró burlona.
No hacía falta ni acercarse para sentir el olor a alcohol emanando su ser.
—Estas ebria —me quejé.
—Así es porque tenerte es un sufrimiento y el alcohol es lo único que lo aligera —atacó como siempre.
No dije nada, no quería hacer una escen frente a todos.
—Largo, fuera de mi casa —ordenó ella gritando para lanzar su botella a la pared.
Subió sin decir más.
—Te ayudamos a recoger—dijo Grant acercándose, podía ver la molestia en su cara.
—No, por favor sólo váyanse —pedi— gracias por la cena.
Ellos se fueron sin más, mi hermano estaba en el sofá aguantándose las lágrimas, me acerqué para abrazar a mi hermano y calmarlo.
Se quedó dormido al poco tiempo.
Terminé recogiendo el desorden...
Menos de un mes y mi mamá volvía a ser la misma mierda... pero eso no duraría por mucho.
Ya se me pasó 🥴🥴 prometo publicar frecuentemente 💕
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