Sentía la fria brisa del invierno y el gran abrigo que llevaba encima no me daba ningún calor, caminaba sin descanso por la nieve y cada paso que daba hacia que mis pequeños pies se hundieran, no me acuerdo cuanto tiempo había pasado desde que salí de aquella casa y lo peor era que con un tamaño como el mio me costaba el doble que un adulto, me sentia cada vez mas cansado y sin fuerzas para seguir, pensaba en que a este paso me desmayaria por la situcion en la que me encontraba, en ese momento en que mis esperanzas y sentia tantas ganas de dormir, una señora con sonrisa amable aparecio delante mía, parecia como si me hubieran enviado a mi angel de la guarda a salvarme no se cuando fue que me quede dormido en sus brazos.

Cuando desperte de mi profundo sueño, me restregue con cuidado los ojos, despues mire a mi alrededor ¿Donde estaba? ¿Como llegue aqui? En ese momento tocaron la puerta y entro la señora con un plato de sopa caliente entre sus manos y niños de mi misma edad y otros algo mas grandes me miraban confusos desde el marco de la puerta, podia sentir ese sentimiento de nerviosismo en el corazon, queria decir algo pero ningun sonido salio de mi boca.

-No te fuerces a hablar-Me sonrio amablemente mientras dejaba el plato en la mesita de mi lado, empezo a darme de comer y poco a poco, con cada cucharada sentia una calidez llenar mi corazon y sin darme cuenta empece a llorar desesperadamente-¿Esta buena la sopa?-Asenti mientras lloraba y seguia comiendo, hace mucho que no siento esta calidez, me acerco un pañuelo y me limpio las lagrimas con cuidado.

-Hermana ¿él es nuestro nuevo amigo?-Les mire curiosos y tan solo vi como la señora asintio feliz, despues de eso los niños sonrieron y se acercaron a mi y empezaron a hacerme preguntas, ni siquiera me daban tiempo a abrir la boca sin que me preguntaran otra vez.

Despues de unas horas pude recuperar un poco la voz, aunque todavia me costaba un poco, algunos de los niños me habian estado cuidando, mientras que loa mayores ayudaban a la señora a acomodar todo para mi.

-Por cierto no nos has dicho como te llamas-Una de las mayores me miro esperando la respuesta, la verdad no sabia como responder, tenia miedo...como si aquellas personas lo pudieram escuchar-Tranquilo aqui mo te haran daño-Senti su mano acariciar suavemente mi cabello desordenandolo un poco.

-La mire por unos segundos, esa accion me traia nostalgia y senti una presion en mi pecho, recordar dolia...seria mejor olvidar esa parte de mi triste vida y comenzar con una nueva vida,cogi aire como si eso me diera valor-Me llamo Hoseok