
El Camino a los Zoras
"Si no estás apasionado con eso, no es el camino correcto"
Abraham Hicks
Y ya era un nuevo día en Hyrule.
Caminando, alejándose del castillo, Link estaba con una gran sonrisa. Una que le estaba dando nervios a Navi.
-Link. Esa cara tuya me da cosa.
-Pero es la única que tengo.
-No te hagas el gracioso conmigo. – Navi lo regañó, a la vez que... - Estás así desde lo de ayer.
-¿Qué cosa lo de ayer? – Obviamente, lo había olvidado.
-Si serás... ¡Zelda! – la mención de la princesa hizo que él sienta una sensación rara en el estómago. – Estás así desde que te dio ese beso en la mejilla.
-Ahm... sólo fue un beso. Saria me daba de esos cuando era más joven.
Navi soltó un suspiro de exasperación. Se veía que el niño no estaba siendo muy cooperativo.
O quizás no quería pensar mucho en ello. Al menos parece centrado en su misión. Y eso era bueno, no necesita de distracciones.
Ambos llegaron a la Ciudadela y pudo ver gente que ya estaba abriendo sus puestos bien temprano. Vaya que hay gente que le gusta trabajar duro.
Link miraba sus cosas, viendo si tenía todo listo para el viaje que hará.
Para su suerte, la región Zora no estaba lejos. Sólo a un día de aquí. Eso era perfecto. Podrá ir y venir en menos de dos días... al menos eso espera.
Al menos ese es el plan.
Cuando estaba por ir a la salida, vio que todavía estaba cerrada. Demonios...
Parece que madrugó muy temprano.
-Oh. ¿Qué hace un niño aquí tan temprano?
Link se giró y pudo ver que una mujer de tez bronceada, cabello rojo y ojos amarillos lo miraban. Vestía de una manera algo reveladora.
-Ahm...
-Sabes pequeño. Jamás es bueno quedarse viendo a una mujer como si fuera algo raro. Es un tanto ofensivo.
La mujer dio una sonrisa algo burlona, más al ver como Link se avergonzaba.
Soltó una risa y acarició la cabeza del niño.
-Solo juego contigo. – Ella parecía divertirse con él. – Pero en serio, ¿Qué haces aquí tan temprano?
-Pues... me iba a la región Zora. Tengo algo que hacer allá.
-¿En serio? Vaya coincidencia. Justo me dirijo para allá. Bueno, en realidad estoy yendo al Lago Hylia, dado que me debo de ver con unos Zoras ahí. Pero el territorio Zora no está tan lejos de ahí.
-¿De verdad?
-Aja. ¿Deseas que te dé un pequeño aventón?
No sabe si sería una buena idea. Pero al final, no sería malo. Le ahorraría tiempo. Y ella no parece ser mal, dejando de lado que parece ser una mujer que parece le gusta reírse a expensas de la vergüenza ajena.
-Si usted no le ve mal...
-Nah. Me vendría bien una compañía. Todas mis amigas quieren quedarse aquí a seguir con sus... cacerías.
-¿Cacerías?
La mujer parecía disfrutar de la inocencia del muchacho. Como si una parte de ella quisiera eliminar eso de él... pero no, aún era muy joven.
-Pues a esperar entonces. – ella se sentó al borde de la pileta, para así esperar. Se cruzó de piernas con un movimiento sensual, que sin duda atraería la atención de más de uno. – Siéntate y hablemos un rato.
Link hizo caso. No era capaz de sentir ninguna mala intención por parte de la mujer, a la vez que ella parecía apreciar la compañía. ¿Estará aquí sola?
No, dijo que vino con aliadas. Pero que estaban ocupadas. Hmmm... parece que hay más de lo que cree.
-Oh, creo que olvidamos lo más importante. Las presentaciones.
-Ah, perdón. – Link se resondro mentalmente por su metida de pata. – Me llamo Link, un gusto.
-Jejeje. Un gusto. Me llamo Nabooru, de la tribu Gerudo.
Link y Navi se tensaron al oír ello. ¿¡Ella era una Gerudo!? ¡significa que está con Ganondorf!
-¿Una Gerudo...?
-Si. Imagino que es la primera vez que ves a una. ¿no? – Fueron las palabras de Nabooru, quien notaba la expresión del niño. - ¿Tanto te sorprende?
-No... si... ¿Un poco? – tenía que ser sincero. – es que me imaginaba a las Gerudos de otra manera. Es todo...
Nabooru solo pudo darle la razón, dado que es verdad. Puede que no sea lo más común, pero las Gerudos tienden a... llamar la atención de las personas por diferentes razones. Y no siempre son las correctas.
La fama que tienen, las hacen no muy gratas en diferentes lados.
-Pues espero no estarte dando una mala imagen.
Le daba una imagen diferente a la que Ganondorf le dio bien lo vio.
En él, sintió una sensación rara... un miedo que nació de su alma por una razón. Pero a la vez, estaba seguro de que está mujer, Nabooru, no era mala. Su personalidad y aura no eran... como las de ese sujeto.
-Así que dime niño. ¿Qué es lo que piensas?
-¿De que...?
Nabooru sonrió al ver que el muchacho era algo inocente y eso lo hacía todo más divertido. Pero optó por seguir.
-Verás pequeño, es común que mi gente no sea muy querida por los demás. Y no es de sorprender, dado que nuestras costumbres no cuadran. Pero al final, creo que hablo por todos cuando digo que no hemos venido con malas intenciones. Al menos yo.
Link no supo que más decir. La verdad, es que él...
-No lo sé. No te conozco lo suficiente como para decir algo.
Y Nabooru admitió a si misma que le agrada este niño.
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Ya tras unas horas, se puede ver como el Castillo de Hyrule estaba cada vez más vivo. Sobre todo, en lo que sería la habitación de Zelda, quien estaba leyendo un libro, aprovechando que era su descanso de sus estudios.
E Impa estaba a su lado viendo como ella estudiaba. Pero de vez en cuando, se notaba en como una sonrisa se marcaba en su rostro y ella sabía de que era. No era tonta para pensar que...
Vio como Zelda el día de ayer le dio ese beso en la mejilla a Link, un acto que su padre y muchos condenarían. Pero ella lo veía como la señal más clara de que la princesa estaba creciendo. Y no le veía lo malo.
En lo que ha visto, Link es un buen muchacho. Uno que por cosas de la vida, ha tenido el valor de no solo hacer algo que muchos temerían. Sino también...
-Zelda, te recuerdo que hoy vienen Diana y Blason para pasar el día contigo.
-Ah, verdad. – La niña asintió, agradecida por el recordatorio de su Nana. – Dime Impa, ¿Cuánto crees que le tome a Link ir y volver?
-De seguro dos días. La zona de los Zoras está más cerca de la Ciudadela que la Montaña de la Muerte. – Impa notó como ella se mostraba preocupada. – Estará bien. No debes de preocuparte.
-¿Preocuparme? ¿Yo? Claro que no... - Impa rodó los ojos, era obvio que lo iba a negar.
Es el primer síntoma que hay en esta clase de situaciones. No le debe de esperar. Lo mejor no era presionar a la princesa para que hable o admita lo que siente. Eso sería algo contraproducente.
-En fin, vendré por ti cuando esos dos vengan. Tengo que hablar algo con tu madre.
Zelda asintió sin decir más. No quería perder el tiempo en lo que sería una discusión inútil. Aunque la verdad, le gustaría que no la molesten tanto.
Solo le dio a Link una muestra de que aprecia su apoyo. Nada más.
No es que algo más esté pasando. Ella solo tiene 10, no quiere ni pensar en esas cosas ahora. Para nada.
....
A las afueras de la habitación, Impa vio a la reina ahí, esperando.
-... ¿Está...?
-Mejor. Al menos se le va más tranquila. – Fueron las palabras de Impa y eso calmó a la Reina.
-Que bueno. Me alegro de que haya ido ayer a la Ciudadela la haya calmado. – Selene sonrió con aprecio. – Gracias por hacer el esfuerzo de cuidarla siempre, Impa.
La Sheikah negó con la cabeza. Ella misma estaba segura de que no importara la situación, ella siempre ayudaría a la princesa.
Pero sabe que el mérito no es del todo suyo. Link fue el que hizo el trabajo y él es el que merece ese reconocimiento.
Lamentablemente, no se lo puede decir a la Reina. La mera idea de que sepa que dejó a su hija, la princesa, sola con un niño que apenas conoce, para que pasen horas jugando en la Ciudadela, no era algo que quiera ver en la cara de la Reina de Hyrule.
-A todo esto, ¿Cómo te van en las investigaciones? – la pregunta la sacó de sus pensamientos, a la vez que ambas caminaban hacia otro lado del castillo.
-Van muy bien alteza. Si le soy sincera, demasiado bien para mi gusto. Ganondorf no parece tener ninguna mancha en su historial.
-¿Y eso es preocupante?
-Lo es si es que te pones a pensar que viene de una tribu de ladrones. – Impa dijo ello sin dudar. – No es por menospreciar a las Gerudos, pero usted sabe la fuerza de la diferencia cultural entre nosotros.
Es verdad. Su cultura es muy diferente de la de la raza Hylian, y es probable que sus sociedades estén desarrolladas de forma muy independiente de la otra. Los nacidos en la sociedad Gerudo suelen tener poco respeto por la gente Hylian, y los únicos hombres que alguna vez verdaderamente veneran son los hombres nacidos en su tribu cada cien años. Por lo general, parecen mostrar disgusto por la cultura Hylian, pensando que vivir en casas separadas, de madera, adorar a las Diosas de Oro y tener diferentes roles de género entre hombres y mujeres son blasfemias.
Por eso es que no han tenido una relación cercana o de un contacto que afecte mucho, en los últimos años. Y eso era algo que nadie quería dejar de lado.
Para mucho, y se incluye ella, lo mejor era que cada uno estuviera por su lado. Y de esa manera, pudieran tener sus espacios respectivos.
Pero a la vez, sabe que con el tiempo, las cosas deben de cambiar. Esa era la manera en la que la sociedad sería capaz de ser mejor y la gente podría aceptar a las Gerudos.
No sería sencillo, quizás pasen unos tantos años, unos siglos, antes que ambas razas se vean a las caras y puedan no mostrar ningún tipo de mal sentimiento.
-Lo tengo presente Impa. Pero, al fin y al cabo, esto lo hacemos por una razón. – Selene entró a la recámara de reuniones.
Aquí ella, su esposo y muchos de los Nuevos Concejeros que su esposo convocó y pidió tras su ascenso al trono y tras el fin de la Guerra Civil.
El nuevo Concejo había sido seleccionado especialmente por su esposo. Era gente de confianza para él y no dudaba de ellos.
Y eran ellos mismos los que habían dado la idea de aceptar la propuesta del Rey Gerudo de una reunión, ya que una alianza también serían beneficiosa para ellos.
El comercio de productos entre ambos sería, genial. Más por los minerales tan raros que hay en el Desierto Gerudo que sirven para hacer joyas altamente costosas.
-Su Majestad, le aseguro que todos en los Sheikah estamos buscando información que pueda mostrarnos algo contra Ganondorf. Pero no hay nada hasta la fecha. El hombre, hasta ahora y por la pruebas reunidas, está limpio.
-... Eso lo veo. Y eso debería de bastar para calmar mis nervios. – Selene caminó hacia la ventana más cercana y puso su mano sobre el vidrio. – Pero no pasa. Sólo las aumenta más.
-Creo que usted, como la princesa, están dejando que sus instintos les digan algo.
-¿Eso es malo?
-Para nada. – Impa negó con la cabeza. – Si algo aprendí tras años de estar bajo su servicio, es que usted tiene un buen instinto. Cómo si pudiera sentir las intenciones de la gente con solo verla. Eso la ha hecho muy capaz a la hora de tomar decisiones. Y la princesa es igual.
-Lo sé. Pero ahora estoy en una encrucijada. No sólo porque mi instinto me dice que no debo confiar en ese hombre, sino también... porque Daphnes confía de manera ciega en ese sujeto. Así como el resto... ¿Qué puedo decir a ello?
Impa no supo que decir. Era bien claro que el Rey parece haber estrechado una buena relación con el Gerudo. Además, de que también estaba el resto de la gente...
-El Rey parece apreciar sus consejos. Creo que...
-Sé que pasa. Sé que siente que es como Leon nuevamente. Y detesto pensar que eso le nuble el juicio.
-El Rey es alguien quién jamás ha tenido amigos allegados. El único era Leon. El único que lo entendía a cierto nivel. – Impa sabía de la buena relación entre ambos. Sabía que...
-Eso es lo que lo está cegando a cualquier opinión mía. Si estuviera neutral, le podría decir lo que pienso.
-Quizás lo mejor sería ser pacientes. Seguiré viendo que podemos hallar. Pero dudo que de las Gerudos, halle algo. Se nota que son leales a su Rey. – Impa se cruzó de brazos. – Hace poco tuve contacto con la segunda al mando de las Gerudos.
-Nabooru. – La reina recordó a la mujer. – Se nota que, sin Ganondorf, ella sería la que estaría al mando de los Gerudos.
-No lo dudo. Se nota que es una mujer fuerte. Me gustaría poder hablar con ella cara a cara y saber sus pensamientos tras todo esto.
-Tengo entendido de que hoy partía al Lago Hylia. Parece que desea tratar un tipo de tratado con los Zoras. Creo que debe de ser agua o algo que los ayude a soportar el clima del desierto.
Selene asintió a las palabras de Impa. Mirando por la ventana el cielo. Y pensaba que era una buena fortuna que las Diosas les hayan dado estás Tierras. Con un buen clima y todo lo necesario para que la gente pueda prosperar.
-Impa. Sigue viendo que puedes encontrar. Te veo más tarde, recuerda que ahora habrá la reunión del Concejo y deseo poder prepararme. Uno nunca sabe con que puede salir.
-... Es de esperarse cuando la gente en el poder, pierde la meta o el objetivo, por el cual desearon ese poder.
Selene sonrió a las palabras de la mujer, no pudiendo negar su verdad.
Oyó la puerta abrirse y cerrarse, indicando que de había quedado sola. Y eso era algo que le dejaba soltar el suspiro que estaba en su garganta desde hace rato.
Por las Diosas, odiaba estar en esta situación. Pero era la Reina... tenía que hacer frente a lo que estaba a la vista.
Sea lo que sea.
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El camino hacia la región de los Zoras no fue tan complicado. Es más, había sido un viaje divertido en cierta manera.
-Te lo digo pequeño. Si un día deseas divertirte, debes de ir a la región Gerudo. Pero en unos años, ahora mismo sólo estaríamos cometiendo un crimen.
Link estaba sentado en el carruaje que Nabooru había llevado con ella, mientras que la mujer estaba yendo a caballo.
-¿Por qué dices eso? – Era obvio que Link no entendía a que se refería.
La mujer rio al ver la clara inocencia del muchacho y eso la hacía sentirse bien. Al menos aún hay chicos así en este mundo. Los pocos hombres que conoce eran ya... algo mañosos, incluso a la edad que el muchacho presenta.
-Oh, lo sabrás pronto. Sólo date... unos 7 años. – Nabooru miró a Link y vio su clara confusión. – Por cierto, jamás me dijiste porque vas a la región de los Zoras.
-Ahm... tengo que hablar con ellos. Un favor de la princesa...
-¿¡La princesa!? ¡Wow, así que conoces a la princesita! – Nabooru notaba que el niño no mentía.
Era una ladrona, ella había aprendido el arte de la mentira desde hace años y lo había perfeccionado. Era parte de su labor y su cultura. Así que era capaz de ver si alguien mentía.
Y este niño no mentía al decir que conocía a la princesa.
-Si. Ella desea que hable con los Zoras de algo importante para ella. – No le quiso decir nada de las Piedras Espirituales, dado que él mismo sabía que eso era riesgoso.
Más si es que esta mujer estaba bajo el mando de Ganondorf. Puede que ella no sea mala, pero no puede correr el riesgo.
Pensar que llegaría el día en que debe de mentir para poder evitar algo peor. No hay duda de que ha cambiado desde que se fue del Bosque Kokiri.
Pero era de esperarse, ha visto que el mundo no es como lo era su antiguo hogar. No era amable del todo y mucho menos, era benevolente por lo poco que ha visto.
-Hmm. Eso es bueno. – Nabooru no quiso indagar más en el asunto. – Siempre es bueno tener contactos en los altos mandos. Yo soy cercana a Ganondorf y eso me da ciertos beneficios, aparte de ser la segunda al mando de las Gerudos.
-¿Cómo es ese tal Ganondorf? Jamás lo he visto. Pero he oído mucho sobre él. – preguntó el niño con tono curioso, puede que así logré algo de información.
-Mmm. Creo que la palabra más clara para describir a Ganondorf, sería Poder. – Link no entendió a que se estaba refiriendo. – Es un Rey que impone y sabe mostrar presencia. No duda en sus decisiones y lucha por ellas. Aunque no se puede negar que se preocupa por su gente. Las Gerudos lo respetan mucho, más desde que está intentando traer un cambio al estilo de vida que tenemos en el desierto.
-¿Es difícil vivir en ese desierto? – Dado que siempre ha vivido en una temperatura que uno puede llamar normal, Link estaba curioso.
-Je... imagina el día más caluroso que has pasado aquí. Ahora aumenta esa intensidad unas 4 veces. Y no tienes acceso al agua de manera recurrente como la tienen aquí para calmar la sed. – Nabooru vio la expresión de Link. -ahora lo puedes entender en cierta manera.
-Suena duro.
-Lo es. Pero también nos ha hecho fuertes. No es por menospreciar tu cultura ni nada, pero la mera idea de que las mujeres no puedan pelear en el reino, que sea algo que solo se le está permitido a los hombres, me parece una gran estupidez. Las mujeres pueden hacer muchas cosas que los hombres hacen. Y hasta mejores. No es por ser presumida, pero luego de Ganondorf yo soy la mejor en pelear en mi Tribu.
-Wow. Eso suena genial.
Link no veía tanto la diferencia cultural, quizás porque no es un Hyliano. Pero para él, si alguien tiene la capacidad y la voluntad de hacer algo, no debe de importar su género. En su caso, siente que Saria sería mejor líder que Mido, pero ella dice que no quiere enredarse con todo el trabajo que eso conlleva. Que le gusta lo que hace y eso lo respeta.
-Por cierto Nabooru. – la mujer lo miró de reojo. - ¿Es verdad que ustedes adoran a otras deidades?
-Oh. Estás bien informado.
-Zelda me lo dijo cuando hablé con ella.
-En primer nombre con la princesa. Interesante. – Link no le veía lo malo, pero Nabooru parecía divertida por alguna razón.
No sólo ello, también nota que ella pareciera entender en algún mi que estaba pasando. No lo entiende del todo, pero bueno...
-La diosa de la Arena representa a una antigua guerrera y una heroína Gerudo, y también es la matriarca de la raza Gerudo. – Nabooru dijo ello con una expresión de orgullo. – para nosotras, es una representación de lo que podemos hacer las Gerudos. Puede que no sea una Diosa en si como en la cultura Hyliana, que venera a esas tres Diosas. Pero preferimos algo más verídico.
-Entiendo. De todos modos, ¿Qué es lo que hace tu pueblo para vivir?
-Robar. Pero no somos del tipo de ladronas que saquean y matan. Sólo robamos, dejando a la gente viva. – Nabooru endureció la mirada. – Aunque algunas olvidaron eso.
-¿Por qué lo dices?
-Hace unos pocos meses... - Nabooru parecía hacer memoria, para así poder relatar mejor lo que había pasado. – Un grupo de Gerudos rompió la regalo más importante para nosotras como ladronas. Jamás matar a nadie. Lo hicieron y no dudaron.
Link veía la expresión de la mujer y la rabia que debía de sentir o sintió. Es más, ya veía que era un recuerdo amargo para ella.
-Fueron juzgadas. Ganondorf las exilió, pero ellas seguían diciendo que debían de hacerse con lo que podían. Ya que... teníamos la capacidad de hacerlo. – Nabooru negó con la cabeza. – Puede serte extraño, pero para nosotras, las Gerudos, esa ley es vital... no matar. Porque así sentimos que nos diferenciamos de otros tipos de ladrones. No robamos porque queramos, lo hacemos para sobrevivir.
-Igualmente, robar está mal.
-No lo niego. Pero cuando estás entre la espada y la pared, cuando desea sobrevivir... créeme, la decisión es fácil de hacer. – Nabooru miró a Link con una pequeña sonrisa. – Sólo espero que no tengas que hacer una decisión de esa clase pequeño. No es fácil vivir con ellas.
-... Entiendo. Gracias por el consejo.
-Jajaja. No seas tan serio. – la mujer sacudió la cabeza del muchacho, haciendo que casi se le caiga el gorro. – Oh, mira. Ya llegamos.
En ese momento, habían llegado a lo que era una bifurcación. Un camino llegaba para arriba, el otro seguía de frente. Parece que ya habían llegado a su destino.
Link se bajó del carruaje y Nabooru lo miró.
-Suerte en lo que tengas que hacer pequeño. Espero nos veamos de nuevo.
-Adiós Nabooru. Cuídate. – Link se despidió de ella con la mano y la vio irse, siguiendo su camino hacia el Lago Hylia.
Navi al fin salió de su escondite y...
-No parece mala. Me parece peculiar que alguien como ella siga a Ganondorf.
-Parece que es parte de su cultura. Y parece que para ella y su gente, Ganondorf es... un buen rey. Pero nosotros sabemos la verdad.
-Si. Vamos Link. Hay que llegar con los Zoras y pronto.
Con eso ya claro, ambos tomaron la ruta de la derecha en dirección de una cueva que según Impa llevaba a la zona donde podría entablar contacto con los Zoras....
Para los que no lo sepan, los Zoras son una raza acuática humanoide, tiene rasgos de pez y son unas de las razas más antiguas de Hyrule, pero son muy orgullosos según los rumores y rara vez piden ayuda o se la dan a los extraños.
El actual Rey Zora al parecer ha hecho que eso cambie un poco debido a su naturaleza algo.... despreocupada.
En fin, regresemos a lo nuestro....
Link junto a Navi pasaron la cueva y al llegar vieron en la copa de un árbol a un ave ya familiar.
-Hola Link. – EL búho saludo al joven con energía, el ave era un aliado en la misión de Link ya que le había dado ya muchas pistas.
-Hey... ¿Qué noticias?
-Ninguna Link.... – el ave arecía notar algo. -Te diriges al territorio Zora ¿verdad?
-Así es... la última piedra esta en ese lugar y necesito llegar lo más pronto posible.
-Ummm, pues te deseo toda la suerte del mundo mi querido muchacho, los Zora no son una raza muy amigable que digamos...
-Si, algo he escuchado. - Link miraba el flujo de rio, pensando en sus posibilidades.
-Desde siglos atrás los Zoras siempre han sido cerrados, solo con el rey actual ha podido haber una relación abierta con ellos. Pero al parecer todo fue por sugerencia de la fallecida reina Zora.
-Eh? ¿La reina murió? - Link se sorprendió al escuchar esa información.
-Así es... falleció un poco después de que terminara la guerra civil. - el búho sonó muy triste al decir ello. - Los Zora son una raza acuática Link.... el agua es su elemento, su fuente de vida y ella falleció debido a la contaminación del agua y las pocas zonas de agua pura ella las cedió para que su gente viviera. Su muerte fue fatal para los Zora, pero más para el rey y su pequeña hija.
-¿Su hija? - Navi reacciono al escuchar el termino... sentía una extraña perturbación al imaginar que puede pasar.
-Así es.... - el búho asintió. - la princesa de los Zora es la niña consentida del rey, pero en el fondo se ve que es una chica que no sigue las reglas de la realeza.
-Tal como Zelda....
-Correcto. Según parece la quieren comprometer con el consejero del rey.
-¿Comprometer? – Link no entendía el termino, dado que jamás lo había oído. - ¿En serio?
-Así es el mundo de los nobles, cruel en varios momentos. Lo que te espera al llegar al territorio Zora no será fácil, así que debes de tener cuidado.
-Lo tendré... gracias. - Link agradeció el consejo del búho y este partió alzando sus alas.
-Al parecer la tendremos complicada esta vez.
-Así parece. Vamos, no hay que perder el día. Aprovechemos que hemos llegado temprano gracias a Nabooru.
-Hablando de ella, ¿Cómo crees que le vaya? – la pregunta de Navi lo sorprendió. – Sé que puede que siga a ese Ganondorf al ser su rey, pero se ve que no es mala y solo desea lo mejor para su pueblo.
Y Link pensaba lo mismo, ¿De verdad ella no sabe nada de los planes de Ganondorf?
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Nabooru seguía su camino hacia lo que sería el Lago Hylia. No había mucha distancia en relación a lo que era donde dejó al niño, quizás sólo un par de horas de viaje a pie.
Se quedó pensando en lo que le dijo a Link. Y sentía que debió de ser más sincera con él.
El sólo recordar lo que pasó hace poco, cuando esas Gerudos simplemente desobedecieron la ley más importante del Clan, la hizo sentir un fastidio en el estómago.
Nabooru era consciente del daño que su estilo de vida hace a la imagen de ellas como tribu. Y le gustaría poder cambiar ello. Pero a su vez, sabe que no puede.
Es el estilo de vida que ha hecho que ellas, puedan sobrevivir hasta este punto. Y era lo que le esperaba en verdad poder...
Aún así, aún recuerda algo que no la dejaba en paz.
El como Ganondorf miró a las traidoras. Pensó que las mandaría a matar, dado que esa era la ley. Así estaba establecido... pero las exilió. Y eso la hizo, por primera vez, sentir que el líder estaba cometiendo un error.
Y aún recuerda la conversación que tuvieron...
Flashback
-¿¡Exiliados!? ¿¡Perdiste el juicio!?
Nabooru siguió a Ganondorf hasta la recámara donde el rey pasaba la mayor parte del tiempo viendo asuntos variados.
Y ella estaba mostrando su clara disconformidad con la decisión que el Rey tomó.
-Es la mejor decisión Nabooru.
-¡No, según las leyes cuando se rompe la más importante, la pena es la muerte! ¿¡Se te olvidó eso!?
Nabooru veía como Ganondorf parecía no decir nada. Pero a la vez, ella sentía que había más en lo que estaba pasando.
-Ellas han cometido un acto horrible. No lo niego. Pero a su vez, piensa que eso nació de la desesperación que sienten al ver a nuestro pueblo en este estado.
-¿Tratas de justificar lo que...?
-No justifico nada Nabooru. Jamás lo haré. Pero tal vez la muerte no sea un castigo acordé tras lo que nuestro pueblo pasa día a día.
Nabooru vio como el Rey de los Gerudos estaba viendo por la ventana del lugar, lo que era solo el Desierto Gerudo.
-Todo lo que veo tras estar aquí, es arena. Arena que me hace pensar, que nuestro destino está maldito. Sólo por hacer nacido en estas tierras. Y quiero cambiar eso. Desea dejar de lado este tipo de vida y que tengamos algo mejor.
Nabooru miraba a su amigo de toda la vida, así como amante ocasional. Ella misma admitía que le gustaría poder cambiar su estilo de vida. El lugar donde vive.
Al menos hacerse de cosas que los ayuden a tener una vida mejor. Y eso era algo que la misma mujer pensaba de manera constante.
-Pues no es que podamos hacer nada. Este es el tipo de vida que nos ha tocado Ganondorf. Tenemos que hacernos a ella y acatar leyes que se hicieron para que sigamos existiendo.
Nabooru creía firmemente que, mientras sigan las leyes que sus ancestros hicieron, seguirían bien. Al menos las más básicas, ya que estás las separabas de los otros tipos de ladrones y asesinos que habitan el desierto.
-Y yo creo que podemos tener algo más. – Ganondorf se giró y la pasó a ver. – Pienso ir a Hyrule, a hablar con el Rey. Así podremos tratar las cosas como se deben.
-¿Quieres jurar lealtad al Rey de Hyrule? Sabes lo que dirán las demás si es que... haces ello.
-Ya he cambiado algunas reglas, dudo que esa sea diferente. Y esta vez, es para el bien de todas las Gerudos.
Nabooru no supo que responder. Ella misma tenía sus dudas. ¿Se podrá hacer algo así?
Con Ganondorf como líder, no lo duda. Así que... asintió, sabiendo que puede contar con él.
Asintió sin decir nada más. Y vio la sonrisa que Ganondorf le dio. Y ella hizo lo mismo.
Quiere cree que sus acciones, mejorarán el estilo de vida de las Gerudos. Ella lo presentía... y lo sabía.
Fin Flashaback
De regreso a la actualidad, Nabooru miraba el camino que tenía que recorrer y pensaba en lo mucho que le recordaba a las veces que tuvo que bordear el territorio de Hyrule para hacerse por unas cosas que estaban sólo aquí.
El agua siendo lo más primordial.
Pero ahora mismo, estaba en estas tierras que le eran, en varios pensamientos, como un paraíso.
Hyrule era una tierra rica y próspera. Estaba lejos de lo que ella sabía, era el clima que ve todos los días en el Desierto.
Y una sonrisa salió de sus labios, dado que, a más se acercaba al Lago Hylia... más pensaba que...
-Tenías razón Ganondorf. Tener una alianza con Hyrule, hará que nuestra gente pase menos hambre.
Ella siguió con su labor, esperando que las cosas cada día vayan mejor para su pueblo.
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En el camino a lo que era el territorio Zora...
-Muy bien, vamos arriba.... - Link se daba ánimos para subir tan molesto camino, quien haya sido el imbécil que hizo esto, de verdad tenía un problema mental.
Los Octorok eran enemigos comunes en esa zona, eran muy molestos debido a que salían de la nada, pero no era algo que un buen golpe no arregle. Seguir avanzando era el único camino para el rubio, tenía que llegar a esa zona de una vez por todas. La Trifuerza estaba a su alcance solo una piedra y asunto arreglado.
Tras seguir el camino ascendente, Link se topó con una cascada y esta era enorme.
Según lo que Impa le dijo, esta era la entrada al reino Zora. Pero ¿Dónde estaba dicha entrada?
-Link mira...- el hada señaló el suelo dónde el rubio estaba parado y se pudo ver el símbolo de la Trifuerza.
-Típico, ya no me sorprende.- Tomando su ocarina empezó a entonar la Nana de Zelda.
A los pocos segundos de terminar la canción se pudo escuchar un fuerte sonido y se vio como la cascada se abrió dejando a la vista un pasaje.
-Está de más decir que hay que entrar ¿Verdad?
-Jejejeje...- Link rio ante la indirecta y saltó hacia el pasaje que lo llevaría al reino Zora.
Ya dentro, Link y Navi fueron testigos de la maravilla del hogar de los Zora. La cueva que habitaban era por mucho enorme... era como la conexión de varios túneles pero la maravilla en verdad era la gran cantidad de agua clara y pura que había....
-Hey...- Link miró a la dirección de donde lo llamaron y pudo ver a un ser escamoso azulado, sus manos y pies tenían membranas para ayudarlo en el nado, por la voz se notaba que era hombre.- ¿Quién eres niño?
-Yo... ehm... me llamo Link y la que está a mi lado es mi amiga Navi. Venimos en nombre de la Princesa Zelda.
-¿Oh? Así que la princesa desea entablar una conversación con nosotros...- el Zora se quedó pensativo unos segundos. - Sígueme... te llevaré con nuestro Rey.
El Zora empezó a caminar y Link solo se limitó a seguirlo...en su recorrido a la recámara del rey pudo ver a varios Zora cerca de un enorme estanque de agua...
Pudo ver como los seres interactuaban y poder diferenciar a los hombres de las mujeres no era difícil.
Los hombres eran robustos y tenían una cara de miedo. Las mujeres por su lado tenían una figura más esbelta y su pecho era pronunciado, sin contar que tenían buenas caderas.
Link notó que se le vino un pensamiento fuera de lugar... ¿Desde cuándo ve esos detalles en las mujeres?
-Por favor pase, el rey lo recibirá. - Dijo el Zora tras detenerse frente a una entrada.
-Gracias. - Link agradeció la amabilidad del Zora y entró.
Vio que la recámara del rey era muy grande y el agua era de esperarse, pero lo que lo asombró fue otra cosa.
-¿¡Ese es el rey!? - Navi gritó al ver al tan llamado rey.
El Rey Zora era enorme, parecía un pez gordo, pero bien gordo. Vestía una especie de chaleco y una corona en su cabeza. Que daría una buena impresión si no fuera por....
-¡Mi pequeña Ruto! ¿¡Dónde estás!?
Patético... esa era la primera palabra que le vino a ambos al ver al Rey llorar así y daba pena. Link se acercó a él...
-¡Ejem! ¡Disculpe!
-¿Eh? - el rey escuchó al joven y aun con lágrimas en los ojos miró a Link. - ¿Un niño? ¿Qué quiere un niño conmigo?
-Vengo en nombre de la Princesa Zelda, su majestad me pidió que recolecte las piedras espirituales y por ello necesito el Zafiro Zora.
Link dijo eso con toda la formalidad posible, pero pareciera que algo de lo que dijo hizo que el rey Zora se ponga peor.
-El Zafiro Zora... el tesoro de mi hija... ¡Waaaahhh! - el rey empezó a llorar con fuerza, Link se cubrió los oídos por la agudeza del llanto..
El llanto era tal, que Link sentía que le estaban doliendo los oídos. Pero hubo alguien quien se hartó de esto.
-¡Cállese! - Navi gritó y se acercó al Zora. - ¡Llorar no resolverá nada! ¡Así que enfrente la situación como un adulto y un rey... o yo misma lo asare hasta que quede bien dorado! - el rey se petrifico ante la amenaza y la ira del hada y se quedó mudo.
-Debo de admitir que la intimidación de Navi es útil en situaciones como esta. - El rubio sonrió al ver como el Zora quedó petrificado y retomó la palabra.
-Dígame su majestad. Su hija, la princesa ¿a dónde fue...?
-No lo sé... ella jamás había huido o desaparecido...*Sniff*
-¡No llore! - Navi mantuvo al rey en sus cabales... - ¡Estese centrado para que podamos saber el paradero de la princesa!
-Ok... lo único que sé es que ella ha estado actuando rara desde que anuncié su compromiso. - Link suspiro al escuchar eso, era obvio.... Sentía que eso era malo.
-Pues si huyó, es obvio que su hija no está de acuerdo con el compromiso que usted le impuso.
-¿¡Como!? ¡Pero si el matrimonio con mi consejero es lo mejor para ella y el reino!!- el rey gritó mientras Link llamaba a Navi...
-Navi.... ¿Qué es matrimonio? - el hada cayó al suelo al escuchar la pregunta.
-¡Si serás! ¡Es casarse Link! ¡Vivir juntos para toda la vida!! - Link asintió, sin entender con claridad que era eso aún, y miró al Rey.
-¿Le ha preguntado a su hija si ella desea eso?
-Claro que.... No...- El rey capto de inmediato su error y aura de depresión lo rodeo...- ¿Qué he hecho...? Mi bella Ruto....
-Ya ya... cálmese. Yo le ayudaré a encontrar a su hija.
-¿¡De verdad!?- el rey sonó feliz al escuchar al joven.
-Claro y quisiera que me diera el Zafiro tras hallarla.
-Mmmm, eso depende de mi hija jovencito, ya que ella es la que lo tiene en su poder.
-Entiendo... ¿Algún lugar donde ella pudo haber ido?
-El Lago Hylia.... puede que ese sea un buen lugar para empezar.
-¿¡Ah!? ¡Pero nos tomará horas ir hacia allá y regresar!- Navi sonó cansada al saber su destino.
-En realidad, hay un pasaje a las afueras de esta recámara que los llevará al lago en solo unos minutos. - El rey señalo con su mano el lugar donde dicho pasaje estaba.
-Perfecto, vamos Navi.- el rubio fue hacia el dicho pasaje mientras su hada amiga suspiraba.
Este iba a ser un largo día.
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Al mismo tiempo, se veía como Nabooru estaba conversando con unos Zoras que estaban en la zona.
Primera vez que los veía. Son seres que no se alejan mucho del agua, por obvias razones.
-Aquí tiene lo que el Rey Zora nos encargó para usted, Señorita Nabooru.
-Muchas gracias. – La mujer sonrió al ver las grandes cantidades de barriles de agua que le estaban dando.
-No, gracias a usted. El Rey Gerudo fue amable con nuestro Rey. El que se haya interesado por nuestra cultura, dice mucho. No muchos se interesan por nuestras deidades protectoras.
-Oh. ¿tienes algo así? – Nabooru estaba segura de que cada raza debe de tener sus propias deidades.
-Así es. Lord Jabu Jabu es nuestra deidad protectora. – el Zora sonrió al decir ello. – Y es nuestra Princesa Ruto la que siempre lo cuida.
Con que la princesa se hace cargo de eso. Debe de ser una responsabilidad que se le da a al realeza de los Zoras. Al menos eso desea crear.
-Entiendo. ¿les molesta que me quede a descansar hasta que sea el momento de irme? La verdad, deseo contemplar tan hermoso lago.
-Para nada. Quédese todo el tiempo que desee. – Fueron las palabras del Zora, quien tras decir ello, se lanzó al agua del lago para poder irse por donde vino. – Informaré al Rey que todo se realizó de manera conforme.
-Un saludo al Rey. Gracias por su atención.
Nabooru vio al Zora irse bajo el agua, a la vez que ella se sentaba al borde del lago. Tocaba el agua con sus manos y la sentía tan fresca. Algo que no era un lujo en su hogar.
Su mente cada vez se confiaba más en que hizo lo correcto. De aceptar y así, poder lograr una mejora para su gente.
Y sin perder tiempo, viendo que no había nadie más, se quitó las prendas para darse el lujo de un baño en el Lago Hylia. No iba a perder la oportunidad.
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Link estaba en medio de un gran lago, el Lago Hylia era conocido en todo Hyrule como una fuente constante de agua pura y limpia para el reino.
Si se preguntan cómo es que llego ahí, bueno.... La respuesta es sencilla.
El pasaje secreto resulto ser un pasaje acuático y tuvo que usar una Escama Zora que le fue entregada amablemente por el mismo Zora que lo ayudo y que le permitió aguantar 10 minutos bajo el agua, el tiempo necesario para no morir ahogado....
El rubio miró los alrededores, según lo que escucho del Zora es que aquí terminan las cosas que caen en los ríos que recorren todo el reino y no era raro encontrar algo que haya caído al rio.
-Bien, ya estamos aquí... ¿ahora que?
-No lo sé....- Link nado un poco para acercarse a la orilla, pudo ver una enorme casa en la orilla... la visitaría luego.
Ahora debe centrarse en hallar alguna información de la princesa Zora.
-Me pregunto si Nabooru está en la zona...
El rubio miró de reojo la zona para ver si la mujer estaba ahí, pero en eso...
-Link mira aquí.- Navi se posó sobre cierta zona del lago y Link se sumergió para ver lo que su amiga le señalo. Link al sumergirse pudo ver una enorme construcción acuática...
¿Qué hacía algo así en las profundidades del lago? Pero algo en ese lugar le daba nervios.
El joven sacudió la cabeza y al hacerlo pudo ver un extraño brillo en las profundidades.
Extrañado por eso, el joven se sumergió más y al llegar al objeto lo tomo en sus manos para luego subir a la superficie.
Al salir del agua y tomar aire, Link observo el objeto y pudo ver que era una botella, le servirá para una poción de seguro...
-Un segundo... hay algo aquí adentro. - Link vio un pedazo de papel en la botella, nado a la orilla y al llegar a esta, abrió la botella y empezó a leerla....
-Link... ¿Qué dice?
-Hmmm, dice: "Querido Padre, no estoy de acuerdo con el compromiso que me has impuesto. Me voy con el Lord Jabu Jabu para alejarme de ti y del reino, no me busques. ".....¿quién dice el lugar a donde huira si no quiere que la busquen? - Link entrecerró la mirada al pensar en lo estúpido que sonó todo esto.
-Jejeje, verdad... - Navi le tuvo que dar la razón. - Al menos ya sabemos a dónde ir. Vamos a ver al rey llorón. - Link asintió y respiro profundo para recorrer ese pasaje acuático... de nuevo.
-.... Estoy empezando a odiar este día... - Link sólo miró a Navi, quién... - Sabes que hacer.
-Al menos deja que entre a la botella con la carta, entrar a la de poción roja fue una mala experiencia...
Como las hadas no estaban hechas para el agua, tenían que ser protegidas de estas con algo. En este caso, una botella.
Y Navi puede ser testigo de que meterte a una botella de poción roja no es la experiencia más agradable del mundo.
-La verdad no sé cómo aguantaste beber esa cosa. Sabe horrible. No me quiero imaginar de que puede estar hecha.
Y Link sentía que tampoco lo deseaba saber.
Tras tener a Navi a salvo en la botella, Link tomó aire y se zambulló para poder pasar de nuevo por el ducto que lo llevaría al territorio de los Zoras.
Y bien él se fue, se pudo ver cómo Nabooru salía del otro lado del Lago, tras zambullirse un rato.
-Woah. Que refrescante. Lo único que haría de esta experiencia algo mejor, sería un apuesto muchacho a mi lado. – La mujer tenía sus prioridades... era una Gerudo.
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De regreso al territorio Zora, siendo más exactos, el trono del Rey.
-¿¡Que!? ¿¡Fue con Lord Jabu Jabu!? - El rey Zora pego el grito al cielo al leer la carta...- ¡Te lo pido!! ¡Ayuda a mi hija!!
-Ehm... ¿Que es un Jabu Jabu?- Link se rasco la nuca al no entender que rayos pasaba.
Y no era su culpa de ser ignorante a esto, dado que no es que sepa mucho lejos de lo que le enseñaron los Kokiris.
Decir que apenas sabe leer, escribir y hacer unas cuentas, pero nada más... ya es una idea de su escaso conocimiento en otros rubros.
-Lord Jabu Jabu es un ser que vela por nosotros los Zora, una deidad... Oh.... mi pequeña Ruto.... por favor jovencito, ayuda a mi hija.
-Está bien, dígame a donde ir. - El Rey se notó feliz por la respuesta del joven y se puso a un lado del lugar donde estaba sentado para revelar un pasaje.
-Sigue este camino joven... Lord Jabu Jabu está ahí y te recomiendo llevar unos peces. Créeme.
Link se estremeció al escuchar eso, pero decidió hacer caso.
-Vamos Link, parece que esta vez tendremos que ir de pesca. – Navi fue la primera en decir algo tras ya saber que hacer.
El muchacho se dirigió hacia donde estaba el pasaje y lo recorrió rápidamente, tiempo era lo que no tenía.
Al salir del túnel pudo ver a un ser gigante ahí echado y durmiendo... parecía un pez.
-Bien.... - Link tomo una de las botellas que tenía, 2 de ellas ya las había llenado con pociones rojas y la tercera la dejo vacía.... no tenía más rupias.
Se acercó al agua y al ver un pez rápidamente lo atrapo con la botella para seguido cerrar el objeto con el corcho que tenía.... ahora tenía un pez listo para ir por la princesa.
-Perfecto. Andando. Hay que ir y ayudar a la princesa Ruto. – Link sonrió al ya estar cada vez más cerca de su objetivo.
-Link.... siento la presencia de una Gran Hada cerca de aquí. - Navi le advirtió al joven sobre la presencia del ser que lo puede ayudar. - ¿Vamos?
-Claro, puede que nos de algo que nos ayude. - Link asintió y dejo que su amiga lo guie.
El hada señalo un conjunto de tierra que solo se podía llegar nadando, Link solo le quedo nadar hasta dicha zona y al llegar pudo ver una enorme pared....
Navi le dijo que sentía el poder del hada atrás de ese muro y Link solo intuyo una cosa, hay que volar ese muro.
Poniendo una bomba en este, el joven espero que la mecha cumpla su trabajo y....
BOOM
La explosión no tardo en ocurrir y se pudo ver un pasaje, Link se preguntó cuál era esa fascinación por las Hadas por la oscuridad...
-Bueno, son lugares alejados de las demás razas. Las Grandes Hadas no son seres que muchos puedan ver.
-¿Y eso por qué...?
-Creo que tiene que ver con el hecho de que... no desean tener contacto con seres que quieran abusar sus poderes. Tampoco estoy segura... son seres que tienen muchos secretos.
No había mucho que decir. Ni ella lo sabía. La historia de las Grandes Hadas eran muy... escasas. Y eso solo crecía, ya que pocas hadas se vuelven Grandes Hadas.
Link y Navi se adentraron en la cueva y llegaron a una zona ya conocida para ellos, el mismo ambiente que se vio en los lugares anteriores, Link solo se acercó al símbolo de la Trifuerza y toco la Nana de Zelda....
La misma risa de las veces anteriores se escuchó y se vio a la Gran Hada del lugar salir de su pozo.
-Oh... Hola Link, veo que mis amigas ya te informaron sobre los beneficios de nuestra ayuda en tu misión.
-Así es Gran Hada...- Link reafirmo las palabras de ser y ella solo suspiro.
-Bien... déjame darte esto en caso de que necesites salir de un lugar por alguna emergencia. - Un brillo verde se posó frente a Link y se introdujo en su pecho. - El Viento de Farore te sacará de un lugar cuando lo necesites y te permitirá regresar al lugar donde hiciste el hechizo... recuerda, solo tienes una oportunidad para hacerlo bien.... Buena suerte Link.- El Hada regreso al pozo riendo como lo hicieron las otras dos.
-Vamos Link...es hora. - El rubio solo asintió...dio media vuelta y salió del lugar para dirigirse con el enorme pez.
Una vez salieron de ella cueva, Link sintió como la pared que destruyó se reconstruyó. Cómo por arte de magia.
Eso demostraba que no deseaba que nadie sepa de ella. Curioso...
-Bueno, hay que irnos. Siento que este viento de Farore también puede usarse de otros modos...
-¿Así? – Link miró a Navi con sorpresa. – Pero el Gran Hada dijo que...
-Sé que dijo. Pero si mejores tus habilidades mágicas, quizás puedas usar las magias que tienes de otros modos. Sería cosa de probar a futuro.
Link lo vio como algo factible. Pero era el momento de la verdad. Canino hacia donde estaba Lord Jabu Jabu, se mostró ante este y...
-Bien...es hora de ir por la princesa. – se dijo así mismo tras estar frente a ese enorme animal. – Si en verdad está dentro de este pez, entonces es hora de sacarla. - Link le mostro el pescado a Jabu Jabu quien se veía feliz de ver su alimento. - ¡Vamos Pez enorme! ¡Abre la boca!
-Link... no creo que debas que debas de retarlo de esa manera...
Navi fue interrumpida por el enorme pez, quien al abrir la boca empezó a aspirar al joven y al hada a su interior....
-¡Aaaaaaahhhh!
-¡Link! ¡Te juro que, si no salimos de esta, yo misma me encargare de que nunca descanse en paz en el más allá! ¡Kyyyaaa!
Al final, ambos fueron tragados por Lord Jabu Jabu... esta era su última aventura por las Piedras Espirituales.
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