Capítulo 2
1 mes después de lo ocurrido....
El rubio se encontraba dejando la posada donde se había hospedado hace ya mucho tiempo, hacía mucho que no se establecía tanto tiempo en un lugar, por lo general solo se quedaba una o dos semanas.
Ahora se dirigía a la tierra de donde provenía, Hyrule, después de tanto tiempo ausente. Sentía como que algo le decía que volviera, aunque no es que alguien más lo estuviese esperando al fin y al cabo ya no tenía a nadie, solo volvería por un capricho personal.
Estaba terminando de poner su equipaje sobre Epona cuando detecto que alguien lo observaba, era muy temprano, todavía estaba oscuro así que tal vez eran ladrones, pensó él rubio.
-Sal ahora mismo. -Dijo de manera seria poniéndose en guardia.
El miro a todos lados, pero no parecía salir nadie. -Si no sales habrá consecuencias.
Cuando termino esa frase de uno de los callejones salió un chico con el cabello azul oscuro y ojos ámbar, su vestimenta eran una camisa blanca algo sucia y unos pantalones desgastados, él iba descalzo y en su cabello había hojas de árboles agregando que lo tenía muy despeinado, Link lo conocía, ese chico por lo general estaba en el bosque del pueblo, según los habitantes él era muy raro, aunque el rubio nunca supo su nombre ¿Qué hacía aquí el solo?
-No deberías estar aquí, podría ser peligroso. -Dijo serio el rubio.
-No te preocupes por mí. -Hablo también serio. -Pensé que entrenarías, pero vi que traías cargamento. Te iras ¿no?
El rubio suspiro. -Si, soy un viajero, no suelo quedarme mucho en los pueblos, supongo que debes de saber eso.
El cerro los ojos y rio. -Lo sé, sabía que este momento llegaría pronto, iras a Hyrule ¿no?
Link se sorprendió un poco. - ¿Cómo lo sabes? -Dijo sin que se notara su sorpresa.
-Lo supuse, tienes las orejas puntiagudas, ningún habitante de aquí las tiene. -Él se cruzó de brazos.
-Tú las tienes. -Dijo sin pensar, ahora que lo había visto bien puedo apreciar que si las tenía.
- ¿También eres de Hyrule?
El peliazul se encogió de hombros. -Tal vez lo sea... -Rio un poco. -Siempre me intrigo una cosa de ti. -El chico sonrió pícaramente.
Link lo miró confundido. - ¿Qué?
El chico peliazul se acercó demasiado al rubio así que este tuvo que hacerse un poco para atrás. - ¿Por qué ibas tu solo al bosque todos los días? Era como si buscaras algo... O más bien, a alguien.
-Eso no es de tu incumbencia ¿eso es todo lo que querías decirme?
Él dio dos pasos hacia atrás. -Ya deberías hacerte a la idea de que no volverá.
Los ojos del rubio se abrieron tanto como pudieron, de alguna manera Link sintió que sabía a quien se refería. - ¿Quién eres?
-Eso deberías preguntártelo a ti mismo, ¿alguna vez le has dado respuesta a aquella pregunta? -Dijo de manera seria.
El rubio miro al suelo confundido, ¿quién era él mismo? ¿Por qué se cuestionaba esto ahora? Ese chico le hacía recordar cosas que no le gustaban.
-Creo que me excedí con eso último, lo siento. -El saco algo de su bolsillo. -Hey. -El rubio Volteo a verlo. -Toma esto. -El peliazul le aventó una piedra, el rubio la tomo rápidamente con una mano y al verla se percató de que era un dije con una piedra de lapislázuli.
- ¿Por qué me das esto? -Dijo confundido.
-Tómalo como un regalo, siempre llévalo contigo y no se te ocurra venderlo ¿entendiste? -Dijo apuntándole con su dedo índice.
El suspiro. -Eres alguien peculiar. -Link guardo aquel dije en su alforja.
-Me lo dicen mucho, gracias. -Le respondió con una sonrisa.
-No quiero sonar grosero, pero, no se tu nombre.
El chico rio un poco. -No te preocupes, llámame Vesper.
El rubio se subió a su yegua y esta dio un relincho. -Adiós, Vesper. -tomo las riendas de Epona para después irse.
Aquel chico de nombre Vesper miro al rubio irse con una sonrisa pícara. -Que te vaya bien, Héroe del Tiempo, muy pronto nos volveremos a encontrar.
Algunos días más tarde....
Link:
Me encontraba cabalgando sobre Epona desde ya hace varios días. Según mis cálculos Hyrule no queda tan lejos, calculo un día cuanto mucho para llegar. Observe el dije que Vesper me había dado, era muy exótico, tenía una piedra de lapislázuli muy bonita con algunos adornos en ella, esta piedra no era muy vista y ademas daban un buen precio por ella.
Guarde nuevamente la piedra en mi bolsillo y observe mi entorno, era muy solitario.
Hasta ahora he estado viajando por diversas partes llevándome la ocarina del tiempo conmigo con el fin de esconderla, aunque también viajar por él mundo era un viejo sueño de cuando era un niño.
Cuando empecé con este viaje me dedique también a buscar a mi antigua compañera, ella desapareció cuando había cumplido mi misión sin decirme nada, pero la encontrare, llevo años buscándola, en el pueblo anterior había un bosque muy grande, creí que tal vez ella estuviese ahí, pero lamentablemente mi búsqueda fue en vano. Mis ánimos por encontrarla disminuyeron, pero todavía tengo esperanza de volverla a ver.
En todo este tiempo me deshice de mi túnica verde llevando puesto solo ropa casual y también dejé mi cabello crecer un poco atándomelo con una liga. Digamos que cambie un poco mi apariencia ya que, no lo sé, solo no quería volver a usar aquel traje.
Ya unas horas más de cabalgar, por fin habíamos llegado al reino donde nací, Hyrule, cabalgue en Epona hasta llegar a una colina de la pradera, la brisa que acariciaba al pasto y a todo lo demás llego hacia mi como dándome la bienvenida después de tanto tiempo. Aunque me sentía de vuelta en casa notaba algo extraño en todo esto. Por lo que había oído en mis viajes Hyrule llego a ser el reino con mayor comercio en todo el mundo y el campo estaba siempre pasando carretas de vendedores o de visitantes, en resumen, el reino creció de una manera colosal. Pero todo estaba vacío no podía ver carretas ni nada por el estilo. Quizá había pasado algo.
Deduje que solo era mi imaginación y seguí adelante, pero seguía siendo lo mismo. No había nadie en aquel lugar. Algo malo debe estar pasando. Supuse, así que para saber más sobre la situación me dirigí a Kakariko, además de que ya no me quedaban provisiones para seguir mi viaje.
Me baje de Epona y la lleve hacia la entrada de la Villa cerca del rio Zora para que pudiera beber algo de agua mientras yo me adentraba al lugar. -Vendré por ti en un momento. -Acaricie su cabeza suavemente.
Subí las escaleras pensando en que por lo menos habría personas en la villa. Pero todo estaba silencioso. Casi como si no viviera nadie en este lugar. Al ver algunas casas pude apreciar algunos volantes de "se busca" pegados en ellas. Al parecer era una asesina que le apodaban "Angel of Death'' y la cantidad de rupias por su apresamiento era excelente, el papel era un lienzo suave y solo estaba su silueta dibujada. -Supongo que debe ser ella la que está causando todo esto. -Pensé en voz alta.
Narrador:
El joven rubio que se encontraba analizando tal papel no se había percatado de que lo vigilaban. Él era la presa de esa persona que lo observaba. La chica lo veía con ojos vacíos, solo como si fuera uno más del montón. Sin más preámbulo la chica se colocó la capucha de su abrigo y salto desde la casa en la que estaba con una daga en su mano. El héroe sintió su presencia justo a tiempo y logro sacar su espada para bloquear tal ataque lo que hizo caer a la asesina hacia el frío pasto del suelo, su capucha había caído dejando al descubierto su rostro.
El rubio se acercó a ella y le apunto su espada en el cuello antes de que la chica se levantase. Al verla bien se percató que era la chica de los anuncios. Ella tenía el cabello de color blanco que en la luz se veía plateado, lo tenía muy largo y el con un flequillo que le cubría su ojo derecho, el otro de sus ojos era de un azul tan claro que parecía ser de algún demonio o lobo salvaje.
Ella llevaba un gran abrigo que le quedaba algo grande color negro grisáceo con una blusa y shorts negros al igual que llevaba unas botas con medias negras, parecía tener unos 15 o 16 años.
- ¿Tu eres la responsable de esto? -El héroe la miraba serio y le acerco más la espada al cuello-.
La chica no respondió a lo que el rubio hizo su semblante más frío. -Dije que respondieras. -Acerco más la espada a su cuello.
-No sé de qué me hablas. -La chica no expresaba emoción alguna ni en su voz. Casi como si careciera de ellas.
-Me refiero a que no haya personas. -El seguía con su espada apuntándole con una mirada fría también.
-Ha estado así desde hace mucho, no tengo idea de porqué. -Volvió a responder con su tono. Al parecer no le importaba si la asesinaran o sabía que el muchacho no sería capaz de hacerlo.
-Debes de saber algo. Después de todo has pasado tiempo aquí ¿no?
-Tal vez sepa algo... -Sus ojos miraban a otro lado.
-Entonces dilo. -La albina no contesto la respuesta del rubio nuevamente. -Si no me dices entonces... -El rubio fue interrumpido por un estruendo proveniente del mercado. Sin pensarlo dos veces dejo de apuntarle a la albina y miro hacía esa dirección.
-Yo no iría si fuera tú. -Decía la albina sacudiéndose la tierra de sus ropas negras.
El rubio la miro. -Dime que está pasando. -Él le lanzo una mirada desafiante.
-No. -Ella contesto con sequedad.
Link frunció el ceño. - ¿Porque no?
-Es divertido escuchar a tu corazón desesperado por no saber qué pasa, eso te lleva a la ansiedad y a tener ideas posiblemente erróneas de lo que esté pasando. Es divertido torturarte así. -Se encogió de hombros.
-Oye, no tengo tiempo para tus tonterías, dime de una vez si tú lo hiciste. Podría ser que el reino corra peligro.
-No me importa el reino ¿porque debería decirle algo así a un extraño como tú? No intentes hacerte el héroe solo por quedar bien, tú eres solo un niño arrogante. -Sus palabras eran demasiado frías y crueles.
Link apretó los puños y la furia se dejaba apreciar de él, niño. esa palabra llegó de algún modo a dolerle. Él no había superado del todo su pasado, el cual había jurado llevarse a la tumba.
-Vaya ¿di en el blanco? -Su voz seguía sin expresión.
- ¿Los de tu gremio te enseñaron a ser así?
-Yo trabajo sola.
La albina y Link no se habían percatado de que un Redead estaba rondando cerca de ahí, entonces dio su grito característico paralizando a la chica.
-De..monios. -Pronuncio con dificultad. No podía creer que cayó en algo tan fácil. El redead se preparó para atacarla, pero Link tomo su arco y le disparo en la cabeza matándolo.
El rubio la miro. - ¿Estas bien? -La albina ya podía moverse libremente y esta lo miro con el ceño fruncido.
- ¿Porque no me dejaste morir? -Lo miraba con los ojos entrecerrados.
-Porque necesito que me digas que ha pasado aquí. -Le dijo serio y guardando su arco.
- ¿Llegas a tal punto de dejar con vida a una asesina con tal de que te diga que pasa?
-Ah-. -Suspiro. -Mejor olvídalo. -Link se dio la vuelta y camino hacia la salida de la Villa.
La albina lo miro alejarse. -Hey.
El rubio paro al escuchar la voz de la albina.
-Sabes, eres una persona interesante, no me dejaste morir así que supongo que te debo una, no me gusta tener que deber algo.
-No me importan tus ideales, solo iré a ver qué pasa.
-Vas a ir a la ciudadela ¿no? Entonces te diré que está completamente desolada y destruida. Y además según oí un tipo ataco al castillo y mato a la reina, son algunos rumores que escuche, eso fue hace como un mes.
El rubio abrió los ojos tanto como pudo, ¿La reina estaba muerta? ¿Zelda sería aquella reina? ¿Por qué había pasado todo esto? Nuevamente él no estaba cuando su reino corría peligro... Pensaba el rubio mientras tocaba su frente con la palma de su mano.
-No puede ser... ¿Como?... Esto debe ser una broma...
-Quien sabe si sea cierto, lo escuche de una anterior víctima.
El rubio la miro con los ojos entrecerrados.
- ¿Qué? Fui buena con él, él estaba muy asustado y yo acabé con su sufrimiento rápidamente. Además, tenía que hacer otra cosa y no me dejo opción. -Lo último lo dijo en un murmuro algo bajo.
El rubio la miro incrédulo. - ¿De verdad te divierte hacerlo?
-No tengo porque decírtelo.
El rubio quiso cambiar de tema. - ¿Como te llamas?
- ¿Porque debería decírselo a un extraño?
-No empieces con tus juegos.
-Mejor hay que dejar de perder el tiempo y vayamos a la ciudadela para que tú mismo compruebes que no miento.
-Cierto, vámonos.
El rubio y la albina corrieron de la entrada de Kakariko, Link dejo a Epona descansar mientras él y la chica de cabello blanco corrían hacia la ciudadela. Después de un rato los dos hylians estaban recuperando el aliento en la entrada al lugar donde ya se podía percibir la horrible escena que le esperaba al rubio.
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Chan Chan Chaaaaan
Suspenso :3
Bueno me arrepentí con eso de que subiría hasta el capitulo 3 XD Así que se los dejaré hasta aquí por ahora :3, tampoco quiero empalagarlos tanto jajaj
Nos leemos luego!
*Lobito*
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