Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Reunion

-En mi vida había visto tanto Bokoblins. – fueron las palabras de Alice a la distancia tras ver al ejercito de esa cosas.

El grupo estaba escondido de la vista de esas cosas. Y era de esperarse.

Había por lo menos, una centena de Bokoblins. Eso no era bueno...

-¿Qué hacen aquí? – Shawn estaba mostrando preocupación. - ¿Crees que nos hayan...?

-Lo dudo. Recuerda que esta zona es de ellos. Siempre han estado presentes. – Alice negó con la cabeza. – Pero también hemos matado a algunos y pueden haberse dado cuenta.

Era una gran posibilidad. Aunque no le gusta para nada.

Link por su lado, sentía la Espada Maestra vibrar. Cómo sintiendo las malas intenciones que hay en esas cosas.

De todas maneras, no es que puedan hacer mucho. ¿no? Porque son muchos...

Aunque...

-Se dirigen al pueblo. Eso es malo... - Marín conocía el camino y sabe que esas cosas estaban... - Tenemos que avisar de que...

-Los Sheikah ya deben de haberlo hecho. – Alice dijo ello con calma. – Pero dudo que nuestros ejército pueda hacer mucho. Aún si ganamos, sufriremos muchas pérdidas y eso será malo a largo plazo. Quizás tengamos que ser forzados a reubicarnos.

Ahí las cosas no iban bien.

-No puede ser. – Malón soltó un suspiro.

Primero pierde todo, su hogar y demás. Y ahora que trata de empezar de nuevo, pasa esto. Era una mala broma de las Diosas... eso debe de ser.

Todos estaban pensando en que hacer. Pero Link sentía como la espada seguía vibrando. Cómo instigándolo a que se mueva.

Link empezó a apretar los puños, sus manos temblando. El sudor recorría su frente y cuello. Cada fibra de su ser le decía que debe de hacer, que ya lo sabía. Pero el lado consciente le decía que era un suicidio.

¿Qué puede hacer él contra tantos Bokoblins? Ni siquiera se ha acostumbrado al cuerpo de adulto en su totalidad.

Lo mejor sería retirarse y ayudar en una evacuación.

Pero...

¿Es lo que él desea hacer?

Cada fibra de su ser le impulsaba a pelear. A qué debe de... hacer esto. Que si desea poder hacerle frente a Ganondorf, este es el primero de muchos pasos que debe de dar.

Porque lo sabe, no puede huir de esto. Y eso lo asustaba... ¿y si no era suficiente? ¿y si muere aquí? ¿De que habrá servido todo...?

-¿Link? – Navi notó como su amigo estaba apretando los dientes.

¿Puede hacerlo...? ¿Tiene el valor de actuar frente a este miedo que lo estaba aquejando?

-Lo tiene. – esa voz... venía de su espalda. Una voz que sólo él oía, una que... era familiar. Cómo una amiga de una vida. – Solo debe de dar ese paso. El primer paso es el más difícil... pero ahí se ve el valor que uno puede tener ante la adversidad. No lo olvide... No olvide portar la espada con Valor.

Link miró el mango de la Espada Maestra. Era extraño, pero... por una razón, esas palabras lo hicieron sentirse bien. No sabe si lo imagina o no, pero tomó su decisión.

Se puso de pie ante la sorpresa de todos.

-¿Qué estás...?

-Ustedes vayan a avisar al pueblo de esto. Traigan refuerzos... yo los contendré todo lo que pueda.

-¿¡Qué!? – fue la reacción de todos ante las palabras del muchacho. ¿¡Estaba loco!?

-¡Link, no puedes estar hablando en serio! – Malon veía que en verdad lo estaba haciendo. - ¡Es suicidio!

-Permitirá que puedan avisar al resto. Sólo necesito que se den prisa y podrán regresar con refuerzos.

Todos se le quedaron viendo y Navi fue la que reaccionó, soltando un suspiro.

-Siempre eres así. Pero ya que, parece que tendremos que hacer frente a un montón de Bokoblins. – el hada se puso al lado de Link, quien le sonrió. - ¡andando!

-¡Bien!

Antes que uno lo pueda detener, Link dio un salto hacia donde estaban marchando los Bokoblins.

Estos al ver a Link, se mostraron confundidos. Más cuando este sacó su espada y Escudo, listo para la batalla.

Las bestias parecieron reír ante lo que parecía ser un intento suicida del chico. Pero le darían el placer de morir como lo quería al parecer.

Un grupo de ellos corrió hacia Link con la espada en mano, para así poder atacar con las espadas que tenían.

Pero nadie esperó que Link de un tajo no sólo destrozara las espadas que habían ido a su persona. Sino que decapitara a los Bokoblins que lo habían atacado.

Todos se quedaron sorprendidos por la fuerza del corte, a la vez que la Espada que Link usaba parecía ser muy fuerte.

-¡No se queden ahí, muévanse!

La voz de Navi los sacó de su estado de shock, Alice y Shawn asintieron y empezaron a llevar a los demás con ellos al pueblo lo más pronto posible.

Epona por su lado, fue forzada por Malon a irse con ellos. Dado que quería ir con su jinete y pelear con él. Sin embargo la chica era insistente en llevarla con ella.

Link los vio irse y soltó un suspiro tembloroso... sus nervios volvieron.

-... Asustado. – Navi no lo dijo en tono de pregunta. – No es sorpresa... esto es una locura.

-Lo sé. Pero les daremos tiempo. – Link alzó la Espada Maestra para poder ponerse en guardia. - ¿Lista Navi?

-¡Totalmente! ¡hagamos que esos Bokoblins caigan!

Y sin pensarlo dos veces, Link dejó que la sensación natural que tenía ante el peligro se haga presente. El miedo fue suprimido y solo quedó la determinación de luchar, aunque sea una batalla inútil.

Dando un grito de batalla, se lanzó hacia los Bokoblins, empezando así su batalla de resistencia.

...

-¡Está loco! ¡Me agrada, pero está loco! – Alice apresuró el paso, a la vez que decía lo que pensaba. - ¡Hay que darnos prisa!

Malon aún forcejeaba con Epona, para que vaya con ellos. Pero la yegua era terca.

Agh, es como el jinete en varios sentidos.

-¡Epona, al menos deja que te ponga una mejor montura para que Link te pueda montar y puedas ir con él! – fue lo único que de le ocurrió.

Y así, la yegua desgraciada si le hizo caso. Ahora parecía instigarlos a que el vayan más rápido.

Sin perder tiempo, fueron en dirección a dónde estaba la entrada del pueblo.

Marín por mera curiosidad de giró para ver si alguien los seguía. Y al hacerlo, se vio con la apertura de que...

-... ¿Seguros que necesitamos refuerzos para Link?

La pregunta de la chica fue respondida cuando todos pasaron a ver qué es lo que pasaba.

Se veía a la distancia el como Link estaba pelando con los Bokoblins y parecía cortar a varios como su fueran mantequilla. La espada que el estaba portando debía de tener muy buen filo.

Es más, parece que Link estaba bien. Lo único que parecía sacar a uno de sus casillas, era que no parecía esforzarse tanto.

-... Me cae bien. Pero ni loca dejaré que se quede con toda la gloria.

Alice sonrió más al ver el buen trabajo que Link hacía, jalando a Shawn para que se den prisa y deje de quedarse idiota por lo que estaba viendo.

Malon por su lado sólo podía pensar en que... Link sin duda había cambiado de cierta manera.

---

En el pueblo, se veía como todos los soldados y los que podían portar las armas, estaban listos para defender el que sería su único hogar en este reino dañado.

Zelda estaba viendo a los soldados ya armados. Vio a su amiga ponerse su armadura para pelear, así como Blason estaba comandando a los pocos arqueros que tienen de que se preparen para la lucha.

-Majestad. – Zelda miró hacia atrás. Era Kain. – El rey y el príncipe están seguros con sus soldados.

-... Adivino, no ayudarán.

-Dicen que no es su asunto al ser este un pueblo de otro reino. – Claro, políticas. Sabe que es así, pero en verdad detesta ese ajedrez que se hace con esto...

-Dime la verdad... ¿Qué tantos Bokoblins eran?

-... Los suficientes para destruir este lugar. Tienen un líder con ellos, así que no es un ataque desorganizado. Pero al parecer lo hacen sólo por el territorio, no por una orden de algo más grande.

Eso la calma en algo. Pero no apacigua nada del todo su miedo.

Zelda estaba tentada en ir ella misma a pelear, pero sabe que su madre no se lo permitirá. Es más, nadie más sabe de...

-Princesa. – Zelda alzó la mirada y vio como Blason se le acercaba con su segundo al mando, así como Kain desaparecía en las sombras. Un Sheikah no debía de ser visto. – Todo listo para la defensa.

La chica asintió. Miró a su madre, que estaba hablando sobre ciertas cosas de la defensa con Alfred. En caso que los Bokoblins los pasen.

-Zelda, lo mejor es que vayas...

-No iré a ningún lado mientras que esta gente corra peligro. – la princesa fue directa en sus palabras y no estaba bromeando. – Quiero que todos vayan a...

-¡Han llegado aliados! – el grito de uno de los que vigilan la entrada se oyó a la distancia. - ¡vienen con gente!

Se vio el como Alice y Shawn llegaron al lugar, con lo que eran dos chicas, un hombre y dos caballos. Uno que parecía estar ansioso.

-¡Alguien deme una montura! – La pelirroja le pidió a uno de los soldados que le traiga el objeto, a la vez que retenía al animal. - ¡Tranquila Epona! – la chica detuvo al animal, que parecía querer regresar por donde vino.

-¡Alice, Shawn! – Zelda vio como Blason se les acercó a esos dos, que estaban recogiendo lo que ella cree eran municiones o cosas para la lucha.

-¡Historia larga, versión corta! - Shawn fue el primero en hablar. - ¡Nos encontramos con Marín y su grupo, de regreso vimos a esas cosas! ¡Uno se ha quedado para detener el avance de esas bestias!

-¿¡Dejaron a alguien contra el ejército de cientos de Bokoblins!? – Diana llegó para escuchar la historia. - ¿¡Están locos!?

-Jajajaja. No. ¡él lo está! – Alice parecía estarse divirtiendo a lo lindo de lo que era esto. Y no entendían el porque. - ¡El chico que se quedó está loco, pero los tiene bien puestos! ¡Y muchas agallas!

El relinchido de la yegua de antes se hizo fuerte, a la vez que salía corriendo a la salida sin que nadie la pueda detener.

-¡Epona! ¡agh, esa yegua! ¡en serio...! – Malon soltó un gruñido de frustración por la acción de Epona.

-Y la yegua parece que desea ayudar a su jinete. – Shawn tomó su lanza para poder. – Bueno, parece que hay que trabajar.

-¿¡Y con que orden están dispuestos a...!?

-Lo siento Capitán. Pero ese chico necesita ayuda. – Alice se puso su carcaj lleno de flechas. - ¡Y esto es algo no puedo dejar de pasar! ¡Hay que ayudar a ese chico!

Se veía la determinación en la cara de los dos, así como también que parecían listos para lo que sea. ¿Acaso las decisiones de ese sujeto estaban afectándolos?

Zelda vio a los dos soldados moverse a la salida, pero Alice se detuvo de golpe y le dio a la princesa una sonrisa.

-¡Lo diré simple princesa, su caballero si que es valiente! ¡Se nota que eligió bien en quien confiar!

Zelda no entendió de quien estaba hablando, la única persona que ella consideraba así era...

Abrió los ojos al entender en su totalidad lo que la chica acababa de decir, ¿Será posible?

-¿¡Cómo se llama el chico!? – Preguntó con voz alta antes que ella y Shawn se vayan a ir a la lucha contra esos Bokoblins.

-¡Link y lo acompaña un hada como nos contó!

La chica salió corriendo a la salida, con Shawn siguiéndole el paso.

Diana y Blason no creyeron lo que han oído. ¿En serio él...?

-Diosas. Parece que regresó y vaya momento para hacerlo.

Diana sonrió al decir ello, a la vez que notaba el cómo Zelda se llevó las manos a la boca. Cómo un intento de querer detener el sollozo de la alegría que quería salir.

La chica sonrió al ver en su amiga, felicidad real después de 7 años. Aunque el ver como Blason no se mostraba nada feliz, sólo la hizo negar con la cabeza.

-¡Prepárense para salir! ¡Vamos a pelear con esos Bokoblins!

Blason cambio de estrategia y Diana sabía porque. La rivalidad es algo que no entiende...

Pero lo único que parecía importarle en esos instantes a Zelda, era saber que tras 7 años, Link había regresado.

Y eso solo le daba alegría...

---

En el campo de batalla, se veía como Link mataba a otro Bokoblin.

-¡Derecha! – Link alzó su escudo y se defendió del ataque. - ¡Atrás! – dio un salto hacia atrás para esquivar la espada del enemigo y le dio con el mango de la Espada para causar daño en el cráneo, haciendo que caiga.

Link vio a varios enemigos ir a él, centró magia de viento en la espada del Viento de Farore y realizó un corte giratorio que afectó a todos los que estaban cerca de él.

Cuando pasó a ver al frente y los enemigos, se veía como muchos Bokoblins estaban muertos. Al menos 5 decenas de estos.

Los que aún estaban vivos miraron con miedo al muchacho que estaba frente a ellos. Su espada parecía brillar cada vez que estaba llena de sangre para deshacerse de esta y así, poder seguir con su lucha.

-Parece que les has dado algo de miedo. – Navi flotó al lado de su amigo. - ¿Crees que tarden más en traer los refuerzos? Se ve que estás cansado Link.

-No lo sé. Pero solo nos queda seguir. – Link volvió a prepararse para la lucha, hasta que...

Oyó el relinchido de un caballo, se giró y vio como Epona llegó a escena. Eso no lo esperó...

-¿¡Epona!? ¿¡Qué estás...!? – la yegua dio un relinchido, casi sonando molesta. Eso no suena bien...

-Dice... "¿¡Cómo me pudiste dejar atrás jinete idiota!? ¡Somos compañeros, así que no se te ocurra hacerlo de nuevo!" O algo así.

-... Siento que lo has interpretado a tu manera...

-Meh, detalles. – Navi se divertía al ver la cara de Link.

-¡Wow, parece que has tenido una buena racha!

-Sin duda. Por alguna razón eso me motiva.

Link vio como Alice y Shawn llegaron también. Estaban armados y listos para la batalla y Link lo sabía...

-¿Qué están...?

-No creas que serás el único con algo de acción Niño bonito. – Alice le dio un guiño.

-Ya avisamos a todos. Vendrán cuando se les ordenen. Es más, nos caes bien.... No podíamos dejarte sólo. – Shawn le dio una palmada en el hombro.

Link no supo que decir... era extraño el pensar que de verdad estaba recibiendo ayuda.

Y no era que no lo aprecie. Es que ha estado tanto tiempo haciendo esto solo con Navi... que se sentía diferente tener ayuda de otros.

Pero no pudo evitar sonreír y agradecer a esos dos por lo que estaban haciendo. Más de lo que uno lo puede imaginar.

Los Bokoblins estaban yendo al ataque, pero en eso, uno cayó por la flecha que Alice le lanzó en la cabeza. Un tiro perfecto.

-... ¿Puedes repetirlo?

-¿Lo dudas? – la chica sonó algo ofendida por la pregunta de Link.

-... Hazlo desde un caballo en movimiento.

-Me gusta como piensas. Claro, si tu yegua me deja subir. Se ve... algo selectiva.

-Lo hará. Epona, deja que Alice te monte. Me ayudaría mucho. – la yegua dio un relinchido en respuesta afirmativa. – Ok, Shawn... ¿Me acompañas en esto?

-Por supuesto.

Link tomó aire y abrió los ojos, mostrando determinación. Sintió un extraño calor en el dorso de su mano izquierda, como dándole la calma que necesita.

-¡Andando!

A sus palabras, los tres dieron al ataque. Ninguno perdiendo el tiempo o esperando la llegada del ejército.

Link fue el primero en dar el tajo inicial. Su espada mató unos Bokoblins, era como si la espada cortara más allá de la extensión de su hoja.

Shawn iba tras de él, siendo apoyo pesado con su lanza, atacando a los que se le cruzaba en el camino o se acercaban mucho a Link.

Alice logró dejar que Epona la acepte y la montó para moverse en medios el campo. Lanzando flechas a todo enemigo que se le cruzaba. Su precisión era tal, que ninguna fecha era gastada en vano.

Los tres poco a poco empezaron a crear una apertura, una que le permitió a Link adentrarse hacia lo que sería el lugar donde el líder aguardaba.

Este era un Bokoblin más grande y grueso, vestía los huesos de los oponentes que había matado con los años.

Y este posó su vista en Link, como viéndolo por primera vez como una amenaza y no un niño que estaba buscando la muerte de manera estúpida.

Este se bajó del que era un jabalí que era su montura. Caminó hacia Link, tratando de mostrarse imponente. Algo que Link no le importaba. El tamaño no lo era todo.

Ambos oponentes alzaron sus armas, quizás de una manera en respetar que será un uno a uno.

-Ten cuidado Link. Se nota que es más fuerte que tú. – Lo sabía, debe de ser más listo.

Link rodeó al enorme Bokoblin, tratando de hallar una apertura. Pero este hizo el primer movimiento, alzando su enorme hacha para realizar un ataque.

Link sólo esquivó el ataque por los pelos. El arma de hundió en el suelo, creando un agujero que demostraba el peso de esta y la fuerza con que el sujeto agitó el arma.

-Ay Farore... - Link sabía que un mal movimiento y estaba más que muerto.

El Bokoblin sacó el arma del suelo y la volvió a agitar hacia Link, quien esta vez no tuvo tiempo de escapar o esquivar.

Sólo le quedó alzar el Escudo Hyliano y rogar a las Diosas que su brazo resista lo que sabe, será un doloroso impacto.

El choque del hacha con el escudo bastó para que Link sienta su brazo derecho resentirse.

Demonios, un poco más y le rompe los huesos. Pero al menos el escudo resistió... aunque se mordió la lengua para canalizar el dolor a otro lado, sintiendo el sabor de la sangre que salía de su boca.

Aun así, alzó la Espada Maestra para realizar un corte giratorio que logró alejar al enorme Bokoblin de él por la fuerza que aplicó y el choque de su arma con la de Link.

Y para la sorpresa del monstruo, vio como su enorme hacha tenía dentaduras producto de ese choque con la Espada Maestra. Esta se veía como si, mientras que la otra siendo aún más grande y gruesa en comparación de la delgada espada que portaba el Hyliano.

Era como si un poder más allá de lo mortal hiciera a la espada imparable.

Y era algo que el mismo Link estaba viendo.

Desde que despertó, ha chocado la espada con armas más grandes y potentes que lo que una Espada debería de resistir antes de romperse. Pero la Espada Maestra estaba como si nada. Su filo era firme, eterno...

No había duda alguna de que era el arma de las leyendas.

Sintió su confianza crecer por alguna razón y la espada respondió ante esa sensación, como si estuviera feliz de que su Amo sienta más motivación. Que gane más confianza...

Link se lanzó al ataque y dio varios tajos con la Espada Maestra, haciendo que legendaria espada choque varias veces con el hacha enemiga. Y no solo ello, estaba ganando terreno.

Estaba aprendiendo a pelear con su cuerpo adulto. Se sentía mejor y más dinámico en sus movimientos que con el cuerpo de niño que tenía. Y eso era lo que él necesitaba para entender lo que estaba haciendo.

Puede hacerlo... ¡Puede ganar!

Link pateó la rodilla del Bokoblin líder, el cual se quejó y le gruñó al muchacho, quien no hizo más que alzar la espada y poner el escudo al frente. No iba a dejar que este sujeto siga con esto...

Por su lado, Alice ya había matado a su blanco número 20 y aún le quedaban flechas. Y ayudaba mucho que esta yegua es muy lista...

-¡Eres muy inteligente muchacha! – Epona dio un relinchido en respuesta. – Ah, y responde...

-Lo hace. Le gusta que la aprecien. – Alice dio un grito al ver a Navi en la cabeza de Epona. - ¿Y esa reacción?

-¡Pensé que estabas con Link!

-Él decidió que lo mejor sería que te ayude a comunicarte con Epona. Por cierto, ella dice que suavices el agarre de las riendas. La estás fastidiando.

-... Oh perdón... - Se dio cuenta de que era verdad.

Vaya, lo que uno pasa de un día al otro. Pero ella siguió y con ayuda de Navi, que estaba dirigiendo a Epona con su voz, la chica siguió matando a más Bokoblins.

Shawn por su lado, a pesar del que era el menos había matado, era el que estaba en un lugar firme. Como el punto de ancla del grupo peleando y eso le bastaba a él.

En eso, oyó pasos. Se giró y vio como varios de los soldados llegaban. A la hora...

-¡Reporte!

-Ya hemos eliminado la mitad.... Bueno, Link eliminó la mitad. – Notar la cara de fastidio de Blason era divertido, ahora ve porque Alice lo hace a cada rato.

-Wow... pensar que un niño haría todo esto.

El lancero miró a Diana, una usuaria de lanza como él, decir ello y él la vio como si estuviera loca.

-¿Niño? Pero no lo es, se nota que tiene la edad de la princesa.

Los dos que conocían a Link, por decirlo así, se vieron las caras. ¿De que...?

De la nada, se vio a Alice volver con Epona. La chica se veía feliz...

-¡30 en una ronda de ataque! ¡Nuevo record, woah! – Epona dio un relinchido y se puso en dos patas.

-Dice que te bajes, que ya te ayudó mucho... - Navi rio al ver como Alice bajó casi con miedo, pensando que la yegua iba a hacer algo más. – No te sientas mal, solo Link es quien ella deja que la monten.

-... ¿¡Navi!? – Diana gritó al ver al hada. – Eres tú...

-... Oh, eres... Diana, ¿no? Nos conocimos el día que... ¡Mira lo linda que estás! – Navi no negó estar feliz de ver otra cara amiga.

Los murmullos de ver un hada de verdad, se empezaron a hacer más constantes y... también, solo hizo que muchos empiecen a entender que la magia no era mentira. Tenían a un ser que se dice, nace de la magia misma.

-¿Dónde está ese chico...?

-Oh, peleando con el líder del grupo.

Blason estuvo a punto de ordenar a sus tropas que vayan al ataque, pero en eso, se oyó el sonido de un grito. Uno que de verdad sonó en todo el lugar, era como el de un animal herido.

Todos pasaron a ver cierta dirección. Y vieron al líder de los Bokoblin tomarse un brazo por la herida que alguien le había hecho.

Este alzó su hacha con las dos manos para poder dar un ataque con todas sus fuerzas, pero la persona que lo afrontaba dio un salto hacia atrás con tal gracia y técnica, que terminó encima del hacha, ante la sorpresa del monstruo.

Alzó su espada y se impulsó hacia este....

Se oyó el sonido de algo siendo cortado... La persona piso tierra y agitó la espada que tenía, a la vez que uno de los cuernos del líder Bokoblin caía por el corte que había recibido. Eso solo hizo que este dé un grito de molestia por la humillación y la burla.

Estaba listo para seguir la lucha, pero pudo ver que habían más de esos apestosos humanos ahí, y sus tropas habían disminuido por culpa de este niño. Sacó su cuerno trompeta y le dio un soplido.

El sonido que salió del instrumento, era una llamada a la retirada para todos los Bokoblins que aún quedaban con vida. Uno a uno se empezó a retirar del lugar, a la vez que mostraban claros signos de miedo a todo lo que había pasado, en especial con el de la espada y que vestía de verde.

Quien al verlos irse, no obviando la mirada de desprecio del líder de los Bokoblins, guardó su espada y puso su escudo en su lugar. Dado que lo había logrado.

-¡Link! – Navi voló a su lado y se posó contra su mejilla. - ¡Lo logramos! ¡Esos Bokoblins se lo pensarán ahora dos veces ahora!

Link rio un poco, Epona chocó su cabeza con la suya en señal de cariño, a la vez que este le acariciaba tras la oreja. No solo ello...

Sintió una palmada en la espalda, miró a su lado y vio que era Alice, que le daba una enorme sonrisa.

-¡Eso fue espectacular niño bonito! ¡Si que sabes usar esa espada! – Link se mostró algo apenado por el halago.

-Y lo dice en serio, ella no es la clase de persona que diga a todo el mundo.

-Jódete Shawn.

El chico rio al insulto de su amiga, a la vez que Link no entendía. Pero agradecía el apoyo.

A la vez que oyó pasos detrás de él. Se giró y los que estaban a su lado, hicieron lo mismo. Pudo notar el grupo de soldados que habían llegado, muchos usando el uniforme y las armaduras que recuerda usaron los guardias esa vez que visitó la Ciudadela.

Y muchos lo miraban de una manera que no le gustaba. ¿Era asombro y respeto lo que estaba viendo ahí? Es algo incómodo la verdad.

En eso, su vista se posó sobre dos personas que lo miraban... como si no lo creyeran.

-... ¿Eres Link de los Kokiris...?

-¿Si? – Respondió ante la pregunta de la chica, hasta que... - Espera, ¿No eres la chica que estaba con Zelda el día que se hizo el golpe de estado?

Diana abrió los ojos sin poder creerlo. Era él... el niño de esa vez. Y no era un Kokiri como lo creyeron, había crecido y todo había sido generoso con él... Fácilmente era el chico más apuesto que ha visto en su vida. Eso era...

-... Puta madre, Zelda suertuda...

Blason ignoró las palabras de la chica y miró a Link con seriedad. Como si su mera presencia lo molestara y el muchacho no entendía el porque de esa mirada.

-Ya, ya... No lo molesten. – Alice aplaudió para que dejen de verlo como si fuera un bicho raro. – Andando, hay que ir al pueblo. Hay que celebrar esta victoria a nuestro héroe local.

-¿¡Héroe...!? – Link se horrorizó al oír ello. No debe de estar hablando en serio.

Pero el grito de muchos, como celebrando la victoria, demostraba que pensaban lo que la chica y eso solo lo avergonzó más. No es que lo haya hecho con la intención de ser un héroe... Diosas, ¿Por qué le hacen esto?

----

En el pueblo, no había aun noticias de lo que había pasado. Pero no se oía nada tampoco de lo que uno puede llamar una batalla o similar.

Zelda era la que estaba más alerta, en caso pase algo. Su madre y Alfred caminaron para estar al lado de ella.

-¿Nada? – Zelda negó a la pregunta de su madre. – Ya veo.... Kain tampoco ha regresado, ¿Eso será bueno o malo?

-Con los Sheikah, muchas cosas. – Zelda trató de calmar el ambiente, pero ni ella se sentía con la confianza de hacerlo. – Es solo que... Oí algo que no... Ya atendieron a los que llegaron...

-Así es. No presentan heridas, solo signos de cansancio. Y eso es todo princesa, es una alegría de verdad que estén bien. Tarín ya está con esas dos chicas... Y parece que conoce también al señor que vino con ellas.

Eso significa que no podrá acercarse y preguntar si lo que Alice dijo es verdad.

Selene notó el estado de su hija, cosa que la hizo verla con preocupación. ¿Habrá pasado algo? Y justo cuando estaba por preguntar que era lo que la tenía así, es que se oyó...

-¡Han regresado, el ejército ha regresado!

Fue lo que se oyó del que era el vigía. Y esa noticia, solo hizo que los habitantes del pueblo, sin excepción den un grito de victoria al pensar que su ejército había logrado una victoria.

Zelda vio como los soldados regresaban uno a uno, Blason no se le veía feliz, pero Diana rompió filas de inmediato y fue con ella, su cara demostraba una emoción e incredulidad que jamás había visto en ella.

-¿Qué...?

-No lo vas a creer... Zelda... Es... - Diana trató de hallar palabras. – Debes de verlo. Diosas, debes de verlo...

Y eso bastó para que Zelda vaya a paso rápido hacia el lugar donde los soldados estaban llegando. Los murmullos de la gente solo se hicieron más fuertes cuando los últimos en entrar lo hicieron.

-¿Y él quien es...?

-No lo sé. Pero parece que es espadachín. Mira la espada que lleva...

-¿En esas ropas verdes con sombrero raro? Si claro...

-Pero ya vieron esa bola de luz que lo acompaña... ¿Qué es...?

Ropas verdes... sombrero, bola de luz... Su corazón se aceleró al pensar en que era él...

Llegó al punto en que tuvo que ser más forzosa el abrir el paso en medio de la muchedumbre. Pero cuando lo logró...

-Oye Link, la gente se nos ha quedado viendo de manera rara. Me da cosa...

-Creo que es de esperarse Navi... No nos han visto y tú llamas la atención.

-Lo dice el que viste de verde y ese sombrero.

-¡Con el sombrero no te metas!

La voz de Navi la reconoció de inmediato. Pero la otra no. No era de Link... No la que ella recuerda. Eso la confundió, dado que un Kokiri no crece.

Pero al fin logró abrirse paso, casi cayéndose, sino fuera porque alguien la agarró.

-Cuidado. - Era esa voz. Alzó la mirada y... - ¿Estás bien?

-Si, lo estoy. Solo...

Ella lo pasó a ver y sintió que el corazón casi se le sale... eran esos ojos. El mismo color, la misma intensidad. Y quien tenía enfrente, no era el niño que recordaba con cariño estos 7 años. No, esta persona era un hombre hecho y derecho, pero aún retenía el aire de quien fue hace 7 años.

El muchacho se le quedó viendo unos segundos, hasta que abrió los ojos por la sorpresa de que...

-¿Zelda...? ¿Eres tú?

Era él.. En verdad él. Solo él la miraba de esa manera al decir su nombre. Y no había cambiado el tono con que lo decía. Y eso la hizo contener las lágrimas.

-¡Ah, ¿Por qué?! ¡Navi, ¿Qué hice?!

-Eres un tonto insensible. – El hada con su cabeza al ver que este chico no cambiaba. Pero eso era lo que menos importaba. Ya que...

Cada persona que fue testigo de lo que pasó después, no lo pudieron creer. Y menos Link, que era el que estaba ahí.

La princesa de Hyrule lo abrazó con fuerza. Como deseando transmitir lo que había sentido estos años. El arrepentimiento y cuánto lo extraño.

-Link... - La chica susurró su nombre, pero él la escuchó. – Bienvenido... no sabes lo mucho que te extrañe.

No supo porque oír ello, solo hizo que Link sienta que... todo estaba bien. El saber que ella lo extrañó, era todo lo que necesitaba oír. A su vez que regresaba el abrazo a la princesa. Ahora él era ligeramente más alto que ella, cuando hace 7 años era al revés.

Muchos que veían eso, no sabían que decir. ¿Ese era el chico que la princesa tenía en buena estima? Bueno, se notaba que era así por como la princesa lo estaba abrazando. Algo que no les gustó a muchos.

Siendo claros, a dos chicas que fruncieron el ceño y un soldado que solo chasqueó con la lengua. Pero en eso...

-¿¡Que significa esto!? – fue el grito de alguien, haciendo que Link y Zelda se separen, para pasar a ver quien era el que gritó. - ¿Cómo pueden dejar que la princesa abrace a este... salvaje?

-¿Salvaje? – Link se mostró algo ofendido. Miró al recién llegado... - ¿él quien es...?

-Es...

-Príncipe Anthony de Labrania. – Dijo con superioridad. – Mi padre, el rey, y yo, vinimos a hacer un trato con la reina y su hija para dar nuestro apoyo en la retoma de Hyrule.

-Que solo darían si accedía a casarme con usted. – Link la miró con sorpresa. –Que luego rechazó para que solo nos casemos y anexar este pueblo a su reino. Y sino mal recuerdo, me negué...

-No puede hablar en serio princesa. Lo que nosotros les estamos proponiendo es estabilidad y seguridad. – Fue el Rey el que habló, sus nervios más que claros, dado que sus planes no estaban saliendo como lo quiso.

-No la deseo, si debo abandonar todo por lo que he peleado 7 años.

-Es justamente por eso que... Las negociaciones se cancelan. – Selene caminó en dirección del grupo. – Su majestad, gracias por su visita. Pero es obvio que no llegaremos a un lado. Le pido de manera amable, que se retire.

El Rey miró a Selene con rabia, pero la mujer no dio su brazo a torcer. Lo que hizo que el rey suelte una maldición por lo bajo.

-Ilusos. Hagan lo que quieran. Nos vamos Anthony.

-¡Yo no me voy! ¡me prometiste a la princesa si venía a ayudarte con esta gente estúpida!

-... ¿Puedo castrarlo? – Fue lo que Alice dijo tras unos segundos.

-Haz fila, yo voy primero. – Diana tenía su lanza lista para dejarlo sin descendencia.

Y muchos de los presentes estaban iguales. Aceptaron varias visitas de estos tipos por el apoyo que podían dar. Pero el saber que deseaba forzar a la princesa algo así y para colmo, ellos no importaban para estos sujetos...

-... Le recomiendo que se vaya. No seré responsable de la reacción de mi gente. Menos del Campeón de mi hija, que se nota no le gustó eso último.

Selene vio como Link afiló la mirada y la mujer jura ver a Leon. Y eso lo ha confirmado, era él... el hijo de sus amigos en verdad estaba vivo.

Era obvio que los dos sujetos estaban asustados, pero se fueron con la poca dignidad que les quedaba. No solo ello, también decían que esto lo lamentarían.

Y sin perder el tiempo, se fueron en un carruaje acompañados de sus soldados. Vaya manera más patética de irse...

-... Y por eso, odio a los nobles. Sin ofender princesa.

-Jaja. Descuida Navi... me alegro de verte también. – el hada sonó feliz de oír ello. – Pero, Diosas, Link... ¿Dónde han estado...? ¿Cómo es que has crecido...? ¿Qué no eras...?

-Quizás... sería mejor esa conversación en una cena. Luego de festejar esta pequeña victoria. – Selene sonrió al oír el grito de alegría de la gente. - ¡Vayan y celebren!

Nadie perdió el tiempo, aun con la escasez que tienen, esto no se puede quedar como si fuera nada. Era algo que se debe de celebrar.

-Ven Link, deja que te muestre donde hablaremos. Y quisiera poder hacerte unas preguntas antes. – Selene tomó al chico del brazo. – Te lo robo un rato hija.

Zelda no le gustó ese uso de palabras, por una razón. Pero vio a su madre llevarse a Link con ella, Navi yendo con ellos. A la vez que él gritaba algo de que cuiden a Epona.

-Así que... Ese es tu amigo... el de hace 7 años.

-Lo es. – No debía de girar para saber que era Diana.

-... No es un Kokiri al parecer.

-No, ya que ellos no crecen.

-Ajá... - Diana miró a su amiga. – No sabes cuánto te envidio.

-Diana..

-¡Míralo! ¡Niégame que no te quedaste estúpida al verlo a los ojos! ¡Todo el pueblo lo vio! ¡Un poco más y parecían estar en su propio mundo ustedes dos!

-... Oh Nayru... - Se tapó la cara de la vergüenza. - ¿Tanto así?

-Ay Zelda, a pesar de la bendición de Nayru... eres ingenua en unas cosas. – Diana hizo un gesto de que mire a un lado. – Y no creo que no tengas competencia.

Zelda miró a donde ella le dijo y pudo ver a Marín con su prima Malon, ambas llevando a Epona al establo que Tarín les estaba indicando. Y las dos le dieron una mala mirada... Oh. Entiende...

-... Esto es raro...

-Lo sé. Pero lo más raro, es que haya aparecido tras 7 años. ¿Qué crees que le haya pasado?

-No lo sé. Pero lo sabremos hoy. – Zelda miró a su amiga. - ¿Vienes a la cena...?

-No lo dudes. Mis padres también irán. Así que...

-Excelente. También trae a esos dos soldados que fueron a ayudar a Link. Deseo darles las gracias y espero deseen cenar con nosotros.

-Ay... Eso si Alice no mata a Blason ahí mismo. El padre de ella fue de los que...

-Lo sé. Pero parece que ella respeta a Link, tanto como para ayudarlo... sin esperar una orden.

-... Veré que me dicen. Recuerda que esos dos siempre están separados del ejercito por una razón. Los llaman los "Excluidos" Así que....

-Entiendo. De todos modos, deseo hacerlo.

Diana no dijo más. Asintió a las palabras de su amiga y solo se dirigió a otro lado, a la vez que Zelda caminaba en dirección de donde estaba su casa. Esperaba que su madre no interrogue mucho a Link.

----

Link llego a la casa que la Reina tenía en este pueblo con Zelda. Era la casa más grande del lugar, así que era muy notoria.

La mujer le pidió que entre y al hacerlo, es que puso su mano en la Espada Maestra y la puso en el cuello de alguien, quien tenía una cuchilla en el abdomen del muchacho.

-... Buenos reflejos...

-¡Kain, esa no es manera de tratar a un invitado!

Link vio al que lo atacó... un Sheikah. De su edad de seguro... ¿Qué es lo que...?

Este alejó el arma, y Link hizo lo mismo. Pero la tensión seguía ahí.

-Deseaba ver si era hábil...

-Hay maneras de hacer las cosas. – Selene no estaba feliz con lo dicho. – Quiero hablar con Link a solas. Y es una orden...

-Como ordene.

El Sheikah desapareció sin decir nada más. Link notaba su habilidad, era como la de Impa.

-Lamento ello. No es mal muchacho, pero se toma su trabajo como nuestro protector muy en serio.

-... ¿Qué hay de Lady Impa? – Link siguió a la mujer a la que parecía ser una oficina.

-Cierra la puerta por favor. – hizo lo que le pidió. – Impa está en Hyrule, tratando de hacerse con toda la información necesaria que nos ayude contra Ganondorf.

Lo ve razonable.... Aun así...

-Su majestad.... Sé que es raro que diga esto ahora, pero hemos venido a ayudar. – Navi sabe que puede que no le crean, pero...

-Soy consciente, de que hayan llegado, no es casualidad. Es designio de las Diosas. – Link y Navi se sorprendieron por la frase que ella usó. – Jejeje. Antes era sacerdotisa del Templo del Tiempo. Puede que no haya sido muy religiosa, pero creo en las Diosas... Ahora más que nunca, tras todo lo que he visto.

-Su Majestad...

-Por favor, ahora no soy Reina de nada. Me dicen así por mera costumbre o formalidad, pero en estos momentos soy tan normal como el resto. Sólo díganme Selene. - la mujer le dio una sonrisa a Link, quien la devolvió con algo de pena.

-De acuerdo Selene.

-Ahora. Creo que es justo que haga una pregunta. – Link prestó atención. - ¿Qué han estado haciendo estos 7 años? Cuando todo se calmó, traté de que Impa y otros Sheikah vayan a la zona de la Ciudadela, pero la magia maligna de Ganondorf es muy fuerte. Nadie se puede acercar ahí sin ningún tipo de protección, así que jamás logramos saber que les pasó. Y aún cuando tratamos de investigar y saber que hay en los registros Sheikah que quedan en relación a la entrada al Reino Sagrado, no hubo información clara. Sólo que había una... barrera más.

Link guardó silencio. Si, la barrera final que él quitó sin saberlo. Eso solo lo hacía sentirse peor....

-Majestad. Queremos poder decir todo lo que sabemos a quienes podamos confiar. Espero no le moleste que... esperemos a la noche.

Selene meditó las palabras de Navi, para luego asentir. Lo ve como algo que de verdad es obvio y claro.

-Perfecto. Quizás sea mejor así y que... bueno, ayudará a que no deban de decir todo de nuevo.

Link asintió algo más tranquilo y agradecido con la Reina, quien se le acercó y le dio un ligero abrazo. Algo que lo sorprendió.

-Sé que has pasado por mucho. Y que no tienes ninguna obligación para con nosotros o el Reino, pero gracias por haber venido y todo lo que has hecho.

Link no supo que decir. Era su culpa que la Trifuerza haya estado desprotegida. Pero por eso estaba aquí, para enmendar su error. Y se iba a asegurar que sea así.

-Link. También me gustaría que nos ayudes en algunas cosas. Por lo que oí, tus habilidades con la espada son dignas de mención. Que Alice dijera ello, dice mucho. Ella no es de alabar a otros.

El muchacho no sabe si en verdad es así. Él era auto enseñado, así que no cree que sea algo digno de mención.

En eso, la puerta se abrió para dejar pasar a Zelda.

-Mamá, no interrogues a Link antes de lo de esta noche. Queremos al menos algo de paz.

La mujer rio al ver a su hija y tenía ya alguna idea de lo que era la intención de Zelda.

-Vale. Sólo le quería hablar de unas cosas. Pero ya terminé. Si quieres puedes tenerlo y hablar con él en algo, pero lo que ha pasado estos 7 años y lo de ese día, lo dirá cuando estemos todos reunidos en la noche.

Zelda chasqueo con la lengua, ahora no podrá preguntar eso. Pero asintió, tomó a Link del brazo y se lo llevó a la salida, a la vez que él se sentía como un muñeco que pueden llevar de un lado para el otro.

Navi voló tras ellos. Selene sintió que era extraño... ¿Por qué Navi era la que respondió por Link?

¿Tendrá que ver con lo que pasó hace 7 años y en este curso de tiempo del que no se supo nada de él?

...

A las afueras de la casa, Zelda soltó a Link, quien se mostraba feliz de tener su brazo de nuevo en su control.

-Lo siento Link. Es que... no sabes las ganas que tengo de que hablemos. – Zelda sonrió algo apenada. – Creo que la emoción de verte de nuevo me ganó.

-Yo también me alegro de verte de nuevo Zelda. – Link no lo podía negar.

Para él solo eran días, el recuerda de la niña que era Zelda aún estaba fresco. Y aquí tenía a una mujer hecha y derecha. Se sentía extraño...

Más cuando la miraba a la cara y sentía como un cosquilleo en el estómago. ¿Tendrá hambre?

Zelda sólo hizo el gesto de que lo siga, mientras hablan. Cosa que él hizo.

Navi volaba cerca de ellos, en caso Link necesite una ayuda extra en relación a algo que puede no saber responder.

-Así que... no eres un Kokiri. – Fue lo primero que la princesa dijo y se sintió estúpida. ¿en serio...? – Digo, es obvio que...

-Si. Créeme. Para mi también fue una sorpresa. – Link dio una ligera sonrisa. – Al parecer sólo me crie como uno, pero eso explica porque jamás pude hacer la magia de los Kokiris. Soy un Hyliano, como tú.

Zelda asintió, tenía sentido. Aunque saber que él era un Hyliano también, la hizo sonreír. Al menos no tendrá que pensar en mirar hacia abajo al hablar con él.

Los dos siguieron su paso por el pueblo, ella lo estaba llevando a un lugar donde podrían hablar a solas.

Y ese lugar era el lago que ella siempre usaba para poder... hacer su rutina.

La princesa se paró a la orilla del lago, su vestido formal que denotaba que era una princesa y las pocas joyas que usaba, sólo daban un aire más noble a la belleza que ella era.

Link se vio en la obligación de mirar a otro lado, no quería que piense que se le ha quedado viendo. Agh, esto es extraño...

-Sabes, jamás pensé que nuestro reencuentro sería así. Tras una casi invasión de Bokoblins. Diosas, pensé que sería de otra manera. – Link rio un poco. – Pero me alegro de verte de nuevo Link.

-Yo también me alegro de verte Zelda. Y no sabes cuánto. – Para él no fue tanto tiempo, pero en verdad la había extrañado.

La chica desvió la mirada, para poder ver el lago. Se sintió apenada que le diga eso sin medias tintas, no mostró ni vergüenza.

-Así que... ¿Qué te parece el pueblo? – Sabe que no le puede preguntar lo que ha pasado estos 7 años mientras estaba lejos.

-Es muy... acogedor. Me recuerda en algo a Kakariko... hablando de eso, ¿Está...?

-No. Es de los pocos pueblos de Hyrule que aún sigue en pie. Impa dice que tiene relación con lo que es la magia Sheikah. No he preguntado mucho...

Suena lógico. De todos modos, Link sólo pudo decir que...

-Este pueblo es... acogedor. – su sonrisa se borró. – Pero no es lo mismo, sabiendo lo que pasa allá afuera.

Zelda bajó la mirada, a la vez que le daba la razón. Esta vida era... sólo un refugio del mundo de afuera. No pueden huir de lo que pasa en realidad.

-... Link...

-Hemos venido a ayudar. – Link la miró con firmeza, determinación en sus ojos, pero ella notaba miedo también. – A detener a Ganondorf y sus planes.

-... Link, sabes que no es necesario que... - Zelda trató de decirle algo, pero... - No debes de hacerlo. No es tu obligación de...

-Puede que no. Pero no puedo dejar todo a medias. Hace 7 años dijimos que detendríamos a Ganondorf y eso aún no se cumple. Sigo con esa promesa.

-... No hay reino que proteger. No hay Ciudadela, nada que puedas...

-Hay gente. Vi el estado de la Pradera, vi como Malon sufría por lo que ha pasado. Vi... este ataque. Deseo poder darle a la gente, la paz que necesitan ahora. Y para ello, Ganondorf debe de caer. – Link no sabía de donde le salían las palabras, pero no se detuvo. – Y jamás hice esto por el reino o demás, lo hice porque me pediste ayuda. Y eso no ha cambiado Zelda. Aún ahora...

La princesa trató de no mostrar emoción alguna al oír ello, pero la verdad de las cosas, es que eso le había tocado el corazón.

-... No soy más una princesa.

-Lo sé...

-Aun si ganamos, no habrá nada que darte. Recompensas ni nada, sólo... mis gracias.

-También lo sé.

-... ¿Y aún sabiendo eso deseas arriesgar tu vida?

-... Mi vida es para defender a la gente de Hyrule. – Link puso su puño derecho sobre su pecho en la zona del corazón. – No necesito riquezas ni nada de ello, para decir que cumplí mi promesa a ti. Es más... ¿Desde cuándo importa de qué seas la princesa para que yo te ayude?

Zelda dio una ligera risa, pero se oyó el sollozo. Mostrando que se había emocionado. Miró a Link, quien tras la apariencia adulta que tiene, sigue siendo el mismo que conoció.

El amigo que hizo en un momento de necesidad. Y por quién sintió algo más sin saberlo. Y ahora mismo, no sabe dónde entran sus sentimientos a él, pero estaba segura de que... quizás aún eran algo más que amistad.

Pero tiempo para esas cosas no hay, no ahora. Si Link desea ayudar, le tomará la palabra. Y ella sabe que... eso es lo que más importa.

-No es que haya una ceremonia dado el como están las cosas. Pero con todo lo que has dicho, tengo que preguntar Link... ¿Aún deseas ser el Campeón de esta princesa sin reino y sin riquezas?

Link miró a Zelda, para él eso jamás importó. Desde que la vio, se metió en esto no porque ella fuera una princesa, sino porque al verla, sintió que ayudarla era lo correcto. Que verla feliz le bastaba, aún si él sacrifica su propia felicidad.

Se puso firme, aún con el miedo y la incertidumbre de lo que pueda pasar, Link hizo una reverencia con la mano aún en el pecho.

-Más que nada.

Tras esas palabras, sintió como ella tomaba su mentón, le alzaba la cabeza y le daba un beso en la frente. Haciendo que él se enderece de golpe, su cara diciendo todo.

-Jejeje. Pues listo, oficialmente era el campeón de la Princesa sin reino. Link...

El muchacho sintió que todo su cuerpo estaba ardiendo por ese simple beso. Y no sabía porque. Y no ayudaba que Zelda se veía tierna con lo roja que estaba.

Pero ambos rieron a pesar de la pena que sentían y eso bastó para que las cosas se calmen.

Puede que hayan pasado 7 años, pero el lazo que los había juntado al inicio, aún estaba ahí. Sólo que el tiempo lo había hecho más fuerte... así como las circunstancias.

Navi que estaba en silencio viendo todo, soltó un suspiro triste. Así serán las cosas, ¿No?

Pero mientras él sea feliz... ella lo apoyará. Y no lo niega, se alegraba de ver que la princesa había logrado hacer que él se relaje. Desde que despertó no lo había visto así... y daba algo de envidia.

Ninguno notó que desde las sombras, alguien los vigilaba. Kain no se había alejado y estaba viendo la interacción entre el chico y la princesa.

Afiló la mirada, dado que... no le gustaba nada. Más al ver el brillo que Zelda tenía al estar con él...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro