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Ligeros Desvíos

"En todos los caminos, siempre hay un desvío para ir a la felicidad"

Pacoyo

La mañana había llegado a Hyrule, Link estaba despierto y listo para partir.

La habitación que le habían dado la noche anterior no era tan grande como la de la princesa. Pero si algo que era más grande que su propia casa en el Bosque Kokiri. Y la cama era muy suave.

Aunque mucho para su gusto. Y eso era decir algo.

-Link. Vamos, hay mucho que hacer este día. – Navi lo llamo desde la puerta, sabiendo que en cualquier segundo Impa iba a llegar.

-Voy. – Link vio el escudo que Zelda le dio ayer en la noche. Era obvio que era muy grande para él para usarlo como se debía.

Pero estaba hecho de metal y eso es mejor que la madera. Por lo que optó por llevarlo en su espalda. De algo le servirá. No puede desaprovechar el regalo de Zelda.

Al ponerlo en su espalda, sintió el peso de este. Esperaba que las cosas le vayan bien y no se caiga de espaldas y termine como una tortuga.

En ello, la puerta fue abierta. Era Impa. Y de veía que estaba muy seria.

-Andando. Te sacaré del castillo a la vez que te digo tu próximo destino.

Link asintió, sabiendo que era lo mejor. No quiere ser atrapado por los guardias y ser llevado al calabozo...

La mujer le pidió que lo siga y él lo hizo. El hecho de que el castillo aún no esté tan activo en la mañana, ayudaba también y mucho.

Se notaba que la mujer conoce el lugar mejor que nadie. Cada hueco y cada lugar que le permite a uno ser desapercibido.

No les tomo mucho salir del castillo por una entrada secreta en la zona trasera de este.

-Wow. No sabía que había una entrada así...

-Las hay, en caso de deba de salvar a la Familia Real. Los único que saben eso, son los Sheikah. – Respondió la mujer con una ligera sonrisa. – Somos los protectores de la Familia Real, por eso es que sabemos de esto.

-Ya veo... ¿Y de verdad eres la última Sheikah...?

-¡Link, eso no se debe de preguntar! – Navi le llamó la atención, dado que eso era muy.... Personal. – Lamento eso, no tiende a pensar antes de hablar.

-Oye...

-Jejeje. No hay que preocuparse de eso. – Impa veía refrescante el cómo estos se estaban hablando. Había pasado tanto tiempo en medio de la formalidad, que esto era algo que de verdad extrañaba. – Si, soy una de las últimas de los Sheikah. Pero eso significa que soy de las que sabe pelear, no que mi raza ya no esté presente.

-¿No? – Link siguió caminando tras la mujer, quien asintió. - ¿Significa que hay Sheikahs que no pelean?

-Los hay. Unos tratan de seguir una vida calmada. A su vez, yo veo esto como un honor. Los Sheikah hemos siempre estado apoyando a la familia Real desde su creación, puede que unos años no estemos presentes, pero no es eterno. – Link asintió, eso le parecía muy sensato.

En eso, lograron salir de los terrenos del castillo, a la vez que caminaban en una dirección diferente a la que él había usado la primera vez para entrar.

-Ahm... ¿No es por ahí?

-Esa es una de las tantas entradas que hay aquí. – Impa lo miró con diversión. – Te aseguro que es mucho mejor hacer esto para que cortes algo de camino.

-¿Cuánto cree que me tome llegar allá...?

-Si vas por este camino, de seguro solo 2 días. Para llegar a la Montaña de la Muerte, debes de ir a Kakariko y eso está a solo dos días de camino a pie.

-... Son dos días... - Link no estaba feliz de oír ello.

-Jajaja. Es cierto. Pero te aseguro que es mejor que nada.

Ambos llegaron a lo que sería la puerta levadiza y le asintió al guardia para que la baje. Este lo hizo, para que la niña y el muchacho salgan de ahí. Al hacerlo, Impa tomó aire y Link solo pudo sentir la brisa de los Campos de Hyrule.

-Eres muy valiente para hacer esto... Ayudar a la princesa en lo que quiere hacer. – La mujer sacó de su bolsillo algo. Era una carta. – Ten, ella te manda esto.

-¿Una carta? – Link la tomó, la vio y tenía la firma de Zelda. Vaya...

-Es más que eso, esta carta demostrará que tienes contacto con la Familia Real, aunque puede que esto también se te sea útil. – Impa lo miró y... - Según los sueños de la princesa, yo te enseñaba una melodía, una que ha pasado en los miembros de la familia Real. Se dice que oculta un poder misterioso. Se la he entonado a la princesa desde que era bebé.

-¿Una canción? - Link había oído de que algunas melodías encierran poderes misteriosos, pero aprenderlas ya era otra cosa.

-Así es... escucha. - poniendo dos dedos en su boca empezó a silbar la tonada. Era una tonada muy relajante y tranquila, digna para hacer dormir a un bebé.

Link memorizó la tonada y de su alforja sacó la Ocarina que Saria le dio y tocó la canción, tras dos intentos logró tocarla la melodía de manera perfecta. Le era familiar, como si la hubiera oído en el pasado. Aunque eso era imposible.

-Esa es la Nana de Zelda, como se le llama en el interior del Castillo. – Impa sonrió al ver que el niño lo captó rápido. – De esa manera, podrás demostrar que está ligado a un miembro de la familia Real.

-Gracias Impa. Te aseguro que volveré cuando tenga la Piedra Espiritual de los Gorons. Así, podremos estar más cerca de poder evitar que ese sujeto se haga con la Trifuerza.

La mujer sonrió al ver la determinación del muchacho. No solo ello, también...

-Estoy segura que a la princesa le encantará verte de nuevo.

-¿Segura? Sentí que le parecía alguien raro que solo trata porque tenemos el mismo objetivo.

Impa soltó una risa ligera, dado que conoce bien a Zelda y sabe que esa es su manera de actuar cuando no sabe como tratar con alguien. Y eso es raro, ya que ella sabe mucho de como salir de estas situaciones incómodas. Y que ella haya sacado su verdadero ser ante él, dice mucho. Este niño era muy interesante.

-Tranquilo, le has dado una impresión que ella no olvidará. Quizás si pasan un día entero juntos, puedan llevarse mejor. – Impa asintió, como diciendo que era la hora. – Suerte Link.

El niño asintió para luego girarse e irse corriendo en dirección donde ella le indicó. La mujer solo pudo rezarle a las Diosas que el niño tenga éxito en su misión.

Se dio la vuelta para poder regresar al castillo, tiene un itinerario que seguir.

------

En el Castillo. Se pudo ver el como Zelda estaba despertando, preparándose para lo que sería su día. Ella misma se había puesto la meta de esforzarse cada día para poder llegar a la conclusión de como deben de afrontar a Ganondorf.

Ahora mismo, ella estaba leyendo un libro donde se menciona que la Trifuerza es un poder que solo los mortales pueden usar. Que los Dioses no pueden tocar. Eso lo hacía un objeto que en malas manos, puede ser muy peligroso.

Al ver que solo le quedaba seguir con su labor y con lo que estaba haciendo sin rechistar, ella misma se dio ánimos.

-Me pregunto como le va. – Ella miró por la ventana.

Link se había ido bien temprano para poder realizar la labor que ella le ha pedido de manera egoísta. Ahora que pensaba las cosas en frío, no era justo que le pidiera eso. Pero era él el que aparecía en sus sueños. El que supuestamente salvará a estas Tierras.

Y si bien tenía algo de dudas, debía de confiar en él. Debía de hacerlo, dado que quiere creer que lo logrará.

La niña miró la mano que usó para dar el apretón que se dieron, señalando el inicio de esta Alianza para salvar Hyrule. Y si bien no estaba segura de la poseyó para darle su mano, así como así a alguien que no era de la nobleza, sentía que era lo correcto.

Zelda tomó sus manos con cariño, sin notar lo mucho que... estaba pensando. Sacudió la cabeza con fuerza, debe de dejar de pensar eso. Debe de seguir.

Volvió a centrarse en leer, solo que esta vez oyó como tocaban la puerta de nuevo. Suspiró, dado que esto ya parecía una mala broma.

-Entre... - La puerta se abrió, dejando ver como...

-¡Zelda! – La que entró, era una niña de la edad de Zelda, de cabello castaño y ojos marrones, así como con unas pocas pecas en su nariz. Vestía un vestido que, a su vez, era muy elegante. Demostraba ser algo caro, pero que mostraba una apariencia normal.

-¿¡Diana!? – La princesa se sorprendió al ver a su única amiga mujer en el lugar. - ¿Qué haces aquí?

Diana era la hija de una familia importante de Hyrule. Los padres de ella eran muy amigos de Selene, la reina, por lo que también eran encargados de ayudar en los tramites de comercio al saber del rubro.

-Vine a pasar unos días aquí. ¿Está mal? – La niña rio de manera ligera. – Y tú aquí, perdiendo el tiempo con otro librecho tuyo.

-¡Que no son...!

-Si, lo que digas. – Diana negó con la cabeza y le quitó importancia. – Gracias por traerme Lady Impa.

-No hay de que pequeña. La reina pensó que era una buena idea.

Su madre... Por supuesto. Su madre siempre era la mente maestra de todo esto. A veces detesta que ella misma la haga parecer una niña tonta por cómo logra hacer las cosas.

-Ya veo... mi mamá te pidió que vinieras.

-Dijo que estabas bajo mucho estrés. Así que... - Diana se señaló. - ¿Quién mejor que tu mejor amiga para cambiar eso?

-Eres mi única amiga mujer...

-¡Y por eso soy la mejor por opción única!

Zelda soltó un suspiro. Ella puede ser bromista y muchas cosas más, pero si algo sabe, es que Diana la sacaba de sus casillas a más no poder. Y no, no es porque no aprecie a su amiga porque lo hace. Lo dice, porque estaba segura de que esto se tornará en desastre. Lo sabe... lo presiente.

-Las dejo solas niñas. Tengo trabajo por hacer. – Impa se estaba retirando, hasta que...

-Impa... - Zelda la detuvo. - ¿Ha...?

-Todo va bien. – Zelda asintió algo más calmada., eso era lo que deseaba oír.

Al irse Impa, Diana miró a la princesa con una ceja alzada. ¿De qué estaba hablando? La princesa negó con la cabeza, quitando importancia. Eso no le gustaba a la niña, que infló las mejillas.

Caminó a la cama de princesa y se lanzó a ella, a lo que Zelda negó con la cabeza. Caminó a donde estaba su amiga y se sentó a su lado.

-Si bien agradezco que hayas venido a verme Diana, no es necesario que hagas tanto. Estoy bien...

-Tonterías. – La niña negó las palabras de la princesa. - Sé que estás pensando en algo importante y eso te carcome. – Rayos, odia que la conozca bien. – Por eso, haremos hoy cosas de chicas.

-Agh... sabes que esas cosas no me gustan.

-Vamos Zelda. Puedes negarlo todo lo que quieras, pero no olvides que también mereces ser una chica común y corriente para variar. – Puede ser... - Y ya sabes que se hacen en estas reuniones. ¡Hablar de chicos!

Zelda rodó los ojos. No de nuevo...

-... Ngh. Por favor no, no fui capaz de ver a los caballeros entrenar dado que recordaba lo que decías de ellos. Me dio asco...

-Raro. Una de mayor edad me dijo que así se debe de hablar cuando hablas de chicos.

-... No tengo idea que es eso de que están para comérselos. ¿Qué significa?

-No sé. Me dijeron que lo sabré cuando crezca.

Zelda se dio una palmada en la cara. Esto no le puede estar pasando... Pero dejó de quejarse y dejó que su amiga hable. Y al hacerlo, se arrepintió.

-Ok. Que chicos has visto estos días...

-... Ni uno. Vivo en un endemoniado castillo. – Zelda le hizo el recordatorio. – Además, ¿Crees que mi padre vería esto como algo que deba de hacer?

-Bueno... tu padre es algo anticuado. Debería dejarte al menos socializar con más chicos. Yo conocí uno muy lindo hace unos días en un pueblo cuando viajaba con mis padres. Era solo dos años mayor, pero me gustó mucho.

-Agh... No quiero saber más. – Zelda se quería ahogar con la almohada que tenía en sus manos y así librarse de lo que era esta endemoniada tortura.

-Pues... Creo que estás exagerando. Es natural pensar esas cosas Zelda. – Diana se acomodó en la cama. – Ya sé. Haré que pienses en tu chico ideal.

-¿Qué? No...

-Oh vamos. Es divertido. Así muna amiga me hizo ver que mi chico ideal es de cabello negro. – Sabiendo que no se rendiría, Zelda asintió a la petición de su amiga. – Excelente. Cierra los ojos...

-... Si me haces una broma...

-No lo haría. No tras haber acabado llena de pintura tras la última vez que te hice una broma. Eres muy vengativa. Pobre del hombre con que te cases. – Si es que se casa, duda que haya hombre en este mundo terrenal que la soporte. – Vale, solo cierra los ojos.

-Ya, los tengo cerrados. ¿Ahora?

-Te haré unas preguntas. Responde lo primero que se te venga a la mente. Haremos una prueba. Ahm... Comida favorita.

-Pastel de fresas.

-... Ese es un postre.

-Es comida.

-Y dicen que yo soy la rara... - Diana negó con la cabeza para seguir con lo suyo. – Flor favorita.

-Princesa de la Calma.

-... ¿No son las que crecen en tu jardín?

-No. Esas se parecen, pero no son las reales. Si ves sus pétalos, el azul que debe de haber es muy pequeño. Las llamamos Princesas Falsas. Son bellas, pero no son tan bellas como las reales. Es difícil hallarlas... - Zelda soltó un suspiro. La última que vio una fue hace años... Y murió en su jardín, dado que no lo cuido bien.

-Vaya... Ok una más de prueba. Hmmm. Sueño personal.

-... Me gustaría un día poder viajar por todo Hyrule y aprender de este. – Fueron las palabras de la princesa, a la vez que sentía que ese podía ser un suelo algo lejos de la realidad.

-Ok. Vamos a lo de verdad. Me dirás todo de la misma manera. Sin pensar. Solo siéntelo. – Zelda asintió. – Edad.

-10.

-¿Qué te gusta leer?

-Libros de leyendas de Hyrule.

-¿Qué es lo que te molesta?

-... Que no me oigan cuando trato de dar un punto solo por ser una niña. – Vaya, eso si fue fuerte dado que hasta Diana lo sintió.

-Ok... ¿Color de ojos en tu chico ideal?

-Azul. – Zelda dijo lo primero que se le ocurrió.

-Cabello...

-Rubio. – Zelda sentía que una imagen se le estaba formando en la cabeza.

-... Ok. Eso es específico. ¿Te llama la atención alguien...?

-Si. – Fue cuando esas palabras salieron, que abrió los ojos y se sonrojo.

Diana al oír ello, la miró con una expresión de que no lo creía. La Princesa Zelda Hyrule, acaba de admitir que estaba interesada en alguien... Ah no, esto no se lo pierde.

-¿¡Quién te gusta!? ¡Dime!

-¡No me gusta nadie! – Zelda alejó a la niña que había acercado su cara a la de ella de una manera que no le gustó nada. - ¡Solo dije que me llama la atención! ¡Es completamente diferente!

-¡Meh, tomates y jitomates! ¡Eso es algo! ¿¡Quién es...!?

Zelda rodó los ojos. Mejor se da prisa y hace esto antes que está loca se pierda en sus fantasías y piense algo que no es.

-Lo conocí ayer. Es... diferente a lo que esperé. Me tutea sin dudarlo y cuando me pidió algo, solo pidió permiso para llamarme por mi nombre. – Zelda recordó lo de ayer. – Es más, al inicio pensé que era muy... simple y bruto, pero me di cuenta que... parece ser algo más. No sé... es misterioso y solo quiero saber más de eso. Saber quien es de verdad.

Diana se quedó viendo a su amiga sin poder creerlo. Ella conoce a Zelda muy bien, por lo que verla de esta manera y pensativa de alguien quien acaba de conocer, dice mucho. ¿Acaso esto es lo que llaman el primer interés de verdad? Si, a ella le ha gustado físicamente varios niños y chicos mayores, pero jamás pensó en eso de conocerlos más.

-... Zelda, si eso no es que te gusta. No sé que es...

-No seas absurda. Lo conocí ayer. No me puede gustar. – Zelda rodó los ojos de nuevo. – Solo diré que es interesante. Y que espero verlo pronto para conocerlo más. – La princesa sonrió al pensar en esa posibilidad.

-Bueno, si tú lo dices. Me agrada que pienses de esa manera amiga. Digo, uno nunca sabe. Quizás pase algo. Es decir, tu padre abolió la ley que dice que debes de casarte con alguien de casa noble. Y tu madre no lo es y mira lo buena reina que es. – Eso no lo puede negar... Su madre puede no tener nada de sangre noble en sus venas, pero muchos ya la consideran la mejor reina que el reino ha tenido en los últimos años.

-De todos modos, no es como si algo pasara. Solo tengo 10. No debo de ver la posibilidad de matrimonio hasta los 18.

-Pero pasará. Y espero que elijas bien. Si alguien merece una buena relación, esa eres tú.

Zelda sonrió a las palabras de su amiga. Puede que sea algo loca y despistada, que la saque de quicio. Pero se alegra de tenerla como amiga. Aunque jamás lo dirá en voz alta. De todos modos, lo mejor era que hablen de otra cosa. Así podrán ver que más hacer, aunque...

Miró por la ventana. Ojalá a Link le esté yendo bien en su viaje y no la esté pasando mal.

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De regreso a lo que serían los Campos de Hyrule...

Link veía que ya estaba siendo cada vez más de noche. Tiene que hallar un lugar donde descansar antes de que sea de noche y un Stalfos salga. No desea tratar con esas cosas. No hoy.

-Impa no bromeó cuando dijo que eran dos días a pie. Y eso que hemos cortado camino. – Navi miraba al niño, quien estaba algo cansado. - ¿Qué hacemos Link?

-No tengo idea. No es como si fuéramos a tener un lugar donde descansar en medio de las praderas...

-¡Hey! ¡Mira! - Navi señalo hacia el frente y Link pudo ver una especie de construcción, se acercó a esta y vio un gran letrero. - Aquí dice.... Rancho Lon Lon. Este debe ser el hogar de esos granjeros.

-Si... y parece que tenemos mucha suerte Navi. Vamos, hay que entrar.

-¿Seguro? Digo, puede que nos digan algo...

-Si nos dicen que nos vayamos, hacemos lo mismo cuando íbamos al castillo. Acampar.

Navi soltó un suspiro. Sabía que Link no era de pensar mal de la gente, pero debe de entender que no todo el mundo es amable. Quizás el tal Talon no lo deje quedarse a dormir.

Al entrar Link no pudo evitar quedarse maravillado por la cantidad de animales, había unos que eran blancos con manchas negras, esos cucos y varios de esos animales llamados caballos. Parece que este lugar es más variado de lo que pensó. Y estaban llevando a los animales a unos lugares. ¿Acaso para que descansen como ellos lo hacen?

-¡Hey mocoso!- Link brincó por el grito y miró que en uno de los establos salía un hombre delgado y con bigote.- ¿¡Quién eres!? ¿¡Que haces aquí!?

-¿¡Eh!? Bueno... - Link se sentía apenado de responder, tratar con los adultos era más complicado. – Yo solo...

-Ingo, déjalo. Es un conocido mío. - de lo que parecía ser la casa principal salió Talon. El tal Ingo solo hizo una expresión de fastidio y se fue hacia la parte trasera del establo. - Es bueno verte Link, no espere verte tan pronto.

-Igualmente señor Talon. Ahmmm, la verdad, es que estoy de paso. Ando en un viaje, pero necesito un lugar donde pasar esta noche. Dado que..

-Los Stalfos. Lo sé. – Talon asintió. – Faltaba más Link, te puedes quedar sin ningún contratiempo. Me sentiría mal al pensar que te dejo en medio de la noche con esas cosas. Si no te molesta dormir en el establo, eres bienvenido. No tengo habitaciones extras para ti ahora.

-¿De verdad? No me molesta para nada, en serio... - Link asintió con alegría, era mejor de lo que pudo esperar en verdad. – Por cierto Señor Talon, ¿Y Malon? – Miraba por todos lados y no hallaba a la niña.

-Malon está con los caballos. Aun no me perdona por dejarla esperando tantas horas....

-Jajaja... entonces le daré una visita. - Link se dirigió hacia la dirección que el granjero le dijo.

Al llegar pudo ver varios de esos caballos corriendo alrededor de una valla o estaban siendo llevados a donde era el tal establo. Adentro de esta, Malon parecía tararear algo y a su lado había un pequeño caballo de color marrón y un pelaje blanco en las patas. El joven se acercó a ella lentamente....

-¡Ya te dije papá! ¡No deseo hablar conti-! ¿¡Huh!? ¿¡Link!?- Malon se quedó en shock al ver al chico quien le saludo con la mano, tanto así... que no lo llamó como siempre lo hacía. No esperó verlo aquí.

-Hey Malon, ¿cómo estás? - Link se acercó a ella y cuando lo hizo el animal al lado de ella salió corriendo. - ¿Huh? ¿Qué hice? – Se sentía raro ver al caballo irse, no esperó que eso pasara.

-Nada.... Epona es así con los extraños, solo conmigo es algo amable. – Respondió ella con una sonrisa, demostrando que no había hecho nada malo. - pero ¿Qué haces aquí?

Link se rasco la nuca y optó por responder, le contó que vio a la princesa y que ella lo ha mandado a una misión, claro omitiendo la Trifuerza y el Reino Sagrado. Malon escucho con atención todo el relato y pudo notar que al hablar de la princesa la actitud de Link era diferente.

-Así que conociste a la princesa. – Malon lo miró con rareza. - ¿Es tan linda como dicen que es?

-Pues.. Creo que sí. Digo, me quedé sin habla al verla. No dudo que pensó que era un bicho raro... Jajaja.

Malon negó con la cabeza, parece que Link era demasiado transparente. Pero eso le dio una idea y pensó que sería divertido.

-Así que... Si la princesa es bonita. ¿Yo también lo soy? – Malon pensó que eso lo apenaría.

Pero lo que no esperó fue el ver como Link la miraba con atención, como tratando de hacerse a una idea o a llegar a una conclusión. La niña ahora fue la apenada al ver la expresión de Link. ¿Qué tanto la mira?

-Si... Si eres bonita. No sé mucho de esas cosas, pero lo eres Malon. ¿Por qué la pregunta?

-¿Eh...? Pues... yo... yo solo... - Ahora ella era la apenada. Pero le quito importancia y solo le quedó... - Pues, al ser ella de la alta cuna y yo solo una niña que se ve por ahí. Una granjera, no creo que pueda ser lo mismo. Digo... Mírame. Estoy toda sucia Link, de los trabajos y..

-¿Y eso que tiene que ver? Por donde lo veo yo, para mí eso solo demuestra lo trabajadora que eres. ¿Por qué compararte con Zelda?

Malon dejó de lado el hecho que llamó a la princesa de Hyrule por su nombre, Malon siguió...

-... Porque soy... soy simple. Y ella es...

-Ella... Tú eres tú. – Link se encogió de hombros. – Creo que debes de dejar lo que te está molestando de lado Malon y centrarte en lo que importa de verdad. Y eres tú. – Link pasó a ver el cielo, a la vez que Malon se le quedó viendo.

Malon pensó que era extraño. Este niño.... No sabe el porque sus palabras la hacen sentirse mejor. No, sentía que era algo más. Pero no estaba del todo segura.

Sacudió la cabeza y optó por tararear esa misma canción que Link había escuchado al acercarse a ella. Malon notó como él se le quedo viendo...

-... ¿Que...? – Fue la pregunta de Malon al ver como el chico se le quedaba viendo.

-Es una linda canción que estás tarareando. ¿De dónde la aprendiste?

-Es una que mi mamá creó hace años... La llamo la Canción de Epona. Ya que a Epona le gusta.

La chica continuó con la canción y al oírla, Link sintió que esta tenía un poder especial... sacó su Ocarina y le siguió el ritmo, Malon se asombró al oír el instrumento, pero no paro de cantar.

Ambos siguieron ese ritmo un rato, a la vez que Malon se sentía feliz de que alguien le pueda seguir esto. Era increíble, una sensación rara.

Tras unos segundos Link ya había aprendido la Canción de Epona. Ella pasó a verlo y le sonrió, él hizo lo mismo. No supo porque a sonrisa que él le dio, la hizo sentirse rara.

Fue en eso que la yegua se acercó a ellos al oír la tonada y se acercó al joven sin miedo, incluso le dio una señal de cariño.

-¡Increíble! Epona ya no te teme, parece que le caes muy bien. - la chica se asombró al ver que el animal se encariñara con alguien.

-Jajaja. Ya lo veo. – Link reía al ver como la potrilla estaba jugando con él. Como es que parece haberse encariñado con él de manera inmediata. Era extraño, pero a la vez... lo sentía correcto. ¿Era este el poder de la Ocarina que Saria le dio? Puede que si.

-Hey, mejor vamos a dormir. Mañana debemos de seguir. – Navi le hizo el recordatorio a Link.

-Es verdad. – Malon sabía que él solo estaba de pasada. – Ven, mi papá dijo que dormirías en el establo. ¿No? Deja que te diga donde es.

-Gracias Malon. – Link agradeció la amabilidad de la chica. – Me alegra que seamos amigos.

La chica asintió algo apenada. ¿Qué era esta sensación...? Todo comenzó cuando le dio ese discurso que era bonita y no se debía de debía de comparar con la princesa... Ngh, de haber sabido que acabaría así, se habría callado la boca. Odia esta sensación de mariposas en el estómago.

Link por su lado, solo caminó en dirección al establo. Epona no se alejó de él... la yegua parecía encantada con él.

Pasar la noche en el rancho fue una buena decisión, ya que al menos tenía un techo donde dormir y además, Epona le había hecho compañía. Eso bastaba para él.

Se recostó sobre la paja, a la vez que se quitaba su sombrero y lo dejaba a un lado, Navi durmió sobre el sombrero y él se quedó pensando en lo que estaba por afrontar una vez llegue a Kakariko. Esperaba que las cosas le vayan bien para variar.

A los pocos minutos el niño se quedó dormido. Estaba algo cansado.

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Zelda había estado durmiendo, hasta que oyó como Diana decía algo en sueños. Esto era común, que la niña pase la noche en la cama de ella para poder así estar hasta tarde. Hablar y jugar.

Soltó un suspiro, pensando en lo mucho que había perdido en el día. La oportunidad de seguir buscando información para poder detener a ese Gerudo estaba en esos textos. Lo sabe. Solo necesita tiempo y que nadie se meta en sus cosas.

No dice que no le haya gustado pasar tiempo con su amiga, pero le habría gustado haber seguido con su investigación.

No solo ello, sentía pena por Link que debe de estar en las praderas y...

-... Navi dijo que no le gustaban los Stalfos. – La princesa simplemente se sintió mal... - Quizás debí darle más ayuda. No solo decir que vaya... un transporte. Algo...

Eso era lo que la princesa pensaba, a la vez que recordaba lo que había pasado en la tarde y maldecía las cosas, hasta a las Diosas por haber hecho que por un segundo pensara eso. ¿Qué tenía en la cabeza? Ella es la princesa, debe de saber que hacer y que no, al menos para el maldito ojo público.

Y que se le haya escapado el pensamiento de que encuentra a Link interesante, por decir lo mínimo, era de esas cosas que le hacen ver que es una niña todavía.

Si, admite que le parece lindo e interesante, pero eso no significa nada. Y si se está preocupando por él, es porque sabe que lo que le ha pedido que haga, es peligroso. Así que...

-.... Agh, mejor duermo. Ya mañana hago algo para Diana amanezca con el cabello de naranja....

Zelda era una niña vengativa, de eso no se duda. Pero a la vez que ya estaba sintiendo algo natural y confuso... al menos algo de normalidad no le venía mal.

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Ya a la mañana siguiente, es que Link se despertó bien temprano y se sorprendió al ver a todos los de la granja despiertos. Parece que eso es natural en la vida de granjeros.

-Oh, Link. Buenos días. – Talon apareció con una botella con leche y un emparedado. – Justo te traía algo para que comas.

-Gracias. – El niño agradeció el gesto, a la vez que... - Se trabaja desde temprano aquí. ¿No?

-Jajaja. Es la vida de granjero. – Talon solo se quedó un rato viendo al muchacho. – No sé que hiciste ayer, pero Malon está de buen humor. Hoy ya me habló.

Link rio un poco, a la vez que pensaba que el hombre era algo simple. De todos modos, bebió de la botella de leche tras terminar su emparedado. Se la iba a devolver, pero el hombre negó con la cabeza.

-Consérvala. Puede que te sea útil para algo más adelante.

-Oh... Gracias. – Guardó la botella y miró el cielo. – Gracias por todo Señor Talon, pero me debo de ir. Espero verlo pronto.

-Igualmente muchacho. Ven a visitarnos pronto. Tengo la certeza de que a Malon le va a gustar. Creo que le agrada la idea de tener un amigo para variar.

Link sonrió al oír ello. A él también le agrada la idea de tener una amiga más. Asintió y vio al señor irse, a la vez que notaba que el tipo flaco, el tal Ingo, parecía estarse quejando de algo. De que él era el que debía de estar a cargo del lugar... Tipo raro.

Se dirigió a la salida, listo para partir, solo para...

-¡Espera! – Malon había corrido para ir tras él. Ella tenía en sus manos una bolsa. – Ten, para el camino. Kakariko está algo lejos aún, pero si sigues ese camino, creo que puedes ahorrarte unas horas.

-¿De verdad? Muchas gracias Malon. – Link no solo agradeció la comida, sino el consejo también.

La pelirroja asintió algo apenada, para luego...

-Nos volveremos a ver, ¿no?

-Tenlo por seguro que así será. – Link se despidió de la niña con la mano y se fue corriendo de nuevo a la pradera de Hyrule, listo para poder ir a Kakariko. Tenía una misión que completar.

Malon por su lado, lo vio irse y soltó un suspiro. Esperaba que le vaya bien a su amigo en lo que sea que esté haciendo.

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Tras unas horas de camino....

Link y Navi se vieron en la entrada a la Aldea Kakariko y se asombraron de ver el lugar, pero no pudieron evitar ver que algunas de las casas seguían bajo construcción...

-¡Oigan! ¡Vuelvan acá a trabajar! - Link escuchó un fuerte grito y al voltear pudo ver a un hombre corpulento y calvo grietándole a unos tipos que corrían en dirección a la salida....

Al ver ello, Link se acercó al enfurecido sujeto y le jaló un poco la tela del pantalón al ver que no le hacía caso...

-Ehm...disculpe.... ¿esta es la Aldea Kakariko? - al sentir el pequeño jalón y la voz de Link, el hombre bajo la mirada y pudo ver al chico. Se relajó un poco ya que no quería ser rudo con un niño, que se denotaba tenía modales...

-Así es pequeño, esta es la Aldea Kakariko... una vez un pueblo abandonado que Lady Impa ha abierto a todos nosotros para vivir. Soy el carpintero jefe del lugar y mi objetivo es ¡convertir a Kakariko en un importante destino turístico y comercial para Hyrule! - La pasión con la que el sujeto hablaba asombro a Link. - ¡Pero esos miserables obreros son unos flojos! ¡Con solo dos horas de trabajo dicen ya estar cansados! ¡Es el colmo! - tanto el chico como el hada cayeron al suelo ay que eso era ridículo.... que tipos tan flojos...

-Y-ya veo.... - Link se rasco la nuca, no debía desviarse de su camino.... - Ehm...me puede decir cómo llegar a la Montaña de la Muerte....

-¿A la montaña? Hmm... - el hombre miró a Link con ojos críticos y el joven solo le devolvió la mirada...- Je... Se nota que tienes valor para querer llegar hasta allá.... ve con mi hija que esta atrás de estas casas, ella te dirá donde llegar, yo debo de perseguir y forzar a esos flojos a trabajar.

-Claro, muchas gracias. - Link se despidió del hombre y camino en la dirección que este le había indicado.

Tras subir unas escaleras, pudo ver a una joven mirando con tristeza un corral vacío.... al ver lo extraño de eso se acercó.

-Disculpe...- la chica volteó al escuchar la voz del joven. - Puede decirme como llegar a la Montaña de la Muerte.

-Oh claro... solo sube las escaleras y habla con el guardia... - la chica volvió a suspirar....

-Ehm.... no es por molestar, pero ¿Por qué esta triste? - la chica miró a Link y bajo la cabeza.

-Mis cucos... se escaparon de su corral....

-¿Y por qué no va atraparlos?

-Me encantaría, pero... no puedo.

-¿Como que no? - Link la miró con duda....

-Es que..... soy.... soy alérgica a los cucos.

-¿¡Que!?- Eso era... es decir, si eres alérgico a esos animales ¿Por qué criarlos?

-Mi hermano es un amante de los cucos y él los criaba... pero desde que mi papá lo relega por no querer ser carpintero ha estado muy deprimido y yo los he estado alimentando y cuidando, pero ayer olvide cerrar la puerta del corral.... al venir en la mañana ya no estaba... ¿Qué voy a hacer? - ella volvió a suspirar y parecía estar al borde del llanto...

-Si desea, yo los puedo traer.

-¿¡De verdad!? ¿¡Lo harías!?- la chica sonaba feliz, en todo el día había pedido ayuda, pero nadie quiso ayudarla.

-Claro, solo dígame cuantos son y yo los buscare. - Link era de los que no podía dejar a los demás en problemas, Navi pareció entender por lo que solo suspiro y acepto el rumbo de las cosas desde su escondite.

Había notado que el chico parecía tener un deseo natural de querer ayudar a todo el que se le cruza si es que tiene problemas.

La chica le dijo que eran 7 cucos, al saber ello el joven empezó su búsqueda. El primero lo encontró cerca al corral, se notaba que este era el más flojo....

El siguiente lo encontró escondido debajo de una casa al lado de un muro con unas escaleras, el tercero lo vio cerca de la tienda de pociones del lugar, haciéndole recordar que debe de comprar una poción roja ya que en la Ciudadela todo seguía cerrado cuando se fue...

El cuarto lo encontró cerca a la entrada, parecía listo para embarcarse a nuevas tierras...

El quinto lo encontró atrapado en una reja al lado de una casa y tras llegar a ese lugar gracias a un buen salto logro sacarlo... Al ver que le faltaban dos, Navi optó por volar la zona en busca de los dos escurridos pajarracos, para su suerte encontró a uno a un lado de una gran reja y el otro al lado del enorme molino.

Link no tardó en ir por ellos y al atraparlos, regreso al corral para dejarlos ahí. Los 7 cucos se vieron entre ellos y como aceptando su derrota empezaron a caminar en el corral y a comer.

-¡Gracias! ¡Muchas gracias! - la chica abrazo a Link, el joven se sonrojo por el acto, pero se sentía a gusto.... claro lo estaría aún más si Navi no le estuviera agrediendo la cabeza... - ¡Qué bueno es ver a mis cucos de nuevo en el corral! Aun siendo alérgica a ellos, los quiero mucho.

-Me alegro haber podido ayudar. - El joven sonrió ante el agradecimiento y cuando pensaba irse.

-Espera, lleva esto contigo. Es solo una botella, pero de seguro te ayudara en algo.

-Gracias. - Link tomo el objeto y se le ocurrió que podía llevar más pociones ahora.

-Otra cosa más, la Montaña de la Muerte es un volcán en constante actividad y a veces expulsa rocas de fuego. – Eso no le gustaba nada y se notaba que puede ser malo. – veo que tienes en tus manos lo que parece ser un escudo de metal. Quizás no sea mala idea que vayas al cementerio-

-¿Al cementerio?

-Si, dicen que hay algo ahí que permite a uno controlar el sol y la luna. Eso es lo que dicen, aunque también puede ser un objeto que te proteja. Uno nunca sabe. Mejor prevenir que lamentar.

-Hmmm es verdad. Muchas gracias señorita....

-Anju... y gracias a ti pequeño....

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Link decidió seguir el consejo de Anju y se dirigió al cementerio, que dicho de paso, al entrar hay una gran lápida de piedra diciendo que aquí yacen las almas de los caídos en favor de la familia Real....

-Uuuhhh... ¿Por qué un cementerio? Hubiera sido mejor un campo de rosas.... - Link vio como Navi estaba temblando del miedo y eso lo hizo reír un poco.

-¿No me vas a decir que le temes a los fantasmas mi querida amiga? - el joven sonó burlesco mientras caminaba.

Al oír la burla, Navi dio un jadeo de horror. ¿¡Cómo se atreve a decirle eso!? ¡Ella no le teme a nada!

-¿¡Que!? ¡Claro que no! – El hada voló para estar frente a él y mostrar que no tenía miedo. - ¡Adelante fantasmas! ¡Aparezcan! ¡No les tem-!

-¡Bu!

-¡Kyyaa! - Navi gritó por el susto y cayó desmayada en las manos de Link que la atrapo antes de caer al suelo.

Link miró al gracioso con rabia, era un niño con una vara en la mano quien reía por su broma, pero al ver los ojos de Link se quedó callado...

-Perdón....

-Más te vale... - Puso a su desmayada amiga sobre su cabeza y la dejo descansar.

-En verdad lo lamento... es solo que quiero ser tan terrorífico como el señor Dampe, pero no lo logro...

-¿Dampe?

-Si... es el cuidador del cementerio y es terrorífico. - El niño señalo una casa al lado de la entrada. - Normalmente duerme hasta la noche y yo vengo a jugar aquí y tratar de ser terrorífico, pero con este rostro...- el niño suspiro con tristeza.

La verdad, no ve la razón para que uno quiera ser terrorífico Este niño era medio raro.

En eso a Link se le ocurrió una idea, rebusco en su alforja y sacó una de las máscaras que le quedaban. Esta era terrorífica, parecía la cara de un muerto.

-Tal vez esto te sirva.

-¡Wow! - el niño tomo la máscara con sus manos y la observo maravillado.- ¡Es genial! ¡Con ella seré terrorífico!

-Son 30 rupias... si le pides a tus padres....

-¡Nada de eso! ¡Ten! - el niño le entrego a Link una rupia roja y dos azules... al ver ello el rubio lo miró asombrado, pago el precio total sin dudarlo...el niño se puso la máscara y Link tuvo que admitirlo, daba miedo.

-Ugh... ¿que... que paso? - Navi estaba desconcertada, lo último que recordaba era un grito. Levantó la mirada y....- ¿¡Eh!?- lo primero que vio fue un horrible rostro... como el de un muerto, la pobre no resistió el shock y cayó desmayada de nuevo....

-No otra vez....- Link se tapó la cara con la mano.... esa hada debería de superar ese miedo, era una suerte que ese niño no la había notado.

...

-Ugh.... me siento mal...

-Ya Navi... solo quédate ahí...- Link seguía caminando hacia la gran tumba que había en el lugar.

Al verla, Link pudo ver que esta era, en efecto, más grande que las otras y tenía algo escrito.

-Aquí yacen los miembros de la familia Real de Hyrule y sus más grandes seguidores. - Navi leyó la inscripción, Link por su parte sintió una gran tristeza por alguna razón... tal vez era por el ambiente que rodeaba esa tumba. - Bien...ya estamos aquí...ahora ¿Dónde está lo que esa mujer nos dijo?

-Según la señorita Anju, está dentro de la tumba.... creo que hay que cavar.

-¿¡Estás loco!? Es una ofensa a los muertos y no tenemos el lujo de perder el tiempo en una simple superstición. - Navi alzó vuelo y al hacerlo, vio algo al lado del suelo de la tumba. - ¡Hey! Mira... es el símbolo de la Trifuerza.

Link observó bien y ahí estaba, el símbolo de la Trifuerza... si está ahí es por algo....

Entonces se le ocurrió una idea algo loca, pero valía la pena el intento... Saco su ocarina, se paró sobre el símbolo y toco la Nana de Zelda, la canción que marcaba una conexión con la Familia Real...

Al terminar la canción, el cielo se nublo y empezó a llover, Link y Navi se asombraron del repentino cambio de clima y vieron que una extraña luz envolvía a la tumba. El joven se acercó y de la nada un relámpago impacto a la tumba destruyéndola y mandando a Link a volar de paso...

-¡Aaaaaahhh! - Link cayó de espaldas por la tremenda fuerza, Navi quedo mareada por el fuerte viento... ambos se reincorporaron y notaron que la tumba no estaba, pero había un hueco donde esta estuvo... - Hay que entrar....

-¿¡Que!? ¡No! ¡Ni loca me meto ahí!

-Navi... no seas miedosa....

-¡No! ¡Y nada de lo que me digas me hará cambiar de opinión! - el hada se quedó en su lugar sin intenciones de moverse.

-Está bien.... - Link se acercó al orificio y vio unas lianas con las que podía bajar. - Yo investigare y si no te molesta estar en un lugar donde descansan el alma de los muertos, espérame aquí tú sola... - el joven empezó su descenso hacia el interior de la tumba.

Navi no se movió, estaba decidida a no bajar a ese lugar con un montón de huesos apilados...

Prefería estar aquí... con las tumbas.... el aire tenebroso... las almas.... los muertos....

...Sola....

-¡Link espérame! - Navi fue con su amigo, ni loca se quedaba ahí sola....

....

-Qué lugar tan oscuro.... - Al ingresar, Link pudo ver que el lugar no era lo que uno esperaría ver en una tumba. Era una especie de pasadizo y vaya que le faltaba iluminación.

Al cruzar a una de las siguientes salas, pudo ver varios seres marrones ahí parados alrededor de varios pozos con un líquido verde.

-ReDead.... seres no muertos... si te ven se acercan a ti y si te atrapan morderán tu cabeza.

-Entiendo, pero no te debes ocultar atrás mío para decir eso... - Link miró con los ojos entrecerrados a su amiga....

Link presentía que esos seres eran peligrosos por lo que optó por ir con cuidado y no ser visto...camino despacio y tranquilo... los ReDead ni caso le hacían, eso era bueno ya que no deseaba pelear siempre y cuando pudiera evitarlo.

Al lograr traspasarlos, ambos se vieron en una gran recamara con una gran piedra en el muro. Parecía haber algo inscrito ahí.

El sol naciente finalmente se pondrá, la vida del recién nacido desaparecerá, del sol a la luna, de la luna al sol, que los muertos vivientes descansen en paz con la Canción del Sol.

Escrito por los Hermanos Compositores, Bemol y Sostenido.

-Que bonito poema. - Navi leyó la escritura y se sintió conmovida por las palabras ahí escritas, Link miró la parte de debajo del muro y pudo ver unas notas musicales.

-Parece que deseaban que alguien conociera esta canción que incluso en la muerte dejaron como aprenderla. - Link pudo ver la pasión en ambos hombres por la música y estaba dispuesto a cumplir la voluntad de esos dos.

Saco su Ocarina y se puso a seguir la tonada escrita en el muro, al tocar la Canción del Sol una columna de luz lo rodeo y esta ennovio el lugar.

-Espero que de esta manera sus lamas puedan descansar. – Link se giró y se fue de ahí, puede que no hayan hallado nada útil, pero siente que las cosas eran por una razón.

Al tener todo listo optaron por salir de ese lugar, ya mucha aventura paranormal por ahora. Al tomar el camino de regreso vieron que los ReDead estaban en el piso, al parecer la luz que genero la canción les hizo algo...

Y al salir de la tumba, notaron que ya no estaba lloviendo y que ya era de noche.

-¿¡Huh!? Pero.... ¡Solo hemos estado ahí abajo unos minutos! ¿¡Que paso!?- Navi no entendía ese extraño fenómeno.

-Del sol a la luna, de la luna al sol.... tal vez este es el efecto de la canción, cambiar del día a la noche y viceversa.... - Link se asombró de que exista una canción capaz de controlar el curso del día.... le será útil de seguro en un futuro.

-Agh.... así no podremos ir a la Montaña de la Muerte, pero aun así ha sido un día agitado, lo mejor será descansar.

-Cierto y Lady Impa nos dijo que podíamos ir a su casa a descansar si llegábamos de noche o estábamos cansados por el viaje. - Navi asintió y ambos salieron del cementerio no sin antes ver al tal Dampe.... no iban a mentir, el tipo no era nada agraciado para no sonar mal educados.

Al regresar a la aldea, fueron a la casa de Impa y usando las llaves, que ellas les otorgo, abrieron la puerta y vieron que el lugar estaba repleto de libros. Navi pudo ver algunos que en el titulo indicaban cosas sobre la historia de Hyrule, sus leyendas y otras cosas más que decidió no seguir viendo.

Link acomodo unas sábanas que había ahí en el suelo, se quitó su gorro y se recostó con el hada usando el gorro como cama. Navi cayo dormida al instante y Link se quedó un rato más despierto. Pensó en lo que estaba viviendo y lo que puede pasar. Decidió dejar de darle vueltas al asunto.

Mañana debe de ir a donde están los Gorons. De esa manera, podrá estar más cerca de hacerse con esa tal Piedra Espiritual.

Cerró los ojos y dejó que el cansancio haga lo suyo, quedó dormido a los minutos.

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Por su lado, Zelda había logrado avanzar algo este día con lo que era el estudio de las cosas para poder evitar que Ganondorf se haga con el poder sagrado.

Diana había regresado hoy a casa de sus padres, pero le prometió que volvería pronto para que jueguen. Sabe que eso solo significa problemas para ella. No es que no aprecie a su amiga, pero a veces le gustaría que no haga cosas que la pueden sacar de sus casillas.

Dejando eso de lado, cerró el libro. Miró la Ocarina del tiempo que tenía con ella y la tocó un poco, para escuchar su melodía. Se sorprendió al ver como esta brilló al tocar la primera tonada.

-Wow. Parece que de verdad hay cosas que aún no se entienden del todo con la Ocarina. Solo se sabe según las leyendas, que el Héroe del Cielo la hizo para poder tocar melodías mágicas.

Y tras esta, se hicieron muchas más, pero que eran inferiores a la Ocarina del Tiempo, aunque tenían el poder de activar tonadas mágicas y que creaban ciertos efectos.

Miró lo que era como una partitura vieja en el libro y pensó que esta debe de ser la canción que puede ser que indique la clave de todo.

La chica pensó que lo mejor era dormir. Ya mañana sigue su labor.

Y al recostarse, no sabe porque pensó en Link y como le estaba yendo. Esperaba que le esté yendo bien.

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