Capítulo 4
Al salir de la aldea el rubio no podía parar de pensar que todo era su culpa, que debió de haber estado ahí cuando Hyrule lo necesitaba, pero ¿cómo lo sabría? él estaba escondiendo la ocarina del tiempo y viajando por el mundo. ¿cómo podría saber que Hyrule estaba en peligro? Aunque tal vez el destino fue quien lo guio de nuevo a aquella tierra, si no fuera por eso quien sabe cómo estaría Hyrule.
-Oye. -Le llamo la hylian.
El rubio salió de sus pensamientos y la miro. - ¿Qué pasa?
- ¿Y si nos hacemos los muertos? -Le propuso la chica.
Link aqueo una ceja. - ¿Por qué haríamos eso?
-Me da flojera salvar Hyrule.
-Te dije que no te sintieras obligada a acompañarme, puedo solo.
-Eres alguien interesante y te debo un favor, no puedo dejarte, así como así. -Ella miro su mano. -Tengo una idea. –La albina tomo el antebrazo de Link para luego susurrar algo, lo que los hizo desaparecer de ahí.
Sus partículas poco a poco fueron materializándose otra vez, ellos ya se encontraban en el patíbulo del desierto. Link sintió un leve mareo por el repentino cambio de ubicación. -Que de.... –Se apoyo en una pared.
-Se llama teletransportación.
-Se cómo se llama solo que me tomaste por sorpresa. –Dijo dejando de apoyarse en la pared.
Waitter observo la estructura del lugar. - ¿Y que se supone que estamos buscando?
-Algo que tenga que ver con el escape de Ganandorf además puede que aun haya soldados por aquí con vida.
- ¿Puedo matarlos si todavía siguen vivos?
-No, ellos nos podrían darnos información.
-Bien, los matare cuando les saques la información.
-Que no, deja de decir que mataras a todo lo que se mueva. -Habló caminando dentro del patíbulo.
-Bien, lo hare cuando tu no veas. -El rubio volteo los ojos en respuesta.
Ellos entraron sin más preámbulo al patíbulo, los dos comenzaron a explorarlo, observaban las habitaciones, las trampas, e incluso la dirección en la que se movía la arena, no obstante, no encontraron nada fuera de lo normal. Así fue como ellos examinaron en lugar hasta que en una habitación algunos lizalfos les tendieron una emboscada, eran demasiados y no tuvieron de otra más que pelear.
-Waitter no bajes la guardia. –Le advirtió el hylian mientras esquivaba un ataque que casi le da.
La hylian esquivaba ataques saltando de un lado a otro. -Mejor cuida de ti antes que a otros.
Link, no le contesto a Waitter ya que estaba concentrado derrotando a los lizalfos, estos eran lentos así que el hylian no tenía problemas con matarlos al igual que la albina, o eso creía él. Al terminar su parte Link se dio la vuelta y se percató de que un lizalfo estaba atrás de él, este le encajo su lanza al rubio en el hombro, un gruñido de dolor vino de parte del hylian, la sangre salía de manera abundante de su hombro, manchando su camisa y las patas del monstruo. En respuesta Link le encajo la espada en el abdomen antes de que recibiera otro ataque, lo que hizo que aquel lagarto se desvaneciera.
-Oye ¿viste eso? –Le hablo la albina.
- ¿Ver qué? –Link se tomaba el hombro para evitar que la sangre saliera.
-He hecho una buena obra.
El hylian la miro confundido. - ¿Exactamente qué hiciste?
-No mate a nadie como me dijiste, es más les perdone su vida miserable y solo están inconscientes, y a uno de ellos lo pude haber matado, pero no lo hice, lo deje vivir para que veas que te hice caso.
Link solo suspiro en cansancio, su compañera no se parecía a Navi en nada o a Taya, más bien era como un dolor de cabeza andante.
-Me refería a las personas Waitter. Aunque si te dan tantas ganas de matar ¿Por qué no lo haces con los monstruos?
-Es más divertido con las personas, sus rostros y su agonía sobrepasa mucho al de un monstruo. –Hablo mientras piñizcaba su propia mano con fuerza hasta quedar colorada.
Al hylian se le hizo raro ese comportamiento, pero no podía pensar con claridad mientras la sangre salía de su cuerpo. -Tenemos que seguir adelante. –Su cara se encontraba de un color amarillezco.
La chica se acercó a él y observo la sangre caer de su extremidad. - ¿Cómo se siente tu herida?
Link no entendió la pregunta, pero de todos modos contesto. –Duele.
-Eso significa que estas vivo.
El rubio siguió caminando. -Eso es bueno, supongo.
-Espera. –Waiter se acercó a él y observo por un momento la herida, ella paso los dedos por esta al igual que susurraba algunas palabras, esta combinación hizo que la sangre regresara de nuevo a Link y además su herida se estaba cerrando de una manera rápida. El hylian lo movió un poco y se sintió como nuevo.
-Manejas muy bien la magia. -Dijo sorprendido.
Waitter comenzó a caminar. -No es para tanto, es solo un hechizo básico.
Los dos hylians siguieron adelante llegando a una habitación con un balcón no tan alto y con escaleras, ellos bajarían por ahí, pero se detuvieron al ver varías gerudo en la parte de abajo, a Link le dio un mal presentimiento.
-Necesitamos un plan para salir de esta sin que nos vean Navi que tienes en mente. -El rubio se percató de que llamo como su antigua compañera a Waitter. –Lo siento, te confundí con alguien más.
Ella al escuchar como la llamo sintió una sensación de sorpresa, pero no lo demostró. -Está bien.
- ¿No estas enojada?
- ¿Por qué debería estarlo? Además, en un principio te había dicho que me llamaras como quisieras. No importa cómo me llames volteare.
-Bueno, si tú lo dices. -Dijo volviendo a ver a las gerudo.
Ellos se quedaron un tiempo observando la situación y Link pudo ver como traían a un hombre al centro de la sala, al parecer era un guardia. Las gerudo le dijeron varias cosas que Link no pudo escuchar para después acercar una espada con rapidez hacía él. El hylian volteo su cabeza antes de apreciar la escena, un sonido de cortar carne se dejó escuchar por la sala, Link pudo sentir algo de nauseas con solo escuchar esos sonidos, aquellas gerudos eran personas crueles, ellas no eran así o por lo menos Link lo creía.
-Que aburrido, lo hubiesen hecho sufrir más. -Habló la hylian quien observo la escena sin inmutarse.
El rubio la miro rápidamente frunciendo el ceño. - ¿Lo dices enserio?
-Claro, aunque después de ver esto me inspiro a hacer un plan...
El hylian la miro con los ojos entrecerrados. - ¿Qué planeas hacer?
-Tu déjame a las gerudo, yo las distraeré, tu ve a donde se encuentra el espejo, si no llego en diez minutos sigue sin mí.
-Espera ¿Qué tienes en mente?
-Pensamientos. –Al acabar de decir eso Waitter se colocó su capucha saltando del balcón donde se encontraban y callo sobre una de las gerudo al mismo tiempo que le rompió el cuello. Aquellas guerreras se pusieron en guardias al ver a la albina.
-Ops, no la vi. Creo que ahora no me creerán si les digo que vengo en son de paz ¿verdad?
Las guerreas corrieron hacia la albina y esta salió por una puerta que estaba detrás de ella llevándolas a otro lugar, Link aprovecho tal cosa y como le dijo la albina y corrió hacia la siguiente puerta.
-Tengo un mal presentimiento. –Se dijo para sí mismo el rubio mirando hacia atrás.
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Las ladronas estaban persiguiendo a aquella asesina quien se movía con agilidad en aquel lugar. Ella llego a un lugar más dentro del patíbulo y se aseguró de que las ladronas la siguieran persiguiendo.
La albina las acorralo en una habitación que era un poco pequeña y oscura para después dejarlas inconscientes con un golpe en el cuello.
-Esto fue fácil...
Ella poco a poco fue llevando a las gerudos a otra habitación donde encontró cadenas y las encadeno.
Unos minutos más tarde las ladronas habían despertado y al ver la situación en la que estaban intentaron escapar.
La oscuridad de la habitación era muy profunda y cuando las gerudo gritaban solo se escuchaba eco, entonces una tenue luz de vela fue encendida dejando ver a una persona sentada en una silla que ahí se encontraba.
La chica las miro sin brillo en su iris, ella tenía una mirada tan fría que les provoco escalofrío a las gerudo. -Ustedes me entretendrán por un rato.
- ¿Qué demonios quieres? -Dijo una de las ladronas.
-No tengo porque responderles a ustedes. -Dijo seria tomando una daga de su abrigo y dirigiéndose a la gerudo que le había hablado.
Waitter se acercó y le hizo un corte en el brazo hasta que parte de su piel se cortara. La gerudo no podía hacer nada, solo se movía y aguantaba el dolor mientras las demás la veían horrorizadas, la albina ignoraba sus movimientos y seguía con lo suyo, cortándole la piel con ella viva.
Después de quitarle parte de la piel de su brazo la gerudo se retorcía tanto que no la dejo terminar su trabajo así que le encajo la daga en el abdomen y la ladrona escupió sangre, la albina fue introduciéndole la daga de manera lenta, la ladrona grito y se retorció, poco a poco fue cerrando los ojos.
-Oh no, no te vas a desmayar ahora. -Dijo con una voz fría nuevamente. La albina le encajo la daga en la pierna haciendo que su víctima despertara y volviera a gritar.
Las otras gerudos que quedaban la miraban perturbadas y gritando un poco.
La ladrona a la que le encajo el cuchillo no dejaba de moverse. -Te gusta moverte ¿no? Pues entonces toma esto.
La albina tomo de dentro de su abrigo una botella la cual vacío poco a poco su interior en el cuerpo de la gerudo. esta se retorció más y más mientras su piel y cara se desfiguraban, aquello era acido, le había vaciado toda la botella de manera lenta por todo el cuerpo. pocos minutos después la gerudo ya no se movía y el lugar empezó a apestar. Otra de las gerudo vomito al ver la escena y las otras solo intentaban voltear a otro lado.
El ácido la había dejado irreconocible, ya no se sabía si eso alguna vez fue una gerudo. La albina notaba que el haber matado a aquella gerudo no le hizo sentir esa emoción que con demás víctimas, ella asesinaba solo para sentir aquella satisfactoria emoción, pero ahora no la sintió ¿qué le pasaba? En su lugar como forma de liberar estrés rio fuertemente de una manera psicópata. -Esto... Esto es arte... -Decía entre risas.
Las gerudo que quedaban la miraban con un escalofrió, aquella niña estaba loca ¿cómo podía ser que alguien tan joven tuviera esos macabros planes?
Ella paro de reírse y miro fríamente a las demás gerudo. - ¿Y quién es la siguiente? -Pregunto mientras veía a las que estaban encadenadas. -Me aburriré si hago lo mismo con todas y además ya no tengo acido. -La albina empezó a pensar que hacer mientras veía al cadáver.
-Eres un monstruo. -le grito una de las que estaba encadenada.
-Shh, silencio estoy pensando en algo. Mmm ya se, jugaremos algo.
- ¿Qué quieres demonio? -Le dijo una de las gerudo.
-Como me divertí con su compañera les seré generosa.
La albina miró a la gerudo que había vomitado, con pasos lentos se dirigió hacia ella quien la miraba asustada para después desencadenarla de la pared.
- ¿Qu- que? Porque ¿porque me desataste? -Le pregunto con miedo.
- ¿Que planeas? -Le dijo la que parecía ser la líder.
-Ya les dije, un juego, les encantara.
Tomo a la gerudo que había soltado del brazo y la llevo al frente donde se encontraban sus compañeras. La albina tomo una daga y se la dio a aquella gerudo. La ladrona la miraba con confusión.
-Si quieres otra arma dímelo. Ahora les explicare, tu mataras a una de ellas dos, tienes tres minutos para decidirte y si no matas a ninguna yo las matare a las tres. Cuando mates a la que elegiste dejare ir a ti y a la que sobrevivió, empezamos.
Aquella gerudo miraba a sus compañeras en terror sin saber qué hacer.
- ¡E- Eres un maldito demonio! –Le grito una de las que estaba encadenada.
-Oye, demonio me queda corto.
-Por favor Amy, yo fui tu amiga por mucho tiempo te conozco desde siempre. -Le dijo una de las gerudo encadenada quien la miraba con desesperación ya que no decidía y se quedaba sin tiempo.
-Escuchen ustedes dos, no vamos a negociar nada, somos una orgullosa tribu y vamos a demostrarlo, lo que elija ella o no será por su criterio y nadie la culpara por nada, así que solo nos queda que ella decida quien vive o si morimos todas.
-Tic tac, queda un minuto. -Dijo la albina para aumentar la tensión
-Mátame a mi si quieres, pero déjalas a ellas dos en paz. -Dijo la líder.
La albina volvió a verla con su expresión fría. -No
- ¿Por qué? -Dijo la líder gerudo enojada.
-Porque no sería divertido.
-Chicas... -La gerudo comenzó a llorar. –Lo siento. -Apunto el cuchillo hacia su cuello y lo encajo en este, matándose al instante.
-Vaya, no creí que haría eso, fue inesperado. -La albina pateo su cadáver.
- ¡Maldita como te atreves! -Grito la otra gerudo.
-Bueno, al parecer no le gusto mi oferta, qué más da, supongo que tendré que matarlas. ¿Que prefieren daga o martillo? Me parece que no afile mi daga hoy, creo que tendré que comprobarlo. –La albina se acercó lentamente a ellas con aquella sonrisa.
- ¡No, para, para, no! -Grito una de las gerudo.
***
La noche ya había llegado, Link ya tenía tiempo de haber llegado al circo del espejo, él no había encontrado nada fuera de lo normal ahí o alguna pista que le sirviera de utilidad, repentinamente el cansancio se apodero de su cuerpo haciendo que se quedase dormido al lado del espejo del crepúsculo por algunas horas.
La chica de cabello blanco había entrado a donde se encontraba el circo, tenía algunas manchas en su ropa, pero no se notaban por la oscuridad de la noche. Ella pudo ver a alguien recostado a lado de aquel espejo y fue entonces cuando se acercó a él.
-Hey, despierta. –Waiter le dio unas cuantas palmaditas en la cara con algo de fuerza, pero al ver que no despertaba uso otro método, lo pateo en el abdomen. Link abrió los ojos de golpe y tosió ya que sintió como el aire dejaba sus pulmones.
-Pero que delicada manera tienes de despertar a alguien. –Decía aun tosiendo y tomando su estómago.
-No te despertabas y fue lo único que se me ocurrió, te iba a encajar una daga en caso de que no despertaras así.
Link al recuperar el aliento recordó que Waiter hiso de carnada para distraer a las gerudo, pero había tardado mucho en volver.
- ¿Que les hiciste a las gerudo? -Dijo levantándose y mirándola serio.
-Lo que pasa en el patíbulo, se queda en el patíbulo. Ya no molestaran más. -Decía seria, sin mostrar expresión alguna.
Link miro a otro lado ya imaginándose lo que les había hecho, esas gerudos ya no se encontraban en este mundo.
-Waiter, he querido preguntarte algo. -Le dijo de manera sería el rubio.
- ¿Que? -Respondió mirándolo.
- ¿Por qué eres una asesina?
- ¿Para qué quieres saberlo?
-Responde la pregunta. -Habló de manera cortante.
La hylian suspiro. -Solo te diré mi edad. -Ella cerró los ojos como si recordará. -Tengo... 16.
-Pareces más joven de lo que te vez. -Él arqueo las cejas.
-Oh. -Decía seria. -Entonces... ¿tu cuantos tienes?
-17.
La peliblanca levantó su cabeza para poder observar el rostro del rubio. -Eres más alto que yo, que molesto.
-Otra cosa, no es por decirte un sermón, pero, no deberías hacerlo. –Link la miraba furioso.
La albina levanto una ceja. –¿Crecer?
Link siguió mirándola serio. -Asesinar. Eso no es algo correcto.
Waitter arqueo una ceja. - ¿No es correcto? ¿Entonces que lo es? ¿Hacer buenas obras es lo correcto en verdad? ¿Quién dice que lo es? ¿Acaso existen fundamentos para comprobarlo?
Link la miro con el ceño fruncido, esas palabras se las pregunto una vez hace ya mucho, pero él les encontró una respuesta que para él era la correcta. -Siempre creí que hacer lo que sientas es lo correcto, aunque para otros este mal para ti estará bien, pero eso no quiere decir que debes hacer siempre lo que te dé la gana. Si no me quieres hacer caso está bien. -De repente el brillo de sus ojos desapareció y la miro con una expresión fría. -Pero si matas a alguna otra persona más de Hyrule no te lo perdonare... Hylian, Gerudo hasta los gororn y zoras. Si les haces algo nos convertiremos en enemigos y no dudare en lastimarte. -su semblante era frío, Link no podía soportar el hecho de que gente inocente muriera de maneras atroces, tal vez las gerudos pudieron haber hecho cosas malas, como asesinar a aquel hombre, pero ellas seguramente solo seguían las ordenes de Ganondorf, así que se podría decir que eran inocentes.
La albina también lo miro de forma fría. -Yo haré lo que me plazca, quieras o no. Pero, además, yo también quiero hacerte una pregunta.
Los brillos en los ojos del rubio regresaron, pero seguía serio. - ¿Qué pasa?
Ella le volvió a dar esa mirada fría. - ¿Que escondes?
El rubio miro con el ceño fruncido. - ¿A qué te refieres?
-Supiste el nombre de aquel sheikah sin haberlo conocido.
-Ya te dije que la voz se me corto.
-Aja y yo soy una adorable joven que corta flores en el campo, sé que no te equivocaste, tu cara mostraba alivio como si esperabas verlo ¿acaso lo conocías?
-No, no sé quién es.
-Sigo sin creerte, pero no te presionare. Mas importante ¿Encontraste algo sobre Ganondorf?
-Nada aún. –Link se percató de que las paredes del lugar tenían una delgada escritura en hyliano antiguo, lo cual le costaba un poco ver por la oscuridad. –Waitter, mira.
- ¿Qué?
-Al parecer hay algo escrito aquí en hyliano antiguo, pero lamentablemente no sé qué dice.
-Déjame ver. –La albina observo detenidamente la escritura y abrió sus ojos tanto como pudo. – ¡O por las diosas! –Dijo en un tono un poco más alto Link también abrió sus ojos en modo de sorpresa al ver que su compañera al parecer pudo descifrar aquel idioma. –No se hyliano antiguo. –Habló más seria, Link la miro con cara de ¿enserio? Había descubrió que a su compañera le encantaba hacerlo enojar.
- ¿Quién está ahí? –Decía una voz que provenía de la entrada y que a Link se le hacía conocida.
-Waiter no digas nada. -Le dijo el rubio para intentar recordar de donde la conocía.
-Como si supiera que decir.
La chica de quien provenía la voz los escucho y se acercó a ellos en guardia, esa chica era Nabooru, la segunda al mando de la tribu gerudo quien los miraba seria. – No está permitido entrar aquí.
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*Lobito*
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