Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 16


AVISO, ESTE CAPÍTULO ES ALTAMENTE VIOLENTO Y PUEDE SER BASTANTE DESAGRADABLE. SI ERES SENSIBLE, TE ACONSEJO QUE NO LO LEAS.

ANTONELLA

Habían irrumpido en mi hogar como si ese lugar les perteneciera, paseándose y pavoneándose alrededor de Micaila y de mí, además de todos los miembros del servicio. Por muchos años que pasaran, no podía acostumbrarme a esos comportamientos típicos de aquella niñata malcriada.

Pero ahora era uno de mis compañeros, una igual en cuanto a poder, ya que su padre había decidido dejarle su puesto a su querida niña. Sus ropas eran definitivamente para llamar la atención y demostrarles a todos su poder adquisitivo. A veces, deseaba arrancarle el pelo con mis garras y patear su cuerpo en el momento en el que la luna llena se encontraba en su punto más álgido y mi poder se encontraba en su cénit.

Desde luego, no quedarían ni sus delicados dientes de arpía.

No tardaron en atarme a una silla cuyas cadenas eran de plata. Mi sangre hormigueaba en torno a ellas, burbujeando por encontrarse a una temperatura muy superior a la que ya de por sí poseíamos los licántropos en contraposición a los vampiros.

Su tacón se clavó en mi muslo hasta hacerme sangrar, pero eso no provocó en mí ni una sola mueca. Sacando del interior de su chaqueta una daga que ya conocía, me señaló con ella en modo amenazante, pero sin perder su sonrisa de autosuficiencia. Micaila, por su parte, temblaba como una hoja, cuyos ojos iban del suelo a mí en intervalos cortos. No merecía ver todo aquello, una y otra vez, pues las visitas de la niñata eran más frecuentes de lo que me gustarían.

Y más desde que pertenecía al selecto grupo del clan de los 11.

Sus preguntas no tardaron en llegar.

—Odio tanto la traición, querida. Tienes suerte de pertenecer a nuestro pequeño y poderoso clan, pues sino estarías sumamente muerta hace ya tiempo.

—Mi hermano podrá ser muchas cosas, pero lo veo incapaz de acabar conmigo. Quizás deberías apuntar hacia otro lugar si deseas acabar conmigo, pues ni con coqueteos ni con nada de lo que hagas, podrás poner un arma en sus manos y decirle que acabe conmigo—Le dije sonriéndole de la misma forma que lo hacía.

Con la empuñadura de su arma, me dio un golpe en la sien tan fuerte que sentí un aturdimiento instantáneo. Micaila lloraba desconsoladamente, incluso sabiendo que yo era una mujer lobo y que no cualquier golpe nos podía matar. Hubiera deseado saber la visita de Claudette, porque entonces le había dado el día libre a la pobre mujer.

—Veo que sigues tan deslenguada como siempre.

—Veo que tú usas tu lengua para otros fines menos éticos.

—¡No me repliques, zorra! Te recuerdo quién es mi padre y que, poco a poco, puedo ir consiguiendo adeptos que te hagan la vida imposible. Ahora lo que nos atañe es saber algo sumamente importante cuya información estoy segura que sabes bien, ¿Dónde está Ludwig?

Pestañeé varias veces, incrédula de saber que ella lo estaba buscando. Mi silencio lo tomó como una ofensa, gritándome de nuevo para que le contestara, aunque la realidad más absoluta es que apenas sabía de él, tan solo lo que me decían sus cartas, pues no quería usar ningún dispositivo móvil con el que pudieran rastrearle.

—No puedo decirte nada que quieras saber. No tengo idea de dónde puede encontrarse.

—¿Te crees que soy idiota y me plantaría en tu casa por gusto si no tuviera evidencias de que sabes algo?¡Dilo de una vez, joder!

—¡No lo sé, solo sé que ahora es el nuevo líder de su clan, que el anterior Alpha ha sido destituido por razones que no se saben aún! No tengo idea de dónde se encuentra, ni tampoco tengo su número—Le contesté sin apartar la vista de Micaila. Ella se percató de mi preocupación, poniéndose a su lado. Me tensé instantáneamente, intentando no demostrar el miedo que le tenía a que le hiciera daño.

—Las profecías de Shurna no han de tomarse a la ligera. Esa niña es demasiado poderosa para mi gusto, pero por suerte está de nuestro lado. Ella es la que me dijo que tú sabes algo y que no me estás contando. Si no me lo dices por las buenas, lo haré por las malas.

—Shurna puede equivocarse alguna vez, es una niña por el amor de Dios. Le hacéis firmar las sentencias de muerte de los presos del Exilio, incluyendo el tipo de castigo que recibirá cada uno; su raciocinio no puede encontrarse en su mejor estado.

Pero Claudette no atendía a razones, por mucho que le dije no saber dónde se encontraba Ludwig, ella no creía ninguna de mis palabras, por lo que se tomó la justicia por su propia mano.

Miró a sus hombres durante un largo rato, sumida en un silencio aterrador. Por el movimiento de sus pupilas, estaba pensando en algo.

Lo que me dejó congelada, es lo que les dijo a todos ellos con gran frialdad.

—Lleváosla al cuarto de invitados y haced todo lo que queráis con ella. cuando terminéis, colgadla del balcón de su dormitorio, desnuda y grabadle en su cuerpo—Hizo una pausa para girarse y mirarme de arriba abajo. Mis lágrimas salían sin control, mirando por lo que sería, la última vez que vería a aquella joven que tanto había hecho por mí. Le grité hasta dejarme la garganta en carne viva, les pedí por favor que se detuvieran, que les pagaría, que yo misma investigaría donde se encontraba Ludwig. Que, por favor, me dieran un poco más de tiempo. Pero Claudette, me tomó del pelo y continuó con lo que estaba diciendo.

—Y grabadle con esta daga "Una traidora me ha matado, muerte a los traidores"

—¡Muerte a los traidores!

—¡Sea la justicia hecha por nuestras manos!

Todos sus hombres gritaron como su hubieran ganado una guerra. No esperaron ni un solo momento a empezar a hacerle jirones la ropa a Micaila mientras que la llevaban entre patadas y golpes al dormitorio de invitados.

Durante todo el tiempo en el que estuvieron violando y torturando a Micaila, yo lo escuché todo, viendo como alguno de los hombres, salía desnudo del dormitorio e iba a la cocina en busca de algo con lo que usar. Los gritos de ella se me clavaban en el alma como puñales, escuchando reír a Claudette mientras que escuchaba el dantesco espectáculo. Me obligó a permanecer delante de aquella puerta, en la que a veces se abría y cuando alguno de los hombres salía, podía ver a una cada vez más desmejorada Micaila.

En una de las ocasiones, casi me rompo en dos, en cuanto la vi llorando silenciosa, mientras que era penetrada por uno de ellos, tenía el pene de otro en la boca y un tercero que estaba cercenando una de sus manos para usarla para masturbarse.

Jamás en mi vida podré olvidar aquello, jamás podré perdonarme el no haber protegido mejor a aquella inocente víctima. En varias ocasiones me desmayé por la impresión de las imágenes y los gritos, pero fui despertada en varias ocasiones por los golpes de Claudette, la cual algunas veces entraba en la habitación para saber Dios qué hacer dentro.

Aunque por los gemidos y las risas, podría imaginármelo con el estómago tan revuelto, que me vomité encima varias veces. Cuando ya acabaron con la tortura, llevaron lo que quedaba de ella, arrastrándolo por el suelo para llevarla a mi dormitorio. Allí abusaron de su cadáver varias veces, pero esta vez, nos quedamos dentro de la habitación de invitados para que viera como dejaron el lugar.

Claudette se quedó tras de mí y me dijo al oído.

—¿No es precioso todo? Tanto poder para hacer lo que desees, usar a quien quieras para satisfacerte de las múltiples formas que quieras. Ha sido tan divertido estar con Micaila, nunca pensé que una humana pudiera ser tan divertida. No sé qué fue mejor, si sus gritos, sus súplicas o sus llantos. Ahora, te voy a contar lo que va a pasar en estos días mientras vemos lo precioso que ha quedado todo. Vas a quedarte atada tal y como estás en esta silla y serás llevada al sótano donde estarás escondida y vigilada las 24 horas del día. Ya que no puedo hacerte todo el daño físico que quiero, se lo haré a quienes más amas; esa es mi pequeña gran lección para una puta desagradecida como tú.

Me agarró del brazo, tirando de mí para ir al jardín. Cuando las puertas de mi balcón se abrieron, supe lo que sucedería, por lo que vomité de nuevo. Claudette se reía mientras gritaba "¡Muerte a los traidores! Pero yo ya estaba en un lugar peor que la muerte.

Ella sabría pronto que había mantenido contacto con los Bartholy, por lo que era cuestión de tiempo que vinieran aquí y corrieran la misma suerte que Micaila.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro