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Decisiones Internas

Link sentía que los músculos, todo en general le dolía. Pero logró abrir los ojos, para poder ver en donde estaba.

No recordaba nada con claridad, sólo que tras superar el Templo del Fuego y tras hablar con Darunia, así como de despedirse, se vio de regreso en el cráter de la Montaña de la Muerte.

A su vez, que regresó al Templo para sacar al Goron muerto de ahí y... y... Ahí todo se vuelve muy nubloso. Él lo sabe y mejor que nadie.

Giró su cabeza para ver el lugar, da dándose con la sorpresa de que Zelda estaba recostada con su cabeza sobre su brazo. Durmiendo. Así como que tenía en su mano un paño que parecía haber usado para limpiar sus heridas. O algo así, dada la sangre presente.

Era extraño, la idea de verla a primera hora tras despertar le daba una sensación extraña. Hasta jura haber soñado que ella le acariciaba la mejilla. Espera que sólo haya sido eso...

De todos modos, el muchacho abrió los ojos y simplemente tomó aire. Quiere al menos relajarse un poco antes de que las cosas sigan como siempre.

-Link. – oyó otra voz, giró la mirada y vio que era Navi, la cual parecía estar tratando de usar el pequeño paño que tenía cargado con mucho esfuerzo para poder limpiar sus heridas. – Me alegro que hayas despertado.

-Pues la emoción no lo aparenta.

-Es porque no deseo despertar a la princesa. Ella se quedó despierta toda la noche. Estaba muy preocupada. – él sólo oír ello lo hizo sentir que el corazón el dio un brinco. ¿Qué fue eso...? ¿Aún estaba mal por las pociones que se tragó? – y Malon también, ella fue la primera en cuidarte.

-Oh. Entonces deberé de ir a darle las gracias. Cuando pueda. – Sentía que el cuerpo no le respondía aún. - ¿Qué me pasó...?

-Te dio una maldita falla respiratoria por idiota. – Fue lo que Navi le dijo con un claro tono de molestia. Y él bajó un poco la mirada. - Aún no me creo que... Diosas, por más desesperado que hayas estado eso no justifica lo que hiciste. No sabes el susto que nos diste y tienes suerte que la doctora Beth está aquí...

-Minuto. Rebobina... dado que mi cerebro al fin hizo click con algo. ¿Qué hacen Malon y la madre de Diana aquí? Se supone que... ¿Cuántos días estuve en ese Templo?

-Casi 5. Logramos evitar la erupción justo a tiempo. – las palabras de Navi hicieron que la vea con horror. ¿Casi 5...? Apenas lo lograron...

-Eso estuvo... - Link sabe que si se hubieran demorado un poco más... quien sabe lo que pudo pasar. Diosas...

-Link, sé que puede ser complicado. Pero lo logramos. No pienses en nada más. Has hecho todo lo que has podido y eso logró un bien general.

Pero no había salvado al Goron y a Volvagia, casi no logra evitar la erupción del Volcán. Casi...

Trató de calmarse. Era como Darunia dijo, debe de centrarse en lo que puede hacer. En nada más. Y eso era lo que hará. Tiene que centrarse y avanzar. No quejarse más.

-¿Qué hay del resto?

-Todos están bien. Me dijeron que llegaron y fueron atendidos. Han... enterrado al Goron que trajiste. – Navi dijo eso con cuidado, dado que no sabe que más puede decir. – Aunque no lo creas, agradecen tu esfuerzo.

-Puede que sí. – Link se llevó una mano a la cara y simplemente soltó un suspiro. – Estoy cansado y eso que debería de sentir que ya no es así...

-Es de esperarse, bebiste dos pociones que no debías de mezclar idiota. Es de esperarse que estés así. Te tuvieron que hacer cortes para que la sangre que se coágulo cerca a tus pulmones salga. Diosas...

Ok. Eso explica el ardor en los costados.

Antes que uno pueda seguir la charla, oyeron una voz que denotaba que estaba despertando alguien. Se giraron y vieron que era Zelda quien se levantó de su improvisada almohada. Soltó un bostezo y miró donde estaba.

Link jamás había visto a Zelda así. Su cabello hecho un desastre, se le notaba algo de baba en la comisura de los labios. Así como también estaba como una expresión que no había visto jamás en ella.

Pasó unos segundos, Zelda no sabía dónde estaba hasta que vio a Link despierto. Viéndola... ¡Oh!

-¡Link, estás despierto! – su alegría era palpable, que hasta deshizo mucho de la imagen cansada que tenía hasta hace unos segundos.

-Buenos días a ti también Zelda. – Link sonrió, dado que era interesante ver ese lado de ella. - ¿Qué tal dormiste?

-¿¡Yo!? ¡Eres tú el que...! – la chica sonó molesta que esté diciendo tal idiotez, hasta que...

-Ahm... Zelda. Tienes algo de... - Navi señaló la boca de la princesa, haciendo que ella...

Zelda se llevó una mano a la boca y se horrorizó al ver que tenía saliva ahí, alzó la mano a su cabeza... su cabello. Un desastre. ¡toda ella era un desastre! ¡Y Link la había visto!

-¡No! ¡Esto no puede...!

-No es para tanto...

-¿¡No!? – gruñó ella. - ¡Nadie me había visto así en 5 años! ¿¡Sabes las rutinas que debo de hacer para aparentar verme bien en las mañanas y no vean mi desastre matinal!?

¿Desastre matinal...? ¿Qué mierda...? Ah, es verdad. Ya usa esa palabra. Espera que no sea algo tan grave.

Link vio a Zelda tratando de verse lo más presentable posible. Y no era difícil, dado que Zelda era una chica muy bella por naturaleza.

No sabe por qué pensó eso, pero lo omitirá por el momento. Se acomodó en su cama, a la vez su Zelda dejaba de pasar sus dedos por su cabello para tratar de que se vea presentable.

De todos modos, ella notó como Link la miraba y desvió la mirada un poco apenada. Vaya manera de presentarse ante alguien bien temprano.

-Iré a ver a la Doctora Beth y decirle que Link ya despertó. Ella dijo que te daría un escarmiento por tu estupidez.

Link tragó saliva al oír ello, algo que le dio a Navi un ligero placer. Al fin alguien más que desea tratar la idiotez de su amigo.

El hada se fue volando a buscar a la Doctora, deja do a los dos jóvenes solos. Algo que Zelda no veía como bueno, dado que no sabe qué hacer o decir. Diosas... ¿Por qué la ponen en estas situaciones donde la Sabiduría no le sirve de nada?

-Así que... me cuidaste toda la noche.

-Con Navi. – Respondió ella de inmediato. – Malon lo hizo más temprano, pero parece que también quería descansar.

-Que amable es Malon. Es buena amiga.

Link sonrió al pensar en su amiga, a la vez que Zelda no sabía que decir. Era más que obvio que ella no deseaba ser solo eso. Que él no lo vea es otra cosa.

Pero dejando eso de lado, la princesa vio a Link y... notó un ligero cambio en su mirada. Ya era más serena, casi la de un adulto. Algo que la hizo pensar que este chico poco a poco estaba creciendo. Que dentro de poco ya no sería un niño en su totalidad.

Que estaba madurando porque esos Templos lo estaban obligando a ello. Ella sentía que eso era triste. Pero era lo que debía de hacer. Y él lo sabe. Mejor nadie. Y no se queja... si lo hace, es en silencio.

A veces desearía que él le dijera si odia esto. Si es que un día pensó en mandar todo al diablo.

Aun sabiendo que él jamás lo dirá en voz alta. Jamás. A nadie.

Ella alzó la mano y acarició la mejilla de Link, haciendo que él la mire con sorpresa.

-A veces, me gustaría que no tengas que pasar esto. Que... existiera otro camino. Pero sé que es una ilusión tonta. Que solo esto nos puede salvar. Que los Sabios son parte clave para detener a Ganondorf.

-¿Y qué es lo que ellos harán? Los estoy liberando, pero... ¿qué pueden hacer?

-Según los textos antiguos, a su máximo poder, podrían sellar a Ganondorf...

-¿Sellar? Espera, estoy haciendo esto solo para una solución temporal... ¿En serio?

Zelda jamás pensó ver a Link tan molesto y ella misma admite haberlo estado una vez leyó esa parte.

-Rauru desgraciado... me dijo que podía detener a Ganondorf. No sellarlo. Otra razón más para golpearlo en la cara una vez lo vea.

-Je. No eres el único. Siendo sincera, estoy buscando otra manera de detenerlo. Pero es difícil, tiene la Trifuerza del Poder en su mano. Eso lo hace prácticamente invencible... la única manera de detenerlo sería quitarle la Trifuerza del Poder. Pero lo veo difícil...

-Así que nada. Sellamos a Ganondorf en espera de que el futuro se salve por su cuenta, genial. – Link se sintió más molesto. – ¿Y cuánto duraría el sello?

-... Quizás unos pocos siglos.

-Es broma ¿No? – Link se sentó de golpe al oír ello. - ¿Vamos a poner nuestras esperanzas en un sello mal hecho en el Reino Sagrado que ese sujeto romperá tarde o temprano? – el muchacho se acomodó, listo para ponerse de pie. Pero el dolor no se lo permitió.

-Link, debes de...

-No puedo aceptar eso Zelda. Simplemente no puedo. Si al menos vamos a hacer un sello o sellarlo, hay que hacerlo bien. Al menos para dar tiempo...

-Lo sé. Estoy buscando una solución diferente en textos variados. Lo más cercano que se me ocurre es el Espejo del Crepúsculo que se encuentra en el Desierto Gerudo.

-... ¿No es de donde...?

-Lo es. Pero al final, es algo que solo unos pocos pueden usar. Entre ellos están los Sabios. – Zelda se puso seria. – Puede que no sea la solución definitiva, pero eso nos daría más seguridad. Mandarlo a otra dimensión que solo sellarlo en el Reino Sagrado. Al menos ahí yace la posibilidad de que se pierda para siempre.

-Con la Trifuerza del Poder.

-Es un sacrificio necesario. Es mejor así que se quede en manos de Ganondorf y siga destruyendo a Hyrule. – Zelda sonrió un poco. – De cierta manera, sería mejor. Así no habría más tesoro sagrado que buscar.

-Es verdad. Pensar que todo pasó porque Ganondorf oyó de esa leyenda. ¿Quién se la habrá dicho?

-Puede que alguien que él conoce o un viajero. No es raro que así se extiendan ciertas cosas. – Link no me vio falla a la lógica de Zelda. – quién haya sido, de seguro jamás supo de la obsesión que eso crearía en Ganondorf.

-No lo entiendo. ¿Para qué desea de verdad la Trifuerza? ¿Qué puede desear? Ya tiene el poder que quería.

-Pero no le basta. Tú lo viste en sus ojos, quiere más. Poder total. Control de todo. No sé cuál era su razón original de todo, pero al final se vio corrompido por muchas cosas más. Hasta el punto en que mira lo que se volvió. Hyrule ahora representa su torcido corazón.

-¿Qué hay de las Trifuerzas de la Sabiduría y del Valor? – Fue lo que Link preguntó. – Tú misma me dijiste hace años que esos tres factores representan la Trifuerza.

Zelda no supo que decirle. No estaba segura de que...

-Está bien sino...

-No es que no confíe en ti Link. Es que... es algo que debo de aún entender en su totalidad. Sólo puedo decir que están a salvo con gente que las puede proteger. Es todo... lo lamento.

Si bien le dolía un poco que Zelda no le quería decir toda la verdad, lo entendía. Y en gran medida lo hacía. Porque él tampoco podía decir que es lo que sentía cada vez que enfrentaba el peligro.

Era como si la Espada Maestra estuviera viva. Y no sólo ello, el calor que siente en el dorso de su mano izquierda cada vez que está decidido a luchar... él no lo entendía aún. Quiere estar más claro antes de poder revelar todo.

Y por eso, entiende a Zelda muy bien.

Él tomó la mano más cercana de ella con la suya y la apretó, como diciendo que entiende. Que no debe de sentirse mal. Y ella lo apreció mucho.

El silencio era suficiente para los dos. Tanto, que era tan tranquilizante que jamás notaron la ligera cercanía extra que hubo entre los dos.

Una que se vio cortada por un carraspeo de garganta. Lo que los hizo pasar a ver quién era y...

-Vaya. Lamento la ligera interrupción que estoy generando a tal lindo ambiente. – Beth tenía una clara sonrisa, una que denotaba que estaba viendo esto como divertido. – Pero tengo que examinar al paciente, si no es mucha molestia.

Los dos jóvenes se miraron, notaron la distancia entre ellos y se separaron un poco de golpe. Siendo Zelda la que se puso de pie tan rápido, que tiró la silla en la que estaba al suelo.

-Bueno... yo... Ahm... me retiro. Dejaré que...

Beth sonrió al ver a Zelda toda nerviosa, a la vez que la princesa se despedía rápido de Link. El muchacho la vio irse sin entender que rayos había pasado. ¿Hizo algo...?

-Tranquilo. Es de esperarse que Zelda actúe así, dado que siempre ha sido... muy lógica.

Beth notó que Link no entendía y ella negó con la cabeza. Parece que en eso se parece a Leon. Oh bueno...

La mujer vio a Navi volar al lado del muchacho y decirle algo, que él vio con rareza. Parece que hay algo más en todo esto.

En fin, fue con él y lo empezó a revisar de manera general. Se le veía mejor, esa agua termal era muy eficiente. Pero no estaba del todo curado aún.

-La buena noticia es que estás curado en buena parte de lo que es la sobre dosis de Poción. La mala, es que necesitas aún unos días de reposo.

Link frunció el ceño, eso era lo que menos deseaba en estos momentos. Debe de seguirse preparando para lo que se viene.

-Y no pongas esa cara. Es tu culpa por hacer lo que hiciste. De alguna manera tu cuerpo soportó la sobredosis el tiempo más que necesario para que no te mueras ahí mismo. Otro habría muerto a los minutos.

La mirada sería y llena de reproche que la mujer le dio, sólo hizo que Link se tense y baje la cabeza muy apenado.

-Entiendo lo que querías hacer. Pero por eso es que nadie ha logrado mezclar las facultades curativas de esas dos pociones en una. Aún a la fecha, es algo que nadie ha logrado. Quien lo logre no lo revelaría jamás. El dinero que puede ganar con la monopolización de esa poción.

Parece que el poder del mercado es fuerte aún ahora. Pero lo que parece ser de verdad importante era lo que la mujer quería decir con sus palabras.

-Seré sincera Link, si haces eso de antes una vez más... Dudo que puedas sobrevivir lo que sea ese efecto secundario. Por lo que debes de tener cuidado. – Beth notó la mirada de Link. – No sé que tanto puede que resistas, pero el uso constante de pociones puede ser perjudicial para tu salud. Tu esperanza de vida se puede ver muy reducida si es que...

-Insinúa que no viviré mucho de manera natural, ¿no? – Fueron las palabras de Link, a lo que la mujer asintió. Dando una sensación de finalidad que no le gustó mucho. – Ya veo...

-Sé que es difícil para ti, más que sabemos tu edad mental real. Pero es la verdad y no lo digo para asustarte, sino para que seas consciente de que cada vez que uses esas pociones, lo hagas tras haber pensado en cada una de las opciones. ¿Entiendes?

Él asintió varias veces, a la vez que se ponía su túnica y su sombrero.

-... ¿Puedo caminar por la ciudad?

-No le veo lo malo. Solo no hagas nada fuerte. Esas heridas tuyas aun no sanan.

Link asintió, dio gracia por el tratamiento que ella le dio y se retiró para poder salir de ahí. A la vez que...

-Navi, ¿Segura de lo que me has dicho?

-Muy segura. En el camino de regreso, pude sentir la presencia de un Gran Hada en el corazón del Volcán. No sé que hace ahí, pero no es mala idea ver que es lo que tiene para nosotros. ¿no?

Es verdad. Quizás le ayude a recuperarse más rápido y no tenga que esperar tanto tiempo para poder ir a por el siguiente Templo.

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Zelda por su lado, estaba maldiciendo todo. Hasta las existencias que no sabe si existen. Pero a su vez, ella se maldecía por no ser capaz de...

-... ¿Y a ti que mosco te picó...?

Zelda alzó la mirada del libro que estaba tratando de leer en la improvisada cama que tenía en esta habitación y miró a Diana, con Ciela.

-... ¡Tú...!

-¿¡Yo!?

A ver, parece que hay una falta de información aquí. Puede que una tenga que ser más clara. Y lo hizo, se puso de pie con tal fuerza y fiereza que Diana se asustó.

-¡Tus palabras solo han hecho que no pueda hacer lo que tenía en mente!

-... ¡Aleluya!

-¡Diana! ¡Soy seria en esto!

-Pensé que eras Zelda... - Un manazo en la cabeza por parte de la princesa la calló. – Mala broma lo sé. Pero significa que...

-... Hable con Malon ayer.... Quita esa cara, porque hasta yo no me lo creo... - Era verdad. – Y con Alice. Esas dos, contigo, no ayudan a que trate de ser firme en mi decisión de no.... No actuar.

-Es que es obvio que es una estupidez Zelda. – Diana le dijo ello como si fuera lo más obvio. – No tiene nada de malo actuar en base a lo que sientes.

-Lo es, si sabes que la persona en cuestión es un niño de 10 años en su mente. – No puede argumentar nada a esa lógica. - ¿Recuerdas esas veces que me decías pedófila por decir que me gustaba Link de niña siendo él un Kokiri supuestamente?

-... Si, lo recuerdo. – Se tomó la cara en recuerdo... Aún recuerda esa cachetada por la primera vez que lo hizo. Zelda tiene la mano muy pesada por todas las Diosas... - Pero volviendo al tema, ¿Qué tratas de decir?

-Pues... Que... ¡Maldita sea Diana, estoy perdiendo la batalla contra mi lado emocional! ¡Esto no me había pasado nunca!

Diana abrió los ojos con sorpresa. A la vez que trataba de no saltar de alegría, pero se puede dar el lujo de celebrar en su mente. Jura que mini Dianas saltan en su cabeza en señal de victoria con un banderín.

10 años de amistad con Zelda... ¡Y al fin gana una discusión! ¡Esto debe de pasar a los anales de la historia! Pedía ser la madrina de bodas de esos dos. ¡Mínimo!

-Interesante... - Su voz salió calmada, tras toda la emoción que tenía.

-Te lo juro Diana, que el plan era otro. Por Nayru, era... Yo me debía de alejar. Pero no, tenía que acércame más a él. Tenía que despertar lo que jure haber enterrado. Tenía que... alejarme. Así no lo lastimaría más. Pero... cuando estoy a su lado, esa sensación de alejarme que tanto me toma crear, vuelve. Derrumba esas paredes que quiero crear entre los dos. Y él no hace la gran cosa. ¡Eso me molesta!

-Ya quisiera yo tener algo así...

-¡Céntrate, es de mí quien hablamos! ¡No de ti y esa tensión sexual que tenías con Blason! ¡La que te mandó a perder tu virginidad en un maldito granero!

-...¿De dónde...? Alice, perra... Juro que la voy a...

-Y no ayuda que ayer Malon dijo que daría todo de si para... ganar el corazón de Link.

-Uy... Eso está complicado. Digo, es obvio que eres tú la que...

-En la mente de un niño de 10 años. Eso es... Sabes que puede no significar nada. Quizás se olvide lo que siente y vea a otro lado al ver que yo no...

Diana no sabía que decir. Era obvio que estaba entrando en pánico. Y no la sorprende. Esta sería la primera vez que Zelda se preocupa por el amor. Y eso no era sencillo, más para ella siendo tan lógica.

-... ¿Puedo dar una simple opinión? Claro si no es mucha molestia. – Ciela fue la que hablo, sintiendo que puede ser un tema algo delicado. – Quiero poder decir algo que... las puede ayudar.

-Adelante Ciela, por favor. Dado que conoces a Link más tiempo. – Diana apreciaba la ayuda de la pequeña hada.

-Pues... si soy sincera, Link no es del tipo de persona que cambie lo que siente tan fácilmente. Menos si es alguien importante. A menos que sea algo muy drástico. Como el caso de su pensar del Árbol Deku. Creo que tras lo que se enteró de lo que hizo y lo que le ocultó, la opinión de Link por este es... muy diferente a la de antes.

Era de esperarse, dada todas las mentiras. Pero a su vez... es que se veía el como Link ya no le tenía la misma estima al Gran Árbol como en el pasado. Eso decía mucho.

-Pero al mismo tiempo, creo que usted influyó mucho en él princesa. Es obvio lo mucho que lo estima. Además, está ayudando en todo lo que puede para poder lograr derrotar a Ganondorf. Eso dice mucho... Saria siempre supo que Link estaba destinado a algo grande. Además, que necesitaría mucho apoyo. Yo creo que usted es uno de esos apoyos. Por lo que...

Ciela parecía querer hallar sus palabras para poder decir esto. Hasta que lo halló...

-... Siento que fue el destino que deseo que ustedes se encuentren. Ambos hacen mucho por el otro. Eso estoy segura.

Zelda miró a la pequeña hada, logrando generar una pequeña sonrisa. Una que el hada devolvió. Diana soltó un suspiro.

-¿Y vas a...?

-Aún no. No es el momento. Y... quiero ver como Link progresa. No puedo ser egoísta y actuar sin tener en cuenta lo que él siente. Es más, deseo que él esté listo para eso. Si es que se da...

-... Y debías de ser la madura. – Diana soltó un suspiro. – Ya, da igual. Al menos aceptaste todo. Eso de por sí ya es victoria.

Puede que sí. Y no lo podía negar. Por ahora, solo verá como las cosas progresan. Y si todo va de viento en popa, actuará. Ahora no es el momento. Hay cosas más importantes en estos momentos que solo... ella y sus emociones.

-Por cierto, ¿A que viniste de verdad Diana?

-¡Ah, verdad! – la chica se dio una palmada en la cara. – El nuevo jefe Goron te mandó a llamar. Tienen una respuesta a la petición de Alianza contra Ganondorf.

Eso era lo que deseaba oír.

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En el interior de la Montaña de la Muerte, Link solo siguió el camino que Navi le dijo donde estaba esa Gran Hada. Hasta que se encontró con lo que era una gran roca.

-Es una roca...

-Pues es aquí. – Navi salió del sombrero del muchacho. – Quizás haya algo tras ella.

Puede ser. Link miró la roca y notó que era del mismo color que esos tótems que vio en el Templo el Fuego. Sonrió al ver ello. Sacó de su Alforja el Martillo Megatón, lo alzó y dio un golpe en la roca con la fuerza más que suficiente como para romperla en pedazos. Dejando visible una entrada...

-Y ahí está. – Navi sonrió al ver que ella había acertado. - ¿Qué tienes que decir eso?

Link rodó los ojos. Solo caminó al interior del lugar para poder ver a la Gran Hada.

El interior era como el de las 3 Hadas que visitó hace ya 7 años. Ya se había hecho a la idea de que el lugar era... similar a la de las demás. Es más, también estaba el mismo símbolo de la Trifuerza que las veces anteriores.

Link se paró sobre el símbolo, sacó la Ocarina del Tiempo y tocó la Nana de Zelda, hasta que oyó esa risa.

De la fuente, emergió una Gran Hada, similar a las que había visto en el pasado. Ella lo miró y sonrió.

-Juju. Parece que de verdad es como mis hermanas me dijeron. El Héroe Elegido está aquí. Y se ve que está comenzando su travesía para salvar Hyrule.

-¿Sabe de mí?

-Así es. Las Grandes Hadas no perdemos el contacto entre nosotras. Siempre nos decimos todo. Sobre todo, cuando es algo interesante. Y tú, lo eres Link. – El hada se le acercó un poco... - Puedo ver que aun tienes sellado parte de tu potencial mágico. Es una suerte que yo, el Gran Hada de la Sabiduría, pueda desbloquearlo. A la vez que puedo curarte de las heridas que te aquejan.

-Eso sería de gran ayuda...

-Pero... - Link oyó la voz seria de la enorme hada, su mirada denotaba que era... un asunto que puede que no le vaya a gustar. – No podemos curar toda la fatiga de tu cuerpo, eso es algo que solo te lo puede dar el descanso. Y el consumo de pociones lo debes de limitar... si sigues así, perderás años de vida. Y eso es un asunto serio.

Link tragó saliva al oír ello... Pensar que solo por eso, su vida puede correr peligro. Eso explica porque las pociones son tan restringidas. O el porque dicen que solo beban una cada 4 días.

-En el mejor caso, un hada curativa sería mejor. Pero esas son escasas. Si tienes la suerte de hallar una o de hallar un lugar donde ellas se concentren, pide ayuda. Pero recuerda, aun con ellas el uso puede ser peligroso y cansado para tu cuerpo.

Link sabe que eso puede ser malo. Más para él... Entiende que debe de descansar, pero también debe de ser lo más veloz posible si es que...

-... Ok. Descansaré algo antes de ir por el siguiente templo. De todos modos, no sé aun nada de este y...

-Sé que deseas salvar Hyrule, pero a nadie le sirve que te destroces hasta que no quede nada de ti. – El hada alzó las manos y le lanzó energía. – No sientas que debes de apresurar las cosas. Aun no... Debes de darte el tiempo para descansar.

Link sintió la magia de la Gran Hada trabajar, sus heridas estaban sanando. A la vez que sentía el incremento de su capacidad mágica. Ahora sentía que era capaz de sentir todo con más claridad. Como si sus sentidos se vieran reforzados por la magia que ahora estaba a su alcance. Era extraño. Pero reconfortante a la vez.

-Con esto debes de tener más facilidad para los hechizos. – El hada se cruzó de piernas. – Es lo mejor que puedo hacer por ti en estos momentos. Ten en cuenta mi advertencia Link. No vayas a sobre exigirte.

La Gran Hada solo dio una risa y regresó a la fuente tras decir ello. El muchacho solo apretó sus manos y pudo sentir el nuevo poder. Sin duda le será muy útil para lo que se viene.

-Regresemos Link. Puede que algunos se empiecen a preguntar done estamos.

Era verdad. Mejor descansan un poco, tal como la Gran Hada lo dijo...

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De regreso en la Ciudad Goron, se puede ver en una de las habitaciones que hay, la reunión entre la princesa y el nuevo líder de los Gorons, ahora que Darunia era el Sabio del Fuego.

-Agradecemos esta reunión, Jefe Dartone.

-No se preocupe por eso, princesa. Es lo que mis hermanos y yo hemos decidido, goro. – El nuevo Goron líder se notaba más joven que Darunia, pero su tamaño denotaba que era fuerte. Era de los Gorons que Link salvó. – Le debemos la vida al Hermano Link. Sin él, muchos no estaríamos aquí.

Era bueno saber que estaba apreciando los esfuerzos de Link. De todos modos...

-... Lamentamos también sus pérdidas. Sé que perdieron a varios Gorons en los últimos días.

-Ellos lucharon para tratar de defender a su gente, goro. No hay mayor honor que morir haciendo eso. – Dartone solo habló con serenidad. – Sé que hemos venido aquí para poder hablar de lo que los Gorons haremos ahora. Pues no hay mucho que pensar. Lucharemos al lado de ustedes contra ese tirano.

La declaración la alegraba en gran medida. Zelda era consciente que si todas las razas se unen, puede crear una fuerza de ataque los puede ayudar contra Ganondorf.

-Muchas gracias, no sabe lo mucho que eso nos alegra. Su apoyo será muy importante para la batalla que se vendrá.

Zelda estaba muy contenta. Su expresión serena de princesa, apenas se mantenía. Al final, ella misma sabía que no importa lo mucho que quiera negarlo, esto era vital. Muy vital.

-No debe de darlas. Nosotros también queremos dar nuestro apoyo al Hermano Link, quien dio todo de si para ayudarnos. Yo mismo pienso que sería lo que el Hermano Darunia habría hecho. ÉL tenía al Hermano Link en alta estima. Como ya habrán visto goro.

El Goron acarició la cabeza de Link Goron. Uno creería que estaría triste que su padre ya no esté, pero el pequeño decía que se sentía orgullosos de que su padre haga algo importante para el futuro del reino. Era increíble el buen lazo que había entre esos dos. A Zelda le daba algo de envidia.

-De todas maneras, sabemos que no es el momento para atacar. Así que mantendremos el perfil bajo. Y tendremos la entrada secreta que usaron abierta, para que puedan tener tacto con nosotros. Es una dicha que no hayamos cerrado goro. Es una señal de que los Gorons, debemos de unirnos una vez más a los Hylianos para defender el reino.

Sin duda lo era. Es más, Zelda sentía que era una verdadera dicha que Link hallara esta entrada siendo niño. Lo ayudó mucho en su momento y ahora lo hacía en estos momentos de necesidad, era de verdad una bendición disfrazada.

Zelda agradeció de nuevo, ambos líderes estrechándose la mano en señal de que el pacto estaba hecho.

Tras ello, los presentes parecían más felices. Esto era un paso importante para lo que se venía y Zelda estaba más que segura que con esto, pueden avanzar al siguiente paso.

Tras varios minutos de lo que fue sin duda alguna, mucha charla de felicitaciones, Zelda logró al fin salir de la sala de reuniones y estar sola un rato.

Quería poder leer ese libro que Link le trajo. Pero sabe que aquí sería imposible, quizás cuando regresen al Bosque Kokiri pueda hacerlo.

En fin, ella alzó la mirada para ver la zona y se sentía, diferente. Ya no estaba ese aire pesado cuando llegaron. Era como si el ambiente hubiera cambiado de verdad.

No sabe si es por la actitud de la gente o si era porque el Templo del Fuego ya tenía un nuevo Sabio.

Lo único que ella estaba segura, es que...

-Zelda. – ella se giró para ver que Link estaba caminando hacia ella.

-Link, ¿Qué...? ¿no debías de estar descansando? ¿y qué haces viniendo de la recámara de Darunia...? – ella afiló la mirada al entender. – Fuiste al cráter de nuevo, ¿no?

El muchacho se quedó mudo. No sabia que decir para poder salir de esta situación.

-Había una Gran Hada ahí dentro. – Navi salió del sombrero de Link para poder decir la verdad y que Zelda no lo mate a palabras. – Pensamos que era una buena idea ir para poder ver que nos daba. Además de que podía ayudar en la recuperación de Link.

Zelda se quedó quieta unos segundos, aún tratando de entender lo que Navi dijo. ¿había una Gran Hada en el corazón del Volcán? Y que pensaba que ellas buscaban lugares extraños para esconderse. Aunque eso explica el porque nunca nadie las encuentra. Sólo un hada puede hacerlo y con Navi aquí.

-... ¿Y te curo? – le hizo la pregunta al muchacho, quien asintió.

-Lo hizo y desbloqueó todo mi poder mágico. No es la gran cosa, pero sé que eso me será muy útil en las batallas que vienen.

La princesa no dijo nada más. Sólo se quedó en silencio mientras pensaba en lo que oyó. Eso puede ser cierto. El poder mágico puede ser muy útil para él en lo que se está por venir.

A todo esto...

-Los Gorons decidieron ayudarnos. Son aliados en nuestra lucha contra Ganondorf.

-¡Eso es genial! – Link se mostró muy feliz de oír eso. – Así tendremos una fuerza mayor para cuándo lo enfrentemos.

-Si. Sólo quedaría ver lo de los Zoras. Pero no sé, no sabemos nada de ellos desde hace tanto tiempo. – Zelda se sobo un brazo. – Espero que deseen luchar.

-Si algo vi de Ruto al menos, es que ella no era del tipo que se deja pisotear por el resto.

Es verdad. Lo que puede darles una ligera oportunidad de charla y llegar a un lado. Al final, todo dependerá de como vaya la conversación. Sin contar que...

-Link, dime la verdad... lo que pasó con Volvagia... - ella sabía que esto sería difícil para él. Pero necesita oírlo.

-... Navi les dijo todo, ¿No? Es la verdad. Al final, sólo agradeció que lo matara. No sé cómo sentirme a eso.

Zelda se le acercó y puso una mano sobre su brazo derecho. En un gesto de que estaba bien.

Él le dio una ligera sonrisa y sus ojos parecían algo mayores, el Templo si lo había hecho crecer de una manera que no era normal.

-Si de algo me sirve de Consuelo, es que ya es libre de la magia de Ganondorf. Se veía que no quería hacer ello... prefirió la muerte a ser el esclavo de ese sujeto.

-Creo que muchos lo harían. Vivir siendo la marioneta de alguien, no es vida. – Zelda simplemente dijo la verdad.

Y él pensaba lo mismo. Es más, era tranquilizante saber que alguien pensaba de esa manera. Ya que como él había creído, el dolor era diferente. El tener que haber matado a un ser que era víctima para solo salvarla, no era una sensación que le gustara en lo más mínimo.

Aún así, la presencia de Zelda lo hacía todo más llevadero. Y eso significa mucho.

-Ahora, ¿Cuál es el siguiente plan? – preguntó él con mejor ánimo.

-Descansar en tu caso. Aún con el poder de la Gran Hada, tu cuerpo debe de darse un descanso. – Zelda sonó firme al decir ello. – Y no está en negociación. – aclaró cuando él abrió la boca para decir algo. – Puede que te hayas curado, pero tú cuerpo aún siente la fatiga de lo que has hecho. Así que sí, cuando regresemos al Bosque Kokiri, vas a irte a descansar lo que es necesario. Punto.

Link no sabe que es lo que tenía ese tono que lo dejó sin poder de reclamarle nada. Era frustrante. Y mucho. A su vez, ella parecía estar disfrutando de eso...

-... Estás siendo algo cruel con uno Zelda.

-Estoy tratando de cuidarte. No seas ingrato. – Demonios, no puede decir nada contra ello.

Link soltó un suspiro y ella rio ligeramente. Parecía que llegaron a un acuerdo. Aunque Link parecía estar algo frustrado de que lo traten como un niño.

En teoría lo es, pero también ha pasado cosas que uno no habría superado jamás. Le gustaría que lo trataran al menos ya como un adulto en cierta manera.

Al final, Zelda sólo lo empujó a donde estaría su habitación para que descanse. Aunque...

-Por cierto, ¿has visto a Malon? Quería darle las gracias por cuidarme ayer. – preguntó con genuina curiosidad.

Zelda no supo que decirle. Parte de ella quería decirle que no lo sabía. Pero sabe que no sería lo más conveniente mentirle. Por lo que optó por ser sincera.

-La última vez que la vi, estaba en la zona donde están las cajas que trajeron para los Gorons.

-Genial. Hablaré con ella. Navi, ¿Puedes quedarte con Zelda?

El hada asintió y él dijo que volvía pronto. Yendo en la dirección que Zelda le indicó.

La princesa al verlo irse sólo pudo soltar un suspiro. Uno que de verdad, era una prueba de que esto no le estaba gustando nada.

-Tal vez no debiste de hablar. - Fueron las palabras de Navi a la Princesa, quien asintió sin poder refutar nada.

-Lo sé. Pero no sería justo que él no le dé las gracias... no soy así.

-... Eres demasiado amable Zelda. Y pensar que una vez pensé que eras una mimada sólo por ser princesa.

La chica rio ligeramente. Ella misma pensaba que no era sorpresa que la gente pensará así de ella. La imagen que mostraba al público jamás ayudó.

Se giró para poder ir con el resto, Navi volando a su lado. A la vez que miró de reojo el camino por el que Link fue. Esperaba que... nada pase allá. Al menos nada grave...

Odiaba está sensación de miedo en su corazón.

--

Link había subido las escaleras en dirección de la zona de almacenes. Buscando a Malon. Esperaba que la chica no esté muy ocupada. De verdad quería darle las gracias por lo que hizo por él.

Cuando se giró para poder ir al que era el único camino que le quedaba, es que la vio.

La chica estaba haciendo el recuento de los víveres, al haber vivido en una granja eso era algo que se hacía a diario. Y le habían solicitado que lo haga mientras la reunión con los Gorons se hacía.

Ella misma pensaba que era una buena manera de distraer su mente de lo que la aqueja. Lo de ayer... aún le duele el solo pensar en que aún dormido, aún con ella a su lado, él solo pensaba en ella.

No sabe si eso es lo correcto, pero quería hundir la sensación en el fondo de su ser para que no la moleste más.

No lo entendía, ella había tenido novio antes. Y ella misma admite que... ha hecho cosas subidas de tono con él. No era una chica fácil, pero tampoco era una inexperta.

Así que era increíble pensar en el como él lograba hacer que se sienta como una primeriza. El como lograba que ella sienta que su cabeza sea un lío. Nadie la había hecho sentir así.

Debía de aclarar la cabeza antes de...

-Malon. – ella se tensó, se giró y lo vio en la entrada al almacén. – Me alegro verte. Justo te estaba buscando.

-Link. Ahm... - ella trató de calmarse. – Veo que estás mejor. Me alegro.

-Gracias. Escuche que me cuidaste unas horas. Vine a darte las gracias por ello.

-Oh. No debes de darlas. Somos amigos. – Ella le quitó importancia. – Al final hice un relevo, estaba algo cansada también...

-Si. Zelda me lo dijo. Ella y Navi fueron las que me cuidaron luego. Ya les di las gracias.

¿La princesa también? Pero ella sólo se lo pidió a Navi. ¿Cómo es que...?

Suprimió esa sensación enfermiza que la había invadido y solo pasó a sonreír lo mejor que pudo.

-Pues... es genial Link. Yo sólo me alegro de verte mejor.

-Gracias. No pensé que saldría tan mal. Pero me siento bien ahora. Aunque me recomendaron que descanse unos días.

-Deberías. No has descansado cómo se debe en un mes. – Ella sonó preocupada. – Oí que fuiste a un Templo para liberar a los Gorons. ¿Fue...?

-Difícil, no lo niego. Pero es algo que esperaba de verdad. Ya estaba preparado para la lucha. – Link sonó muy serio al decir ello. – Con esto, estamos un lado más cerca de derrotar a Ganondorf de una vez por todas.

Y ella veía su determinación. Cómo era ese su mayor deseo. Que quiere derrocar a Ganondorf. Y de ahí... ¿Qué sigue?

-Link. Dime, ¿Qué harás cuando... todo acabe?

Él se mostró pensativo varios segundos. No estaba seguro la verdad. Siendo sincero, él jamás lo había pensado de ese modo...

Una parte de él le gustaría irse a viajar por el mundo. Pero otra... la idea de dejar a Hyrule y sus amigos para que reconstruyan todo por su cuenta no le agradaba del todo.

Es más, la idea era poco tentadora. Quizás se quede a ver cómo el reino es reconstruido, ayudando en lo que puede.

-No lo sé con certeza. Pero creo que me quedaré en Hyrule a ayudar en su reconstrucción. – Link sonaba no tan seguro de sus propias palabras. – No se vería bien que me vaya a otro lado mientras les dejo la reconstrucción a los demás.

Malon soltó un suspiro de alivio. La idea de que él se vaya no le agradaba en nada. Aunque....-

-Dime, te gustaría ayudarme a reconstruir el rancho. – preguntó ella con un tono esperanzador.

-Oh. Si... eso sería genial. Sería una buena manera de empezar. Tengo la seguridad que todos te ayudarán. El rancho era muy conocido.

Ella asintió, feliz de oír que la ayudaría. Sería una gran manera de que... bueno, puedan acercarse más.

Puede que esté en desventaja. Puede que no pueda competir con la princesa en algunas cosas. Pero puede hacerlo en otras. Ella le dará a Link la normalidad que él merece...

-Ahm... ¿Me ayudas con estas cajas? Debo de ponerlas en ciertos lugares, pero ya ves que pueden ser algo pesadas. Y aún con la fuerza de años de este trabajo, hay cosas que no puedo cargar.

-Claro. – Link caminó hacia donde estaba ella y alzó una caja para poder ponerla en otro lado. - ¿Por qué no llamar a otros para que te ayuden?

Porque deseaba estar sola para pensar de varias cosas. Que nadie vea su estado mental. Que nadie vea que estaba tan hundida en lo que siente que... parece ser una chiquilla que de derrite ante su primer amor.

Pero era así, él era su primer amor. Y no lo iba a negar.

-Solo deseaba tiempo para mí. Es todo. – Fue lo que dijo al final, sin darle muchas vueltas al asunto. – ¿Puedes poner esto ahí?

Link asintió, llevando la dichosa caja a su lugar. Mientras que Malon solo estaba disfrutando del momento a solas que tienen. Puede que sea nada de verdad.

Pero para ella significa mucho.

---

Al día siguiente, Zelda estaba viendo los preparativos para que todos los que vinieron a la Ciudad Goron, regresen por el túnel a donde estaba el Bosque Kokiri.

-Creo yo que esto basta. – Alice vio como algunos ya estaban listos para partir. – Pensar que hay gente que se desea quedar.

-Son gente que desea tratar con los Gorons. Además, ayudaría mucho a tener gente aquí... - Shawn alzó sus cosas para poder partir.

Diana sólo estaba guardando todo lo que trajo, no era mucho. A su vez, miraba como Zelda estaba anotando algunas cosas.

-¿Qué anotas?

-Cosas necesarias de la cultura Goron. Dado que los registros que estaban en castillo se perdieron, me gustaría poder hacer unos nuevos. Ya sabes, para las futuras generaciones.

No era mal plan y le agradaba la verdad.

En eso, se vio como Link llegaba con varias rocas... ¿de dónde...?

-Regalos de los Gorons... dicen que es su manera de darme las gracias por la ayuda que les di. – el muchacho no sabía que cara poner. – Es más dicen que muchas son un manjar al paladar, pero yo no como rocas.

Todos rieron ligeramente al ver la expresión que él tenía. Y era de esperarse, la idea de comer rocas debe de ser muy extraña.

-Solo ponlas a un lado, pueden servir del recuerdo. Algunas se dice, son buenas para joyas. – Diana ayudó a Link a quitarse unas rocas de encima. – Anda, prepara tus cosas.

Link asintió sin decir nada. Pero se le veía más calmado. Era una fortuna que no trajo mucho.

Al final, todos ya tenían sus cosas listas y estaba listos para partir de regreso al Bosque Kokiri.

Los Gorons los estaban despidiendo. Decir que Link esta vez no se salvó del abrazo Goron era decir mucho. Un poco más y Link sentía que lo iban a aplastar.

Aunque... cuando el pequeño Link Goron le pidió un autógrafo, el Héroe del Tiempo se avergonzó mucho. Pero se lo dio al final, dado que era el hijo de Darunia. Eso era un extra...

Una vez todo hecho y la despedida hecha, los Hylianos pasaron por el túnel secreto en dirección al Bosque Kokiri.

Y no les tomo mucho tiempo regresar a lo que era la zona del Bosque Prohibido. Ya estaban a mitad de camino y con la ayuda de Navi y Ciela, regresar al Bosque de los Kokiris fue una tarea muy sencilla.

Y bien regresaron...

-Ah, ¡Volvieron!

Fado desde el punto más alto del Bosque. La niña Kokiri era buena en ser vigía.

Sin perder el tiempo, mucha gente salió de las casas y tiendas que estaban ahí.

La sorpresa era que muchos parecían agradecer a Link de algo. Y él ni por enterado. Hasta una persona le dijo que había sido un enviado por las Diosas. ¿Qué estaba...?

-Todo saben porque fueron a la Montaña de la Muerte. – Selene apareció en medio del grupo de gente, mostrándose muy feliz. – Y dado que se vio a la lejanía como la Montaña de la Muerte volvió a la normalidad, ya intuyen que pasó.

Link no sabía que decir. Estaba algo apenado, a la vez que feliz de que la gente aprecie en algo lo que hace.

Era extraño ver el agradecimiento de la gente. Hasta algunos pidiendo perdón por su actitud de antes. Y a Link eso le parecía raro. Muy raro...

Era tranquilizador que la gente no lo vea de mala manera, pero... igual no era del todo acogedor.

Y mientras todo eso pasaba, Selene miró a su hija, quien miraba a Link. Parece que...

-Zelda... hay que hablar...

-¿Ahora? – La chica sabe que debe de hablar con su madre, pero ahora no se sentía del humor para ello. – Mamá, yo...

-No se trata de nosotras como madre e hija. Es sobre algo... más. – el tono de la reina fue tal, que Zelda la miró con cierta incertidumbre.

-¿Pasó algo? – ahora ella si sonaba preocupada.

Pero el sentir como ella la abrazaba de la nada, era aún más raro. Y fue cuándo ella le habló cerca de su oído que...

-... Temo que tengamos una revuelta dentro de nosotros dentro de poco.

El susurro de la reina sólo hizo que Zelda la vea con suma preocupación. ¿De verdad esto era algo que tiene que pasar cuando las cosas parecen ir tan bien?

---

En su castillo, Ganondorf estaba practicando con su espada. Mostrando el arte del estilo Gerudo.

La espada que portaba era totalmente diferente a la que las de su tribu. Esta era blanca en su totalidad, como si fuera un destello de luz que tomó forma física. Aunque... al final, el Rey Maligno no podía evitar recordar el momento en que se hizo con esta espada.

Fue cuando estaba cazando a los Sabios, el que era el Sabio del Agua fue el primer tonto en atacarlo. Un intento vano de su parte. Uno que le costó caro... su vida fue la primera en ser extinguida por el Rey del Mal.

Con la Trifuerza del Poder destruyó su esencia en su totalidad, todo de él había desaparecido. Ni su alma había quedado.

Los demás fueron más listos, quisieron escapar o esconderse. Pero no lograron nada. Logró destruir sus cuerpos y sellar sus esencias en esos Templos para que nunca puedan salir.

Sólo uno se le escapó, el de la Luz. Pero era nada ante su poder. Así que dejó que se quede en donde estaba para que viva una vida de desesperación. Ver cómo el reino y el mundo se hacen suyos.

Aunque, jamás esperó que ese mocoso apareciera. Sigue sintiendo que lo vio en algún lado. Y no habla de las imágenes que van a su cabeza de vez en cuando, sino que él había visto a alguien que era muy similar a él.

-Mmm. Parece que hay más misterios contigo muchacho. – Ganondorf agitó su Espada, se veía como la magia la rodeaba y el poder crecía. – De todos modos, creo que no estaría mal empezar a ver qué Templo puedo... usar para probarte. Ver si aún eres digno de ser mi enemigo.

Estaba por terminar la rutina del día, hasta que oyó pasos atrás de él.

-¿Qué pasa? Estoy ocupado.

-Mi Lord. Tenemos nueva información. Es en relación a esos rebeldes que nos atacaron meses atrás.

-¿Hablas de los que mate sin preocuparme de sus nombres? ¿Qué tiene? – se giró para ver a Namir estar conforme con lo que era su investigación.

-Al parecer, el que los lideraba tenía un hijo. Y este está reuniendo aliados para querer hacer un ataque contra nosotros.

-¿Y eso lo sabes...?

-Nuestros espías son buenos. Más en los pueblos donde ha habido contacto.

Ganondorf afiló la mirada. Tsk, vaya manera de perder el tiempo.

-¿Qué has logrado saber del muchacho que está yendo a los Templos?

-¿Disculpe...? – ella no esperó esa pregunta.

Y eso no le gustó nada a Ganondorf. Dado que la pasó a ver con tal rabia, que de verdad parecía que la iba a matar ahí mismo.

-¿Has estado investigando a un imbécil que no me interesa por encima del muchacho que se ve es una amenaza a mis planes?

-Mi Lord... con todo respeto. Es sólo un chico, el otro está reuniendo un ejército...

Y ahí ella cometió otro error, jamás vayas contra las palabras de Ganondorf.

Él alzó la mano para usar la magia y empezar a asfixiarla con esta. La mujer parecía querer decir algo, pero era imposible.

-¡Para mí un ejército de esos mequetrefes es nada! ¡Son insectos bajo mis botas! ¡Pero ese chico no sólo derrotó a mi sombra, sino que derrotó al Dragón Volvagia solo! ¿¡Lo crees menos peligroso que un ejército de quinta categoría!? – alzó un poco a la Gerudo, cuyos ojos se estaban enrojeciendo por la falta de oxígeno.

Dos segundos después, la soltó y la dejó caer. Ella tosió mientras respiraba. Hasta vomitó un poco, pero a Ganondorf eso le daba igual.

-Ve y encuentra lo que puedas de ese chico. O te juro que te mato a la otra si me das información que no me interesa. ¿Quedó claro?

-Si... Sí, mi Rey.

Ganondorf se giró para no ver a la mujer inútil. Sólo servía para una cosa, por eso no la había matado aún. A veces extrañaba a Nabooru...

Pero ella había elegido su bando.

Él tenía que seguir con sus planes. Verá el estado del Templo del Agua... ese parece ser un buen lugar para poder darle al muchacho otra prueba.

Por alguna razón, siente que él tiene lo que ha estado buscando por 7 años.

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